Pobreza y racismo ante la crisis de COVID 19. En Colombia, Ecuador y México

Tocar el piano tiene un antes y un después de Beethoven

La música de piano de Beethoven le dio un impulso creador al instrumento. El compositor alemán creó sus piezas más novedosas en ese instrumento, el que más dominaba a pesar de haber estudiado también el violín, comentó Guillermo Theo Hernández, coordinador del catálogo de música de la Fonoteca Nacional.

En su colaboración para el programa Primer Movimiento, de Radio UNAM, señaló que fue en la ciudad de Viena que Beethoven empieza a soltarse en el desarrollo compositivo, “dedicarle una partitura a un personaje representaba que lo iba a patrocinar en algo”.

Agregó que tocar el piano tiene un antes y un después de Beethoven, “con él se da la mayor evolución del instrumento y tuvo influencia en los constructores de pianos”.

UNAM Global · Beetovhen

Pese a lo que se decía, todos deberíamos usar cubrebocas

 

Sobre el aún alto número de personas que deambulan por las calles sin cubrebocas, el doctor Orlando Hernández Cristóbal es enfático al decir: “Deberíamos portar uno siempre, y de la mejor calidad posible, pero si no es así ponerte algo es mejor que no traer nada, pues por más deficiente que sea el material de tu mascarilla, o si prefieres amarrarte un pañuelo o una bandana, al cubrirte la parte baja del rostro aminoras —de forma mecánica— la probabilidad de contagio”.

Para el académico, parte de la confusión sobre si usar o no tal protección se debe a lo contradictorio de muchos mensajes emitidos por las autoridades no sólo de México, sino del mundo, los cuales han ido desde afirmar, como recién hizo Trump, “que mucha gente usa máscaras no para protegerse del coronavirus, sino para mostrar su desaprobación hacia él”, hasta señalar que no hay evidencia científica de que los barbijos eviten la propagación del SARS-CoV-2, como decía el subsecretario Hugo López-Gatell a inicios de marzo. 

“Aseverar cosas de ese estilo se debe a que hemos vivido esta pandemia en tiempo real, a que la llegada de la COVID-19 nos tomó por sorpresa y con la guardia baja y, sobre todo, a que a diario se descubren cosas nuevas”, explica el profesor Hernández quien, como responsable del Laboratorio de Microscopía de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Morelia, desde el estallido de esta crisis se ha dedicado a analizar distintos tapabocas con un microscopio electrónico de barrido a fin de determinar su efectividad.

En un estudio donde participó el Nobel mexicano Mario Molina (publicado el 16 de mayo) se dice muy claro: “La diferencia entre hacer obligatorio o no el uso de máscaras determinó el curso de la pandemia en tres sitios distintos (Wuhan, Italia y Nueva York), pues esta medida redujo significativamente el número de infecciones. Otras estrategias de mitigación, como el distanciamiento social, han mostrado ser insuficientes por sí mismas para proteger a la gente”.

Por ello, en momentos donde en México se dan cifras récord de hasta seis mil 288 contagios nuevos por día, el profesor Hernández Cristóbal subraya que no sólo es muy importante usar barbijos al salir a la calle, sino elegir el mejor y, además, darle la higiene adecuada.

“Para entender qué tan pequeño es el SARS-CoV-2 imaginemos el grosor de un cabello (0.1 milímetros) y dividámoslo en mil, ese sería su tamaño. Buscando un símil, es como si ese diámetro capilar tuviera los 65 metros de altura de la Pirámide del Sol y el virus fuera sólo un vasito tequilero (6.5 cm). Con algo así de diminuto lidiamos y de ahí la importancia de saber qué materiales lo pueden detener”.

En busca de la mejor mascarilla filtrante

Algo que apenas se empieza a aceptar es la importancia de los cubrebocas a la hora de abatir contagios y esta toma de conciencia es tan reciente que la Organización Mundial de la Salud todavía el mes pasado desaconsejaba su uso, pero a inicios de junio modificó su postura y ahora pide a todos, en cualquier país, portar uno.

La conclusión del artículo del doctor Molina (escrito en colaboración con otros expertos en calidad del aire) es tajante: “El uso de máscaras faciales en espacios públicos es la vía más efectiva para evitar la transmisión entre humanos y esta práctica tan poco costosa —aunada a la aplicación simultánea de distanciamiento social, cuarentenas y rastreo de contactos— es una excelente estrategia contra la pandemia y nuestra mejor oportunidad de ponerle fin”.

No obstante, abundan los reticentes en cuanto a usar una máscara (por incomodidad o descreimiento), algo que el doctor Hernández critica pues los barbijos son un escudo contra los aerosoles expelidos por un infectado al respirar, toser o estornudar. El talón de Aquiles del virus es que debe introducirse a un organismo para enfermarlo y, de no lograrlo, se degrada, por lo que es buena idea ponerle barreras.

“La infección se puede dar incluso al intercambiar palabras con alguien aparentemente sano (no olvidemos que tanto asintomáticos como presintómaticos son contagiosos), pues todos exhalamos microgotas que van de las 60 a las 300 micras, de forma constante. De ahí la importancia de usar una protección en nariz y boca capaz de atrapar estas partículas. No olvidemos que un buen cubrebocas debe cumplir con dos características: filtrar el aire que entra a nuestros pulmones y, al mismo tiempo, no dificultarnos el respirar”.

Actualmente, el profesor Orlando Hernández pasa gran parte de su tiempo en su laboratorio de la ENES Morelia analizando la microestructura de los distintos materiales con que se elaboran las mascarillas filtrantes y, de esta manera, no sólo ha corroborado algo de todos sabido: las más efectivas no sólo son las N95 de uso médico, sino aquellas confeccionadas en algún punto con la tela de los filtros de aspiradora (polipropileno), ya que los materiales de las primeras y las segundas tienen propiedades químicas semejantes.

“Esto es una buena noticia pues hablamos de un material económico que se puede conseguir en las tiendas, con una retícula bastante eficiente que atrapa los aerosoles e impide su paso y con el cual, incluso, nos podemos fabricar nuestros propios tapabocas, o añadirle una capa extra de protección al que ya tenemos, en especial si es de esos que cuentan con una bolsita para colocarle filtros”.

Por todo ello, el académico pide ser cuidadoso al elegir una máscara, en especial con tanta oferta en los mercados y puestos callejeros. Lo importante no es elegir la más bonita o curiosa (las hay desde aquellas con una sonrisa del Joker hasta las que emulan el bozal de Hannibal Lecter), sino las que tienen el mejor diseño y material.

“Lo ideal es que tenga tres capas: la más superficial debe ser de una tela repelente al agua como el poliéster, pero no cualquiera ya que no todos los poliésteres tienen dicha cualidad. Por ello, antes de comprarnos una es recomendable, con una jeringuilla, poner una gota sobre el exterior del cubrebocas y observar si ésta permanece o se absorbe de inmediato. Si es succionada y desaparece en pocos segundos no nos sirve, ya que haría lo mismo con los aerosoles”. 

La segunda capa —añade— puede ser de polipropileno (recordemos que no sólo es el material de los filtros de aspiradora, sino uno muy parecido al de las máscaras N95), y la tercera, por ir pegada a nuestro cuerpo, debe ser de algodón u otra tela ahora sí muy absorbente, pues llegados a este punto lo que deseamos es retener lo que salga de nuestra boca y nariz, pues si estamos infectados eso evitará que alguien más respire nuestras exhalaciones.

Aunque al principio de la charla el profesor Hernández señalaba que, incluso siendo de mal material, siempre es preferible llevar un cubrebocas a ninguno, en esta ocasión advierte que hay uno tan desaconsejable que incluso ya fue prohibido en muchas ciudades de Estados Unidos por implicar un riesgo sanitario: el que tiene válvula.

“Las válvulas que se les colocan están diseñadas para facilitar la respiración, y si bien estas máscaras limpian el aire entrante e incluso evitan que se empañen nuestros lentes, lo cuestionable es que dejan salir las exhalaciones sin filtrarlas y ello representa un gran problema, porque si quien lo usa está infectado, ese individuo propagará la enfermedad por doquiera que pase. Por ello, estas máscaras no son útiles contra la COVID-19, pues si deseamos acabar con la pandemia debemos romper el ciclo de contagio, nunca continuarlo”.

