“Umbrales”: un espacio para los límites de lo cinematográfico

Desde sus primeras ediciones, el Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM) estuvo marcado por darle espacio al cine experimental; ahora, para su décima segunda edición busca que este tipo de producciones tengan un espacio propio, en el que puedan encontrarse de manera más plena con los espectadores deseosos de encontrar los límites de lo cinematográfico.

Así nació Umbrales, una sección dedicada completamente a este tipo de producciones de vanguardia, nos explica Salvador Amores, del equipo de programación de FICUNAM:

“La idea surgió de Maximiliano Cruz, director artístico de FICUNAM. Max lleva trabajando en FICUNAM desde las primeras ediciones y, precisamente, había organizado varios programas en torno del cine experimental. Pero con el tiempo, el cine experimental, o de tradición vanguardista, se fue diluyendo en el programa general de FICUNAM, se enfocó más al cine de autor, más del corte de los festivales internacionales”.

“El cine experimental tiende a ser un cine mucho más frágil y casi siempre son cortometrajes. Hay películas que duran un minuto y, muchas veces, se sostienen en la exhibición analógica. Había quedado como un poco como diluido en este gran panorama. A Max le parecía que había que hacer este espacio más claro para estas películas frágiles, que tuvieran un espacio propio, un acompañamiento más completo”.

La sección consta de cuarenta títulos y cuatro secciones, las cuales incluyen películas internacionales y mexicanas, firmadas por artistas y cineastas reconocidos y emergentes, homenajes, además de revisiones de clásicos del género que conviven con lo contemporáneo.

Una de las características más importante de este programa es que incluye la proyección de películas en formatos analógicos y digitales.

“En el cine experimental, el estándar, digamos, es el formato fílmico pues hay una larga tradición de hacer este tipo de películas en dieciséis u ocho milímetros, formatos de filmación que antes se consideraban amateur, pero en los años 50 y 60 eran a los que tenían acceso cineastas independientes que empezaron a hacer películas experimentales. Cada uno tiene sus razones para seguir filmando en este formato, aunque muchos ya se mudaron a lo digital. Era importante para nosotros que al hacer una sección de cine experimental se respetaran esas reglas”, comentó Amores, y añadió:

“Si un cineasta piensa que es lo óptimo para mostrar su trabajo, hacemos el esfuerzo para mostrarlo así. Desde una apreciación personal, creemos que la exhibición en fílmico es algo muy especial y cada vez es menos frecuente, es una ocasión muy especial que difiere bastante de la manera en la que estamos acostumbrados a ver y a experimentar las películas”.

Para el equipo de programación, también era indispensable ofrecer al público la posibilidad de conocer clásicos experimentales poco proyectados en nuestro país en su formato original conversando con trabajos más actuales, aunque éstos se hayan producido en medios digitales.

“Fue una decisión fundamental para nosotros al hacer la curaduría porque en México el cine experimental no está muy enraizado en la exhibición”, recordó Amores. “Hay muchísimos cineastas experimentales haciendo cosas súper interesantes y muchas iniciativas de laboratorio y de práctica, pero la exhibición es escasa. Los espacios que tienen la posibilidad de exhibir este tipo de películas, que tienen los proyectores y los recursos para atraer a las películas en su formato original, no se interesan por el cine de vanguardia”.


Agregó que esto ha generado a lo largo del tiempo que no se conozca a cineastas canónicos como Michael Snow o Stan Brakhage, que en el mundo del cine experimental todo el mundo conoce. “Es como no saber quién es John Ford y te gusta el cine”.

“Para nosotros era importante recuperar esa tradición y decir: estas películas contemporáneas no surgen de la nada, pero hay una tradición que no se conoce porque las instituciones no han hecho el esfuerzo por difundir un cine que nos puede enseñar mucho con estas formas que, quizá, nos puedan parezcan extrañas o muy diferentes, pero tienen su razón de ser histórica y estética”, afirmó.

Las cuatro secciones que conforman Umbrales son:

Umbral Cero

Este programa, que se realiza con el apoyo de ntesis, de Difusión Cultural de la UNAM, consiste en que desde Umbrales se convoca a cuatro cineastas, en esta ocasión latinoamericanos, para realizar cada uno un cortometraje con el apoyo financiero y de producción de la Universidad. Estos cortos tienen su estreno en FICUNAM.

Los comisionados son Alexandra Cuesta, de Ecuador; Jessica Sara Richland, de Argentina; Clemente Cástor y Colectivo Los Ingrávidos, de México. “Y bueno, ya estaremos viendo esas cuatro películas que son totalmente nuevas”.

“Esta iniciativa surgió porque para el cine experimental no hay, digamos, fondos públicos, ni becas y similares que existen en el sistema de producción más común, es un sector más marginado. En general, estos cineastas recurren a tener otro tipo de trabajo y a usar sus propios recursos para hacer estas películas, que son tan artesanales que no tienen salida. Para nosotros era importante impulsar la producción de este cine desde Umbrales”.

Umbral Expandido

“Está dedicado a la rama del cine experimental que consiste en eventos únicos en los que el cine se sale un poco de la pantalla para encontrarse con el performance y otras disciplinas artísticas aledañas. Ahí tenemos presentaciones de cine expandido en dieciséis milímetros, conferencias performáticas, y un concierto de Niño de Elche”.

10 Umbrales

“Es una sección dedicada, tal cual, a la exhibición de cine experimental contemporáneo y clásico, en diez programas que mezclan formatos analógicos y digitales. Estamos muy contentos con la selección de este año”.  El programa completo, aquí: https://ficunam.unam.mx/10-umbrales/.

Umbral

“Es un foco para Laura Huertas Millán”, cineasta y artista visual franco-colombiana cuya práctica se posiciona en el cruce entre cine, arte contemporáneo e investigación. Mezclando etnografía experimental, pensamiento ecológico y colonial, investigaciones históricas a largo plazo y ficción, su trabajo en cine se involucra con estrategias de resistencia y supervivencia. Sensuales e inmersivas, sus películas proponen experiencias encarnadas, emocionales y reflexivas, espacios que se imaginan como estados alterados de sanación.

 

Docuficción: visiones de un poeta nacido el día de la erupción del Chichonal


Una invitación de la UNAM fue la semilla de la que germinó Pobo Tzu– Noche blanca (2021), película dirigida por Tania Ximena y Yollotl Gómez Alvarado; siete años después el largometraje participará en la competencia Ahora México de la décima segunda edición del Festival Internacional de Cine UNAM.

La historia dentro de la película inicia en 1982, cuando “el volcán Chichonal hizo erupción, enterrando numerosos pueblos, incluida la comunidad zoque de Esquipulas Guayabal. Años más tarde, los habitantes de Nuevo Guayabal reconstruyen sus vidas mientras el volcán y el pueblo enterrado acechan en la maleza. Trinidad, un poeta nacido el día de la erupción, tiene visiones oníricas que rápidamente se esparcen en su comunidad, provocando un esfuerzo colectivo por desenterrar el antiguo pueblo, al mismo tiempo que la presencia de la Piowachue (el espíritu del volcán según la cosmovisión zoque) se fortalece entre la comunidad”.

Los cineastas detrás del proyecto nos contaron cómo fue que éste inició, los sueños que condujeron la filmación y la importancia de elegir a la comunidad zoque como protagonista de la historia:

¿Cómo surgió el proyecto?

Tania Ximena (TX): Nuestra colaboración creativa surgió con Pobo ‘Tzu’, llevamos siete años desarrollándolo. Inició con una invitación de acompañamiento de los vulcanólogos del Instituto de Geofísica de la UNAM, específicamente de Mara Patricia –ahora es doctora, pero en ese entonces apenas estaba empezando–; en varios aspectos, ha sido parte fundamental de este proyecto.

Iniciamos desde el lado de conocer el volcán, conocer la erupción en términos científicos; de ahí nos metimos a todas las historias alrededor y la repercusión social, que fue enorme. La película es una historia entre muchas, 16 comunidades quedaron muy afectadas y varias completamente enterradas, otras desaparecieron del mapa, como Francisco León. A los habitantes de Esquipulas los reubicaron, pero después regresaron e hicieron un resurgimiento.

“La historia de Esquipulas nos fue jalando, cada personaje nos fue llevando tanto a desenterrar como a conocer la cosmogonía del pueblo, entender qué significó la presencia de la Piowachue antes de la erupción y después como presagio.

Román, uno de los protagonistas, con el que inicia la película, nos presentó ante la asamblea de Esquipulas y de él surgió el vínculo por la memoria y recordar lo que no estaba; fue el primero que nos mostró y describió el viejo pueblo, “se acordaba de todo, tenía una memoria excepcional. Después apareció Trinidad, él nos llamó y nos soñó, construimos una relación de amistad”.

Las imágenes de la película manifiestan el tiempo que pasaron en el lugar, la cámara se mueve como uno más en la comunidad. ¿Cómo fue el trabajo con ellos?

Yollotl Gómez Alvarado (YGA): Fue un trabajo maravilloso, de mucho tiempo, de días de estar simplemente compartiendo algo de comer o acompañándolos al campo. En ese proceso entiendes cómo opera la naturaleza para ellos; cuentan que hay un pájaro que siempre suena cuando va a pasar algo malo, nos explicaron qué significa que el temporal esté de una manera u otra. Ese proceso de escuchar sus historias y vivir el lugar fue lo que nos dio esa naturalidad con el espacio y las ganas de representarlo con toda su dimensión.

No sólo es realista, sino que busca la física del lugar, es un acercamiento onírico y espiritual al espacio. Esa era nuestra intención. Gracias a Trinidad, Román y Fulgencia pudimos verlo con esa mirada, que ellos construyeron en nosotros, y de ahí lo llevamos al guión, a la imagen. Todo viene de esa apertura que tuvieron para compartirnos cómo se vive ahí, cómo piensan y lo que significó esa erupción en sus vidas.

La cosmogonía de la comunidad se traslada al lenguaje de la película.

TX: En la parte de las experiencias todo viene de lo que ellos nos contaron. Nosotros lo teníamos en guión, como sugerido, pero eran sus historias. Fue haciéndose y adquiriendo mucha más notoriedad. También al conocer el espacio y estar ahí en muchos momentos, ver cómo cambia y tratar de utilizar esos cambios/transiciones del paisaje de la mejor manera al momento de filmar, porque pasamos mucho tiempo ahí y podíamos escoger los momentos que sabíamos cómo se iba a ver a pesar de lo mucho que se transformaba el paisaje.

“Muchas imágenes surgen de los poemas de Trinidad, nos basamos mucho en los textos que trabajamos con él”.

YGA: Nuestro background en las artes visuales y en otras formas de representación de imagen fue muy importante porque eso nos ayudó a definir y puntualizar, saber que la película era sobre la excavación. Vamos a hacer que todo gire en torno a esa acción directa, porque al excavar íbamos a encontrar distintas capas.

Si queríamos hablar de distintas capas, la excavación fue perfecta porque nos permite hablar de eso. Fue tomar decisiones en el lugar, decidir caminar con ellos de regreso, que era una idea muy sencilla, pero caminar con todos los ejidatarios desde el pueblo hasta el volcán significaba ver qué pasaba en el trayecto y escucharlos. Eran decisiones de cómo organizamos la estructura para que las imágenes surgieran, había que saber cómo tratarlas.

Algo muy importante fue definir el punto de vista, que es como flotante, una especie de representación de la identidad del volcán, de la Piowachue que acecha en el pueblo. También es una forma de cómo ven la naturaleza, como algo vivo y que tiene esa dimensión. Fue una combinación de esas cosas, escogiendo muy pocas cosas del diseño, colores, vestuario, todo se hizo con luz natural y fuego, es el sol, las estrellas y el fuego lo que da luz a la película. Eso es un retrato muy claro del pueblo, ahí no hay electricidad, usan lámparas que ellos fabrican.

Había que adaptar lo que veíamos en todos esos años de trabajo, algunas de las imágenes sintetizan esa parte del paisaje, lo espiritual y cosmogónico.

Los sueños y presagios son muy importantes para la narrativa de la película, ¿cómo vive la comunidad esa parte onírica?

TX: La vigilia y el sueño están ligados, no hay una diferencia. Muchas decisiones se toman así. No recuerdo si lo comenté antes, pero nosotros íbamos filmando y ellos iban soñando, incluimos eso o lo que debíamos hacer partiendo de lo soñado. La misa, por ejemplo, se hizo porque empezaron a salir los espíritus, la excavación es porque soñaron con la vieja iglesia.

Los sueños que se narran a cuadro nos los contaban. Definitivamente se iban incluyendo y marcaban la pauta en la película y en sus vidas, formaban nuestras decisiones.

YGA: Hay un vínculo muy fuerte con el volcán, no sólo en ese territorio sino en muchas partes del país; siempre se le sueña con forma humana o hay una comunicación directa con las entidades, con la Piowachue. Existe esta relación en la que en el sueño se está trabajando la vida cotidiana, no hay distinción, el sueño da dones, visiones, y la realidad cotidiana no está separada.

En el lenguaje de la película queríamos ese lugar, en el que están las dos cosas sucediendo al mismo tiempo y conviviendo, justo como lo concibe la cultura zoque.

¿Por qué era importante hacer a la comunidad protagonista de la película?

TX: Algo importante es que si bien es un híbrido con elementos de ficción, lo importante es que las acciones están sucediendo. Ellos son los actores de esta gran acción, que es una acción de memoria, ellos lo están viviendo y lo vivieron durante la erupción. Lo que cada uno está representando no es otra cosa que ellos mismos, por eso era importante que fuera real. Está sucediendo. Se está excavando una iglesia, las cosas están surgiendo por su acción. Nunca lo pensamos de otra manera.

¿Qué les significó ser seleccionados en FICUNAM?

