Bajo el volcán

Un maravilloso espectáculo ofreció recientemente el Popocatépetl. Un manto blanco cubre parte de Don Goyo, el cuál exhala fumarolas que se confunden con las nubes que se van formando en el cielo azul. Amecameca es fiel testigo de las travesuras del Popo, y desde ahí se observan panorámicas dignas de admirarse.

Localizado a 100 kilómetros del centro del universo –las Islas de Ciudad Universitaria–, en los excepcionales días  en que el viento logra vencer a la contaminación de la CdMx, el volcán puede admirarse a simple vista. De no ser así, bien vale la pena el paseo.

Al llegar a Paso de Cortés, a 3,500 metros sobre el nivel del mar, el bosque da paso a caminos y sendas que son protegidos. El ruido de las aves y el aire fresco, permite comulgar con la naturaleza. El Iztlaccihuatl, fiel acompañante del colosal volcán, también luce radiante, a sus pies una cascada llamada Apatlaco lleva agua cristalina, formando un riachuelo que abastece a las poblaciones cercanas, es domingo y llegan familias a disfrutar el ecosistema. UNAM globalcapta algunas fumarolas del Popocatépetl, perpetuo coloso del Valle de México.

Trump debilita enormemente la Ley de Especies en Peligro de Extinción

En mayo, las Naciones Unidas advirtieron que 1 millón de especies están en riesgo de extinción, y que se está acabando el tiempo para salvarlas, lo que representa un grave riesgo para la vida humana.

Ahora, la administración del presidente Donald Trump está haciendo cambios drásticos en la forma en que se aplica la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA). Las revisiones debilitan las protecciones para las especies amenazadas y permitirán que las agencias federales realicen análisis económicos al decidir si proteger una especie.

La ESA prohíbe el acoso, el daño o la captura de especies consideradas en peligro de extinción, y requiere que las agencias promulguen normas diseñadas para proteger sus ecosistemas. Su objetivo, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (FWS siglas del inglés Fish and Wildlife Service) es ayudar a las especies a recuperarse hasta el punto de que ya no necesitan protección federal.

El argumento de la administración Trump para reducir la ley se basa en la idea de que es una carga para las empresas.

El gobierno de los Estados Unidos dice que estas actualizaciones aliviarán la carga de las regulaciones y aumentarán la transparencia en las decisiones sobre si una especie merece protección. Pero los críticos dicen que las revisiones paralizan la capacidad de la ESA para proteger especies bajo una mayor amenaza del desarrollo humano y el cambio climático.

Estos cambios inclinan la balanza a favor de la industria“, dice Brett Hartl, director de asuntos gubernamentales del grupo de defensa ambiental del Centro para la Diversidad Biológica.

El principal de los cambios es la eliminación de protecciones generales para animales y plantas amenazados.

El segundo cambio clave tiene que ver con las amenazas que afectarían a una especie en el “futuro previsible”. Ahora, tienen margen de maniobra para determinar el período de tiempo previsto para el futuro previsible, y solo pueden considerar las amenazas que son “probables” en ese período de tiempo. Los críticos dicen que este lenguaje más débil podría permitir a los reguladores ignorar las amenazas del cambio climático, como el aumento del nivel del mar, porque sus efectos podrían no sentirse durante décadas.

La Administración de Trump, ignoró los cientos de miles de objeciones de científicos, expertos en vida silvestre y el pueblo estadounidense que apoyan abrumadoramente la Ley de Especies en Peligro de Extinción, dijo Rebecca Riley, directora legal del Programa de Naturaleza en el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, en el comunicado.

En las cuatro décadas desde que la Ley de Especies en Peligro de Extinción se convirtió en ley, el 99% de las especies protegidas no han perecido“.

Se espera que los cambios a la ESA se publiquen en el Registro Federal del gobierno de los Estados Unidos esta semana. Surtirán efecto 30 días después de la publicación.

Fuente: NatureLiveScience

En los últimos años, la ciencia no ha sido tomada en serio

El huso horario donde habita Antonino Marcianò (Roma, 1979) se encuentra en algún lugar entre Europa y Asia. Hace casi seis años que este físico italiano se mudó a Shanghái, donde investiga en física teórica y da clases en la Universidad de Fudan.

El físico habló después de el segundo encuentro sobre ciencia que organiza el Instituto Italiano de Cultura, señaló que, aunque la financiación pública es más que trágica, el principal problema de la ciencia es que no hay un reconocimiento público de lo que hacen los investigadores.

En algunos países, cuando dices ser investigador te responden: “ah, entonces no trabajas”, como si estuvieras perdiendo el tiempo. En cambio, en países tecnológicamente más avanzados hay un conocimiento muy profundo de la importancia de la ciencia, su rol en la sociedad y el poder geopolítico que tiene.

Como en el caso de China donde planearon por avanzado 20 años de investigación y tuvieron un boom muy rápido. Marcianò, comentó: Ya llevo casi seis años viviendo en China y allí he vivido cosas increíbles. Cuando alguien te pregunta a qué te dedicas y respondes que eres físico, te dicen: “¡Guau! Maravilloso, qué fascinante, cuéntame más sobre ello“.

Además, en estos países la comunidad científica, no se ve afectada por la incertidumbre total sobre su futuro. Para obtener un proyecto, requieres solicitar financiación, pedir becas para sobrevivir, y te olvidas de la parte más importante: investigar. La burocracia te hace olvidar la parte más relevante de tu carrera.

Depende del sector. La investigación es opaca sobre todo en el desarrollo de nuevas tecnologías con muchas aplicaciones. Pero este tipo de proyectos son muy secretos en cualquier país.

El investigador también habló de la importancia de la ciencia básica y aplicada. “La investigación teórica intenta entender el mundo con datos. En cuanto uno entiende el mundo puede que tenga una aplicación. La física teórica buena debe tener una conexión profunda con los experimentos, porque estos necesitan teoría para tener un marco mental en el que reflexionar sobre cómo procesar los datos, incluso cómo hacer un experimento y en qué fijarse“.

Esta interacción entre lo teórico y lo experimental es muy importante. Hay aplicaciones macroscópicas de la mecánica cuántica. En Shangái puedes coger el Maglev (el tren de levitación magnética), que viaja a 460 kilómetros por hora gracias a la superconductividad, que es mecánica cuántica.

Tenemos que salir del viejo paradigma que está contaminando la investigación científica, no todo puede ser ‘publica o perece’. Esto ha afectado cada vez más a la actitud de la gente en los últimos años. Ahora nos encontramos en una buena posición para intentar devolver la ciencia a un terreno más humano“.

Desarrollan mexicanos vehículo eléctrico sustentable para la limpieza del sargazo

Para aportar una solución integral a la presencia masiva del sargazo en el Caribe Mexicano, alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) diseñan un Vehículo Eléctrico Sustentable Sargacero, denominado ‘Iktan’ (que en lengua maya significa ingenioso), que tendrá la capacidad de recolectar tonelada y media en tres horas durante un recorrido de 60 kilómetros lineales de playa.

De acuerdo con la Red de Monitoreo de Sargazo Cancún, la llegada de la macroalga provocó afectaciones a 19 playas del estado de Quintana Roo. La Secretaría de Marina (Semar), a través del Plan General de Atención al Sargazo, impulsado por el Gobierno Federal, recolectó poco más de 57 mil toneladas de esta planta acuática en dicha entidad, en el periodo de mayo a julio del presente año.

El equipo de estudiantes conformado por José Antonio Garfias González y Alan Fernando Ruiz López, egresados de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA) y Johan Matías Velasco, alumno de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Zacatenco, explicaron que el automóvil será compacto, ecológico y ligero. Además, cuenta con bandas transportadoras que depositan la planta acuática en un contenedor intercambiable, sin causar erosión del mar de playa.

Es una iniciativa por un proyecto integral contra el sargazo, se trata de un vehículo eléctrico y sustentable para la recolección y tratamiento de la macroalga, que se construirá con materiales reciclables y motores silenciosos con una vida útil de 10 años y que resistirán condiciones climatológicas adversas que se presenten en la región“, informó Garfias González.

Alcanzará una velocidad de 20 kilómetros por hora, ya que funcionará con dos motores eléctricos tipo Hub Bushless, cada uno con capacidad de seis kilovatios, frenos de disco, llantas o tracción en las seis ruedas (motor in Wheel), así como un tándem de baterías de 12 volts para alimentar los motores.

Garfias González detalló que el prototipo se construirá con material reciclable. En el chasis utilizarán pet recubierto para soportar las condiciones de temperatura y humedad de la región; mientras que el mecanismo será electrónico (desde el acelerador hasta el accionamiento del motor).

Fuente: Instituto Politécnico Nacional

 

Con su discurso de odio Trump ha empoderado a los supremacistas

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En menos de 24 horas las ciudades estadounidenses El Paso, Ohio y Chicago, protagonizaron tiroteos con un saldo de más de 30 personas fallecidas y decenas de heridos.

