A 1200 millones de años luz de la Tierra -en el centro de una galaxia- los astrónomos encontraron señales de dos agujeros negros gigantes, con una masa de cientos de millones de soles.
La gran noticia es que probablemente colisionarán en los próximos 100 a 300 días, dijo Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM. “Se trata de una noticia maravillosa y trascendental porque probablemente los astrónomos lo podrán ver y estudiar”.
Los agujeros negros
Los agujeros negros son estrellas que murieron cuando toda su energía se terminó. Tienen una gravedad tan fuerte que ni la propia luz, que viaja a 300.000 kilómetros por segundo, puede escapar.
En el centro de cada galaxia habita un agujero negro supermasivo. Uno de sus grandes enigmas es ¿de dónde proviene su tamaño tan masivo? Se ha planteado que pudieron aumentar de peso rápidamente a través de varias fusiones.
Por ejemplo, después de que las galaxias chocan, sus agujeros negros centrales se unen gravitacionalmente y gradualmente se juntan en espiral, explicó Fierro Gossman.
¿Cómo es que los astrónomos han detectado los hoyos negros si no tienen luz propia? Por los objetos que orbitan a su alrededor, expuso la académica universitaria.
Por ejemplo, cualquier objeto que se le acerque, se estira y se rompe por la enorme gravedad que tienen, los fragmentos quedan rotando a su alrededor, se friccionan y al calentarse brillan. “Así podemos ver a los hoyos negros desde los telescopios”.
Estos agujeros negros que se acercan terminarán colisionando uno con el otro y justo antes se producirá una explosión de alta energía que podrá verse a través de los rayos gamma, rayos x, y ondas de radio.
Además, los astrónomos esperan detectar las ondas gravitacionales que deformarán el espacio-tiempo. Esto se logra a través de unos espejos especiales que cuando se mueven miden el suceso.
Cuando el evento se detecte desde la Tierra, éste ya habrá pasado hace mucho tiempo, porque la luz tarda en viajar miles de años hasta nosotros, explicó Fierro Gossman.
¿Por qué es importante su estudio?
“Para conocer la naturaleza utilizamos todos nuestros sentidos. Por ejemplo, no es igual ver un perro que tocarlo y escucharlo. Cada uno de nuestros sentidos nos da información complementaria, pero si solo observamos las colisiones de los hoyos negros con ondas gravitacionales no tendremos toda la información. Por eso es importante usar todas las herramientas posibles”, declaró la astrónoma universitaria.
Así es que entre más formas se utilicen para analizar un objeto, se tendrá mayor conocimiento de la naturaleza. “Como no se usan todos los sentidos sabemos que no hay verdades absolutas dentro de la ciencia”, agregó.
De hecho, en cualquier momento se pueden cambiar los datos que estamos interpretando. Por ello, la ciencia es inacabable, aprende de sus errores y sabe que no tiene la verdad absoluta, enfatizó Julieta Fierro.
Una de las inquietudes que ha tenido la humanidad es saber si hay vida en lugares fuera del planeta Tierra. En un reciente estudio realizado por investigadores del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y las instituciones McDonald Observatory junto con la Universidad de Austin en Texas, Estados Unidos, da indicios de que esto puede ser posible.
El estudio estuvo a cargo del Dr. Alfredo Mejía Narváez en colaboración con otros investigadores del IA: Dr. Sebastián F. Sánchez, Dra. Leticia Carigi, Dr. Jorge K. Barrera-Ballesteros y el estudiante de doctorado Mtro. Carlos Espinosa-Ponce. La investigación comenzó en noviembre de 2021 y fue publicado el 17 de mayo de 2022 en la revista Astronomy & Astrophysics Letters.
Galaxia NGC 5947 observada con CALIFA. Los contornos muestran la probabilidad de encontrar análogos solares dentro de 1, 2 y 3 sigmas. Crédito: Colaboración CALIFA
Este trabajo está dedicado a cuantificar la probabilidad de encontrar potenciales zonas habitables de otras galaxias, basadas en lo que se conoce de la Vía Láctea y el entorno solar. “Lo más interesante es que nuestra galaxia no es la más común entre los huéspedes de análogos solares, con lo cual podemos decir que somos relativamente raros en el Universo Local” comentó Alfredo Mejía Narváez; investigador posdoctoral.