YGA: Para los dos y el equipo de producción fue un honor. Es un festival que admiro por su programación, realmente está abriendo las puertas a nuevos lenguajes. Su visión es muy valiosa, es un orgullo volver. Siempre quise ser de la UNAM, nunca pasé el examen, por eso es un honor ser parte de FICUNAM, es uno de los foros más interesantes de cine en México.

TX: Es un festival que he seguido por muchos años, siempre me ha gustado el riesgo de la programación. Nosotros venimos de las artes visuales, hay una relación estrecha con la programación de FICUNAM, es muy emocionante compartir. Algo que hemos vivido es este tema de que estamos entre la ficción y el documental, nos emociona mucho que para Ahora México no es un tema, son películas y ya. No se habla de documental o ficción, van de la mano y eso emociona.

Retrospectiva del cineasta chileno Raúl Ruiz: pensador, poeta y chamán

Uno de los cineastas clave para entender la historia del cine latinoamericano recibirá un homenaje en la décimo segunda edición del Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM) a través de la retrospectiva Prisma alterado – 10 esenciales de Raúl Ruiz.

Las películas se exhibirán en salas del Centro Cultural Universitario y de la Cineteca Nacional, en la plataforma de streaming Cine en Línea de la Filmoteca de la UNAM y en televisión abierta accesible para toda la república mexicana a través de TV UNAM, en su espacio Tiempo de Filmoteca UNAM. La retrospectiva es presentada por Valeria Sarmiento (viuda del cineasta de origen chileno), con el apoyo de la Cineteca Nacional de Chile y la Cinémathèque Française.

“Cineasta, pensador, poeta y chamán inagotable de la imagen, la influencia de Raúl Ruiz (Puerto Montt, 1941-París, 2011) desborda catalogaciones y etiquetas con un torrente de obra que arrastra décadas de producir infinitas posibilidades narrativas y estéticas”, destacó FICUMAN en un comunicado.

“Notable entre los exiliados por la dictadura pinochetista, el cine y palabra de Ruiz sellan un compromiso con la política de la forma cinematográfica, manteniendo en un trasfondo latente la denuncia o el panfleto lírico que contemporáneos suyos como Miguel Littín o Patricio Guzmán supieron a bien encauzar hacia otros afluentes”.

“Casi 40 años de vida y creación en Francia, con banderazo del Leopardo de Oro otorgado por el Festival de cine de Locarno a su primer largometraje terminado para entonces, Tres tristes tigres (1968), apuntalaron el prestigio de Raúl Ruiz con incontables reconocimientos y producciones en formatos 35 mm, 16 mm y video, repartidas en largometrajes de géneros diversos, trabajos para la televisión, grandes producciones con estrellas como John Malkovich, Marcello Mastroianni, Catherine Deneuve o John Hurt, intercaladas con cortometrajes experimentales, libros y comisiones a las que siempre supo extraer el más ácido zumo artístico”.

¿Quién es Raúl Ruiz?

FICUNAM tiene una historia cercana con la filmografía de Raúl Ruiz, así lo consideró Jorge Javier Negrete, crítico de cine y colaborador del programa Derretinas en Radio UNAM:

“Su relación ha sido muy estrecha, han exhibido varios de sus largometrajes y cortometrajes; además, el octavo FICUNAM inició sus actividades con la proyección de La telenovela errante (1990). En México hay un núcleo bastante sólido de seguidores de la obra de Raúl Ruiz que parten de esa labor que el equipo de programación ha hecho con los años. El puente que traza un encuentro de este tipo con la obra de ciertos realizadores siempre es de fundamental importancia, este año lo estamos viendo también con la obra de Larisa Shepitko”.

“Es una gran oportunidad poder ver las películas en la sala de cine, a pesar de que la retrospectiva no es completa porque sería una tarea titánica tratar de programarlo todo. Estamos hablando de una obra con una centena de créditos, entre cortometrajes, largos y series de televisión, pero el hecho de tener una selección representativa y, hasta cierto punto, ecléctica que aborda distintos periodos, etapas e intereses, es de admirarse”, destacó Negrete.

La importancia del cine de Raúl Ruiz para el cine latinoamericano, de acuerdo con el especialista, es que encontró “una ruta definida para poder mantenerse vigente y seguir filmando en Europa, incluida una libertad absoluta. Eso se desprende del hecho de que la sensibilidad de Ruiz es profundamente europea, en el sentido del refinamiento y esa parte multidisciplinaria, que no deja una influencia clara porque no veo a ningún cineasta latinoamericano interesado en continuar de alguna forma su legado cinematográfico”.

“Existe una falta de curiosidad elemental que tiene el cine de Ruiz y pocos cineastas comparten, pueden reconocer su influencia y admiran su trabajo, pero pocos están dispuestos a seguir la misma ruta que Ruiz marca; incluso en su cine político hecho en Chile y en Francia no hay un elemento claro que los otros realizadores latinoamericanos estén siguiendo. Es una figura importante por la exploración cinematográfica que hizo en su carrera, ahí está su relevancia”, destacó.

De acuerdo con Negrete uno de los aspectos característicos de su obra es “la dificultad para encontrar elementos homogéneos, algo que queda muy claro al ver sus películas es que siempre hay una diferencia sustancial entre cada filme. Su cine es muy estimulante, por eso todas son diferentes, sin embargo, puedes reconocer su estilo”.

“Un elemento particular es la composición de las tomas, su forma de encuadrar bebe mucho de la pintura. Por ejemplo, La hipótesis del cuadro robado –que estará en la retrospectiva–, parte de ese principio, es una serie de tableau vivant que se van uniendo para descifrar un misterio. El elemento distintivo del cine de Raúl Ruiz es su sentido plástico, además de una riqueza multidisciplinaria; su cine es único por la integración de elementos de distintas disciplinas, unas películas hablan de biología, antropología, lingüística, política, etcétera. Esa curiosidad y apertura al mundo es lo que une a su cine”.

Subrayó que uno de los momentos imperdibles de FICUNAM 12 será la presentación de Berenice (1983), “una película prácticamente inédita pues no se ha podido ver en pantalla grande prácticamente desde su estreno en 1983, es uno de los highlights. Durante muchos años ha sido una película inconseguible, incluso en los rincones más oscuros del internet. Poder ver una restauración la convierte en el ‘evento’ de la retrospectiva”.

 

Programa

  1. La recta provincia / The Straight Province (Chile-Francia, 2007)
  2. Berenice / Bérénice (Francia, 1983)
  3. El techo de la ballena / On Top of the Whale (Francia-Países Bajos, 1981)
  4. Diálogo de exiliados / Dialogues of Exiles (Chile-Francia, 1974)
  5. Tres tristes tigres / Three Sad Tigers (Chile, 1968)
  6. Misterios de Lisboa / Mysteries of Lisbon (Portugal-Francia-Brasil, 2010)
  7. La noche de enfrente / Night Across the Street (Chile-Francia, 2012)
  8. Tres vidas y una muerte / Trois vies et une seule mort (Francia-Portugal, 1996)
  9. Las tres coronas del marinero / Les trois couronnes du matelot (Francia, 1983)
  10. La hipótesis del cuadro robado / La hipótesis del cuadro robado (Francia, 1978)

Más información en: https://ficunam.unam.mx/prisma-alterado-10-esenciales-de-raul-ruiz/

A 50 años de El Padrino, una crítica al “sueño americano”.

 

Para entender el éxito de El Padrino es necesario entender el clima político y social en el que surgió, asegura Peredo Castro a 50 años del estreno del largometraje –el 14 de marzo de 1972– que convirtió a sus creadores en estrellas de la industria cinematográfica de Estados Unidos.

“Estamos en los años de lo que en el mundo de la investigación se conoce como el Nuevo Hollywood (el New American Cinema), el cine independiente estadounidense, etcétera. Un período que va del final de los años 60 a principios de los 70. Hay toda una revolución en la cultura cinematográfica estadounidense; por una parte, porque deja de tener vigencia la censura del Código Hays y se libera la posibilidad de referir en el cine temas que implican violencia, una mayor apertura a la sexualidad y críticas al American way of life; es decir: críticas al esquema de vida americano que se exportó como ideal para todo el planeta”.

“Es un contexto en el que, además, la propia sociedad estadounidense está viviendo un momento de mucha discusión; es la última etapa de la Guerra de Vietnam –una guerra que es un desastre–, empiezan los escándalos de corrupción que van a concluir con Watergate y la renuncia de Richard Nixon, está el movimiento hippie que cuestiona fuertemente el armamentismo y belicosidad de Estados Unidos”, explica Peredo.

El origen del largometraje se remonta a 1968, cuando Paramount –uno de los últimos estudios cinematográficos muy poderosos de aquellos años– entró en una “guerra” con Universal por conseguir los derechos de un manuscrito de 150 páginas firmado por Mario Puzo y que tenía por nombre The Mafia. Casi al mismo tiempo en que se estaba gestando El Padrino, otro filme de gánsteres, The Brotherhood (estrenada en México como Los hermanos sicilianos, de Martin Ritt, 1968), había fracasado en taquilla. Pero poco tiempo después el texto de Puzo, ahora titulado The Godfather, se convertiría en un best seller y empujaría al estudio a avanzar la producción de la película bajo la supervisión del productor Robert Evans, cuyos planes eran hacer una cinta de bajo presupuesto que no rebasara los dos o tres millones de dólares de producción.

Como se asienta en el libro Moteros tranquilos, toros salvajes: la generación que cambió Hollywood, de Peter Biskind, Evans tuvo dificultades en encontrar al director ideal para el proyecto, porque la mayoría de los nombres más importantes del momento lo rechazaron. Fue así que la película llegó a Francis Ford Coppola, quien aceptó el trabajo porque tenía una deuda financiera importante con Warner Brothers, tras el fracaso inicial de su productora American Zoetrope.

El éxito de El Padrino fue inesperado, subraya Peredo. “Significó un parteaguas para todos, aunque el estudio no le tenía confianza al proyecto. No querían a Brando porque decían que era un actor con fama de excesos y problemas en el set; no querían a Al Pacino porque no era el prototipo del galán de Hollywood, al estilo Paul Newman o Robert Redford: la América blanca rubia, de ojos azules o verdes coexiste con los italoamericanos y sus formas y rituales de vida en comunidad. Pese a las reticencias, El Padrino permitió la recuperación de Paramount, que atravesaba una crisis financiera fuerte. Su éxito fue tal que rivalizó en taquilla con películas míticas previas, como Lo que el viento se llevó”.

“Es uno de los casos afortunados en los que, habiendo concordancia entre el director con el productor ejecutivo, y el autor de la historia respecto a quienes deben ser los actores, una parte del éxito está segura. Fue para todos el lanzamiento a un estrellato que muchos de ellos no habían soñado. Para Coppola es su graduación como cineasta; más allá de lo que había hecho previamente, la película le da una estatura de director reconocido con todas las de la ley”, agrega el investigador.

Las razones de su éxito

A lo largo de 1972, El Padrino recaudó más de 240 millones de dólares en la taquilla alrededor del mundo, convirtiéndose así en un clásico instantáneo. Tras ver la película, Pauline Kael, crítica cinematográfica de The New Yorker, escribió que se trataba de “una visión amplia y sorprendentemente vívida de una dinastía de la mafia, en la que el crimen organizado se convierte en una obscena imagen de pesadilla de la libre empresa estadounidense”.


El largometraje se centra en don Vito Corleone, el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York en los años 40, y los esfuerzos de sus hijos Connie, Sonny, Fredo y Michael, quien no quiere saber nada de los negocios sucios de su comunidad, pero deberá luchar por mantener el poder de la familia tras un atentado contra su padre. Y tendrá que hacerlo bajo los propios términos y códigos de la comunidad a la que pertenece.

Para el académico Francisco Peredo, la resonancia de la película con el público y lo que le ha permitido mantenerse vigente se relaciona con su mezcla del cine de gánsteres de los años 30, el cine negro de los 40, su crítica al American way of life y el impacto de la violencia gráfica que presenta.

“Funciona para el público y las comunidades de espectadores atraídas por la espectacularidad de una película que habla de gánsteres, que tiene el morbo de la violencia gráfica en los crímenes de los capos y sus esbirros contra los otros. Sin embargo, tiene otro componente fundamental: hablar del funcionamiento de grupos criminales que actúan con un código que los convierte en una especie de cofradía, en un grupo cerrado con una serie de reglas sobre las relaciones que mantienen, principios de conducta de acuerdo a lo que ellos conciben que es la lealtad, el sentido de compromiso, la reciprocidad –si recibiste un favor, en algún momento deberás pagarlo con otro favor–, el apego por los círculos cerrados de la familia y sus alianzas”.


“Por otra parte, la trama contiene, en su estructura dramática y personajes, temas que desde el origen de los tiempos son cruciales para la humanidad: una especie movida por sentimientos como la ansiedad por el poder, el honor, el odio, el rencor, la venganza, la solidaridad, la lealtad, la justicia por propia mano y sus consecuencias, etc. Todo lo que plasmaron por vez primera los clásicos griegos (Esquilo, Sófocles, Eurípides), todo lo que leemos en quienes historiaron las luchas por el poder entre las élites del Imperio romano. Todo lo que podemos ver en la dramaturgia de William Shakespeare, en términos de los sentimientos y pulsiones que mueven a los seres humanos, está recuperado, como en un microcosmos, en esa comunidad de italoamericanos que en pleno siglo XX emigran”.

“Pero emigran con toda la carga de su cultura, usos y costumbres. En su nueva tierra, Estados Unidos, encuentran la forma de hacerla operativa y funcional en el nuevo Estado que los acoge, el de las comunidades blancas, y logran así reproducir los códigos y las formas de sus relaciones familiares y comunitarias tal y como los practicaban en Sicilia, Palermo, Calabria o Nápoles, pero ahora en Nueva York, Chicago o cualquier otra gran urbe estadounidense: ahí donde el poder social y el dinero, en relación con el poder político, explican la coexistencia entre las comunidades WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant) y las comunidades de los migrantes mediterráneos, que son católicos y ‘distintos’ por sus formas de vivir en términos de relaciones de familia y comunidad”.