Estos acontecimientos indican un problema complejo que vive la sociedad estadounidense, “pero lo que llama la atención y que resulta dramático para México, es que muchas de estas acciones están dirigidas contra mexicanos”, señaló María Cristina Rosas González, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

Acotó que en la sociedad de Estados Unidos hay un empoderamiento de grupos supremacistas blancos por parte de Donald Trump, quien “ha manejado un discurso de odio, racista y descalificador de la otredad. Lo que ha provocado que estos grupos radicales se empoderen”.

Para la doctora en Estudios Latinoamericanos es importante analizar la manera en que ha cambiado la demografía en Estados Unidos; por un lado, el grupo de los WASP (White Anglo-Saxon Protestant) tienen tasas de natalidad bajas, fenómeno que no ocurre con las comunidades de musulmanes, latinos o asiáticos.

“Que hayamos visto dos candidatos blancos en los comicios presidenciales de 2016, denota temor de los blancos respecto a que otras minorías irrumpan en la escena política y los desplacen”, ponderó Rosas González.

En ese contexto, la violencia en Estados Unidos será tema de debate en su proceso electoral del próximo año. Apuntó que debe tenerse en cuenta que la portación de armas es controvertida, ya que la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos permite a los estadounidenses portarlas.

“Si se quisiera echar abajo es muy difícil porque el tema está politizado, además la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) pugna porque todo estadounidense tenga y mantenga este derecho, por lo que el debate continuará y se politizará aún más”.

Rosas González dudó de la disposición de Trump para cambiar su discurso de odio el cual “empodera a los grupos radicales, quien pensaba que este tipo de grupos habían sido desmantelados se equivoca”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Armados y peligrosos

Estados Unidos, con sus 327 millones de habitantes, representa el 4.4 por ciento de la población mundial y posee más del 42 por ciento de las armas de fuego que hay en el planeta.

Nada más americano que su obsesión por ser el “number one”. Ese país es, y por mucho, la principal potencia militar del orbe. Por más de un siglo fue la economía numero 1 y ahora sigue siendo el país rico más violento del mundo.

Detrás del sueño americano se esconde un dato particularmente preocupante: en promedio en uno de cada tres hogares hay gente armada. Esto es, o el vecino de la casa a la derecha, el de la izquierda o tú mismo.

Fuera de su arsenal nuclear y fuerza militar —una industria de 700 mil millones de dólares anuales—, en Estados Unidos hay en circulación cerca de 400  millones de armas de fuego, de las cuales se estima que cerca de 10 millones son “de asalto”, del tipo del rifle de alto poder que permitió al autor de la masacre de El Paso, asesinar a nueve personas en los primeros 30 segundos de su ataque al Walmart local.

Esto es, de las 875 millones de armas de fuego en manos de civiles que conforman el arsenal mundial para su uso en escenarios no bélicos, cerca de la mitad pertenecen a poco más de 100 millones de estadounidenses . Son, muchos de ellos, los afiliados a la National Rifle Association, la poderosa NRA que controla a buena parte de la clase política de ese país. Son, muchos de ellos, parte de ese universo de casi 63 millones de personas que votaron por Donald Trump en el 2016. Son, esa enorme minoría de, quienes aplauden sus mensajes de odio, su fobia contra los “mexicans”, las mujeres y los musulmanes.

De acuerdo con la Universidad de Alabama, una tercera parta de los tiroteos masivos —mass shootings— de los últimos 50 años ha sucedido justamente en Estados Unidos, the land of the brave. Se trata de un centenar de ataques —o 165 de acuerdo con un reporte reciente de The Washington Post—, en contra de personas inocentes en, sobre todo, escuelas, centros comerciales e iglesias.

En una nación en la que el consumo y el miedo son poderosos motores sociales, el racismo y los grupos supremacistas blancos siempre han estado presentes. Por ello, resulta notorio que la actual Casa Blanca —promotora de la ola antiinmigrante que recorre el mundo—, se haya colocado la etiqueta de “terrorismo doméstico” respecto a los ataques del pasado fin de semana en Texas y Ohio.

Desde la explosión del edificio federal de Oklahoma City que en 1995 mató a 168 seres humanos, este es el décimo ataque armado proveniente de la misma extrema derecha que tanto alienta el presidente Trump.

Es una nueva sacudida para una sociedad entrenada para identificar a sus enemigos en los comunistas, los musulmanes o los “bad hombres”; siempre extranjeros, siempre con un color de piel más oscuro que la mayoría.

Después de la masacre, viene el sufrimiento de los cercanos a las víctimas. Luego, la repartición de culpas: Que se deben prohibir los videojuegos violentos, que es responsabilidad del sistema de justicia, incapaz de atender los problemas mentales de quienes jalaron el gatillo, que es culpa del internet, por la difusión masiva de las doctrinas de odio… y después nada. Hasta la siguiente matanza.

Pero no perdamos de vista el contexto: México es un país en el que la tasa de homicidio alcanza un nuevo récord casi cada año —en 1995 eran 15.4 homicidios por cada 100 mil habitantes y 2019 podría cerrar con 34 por cada 100 mil. Mientras que en Estados Unidos, en ese mismo periodo, se pasó de 8.2 a 5.3.

Se trata de dos realidades, casi dos universos, pero en ambos casos hay un factor en común: el tráfico de armas de fuego, cada vez más poderosas que terminan en las manos (en el sur) del crimen organizado. Y en el norte, de perturbados mentales y neonazis.

Homicidios causan más muertes que los conflictos armados

Unas 464.000 personas en todo el mundo fueron víctimas de homicidio en 2017, superando con creces las 89.000 que murieron en conflictos armados en el mismo período, esto de acuerdo con el Estudio mundial sobre el homicidio 2019, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).

“El Estudio mundial sobre el homicidio 2019 busca arrojar luz sobre los asesinatos por motivos de género, la violencia entre pandillas y otros desafíos, teniendo como propósito apoyar en la prevención y las intervenciones destinadas a reducir las tasas de homicidio”, dijo el Director Ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov. “Los países se han comprometido a cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a fin de reducir todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad relacionadas a este delito para el año 2030. Este informe ofrece ejemplos importantes de intervenciones comunitarias efectivas que han ayudado a lograr mejoras en áreas afectadas por la violencia, las pandillas y el crimen organizado”.

El estudio muestra que el número total de personas que sufrieron una muerte violenta como consecuencia de un homicidio aumentó en el último cuarto de siglo, de 395.542 en 1992 a 464.000 en 2017. Sin embargo, debido a que la población mundial ha aumentado a un ritmo más rápido que el incremento de las víctimas de homicidio registradas, el riesgo general de ser asesinado por homicidio ha disminuido de manera constante. La tasa mundial de homicidios, que se mide como la tasa de víctimas por cada 100.000 personas, disminuyó de 7,2 en 1992 a 6,1 en 2017.

La delincuencia organizada es responsable del 19 por ciento de los homicidios

El crimen organizado por sí solo fue responsable de hasta un 19 por ciento de todos los homicidios en 2017. Desde el comienzo del siglo XXI, las organizaciones criminales han causado la muerte de un número de personas igual al de todos los conflictos armados del mundo. Por otra parte, al igual que los conflictos armados, la delincuencia organizada desestabiliza a los países, mina el desarrollo socioeconómico y erosiona el estado de derecho.

Las tasas de homicidio varían ampliamente entre las regiones y dentro de ellas

La tasa de homicidios promedio en 2017 (6.1) oculta dramáticas variaciones regionales. La tasa en el continente americano (17,2) fue la más alta registrada en la región desde que se iniciaron los registros confiables en 1990. La tasa de África (13,0) también estaba por encima de la media mundial, mientras que las tasas de Asia, Europa y Oceanía estaban por debajo de la media mundial (2,3, 3,0 y 2,8, respectivamente).

Aunque las tasas de homicidio siguen siendo altas en América, el panorama varía enormemente dentro de la región y dentro de cada país. En América Central, el país con la tasa de homicidios más alta (62,1) tenía una proporción siete veces superior a la del país con la tasa más baja. En América del Sur, el país con la tasa de homicidios más alta (56,8) tenía una proporción más de 16 veces superior a la del país con la tasa más baja.

Dentro de los países del continente, los altos niveles de homicidio están agrupados, con algunas poblaciones locales que enfrentan tasas de homicidio comparables a las tasas de mortalidad en zonas de conflicto y otras que tienen un riesgo insignificante.

La mayoría de las víctimas de homicidio son hombres, pero las mujeres suelen ser asesinadas por sus familiares y parejas íntimas.

A nivel mundial, alrededor del 81 por ciento de las víctimas de homicidio registradas en 2017 eran hombres y niños, y más del 90 por ciento de los sospechosos de homicidio eran hombres, según las estimaciones más recientes. Sin embargo, el estudio muestra que la disparidad de género entre las víctimas cambia con la edad.

Tanto las niñas y los niños de nueve años, así como los menores de edad, son asesinados en tasas aproximadamente iguales, contrastando con todos los demás grupos de edad, en los que los hombres constituyen más del 50 por ciento de las víctimas, según datos de 41 países.