Usos y cuidados

Hace unos días, la exprimera dama Angélica Rivera fue captada en Miami recorriendo un lujoso centro comercial con un par de bolsas doradas al brazo. Las críticas le fueron inmediatas no sólo por hacer compras no esenciales cuando esa ciudad está en su pico de contagios, sino por usar dos cubrebocas y ninguno de manera adecuada: uno lo llevaba dejando descubierta la nariz y el otro colgaba holgadamente de su cuello, cual si fuera gargantilla.

A decir del doctor Orlando Hernández, no basta con tener una máscara facial para estar protegido, es preciso usarla de manera correcta y ello empieza por saber que debe cubrir desde la parte baja de barbilla hasta el puente de la nariz, que sólo hay que manipularla por las puntas que van en las orejas o por las ligas de sujeción y, una vez colocada, no tocarla, pues podría contaminarse con patógenos.

“A diferencia de los asiáticos, esto de usar cubrebocas es nuevo para nosotros. Yo mismo me sentía raro al inicio y ello explica que veamos a tanta gente llevarla por debajo de la nariz cubriéndose sólo la boca o a nivel de la garganta como si fuera bufanda, o incluso a individuos que se la bajan cada que desean hablar, y todo eso está mal”.

Además de familiarizarnos con los protocolos de buen uso —agrega el académico— es deseable que cada uno de nosotros conozca más sobre la mascarilla que tiene en casa, es decir, si ésta es desechable (como las N95 o los pellones quirúrgicos), si se puede reutilizar o incluso si tiene una bolsa para filtro, pues éste debe renovarse con frecuencia. De esas características dependerán los cuidados a darle.

“Hace poco me comentaban de una oferta en internet de cubrebocas N95 lavables y de múltiples puestas, y eso es mentira. Debemos tener cuidado con estos anuncios ya que, con tal de vender, no nos dicen que esas máscaras se dañan con el agua y jabón, ni que tras su uso se deben desechar. De hecho, un médico no debería portar una de éstas arriba de cinco horas y alguien normal, que sólo la emplea para salir a la calle, debería desecharla al tercer día”. 

Vivimos tiempos en los que debemos ser muy cuidadosos con la higiene y, así como nos hemos acostumbrado a lavarnos las manos a cada rato, también debemos aprender a sanitizar nuestros cubrebocas (los reusables) varias veces por semana. Esto se hace sumergiéndolos en una solución de alcohol al 70 por ciento y dejándolos secar por un día, lo cual nos obliga a tener dos o tres más de repuesto, por si en ese lapso debemos salir a algún sitio público.

Una nueva cultura

Mucho se ha especulado sobre por qué en Asia existe una cultura centenaria del uso de cubrebocas (lo de centenaria es literal, pues ésta se remonta a 1918, cuando la gripe española azotó al planeta), mientras que en Occidente no hay nada similar (algunos proponen que ello se debe a que, para los habitantes de esta región, el mostrar identidad, hacer patentes las expresiones faciales y el mirarse a los ojos son elementos comunicativos y de ahí que taparse la cara cuadre tan poco con la manera occidental de entender el mundo).

No obstante, ante lo rápido que países como Corea del Sur, China o Japón aplanaron sus curvas de contagios, y al ver cómo Europa y América se han vuelto hervideros de la infección, muchos expertos comenzaron a contrastar las estrategias aplicadas tanto aquí como allá para luego aventurar que, en cuanto al uso de las máscaras faciales como freno para los patógenos, quizá Asia tenía razón.

A decir del profesor Hernández, la buena noticia es que los humanos sabemos adaptarnos y la evidencia de ello es que cada vez hay más personas con cubrebocas en las calles, por lo que critica que los tomadores de decisiones, pese a que deberían ser los más interesados en que se generalice esta nueva práctica, se nieguen a ponerse un cubrebocas, como Donald Trump, quien dice que hacerlo “es mandar el mensaje erróneo, además de que con él se ve ridículo”.

Esta reticencia en las más altas esferas políticas se ha vuelto tan evidente que incluso el Nobel Mario Molina ha invitado a Andrés Manuel López Obrador a dar el ejemplo y usar máscara durante sus eventos, mientras que en Brasil un juez fue más allá y, ante sus negativas constantes, le impuso al mismísimo presidente Jair Bolsonaro la obligación legal de usar barbijo en todo acto público.

No obstante, el doctor Orlando Hernández se dice confiado en que este cambio de paradigmas, más que por coerción, se dará por convencimiento, pues “aunque adoptar otros hábitos no es fácil y menos de la noche a la mañana, esta pandemia nos está enseñando a usar cubrebocas. No es la primera vez que como humanidad nos enfrentamos a un nuevo virus y en cada ocasión hemos aprendido algo para salir adelante; de ésta saldremos sabiendo algo más”.

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La UNAM trabaja en 12 proyectos de investigación para hacerle frente a la pandemia

Ante una emergencia, la UNAM no tiene que trabajar de manera distinta. Si bien los calendarios se mueven, en su quehacer cotidiano pone de manifiesto su voluntad y capacidad para atender, entre otros menesteres, las necesidades que trae consigo la pandemia por SARS-CoV-2.

Son 12 proyectos de investigación científica con los que la Máxima Casa de Estudios del país piensa hacerle frente a esta crisis de salud hasta el año 2023. Sus temáticas de índole social, económica y de salud involucraron la participación de 36 académicos e investigadores de institutos y centros de investigación, seis facultades, una escuela y dos entidades de bachilleratos que trabajaron de manera coordinada con instancias externas a la comunidad.

En entrevista con Deyanira Morán, conductora de Prisma RU de Radio UNAM, William Lee Alardín, Coordinador de la Investigación Científica de la Universidad, comentó que cuatro de esos proyectos forman parte del área de las ciencias Físico-Matemáticas y las Ingenierías.

“Hay un proyecto para desarrollar instrumentación e insumos: ventiladores, mascarillas y equipo de protección, tanto para los pacientes como para el personal médico; otro para el diagnóstico a través de inteligencia artificial por tomografía computarizada, y otro para una plataforma de información georreferenciada para estudios de inteligencia epidemiológica”.

Del área de las Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud se contemplan cinco proyectos que tienen que ver con el desarrollo de posibles vacunas y el diagnóstico eficiente que muestren la capacidad inmune de una persona expuesta al virus.

Para atender los problemas sociales, familiares y comunitarios, tomando en cuenta la perspectiva de género, así como el impacto económico y la modalidad de educación a distancia y en línea, se contemplan tres proyectos del área de las Ciencias Sociales y Humanidades.

Estos proyectos multidisciplinarios que, suponen una inversión de 32 millones de pesos y que requieren la participación de varias entidades, precisó Lee Alardín, están a cargo de una comunidad “versátil y comprometida” con las necesidades de la sociedad.

UNAM Global · La UNAM trabaja en 12 proyectos para hacerle frente a la pandemia

México, entre los países vetados por la Unión Europea

UNAM Global · México, entre los países vetados por la UE

El control de la epidemia en algunas zonas del viejo continente ha hecho posible que la Unión Europea (UE) abra sus fronteras a países que no representen un riesgo sanitario. Esta decisión mantiene vetada a 150 naciones entre las que figuran México, Estados Unidos y Brasil, quienes se encuentran situados en el nuevo epicentro mundial de la pandemia.

Los criterios para el veto son parte del blindaje coordinado que va mucho más allá de cualquier relación diplomática. “Es una decisión bien estudiada. Habla de una necesidad de cambiar la política sanitaria en combate al COVID-19”, comentó Adolfo Laborde Carranco, catedrático de la UNAM.

La existencia de compromisos globales al interior de la Unión Europea y el cruce de intereses nacionales de cada país corresponden a una lógica comunitaria que afecta -quizá indirectamente- los flujos económicos de los países excluidos.

Adolfo Laborde Carranco pone de ejemplo el caso de México. A pesar de tener un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, el veto alterará las transacciones pactadas y el futuro de los negocios en puerta entre ambas naciones.

“Esto afectará a la industria aérea, al turismo… Con esto se tendrá que cambiar la forma de ver el turismo. Las empresas dedicadas a este ramo tendrán que replantearse otro tipo de modelo de negocios”.