“Se insertan así en un mundo de apariencias en el que, detrás de las imágenes de aparente prestigio y respetabilidad, se esconde la sordidez del mundo delincuencial que existe por los nexos con jueces, cuerpos policiales y prensa comprada, así como un esquema político-social que lo permite, que lo tolera”.

“Todo esto en conjunto, en El Padrino, nos permite atisbar las profundidades y sinuosidades de la naturaleza humana, igual que los grandes clásicos de otras artes, pero ahora en el gran arte del siglo XX: el séptimo arte, el cine”.

“Quienes la quieren ver como una película más de gánsteres la pueden enlazar con el cine de gánsteres de los años 30, como la primera versión de Caracortada, o al cine negro de los 40, las películas de crimen y delincuencia de la posguerra. Es una línea de continuidad que en alguna medida enlaza a la novela negra y al film noir con el tema de las bandas y mafias, el mundo del crimen en Estados Unidos, pero ahora no tanto en sus aspectos más visibles, sino con mayor énfasis en la profundidad de sus secretos, su interioridad y funcionamiento”.

“Hay quienes han hecho críticas muy agudas en el sentido de que se idealiza un poco la imagen del mundo gansteril, hasta el punto de que parece dotársele de un aura de romanticismo que no es positivo. Y si esto es así, podríamos sumarlo como una tercera arista que hace muy interesante a la película y explica que sea todo un fenómeno. Otro punto sería la alusión a la corrupción en el aparato judicial estadounidense y sus policías. Es algo que comparte con el cine de los años 40: decir que en este país hay corrupción y que, en muchos sentidos, es sistémica y estructural de los cuerpos policiacos y en los aparatos judiciales. Así se explica en cierta medida la lógica de la película: si esto pasa es porque hay omisión, permisividad o connivencia entre criminales y aparatos judiciales”.

Y concluye Peredo: “Cualquiera de estos puntos son demoledores a principios de los años 70; es una crítica demoledora para el sueño americano”.

Pese a todo, El Padrino generó una segunda y una tercera parte, y la saga estuvo a punto de tener una cuarta entrega. Por otro lado, existe un videojuego, así como una adaptación de la historia en la India. También se han hecho múltiples documentales para la televisión e inclusive se planeó una serie que, aunque no se hizo como tal, sí generó un modelo de producción cultural que después se ha visto en series como Los Soprano.

Digna de imitación, generadora de un modelo, la cinta es un clásico y tiene un impacto transgeneracional, como todos los clásicos en cualquier terreno de la historia cultural.

Detrás de cámaras de Nosferatu, cuando el cine de horror comienza

La primera “adaptación” fílmica de Drácula, novela del irlandés Bram Stoker, estuvo a punto de desaparecer debido a una demanda de la viuda del escritor. “Por fortuna, en ese momento ya circulaban muchísimas copias de la película, por lo que hoy podemos disfrutarla”, explicó Roberto Coria

La idea surgió hace poco más de un siglo, cuando el alemán Albin Grau –ocultista y artista visual– regresó a su país al término de la Primera Guerra Mundial con una historia que le contó un soldado que conoció en el campo de batalla, quien aseguraba que su padre había regresado de la tumba como un vampiro para acosarlo.

Entusiasmado con el relato, Grau decidió unirse al productor Enrico Dieckmann para fundar los estudios cinematográficos Prana-Film GmbH y llevar al vampiro a la pantalla. El resultado de esta unión, Nosferatu (1922), se estrenó el 4 de marzo en una gala en un salón del zoológico de Berlín, la capital alemana. El 15 del mismo mes inició su camino entre el público.

Para Roberto Coria, uno de los organizadores de las Jornadas de literatura de horror de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, la película es “uno de los mejores ejemplos del cine de horror, incluso podríamos decir que el cine de horror comienza con esta película”.

El largometraje, dirigido por FW Murnau, sigue el viaje de Thomas Hutter a Transilvania, región de Rumania, para cerrar un negocio inmobiliario con el misterioso conde Orlok. Después de pasar una noche en el castillo del aristócrata despertó con dos pequeñas incisiones en el cuello, con lo que se inicia su pesadilla.

“Nos encontramos ante un primer intento de ver al género como una industria. Albin recordaba la anécdota que le contaron durante la guerra, y ya conocía Drácula, que ya había sido publicada en todo el mundo. Cuando decidieron filmarla, obviamente no tenían intención o los medios para adquirir los derechos de la novela, así que contactaron a Henrik Galeen, un escritor muy popular de esa época, autor del guión de El Golem –otra de las grandes obras del expresionismo alemán–, y le encargaron una versión libre de la novela. Así, en lugar de Drácula en esta versión el conde se llama Orlok, y parte de la trama se desarrolla en Alemania, no en Inglaterra, pero conservaron lo que sucedía en Transilvania. Comenzaron a cambiar el planteamiento, porque no tenían permiso de la viuda de Bram Stoker”, apuntó Coria.

“En 1922, diez años después de la muerte de su marido, a Florence Balcombe le llegó de manera anónima un sobre en cuyo interior había un programa de mano de una película que se llamaba Nosferatu, en el que se afirmaba que estaba basada en la novela de Bram Stoker. Florence montó en cólera e Inmediatamente contactó a un abogado. Con justa razón, porque como viuda del autor tenía toda la potestad para reclamar”.

El pleito legal, recordó Coria, tardó más de dos años en resolverse, pero finalmente los jueces le dieron la razón a Balcombe y ordenaron que ante la imposibilidad de los productores de indemnizar a la viuda debían destruir todas las copias de la cinta. “Por fortuna, para ese momento ya circulaban muchísimas copias de la película. Por esta razón, hoy podemos disfrutarla”, subrayó el especialista.

Una obra maestra del cine 

Para Roberto Coria, también escritor y profesor de literatura, Nosferatu ha mantenido su vigencia durante un siglo no sólo porque se trata de la primera adaptación de Drácula –“es una película apócrifa en todos los sentidos”–, sino porque en sus imágenes muestra la intención de sus creadores por una experiencia terrorífica para los espectadores partiendo de los principios estéticos de la corriente artística en boga en esos años: el expresionismo alemán.

“Es insólita para ese momento porque el expresionismo se caracterizó por filmar en estudio, con escenografías de perspectivas imposibles, de ambiente onírico y con grandes contrastes. Nosferatu es anómala en el sentido que gran parte se filmó en locaciones. Por ejemplo, podemos ver el famoso Castillo Orava, donde filmaron, y muchos exteriores. Si bien forma parte del movimiento expresionista, rompe los moldes conocidos hasta ese momento. Eso la ha hecho perdurable”.

Otra razón de su éxito, argumenta Coria, se debe a la actuación de Max Schreck como el malvado conde Orlok: “Sabemos que el aspecto del vampiro se lo debemos a Albin Grau, quien fue uno de los primeros artistas y pioneros en utilizar storyboards; Grau dibujó la apariencia del vampiro y Schreck siguió sus indicaciones para la caracterización, pero ignoramos lo demás. Él era un actor de teatro, eso es un hecho, por eso tenía experiencia con el maquillaje, y no es difícil pensar que fue el responsable de trabajar todos esos prostéticos primitivos”.

“Crearon una imagen perdurable: el vampiro delgado que camina muy rígido, calvo y con orejas puntiagudas, de dientes incisivos parecidos a los de un roedor. Es, definitivamente, una de las imágenes más aterradoras que existen. Es uno de los grandes aportes de la película”, apuntó el especialista.

Coria comenta que con motivo del centenario de Nosferatu y otros aniversarios vampíricos que sucederán a lo largo de 2022, las Jornadas de literatura de horror de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería tienen preparados una serie de homenajes para los interesados en el mito del vampiro.

 

Naranja Mecánica: Medio siglo de crítica social a través del cine


A partir de enero de 1972, los 137 minutos de 24 imágenes por segundo cambiaron la historia de la cinematografía: “La Naranja Mecánica” (A Clockwork Orange), del director Stanley Kubrick, se situó como una crítica social permanente a través de una obra artística universal, que hoy 13 de enero cumple medio siglo de su estreno.

Así lo expone Adriana Chávez Castro, comunicóloga, crítica y maestra en cine documental por la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la UNAM, quien asegura que la prohibición de la cinta durante casi tres décadas, la volvió mítica.

“Lo que hace especial al filme es la dirección de Stanley Kubrick, la creación de toda una atmósfera, una estética que tiene mucho que ver con la onda psicodélica de los años 60, y ahora como obra de arte universal se ha vuelto atemporal: continúa funcionando porque nos sigue haciendo sentir”, expresa.

La también integrante de la Secretaría de Extensión Académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), quien dirige el cineclub de dicha entidad académica, añade que es una de las grandes obras maestras del séptimo arte, por la innovación en el lenguaje cinematográfico, además de su proyección y crítica social.

“El trabajo meticuloso de Kubrick queda constatado en cada escena, por ejemplo ‘Alex’, el personaje protagónico de este filme, tiene que aventarse desde cierta altura, por lo que para dicha toma se sabe que Stanley lanzó solo la cámara grabando para representar y darle credibilidad a la caída con un POV (cámara subjetiva)”, relata.

Cítrico social

De acuerdo con Chávez Castro, “La Naranja Mecánica” no es solamente la adaptación innovadora de una novela escrita al cine (original de Anthony Burgess), sino el tratamiento estético sonoro con temas y adaptaciones musicales de Henry Purcell y Ludwig van Beethoven.

Cambia la estética de otras, cada toma, cada encuadre tiene sentido en la obra, porque su director era un gran conocedor de las formas cinematográficas, además que en cada escena existe esa crítica social, acota la experta.

“La película retoma el tema de la ultraviolencia, pero básicamente de fondo tiene dos tópicos: la crítica y emprender esta revisión de cómo el libre albedrío puede llegar al ser humano; esta posibilidad de elegir entre el bien y el mal”, destaca.

Aborda la historia de Alex, joven que integra dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los Drugos, quienes aterrorizan su entorno. Es detenido y en prisión se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de reeducación, que pretende anular drásticamente su conducta antisocial. La cinta fue tan importante que hasta después de la proyección, el libro se empezó a popularizar.

“Sin duda es un largometraje polémico debido a que después del estreno hay jóvenes en el Reino Unido que tratan de imitar la hiperviolencia, y es incluso cuando Kubrick y su familia reciben amenazas de muerte. Por ello, no se presenta en su momento en festivales, aun cuando cuenta con nominaciones al Oscar, se trunca su exhibición, porque él mismo la retira y es hasta 1999, cuando fallece, que vuelve a circular”.

No solo es la violencia por la violencia, ataja Chávez Castro, es un trabajo que apela a hacernos pensar y reflexionar. Vemos incluso esa crítica visual a los regímenes totalitarios de la primera mitad del siglo XX, por lo que invito a las generaciones que no conocen esta película a que se acerquen y encontrarán en el pasado “un futurismo extraño”.

Es curioso, dijo Alex, representado por el actor Malcolm McDowell, en una escena, quizá premonitoria: “cómo los colores del mundo real solo parecen verdaderos cuando los ves en una pantalla”…“Dios prefiere al hombre que elige hacer el mal, antes que al hombre que es obligado a hacer el bien”…“¿acaso soy un animal o un perro? (…) ¿No soy más que una naranja mecánica?”.

Regresa la Muestra Internacional de Cine al CCU

El Centro Cultural Universitario, como es tradición, abrirá una vez más sus puertas para recibir la septuagésima edición de la Muestra Internacional de Cine, evento cinematográfico que también cumple 50 años este 2021.

La selección de catorce largometrajes llegará al CCU del 19 de noviembre al 8 de diciembre e incluye producciones originarias de Francia, Túnez, Austria, Chile, Irán, Turquía, Italia, Colombia, México y un clásico restaurado de la extinta Unión Soviética.

La Sala Julio Bracho del recinto universitario proyectará La sombra del caudillo, cinta filmada en 1960 por el cineasta Julio Bracho que, debido a la censura estatal, se enlató por más de 30 años hasta su estreno en los años 90.

La Filmoteca de la UNAM recibió en 2014 el guión original de la película, donado por la actriz Diana Bracho, para su conservación, preservación, difusión y restauración, la cual sucedió a lo largo del 2015. Este impreso es uno de los pocos documentos rescatados por la actriz tras el incendio de la biblioteca de su padre; en él se pueden apreciar anotaciones de puño y letra del cineasta lo cual da pie a nuevas líneas de investigación sobre el financiamiento, producción, filmación y estreno de la película después de 30 años de censura.

Las películas

La sombra del caudillo será la película encargada de abrir la 70 Muestra y, junto a El otro Tom (2021) de Rodrigo Plá y Laura Santullo, película sobre la salud mental infantil, serán las representantes mexicanas del evento.

 

 

Algunas bestias (2019), de Jorge Riquelme Serrano, es un retrato atroz sobre los lazos familiares y el abuso de poder desde la historia de una familia atrapada en una isla deshabitada en la costa sur de Chile.

 

 

En El hombre que vendió su piel (2020), Kaouther Ben Hania presenta una sátira del elitista mundo del arte y se denuncia la deshumanización y prejuicios que pesan en Europa sobre los inmigrantes provenientes del mundo árabe.

 

 

Habitación 212 (2019), de Christophe Honoré, reflexiona sobre el amor y las memorias personales a partir de la gran actuación de Chiara Mastroianni, quien interpreta a una mujer que decide empezar de cero tras 20 años de matrimonio.

 

 

Sebastian Meise dirige La gran libertad (2021) revisitando la represión hacia los homosexuales en la Alemania de posguerra, protagonizada por Franz Rogowski. Por su parte, Mohammad Rasoulof narra cuatro historias con la pena de muerte como hilo conductor en La maldad no existe (2020), desde la que se ensaya sobre la libertad y la moral.