En todas las regiones, la probabilidad de que los niños sean víctimas de homicidio aumenta con la edad, aunque este proceso ocurre en diferentes etapas. Los hombres y los adolescentes de sexo masculino de entre 15 y 29 años corren el mayor riesgo de ser víctimas de homicidio en todo el mundo.

Aunque las mujeres y las niñas representan una proporción mucho menor de víctimas de homicidio en general que los hombres, siguen siendo, con mucho, las que soportan la mayor carga de los homicidios cometidos por sus parejas íntimas y por su familia.

Enfrentando las causas de los homicidios

Las intervenciones dirigidas y eficientes para contrarrestar los homicidios requieren una comprensión integral de su escala y sus causas. Entre los factores que impulsan este delito que se destacan en el estudio figuran la desigualdad, el desempleo, la inestabilidad política, la prevalencia de los estereotipos de género en la sociedad y la presencia de la delincuencia organizada.

El estudio también señala la importancia de un modelo de gobierno centrado en el estado de derecho, el control de la corrupción y la inversión en el desarrollo socioeconómico, incluida la educación, como elementos fundamentales para reducir la tasa de delitos violentos. Las armas de fuego, las drogas y el alcohol son otros factores que facilitan el homicidio y que es necesario abordar, según el estudio.

El Estudio mundial sobre el homicidio 2019 está disponible en línea: https://www.unodc.org/unodc/en/data-and-analysis/global-study-on-homicide.html

Consta de cinco folletos temáticos, cada uno de los cuales ofrece una visión de las facetas y dimensiones específicas de este complejo fenómeno: tendencias y patrones de homicidio; impulsores, mecanismos y tipologías de homicidio; homicidio y desarrollo sostenible; asesinatos de mujeres y niñas relacionados con el género; y asesinatos de niños y adultos jóvenes. Un sexto folleto adicional consiste en el resumen ejecutivo y las implicaciones para las políticas públicas.

Universitarios ante la migración: entre intenciones y contradicciones

El escenario regional y nacional en torno a la migración se encuentra en un punto particularmente álgido, producto de la confluencia de coyunturas cada vez más enardecidas. La primera de ellas es una resurgida discusión en la arena pública sobre la entrada y desplazamiento de centroamericanos por México, al nuestro país haber evitado temporalmente –45 días, para ser exactos– la imposición progresiva de aranceles a todas sus importaciones por parte de Estados Unidos de América (EE.UU.) a través de una dudosa negociación, cuyo resultado público fue un comunicado conjunto entre ambas naciones emitido el pasado 7 de junio. En él, México se comprometió a desplegar las fuerzas armadas de su Guardia Nacional a lo largo de la República para frenar la entrada “irregular” de migrantes centroamericanos a EE.UU. y permitió que dicho país retorne rápidamente a territorio mexicano a quienes soliciten refugio al gobierno estadounidense, en lo que éste procesa “aceleradamente” sus solicitudes. Simultáneamente, encontramos diásporas centroamericanas en México y sus fronteras, pagando cualquier costo por la esperanza; incluso si éste es el mismo del que huyen en sus lugares de origen: la muerte.

La segunda coyuntura es el arranque de la campaña de reelección presidencial de Trump hace dos semanas con un discurso anti-inmigración. No olvidemos que, para el actual presidente y candidato, el nacionalismo xenófobo –un pleonasmo, en realidad– es una bandera que ondea tan alto que no dudó en enfrentar a su país al cierre de gobierno más largo de su historia para conseguir recursos que financiaran el muro fronterizo que prometió durante su primera campaña. Curiosamente, el mismo día que Trump comenzó su segunda carrera por la presidencia, el titular del ejecutivo federal mexicano anunció las nuevas medidas de identificación que solicitó implementar a líneas de autobuses comerciales aludiendo a la supuesta seguridad de los migrantes, y que empresas como ADO (2019) anunciaron como un “derivado de la contingencia migratoria” –¿acaso el término “contingencia” no nos hace pensar en una epidemia que debe ser contenida y, de ser posible, erradicada?–. Por su parte, una tercera coyuntura es el otorgamiento de 30 millones de dólares a El Salvador desde el gobierno mexicano hace poco más de una semana para un programa homónimo al denominado “Sembrando vida” que impulsará en el campo de nuestro país, pero que en territorio salvadoreño pretende servir como medida de contención migratoria. Su baja aceptación por parte de mexicanos en redes sociales no es novedad alguna.

En este agitado marco, resulta particularmente relevante hablar de las perspectivas de nuestros universitarios en torno al tipo de migración que es foco de dichas coyunturas, al tratarse de futuros profesionistas de quienes se espera respuesta ante fenómenos de tal magnitud. En la UNAM, los planes de estudio de al menos una licenciatura en cada facultad incluyen en su perfil de egreso el análisis de los problemas de nuestra sociedad para contribuir en su solución hacia el bienestar. Incluso hay facultades –como la de Filosofía y Letras (FFyL)–, en las que dicho elemento se encuentra –más o menos– presente en todos sus planes de estudio. Sin embargo, ¿cuál es la perspectiva de nuestros universitarios respecto a problemáticas sociales tan polémicas como la migración indocumentada?

Al visibilizarse mediáticamente el éxodo centroamericano llamado “caravana migrante” a inicios de octubre pasado, el repudio a las y los migrantes por parte de mexicanos en partes usualmente externas a la capital del país, si bien me eran dolorosas, no me resultaban fuera de lo ordinario. Nuestro sistema educativo e instituciones se han encargado de justificar nuestra xenofobia bajo la etiqueta de “identidad nacional”. Basta recordar las marchas ciudadanas que exigieron la expulsión de los centroamericanos “vivos o muertos” y las campañas de odio de las que fueron objeto en redes sociales, incluso por parte de las mismas autoridades locales. Lo que me resultó verdaderamente lejos de lo esperado, fueron las expresiones de rechazo en las redes sociales provenientes de estudiantes de esta universidad: “la máxima casa de estudios”. Como alguien que había buscado inscribirse en cursos especializados sobre migración y realizado voluntariados en albergues de atención a personas que encarnan este fenómeno, la percepción de ilegitimidad hacia el éxodo centroamericano entre tales jóvenes me resultaba abrumadora y, francamente, inverosímil.

Con la finalidad de aproximarme a ello, más desde las ciencias sociales, y menos desde la parcialidad de las propias redes y experiencias, el mes siguiente –antes de que la primera diáspora arribara a la Ciudad de México– me propuse encuestar a 50 alumnos de la FFyL seleccionados al azar. Hice uso de un cuestionario escrito y anónimo compuesto de cinco secciones que pretendieron develar las tendencias sociopolíticas en las percepciones de los estudiantes en torno a procesos de migración indocumentada. Participaron alumnos desde 1º a 8º semestre de la vasta mayoría de las licenciaturas existentes en la facultad. A continuación, presento los principales hallazgos y un par de reflexiones al respecto.
¿Qué piensan nuestros universitarios sobre la migración indocumentada?

A partir de las respuestas obtenidas, pude identificar que existen contradicciones de 3 tipos en las perspectivas de los estudiantes sobre la migración indocumentada:

1) Simultánea solidaridad y rechazo hacia los migrantes centroamericanos. Al preguntar si los alumnos experimentaron algunos sentimientos enlistados respecto a la entrada indocumentada de centroamericanos a nuestro país, así como su objeto, aquéllos expresaron tendencias mayoritariamente de solidaridad en el caso de los sentimientos de impotencia, tristeza, enojo y curiosidad; sin embargo, al tratarse del miedo, casi el 60% de los universitarios que dijeron haberlo experimentado, fue con expresiones de rechazo hacia los migrantes. “De las enfermedades que puedan portar”, “por el caos que están generando”, “a que cometan actos delictivos”, “que se queden en México y otros tomen su ejemplo”, “a convivir con ellos”, son algunos de los motivos que los alumnos de esta casa de estudios presentaron –textualmente– en este sentido.

Otra de las secciones del cuestionario consistía en expresar sus opiniones sobre lo retratado en las siguientes fotografías –las hubieran visto antes o no–, además de señalar la frontera en la que se creía retratada la escena y la nacionalidad de los migrantes implicados.

Fotografía 1. Migrantes centroamericanos en la frontera México-Guatemala. | Autoría: Pedro Pardo

 

Fotografía 2. Madre e hijo centroamericanos durante enfrentamiento con piedras en la frontera México-Guatemala. | Autoría: Ueslei Marcelino

Pese a que los estudiantes afirmaron saber que, tanto la fotografía 1, como la 2, eran escenas ocurridas en la frontera México-Guatemala y los migrantes de origen centroamericano, las opiniones sobre lo retratado fueron contradictorias entre sí por parte de los mismos encuestados. Por un lado, hubo expresiones como “siento lástima por las personas que se ven en la necesidad de abandonar su país y exponerse a estos riesgos” mientras que, por el otro, hubo respuestas como “no estoy de acuerdo con las migraciones de tono invasivo” y “entraron a la fuerza a la frontera, me parece que [es] muy irresponsable de su parte”. Esta percepción de rechazo es apreciable aún con mayor claridad en las siguientes contradicciones.