Entrevistado por Deyanira Morán en Prisma RU, de Radio UNAM, acotó que las restricciones de viaje para un país tercero de la lista se podrán levantar “total o parcialmente” en función a su situación epidemiológica, una medida que aplicaría a la inversa para aquellos a quienes se les han abierto las fronteras, si la situación empeora rápidamente.

En el listado de los países “seguros”, cuyos residentes podrán viajar a la UE, se encuentran Australia, Argelia, Canadá, Corea del Sur, Georgia, Japón, Marruecos, Montenegro, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Tailandia, Túnez y Uruguay.

Actividades del 1 de julio en el programa El Sector cultural tras la pandemia: reflexiones críticas

Actividades del 1 de julio del 2020
Panel. Horario: 11: 00 am – 12:30 pm
Conversatorio: Pauperización de las condiciones sociales del quehacer cultura
Apertura: ​Gabriela Gil, coordinadora de la Unidad Académica de CulturaUNAM
Participación en el panel:
Abril Alzaga
Luigi Amara
Sol Henaro
Boris Schoemann
Moderador:​ Julio García Murillo
Cierre: ​Gabriela Gil
Semblanza
Abril Alzaga
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM. Ha desempeñado cargos como funcionaria pública en la Dirección General de Televisión Universitaria, en la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia, en la Coordinación de Difusión Cultural y en la Dirección General de Actividades Cinematográficas, dependencias de la UNAM con especialización en la producción ejecutiva, desarrollo de proyectos audiovisuales, gestión cultural de cine y teatro, así como gestión de cuerpos colegiados. Fue fundadora y coordinadora ejecutiva de la Cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro de la UNAM por 8 años. Actualmente es Directora Ejecutiva del FICUNAM, Festival Internacional de Cine de la UNAM. Lleva la responsabilidad de que la creación de comunidad cinematográfica y formación de públicos y de formación artística. Es conductora del programa CINEMATECA de TV UNAM.
Luigi Amara
Es escritor, paseante y ahora librero de viejo en La Murciélaga. Entre sus libros destacan: ​La escuela del aburrimiento​, ​Nu)n(ca e ​Historia descabellada de la peluca.​ Su libro más reciente es ​Dobleces/El quinto postulado (Sexto Piso, 2018). Fundó el sello independiente Tumbona Ediciones.
Sol Henaro
Es licenciada en Arte por la Universidad del Claustro de Sor Juana con master en Estudios Museísticos y Teoría Crítica por parte del Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Su campo de especialización es la historiografía crítica de prácticas artísticas de las últimas cuatro décadas; investiga producciones y artistas al ‘interior del pliegue de la memoria’ y apuesta por la generación e intervención de micronarrativas, interés que ha impactado su quehacer docente, académico y curatorial. Del 2011 a mediados de 2015 ocupó el cargo de Curadora del Acervo Artístico del Museo Universitario Arte Contemporáneo donde ocupa desde 2015, el cargo de Curadora de Acervo Documental y es responsable del Centro de Documentación Arkheia. En 2017 recibió el Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para jóvenes académicos en el campo de creación artística y extensión de la cultura que la Universidad Nacional Autónoma de México otorga.

Boris Schoemann
Nacido en Francia, naturalizado mexicano, país donde vive desde 1989. Estudió en la European Business School en París, Londres y Frankfurt en los 80’s y en el Theatre du Mantois. Es director, actor, traductor y maestro de teatro. Dirige el Teatro La Capilla y la Compañía Los Endebles desde el 2000. Fundador y director de la Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea desde el 2002. Fue codirector de la Cía Titular de Teatro de la Universidad Veracruzana del 2005 al 2013. Ha dirigido más de 90 puestas en escena de autores francófonos y mexicanos, actuado en cerca de 40 obras y traducido a un gran número de dramaturgos quebequenses al español y mexicanos al francés. Imparte talleres de dirección y actuación en muchos estados del país. Representó a México en múltiples giras y festivales internacionales de teatro. Ha sido dos veces miembro del Sistema Nacional de creadores del Fonca. Recibió la medalla de la Gobernadora General de Canadá y la de los Francófonos de América.
Julio García Murillo
Curador e Historiador del arte. Vive y trabaja en la Ciudad de México. Estudia una licenciatura en Filosofía y tiene estudios de posgrado en Historia del arte (UNAM). Su trabajo se desplaza entre la investigación, la docencia la producción artística, la edición y la curaduría. De 2013 a 2016 fue coordinador de Proyectos de Artes Visuales del CCU Tlatelolco de la UNAM. También es profesor de la ENPEG La Esmeralda y colaborador de Los Yacuzis· Grupo de Estudios Sub-Críticos. Actualmente es curador académico del Museo Universitario Arte Contemporáneo.

¿Cómo podemos construir una nueva normalidad?

Es indispensable analizar el curso de las curvas pandémicas y ubicar el momento de evolución de la pandemia en el cual nos encontramos para redefinir de modo más acertado las políticas públicas de cada país, comentó el doctor Malaquías López Cervantes, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Durante la conferencia del ciclo La Ciudad y la Pandemia, organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), subrayó la necesidad de construir mecanismos de alerta, rememorando al sistema de alertas sísmicas, para notificar a la población ante posibles rebrotes y tomar medidas de acción concretas.

También durante su conferencia compartió los paralelos iniciales con el comportamiento de la influenza, lo cual trajo consigo decisiones equivocadas sobre el manejo de la salud pública. Se trata de un virus que no muta tan rápido, por lo cual, las vacunas podrían darnos una inmunidad de dos años o, inclusive, hasta tres, frente a un sistema de revacunación por influencia que debe ser anual.

En cuanto a la aplicación de pruebas, el especialista subrayó que existen dos tipos: las pruebas diagnósticas, comúnmente conocidas como PCR, o bien, las pruebas de identificación de anticuerpos. Asimismo, destacó que cuando un individuo se contagia tiene una ventana de inicio de síntomas que va de los 5 a los 14 días después de haber estado expuesto al virus.

Dicho factor genera aún más incertidumbre en la población asintomática, quien aún sin presentar indicios de la enfermedad también pueden infectar a otros individuos, de ahí que el lavado de manos, la sana distancia y uso de cubrebocas sean puntos indispensables para contener los contagios.

El doctor López Cervantes precisó que, para el caso de México, el panorama es aún incierto, pues las predicciones sobre los picos máximos de contagio no se han cumplido. Por esta razón, el tránsito hacia una “nueva normalidad” debe considerarse desde una política pública integral, donde se establezcan mecanismos para el cuidado de la salud, el acceso a una buena alimentación y la conducción de una buena economía.

Aunado a lo anterior, expresó que la transición hacia un nuevo modelo debe contemplar el consenso social, especialmente en la aceptación de las nuevas restricciones de la vida pública y aceptar el riesgo por la permanencia del virus en nuestros entornos cotidianos.

Estudio de los anticuerpos contra el coronavirus en la población mexicana

Dan a conocer a ganadores del concurso “Miradas artísticas sobre la pandemia”

  • Convocado por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad de la UNAM
  • Se inscribieron 674 trabajos en las categorías de Ilustración, Poema, Fotografía, Cuento, Video, Crónica y Ensayo


 El Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la UNAM dio a conocer a los ganadores del concurso “Miradas artísticas sobre la pandemia. De la paranoia a la solidaridad”.

 En ceremonia a distancia, los integrantes del jurado dieron a conocer los trabajos triunfadores en las siete categorías, así como a los que merecieron mención honorífica. A tres meses de lanzada la convocatoria (del 27 de marzo al 30 de abril), se inscribieron 674 trabajos en siete categorías: Ilustración (137), Poema (114), Fotografía (108), Cuento (97), Video (91), Crónica (70) y Ensayo (57).

Los ganadores:

En la categoría de Fotografía se otorgó el primer lugar a “Volar desde adentro”, de Zurisaddai González González; el segundo fue para “Paseo de la Reforma en cuarentena”, de Patricio Oseguera Garibay; y el tercero para “La vida por la ventana”, de Denisse Alejandra Michel Ponce.

En Ilustración los premiados fueron: “Milagrito mexicano: la solidaridad”, de Karen Lizbeth Fernández Sánchez, primer lugar; el segundo fue para “SISU”, de Frida Yael Ibáñez Cárdenas; y el tercero para “Floreciendo en casa”, ilustración elaborada por Karla Yesica Ricárdez Vásquez, quien firma con el pseudónimo Chila Killa.