 

 

Además, en Las golondrinas de Kabul (2019) Zabou Breitman y Éléa Gobbé-Mévellec construyen un filme animado poderoso que reconstruye los duros años 90 en Afganistan desde dos parejas que viven el reciente dominio talibán en la región.

 

 

Con Memoria (2021), una de las películas más esperadas del año, Apichatpong Weerasethakul continúa explorando la convergencia del pasado, presente y futuro, desde la búsqueda de lo trascendental por parte de una botánica escocesa interpretada por Tilda Swinton.

 

 

Por otro lado, Ferit Karahan reflexiona sobre las fallas del sistema burocrático y del mundo adulto en una sobria odisea de dos niños con Mi mejor amigo (2021). Por su parte, Suzanne Lindon construye una carismática historia de crecimiento a través del drama intergeneracional con el encuentro de una chica de 16 años con un actor mayor que ella en Primavera en París (2020).

 

 

Las complejidades y riesgos de los barrios periféricos de Roma se ven desde la mirada de sus niños en Queridos vecinos (2020), segunda película de los hermanos Fabio y Damiano D’Innocenzo. También, Mehdi M. Barsaoui con su ópera prima Un hijo (2019), compone una crítica al mundo patriarcal mirando los súbitos cambios de la Primavera Árabe de hace una década.

 

 

Finalmente, otro clásico se une a la selección de 50 aniversario de la Muestra: El espejo (1975) del maestro soviético Andréi Tarkovski, donde revisa la historia rusa del siglo XX a través de un trance de texturas e imágenes como declaración artística personal.

Más información en: https://www.filmoteca.unam.mx/ciclos-de-cine-filmoteca-unam/

Egresados de la ENAC premiados en la décimo novena edición del Festival Internacional de Cine de Morelia

El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2021 culminó su decimonovena edición con la entrega del galardón “El Ojo” para los filmes de su selección oficial este 1° de noviembre. En el marco de dicho evento, alumnado y egresados y profesorado de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas participaron con una producción interna y ocho externas, de las cuales seis filmes participaron en la categoría de Cortometraje Mexicano de Documental y tres en Cortometraje Mexicano de Ficción.

En esta edición el cortometraje “Al motociclista no le cabe la felicidad en el traje” del egresado de esta Entidad Académica, Gabriel Herrera, con diseño de producción del profesor de la ENAC, Cineasta Luis Castañeda y la producción de la egresada Susana Bernal, fue seleccionado como ganador dentro de la categoría de Cortometraje Mexicano de Ficción.

El filme retrata al motociclista orgulloso de su hermoso vehículo, que nunca prestaría a nadie. Un individuo seguro de que sólo él puede explorar la selva. Una recreación lúdica con papeles invertidos que apunta a la arrogancia de los conquistadores coloniales.

Gabriel Herrera nació en México. Estudió cine en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM y en la Escuela Nacional de Cine de Polonia en Łódź. Ha realizado varios cortometrajes y videos. Actualmente vive en México en donde está tomando un doctorado sobre teoría fílmica mientras que enseña cine y hace documentales sociales. También está preparando su primer largometraje. Filmografía: Primer movimiento para veinte hombres en un cuarto vacío (2008). Su filmografía destacada contempla títulos como “Crucigrama para una casa vacía” (2009). “Agujeros” (2013). “Cómo llegar a Dios a través de los ejercicios adecuados” (2016). “Un bote” (2017).

Asimismo, el egresado Federico Cecchetti obtuvo el Premio de Estudios Churubusco para el proyecto “Cartas desde el país de los tarahumaras” en el marco del programa Impulso Morelia. Este filme contó con la participación del profesor de la Entidad, Luis Castañeda quien colaboró con el registro sonoro.

Este largometraje relata sobre la vida de Rayenari, la cual cambia tras la llegada del poeta Antonin Artaud, quien busca el conocimiento espiritual tarahumara. Rayenari lo introduce al ritual del peyote. Sin embargo, el poeta abandona la ceremonia y pierde su alma. Tiempo después, Rayenari descubre a través de los sueños que Artaud se encuentra en un manicomio. Será a través de esta conexión que Rayenari podrá ayudarlo a recuperar lo perdido y él conocerá el destino al que fue llamado.

Estudió la carrera en Cinematografía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM), y un intercambio académico en el Centro Sperimentale di Cinematografia en Roma, Italia. En 2010 fue parte del Berlinale Talent Campus organizado por el Festival Internacional de Cine de Berlín. En 2016 fue parte del Filmmakers Academy de la edición número 69 del Festival de Cine de Locarno y en el programa Mexicannes del Guanajuato International Film Festival (GIFF). Ha dirigido ocho cortometrajes, entre los que destacan El maléfico Dr. Machete (2005), Selección Oficial del 16º Festival Internacional de Cortometraje de São Paulo Kino Forum; Raíces (2007), Selección Oficial del 22º Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG); y Transhumantes (2009), Selección Oficial del 7º FICM, Selección Oficial del 5º Festival de Cine Latinoamericano de São Paulo, entre otros, y que obtuvo una nominación al Ariel como Mejor Cortometraje de Ficción, además de una proyección especial en el Clermont Ferrand al ser el ganador en el Kodak Film School Competition 2011; y otra proyección especial en el Festival de Cine de Locarno en el marco del Filmmakers Academy 2016. En el programa Residénce del Cinéfondation del Festival de Cannes realizó la escritura y el proyecto para su segundo largometraje de ficción Cartas desde el país de los tarahumaras. Su ópera prima, El sueño del Mara’akame, es parte de la Selección Oficial del 14º FICM.

Además, la institución fue representada por uno de estos trabajos fílmicos y fue la tesis fìlmica “Madrugada en un mundo perfecto” de Daniel Humberto Campos Ramirez. El corto relata la historia de Mariana, una chica de 18 años que al regresar a casa después de trabajar y estudiar debe tomar una ruta alternativa a casa luego de que el metro dejara de dar servicio por un accidente en la noche. En el camino conoce personajes y situaciones que la harán notar aspectos de su vida y su relación con el mundo.

Asimismo, es relevante mencionar las otras producciones externas que formaron parte de la comunidad de egresadas y egresados en la Selección Oficial del Festival de Cine de Morelia dentro de las mismas categorías de Cortometraje Mexicano de Documental y Ficción.

DOCUMENTAL

En el humo | Diego Granadillo Novoa

Cortometraje dirigido por Diego Granadillo Novoa, primer titulado de la 1a generación de Licenciatura en cinematografía de la ENAC. Este documental habla acerca que, en Tultitlán, Estado de México, el basurero municipal fue cerrado por ser considerado fuente de contaminación. Sin embargo, años después, la basura sigue llegando para ser trabajada de forma clandestina, generando graves problemas ambientales, sociales y de salud.

 

 

 

Adrenalina | Alberto Arnaut, Diego Rabasa

Este documental de Alberto Arnaut, egresado de la maestría en cine documental, así como del escritor y editor Diego Rabasa, profundiza el infortunio de las nuevas generaciones, intenta contextualizar el norte de México más allá de etiquetas con un análisis de deseos íntimos, dudas existenciales y anhelos impacientes.

Alberto Arnaut es egresado de la Maestría en Cine Documental ENAC y de la carrera de comunicación social de la Universidad Autónoma Metropolitana, cursó la maestría en cine documental en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. Se ha desempeñado como realizador y editor de documentales para televisoras públicas y organizaciones de derechos humanos. Hasta los dientes (2018), su primer largometraje, gestado en la Maestría en Cine Documental de la ENAC, ganó diversos galardones, entre los que destaca el Ariel a Mejor Largometraje Documental que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

 

La fuga | Kani Lapuerta

Producción dirigida por el maestro en cine documental y educador social Kani Lapuerta. quien goza de una basta trayectoría en proyectos y espacios disidentes en torno a la hegemonía de género, la heterosexualidad y la corporalidad.

“La fuga” acompaña el viaje interno de ocho hombres, que a través de un taller de teatro van transitando por las diferentes prisiones que habitan. Practicando el arte de verse viéndose, en palabras de Boal, este grupo de hombres reflexiona sobre su masculinidad como una representación para ocultar su verdadera fortaleza: su vulnerabilidad.

 

Son para tres | Emilio Aguilar Pradal

Es importante señalar que, en esta edición, el cineasta mexicano formado en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (hoy Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, ENAC) y especializado en el área de Dirección.

El director ha realizado trabajos como editor, guionista, editor de ficción y en la docencia, impartiendo clases de Historia del cine mexicano en diferentes instituciones. Los atardeceres rojos (2019) es su primera ópera prima; el cineasta ha participado en festivales a nivel nacional e internacional con el cortometraje documental Los desposeídos (2009) entre los que destacan el 7° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y el 38° Festival Internacional de Cine de Huesca. Dicho trabajo obtuvo la Mención Honorífica en el premio José Rovirosa de la UNAM

 

Paralelo 28 | Santiago Bonilla

Producido por Le Fresnoy – Studio national des arts contemporains y dirigido por Santiago Bonilla, “Paralelo 28” retrata las condiciones de los trabajadores en la mayor mina de sal del mundo, en el norte de México, y cuenta la historia de un perro-soldado tuerto que roba el almuerzo de los trabajadores. El documental resultó ganador dentro de la categoría de cortometraje documental, este filme se interesa en la paradoja de la representación de la materia prima, la visión, el paisaje, las máquinas, los espacios de trabajo. Esta paradoja, que podemos sintetizar como la imposibilidad de mostrar las tres dimensiones de un cuerpo a través de imágenes bidimensionales, tal vez apunta a la materia prima y al trabajo

 

FICCIÓN

El sueño más largo que recuerdo | Carlos Lenin

“El sueño más largo que recuerdo” es el cortometraje más reciente del cineasta Carlos Lenin, quien en esta ocasión aborda las memorias, las luchas internas, la esperanza y desesperanza de quienes viven con un familiar desaparecido por la guerra contra el narcotráfico.

Lenin se inspiró en la historia de Sara Hernández, integrante del Comité ¡Eureka!, quien ha buscado a su esposo, Rafael Ramírez, desaparecido desde la década de los setentas. A través de conversaciones con ella y con sus hijos, Pavel y Tania, es como la historia comenzó a desarrollarse. El director y egresado de la ENAC ha participado en anteriores ediciones del FICM con producciones como la ópera prima “La Paloma y el Lobo”.

 

El grillo | Carlos Hernández

Este cortometraje contó con la participación de las egresadas de la ENAC, Isabel Barajas como coproductora y Nancy Cruz como editora. Este filme cuenta acerca de “El Grillo” un joven boxeador que entrena junto a su mejor amigo “El Espinas” y otros boxeadores. “El Grillo” se convierte en padre y comienza a llevar a la bebé recién nacida al gimnasio. Los compañeros de entrenamiento de “El Grillo” se molestan por tener a la bebé entre ellos, especialmente “El Espinas”. La nueva dinámica amenaza con terminar la amistad de los boxeadores.

El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2021 se llevó a cabo del 27 de octubre al 1° de noviembre del año en curso.

 

 

Garra puma, presente en Cannes

Liliana González, de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, cuenta su experiencia como asistente de dirección de arte en La Oscuridad que participó en la 60 Semana de la Crítica

En la septuagésima cuarta edición del Festival de Cine de Cannes participó una nutrida delegación mexicana.

Una de las representantes nacionales fue el cortometraje La Oscuridad, el cual participó en una función especial promovida por Cannes y el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en la sección paralela del certamen conocida como Semana de la Crítica.

“La sólida alianza que mantienen la Semana de la Crítica y el FICM ha brindado la oportunidad a poco más de 40 cineastas mexicanos de mostrar su trabajo en Cannes, así como de presentar una selección de películas de la Semana de la Crítica en el FICM, con la presencia de algunos de sus realizadores o protagonistas”, apuntó el FICM en un comunicado.

La Oscuridad cuenta con la dirección de Jorge Sistos Moreno y cuenta la historia de “Marina, una ex maestra de primaria, aparece en la orilla de un lago gravemente herida. Después de un largo recorrido a través del ardiente sol, llega a la escuela primaria donde una vez trabajó”, como explica su sinopsis oficial.

El crew de la producción del cortometraje contó con presencia puma gracias al trabajo de Liliana González, egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, como asistente de dirección de arte bajo la guía de la directora de arte Elisa Adame.

La universitaria nos contó en entrevista sobre su experiencia trabajando en el cortometraje, la emoción de todo el equipo por la próxima función en la Costa Azul y las herramientas que la UNAM le brindó que le ayudan todos los días en su carrera profesional:

¿Cómo te involucraste en el proyecto de La oscuridad?

La vida te lleva a los proyectos. En este caso, así fue. Trabajo con una directora de arte, Elisa Adame, que también es una gran amiga. Ella a veces me invita a sus proyectos, hacemos de todo, desde lo comercial hasta cortometrajes. Cuando se trata de cine lo preferimos, el romanticismo por hacer eso. Ella me invitó a este proyecto, leí el guión y me pareció que era algo que me gustaría hacer. Es un corto guerrillero, aunque tuvo algo de presupuesto.

¿Qué les llamó la atención a ti y a Elisa de este proyecto?

No platiqué mucho con Elisa de esas circunstancias. Ella me dijo: está este proyecto y está muy padre, lo quiero tomar, te lo paso para que me digas qué piensas. Probablemente no pueda dar tan acertadamente su perspectiva, aunque después lo platicamos durante el proceso creativo, ¿qué nos gustaba?, ¿qué queríamos resaltar?

A mí me interesó en varios niveles. Estéticamente, la propuesta cinematográfica, la fotografía, su paleta de colores era atractivo. Eso es algo que en el arte es importante, la forma para dar significados. Después, al leer el guión, me pareció un tema muy actual y muy triste que no tendría que estar pasando. Para mí era una manera de visibilizarlo desde otra trinchera y perspectiva.