2) Percepciones diferenciadas en correspondencia con el origen de los migrantes. Además de las imágenes previas, se preguntó lo mismo sobre las siguientes dos fotografías tomadas en la frontera México-EE.UU. (véase fotografía 3 y 4).

Fotografía 3. Madre e hija salvadoreñas detenidas en la frontera México-EE.UU. por la patrulla migratoria estadounidense. | Autoría: John Moore

Fotografía 4. Mexicanos cruzando la frontera México-EE.UU tras ser perseguidos por la patrulla migratoria estdounidense. | Autoría: Todd Bigelow.

 

La contradicción que saltó fue que cuando los estudiantes estaban seguros de que la frontera era la de nuestro país con Centroamérica (véase fotografías 1 y 2), el rechazo hacia los migrantes primaba con opiniones como “manera inadecuada de entrar”, “se busca por la fuerza el mejoramiento de la vida, aunque el gobierno de México ofreció oportunidades de ingresar legalmente, muchos omitieron eso” y “no hay seguridad en las fronteras, cualquiera puede entrar”. Mientras que en las fotografías 3 y 4 que les hacían pensar –en su mayoría– que el grupo de migrantes era sólo de mexicanos o los incluía, los estudiantes opinaron: “necesidad de la ilegalidad es preocupante”, “impotencia ante las pocas oportunidades de un trabajo estable y bien remunerado [que llevan a] tener que arriesgarse a cruzar” y “las malas maneras en que el gobierno de Trump trata a los migrantes como animales”. Así, parece que la legitimidad de la migración –y sus medios– según los estudiantes encuestados, está relacionada con el origen de los que la llevan a cabo; dicho factor parece determinar también la percepción que se tiene sobre la legitimidad de las acciones de política pública en la materia, es decir, su carácter más o menos restrictivo.

Expresiones como “miedo a no saber quiénes son”, comunes entre el grueso de la población mexicana, y entre los estudiantes encuestados, respecto a los migrantes centroamericanos son reproducidas continuamente por los gobiernos para implementar medidas restrictivas que rayan o se transforman en violencia. Sin embargo, resulta paradójico que vivimos día a día con conciencia de que coexistimos en el mismo país con millones de personas cuya identidad desconocemos –a veces, incluso, la de nuestros propios vecinos de cuadra–; entonces, ¿por qué sí nos interesa saber “quiénes son” los extranjeros que llegan en el éxodo? ¿Qué queremos saber realmente cuando “queremos saber quiénes son”? ¿A quiénes consideramos legitimados para ingresar a nuestro territorio y cómo establecemos los requisitos que deben cumplir?

Tal contradicción fue más notoria en el apartado del cuestionario consistente en un test de coordenadas políticas, en el que se solicitó a los estudiantes indicar su grado de acuerdo con afirmaciones sobre la forma en la que el gobierno estadounidense debería abordar la inmigración indocumentada llevada a cabo principalmente por mexicanos, y lo que el gobierno de México debería hacer con la proveniente de Centroamérica. Mientras que, en el primer caso, los alumnos se inclinaron a que el gobierno estadounidense garantizara derechos a migrantes mexicanos –al libre tránsito, trabajo, vivienda, educación, seguridad social, etc.–, en el segundo caso, los estudiantes señalaron mayoritariamente que el Estado mexicano debería no sólo ser más restrictivo en sus políticas migratorias, sino también invertir los recursos públicos que se destinan a la asistencia de migrantes centroamericanos, en problemáticas que aquejan a los mexicanos.

De esta forma, las perspectivas de nuestros universitarios parecen revelar fenómenos sociales de racialización, xenofobia, conservadurismo, clasismo y aporofobia. Todos ellos entrelazados, privando unos sobre otros en correspondencia con la conformación particular de subjetividades, aunque todos presentes en alguna medida; podría decirse que fueron pocas las perspectivas consistentes a lo largo del cuestionario en términos de expresar solidaridad hacia los migrantes indocumentados. A tales fenómenos sociales, se suma una de las problemáticas que, considero, enmarca –y recrudece– muchas de las demás señaladas, a saber, la percepción de falla del Estado mexicano para cumplir con las funciones de bienestar generalizado de su población por las que, según Bobbio, Matteucci y Pasquino (1983), el Estado fue fundado como concepto e institución.

3) Percepciones segregacionistas discordantes con el enfoque humanista sostenido por la UNAM. En las respuestas de los universitarios al test de coordenadas políticas aludido, emergió una tercera contradicción directamente relacionada con la formación humanista que se esperaría entre ellos como estudiantes de la UNAM, especialmente de la Facultad de Filosofía y Letras. Los participantes se dijeron principalmente “sin postura”, “de acuerdo” o “muy de acuerdo” con que el gobierno mexicano debería, tanto “reforzar sus fronteras para evitar la migración indocumentada”, como “endurecer sus políticas migratorias”, pese a que es de conocimiento público que ambas medidas suelen ser en detrimento de los derechos humanos de los migrantes y traer consigo consecuencias funestas. Dicha contradicción se profundiza con el hecho de que el 65% de los encuestados dijeron haber cursado materias en un área específica de ciencias sociales y humanidades en el último año de su educación media superior. Así, la falta de expresión de una postura clara y, especialmente, el de una que no tiende al privilegio de la dignidad humana, no es algo que se esperaría de la población universitaria.

También pregunté si conocían la cifra de centroamericanos que componía la “caravana” a la que se hacía referencia; 29 estudiantes dijeron no hacerlo o no contestaron, y de los 21 que dijeron que sí, sólo 4 se aproximaron a la cantidad reportada por diversas fuentes (entre 2,000 y 4,000 migrantes), el resto de ellos, enunciaron cantidades altamente superiores. Curiosamente, pese a que no se les solicitó que expresaran su percepción sobre las dimensiones de la “caravana” si no conocían su cantidad, 39 encuestados lo hicieron independientemente de ello; 34 dijeron que la “caravana” les parecía “mediana”, “grande” o “muy grande”, pese a que su cantidad real no representa siquiera el 0.6% del estado menos poblado de México (Colima) y tan sólo el 0.003% de la población total del país. De esta forma, y al cruzar tales respuestas con las proporcionadas en otras secciones del cuestionario, encontré una contradicción entre la materia social de estudio de los alumnos y, por un lado, la desinformación respecto al tema y, por el otro, las fuentes de construcción de la percepción sobre la dimensión del fenómeno, pues ésta proviene en menor medida de información certera, y más a partir de sus prejuicios y del sesgo, tanto de los medios de comunicación, como de sus propias redes sociales.

Un último hallazgo relevante para lo aquí tratado es que sólo 15 participantes (30%) dijeron haberse implicado en labores de asistencia para los migrantes de la “caravana”; sólo 3 de ellos lo hicieron de forma diferente a la donación. Pese a que podría esperarse un mayor involucramiento en tales labores de la población en cuestión, es importante visibilizar la acción de esos 15 estudiantes. De la misma forma, pese a que se trata de intenciones que pueden nutrirse para desencadenar su potencial, más que de percepciones humanistas ya consolidadas o de acciones realizadas, la mayoría de los universitarios se inclinaron a que tanto México como EE.UU. debían continuar brindando ayuda internacional a los países de los que provienen los migrantes que entran indocumentadamente a sus territorios y a que la solución a la problemática debe provenir de la cooperación internacional, pues la respuesta a ella no incumbe sólo a un país. Algo parece estar fallando en la formación humanista de la universidad como para que sus estudiantes de humanidades y ciencias sociales tiendan al segregacionismo en materia migratoria; sin embargo, estos últimos datos parecen indicativos de que ello puede cambiar.

La relevancia de (re)posicionarnos como universitarios

La xenofobia, racialización, conservadurismo, clasismo y aporofobia presentes en las perspectivas de los universitarios respecto a los procesos de migración indocumentada aquí retomadas, son sólo la punta del iceberg perteneciente a quienes poseen estudios superiores en materias sociales. Así, la base del iceberg no puede ser mucho mejor –salvo admirables excepciones en ambos espacios–. ¿Por qué esto es relevante ahora? Porque el tiempo corre y, con él, consecuencias con costo tan alto como el de vidas humanas.

Con el acuerdo firmado entre EE.UU. y México, al final se dio un paso más hacia lo que Ebrard ha señalado en múltiples ocasiones que no se haría: posicionar a México como un “tercer país seguro“. Este concepto tiene su base en la convención de refugiados de 1951 –con antecedentes desde 1933– y su definición se encuentra en una conclusión del comité ejecutivo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) emitida en 1989. Para que México se convirtiera en el “tercer país seguro” de EE.UU., ambos Estados tendrían que acordar que nuestra nación procesará como propias solicitudes de refugio inicialmente hechas a su vecino, ante el desborde de las capacidades de éste para hacerlo. Aunque no se puede afirmar que éste es el estatus actual de México, la posibilidad de que suceda no podría descartarse todavía, pues lo que sí quedó acordado es que fungiríamos las veces de “sala de espera” en lo que se procesan tales solicitudes en EE.UU. Así, en caso de que éstas sean rechazadas o retardadas, el número de peticiones de refugio a México aumentará considerablemente, operando éste como “tercer país seguro”, aún sin la etiqueta de serlo. Habrá que esperar a la declaración que se comprometieron a emitir ambas naciones en 90 días y a la primera evaluación de las medidas de México para detener la migración indocumentada con destino a EE.UU. en 45 días –a partir del 7 de junio–. Como dije: el tiempo corre.