La idea original sobre la búsqueda de análogos de la vecindad solar ya se había planteado entre los objetivos del proyecto internacional CALIFA: un sondeo de galaxias liderado por el Dr. Sebastián F. Sánchez (Investigador del IA, UNAM), pionero en la utilización de la técnica de espectroscopía de campo integral. Sin embargo, un espectro óptico representativo de la vecindad solar, que es una pieza fundamental para materializar esta idea, se mantuvo elusivo hasta hace poco.
El análisis de los espectros de estrellas de la Vía Láctea recopiladas en la biblioteca estelar MaStar, observadas con MaNGA (Mapping Nearby Galaxies at APO), dentro del proyecto SDSS-IV; el cual es un censo de aproximadamente 20 mil estrellas, completó esta carencia.
En una publicación reciente el Dr. Alfredo Mejía Narváez y colaboradores analizaron la biblioteca MaStar para extraer un espectro representativo del entorno solar dentro de un radio de aproximadamente 3 mil 262 años luz. Los investigadores se basaron en ese espectro para compararlo con los espectros de otras galaxias obtenidos por CALIFA, y así encontrar los análogos de la vecindad solar.
Sin embargo, la investigación tuvo sesgos en sus observaciones. Acorde al Dr. Alfredo Mejía Narváez, el más importante de este trabajo fue que no se muestreó completamente la zona de habitabilidad en otras galaxias, solo la que es equivalente a nuestra vecindad solar, a pesar de ello, el investigador añadió que este sesgo puede tener una ventaja, la cual consiste en que nuestra vecindad es la única zona de la Vía Láctea en la que estamos completamente seguros de que hay vida.
Este estudio, en palabras del Dr. Alfredo Mejía Narváez, es el único en la literatura que ha usado datos observados de manera directa, sin emplear algún simulador de galaxias, para estudiar la posibilidad de encontrar zonas habitables en otras galaxias.
Las instituciones que dieron apoyo económico a la investigación fueron la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA-UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Sobre el IA-UNAM
El Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM es la institución encargada de la investigación en astrofísica más antigua del País. Forma parte de la mejor universidad de México, una universidad pública que cuenta con más de 360,000 estudiantes. Los objetivos del IA son realizar investigación en astrofísica, desarrollar instrumentación astronómica, así como formar recursos humanos de alta calidad en los niveles de licenciatura, maestría y doctorado. El IA realiza también difusión y divulgación de la astronomía y de la ciencia en general. El IA tiene adscritos el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir en Baja California (OAN-SPM) y el Observatorio Astronómico Nacional de Tonantzintla en Puebla (OAN-T). Para obtener más información visite http://www.astroscu.unam.mx o escriba a uc3@astro.unam.mx.
Contactos del proyecto:
Dr. Alfredo Mejía, Instituto de Astronomía, UNAM // amejia (+@astro.unam.mx)
Dr. Sebastián F. Sánchez, Instituto de Astronomía, UNAM // sfsanchez (+@astro.unam.mx)
Dra. Leticia Carigi, Instituto de Astronomía, UNAM // carigi (+@astro.unam.mx)
Dr. Jorge K. Barrera-Ballesteros, Instituto de Astronomía, UNAM // jkbarrerab (+@astro.unam.mx)
Contacto para medios:
Unidad de Comunicación y Cultura Científica, Instituto de Astronomía, UNAM
Mtra. Brenda C. Arias Martín | edición, medios de comunicación // bcarias (+@astro.unam.mx)
Recientemente, el telescopio James Webb detectó dióxido de carbono en el exoplaneta WASP-39b, que se encuentra ubicado a 700 años luz de nuestro sistema solar.
Se trata de un hallazgo muy importante porque es la primera vez que se confirma la existencia de este elemento en un exoplaneta. De hecho, anteriormente solo se tenía indicios, dijo Leticia Carigi Delgado, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM. Los exoplanetas son todos los planetas que están fuera del Sistema Solar.