Casi todos los audiovisuales que he visto, aunque no puedo generalizar, tienen su propia personalidad, pero ésta era una forma de ficcionarlo bastante particular. El tema principal, que es violencia contra las mujeres, se ha tratado de diferentes perspectivas en el documental, en la ficción, pero Jorge tenía una idea muy clara de qué quería hacer. Me pareció diferente.

El corto se proyectó en el FICM, ¿cómo se sintieron al respecto?

No pude estar en el festival porque estaba de workaholic, estaba muy contenta de la selección. Todo el equipo estaba súper contento de que fuera exhibido y tuviera salida. De repente haces cortos en los que crees y nunca salen. El estar en Morelia era muy importante para todos. Leí varias reacciones positivas, pero me perdí el primera mano con el público.

¿Cómo reaccionaron a la noticia de la próxima presentación en Cannes?

Apreció un montón que se exhiba allá. Curricularmente significa mucho. Para nosotros fue mucha alegría. Fue una sorpresa para mí, no porque no crea en nuestro trabajo, pero tampoco lo esperaba para nada. La mayoría estábamos sorprendidos y contentos, porque al final es importante difundir el trabajo. Para mí nunca ha sido muy importante el reconocimiento en plan premios, sino que sea posible que el cortometraje se vea y que alcance más gente. Los premios son padres, pero me encanta la idea de que el trabajo se vea en muchas partes.

¿Cómo interviene una asistente de dirección de arte en el proceso creativo detrás del cortometraje?

La forma de trabajar es muy subjetiva. He sido asistente de arte en otras producciones, con otros directores y cada uno tiene su forma de trabajar. Algunos son muy herméticos, pero en el caso de Elisa nos gusta mucho hablar del contenido. Empezamos a platicar siempre con una copita o un café, en plan casual sobre el contenido: ¿qué nos transmitió? ¿Cómo llevarlo a lo visual? Todos los departamentos tienen su chamba, lo traducen a su manera. Para nosotros la forma y el fondo significan mucho, interpretar eso que entendimos de la historia para interpretarla en objetos, colores, texturas y formas.

Elisa plantea ideas específicas de lo que ella quiere, siento que en estas charlas es dónde puedo dar mi punto de vista y enriquecer, estar de acuerdo o desacuerdo y complementar. Con ella tengo mucha libertad de aportar. Es un trabajo siempre en progreso. Se planean muchas cosas antes del rodaje, pero siempre surge algo, el escenario siempre pide cosas.

¿Cómo ha impactado tu experiencia en la UNAM tu carrera profesional?

Nadie sale de la universidad con todas las herramientas para triunfar en el mundo laboral, porque no pasa en ninguna escuela, siempre quedan muchísimas cosas por aprender. La UNAM me dio bases fuertes para eso: seguir aprendiendo. Me dio el valor de pensar, incentivar la reflexión. Las aulas de la UNAM me dieron bases para pensar e ir más allá.

Planteó muchos conocimientos de análisis de la imagen y de semiótica para mi trabajo. Eso me ha ayudado mucho. Fui muy feliz en la universidad, me dio muchas herramientas.

¿Hay alguna lección que aprendiste en la UNAM que uses continuamente en tu vida?

A riesgo de sonar repetitiva, creo que es el atrevimiento a reflexionar. Al final, lo que te distingue como profesionista es lo que tú puedes proponer. No tanto lo técnico, que es muy importante, pero te distingue lo que piensas y cómo desarrollas lo que propones. La UNAM me dio esas bases. No quedarme en lo superficial, ser una clavada.

El cine puede cambiar la realidad

Rosa Estela Jiménez Olvera es el nombre de la protagonista del largometraje Mi vida adentro, el cual narra la historia de esta migrante mexicana que fue acusada y condenada injustificadamente por el fallecimiento de un menor de edad que se encontraba a su cuidado.

La historia de Rosa Estela fue investigada y documentada por Lucía Gajá, cineasta de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la UNAM, con el objetivo de plasmar esta injusticia y ayudar lo más posible a aquella mujer.

En 2007 se documentó y estrenó Mi vida adentro, “el largometraje materializó el inicio de los esfuerzos realizados por diversas organizaciones para conseguir la libertad de Rosa Estela”, afirmó Lucía Gajá en entrevista. Su documental propició una campaña de denuncia y apoyo a Rosa para que se reabriera el caso y contara con la asesoría jurídica y legal. Diversas asociaciones se unieron y recabaron fondos para pagar un abogado que llevara el caso.

En enero de 2021, un juez de Austin, Texas, ordenó la libertad condicional de Rosa Estela después de haber pasado 18 años en prisión. “Mi equipo y yo estamos felices, de alguna manera vemos materializado todo este esfuerzo de quienes hicimos el documental y de quienes creyeron en la historia de esta película porque logró que el caso se conociera”.

Para Lucía la historia plasmada en su documental ha sido muy importante, ya que a través del arte y del cine pudo exponer la injusticia y logró a través de su narrativa mostrar las emociones de las personas.

Lucía Gajá trabaja desde el 2018 en la secuela de este documental que va a estar enfocado en las vivencias de Rosa Estela al interior de la prisión de máxima seguridad y de la vida de sus hijos. En un inicio Lucía acudía a la prisión de Austin para platicar con la migrante, sólo se veían a través de un vidrio, pero a partir de enero de este año ya pudieron verse, abrazarse. “Ella está feliz y agradecida con todas las personas que ayudaron para que esto fuera posible, ahora tiene que reconstruir la vida que le arrebataron durante tanto tiempo”.

Me quedo con la enseñanza de que el cine tiene el poder del cambio social, ahora mi objetivo en la segunda parte es mostrar las consecuencias que este tipo de injusticias tienen, ya que llevar tantos años en prisión, alejada de su familia y su país, le arrebataron parte de su juventud y su derecho a vivir, finalizó.

Cómo se filmó “Retorno a Aztlan”

El maestro Juan Mora Catlett, Director de Retorno a Aztlán (Return to Aztlan / In Necuepaliztli in Aztlan) (1990), nos platica el proceso y experiencias del rodaje de esta primer película en la historia del cine mexicano con diálogos completamente en náhuatl clásico.
El Ayuntamiento de Acayucan y la Dirección de Cultura le agradecen por compartirnos este valioso documental.

Retorno a Aztlan from Inéditas films on Vimeo.

Diario de una madre mutilada

“Llegó sin vida. Intentamos reanimarla, pero fue imposible. Los de la ambulancia dijeron que vivía. Debe haber fallecido al entrar. Tiene 26 orificios en el cuerpo. Hubiera sido imposible…Lo lamento. Un doctor me mira con tristeza, casi diría con miedo. Corre una cortina blanca. Me acerco a la camilla. El cuerpo está cubierto por una sábana. Pálida, como sólo es pálida la muerte. El pelo recogido y un tubo en la boca. Aún así, nunca ha sido más hermosa la muerte. Es mi hija”.

En el documental Esther sin H de Alejandra Islas miramos la tristeza, la desolación, las lágrimas, pero también la lucha, la protesta contra las injusticias, la denuncia contra la impunidad. Son madres que no se cansan de gritar, de marchar, de alzar la voz. Ninguna valla las detiene. Vemos a unas madres en un mitin, sobre una tarima, de pie, con miradas feroces. Una de ellas exclama: “Me piden que haga una oración…pero se me han olvidado”.

En tu documental está la ausencia, pero conforme describes la muerte de Irene aparece también su vida, su brillo, le comento a Alejandra Islas. Me contesta: “Recordar, hacer memoria, no para re victimizarse, sino para rendirle un tributo, para mantener viva a su hija, para que esté en la memoria de todos y eso también me pareció un acto de amor. El amor infinito que puede tener una madre hacia sus hijos. Es también una historia de amor y de memoria. Eso más el arte, más el amor hacia sus otras hijas han sido la base de su resiliencia, su manera de enfrentar la ausencia de su hija”.

La historia de cómo se realizó el documental inicia con el libro de Esther Hernández Palacios, México 2010, Diario de una madre mutilada. “El libro me conmocionó, me indignó, me entristeció”, señala la cineasta y agrega: “Cuando lo terminé decidí que podía hacer un documental. Se lo comenté y ella aceptó. Ella me lo entregó hace cinco años, no lo leí de inmediato, pasó tiempo y cuando lo leí me conmovió. Yo llegué a filmarla en el 2017, ya habían pasado 7 años. Las cosas no han parado: los crímenes, el secuestro, la desaparición forzada, los feminicidios. No hubo ninguna dificultad en el acercamiento a ella. Al contrario, fluyó muy bien nuestro contacto, se formó incluso una amistad”.

El documental es una contribución a la memoria, “que no se olvide, que recordemos que todo esto forma parte del rompimiento del tejido social. No hay una palabra que defina a un padre o a una madre que pierde a sus hijos. Cuando leí el libro y vi que la literatura, que la escritura habían sido para ella un instrumento de sobrevivencia, una forma de sobrellevar el dolor de otra manera, de seguir viva me pareció que ahí está el poder del arte, utilizar el arte para paliar, para menguar un poco las penas, el dolor, el sufrimiento, se apacigua de alguna manera y se transforma en otra cosa”.

Cuenta que se “lanzó” a hacer un documental sin tener recursos, pensó que en el camino iba a encontrar más apoyos. Una parte del proyecto lo hizo con el Sistema Nacional de Creadores de Arte, pero obviamente esto requería de más recursos para poder llevar un equipo, un fotógrafo, un sonidista, un productor. Se le dificultó un poco llevar a cabo las multitareas. Tuvo apoyo en Xalapa de una persona que hace cortometrajes y de una persona que hace dron.

Cree que estas dificultades pueden también ser ventajas porque el hecho de que iba prácticamente sola con la cámara le permitió tener una confianza mucho mayor, un movimiento mucho más discreto. “Sacaba la cámara y se volvía parte de mi en ese espacio y ellos me dejaban fluir con mi cámara”.

Esther tuvo una actitud abierta, generosa, colaborativa. Eso le ayudó mucho en la realización del documental. “Estos temas son muy dolorosos y difíciles de digerir por todo lo que generan. Esta cauda de emociones que son como de impotencia, de no poder arreglar las cosas, de no poder ver resultados. Es duro, pero es parte de nuestra realidad, es parte de nuestra gama de tristezas y de dolor y de calamidades que padece nuestro país desde hace años”.

TV UNAM estrena en exclusiva el documental Esther sin h (México, 2021) el lunes 8 de marzo a las 22:00 horas, como parte de la programación especial para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Esther sin h es una coproducción de TV UNAM, Ave de Paso Films y la Universidad Veracruzana, con el auspicio del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA).

En medio de semáforos rojos y naranjas, la ópera encuentra en los autocinemas una manera de seguir viva

A Oswaldo Martín del Campo siempre le ha gustado aquella escena de Cinema Paradiso donde el viejo Alfredo realiza un pequeño truco con una ventanilla y desvía el haz de luz de su cinematógrafo a fin de proyectar en la plaza del pueblo una película, algo que quienes no pudieron pagarse un boleto le agradecen hasta que uno de ellos grita “¡no se oye nada!”, por lo que Alfredo conecta un altavoz que agrega sonido a la cinta silente y hace de aquella experiencia algo completo.

Como buena persona de ópera, durante mucho tiempo Oswaldo buscó replicar algo parecido, llevar espectáculos operísticos a los sitios más improbables y no precisamente para quien sí puede desembolsar el costo de una entrada para Bellas Artes o el Metropolitan, sino para cualquiera que ande por ahí, en la calle.

“Así fue como en 2014, con un grupo de colegas, ideamos el concepto de Ópera Cinema bajo el principio de que, si filmábamos una de estas obras a manera de cinta muda, con todo e intertítulos, podíamos ahorrarnos el montaje, iluminación, vestuaristas, orquestas y lo que requiere cada función. De esta forma, lo único que necesitamos es de artistas que canten en vivo lo que se está viendo en pantalla, y no hablamos de un gran elenco, uno pequeño basta”.

Dicho diseño le ha permitido a Oswaldo y su compañía llevar espectáculos vocales a las salas de la Cineteca Nacional o del Cenart, a teatros ciudades pequeñas e incluso a tres cárceles. “Estar en escenarios tan variados me ha mostrado que no importa qué tan distintos seamos, si desacralizamos lo operístico y nos quitamos la idea de que esto es para élites, todos podemos disfrutar. Por ejemplo, los reclusos (sin saber que habían visto una ópera) nos dijeron que les gustó porque les cantaron, y porque les narramos una historia”.

Una de las frases más recordadas de Cinema Paradiso es: “La vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil”. Esto se lo dice Alfredo a Toto para que no se estanque y siga con sus proyectos, y ello es algo que en opinión de Oswaldo es muy cierto, “si no, ¿cómo explicarnos esta pandemia sino como algo difícil? Nadie nos preparó, para todos ha sido muy complicado, pero no podemos detenernos”.

Bajo esta lógica, Ópera Cinema ha seguido en medio de esta crisis, aunque —como adelanta su director— “el proyecto no fue pensado para operar en estas condiciones porque ¿qué íbamos a anticipar algo así hace siete años? Sin embargo, sorprendentemente esto ha funcionado muy bien en las circunstancias actuales, pues proyectar una pieza en pantalla y tener a los cantantes al aire libre y con sana distancia nos permite cumplir con cualquier protocolo sanitario”.

Como el objetivo es no parar, la compañía presentará durante los siguientes fines de semana, y de forma separada, cada una de las piezas que integran el tríptico de Puccini para que espectadores de diferentes zonas de la Ciudad de México vean y escuchen estas obras en vivo (incluso la música será ejecutada por un pianista en el lugar) desde la seguridad de sus vehículos.