La preocupación de que México sea declarado un “tercer país seguro” para la mayoría de los que nos decimos migrantólogos, viene menos del lado de “vergüenza nacional” apreciable en múltiples comentarios en redes sociales, y más porque nuestro Estado no es un país seguro para los migrantes, pues el Instituto Nacional de Migración y la Secretaría de Defensa Nacional se encuentran entre las 5 autoridades con mayores quejas frente a la CNDH (2019) –considerando que las cifras pueden estar subestimadas, ya que no todas las violaciones a derechos humanos (DD.HH.) son denunciadas– y 99% de los delitos contra migrantes quedan impunes (Suárez, Díaz, Knippen y Meyer, 2017). México no es un país seguro siquiera para los defensores de los derechos humanos de dicha población, pues las violaciones a los DD.HH. de tales defensores han llegado a ocupar el segundo lugar de violaciones contra defensores de DD.HH. en México (14% en 2013) (ACUDDEH, 2013). El caso reciente más conocido es el de Cristóbal Sánchez. Grupos de la sociedad civil organizada dedicados a la protección de personas migrantes incluso han denunciado que el presente gobierno busca, tanto desprestigiar sus acciones sin mostrar evidencias (Ureste y Pradilla, 2019), como manejar un discurso de política migratoria de respeto a derechos humanos contradictorio al enfoque de seguridad militarizada que está operando de facto en el país (Misión de observación, 2019), pues los cuerpos de seguridad no sólo se encuentran a la expectativa en las zonas de paso migratorio, sino que han recrudecido los actos persecutorios realizando redadas en espacios públicos y privados –como hoteles, vecindades y los mencionados camiones comerciales–. Si bien tampoco EE.UU. es un lugar seguro para los migrantes –especialmente desde que se postuló con un discurso de odio su actual presidente–, una cosa es segura: no puede decirse que México sí lo es sólo para operar una política migratoria cuyo fin ulterior es la restricción.

Ante todo lo aquí expuesto, ¿cómo nos posicionaremos los universitarios en las coyunturas que sólo se prevén agravadas?, ¿qué se puede y qué se debe esperar de nosotros? ¿Qué de nuestra institución? ¿Qué podría esperarse de la formación que ofrece a sus estudiantes; particularmente de la de aquellos especializados en ciencias sociales y humanidades? ¿Es la memorización de teorías y la realización de trabajos difícilmente aplicables a lo que aspiramos?, ¿o podríamos construir otros proyectos educativos dedicados al reconocimiento de la alteridad y una lectura sociológica libre de prejuicios fragmentarios?

No hay duda sobre las contradicciones entre los discursos y acciones de nuestros gobernantes, ¿pero estamos conscientes de las que existen en nuestros universitarios? ¿Qué podemos hacer para aceptarlas y resignificarlas, en lugar de negarlas y permitir que erijan muros simbólicos –y reales– entre seres con el 99.9% de sus genes iguales? Ojo: este artículo no busca condenar individualidades, sino sistemas de los que somos producto (Arendt, 1963/2003), pero también reconocer las agencias que podemos construir en sus grietas.

Como universitarios nos compete, si bien no tener una misma opinión sobre semejante polémica, sí cuestionar el origen de nuestras propias perspectivas, hacer uso de las herramientas que idealmente nos ha dado nuestra formación y exigir que nuestros gobernantes no utilicen a seres humanos como moneda de cambio política y económica. Construyamos una universidad que combata y no que reproduzca la fragmentación social.

[1] Egresada de la Licenciatura en Pedagogía (FFyL-UNAM), ayudante de profesora en la FFyL-UNAM, asistente de investigación en el INIDE-UIA y apoyo académico externo del servicio de educación migrante en Baja California.

México no está figurando en el mundo

Es muy poco tiempo para evaluar el trabajo que ha realizado Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, hay que recordar que en campaña generó muchas expectativas, promesas y propósitos que la ciudadanía siente que no los está cumpliendo, explicó María Cristina Rosas González, doctora en relaciones internacionales por la UNAM.

Rosas señaló que ha puesto énfasis en la política interna y se ha desentendido de temas internacionales. Las decisiones que ha tomado el presidente en ese ámbito han sido precipitadas, el T-MEC por ejemplo, no ha habido buen tino y ha tenido crisis con Trump con el tema migratorio y no ha asistido a cumbres internacionales. “México no está figurando en el mundo y alguien le tiene que decir a AMLO que tiene que participar en las convenciones internacionales”.

En el tema de la política interna explicó que las políticas sociales, la Guardia Nacional y haber echado para atrás la construcción de un nuevo aeropuerto han tenido opiniones encontradas, “se han tomado decisiones en el interior del país y han sido extremadamente polémicas”.

Recordó la época en que el ex presidente Fox llegó al poder, llegó muy votado, pero la gente que votó por él, votó contra el PRI. Apuntó que a diferencia de AMLO, el ex presidente Vicente Fox viajó mucho durante los primeros meses de gobierno.

En cuanto a los rumores de que la popularidad de AMLO ha ido en declive, la doctora Rosas explicó que aún tiene índices de aceptación muy buenos, “es muy difícil que un líder en estos tiempos tenga aceptación y apoyo. Sí ha reducido, pero se mantiene en buen nivel, puede ser porque las personas piensan que las reformas y cambios prometidos se van a llevar a cabo”.

En ese contexto, aseguró que mucho del éxito de López Obrador se debe al hartazgo que existe, “no veo oposición a él. El año pasado vimos una descomposición de los partidos tradicionales y no han terminado de compaginarse, hay una crisis terrible en el interior de los partidos políticos y tiene que haber una reconfiguración de los mismos”.

Finalmente, indicó que definitivamente en estos meses pudo haber hecho las cosas de otra manera, tomar mejores decisiones, “no le está llegando la información  de calidad por la diversidad de intereses que rodean al presidente y eso es muy grave, porque un país no puede funcionar así”.

Hay confrontación, intereses tocados y gente que se va a quejar

¿Cuál es el ánimo de los ciudadanos a un año de haber ganado Andrés Manuel López Obrador? Ricardo Trujillo Correa, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, refirió que encuentra en la población lo que se llama “sesgo de confirmación”, es decir, que  cuando ocurre un evento las personas utilizan sus propias creencias para tomar la información y confirmar lo que ya se sabe sobre un fenómeno. “Utilizas los eventos para  terminar validando lo que se cree, ya sea una posición negativa o positiva”.

Por otro lado, señaló que no estamos acostumbrados a la confrontación, al debate, sino a ser políticamente correctos. “Es una forma que hemos desarrollado para relacionarnos y sobrevivir, lo que ha sucedido es que la población ha estado muy metida en esta corrección. Si el presidente responde algo a los medios de comunicación o a un grupo social, inmediatamente lo ven como una agresión. ‘Nos está dividiendo’, pero en realidad esto tendría que ser el debate público”.

Explicó que cualquier proceso político está implicado con una serie de consecuencias donde va haber confrontaciones y debates, pero no estamos acostumbrados a eso. “Cuando la gente votó por López Obrador debió estar consciente que estamos frente a un cambio político y que no puede haber una revolución sin revolución, tiene que haber confrontación, va haber intereses tocados y gente que se va a quejar y es justamente la normalidad, pero la normalidad era la situación de antes donde nada pasaba. Nadie se quejaba, el presidente siempre hacia declaraciones correctas, y aquí lo que hay que hacer es cambiar la cultura política y la percepción de la sociedad para que los debates se den frontalmente”.

Trujillo Correa exhortó a la ciudadanía a trabajar para reivindicar a las izquierdas, esto es, ser críticos con ellas, ser cuestionadores, aumentar el debate, “la política de la sordera no ha servido de mucho, tuvimos muchos años de dictadura blanda. Y la responsabilidad para lograr ese cambio no sólo es de AMLO, sino toda la sociedad”.

Llevar a cabo un cambio implica dolor y acostumbrarse a nuevas dinámicas y desarrollar nuevas políticas y soluciones. Si este proceso de cambio va a funcionar tiene que ocurrir una minicrisis social para que como sociedad se generen las soluciones y una nueva dinámica en beneficio de la población de México. “Este cambio implica incomodidades, modificaciones y nosotros tenemos que ser vigilantes de ello para que ese cambio vaya directo a lo que queremos como proyecto de sociedad”.

IPN crea dispositivo que identifica zonas con alta contaminación electromagnética

De acuerdo con información publicada en La Jornada Aguascalientes, un investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), creó una app que mide la contaminación electromagnética y alerta a las personas de las zonas con mayor radiación. Actualmente, no existe algo similar en el mercado.