El WASP-39b fue detectado en el 2011 y órbita a la estrella WASP-39. Es un planeta muy interesante porque tiene casi la misma masa que Saturno, pero es tres veces más grande, es decir, está muy inflado, explicó Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Además, su temperatura es muy alta, 900 grados centígrados y esto logra que se dilate y sea bastante transparente. De tal suerte que la luz de la estrella que orbita permite ver con gran precisión las bandas de luz de las moléculas que forman su atmósfera.
Estas características vuelven a dicho planeta un lugar donde es improbable que exista la vida. De hecho, los extremófilos, que son organismos que viven en condiciones muy extremas y se adaptan a varias condiciones, no soportan temperaturas mayores a 120 grados centígrados.
Lo impensable se vuelve realidad
Hace 100 años la humanidad pensaba que la Vía Láctea era la única galaxia, ahora sabemos que hay 100 mil millones de galaxias. Hace 30 años los únicos planetas que se conocían eran los del sistema solar, pero hoy sabemos que existen más de 5 mil exoplanetas de todos tipos, algunos se les llama dulces de algodón porque están inflados por los gases, y son de varios tonos, desde rosas, verdes hasta azules, expuso Fierro Gossman.
“En 1995 fue la primera vez que se detectó el primer exoplaneta y fue una gran noticia, porque pensábamos que había más mundos, pero no tan frecuentes como resultaron ser”, explicó Leticia Carigi.
Al estudiar exoplanetas, podremos entender cómo se forman los planetas, cómo se creó el Sistema Solar y nos ayudará a comprender el surgimiento de la vida en la Tierra, añadió Carigi.
Los eclipses ayudan al entendimiento del Universo
La idea de construir el telescopio James Webb surgió hace 30 años, y su objetivo es estudiar los objetos más distantes del universo. De hecho, con este aparato los astrónomos detectaron que podían analizar los planetas extrasolares, declaró Julieta Fierro.
Cuando un planeta pasa delante de una estrella se llama “tránsito”, agregó Fierro Gossman. En este caso, la luz atraviesa la atmósfera del planeta y desde el telescopio James Webb, se pueden observar algunas moléculas que absorben la luz. De esta forma, se puede detectar los elementos que lo componen.
En otros mundos se han detectado elementos como agua, metano, sodio y potasio, pero hasta el momento no se ha detectado vida y menos una civilización avanzada, aunque podemos soñarlo, finalizó Julieta Fierro Gossman.
Una vista más detallada de nuestra galaxia permitirá reconstruir su pasado y predecir su futuro.
Una nueva visión de nuestra galaxia fue revelada el pasado 13 de junio de 2022 por la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés). Esta nueva publicación de datos contiene detalles para casi dos mil millones de estrellas, los cuales incluyen nueva información de la composición química, temperatura, colores, edades, masas y la velocidad con la que se mueven.
Otros datos obtenidos por Gaia son acerca de estrellas binarias; importantes para entender la evolución estelar, determinar la masa de la estrella y descubrir exoplanetas –planetas que orbitan una estrella diferente al Sol− además de asteroides y cuásares más allá de la Vía Láctea. “Dentro del bosque, los árboles no te dejan ver el paisaje. Con Gaia volamos sobre el bosque y podemos apreciar todo el paisaje. Gaia nos brinda por primera vez una visión precisa y extensa de nuestra Galaxia, como nunca antes se había tenido, el entendimiento de la Vía Láctea ya no será el mismo” comentó Luis Aguilar Chiu; investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Dentro de la Vía Láctea, la sonda observó extraños fenómenos en la superficie de las estrellas en nuestra galaxia, los astrónomos los describieron como sismos estelares; parecidos a una gelatina cuando vibra. Estas vibraciones fueron descritas como tsunamis a gran escala, hallados en miles de estrellas. En el informe revelado por la ESA, se menciona que las estrellas no deberían presentar estos “terremotos” con base en teorías vigentes, sin embargo, la sonda ha observado lo contrario.
“Los sismos estelares nos enseñan mucho acerca de estrellas, especialmente en los procesos que ocurren en su interior. Gaia está abriendo una mina de oro para la astrosismología de estrellas masivas” declaró a la ESA Conny Aerts; miembro de la colaboración de Gaia.