La función de II tabarro tendrá lugar el 28 de febrero en el Autocinema Coyote de Insurgentes Sur, y la de Gianni Schicchi el 21 de marzo en el Autocinema Aire Libre Coyoacán. No obstante, la que más entusiasma a Oswaldo es la del 6 de marzo en la Unidad Habitacional Loma Hermosa, cerca de donde estaba el Toreo Cuatro Caminos.

“Ahí interpretaremos Sour Angelica y, por tratarse de un conjunto de edificios, la gente podrá sacar sillas o cobijas para tirarse en el suelo (con la distancia debida) y gozar de una experiencia vecinal, porque proyectaremos el filme en el muro de uno de los multifamiliares. Es algo que siempre quise vivir; será casi como en Cinema Paradiso”.

Cuando cantar es una actividad de alto riesgo

En septiembre pasado, la soprano Anna Netrebko se contagió de Covid-19 en el escenario del Teatro Bolshoi  y fue hospitalizada por neumonía; poco después se empezó a saber de más y más actores de ópera con la infección, algo que para Oswaldo Martín del Campo es entendible porque esta actividad implica mucho riesgo.

“Los intérpretes están en más peligro que el público por la cantidad de aerosoles esparcidos al cantar y porque el espectáculo, cuando es ejecutado de manera tradicional, los obliga a estar cerca, a juntar sus rostros o a tocarse. En Ópera Cinema no tenemos ese problema debido a que la acción se proyecta en pantalla, los cantantes están muy separados el uno del otro, y todos usan careta o mascarilla”.

Sobre lo que es cantar con un trozo de tela en la boca, Oswaldo no se engaña y confiesa que sí es trabajoso; sin embargo, sus tenores y sopranos se han habituado e incluso entre ellos se pasan consejos sobre cuáles son los que mejor permiten proyectar la voz. “En los ensayos siempre deben portarlos, eso es una regla inamovible. En las presentaciones les damos la opción de retirárselos por asuntos de técnica y respiración, y porque están guardando una muy sana distancia. No obstante, el 90 por ciento opta por dejárselos”.

El año pasado en México se intentó seguir haciendo ópera de la misma manera, en un escenario, con los personajes realizando trazo escénico, con coros y músicos, y aunque esto se ha manejado con discreción —señala— muchos cantantes enfermaron. “No es asunto de ser mala leche y detallar en cuáles espectáculos; lo que sí podemos decir es que en Ópera Cinema hemos dado funciones el año pasado y en éste, y que ninguno de nosotros se ha contagiado”.

Sobre este punto, Oswaldo pide recordar cómo eran los tiempos pospandémicos. “¿No todos creíamos necesario cambiar el mundo?, ¿no todos nos habíamos anotado para eso? Y de pronto llega este virus, nos ofrece la oportunidad de reconstruir y ahora queremos que las cosas sean tal y como antes, y volver a la vieja normalidad. ¿En qué quedamos?, ¡no podemos seguir igual!”.

Por ello, el director está decidido a seguir con este proyecto y llevar la ópera a cada vez más espacios y más gente, y si para ello ahora la vía es una cinta sonorizada en vivo, él se dice más que dispuesto.

Son tiempos en que todo parece ir cuesta arriba, pero el arte siempre está ahí para hacer las cosas más llevaderas, señala Oswaldo, quien ante aquella frase de “la vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil” que se decía en Cinema Paradiso, él sólo tiene una respuesta: “Puede ser, mas no por ello no vale la pena vivirla”.

Elige la vida: a 25 años de Trainspotting

En las primeras imágenes de La vida en el abismo (1996), como se le llamó en México a la adaptación de la novela Trainspotting escrita por Irving Welsh, un grupo de jóvenes marginales huye de la policía después que un atraco motivado por su adicción a la heroína sale mal. La voz en off de Renton (Ewan McGregor), protagonista de la película, nos comparte sus pensamientos respecto a la situación en la que se encuentra, apabullado por las nulas opciones a futuro que parece tener, el deseo de sus pares por verlo convertido en un “adulto funcional”, la presión social de consumir sin mucho reparo y el amor casi nihilista le tiene a su afición por las agujas, mientras de fondo se escucha a Iggy Pop cantar Lust For Life (Lujuria por la vida):

“Elige la vida. Elige un trabajo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige una televisión enorme, elige lavadoras, autos, reproductores de discos compactos y abrelatas eléctricos. Elige buena salud, colesterol bajo y seguro dental. Elige el pago de hipotecas de interés fijo…. Elige sentarte en ese sofá viendo programas de juegos que te adormecen la mente y aplasta el espíritu, y te llenas la boca de jodida comida chatarra. Elija pudrirse al final de todo, orinar el último en un hogar miserable, nada más que una vergüenza para los mocosos egoístas y jodidos que engendraron para reemplazarlos. Elige tu futuro. Elige la vida … Pero, ¿por qué querría hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida. Elegí algo más. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?”

Es un discurso que se convirtió en grito de guerra generacional e hizo del segundo largometraje de Danny Boyle un clásico instantáneo. Novela y largometraje centran su historia en un grupo de jóvenes que viven en Edimburgo, Escocia, enganchados a los estupefacientes y la escena musical británica. A través de Renton, un miembro del grupo que pretende abandonar su adicción, el relato nos hace testigos de las consecuencias y ansiedades sufridas por los protagonistas.

La película significó para muchos adolescentes de principios de la década de los noventa un choque, la entrada a un mundo que apenas conocían de apariencia fascinante. “Fue de mis primeros acercamientos a un cine más distinto, más alternativo. Cosas que no pasaban en la tele. Fue muy impactante. Trainspotting tenía un argumento muy llamativo, esos junkies de Edimburgo que se le quedan viendo a los trenes, tienen una obsesión con el paso de los trenes. En el libro, queda más clara esa idea del título, aquí no supieron traducir y le pusieron La vida en el abismo, recordó Ricardo Pineda, conductor de Aguas Negras, espacio de exploración musical de Resistencia Modulada, barra nocturna de Radio UNAM.

Aunque la recaudación en taquilla fue relevante –según el sitio especializado Box Office Mojo, recaudó poco más de 16 millones de dólares a nivel mundial con un presupuesto cercano al millón y medio de dólares–, el éxito de Trainspotting fue visto por cierto sector social como una vibrante invitación a que los jóvenes probaran la heroína y otras drogas como hacen Renton y sus amigos a cuadro. En una reseña de la época, recopilada en el libro El Ojo y la Navaja, el crítico Leonardo García Tsao lo consigna:

“Y si la película es irreverente en cuanto al uso de las drogas, eso no significa que sea irresponsable. En sus momentos dramáticos, Trainspotting deja patentes los riesgos físicos de esa dependencia. Aunque la heroína provoque un placer ‘mil veces superior al mejor orgasmo’, también puede llevar a la temible pesadilla a la que se somete Renton cuando intenta dejarla, o a la solitaria muerte de Tommy (Kevin McKidd)…”

Esa aura de irreverencia y franqueza respecto al mundo de las drogas, además de la atractiva estética de sus imágenes, sigue atrayendo a los cinéfilos más frescos que se han encontrado con la película en formatos caseros. “Cuando empiezas en la adolescencia a dar el salto a una cinéfila más clavada ahí está Trainspotting junto a Perros de Reserva, Pulp Fiction, Ed Wood, El Club de la Pelea, El Gran Lebowsky, Acid House, etcétera, en el grupo de películas que a esa edad te vuelan la cabeza, te abre la puerta a otro tipo de cine”, comentó el crítico de cine Eric Ortiz.

“En esos años te atrae en particular el ritmo de la película y sus personajes, ese lado más fresco la narración del personaje de Ewan McGregor es muy atractiva. De alguna forma guías tu vida a través de unos adictos a la heroína, en ese momento ves al cine como un escape. Es una película sumamente energética con una gran soundtrack, es muy divertida. Eso te atrae originalmente”, argumentó Ortiz,  titular del curso Cine de terror contemporáneo. incluido en la Extensión Universitaria de la FES Aragón, y añadió:

“Es una película que toca temas muy duros, sórdidos, pasan cosas muy graves. Un bebé muere. Esas imágenes siempre las recuerdas. Ejemplifican a la perfección esa mezcla entre la adicción de los personajes y las consecuencias que deben enfrentar por ello. A pesar de esa ‘inmoralidad’ de los protagonistas, caen bien, son sumamente carismáticos. El ritmo de la película es energético, su soundtrack no es sólo un score, sus canciones son inseparables de Trainspotting. Logra esto más estilizado y entretenido con un tema muy duro”.

Un soundtrack inolvidable

La música de Trainspotting ha sido uno de los elementos que han mantenido vigente a la película de generación en generación y es común encontrar su colección de canciones en las listas de los mejores soundtracks de la historia. Por ejemplo, la revista Rolling Stone lo colocó en el lugar 13 de The 25 Greatest Soundtracks of All Time; y Entertainment Weekly en el 17 de los 100 Best Movie Soundtracks.

El soundtrack incluye artistas consagrados de ese momento (Iggy Pop, Lou Redd, Brian Eno),  una colección de canciones compuestas expresamente para la película por los grupos protagonistas del britpop que vivió su auge en aquellos años (Blur, Pulp), y un poco de la música electrónica que incendiaba las pistas de baile británicas (Sleeper, New Order, Underworld). El cóctel musical se convirtió en un éxito de ventas tras el estreno de la película, llegó a los anaqueles el 9 de julio de 1996.

En el Reino Unido, donde vendió más de 900 mil unidades, recibió una triple certificación platino y en Estados Unidos alcanzó la categoría de Disco de Oro. Su popularidad es tal que se sigue reeditando en formatos físicos, en su vigésimo aniversario una reedición especial en vinil –una impresión en dos discos de 180 gm– “voló” entre los coleccionistas.

Para Ricardo Pineda, colaborador de la Revista Slang, la popularidad del soundtrack se debe a que fue “un hit generacional. En los albores del internet sucedía poco que tanto la película como el soundtrack hicieran click con el público más joven. En los noventa, el primer gran golpe musical fue Pulp Fiction, y luego del Reino Unido llegó Trainspotting”.

En 1996 se editó un segundo volumen que incluía canciones que inspiraron la película, remixes y algunos cortes que quedaron fuera de la primera entrega por cuestiones de derechos. Esta “secuela” no consiguió los números de ventas de su antecesora, en Reino Unido, por ejemplo, sólo consiguió una certificación de plata.

El soundtrack, explica Pineda, funcionaba como una invitación a conocer la música que se hacía entonces en el Reino Unido: “el britpop pasaba por un momento donde lo que no fuera Oasis, se parecía, tonalmente el britpop que hacía Blur y Pulp se hermanaba. Es una de las cosas que retrata el soundtrack. Llegó en una época cuando más personas se empezaron a interesar por esa música. Fue uno de los primeros soundtracks que llegó por medio del internet, recuerdo pasar una noche entera intentando bajar en Napster, la canción de Elastica que viene en el soundtrack. Hasta los dosmiles compré el CD”.

“Irving Welsh supo cómo retratar a toda una generación. Coincidió con los punks, el new wave, el no wave, y se va mezclando hasta dar paso a la música electrónica y los raves. Para el 96, los raves estaban en su pico en el Reino Unido, en esa época tenían una condición muy marginal, incluso política, antes de convertirse en una industria de fiestas”

“La película no lo cuenta mucho. Ellos van a clubs, a discos que se ven muy techno, aunque ellos escuchan Iggy Pop. Todo está mezclado y el soundtrack lo retrata de forma puntual. No recuerdo otra película previo a Trainspotting que abordara esa escena musical en particular, además haciendo énfasis en Edimburgo. Lo interesante es cómo se conecta con la movida inglesa de su época”, apuntó Pineda y subrayó:

“Ellos escuchan a Bowie, Iggy Pop y se hace un chiste recurrente. Diane, la “novia” del protagonista, es más joven y se burla un poco de las diferencias de edad reflejadas en sus gustos musicales. Ella no puede pasar la vida escuchando a “Ziggy Bob”, él la corrige pero ella insiste que como sea “él ya está muerto”. Para 1993, año de publicación de la novela, se hace referencia a cómo poco a inicios de los 90 era un chiste seguir escuchando a esos “viejos”. En pleno 2021, seguimos escuchando con gusto lo nuevo de Iggy Pop. Muchas de esas bandas techno ni nos acordamos quiénes son”.

“Uno de los grandes méritos del soundtrack es haber podido amalgamar lo que posteriormente apareció como un síntoma del “shuffle” de Apple, que llegó cinco o seis años después que la película. Eso determinó cómo escuchamos música ahora: en un playlist tenemos una de Los Tigres del Norte y luego algo de Los Beatles, Oasis o Massive Attack, se combinan épocas. Es una bella labor del equipo involucrado en Trainspotting. El hecho de que haya generado una especie de molde que otras películas inglesas buscaron repetir fue interesante, pero ninguna consiguió ese equilibrio entre película y soundtrack”, concluyó el conductor de Radio UNAM.

Los chicos banda, cortina del gobierno y los medios para distraer de las verdaderas crisis de México en los años 80

En el México de los años 80 el dólar pasó de los 22.95 pesos a los dos mil 483 pesos con 37 centavos; el gobierno en turno consideró más importante organizar mundiales de futbol que reconstruir una capital devastada por un sismo; el narco se consolidó y asesinó a agentes de la DEA a fin de mandar mensajes al más puro estilo Corleone y, sin embargo, las planas de los diarios solían recrearse con historias sobre los chavos banda (o panchitos), aquellos jóvenes marginados y marginales tildados de criminales, drogadictos, violadores y resentidos.