Todo dispositivo eléctrico, electrónico o de comunicación genera campos electromagnéticos que radian en diferentes rangos de frecuencia, lo que también es conocido como contaminación electromagnética. Particularmente, la proveniente de redes de comunicación inalámbrica (wifi y celular), es un problema cada vez más grande en México, pues en 2018 se registraron 69.9 millones de usuarios de estas redes.

Al haber un aumento en las redes inalámbricas, el número de radiación es mayor y puede causar daños en la salud: “No hay una certeza de las consecuencias en la salud, como el cáncer por la radiación de diferentes fuentes. Sin embargo, otro efecto de la radiación, se presenta cuando hablamos por celular, ya que las ondas alfa y beta del cerebro se alteran”, comentó Marco Antonio Acevedo Mosqueda, coordinador de la Maestría en Ingeniería de Telecomunicaciones del IPN.

El investigador realizó pruebas en la ESIME Zacatenco y obtuvieron buenos resultados. La aplicación aún se encuentra en etapa de desarrollo, pero se espera que esté disponible en la tienda de Android en un futuro próximo.

Bolsones de desechabilidad, la política de los muertos

Todos los días, cientos de personas alrededor del mundo abandonan sus territorios con la esperanza de conseguir, en otro país, mejores condiciones de vida. No son migrantes con visas y pasaportes, son viajeros de a pie, esos que el sistema desecha oportunamente.

Su condición de pobreza y vulnerabilidad los orilla a realizar un desplazamiento forzado que no tiene lógica; obedece a un sistema de reproducción que no los incluye: busca despoblar lugares donde se prevén enfrentamientos o quejas de la sociedad civil para poder llevar a cabo sus planes y proyectos.

Son políticas públicas “diseñadas a modo” con el fin de llevar a cabo un desplazamiento que los conduzca a la muerte, esa idea de ejercer  autoridad mediante el uso de la violencia apropiándose del derecho a decidir sobre la vida y/o muerte de alguien más.

De acuerdo con Ariadna Estévez López, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, este dispositivo necropolítico opera en espacios ricos en recursos naturales donde reina el crimen organizado y donde migrantes, mujeres y niños son vistos y tratados como mercancía.

“Está en los intereses de la reproducción del sistema capitalista neoliberal producir condiciones que orillen a las personas a situaciones y condiciones de muerte en distintos lados, sobre todo de las periferias de países de Centroamérica, en Venezuela y en algunos lugares de África y Asia, espacios donde se crean condiciones explosivas que, eventualmente, derivan en muerte y enfermedad”.

Esa condición marginal a la que están expuestos es la misma que les impide romper las barreras del lugar donde pretenden asilarse, por lo que son conducidos a otros lugares, aquellos a donde llegan los deportados.

“Tijuana es un ejemplo de ello. Estamos viendo a toda la gente -mexicanos y extranjeros- que está siendo deportada a través de las garitas importantes. Son enclaves donde pasan las redes de tráfico de personas, por lo que encuentras que, geográficamente, es bizarro que hayan rusos, haitianos, subsaharianos, por tanto, tienen pocas posibilidades de trascender ese bolsón”, sostuvo la académica.

Esta situación va más allá de la pobreza, subrayó. Es gente legal y socialmente desechada en enclaves geográficos determinados donde -también- se crean estas condiciones.

Así pues, el discurso neoliberal opera de tal manera que la educación que recibimos bajo este sistema nos desensibiliza con el objetivo de aprobar dicha premisa.

Estévez López refirió que “hay jóvenes de determinada edad que no van a tener trabajo porque no tienen la educación, el color de piel adecuado y no son de cierta clase social, es decir, son jóvenes que no van a acceder al sistema legal de oportunidades, por lo que es muy fácil hacer creer que se convertirán en delincuentes”.

El tercer país seguro

La idea de “tercer país seguro” surge a raíz de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados que se firmó en Ginebra, Suiza, en 1951. Establece que ninguna persona puede ser devuelta a un lugar donde su vida esté amenazada o corra peligro, por tanto, si este segundo país se niega a recibirlo, tiene la obligación como Estado a remitirlo a un tercero siempre y cuando cumpla con condiciones de seguridad, derecho a la vivienda, seguridad social, servicios médicos, empleo y educación.

La propuesta del gobierno estadunidense de nombrar a México como “tercer país seguro” obedece a fines meramente políticos.

“Esta es una salida que han sacado los gobiernos racistas como una medida para retener las solicitudes de asilo. En México nadie está seguro. Está jugando el papel de hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos deteniendo a los migrantes ya sea con visas humanitarias o con el Ejército”.

Desde el punto de vista de la especialista en Derechos Humanos, el gobierno mexicano pudo haber negociado con Estados Unidos sin tener que valerse de la situación migratoria, ya que ésta continuará mientras no existan condiciones dignas de vida.

“No es que la gente tenga el sueño americano o quiera vivir en Europa, sucede que no hay vida posible en la mitad del planeta”, argumentó.

Por tanto, en la medida en que los países ricos se sigan llevando todos los recursos y sigan creando situaciones insostenibles, estaremos asegurando el desplazamiento forzado de muchas comunidades, pues “más de la mitad del planeta está en condiciones de no ser habitable, ya sea por condiciones ambientales, económicas o de seguridad”.

México campeón en la XXI Olimpiada Matemática Centroamericana y del Caribe

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Con dos medallas de oro y dos de plata, el equipo mexicano conformado por Daniel Ochoa Quintero de Tamaulipas (oro); Karla Rebeca Munguía Romero de Sinaloa (oro); Jacobo de Yucatán (plata); y Luis Eduardo Martínez de Ciudad de México (plata); alcanzó el primer lugar y se coronó campeón en la Olimpiada Matemática de Centroamérica y el Caribe (OMCC) realizada en República Dominicana del 16 al 22 de junio.

Durante once años consecutivos, México se ha posicionado como el líder indiscutible de esta competencia. En esta edición en la que participaron 13 países y un total de 50 estudiantes que tuvieron que resolver un examen integrado por seis problemas inéditos propuestos por matemáticos profesionales de todos los países participantes, México logró 121 puntos quedó por encima de El Salvador (99 puntos), Colombia (95 puntos) y Cuba (91 puntos), quienes ocuparon los primeros cuatro lugares por países. Por su parte el líder del equipo Luis Eduardo García Hernández, de Ciudad de México mencionó que: “participar en estas competencias no solo nos motiva a mejorar día con día, sino también aprendemos a controlar nuestros nervios para evitar errores y sobre todo conocemos a otros estudiantes con más experiencia y de los cuales podemos aprender mucho”.

 

Sobre la Olimpiada Mexicana de Matemáticas

La Olimpiada Mexicana de Matemáticas es un programa de la Sociedad Matemática Mexicana, creado e impulsado desde 1987. Uno de los principales objetivos del programa de la OMM es promover el estudio de las matemáticas en forma creativa entre los estudiantes pre-universitarios, buscando desarrollar el razonamiento y la imaginación de los jóvenes participantes, alejándose del enfoque tradicional que promueve la memorización y mecanización en la enseñanza de las matemáticas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_gallery interval=”3″ images=”68151,68150,68149,68148,68147,68146,68145,68144,68143,68142″ img_size=”full”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text] [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

El Semáforo de Alerta Volcánica del Popocatépetl se mantiene en Amarillo Fase 2

Derivado de la actividad registrada el día de hoy en el volcán Popocatépetl, se reunió el Comité Científico Asesor, integrado por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), para evaluar el comportamiento del volcán. Después del análisis realizado de los diferentes parámetros que se monitorean, concluyeron que la actividad interna del volcán no presenta un crecimiento acelerado y que dentro de los escenarios esperados para amarillo fase 2 es posible que continúen presentándose explosiones como las observadas, así como caída de ceniza en poblaciones cercanas al volcán e inclusive más alejadas, como la Ciudad de México.
Por lo anterior, la Coordinación Nacional de Protección Civil exhorta a la población a mantenerse informada a través de fuentes oficiales sobre la actividad del volcán y seguir las recomendaciones sobre qué hacer en caso de caída de ceniza consistentes en:

• Cubrir nariz y boca con un pañuelo seco, trapo o cubreboca.
• Utilizar lentes de armazón y evitar los lentes de contacto para reducir la irritación ocular.
• Mantener puertas y ventanas cerradas y permanecer en interiores mientras cae la ceniza.
• No realizar actividades físicas o ejercicio al aire libre.
• No consumir alimentos en la vía pública, lavar frutas y verduras que se encuentren a la intemperie.
• Cubrir tinacos, cisternas, pozos y depósitos de agua para evitar que las cenizas la contaminen. Si les cae ceniza, no beberla y usarla únicamente para labores de limpieza.
• Cuidar a los animales de compañía y de ser posible no dejarlos a la intemperie, lavar y mantener bajo resguardo sus utensilios de comida y agua.
• Para recoger la ceniza, humedecerla ligeramente, a fin de evitar que al barrerla en seco se levante y cause daños.
• Barrer calles y banquetas para evitar que la ceniza tape el drenaje, colocarla en bolsas de plástico o costales.
• Recoger la ceniza de los techos con una pala o recogedor para evitar daños por sobrecarga.
• Entregar las bolsas con el contenido a los servicios de recolección de basura.
• Tener precaución al manejar, la ceniza hace resbaloso el pavimento y dificulta la visibilidad.