En Video los ganadores fueron: “Miradas internas”, de Mitzy Iraís Noguez Morán; “Saldremos”, de Alejandro Castillo; y “Pandemia de libros”, autoría de Cristina Pérez-Stadelmann Santos.

En la categoría Poema el primer lugar fue para “Encuentro y retorno”, de Bladimir Tapia; el segundo lo obtuvo el poema “Miedos sobre Covid19”, de Óscar F. Bazán, quien participó con el seudónimo Osfelip Bazan; y el tercero para “Desconsuelo”, de Arturo Sarmiento.

Los premiados en Crónica fueron: primer lugar “Los duelos de la pandemia”, de Rosario Pinelo Velázquez; segundo, “Una bitácora no planeada”, de Ana Sofía Villalobos García; y el tercero para “Cuarentena en un país extraño”, de Annette Angélica Rivera.

 En Ensayo los triunfadores fueron: “Remedios para la soledad”, escrito por Diego Alonso Sánchez Tec; segundo lugar “Manual para en encierro”, de Emma del Carmen Martínez Yanes; y “Cuando los marginales somos centrales”, escrito por José Arreola, en tercer lugar.

 En Cuento se otorgó el primer lugar a “La espera”, de Ángela Sánchez Camacho; el segundo a “El desamor en tiempos del COVID”, escrito por María Angélica Contreras Jiménez; y el tercero para “Los niños del COVID”, elaborado por Emelyn Domínguez Jiménez e ilustrado por María Luna Mesén.

 El jurado decidió también otorgar mención honorífica a 16 trabajos en las diversas categorías.

 Los triunfadores recibirán un estímulo económico y la publicación de sus trabajos; los primeros lugares participarán en el programa “Diálogos por la Democracia”, de TV UNAM, que conduce John Ackerman.

El también director del PUEDJS, hizo un reconocimiento a todos los participantes y resaltó el talento plasmado en sus obras para expresar un mensaje de esperanza y solidaridad.

Todas las obras participantes fueron reunidas en una galería virtual dentro del micrositio del concurso, para que la audiencia ayudara a una preselección mediante el “me gusta”, que sumaron 92 mil 547, y con sus comentarios, que fueron 10 mil 580.

Los resultados de los ganadores pueden consultarse en el micrositio http://dialogosdemocracia.humanidades.unam.mx/galeria-de-participaciones/, mismo que tuvo 412 mil 495 visitas, la mayoría de México (92.72 por ciento), seguido de Estados Unidos (2.72 por ciento), mientras que el resto fueron de países de América Latina y Europa.

La premiación del concurso estuvo moderada por Astrid Navarro, integrante del PUEDJS.

Hacia la soberanía en salud

Hacia la soberanía en salud: aportaciones de la investigación científica de la UNAM en la lucha contra la covid-19

 

TeEn el primer trimestre de 2009, México se convirtió en el epicentro mundial de la pandemia causada por el virus de influenza AH1N1 o fiebre porcina, después de haberse notado un aumento significativo e inusitado de ingresos hospitalarios por neumonías y bronconeumonías severas en un grupo inusual de pacientes (adultos jóvenes). Así, el 11 de marzo de 2009 se confirmó en el entonces Distrito Federal, el primer caso de un paciente infectado con el virus de influenza AH1N1, dando inicio a la pandemia que se prolongaría hasta agosto del 2010 y que causaría estragos severos tanto para la salud como para la economía del país [1]. Cinco meses después de la detección del primer caso, y como resultado de una tasa de letalidad inicial del 0.18 %, aquel virus había cobrado la vida de 146 pacientes. El saldo final en México ascendió a 1 316 defunciones por infección viral confirmada en laboratorio [2], mientras que a nivel mundial la Organización Mundial de la Salud (oms) confirmó 18 449 decesos, aunque tales cifras podrían estar subestimadas, al menos en un orden de magnitud debido a un diagnóstico limitado [3]. 

Entre las primeras acciones tomadas por la Secretaría de Salud fue la declaratoria de Contingencia Sanitaria a partir del 24 de abril de ese año y el establecimiento de distanciamiento social, incluyendo el cierre de establecimientos y suspensión temporal de actividades no críticas; medida iniciada el 28 de abril y que duraría hasta tres semanas en diversas ciudades del país. El costo económico para México, solamente en el 2009, fue equivalente al 1 % del Producto Interno Bruto (pib) referido al 2008 [1], superando hasta ese momento el costo causado por desastres naturales previos, entre ellos huracanes, inundaciones y el terrible terremoto de 1985. Sorprendentemente, el mayor costo fue debido a la disminución de actividad económica en sectores como turismo, comercio, transporte, porcicultura, servicios, entre otros, mientras que el costo asociado a actividades propias del sector salud, incluyendo la atención a pacientes, representó solamente el 3 % de la caída total del pib. El efecto social más grave, sin embargo, fue la pérdida de empleo de más de medio millón de mexicanos que cayeron temporalmente bajo el nivel de pobreza [1]. 

Once años después de los trastornos que causara el virus de la influenza AH1N1, México vuelve a enfrentar una nueva pandemia, en esta ocasión causada por un nuevo coronavirus, identificado como el SARS-CoV-2. A diferencia de la de 2009, el origen no ocurrió en nuestro país, lo cual permitió al menos un par de meses de ventaja antes de detectarse el primer caso en México el 27 de febrero. No obstante, es claro que las consecuencias nocivas de esta nueva pandemia superarán con creces la del 2009 y la escala de afectación será global. 

La letalidad del SARS-CoV-2, aunque varía según los datos preliminares disponibles entre regiones y países, es al menos 18 veces mayor que la del virus de influenza AH1N1, sin embargo, se deben tomar estos datos con mucha precaución ya que aún es difícil estimar la incidencia real debido al relativamente reducido número de diagnósticos efectuados, aunado a casos de infectados asintomáticos [4]. Hasta el 10 de junio, solamente en México se reportaron 14 649 defunciones, mientras que a nivel mundial la cifra ya había superado las 408 025 muertes.

TEXTO COMPLETO:

A 500 años de La Noche Triste

El 30 de junio de 1520, Hernán Cortés sufrió una gran derrota a manos de los Mexicas: Antes de la medianoche, entre la neblina y la llovizna, los españoles intentaron salir en silencio, estaban a punto de llegar a la orilla del lago cuando fueron descubiertos por los Mexicas. Esa noche Cortés sufrió una gran derrota que retrasó por meses la conquista.

Los españoles llevaban varios días cercados en el palacio de Axayácatl y ya casi no tenían alimentos, por lo que Cortés decidió huir hacia Tlacopan, a la media noche y con el menor sigilo, sin embargo, fueron descubiertos y fueron rodeados por miles de guerreros Mexicas que los atacaron desde canoas, desde la retaguardia, y algunos más desde azoteas. Hombres y caballos morían acribillados otros ahogados en el lago; El saldo fue cuantioso: además de los españoles, murieron cientos de sus aliados tlaxcaltecas.

Antecedentes
8 de agosto de 1519, Hernán Cortés partió rumbo a México-Tenochtitlan desde Zempoala, población indígena cercana a la Villa Rica de la Vera Cruz, recién fundada por él. Aunque las fuentes difieren, serían unos 300 soldados, 150 indígenas cubanos como sirvientes y aproximadamente 800 cempoaltecas. Después de pasar por Coatepec, Jalapa, Altotonga, Teziutlán, Tlaxcala y Cholula, entre muchos otros pueblos, llegaron a Amecameca y Chalco, a la orilla del lago de Xochimilco.

Después de recorrer unos 400 kilómetros, el 7 de noviembre llegaron a Iztapalapa, ciudad de entre doce y quince mil habitantes que estaba a unos once kilómetros de la capital dei imperio. Cuitláhuac, señor de Iztapalapa, y hermano de Moctezuma, recibió a los españoles junto al Cerro de la Estrella y les dio alojamiento.

La de Iztapalapa era una calzada bien trazada y tan ancha que en ella cabían entre ocho y diez caballos alineados, según el propio Cortés. Estaba formada por una especie de dique formado por pilotes que contenían el relleno de la calzada.