“Fuimos una cortina de humo para el Estado, un distractor. Se nos pintó como los responsables del terror y la inestabilidad política y social del país cuando, a decir verdad, las culpas estaban en terrenos muy distintos”, reflexiona uno de esos (hoy no tan) chavos banda que aparecen en Sin tantos Panchos, documental de la directora Verónica de la Luz, el cual recién obtuvo los premios Coyote, del Festival de Cine de Barrio, y el Ojos de Perro contra la Impunidad, otorgado por el colectivo homónimo donde participa el periodista Témoris Grecko, quien destacó la notable investigación que posibilitó el proyecto.

“El esfuerzo fue mucho. Fueron cinco años de trabajo y 36 horas de grabación destiladas en apenas 68 minutos”, explica la directora, quien con este largometraje obtuvo el título de maestra por la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM.

Y aunque Sin tantos Panchos bien puede considerarse una tesis fílmica, para Verónica es más bien una película independiente creada a base de esfuerzo y autogestión, receta seguida por casi todos quienes desean hacer cine en México y no pertenecen a una de esas élites que siempre terminan acaparando apoyos económicos y reflectores. 

“Hicimos todo con recursos muy limitados y de mucho de lo retratado en pantalla no pagamos derechos, de plano no nos alcanzaba. Ante esta restricción presupuestal mejor optamos por llegar a acuerdos con los directores cuya obra aparece en el filme, lo mismo hicimos con quienes nos prestaron sus archivos fotográficos e incluso logramos que una de las hijas del cantautor José Luis DF (el llamado padre del rock macizo) nos donara toda la música ahí empleada”.

Sin embargo, para Verónica lo más difícil fue rastrear a aquellos chicos banda pues hoy, a sus casi 60 años, siguen viendo con recelo a quien llega con una cámara o un micrófono. “Ya están hartos de que los reporteros se acerquen a preguntarles lo mismo, siempre con morbo y amarillismo. Mi aproximación fue distinta, les expliqué que mi investigación era académica y que buscaba entender cómo fue en realidad su vida en los 80, sin estigmas ni prejuicios. Esto fue la clave para que bajaran la guardia, confiaran en mí y me contaran su historia”.

Abriendo puertas a las siguientes generaciones

Verónica de la Luz nació y creció en el Ecatepec (o Ecatepunk, como se le dice coloquialmente) de los años 80 y, por lo mismo, no es ajena al ambiente de los chavos banda. De niña los veía pasear cerca de su casa y de su escuela, e incluso dos de sus tíos pertenecieron a algunas de esas pandillas; de ahí su inquietud por saber qué fue del colectivo.

“En aquellos tiempos se escuchaba a cada rato en los medios: los Panchitos robaron aquí, los Panchitos violaron allá, los Panchitos armaron trifulca acullá, y este discurso era tan insistente que permeó en la gente, la cual terminó por morirse de miedo, hasta que un día, de la noche a la mañana, se les dejó de mencionar. Mi pregunta era, ¿qué pasó?, ¿desaparecieron? No podía quedarme así, debía saber más”.

A fuerza de preguntar y tocar puertas, eventualmente Verónica dio con Pablo El Podrido, exintegrante de los Mierdas Punks, de Ciudad Neza; después contactó a José Luis El Hacha, uno de los fundadores de Los Panchitos (la mítica banda de la colonia 16 de septiembre que dio nombre a todo chico banda, pues sin importar su pandilla, en el imaginario colectivo cualquiera de estos chavos era un panchito), y finalmente llegó con El Toluco, quien perteneció a Los Nenes de Jalalpa cuando la Álvaro Obregón era delegación y la Ciudad de México, el DF.

Para filmar Sin tantos Panchos, Verónica de la Luz leyó libros como Las bandas en tiempos de crisis, de Francisco Gómezjara; ¿Qué transa con las bandas?, de Jorge García-Robles, o La banda, el consejo y otros panchos, de Fabrizio León, y también repasó muchas cintas mexicanas de culto, como Nadie es inocente (1987), de Sarah Minter; Sábado de mierda (1988), de Gregorio Rocha; La neta no hay futuro (1988), de Andrea Gentile, o Fonqui (1984), de Juan Guerrero, película del CCC que inauguró lo que despectivamente se bautizaría como el cine naco.

“Hay muchísimo material de la época y con lo recolectado, y con lo que me dijeron El Nene, El Hacha y El Podrido, pude reconstruir aquellos días y ver que estos jóvenes, pese a ser retratados por la prensa como delincuentes y escoria, en realidad eran muchachos inquietos que con frecuencia eran vejados por la policía tan sólo por su forma de vestir y peinarse, por ser jóvenes y por oír a todo volumen rolas de punk y rock”.

Sobre qué fue de los chicos banda, y más allá de la obviedad de explicar que crecieron y envejecieron, Verónica encontró que muchos de ellos fueron cooptados por partidos políticos como militantes, otros trabajan de burócratas, algunos siguen en la cárcel, un puñado está en el panteón y hay quienes terminaron dando clases como académicos. 

“Aunque quizá lo más interesante es observar que, a nivel generacional, pasaron la estafeta y se convirtieron en los primeros punks de la Ciudad de México, y después se transformaron en algo más, ya que las tribus urbanas siempre están cambiando, nunca dejan de evolucionar”.

A decir de Verónica, la principal enseñanza que le deja el haber filmado Sin tantos Panchos fue el constatar que los chicos banda, más que desestabilizar a la sociedad, en realidad le abrieron brecha a quienes vendrían después, pues tanto ella como los más jóvenes se han visto beneficiados por sus reclamos de espacios y por sus exigencias de mejores viviendas, trabajos y educación.

“Con otra cosa que me quedo es con la reflexión formulada por los mismos chavos banda tras ver la cinta. Prácticamente todos dijeron que fue un error darse en la madre entre sí cuando los enemigos eran el gobierno y los medios. Todos admiten que eran muy jóvenes como para sopesar las consecuencias, pero que hoy saben que la historia hubiera sido muy distinta si, en vez de pelear por un territorio, se hubieran unido para plantarle cara a las autoridades y parar tanto abuso contra ellos”.

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“Canción de invierno” de Silvana Lázaro tendrá su estreno mundial en la 35ª edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara

  • La tesis fílmica “Canción de invierno” se estrenará en el FICG
  • Es la primera ocasión que la ENAC participa como Escuela Nacional en este Festival

 

En el marco de la 35ª edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, se llevará a cabo el estreno a nivel mundial de la tesis fílmica “Canción de invierno” de Silvana Lázaro, alumna de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como parte de la competencia al Premio Maguey Illuminatio.

Asimismo, por primera ocasión como Escuela Nacional, la ENAC tendrá participación en el FICG, siendo este uno de los festivales de cine más importantes en México, en el cual esta Entidad Académica ha tenido presencia desde sus orígenes.

“Canción de invierno” es una película que habla de Danielle, una joven guitarrista que decide emprender un viaje con Diego, su mejor amigo, mientras ambos enfrentan el duelo de un rompimiento amoroso. Su travesía los llevará al norte del país, donde tendrán que usar sus habilidades como músicos para sobrevivir, al tiempo que van conociendo el complejo contexto fronterizo entre México y Estados Unidos. Dos corazones rotos, dos amigos, un viaje en carretera, un nuevo amor, pero fundamentalmente, una profunda necesidad de encontrarse así mismos, hace a “Canción de Invierno” un filme sobre la juventud.

Silvana Lázaro, en el año 2012 inició el proyecto Elipse Films. En el 2013 ingresó al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (ahora ENAC) donde dirigió cortometrajes como el documental “Memorias del table dance” que fue nominado al Premio Ariel 2017, en la categoría de mejor cortometraje documental y fue exhibido en más de 20 países, formando parte de la selección de diversos festivales alrededor del mundo como el Festival de Cine de Morelia. También dirigió y escribió el cortometraje “Crónica Marciana” que se estrenó en Palm Springs International Shortfest 2017. Sus trabajos previos han sido reconocidos en diversos festivales de talla internacional como: Anyang International Youth Film Festival de Corea, el Inonu University 9th International Short Film Festival de Turquía, el Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño Clemente de la Cerda de Venezuela, el International Film Festival Ícaro de Guatemala, y el Festival Internacional de Cine de Morelia y el Festival Internacional de Cine del Desierto de México.

El FICG se realizará del 20 al 27 de noviembre del año en curso, y la competencia al Premio Maguey Illuminatio del 23 al 27 de este mismo periodo.

 

 

 

La ENAC con filmes ganadores en el 18° Festival Internacional de Cine de Morelia

  • “Pinky Promise” de la egresada Indra Villaseñor, ganadora del Ojo a Cortometraje de Ficción Mexicano
  • Mención Especial a “Vera” de Juan Ordorica en Sección Cortometraje de Ficción Mexicano
  • La Tesis Fílmica “Tu’un Savi” de Uriel López, ganadora del Ojo a Largometraje Documental Mexicano y estrenada a nivel mundial.

 

En el marco de la Ceremonia de Premiación y Clausura de la 18ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, que fue realizada el día 1º de noviembre del año en curso, los filmes del alumnado y egresados de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas obtuvieron dos premios y una mención especial en este importante evento.

Esta ocasión, fue la primera vez en que el festival de cine más importante del país, se llevó a cabo en una versión híbrida con funciones presenciales en la ciudad de Morelia, Michoacán y funciones virtuales a través de las plataformas de streaming Cinépolis KLIC, FilmInLatino y el Canal 22 en señal de televisión abierta nacional.

La ENAC, se posiciona como referente en la docencia en cine, al exhibir los trabajos fílmicos que el alumnado realiza en su paso por la Licenciatura en Cinematografía y en el caso de sus egresados, a través del programa de Ópera Prima y proyectos independientes. Este año los filmes de alumnado y egresados de la ENAC ganadores en el Festival de Cine de Morelia, fueron los siguientes:

 

Sección Cortometraje de Ficción Mexicano

El filme ganador del Ojo en la Sección Cortometraje de Ficción Mexicano fue “Pinky Promise” película independiente de la egresada Indra Villaseñor. Este cortometraje sigue a Miranda, que, a sus quince años, ha quedado embarazada después de su primera relación sexual. Decide pedir ayuda a Luisa, quien está lejos de ser su amiga, para realizarse un aborto. Ambas compartirán una tarde de complicidad y empatía que finalizará con la promesa de guardar el secreto.

Indra Villaseñor Amador, actualmente está en preproducción de la Ópera Prima “Adiós, amor” como parte del Programa de Óperas Primas para Egresados de la ENAC, coordinado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE) del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). Es egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (ahora ENAC). Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2018, ganadora de PROCINE 2019 y nominada a los premios Emmys por mejor serie documental en el año en curso. Se desarrolla principalmente como guionista y directora en cine y televisión.

Dentro de esta sección, “Vera del alumno Juan Ordorica, obtuvo Mención Especial. Este cortometraje relata la serie de sucesos entre Vera y David se besan y desvisten torpe y apasionadamente para “ver una película”. Al terminar el “peliculón, Vera va a orinar tranquilamente. David la interrumpe con una aterradora imagen que amenaza el futuro de ambos. ¿Falla de látex o error humano? La pregunta es irrelevante, miles de espermas viajan dentro de Vera con una sola misión. Actúan rápido y van a la farmacia a tomar las medidas de emergencia que amerita la situación. Vera se calma y piensa que la ha librado, pero le espera una sorpresa con la cual tendrá que decidir cómo lidiar. Este cortometraje ha participado en el año 2019, como parte de la Muestra Fílmica de la ENAC y en el Festival Shorts México. En el año 2020, en el Festival Internacional de Cine de Monterrey (ficmonterrey) así como en el Guanajuato International Film Festival (GIFF).

Juan Ordorica ingresó en el año al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), en donde actualmente está cursando el cuarto año de la carrera de cinematografía. Desde que entró al CUEC, ha realizado tres cortos de ficción y un corto documental. También a colaborado en otros cortos como AD, AF, fotógrafo, editor, sonidista, editor de sonido, diseñador sonoro y mezclador de sonido.

 

Sección Largometraje Documental Mexicano

El Ojo en la Sección Largometraje Documental Mexicano fue otorgado a la tesis fílmica  “Tu´un Savi” de Uriel López, cuyo estreno a nivel mundial se dio en el marco del FICM. Este largometraje documental, es un acompañamiento en la historia personal de Nute Kuijin (Uriel López, el mismo realizador), quien a los 15 años abandonó su hogar en Ñuu Savi, recorriendo mundos distintos al suyo. Comenzando su formación como documentalista y, tras ello, el interés de aprender el idioma que habla su familia, prohibido desde su infancia. A su regreso a su lugar de origen, se entera que su padre ha fallecido; y con él su lengua. En este documental se hace una búsqueda de Tu’un Savi a través de sus hablantes.

Uriel López, estudió fotografía estenopeica en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (2005), continuó sus estudios en fotografía con el fotógrafo Daniel Mendoza en el Estudio Taller Selenium (2006), Video Arte en La Fabrica de Artes y Oficios del Oriente con el maestro Taniel Morales (2007), Cine Hecho a Mano con el Documentalista Jesse Lerner en el Centro de la Imagen (2008), Taller de cine en una sola toma con Harun Farocki (2014) y cine experimental con Eve Heller en la Cátedra Bergman, se especializó como cinefotógrafo en Cinematografía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (2010). Su obra a recorrido diferentes espacios culturales como Museo de Arte Alameda (2010), Cinemateca de Bogotá (2011), 33º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, La Habana, Cuba (2012), Festival Internacional de Cine de Morelia (2013); entre otros. Actualmente estudia Tu’un Savi en el Centro Cultural José Martí, forma parte de la Ve’i Ñuu Savi espacio donde habitan diferentes lenguas originarias de este país. Uriel intenta dejar de hablar el castellano, vive en Ñuu Ko’yo.

El Festival Internacional de Cine de Morelia, se llevó a cabo del 28 de octubre al 1º de noviembre del año en curso.