El Semáforo de Alerta Volcánica se mantiene en Amarillo Fase 2, por lo que se debe respetar el radio de restricción de 12 km alrededor del volcán y no acercarse al cráter.
Asimismo, se informa que se mantiene comunicación permanente con las Unidades Estatales de Protección Civil de Puebla, Morelos, Tlaxcala, Estado de México y Ciudad de México.
El Comité se mantendrá en sesión permanente para evaluar el desarrollo de la actividad y detectar cualquier cambio en el comportamiento del volcán, que se daría a conocer de manera inmediata.
El CENAPRED realiza el monitoreo del volcán Popocatépetl las 24 horas del día los 365 días del año, cualquier cambio será informado oportunamente.

 

Hay contradicción en la política migratoria mexicana

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Seminario Universitario de Estudios sobre Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación (SUDIMER), participó en la Misión de Observación de Derechos Humanos de la Crisis de Refugiados y Humanitaria en el Sureste de México, la cual estuvo a cargo de organizaciones civiles de México, Centroamérica y Estados Unidos.

En ese contexto, el SUDIMER presenta una investigación profunda acerca del fenómeno de las caravanas migratorias y el efecto que éstas tienen en la sociedad mexicana. Al respecto, la doctora Luciana Gandini, coordinadora del SUDIMER, expresó que las caravanas representan estrategias implementadas por los migrantes con la finalidad de evitar los riesgos de cruzar la frontera con destino a los Estados Unidos.

“Lo que está pasando en la frontera sur no es sorpresa, lo novedoso de las caravanas es que empezaron a llegar grupos grandes de cientos y miles de personas, y eso adquirió mucha visibilidad, de hecho, la estrategia de las caravanas es una estrategia para defenderse de situaciones de mucho riesgo, de un conjunto de violaciones a derechos humanos”.

Por su parte, Juan Carlos Narváez Gutiérrez, integrante del SUDIMER, expresó que el cambio de trayectorias y comportamiento de las personas migrantes no es una novedad, pues de acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), el número de solicitudes de refugiados ha aumentado exponencialmente desde el 2015, año en que nuestro país registró 3 mil 400 solicitudes y para 2017 ascendió significativamente a 14 mil.

“Lo que sí sabemos es que México no ha tenido como tal una política real de integración, podemos decir que México es un país de ‘brazos abiertos’ y que recibimos de manera gustosa a todas las personas, sin embargo, cuando tenemos la oportunidad de vivir esta experiencia de la diversidad, nos cuesta trabajo porque no sabemos cómo hacerlo, no tenemos una cultura de integración.”, resaltó Narváez Gutiérrez.

Sin embargo, el problema va mucho más allá de una falta de cultura de integración. De acuerdo con Alethia Fernández de la Reguera, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, existen contradicciones en la forma en la que se lleva a cabo el manejo del problema migratorio en México. Comentó que el gobierno tiene una política con una visión de respeto a los derechos humanos en la que se tenga una migración ordenada, segura y regular, y por otra parte, se realizan detenciones y deportaciones sin apego a los protocolos y la ley.

“El problema más grande es la desinformación. Encontramos que la gente no sabe que en México tienen derecho a solicitar refugio, son detenidos y no les explican ni por qué son detenidos, ni cuál es el proceso de la detención en México y cuáles son sus alternativas para no ser deportados”.

Finalmente,  Gandini acotó que “hay que pensar en una política migratoria que claramente se dirija hacia el mediano y largo plazo, pero también hay que pensar qué hacemos en el corto plazo. ¿Qué hacemos ahorita con la situación en la frontera? Estrategia de atención e integración de migrantes”.

Alista UNAM atención sanitaria a migrantes

La Clínica de Atención Preventiva del Viajero, de la UNAM, diseña un programa de atención sanitaria a migrantes mexicanos, centro y sudamericanos repatriados, una vez que en los últimos meses ha sido más visible la problemática de estas poblaciones, indicó su director, Jorge Baruch Díaz Ramírez.

De enero a mayo del presente año, han transitado por el país unos 600 mil migrantes buscando llegar a Estados Unidos, y se estima que de ellos 10 mil permanecen en México, según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

En entrevista, Díaz Ramírez precisó que se evalúa la condición de estas personas en lo que se refiere a enfermedades infecciosas como tuberculosis, hepatitis B y C, Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), y sífilis, así como la natalidad en estas comunidades, a fin de poder atender sus necesidades y detectar con oportunidad posibles brotes de enfermedades que resurgen.

Además, generar conocimiento sobre los niveles de depresión, ansiedad y angustia entre los migrantes mexicanos que han sido repatriados de la Unión Americana, y las personas de centro y sudamericanos que han ingresado en caravanas al país por la frontera sur.

“En este programa de migración y salud vamos a evaluar la desesperanza que existe entre estos grupos, la depresión, intentos de suicidio, características de personalidad y personalidad asociada a la depresión”, detalló.

“Vamos a obtener esos datos en todo este año y esperamos que a mediados o finales de 2020 ya contemos con los resultados, diseño y aplicación del protocolo de atención a estas poblaciones”, destacó el también investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El programa se hará en comunidades migrantes procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador, precisó Díaz Ramírez.

Hace tres años, añadió, se hizo un estudio en comedores comunitarios, buscando  enfermedades dermatológicas, infecciosas y gastrointestinales entre esos grupos.

Militarización en procesos migratorios va en contrasentido a lo dicho por el gobierno federal

En el espacio radiofónico Prisma RU, conducido por Deyanira Morán, la doctora Luciana Gandini, investigadora Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, habló sobre la presencia de seis mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur de nuestro país.

Indicó que el comunicado que las autoridades migratorias recibieron la semana pasada en torno a la llegada de la Guardia Nacional, no especifica con claridad las funciones a cumplir de los elementos policíacos, quienes se encuentran desplegados en carreteras, aeropuertos y estaciones migratorias.

“Hay una variedad enorme de fuerzas de control junto a agentes migratorios. Son agentes que tienen potestades administrativas, no de otro orden (…) Y lo que observamos son dos agentes migratorios acompañados con hasta ocho pertenecientes a otras fuerzas de seguridad. Claro que hay una militarización de los operativos controles migratorios, aseveró la doctora.

De acuerdo con la también coordinadora del Seminario Universitario sobre Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación (SUDIMER) de la UNAM, la “militarización de los operativos de control migratorio” va en contrasentido de afirmaciones que ha hecho la propia administración federal en fechas pasadas.

Gandini comentó que, si bien la política migratoria de la actual administración generó muy buenas expectativas de parte de quienes trabajan el tema migratorio, el reforzamiento militar de los procedimientos migtratorios -se espera la llegada de seis mil elementos más- “presenta acciones contrasentido”, lo que es “aún más preocupante”.

Para la investigadora universitaria, es necesario fortalecer y modernizar al Instituto Nacional de Migración (INM) y a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiadosla (COMAR) con el fortalecimiento de su presupuesto y  capacitación con el fin de mantener la migración segura y ordena que se estableció dentro del marco del Pacto Mundial de las Migraciones, pues actualmente existe una saturación de migrantes en la frontera con Estados Unidos sin condiciones humanitarias por parte del Gobierno Federal.

Muertes y desapariciones de migrantes hacia Estados Unidos, 2014-2018

Para esta edición de la Revista, miembros del colectivo GeoComunes elaboraron un mapa que contrasta con el mapa del Mediterráneo Aquellos que no cruzaron, y refleja la tragedia de los migrantes que fallecen al cruzar el territorio mexicano rumbo a Estados Unidos.

Muertes y desapariciones de migrantes en tránsito hacia Es­tados Unidos, 2014-2018, cartografía de Mónica Piceno y Adrián Flores, Colectivo GeoComunes, Ciudad de México, 2018. Los datos provienen del Missing Migrants Project.

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Trump y el gobierno de México

Casi literalmente, vista desde el sur la frontera México-Estados Unidos es una cicatriz. El amargo recordatorio de una invasión militar que le costó a México la mitad de su territorio. Ciertamente ser el vecino del gran imperio militar y económico representa algunas ventajas, pero también enormes desafíos.

El más reciente capítulo en la relación binacional –la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a todos los productos importados desde México como represalia porque este país no ha sido capaz de resolver la migración centroamericana hacia el norte–, representa un problema mayor para el presidente Obrador, heredero del “nacionalismo revolucionario”, la ideología que marcó el ritmo de la relación durante el último siglo.

Paradojas de la historia: Luego de media vida de luchar contra el “neoliberalismo”, al campeón de la izquierda latinoamericana le toca defender “la globalización” económica y “el libre comercio” –piezas claves del modelo económico mundial que parece llegar a su fin con las guerras comerciales que Mr. Trump ha lanzado contra China y México.

En ese contexto, el populista López Obrador levanta la bandera blanca de la “prudencia y el diálogo” y con un tímido recordatorio epistolar –“no soy cobarde ni timorato”—pero, con una sola frase redefine uno de los paradigmas centrales de la política exterior de su país: “México tiene que detener la inmigración ilegal”.