La mañana del martes 8 de noviembre de 1519, Cortés ordenó a sus soldados marchar rumbo a Tenochtitlan. A medida que se internaban en el lago de Xochimilco por la calzada, los españoles admiraban las construcciones de las ciudades ribereñas, como Mexicaltzingo, Culhuacán y Huitzilopochco. Al seguir su camino, se detuvieron en un lugar llamado Xolotl, donde se unía a una calzada que venía de Coyoacán. Cada cierta distancia en algunos tramos se cortaba la calzada para permitir el paso de las canoas. Para cruzar estos cortes se utilizaban puentes hechos de troncos.

 

Continuaron su camino hacia el norte, y aproximadamente a dos kilómetros de la entrada principal de la ciudad donde acababa la calzada había un corte muy ancho, el cual permitía pasar las aguas de la acequia de Xolotl. Durante la Colonia, a la acequia y al puente se les conocía como de San Antón porque contiguo a ellos se construyó el Convento de San Antonio Abad. Hoy, por el trazo de la acequia está la calle de Chimalpopoca.

Antes de ser recibido por Moctezuma, un grupo de señores mexicanos salió a darles la bienvenido. Según Cortés, después una hora, entraron juntos a Tenochtitlan.

Un poco más adelante, en un lugar conocido como Huitzilan –en lo que hoy son las esquinas de las calles República de El Salvador y Pino Suárez, a unos pasos del Hospital de Jesús, fundado precisamente por el español–, Moctezuma Xocoyotzin se encontró con Cortés.

El tlatoani llegó acompañado por los señores de Texcoco, Tlacopan, Tlatelolco e Iztapalapa. Por su parte, Cortés bajó de su caballo y lo saludó con respeto. Después se dirigieron al palacio de Axayacatl, padre de Moctezuma; ahí éste lo alojó en una habitación muy amplia y le pidió que esperara mientras acomodaban a sus hombres, incluidos los tlaxcaltecas.

Después de instalarse, salieron a conocer la ciudad. Subieron a lo alto del Templo Mayor y desde ahí observaron asombrados la ciudad lacustre, pero lo que más llamó la atención fue el mercado de Tlatelolco.

Días después, aunque Moctezuma los trataba bien, los españoles empezaban a sospechar que el emperador azteca los iba a atacar. Según Jerónimo de Aguilar, Diego de Ordás creyó oportuno tomar a Moctezuma como rehén.

En esas estaban cuando sus aliados tlaxcaltecas le informaron que Juan Escalante y seis españoles más que había dejado en la Villa Rica habían sido asesinados por Qualpopoca, representante de Moctezuma en Nauhtla, población 80 kilómetros al norte de Veracruz.

Qualpopoca cobraba el impuesto semestral a las poblaciones cercanas a Zempoala, las cuales esta vez se negaron a pagar argumentando que Malinche –como llamaban a Cortés– lo prohibía. Escalante con sus aliados fue a retar a Qualpopoca y a exigirle oro. Cerca de Nauhtla se enfrentaron y los castellanos fueron derrotados.

Con este pretexto, Cortés decidió apresar a Moctezuma. El 14 de noviembre le pidió que los recibiera en su palacio, en el extremo opuesto de la plaza, frente al Templo Mayor. Con él iban Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval, Juan Velázquez de León y más treinta hombres armados. Marina y Jerónimo de Aguilar iban como intérpretes.

Después de algunos momentos en los que incluso bromeó mientras recibía los regalos que Moctezuma le ofreció, Cortés le reclamó que hubiera mandado matar a sus hombres en la Villa Rica pero que lo perdonaría si los acompañaba al palacio de Axayacatl, y que si no lo hacía sus acompañantes se enojarían.

Moctezuma contestó que él no era una persona para esta presa y que no había mandado un ataque en la costa. Ordenó a uno de sus súbditos a que salieran a la costa a averiguar qué había pasado. Cortés le dijo que tres de sus hombres irían con sus emisarios.

Juan Velázquez de León le dio a escoger ir con ellos o morir en ese momento. Moctezuma ofreció a su hijo y a sus dos hijas como rehenes para evitar la afrenta de que sus consejeros lo vieran salir preso. Cortés insistió en que tendría que permanecer con ellos hasta saber qué había sucedido en Nauhtla. Finalmente, Moctezuma aceptó acompañarlos.

A sus familiares, guardias y consejeros les dijo que había hablado con Huitzilopochtli quien le dijo que sería para su salud vivir un tiempo con los extranjeros. Cruzó la plaza en una litera llevado por sus nobles. De esta manera Moctezuma se convirtió en prisionero de los españoles.

A principios de abril de 1520, Cortés recibió la noticia de que Pánfilo de Narváez había llegado a la Villa Rica de la Vera Cruz enviado por Diego de Velázquez para apresarlo y llevarlo a Cuba. En los primeros días de mayo, al frente de un grupo de sus hombres, Cortés partió a Veracruz para enfrentarlo. Pedro de Alvarado con casi 200 soldados se quedó a cargo de Tenochtitlan.

A mediados de mayo se celebraba la fiesta de tóxcatl, en la que se honraba a Tezcatlipoca en el Templo Mayor. En la celebración participaban numerosos danzantes que eran observados por mucha gente. Tras cerrar las entradas a la plaza, Alvarado al frente de un grupo de soldados empezó a masacrar a los danzantes y después a los espectadores. Mientras, en el palacio de Axayacatl, los guardianes de Moctezuma asesinaron a los señores que atendían al emperador, entre ellos a Cacama, señor de Texcoco.

Los mexicas, aunque sin un líder, atacaron a los españoles, quienes se atrincheraron en el Palacio de Axayacatl, donde hoy está el edificio del Monte de Piedad.

Enterado de los asesinatos de Alvarado y de su situación, la mañana del 24 de junio, día de San Juan, Cortés entró en la ciudad cabalgando por la calzada de Tlacopan. La ciudad estaba desierta pero muy pronto reiniciaron los ataques, sin embargo al llegar la noche los suspendieron.

Alvarado justificó los asesinatos en el Templo Mayor afirmando que intentaban rescatar a Moctezuma y quitar la imagen de la virgen por Huitzilopochtli. El capitán general lo reprendió diciéndole “que era muy mal hecho, gran desatino y poca verdad”.

Atemorizado, Cortés pidió a Moctezuma que saliera a calmar a sus súbditos, aunque éste se negó, fray Bartolomé de Olmedo y Cristóbal de Olid lo convencieron.

Al salir, lo escucharon en silencio, pero poco después empezaron a insultarlo y a lanzarle piedras. Según Bernal Díaz del Castillo, recibió tres pedradas: una en la cabeza, otra en una pierna y otra en un brazo, y un flechazo.

Aunque trataron de curarlo, Moctezuma se negó y murió de tres días después, posiblemente el 30 de junio. Según algunas versiones, habría muerto de una fuerte depresión más que por la herida, pero que también habría muerto por la espada, cuchillo o por garrote, 0 ahorcado.

Cortés de inmediato ordenó asesinar a los señores mexicas que quedaban en el palacio, entre veinte y treinta, entre ellos al gobernador de Tlatelolco, Itzquauhtzin. Y decidió que esa misma noche partirían por la calzada de Tlacopan, al oeste de la ciudad. Para cruzar los cortes en la calzada, ordeno construir algunos puentes con las vigas del techo del palacio de Axayacatl.

Antes de la medianoche del 30 de junio de 1520, entre la neblina y la llovizna, los españoles empezaron a salir en silencio. Al frente de la columna iban Cortés, Alonso de Ávila, Cristóbal de Olid y Bernandino Vázquez de Tapia. Doña Marina y las otras mujeres iban custodiadas por trescientos indígenas aliados y treinta españoles. En la retaguardia iban Alvarado y Juan Velázquez de León, la infantería y muchos jinetes.

Colocaron un puente en el primer corte de la calzada, llamado Tepantzinco, en la orilla de la ciudad. Casi todos habían cruzado los cuatro primeros cortes de la calzada y estaban a punto de llegar a la orilla del lago cuando fueron descubiertos. Durante la batalla que se desató, muchos españoles murieron mientras otros al tratar de huir pasaban encima de sus cadáveres que se amontonaban en los cortes de la calzada.

Los que iban delante de la columna pudieron llegar a Popotla, un poblado en tierra firme que estaba antes de llegar a Tlacopan. De los de la retaguardia, la mayor parte murió a manos de los Mexicas.