Gaia no solo observa estrellas, galaxias y cuásares− galaxias recién nacidas− en este nuevo informe se reveló que, de entre los datos revelados, los asteroides –cuerpos celestes rocosos más pequeños que un planeta− tuvieron un papel relevante. La órbita de poblaciones de 15 mil 741 asteroides fue determinada por Gaia, gracias a esta información se podrán determinar de qué grupos de asteroides se tratan, la mayoría de ellos se encuentran entre Marte y Júpiter.
Gaia mapeando las estrellas de la Vía Láctea.
¿QUÉ ES GAIA?
La ESA lanzó en 2013 una sonda espacial llamada GAIA. La misión de este proyecto es crear un mapa tridimensional de nuestra Galaxia; la Vía Láctea. Mediante esta sonda se ha logrado saber la composición, formación y evolución de la galaxia. El consorcio de procesamiento y análisis de datos de Gaia procesa la información primaria para ser publicada en el catálogo estelar más grande que ha existido, acorde a la ESA.
Gaia salió del puerto espacial europeo en Kourou, Guyana Francesa. Ha mapeado estrellas en su órbita alrededor del Sol, a una distancia de 1.5 millones de kilómetros. Sin embargo, para hablar de los logros y aportaciones que esta sonda continúa realizando, recordar a su antecesor puede dar una idea más amplia del impacto de esta misión en el espacio.
La raíz de Gaia tiene origen con el satélite Hipparcos, a cargo de la ESA, el cual estuvo en operación de 1989 a 1993, años en los que catalogó más de 100 mil estrellas. Este satélite observó una burbuja alrededor del Sol, cuyo volumen es apenas una millonésima parte del volumen de la galaxia. A diferencia de su predecesor, Gaia mide la posición y movimiento de las estrellas con 200 veces más precisión que Hipparcos.
Imagen que muestra la órbita de más de 150 mil asteroides. El punto amarillo del centro representa el Sol, el disco azul la parte interna del Sistema Solar, el cinturón principal entre Marte y Júpiter de color verde y de rojo los asteroides Troyanos de Júpiter.
Paola Sartoretti, ingeniera en investigación y científica colaboradora de Gaia, declaró a la ESA que gracias a la información en la base de datos y con la ayuda de modelos teóricos se podrá tener una vista más detallada de nuestra galaxia, reconstruir su pasado y predecir su futuro. “Con Gaia los estudios de la estructura de nuestra Galaxia han entrado al siglo XXI” agregó Luis Aguilar Chiu.
El 24 de agosto de 2006, Plutón, hasta entonces considerado el noveno planeta de nuestro Sistema Solar fue reducido a la categoría de planeta enano. Ese año, la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés) determinó que para merecer la categoría de planeta un cuerpo celeste debe cumplir tres condiciones: orbitar alrededor del Sol, tener una masa lo suficientemente grande que haga su forma redonda (gracias al efecto de gravedad) y haber limpiado su vecindario de otros objetos.
Plutón comparte su órbita con otros cuerpos, así que por votación del organismo internacional de astrónomos quedó fuera de la definición y a partir de entonces nuestro Sistema Solar se compone oficialmente del Sol, ocho planetas (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) con sus respectivos satélites, cinco planetas enanos (Ceres, Haumea, Eris, Makemake y Plutón), asteroides, cometas, gas y polvo interestelar.
A 15 años de la nueva clasificación de Plutón, Gloria Delgado Inglada comentó que el debate generado en torno a la decisión de degradar a Plutón o regresarle su categoría de planeta “está bien porque se profundiza y aprende desde distintos puntos de vista”.
“Al final no se trata de si nos gusta o no que haya ocho o nueve planetas, se trata de observar, hacer definiciones y ser coherente con ello. A medida que tenemos más observaciones, nuevas teorías y nueva instrumentación va cambiando la manera en que definimos los conceptos, podemos ser más precisos”, dijo en el programa Primer Movimiento de Radio UNAM.
En la antigüedad la Luna y el Sol eran considerados planetas
La también jefa de la Unidad de Comunicación y Cultura Científica del IA, recordó que en el siglo II (d.C.), el modelo geocéntrico o ptolemaico consideraba a la Luna y al Sol como planetas que orbitaban a la Tierra y a ésta el centro del Sistema Solar.