Las virtudes del villano

Luego de más de una década de reconocer en Donald Trump a un personaje de farándula, provocador profesional, un oportunista capaz de utilizar el racismo y el odio a los demás como herramientas para su beneficio personal, es necesario aceptar que ha sabido desempeñar su rol como villano favorito de nuestro tiempo.

El señor del peluquín llegó a la Casa Blanca ante la incredulidad de casi todos. Tras dos años y medio de más de 10 mil mentiras y una serie interminable de escándalos políticos, ha encabezado al gobierno de Estados Unidos durante un periodo de notable crecimiento económico y sin estallar un nuevo conflicto bélico, todavía.

Debemos reconocer que su salud mental y falta de experiencia política no le han impedido aprovecharse de los miedos y odios de parte de la sociedad para construir símbolos que le han permitido ganar fama y poder. Primero fue la falsa versión de que Barack Obama no era estadounidense y luego la ilusión de un muro de 3,000 kilómetros que protegerá a los Estados Unidos de los terribles peligros que el resto del planeta representa.

Desde hace años ha mantenido su retórica en contra del islam, los inmigrantes, las minorías étnicas y las mujeres; la misma con que en 2016 logró aplastar al viejo establishment republicano, despertar y movilizar a la derecha extrema de su país.

Será un payaso, pero Mr. Trump supo leer la frustración y amargura con que buena parte de la sociedad estadounidense fue posicionándose contra la globalización, la modernización económica e, incluso, el crecimiento de espacios para la tolerancia y el pluralismo.

Empresario abusivo y errático, supo aprovecharse del desprestigio de las viejas instituciones, los políticos profesionales y grandes medios de comunicación. En la era de la post-verdad, ha tenido el talento de llevar el timón de la narrativa pública.

Con un ego del tamaño del imperio militar que encabeza, parece sensato reconocer que el presidente de Estados Unidos supo empujar el péndulo de la historia; aunque sea en sentido contrario al combate al colapso ambiental del planeta y la defensa de los más elementales valores humanos.

El caso es que, amparado en la misma promesa etérea de su primera campaña–Make America great again–, en menos de 18 meses, el fenómeno Trump puede ser renovado por 4 años más.

La estrategia del “amor y paz”

Por supuesto que en dicho escenario el país más afectado será México, cuyo gobierno ha optado por la predica de una especie de humildad franciscana ante los cotidianos ataques del señor Trump.

Pocos países en el mundo han conocido más de cerca la fuerza destructiva de aquello que hace medio siglo conocíamos como “el imperialismo yanqui”.

Vecinos por el mandato de la geografía, Estados Unidos y México han tenido desde siempre una relación sumamente compleja. Baste quizás un solo botón de muestra:

En el corazón mismo del país, dentro de Palacio Nacional, frente a la Plaza de la Constitución, a un costado del Templo Mayor y la Catedral, en el mismo lugar que eligió el presidente Andrés Manuel López Obrador para despachar y vivir, se encuentra un museo que recupera buena parte de los grandes símbolos de la historia nacional. Entre ellos, un cuadro que retrata el momento histórico de la primera invasión militar estadounidense contra México, la misma en que se le arrebató más de la mitad de su territorio.

Aunque sea en un cuadro, ver ondear la bandera de Estados Unidos en Palacio Nacional debería ser una señal importante para los mexicanos.

Pero aún quienes presumen su gran conocimiento del pasado, o dicen profesar las ideologías más progresistas, también ceden ante la fuerza imperial.  Es difícil imaginar lo que, en nombre de la renovación del Tratado comercial, no serán capaces de aceptar las autoridades mexicanas. Los ejemplos sobran tanto en el campo migratorio como diplomático.

Ciertamente desde Porfirio Díaz no ha habido un presidente mexicano que no se repliegue ante la fuerza del imperio del norte. Incluso Lázaro Cárdenas, quien tuvo el talento de aprovechar el contexto de la II Guerra Mundial para nacionalizar la industria petrolera, optó por elegir a un sucesor cercano a los intereses estadounidenses. El resto, desde Luis Echeverría a Carlos Salinas, han mirado a Estados Unidos con una mezcla de admiración y miedo que marcó sus gobiernos.

Por supuesto que hay razones objetivas para entender esa especie de fascinación: desde la profunda conexión económica entre ambos países, la brutal asimetría en recursos y generación de conocimiento, hasta la misma narrativa social que hace de la acumulación de dinero un tipo de virtud humana superior.

Quizás por ello, ante Mr. Trump, el presidente mexicano ha optado por abandonar la retórica nacionalista con la que se formó. “Amor y Paz” responde una y otra vez ante los constantes ataques discursivos y comerciales del presidente vecino. Si acaso, se limita a preguntarle, a mano alzada, a sus seguidores en la plaza pública, si quieren hacer enojar a Mr. Trump.

Por ello, los constantes tropiezos en las políticas hacia la migración centroamericana y el abandono –en los hechos–, de la agenda de los más de 35 millones de los inmigrantes mexicanos y sus descendientes que viven en Estados Unidos.

Y aunque desde una perspectiva de realpolitikpodría entenderse incluso la “cena de amigos” entre el yerno de Mr. Trump y el propio presidente Obrador, bastaría con tener la mínima idea sobre cómo funciona la maquinaria del poder inside The Beltway para poner en entredicho la táctica del gobierno mexicano de intentar que no se enoje el bully del vecindario.

Dado que el juego electoral de Estados Unidos está orientado a construir un escenario 50-50, considerando el enorme resentimiento contra Trump dentro de la élite política republicana, y ante posible regreso del factor Obamaa la urnas –vía Joe Biden, su número dos–, parece bastante arriesgado apostar desde ahora por la continuidad.

Sobre todo, porque rumbo al martes 3 de noviembre de 2020, el candidato Trump sigue teniendo como arengas favoritas el ataque a los “bad hombres” y su promesa de ese “gran muro” que protegerá al pueblo estadounidense de los grandes males que entran por la frontera con México.

49 cruces blancas, la novela para entender la tragedia

¿En qué tipo de sociedad nos convierte el hecho de que hubo un incendio donde murieron 49 bebés, más de 100 niños quedaron con secuelas de por vida y no pasó absolutamente nada?, cuestiona el autor del libro 49 cruces blancas, Imanol Caneyada.

Acota que el sistema judicial mexicano criminalizó a los padres de las víctimas convirtiéndolos en sospechosos, a través del dinero que empieza a repartir de manera grotesca. “A los dos días llegaban funcionarios del gobierno estatal con el dinero, tocaban a la puerta y decían: aquí está el dinero, cállate. No fue un proceso en el que se estableció una reparación del daño”.

Añade que el gobierno estatal logra asociar este dinero a una especie de “se están corrompiendo y están vendiendo el dolor de sus hijos”. Después de varios años se les empezaba a señalar: “ah mira, ya se compró casa, ya tiene carro nuevo”. De manera que se convirtieron en los villanos, es una labor quirúrgica que hace el sistema.

Indica que “una de las preguntas que yo quería plantear en la novela es: ¿hasta dónde fuimos cómplices, somos cómplices al aceptar y comprar esto? Logran criminalizarlos al responsabilizarlos: ¿A quién se le ocurre dejar a sus hijos en una guardería así? ¿Que no vieron cómo estaba la guardería? Debemos tener en cuenta que son los hijos de los obreros, si olvidamos eso estamos olvidándolo todo. Y los hijos de los obreros merecían un puto almacén de mierda igualito a donde se acumulan los papeles, porque era exactamente lo mismo, sólo había una pared que los separaba. Esto es lo que te ofrezco como Estado, no olvidemos que era una guardería subrogada con el IMSS, era responsabilidad del Estado darles a esos niños una guardería digna”

Los padres de los niños de la guardería ABC se tienen que convertir en actores sociales, “de pronto se tienen que convertir en expertos para dialogar con los medios, ni siquiera tuvieron la oportunidad de tener un duelo digno, al día siguiente tenían que estar en las calles dialogando con el poder que es de una perversidad brutal”.

Caneyada afirma que se cumplen diez años y no ha pasado absolutamente nada. Todos los años hay una marcha, cada cinco de junio hay una marcha, de la guardería al centro de la ciudad, a las escalinatas de la Universidad de Sonora, y hay un pase de lista donde se mencionan a los 49 niños.

El libro 49 cruces blancas fue presentado en abril durante la Feria Internacional del Libro de Xalapa. El escritor cuenta que las primeras palabras fueron escritas desde la rabia y el dolor. El reto más importante era distanciarse de la historia. “Era el encabronamiento llevado a las palabras, pero sabemos que eso no es literatura. No quería escribir una novela sobre la tragedia, sino respecto a en qué nos habíamos convertido después de la tragedia. Quería contar la historia de nosotros como sociedad, como Estado, como país después de una tragedia como ésta, y sobre todo después de una tragedia en la que no sucede absolutamente nada”.

Concluye que el reto era contar esa nada, ese silencio, contar esa indiferencia, la incapacidad del Estado.