La leyenda cuenta que los que lograron llegar a Popotla, entre ellos Cortés, se detuvieron a descansar brevemente junto a un ahuehuete, que se conoce como Árbol de la Noche Triste.

Sin embargo, Bernal Díaz del Castillo no menciona a Popotla, y algunos historiadores apenas lo nombran, pero no el supuesto llanto de Cortés ni de sus compañeros.

El historiador inglés Hugh Thomas, en La conquista de México, dice que “pese a estos asaltos, tanto la vanguardia castellana como Cortés y sus compañeros de la segunda sección de la retirada lograron llegar a una aldea llamada Popotla, en tierra firme, justo antes de Tacuba” y que ahí Cortés dejó a unos soldados, a Marina, María Luisa, fray olmedo y Fray Díaz bajo el mando de Juan Jaramillo e intentó regresar en auxilio de sus compañeros.

Al regresar Cortés, se dirigieron a Tlaxcala vía el cerro del Tepeyac, donde se refugiaron, pero al pasar por Otumba fueron atacados por un ejército que casi los vence, sin embargo, al capturar al jefe indígena evitaron la derrota.

En Tlaxcala se reagruparon, y meses después iniciaron la conquista de México-Tenochtitlan.

COVID-19 sigue presente y no hay momento adecuado para regresar a la cotidianidad: experto de la UNAM


• La mayoría de los mexicanos no hemos estado expuestos al virus y no tenemos defensas: Samuel Ponce de León, coordinador del PUIS
• El uso de cubrebocas debe complementarse con la sana distancia, el estornudo de etiqueta y el lavado frecuente de manos, entre otros recursos, para evitar contagios, dijo

El SARS-CoV-2 sigue y seguirá presente, por lo que no habrá un momento apropiado para regresar a nuestras actividades cotidianas. “Nuestro futuro estará asociado a la COVID-19 indefinidamente, y lo mejor que tenemos en el horizonte es una vacuna”, afirmó Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM.

Tenemos por delante un camino largo y complicado, con una sucesión de brotes epidémicos; además, la mayoría no hemos estado infectados con el virus y no tenemos ninguna defensa, así que estaremos expuestos, dijo al participar en el ciclo de conferencias virtuales “La ciudad y la pandemia, organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUIC).

Añadió que para esta historia “no hay final feliz, la responsabilidad es de todos, no sólo del Estado”. Este año y el próximo habrá una sucesión de epidemias, a manera de olas, que debemos enfrentar dijo.

El también coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus detalló que la apuesta es desarrollar medicamentos efectivos y, eventualmente, contar con una vacuna “que será nuestra mejor herramienta para un futuro menos complicado”.

Uso de cubrebocas y otras medidas

Tras subrayar que a nivel político deben darse mensajes correctos, contundentes, coherentes y claros, Ponce de León hizo referencia a la recomendación del científico mexicano Mario Molina sobre el uso del cubrebocas para evitar la propagación de la COVID-19: “se trata de un mensaje importante, es algo que tiene que cambiar y tenemos que ser agentes de la promoción de este cambio”.

En un estudio recientemente publicado por el premio Nobel de Química, en coautoría con otros expertos, se explica que partículas imperceptibles, llamadas aerosoles, nacientes de la atomización humana, principalmente al hablar, son una ruta para la transmisión de la enfermedad, y no sólo las gotas grandes que sí se ven y que se producen cuando un individuo tose o estornuda.

“La biología viral y su fisiopatogenia hacen perfectamente lógica la utilidad del uso del cubrebocas como herramienta de protección que todos debemos incorporar a nuestra vida práctica. Si salimos es necesario hacerlo con una mascarilla bien colocada para evitar expeler y recibir gotas, y como parte de mi responsabilidad hacia los demás y conmigo mismo”, expuso Ponce.

Tiene que ser una práctica permanente en nuestra sociedad. “En el sitio web del PUIS (http://www.puis.unam.mx/) y de UNAM Global (https://www.unamglobal.unam.mx/) tenemos un micrositio con instructivos para elaborar nuestros propios cubrebocas; son muy efectivos y cómodos. Debemos aprender a usarlos correctamente y acostumbrarnos para tener buenos resultados”.

Pero el uso de cubrebocas no es la única medida para evitar contagios, aclaró. También se debe mantener la sana distancia, el estornudo de etiqueta y el lavado frecuente de manos, entre otros recursos.

El cubrebocas, reiteró, es recomendable sobre todo en el transporte, salones de clase, mercados, lugares públicos donde hay aglomeraciones y se incrementa la posibilidad de aspirar microgotas que van cargadas de partículas virales.

En la actualidad tenemos una infección que de enero a la fecha ha ocasionado millones de casos en el mundo, afectando prácticamente a todos los continentes, con graves impactos para la salud y la economía, y para la que no existe tratamiento efectivo ni vacuna, acentuó el universitario.

“No tenemos inmunidad ante el SARS-CoV-2, aún no conocemos bien la respuesta inmunológica; suponemos que la mayoría de los infectados que se han recuperado desarrollarán anticuerpos por un periodo de al menos uno o dos años, pero se sabrá conforme llegue el tiempo de poder confirmarlo”.

Ante esta situación, la pandemia debe enfrentarse básicamente con una administración de riesgos, “no podemos evitarla abiertamente, aunque sí con una población encerrada en su casa durante quizá dos meses, pero esto es imposible en términos reales”, reconoció.

Por ello, el objetivo es minimizar riesgos y consecuencias para dar suficiencia al sistema hospitalario. Es necesario mantener un buen nivel de comunicación, establecer políticas de salud pública y de atención médica, y prepararnos para lo que viene, concluyó Ponce de León.

COVID-19 no detiene la búsqueda de familiares desaparecidos

La doctora Karla Salazar Serna, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, destacó que en el contexto de la COVID-19, las desapariciones no se detienen. “La pandemia no ha evitado que estas prácticas, que no deberían de suceder y que nadie debería experimentar, sigan sucediendo”.

Salazar Serna enfatizó que el fenómeno de desaparición tiene una cuestión de género debido a que principalmente son mujeres las que buscan a las personas desaparecidas, mujeres mayores con hipertensión y diabetes (que se desarrolla justo cuando desaparece su familiar), las cuales entran en los grupos vulnerables de la COVID-19.

Explicó que cuando un individuo experimenta la desaparición de un familiar hay una desconfiguración psíquica y un impacto fuerte en la salud mental. Las personas entran en un proceso de trauma que les ocasiona diferentes enfermedades como depresión, ansiedad y un estado de alerta constante.

Las autoridades sanitarias han enfatizado que ante la pandemia (COVID-19), la mejor medida de protección es el confinamiento. Con las familias de los desaparecidos se interrumpe la medida “quédate en casa”.

“La mayoría de estas familias no cuentan con un trabajo formal por lo que recurren al negocio informal y ante el COVID-19 se quedan sin ingreso”.

Salazar Serna refirió que los recursos electrónicos virtuales se han convertido en una opción para demandar justicia, sin embargo, la mayoría de las mujeres que busca a sus familiares no sabe utilizar una computadora por lo que han desarrollado la resiliencia de creatividad para aprender.

Asimismo, subrayó que es necesaria una resiliencia política en la que las instituciones sean capaces de dimensionar el problema y tener flexibilidad ante los procesos, además de una apertura para colaborar con las familias y aprender de ellas porque han desarrollado una expertise para las búsquedas.

“Es uno de los grandes retos que se tiene en México esto no puede parar y todos podemos colaborar, sólo es cuestión de destinarle más que voluntad sino también estrategia y creatividad”, concluyó la especialista universitaria.

COVID-19 replantea nuestro mundo de relaciones interpersonales

 

La doctora Mercedes Pedrero Nieto, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, habló sobre la iniciativa de Nueva Zelanda sobre la división del tiempo en cuatro secciones: necesidades personales, tiempo contratado, tiempo comprometido y tiempo libre.

La primera engloba el dormir, comer y la higiene personal. El tiempo contratado se refiere al tiempo de trabajo y, en su caso, escolar. Por su parte, el tiempo comprometido incluye tareas indispensables para la vida diaria como el trabajo doméstico, la atención y los cuidados. La última sección es el tiempo que resta y en el que se puede decidir qué hacer.