Después, en el siglo XVI Nicolás Copérnico objetó esa idea y planteó que la Tierra giraba sobre sí misma y en torno al Sol, a este modelo se le conoce como heliocéntrico y es el que nos rige hasta hoy.
Nuevos cuerpos celestes y Ceres, el primer planeta degradado
En la búsqueda de nuevos objetos celestes William Herschel descubrió a Urano en 1781, y después, en 1846 basados en predicciones matemáticas Urbain Le Verrier y Johnan Galle localizaron a Neptuno.
Sin embargo, en 1801 los astrónomos ya habían encontrado a Ceres, un objeto grande y el único conocido, en ese momento, en el cinturón de asteroides que está entre Marte y Júpiter. “Inicialmente se le denominó como planeta, después se empezaron a descubrir otros cuerpos similares y quedó relegado a la categoría de asteroide, aunque acumula un tercio de toda la masa que hay en el cinturón de asteroides”.
“La masa del cinturón de asteroides es el 4% de la masa que tiene nuestra Luna y según los expertos, Ceres es el último eslabón antes de convertirse en planeta. Pero fue el pionero en ser modificado en su categoría, antes incluso de que Plutón fuera descubierto”, explicó.
Plutón fue descubierto en 1930 por el astrónomo Clyde Tombaugh, su colega Percival Lowell lo había estado buscando desde 1905 (planeta X), sin embargo, al final los resultados de la revisión arrojaron que Plutón era mucho más pequeño de lo que había calculado Lowell y que su masa no tiene ningún efecto sobre las órbitas de Neptuno y Urano, Lowell se había equivocado.
“La ciencia no solo avanza con los aciertos, sino también con los errores o los fallos en los cálculos o la ausencia de un resultado, esto nos permite ir aumentando el conocimiento que es el objetivo de la ciencia”, señaló.
Y concluyó que la ciencia se adapta siempre a los datos y a las teorías, incluso hay astrónomos que dicen que como el significado de planeta ha ido cambiando a lo largo del tiempo quizá, a futuro, se tenga que revisar la definición, se vuelva a votar y quizá las cosas cambien.
El 16 de octubre de 2021 dio inicio la misión de Lucy de la NASA, la cual tenía como prioridad observar la composición, la forma, la gravedad y la geología de los troyanos de Júpiter en busca de pistas sobre dónde se formaron y cómo llegaron a lograr esta órbita tan estable.
Sin embargo, el pasado 16 de agosto la agencia estadounidense anunció la presencia de una luna en el asteroide Polymele, el asteroide troyano más chico hasta ahora descubierto en la misión.
Los científicos descubrieron esta luna cuando Polymele pasaba frente a una estrella, lo que permitiría al equipo observar cómo ésta parpadeaba mientras el asteroide la bloqueaba u ocultaba brevemente. Sin embargo, cuando analizaron los datos, dos observaciones no eran similares a las demás.
“Esos dos observadores detectaron un objeto a unos 200 km de distancia de Polymele. Tenía que ser un satélite”, mencionó Marc Buie, líder de ciencia de ocultación de Lucy en el Southwest Research Institute, en San Antonio. El equipo estimó que se trata de un satélite de 5 km de diámetro que orbita Polymele.
De acuerdo con los datos de ocultación, el satélite tiene aproximadamente un tamaño de 5 kilómetros de diámetro y Polymele tiene unos 27 kilómetros a lo largo de su eje más ancho. La distancia entre ambos cuerpos es de 200 kilómetros. De momento, el equipo no quiso bautizar con algún nombre a la luna, debido a que el equipo aún no determina su órbita.
“Como el satélite está demasiado cerca de Polymele para ser visto claramente por los telescopios terrestres o en órbita terrestre, sin la ayuda de una estrella posicionada fortuitamente, esa determinación tendrá que esperar hasta que el equipo tenga suerte con futuros intentos de ocultación o hasta que Lucy se acerque al asteroide en 2027”, expresó la NASA en un comunicado sobre este descubrimiento.
Esta no es la primera vez que el equipo de Lucy descubre que un asteroide tiene una luna, ya que en enero de 2021, utilizando el telescopio espacial Hubble, descubrió que el troyano Eurybates, tenía una luna, que tiempo después fue llamada Queta.