 

“Pinky promise” Dir. Indra Villaseñor

 

“Vera” Dir. Juan Ordorica

 

“Tu’un Savi” Dir. Uriel López

La ENAC con presencia en el 18° Festival Internacional de Cine de Morelia

 

  • La Ópera Prima “No son horas de olvidar” se estrenará en México durante el  FICM
  • Ocho filmes realizados por el alumnado y egresados de la ENAC son parte de la Selección Oficial

 

El alumnado y egresados de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas tiene importante presencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia que celebra su décima octava edición. Esta ocasión será la primera vez en que el festival de cine más importante del país se lleve a cabo en una versión híbrida con funciones presenciales en la ciudad de Morelia, Michoacán y funciones virtuales a través de las plataformas de streaming Cinépolis KLIC, FilmInLatino y el Canal 22 en señal de televisión abierta nacional.

La ENAC se posiciona como referente en la docencia en cine, al exhibir los trabajos fílmicos que el alumnado realiza en su paso por la Licenciatura en Cinematografía y en el caso de sus egresados a través del programa de Ópera Prima y proyectos independientes.

Este año serán ocho filmes de la ENAC los que forman parte de la Selección Oficial del Festival de Cine de Morelia, los cuales se mencionan a continuación:

 

Sección Cortometraje Mexicano en Animación

1.- Un juguete de madera soñó con barcos de papel de Mauricio Hernández, tesis fílmica animada, muestra unos antiguos barcos de papel controlados por la música de un tocadiscos, cuando éste se descompone, los navíos ven la oportunidad de rebelarse.

 

Sección Cortometraje Mexicano en Documental

2.- Oh mariposa ¿qué sueñas cuando agitas tus alas? de la alumna Valeria Díaz explora la labor de los taxónomos, que tienen la encantadora tarea de nombrar y describir todas las especies de plantas y animales descubiertas en el planeta. A través de cinco secuencias experimentales se sumerge en el descubrimiento de los destellos de belleza, narrativas y sensaciones que el trabajo de estos biólogos esconde, experimentando una forma de apreciar el mundo.

3.- VII Domitilas de Diego Ruiz, relata que el canto salvó a Domitila de una fiebre mortal. A partir de ese momento, ella utiliza su voz como puente espiritual y decide también velar a los muertos de su pueblo, San Miguel Pocitos en Puebla, México.

 

Sección Cortometraje Mexicano en Ficción

4.- Vera de Juan Ordorica, relata la serie de sucesos entre Vera y David se besan y desvisten torpe y apasionadamente para “ver una película”. Al terminar el “peliculón, Vera va a orinar tranquilamente. David la interrumpe con una aterradora imagen que amenaza el futuro de ambos. ¿Falla de látex o error humano? La pregunta es irrelevante, miles de espermas viajan dentro de Vera con una sola misión. Actúan rápido y van a la farmacia a tomar las medidas de emergencia que amerita la situación. Vera se calma y piensa que la ha librado, pero le espera una sorpresa con la cual tendrá que decidir cómo lidiar.

5.- Ayer y mañana tesis fílmica de Diego Cruz, cuenta la historia de Horacio, que visita a su padre, a quién no ha visto desde hace diez años. El reencuentro le devela una serie de cambios ineludibles en ambos. A través de un viaje en el tiempo, cohabitando con sus recuerdos, intentarán recuperar la relación que solían tener.

6.- Un lejano rumor de agua tesis fílmica de Ian Morales, un adolescente se adentra en una laguna virgen en la que habita una siniestra criatura, una sirena. Este encuentro lo llevará a explorar una perturbadora faceta de sí mismo y de su relación con su hermana.

 

Sección Documental Mexicano

7.- No son horas de olvidar Ópera Prima de David Castañón será estrenada a nivel nacional en el marco del FICM. Es un largometraje que se desarrolló como parte del Programa de Óperas Primas para Egresados de la ENAC, coordinado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE) del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).

Este documental sigue la historia de Jorge y Juana, una pareja de exiliados chilenos, emprenden   una lucha contra el olvido y el Alzheimer intentando encontrar los últimos vestigios de su amor, su identidad y sus sueños.

8.- Tu´un Savi es un acompañamiento en la historia personal de Nute Kuijin (Uriel López), quien a los 15 años abandonó su hogar en Ñuu Savi, recorriendo mundos distintos al suyo. Comenzando su formación como documentalista y, tras ello, el interés de aprender el idioma que habla su familia, prohibido desde su infancia. A su regreso a su lugar de origen, se entera que su padre ha fallecido; y con él su lengua. En este documental se hace una búsqueda de Tu’un Savi a través de sus hablantes.

Asimismo, producciones fílmicas independientes de egresados de la ENAC participan en diferentes categorías del FICM: Las Nubes Bajo el Volcán deAdán Ruiz, Extraños en un tren de Pierre Saint Martin , El día comenzó ayer y La diosa del asfalto de Julián Hernández, Pinky Promise de Indra Villaseñor Amador, Wheels de Roberto Fiesco, Los últimos recuerdos de Abril de Nancy Cruz y El pueblo del atardecer carmesí de Juan Manuel Sepúlveda.

El Festival Internacional de Cine de Morelia, se llevará a cabo del 28 de octubre al 1º de noviembre del año en curso.

Oh mariposa ¿qué sueñas cuando agitas tus alas? / Dir. Valeria Díaz

 

VII Domitilas / Dir. Diego Ruiz

 

Un juguete de madera que soñó con barcos de papel / Dir. Mauricio Hernández

Vera / Dir. Juan Ordorica

 

Ayer y mañana / Dir. Diego Cruz

Un lejano rumor de agua / Dir. Ian  Morales

 

Tu’un Savi / Dir. Uriel López (Nute Kuijin)

No son horas de olvidar / Dir. David Castañón

Murió Sean Connery

El actor escocés fue el primero en interpretar a James Bond. Tenía 90 años al momento de su fallecimiento

Sean Connery, el primer James Bond que conocieron las pantallas de cine, falleció a los 90 años de edad mientras dormía, de acuerdo a un boletín informativo firmado por la familia del actor, quienes agregaron que éste llevaba una temporada delicado de salud.

El intérprete nació el 25 de agosto de 1930 en Edimburgo, Escocia. Fue nombrado caballero de la corona británica en el 2000 y se había retirado de las pantallas desde el 2003, cuando participó en el largometraje La liga extraordinaria (The League of Extraordinary Gentlemen)

A lo largo de su carrera participó en más de 90 producciones, obtuvo un premio Oscar a Mejor Actor de Reparto por su actuación en Los intocables (The Untouchables, 1997). Además, recibió dos premios BAFTA y tres Globo de Oro, incluyendo el Cecil B. DeMille por su trayectoria frente a las cámaras.

Sin embargo, Connery probablemente será recordado por encarnar a James Bondo, el famoso espía secreto creado por Ian Fleming. Mediante un comunicado, Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, productores de la franquicia, declararon que “siempre será recordado como el James Bond original, cuya entrada indeleble en la historia del cine comenzó cuando anunció esas palabras inolvidables, ‘El nombre es Bond … James Bond’”.

“Él revolucionó el mundo con su interpretación valiente e ingeniosa del agente secreto sexy y carismático. Sin duda, es en gran parte responsable del éxito de la serie de películas y le estaremos eternamente agradecidos ”, agregaron.

Connery interpretó por primera ocasión al agente secreto en El satánico Dr. No (Dr. No, 1962) que se convirtió en un éxito de taquilla gracias a los 16 millones de dólares que recaudó. Siguieron El regreso del agente 007 (From Russia with Love, 1963) –donde compartió pantalla con Pedro Armendariz–, 007 contra Goldfinger (Goldfinger, 1964), Operación trueno (Thunderball, 1965), Sólo se vive dos veces (You Only Live Twice, 1967), Los diamantes son eternos (Diamonds Are Forever, 1971), y Nunca digas nunca jamás (Never Say Never Again, 1983).

Asimismo destacó en películas como Marnie (1964) –de Alfred Hitchcock–, Robin y Marian, Indiana Jones y la última cruzada (1989), La caza del Octubre Rojo (1990), El nombre de la Rosa (1986) –basada en la novela de Umberto Ecco–, Highlander, Asesinato en el Expresso Oriente (1974) y La Roca (1996).

35 años de ciencia en Volver al futuro

 

Marty McFly viajó por primera vez en el tiempo el 26 de octubre de 1985. La hazaña la realizó a través de un carro deportivo llamado DeLorean. El “Doc” (como él lo llamaba) creó esta máquina del tiempo. Hoy, a 35 años de su estreno, nos seguimos preguntando: ¿viajar en el tiempo es científicamente posible?

Saúl Ramos, investigador del Instituto de Física de la UNAM, explicó la ciencia detrás de esta famosa saga, en donde existen diversos elementos científicos que son reales, al menos en la teoría.

Universos paralelos

Primero tenemos la paradoja del abuelo. Marty viaja al pasado y evita que sus papás se enamoren y así pone en riesgo su propia existencia. “En la teoría física alguien podría viajar al pasado y hacerle algo a su abuelo que impida que conozca a su abuela. Eso impediría instantáneamente que quien viaja en el tiempo nazca. Pero si no nace, ¿cómo podría evitar que se conozcan su abuelo y su abuela? No es posible resolver este problema si se considera un solo Universo”.

Si existieran otros universos simultáneos o paralelos, como se les llama, uno podría resolver esta paradoja, indicó Saúl Ramos. La persona, al viajar al pasado e impedir que se conozcan sus abuelos, afectaría una realidad alternativa, no la suya.

Es decir, alguien que viaje al pasado podría viajar a un universo casi idéntico al nuestro, el cual podría modificar sin pudor ni consecuencias el suyo mismo. Aunque esto no es lo que ocurre en la película, pues cada vez que Marty McFly modifica el pasado hay consecuencias. “El escenario de Volver al Futuro no puede explicarse científicamente”.

Aunque los universos paralelos parecen fantasía, en la física son posibles. De hecho, hay tres escenarios teóricos: la mecánica cuántica, la cosmología inflacionaria y la teoría de cuerdas.

La mecánica cuántica nos indica que una partícula puede estar simultáneamente en todas partes con distintas probabilidades. Uno podría interpretar esa expresión de una forma alternativa: hay un número infinito de universos idénticos y en cada uno una partícula idéntica se encuentra en distintos lugares. Erwin Schrödinger mencionó, por primera vez, esta posibilidad en 1952: su gato está vivo en un universo y muerto en otro. Quien la analizó seriamente desde 1957 es Hugh Everett.

En la cosmología inflacionaria existen razones para pensar que no todos los puntos en el universo temprano comenzaron a expandirse de la misma forma.

De hecho, pudo haber ocurrido que distintos puntos del universo temprano hayan dado origen a burbujas con cualidades diferentes, de tal forma que nosotros podríamos vivir en una de esas burbujas, pero habría otras que incluso podrían parecerse a nuestro pasado. “En este escenario, Marty McFly habría podido viajar a esas otras burbujas en el DeLorean”.

El último es la Teoría de Cuerdas, que se distingue de nuestro Universo porque se requieren más de tres números para determinar la posición de cada cosa. En cambio, en nuestro planeta basta con detectar la longitud, latitud y altitud para localizarnos, y basta usar tres números para localizar por ejemplo una estrella.

En la Teoría de Cuerdas se requieren de nueve coordenadas diferentes. Hay un número gigantesco de posibilidades matemáticamente consistentes de deshacerse de seis de esas coordenadas y todas ellas conducen a universos posibles que podrían existir simultáneamente.

El tiempo y la termodinámica

El tiempo es una de las grandes preguntas filosóficas y también recurrente en la física. “En física usamos el tiempo como simplemente una cantidad que nos permite determinar la evolución de un sistema físico”.

Para aclararlo, dijo el académico universitario, pensemos en una pelota que cae desde el techo de un edificio. El tiempo sería una forma de determinar el valor en cantidad que la pelota recorre en cada piso del edificio en su caída.

Pero, en ese escenario, no hay nada que indique por qué ese número que llamamos tiempo siempre aumenta ¿Por qué no disminuye de repente? O sea, ¿por qué no viajamos al pasado de pronto?

La razón parece estar oculta en la termodinámica, donde hay una cantidad llamada entropía, que cuenta las distintas formas en las que podrían acomodarse todas las partículas que componen un cuerpo.

A veces también se describe como el grado de desorden de un sistema. El desorden siempre aumenta. Por ejemplo, “cuando derramamos un vaso de agua, el agua no regresa de forma natural al vaso, sino que se esparce más”. Quizá esa es la razón por la que el tiempo siempre sigue la misma dirección.

¿Se puede usar un rayo o plutonio para viajar en el tiempo?

A pesar de que existen varias investigaciones que buscan viajar en el tiempo, en todos los casos se recurre a formas geométricas del universo bastante raras, donde además se usan formas de energía exótica que no tienen nada que ver con la energía que conocemos, producimos o usamos todos los días.

Sin importar si lograremos producir muchísima energía rápidamente, como en Volver al Futuro, sería imposible crear las estructuras espaciales que nos permitirían viajar en el tiempo.

“Lo que sí podría ocurrir es que si generáramos mucha más energía de la que usan Marty y el Doc y la acumuláramos en algún lugar del Universo, podríamos generar distorsiones espacio-temporales, cuyos efectos no son claros, pero podrían incluir, por ejemplo la creación de agujeros negros”.

En cuanto al plutonio, el académico dijo que no es tan inseguro trabajar con este tipo de materiales como muchos piensan. “Por supuesto, sin protección adecuada puede conducir a daños celulares que conducen a cáncer”.

De hecho, en Francia se usa muchísimo para la generación eléctrica. Algunos reactores franceses emplean una combinación de Uranio y Plutonio. Su decaimiento radioactivo calienta agua, cuyo vapor mueve turbinas y conduce a la generación de energía eléctrica.

Finalmente, el académico universitario enfatizó que todavía estamos muy lejos para lograr viajar en el tiempo.