Agregó que realizar la misma cantidad de trabajo en casa es complicado debido a que la estructura familiar se transforma, hay una reorganización de los espacios. Además, hay una convivencia nueva con los hijos, la familia y la pareja.

“Pero también hay otras dinámicas a las cuales acudimos porque estamos en la soledad y empezamos a hacer llamadas y contactos. Estableciendo otras relaciones que antes no teníamos y que nos permite reconstruir nuestra vida y pensar en todo lo que está pasando”.

Pedrero Nieto subrayó que lo más importante es la reflexión de este proceso, “es la primera vez que la humanidad se siente parte de una misma especie porque antes siempre estábamos seccionados por clases sociales y razas. Ahora sabemos que cualquiera que tenga cualquier condición nos puede contagiar, tenemos algo en común”.

 

Pandemia irrumpe costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas

Las sociedades indígenas, en el contexto actual, representan la situación de discriminación y rechazo social que se ha dado desde épocas antiguas, un proceso que merma la capacidad de las poblaciones al ejercer, de manera autónoma, sus posibilidades de desarrollo social, económico y cultural, destacó la doctora María del Carmen Orihuela Gallardo, becaria posdoctoral del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

Orihuela Gallardo explicó que en las comunidades indígenas existe una dinámica de cohesión a través de actividades sociales que consideran profundas y sólidas como es el dar, recibir y devolver. La enfermedad es entendida como la falta de reciprocidad hacia la naturaleza, un elemento que indica que las normas culturales que antes se tenían como costumbre no son respetadas, por lo que hay una falta de continuidad en el dar. Ante esta situación las poblaciones ajustan las dinámicas de información y comprenden que la solución está nuevamente en la colectividad pero a distancia.

Expresó que en el caso de Morelos, las comunidades habían estado resistentes a aceptar las nuevas reglas sanitarias porque no estaban consideradas en sus códigos, y por ende, no las aceptaban como propias ni como algo que los beneficiara.

La especialista en el estudio del rol de las mujeres indígenas en las comunidades agrícolas, explicó que éstas no pueden entenderse a sí mismas sin acciones colectivas.

“En la comunidad, los grupos de mujeres han demostrado ser las impulsoras de los elementos culturales ancestrales, pero también de la aceptación de las formas novedosas que ingresan a la comunidad, y a la vez, son las encargadas de que no exista un distanciamiento social a partir de las necesidades actuales de la comunidad”.

Finalmente, Orihuela Gallardo enfatizó que las comunidades indígenas saldrán adelante si la sociedad mestiza las apoya, esto es, respetar su autonomía cultural, excluyendo la discriminación, el rechazo y las normas que impiden aceptar formas culturales diferentes.

Actívate y combate la otra pandemia: obesidad y sobrepeso

La obesidad y el sobrepeso se reconocen actualmente como uno de los retos más importantes de salud pública en todo el mundo debido a sus altos índices, pero es en México en donde los pronósticos indican los escenarios más adversos, pues según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública se calcula que para el año 2050 sólo uno de cada diez mexicanos tendrá un peso normal.

En atención a esta problemática, la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU) inició las sesiones de rutinas de ejercicios físicos en casa para el control de peso, a través de Facebook live, con lo cual también se cumple con el llamado de los expertos de la UNAM para quedarse en el hogar y evitar de ese modo la propagación de la COVID-19.

La sesión inaugural fue llevada a cabo por la profesora Genoveva Jiménez, del área de Acondicionamiento Físico de la DGDU, con la finalidad de apoyar y orientar a aquel sector de la población que requiere la práctica de ejercicio físico en sus domicilios.

“Para iniciar un programa de activación orientado al control de peso, es necesario tomar en cuenta que debe complementarse con una ingesta de alimentos adecuada, sobre el principio de que no es conveniente comer más de lo que se va a gastar, por ejemplo, no puedes consumir tantas calorías como lo haría un deportista de alto rendimiento, porque tu cuerpo no encontrará la forma de eliminarlas y tenderá a acumularlas”, señaló en su introducción la experta del deporte universitario.

Agregó que la activación física también permite inhibir la manifestación de enfermedades asociadas con la obesidad como la hipertensión, la diabetes o deficiencias en el aparato respiratorio; además de que aporta a la recuperación del tono muscular y con ello evita malestares vinculados con la mala posición corporal.

Es preciso recordar que las enfermedades provocadas por el exceso de peso corporal han alcanzado proporciones calamitosas a nivel mundial, razón por la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina a la obesidad como la epidemia del siglo XXI, ya que no es una enfermedad exclusiva de países económicamente desarrollados y además involucra a todos los grupos de edad y de distintas etnias y clases sociales.

“Más vale paso que dure a trote que canse”, recordó la instructora en alusión a que en un principio es recomendable emprender una rutina de ejercicios alternada “un día sí y un día no”, pero que dicha rutina debe incluir ejercicio aeróbico de por lo menos 20 minutos, ejercicios de movilidad, caminadora, bicicleta fija o similares y de fuerza.

Además de una introducción, la sesión se hace acompañar por una activación física también conducida por la profesora Genoveva Jiménez y está programada para emitirse cada martes a través del canal de Facebook live de Deporte UNAM con la posibilidad de que las audiencias puedan plantear dudas e inquietudes.

Semáforo naranja sólo nos garantiza espacio en hospitales

El cambio en el semáforo no indica que la epidemia o el virus se haya eliminado de nuestro ambiente, sino que en los centros hospitalarios se puede disponer de más lugares para tratar a los enfermos de la COVID-19. Una condición que no nos exime de bajar la guardia.

Esto no es más que una estrategia de control ordenado respecto a la manera en cómo debemos reincorporarnos a algunas actividades de nuestra vida cotidiana. “Es responsabilidad de toda la sociedad poner atención en qué sí se puede, qué no se puede, qué hay que hacer y qué no hay que hacer para que sea efectivo y exitoso. Por eso tiene que haber apoyo de la sociedad”, señaló Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus.

El repunte de la epidemia es inminente debido al riesgo de contagio, evitar la saturación en los centros COVID precisa de nuestra participación en el control de las medidas de seguridad. El uso cotidiano de cubrebocas y guardar la sana distancia ayudan significativamente a prevenir y administrar la epidemia.

En entrevista con Deyanira Morán, conductora de Prisma RU de Radio UNAM, Rodríguez Álvarez sostuvo que transitar hacia el color naranja también nos habla de una relativa estabilización de la primera ola en algunos sitios del país. Pero esto no significa dejar por completo el confinamiento, sobre todo cuando no se tiene a qué salir a la calle.

Recordó que en América Latina se carece de infraestructura hospitalaria y acceso a servicios de salud, y que en México existen otros problemas de salud que ponen en peligro la vida de quienes han tenido contacto con el actual coronavirus.

En ese sentido, nuestra lucha constante por cerrarle el paso al virus no debe basarse únicamente en hallar pronto la cura. De obtenerla, acotó, su distribución se contempla bajo dos posibles escenarios: el primero para uso exclusivo del personal de salud y personas de prioridad alta (seguridad nacional y fuerzas de emergencia, etcétera), y el segundo para la administración de la población en general.

Debido al tratamiento regulatorio y desarrollo del primer grupo de vacunas, lo más probable es que su circulación se dé a finales de este año mientras que el segundo se lleve a cabo un año después.

“Pero no tenemos por qué estar esperando la vacuna para que nos salve. Lo que tenemos que hacer es llevar a cabo medidas de prevención que nos protejan de un posible contagio, y así, tener un mejor tránsito en el espacio público”.

UNAM Global · Semáforo en naranja sólo nos garantiza espacio en centros hospitalarios

La identidad mexicana se está desmoronando: Alejandro Rosas

https://youtu.be/uihw3tiLaTg

Hablar de un solo México es imposible, pues cada grupo étnico y social, cada región y época conforma un caleidoscopio de lo que hoy llamamos nuestra identidad. Con esta premisa se organizó el Foro Movilidad e Integración Cultural, en el marco de la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural.

En la primera videocharla del foro, denominada La construcción histórica de lo “mexicano”, se escucharon los puntos de vista de los historiadores Alejandro Rosas y Ana Sofía Rodríguez y de la antropóloga Sandra Rozental sobre cómo nuestro país, desde su fundación, ha buscado una identidad propia.

¿Qué se entiende por lo mexicano?, fue el punto de arranque que abordaron los tres participantes. Ana Sofía Rodríguez consideró que el tema puede enfocarse desde diversos ángulos: geográfico, social, lingüístico, estético y de género, incluso. En lo particular, la dimensión acerca de la construcción de lo mexicano que más le interesa discutir, dijo, es aquella que echa mano de narrativas históricas para el debate de ideas de pertenencia y valores, entre otras posibilidades, pues ve a la historia como “parte de las estrategias que han permitido a éste y a todos los países agrupar, ordenar y gobernar”.

“En México nos hemos acostumbrado a decir que hay una historia oficial, monolítica y poderosa, casi irrebatible. Se trata de una historia que mezcla lugares, personajes y eventos para darle rostro a lo mexicano y que ha cambiado un millón de veces según las necesidades políticas del momento (…) No perdamos de vista que hay una infinidad de cosas que median entre el mensaje que recibimos de qué es y significa ser mexicano y el sentido que nosotros le damos. Me parece muy difícil sostener que exista hoy una narrativa sobre el pasado nacional que todos hayamos aprendido por igual y que signifiquemos de la misma manera”, sostuvo la investigadora y editora.

Por su parte, Sandra Rozental expuso que nuestro país ha utilizado la figura del patrimonio indígena como una de las claves para construir la idea de identidad y aplanar las diferencias, “para volvernos a todos de alguna forma herederos de un pasado prehispánico que se imagina como algo homogéneo”.

En ese mismo sentido, Alejandro Rosas destacó que llevamos un poco más de cuatro mil años de historia indígena, frente a 300 de Virreinato y 200 como nación independiente, tiempo en que se da la construcción de la narrativa de lo que es la identidad mexicana y de lo que la funda.

“La identidad mexicana -afirmó Rosas- se está desmoronando en este momento porque ya ni siquiera conservamos las figuras y los símbolos de esa identidad que tuvimos a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. La idea del nacionalismo revolucionario, del petróleo, de personajes como Juárez, Madero o Hidalgo, se han desmoronado en un México hoy polarizado”.

Y agregó: “Esta narrativa se construyó después de la Revolución como un discurso homogéneo, donde tenían que caber esos momentos luminosos de la historia mexicana y que ahora se manejan como ‘las transformaciones’. Discurso que también ensalza el pasado indígena del que nos enorgullecemos, pero que rechazamos en su presente”.

Concluyó que “es increíble que sigamos haciendo del pasado nuestro campo de batalla en el presente, cuando debería ser solo un referente”, en  alusión a la polémica generada por algunas declaraciones del Presidente en sus conferencias mañaneras.

Conclusiones y perspectivas

Durante la última mesa del foro, denominada Conclusiones y perspectivas, la poeta Sandra Lorenzano refirió que es menester que la cultura trabaje en torno a la memoria histórica con el objetivo de replantear y repensar las narrativas sobre las que se erigen las identidades sociales.

Explicó que en el caso de México a inicios del siglo XX, con la consolidación del estado-nación moderno, se pretendió conformar una identidad generalizante, excluyendo los procesos identitarios locales y culturales de una sociedad tan variada como la nacional.

Añadió que este factor también se presenta en los demás países de Centro y Sudamérica. Sus identidades se han construido sobre pilares que se oponen al otro superponiendo antes que nada lo homogéneo. “Las voces disidentes han sido histórica y permanentemente acalladas, silenciadas, borradas y desaparecidas. Eso desde el origen de nuestros países como lo que somos”, dijo.

Sin embargo, la narradora nacida en Argentina dijo que las identidades se construyen siempre mediante narrativas, por lo cual es factible que puedan ser cuestionadas y replanteadas desde la cultura, afirmando que “es hora de que revelemos todo eso que ha sido borrado y oculto”.

Por su parte, Jacobo Dayán, coordinador académico de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes, comentó que, a diferencia de otras naciones latinoamericanas, México es un país que históricamente apuesta al olvido.

Explicó que esto se debe a que el Estado se rige mediante una política de perdón y olvido, que se refleja en la incompetencia para ejercer justicia en casos muy específicos como son la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968, los diversos casos de desaparecidos por el Ejército mexicano y los asesinatos durante la llamada “Guerra contra el narco”, por mencionar algunos.

Por dichas razones, el también profesor urgió a que la cultura debe desmontar los discursos soberanistas y de olvido relatados por el estado-nación a fin de contrarrestar la injusticia social. “La cultura es la que tendría que visibilizar mediante procesos de memoria y procesos de discusión como una contracorriente a este olvido, y traer a discusión la diversidad, nuestro pasado y nuestra actualidad”, puntualizó.

 

Movilidad e integración cultural

Conclusiones y perspectivas

 

 

La Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural presenta el programa El Sector Cultura tras la pandemia: reflexiones críticas

Les invitamos a seguir las actividades del programa El Sector Cultura tras la pandemia: reflexiones críticas, organizado por la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural. En esta ocasión el tema es Problemáticas que afectan a los trabajadores de la cultura.
Se transmitirá en vivo por el canal de Youtube de la Cátedra, del 30 al 3 de julio del 2020.
Actividades del 30 de junio del 2020
Panel: ¿Qué nos dicen las encuestas sobre el impacto del COVID-19 en el sector cultural?
Horario: 11: 00 am – 12:30 pm
Apertura: Graciela de la Torre, coordinadora de la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural
Participación en el panel:
Mtra. Julia Flores Dávila
Dr. Enrique de la Garza
Dr. Eduardo Nivón
Moderadora: Evoé Sotelo
Cierre: Graciela de la Torre
Semblanzas
Mtra. Julia Isabel Flores Dávila. Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Candidata a doctora en Ciencias Sociales, con especialidad en Sociología por El Colegio de México. Área de investigación: sociedad y cultura. Líneas de investigación: metodología de la investigación social, cultura política y opinión pública, sociología de la cultura.
Dr. Eduardo Nivón Bolán. Doctor en Antropología (ENAH). Profesor-investigador en el Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana- Iztapalapa; desde 1981 pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (nivel II). Líneas de investigación: movimientos sociales, políticas culturales y cultura urbana.
Dr. Enrique de la Garza Toledo. Doctor en Sociología por El Colegio de México. Posdoctorados en la Universidad de Warwick, Inglaterra, y en Berkeley, California. Profesor visitante en la Universidad Autónoma de Barcelona, Universidad de Cornell y de Evry (Francia). Línea de investigación: estudios laborales y relaciones industriales; procesos de trabajo y sindicatos; teoría social y metodología.

Evoé Sotelo. Coreógrafa por la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, y especialista en Políticas Culturales y Gestión Cultural por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). En 1992 funda, junto con Benito González y Quiatora Monorriel, una compañía profesional de danza contemporánea. En 2002 obtuvo el primer lugar dentro del XXIII Premio Nacional de Danza INBA-UAM y el Premio de la Crítica Raúl Flores Guerrero. Ha impartido cursos, talleres y diplomados sobre movimiento, composición coreográfica e improvisación en México y en el extranjero. Es directora de Danza UNAM y dirige el proyecto Danza Mínima.

Nuevo mapa muestra casos de COVID-19 por colonia en la CDMX

El Gobierno de la Ciudad de México presentó nuevo mapa en el que se visualizan casos de COVID-19 por colonia. Para el registro se consideraron únicamente las que cuentan con más de cinco casos activos, con el objetivo de proteger la privacidad de los pacientes.

El color se calcula por quintiles: Se acomoda la totalidad de casos activos en las colonias para dividirse en 5 partes iguales. Así, la colonia de color más claro pertenece al quintil más bajo (con menos casos) y la colonia del color más oscuro pertenece al quintil más alto (con más casos).

Hasta el momento se tiene registro de San Gregorio Atapulco y San José Zacatepec, en la alcaldía Xochimilco, como las colonias con más casos activos, con 52 y 36 casos respectivamente.

Casos activos a nivel colonia
Base de referencia: Toma como referencia la base de “COVID-19 SINAVE CDMX”.
Casos Activos: Son aquellos que cumplen las siguientes condiciones. Primero, que el resultado de prueba definitivo es “SARS COV-2”. Segundo, la fecha de inicio de síntomas es menor a 15 días. Tercero, se descartan los casos que han fallecido.

Consulta el mapa completo: https://datos.cdmx.gob.mx/pages/covid19/