Con su belleza iluminará los cielos oscuros de todo el mundo y nos sorprenderá a todos con su grandeza, la última superluna del año, de Esturión, está a punto de ocurrir y podrá ser vista con facilidad este jueves 11.
Aunque será visible toda la noche, e incluso hasta el 13 de agosto, el punto álgido de este fenómeno será a las 20:36 horas (tiempo de la Ciudad de México). Para apreciar el espectáculo en todo su esplendor se recomienda estar en una zona al aire libre y que tenga la menor iluminación posible.
Una superluna, término acuñado en 1979, se considera como tal cuando la órbita de ésta se encuentra al 90% de su punto más cercano a la Tierra, un fenómeno que se conoce como perigeo y el cual la NASA resume como “cuando la órbita de la Luna, que es elíptica, en ciertos puntos de su desplazamiento está más cerca de la Tierra que en otros momentos”. Cuando este punto coincide con una luna llena, entonces tenemos una súper luna.
De acuerdo con la NASA, la súper luna también tiene que cumplir con una distancia establecida de 363 mil 300 kilómetros entre ésta y la Tierra.
Este fenómeno se dará por cuarta ocasión en el año después de la Luna Buck de julio, la Luna de Fresa de junio y la Luna de Flores de mayo.
¿Por qué se le llama luna de esturión?
La superluna lleva el mote de Luna de Esturión, debido a que en el mes de agosto, tanto en los grandes lagos de Estados Unidos como de Canadá, en especial el Champlain (que hace frontera entre Nueva York y Vermont), hay una gran población del pez esturión.
Este pez ha estado en la Tierra por alrededor de 135 millones de años e incluso los científicos lo consideran como un fósil viviente. Actualmente es una especie en peligro de extinción, ya que las hembras requieren alrededor de entre 13 a 15 años para alcanzar su madurez sexual y solo pueden reproducirse cada cuatro años.
Perseo era hijo del Zeus, y es un famoso héroe de los griegos. Acompañado de su Pegaso (un hermoso caballo alado) tenía muchas aventuras, un día le cortó la cabeza a Medusa (un ser que convertía en piedra todo lo que miraba) para rescatar a la bella Andrómeda que estaba atada en una roca para que un monstruo marino la devorará, explicó Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Desde entonces su historia de amor quedó plasmada en el cielo, con las constelaciones que llevan su nombre: Perseo, Andrómeda y Casiopea, madre de la bella joven.
La lluvia de estrellas llamada Perseidas lleva este nombre porque proviene de la constelación de Perseo. De hecho, puede verse desde el 14 de julio hasta el 12 de agosto. Su máximo punto de observación desde la Tierra será entre el 11 y 12 de agosto.
De acuerdo con la experta, será muy difícil verlas por la temporada de lluvias, y sobre todo en la ciudad es más complicado por la gran luminosidad que mantiene.¿Cómo se produce esta lluvia de estrellas? Los cometas son objetos grandes que mantienen estructuras amorfas. Están hechos de fragmentos de hielo y rocas de polvo.
Orbitan alrededor del Sol y se calientan en su trayectoria. A lo largo de su órbita se van desintegrando y dejan fragmentos que caen en la Tierra. Se calientan, se incendian y les sale una cola.
Esta lluvia de estrellas se encuentra más allá de la órbita de Plutón, sus fragmentos se encuentran a más de 1,600 grados de temperatura y se mueven a una velocidad de 50 km por segundo.
De hecho, desde la Tierra pueden verse cuando se encuentran a 100 km de la atmósfera terrestre y los pocos fragmentos pueden notarse desde cualquier sitio despejado y alejado de la Ciudad de México, concluyó la académica universitaria.
El telescopio James Webb repite su gran hazaña y revela detalles de la galaxia Rueda de Carro, su formación estelar e incluso hasta el agujero negro que se encuentra en su centro. Además, presenta imágenes de dos galaxias compañeras más pequeñas. Algo nunca antes visto por la humanidad.
Otros telescopios, incluido el Hubble, habían examinado previamente esta galaxia. Sin embargo, permanecía en el misterio, dada la cantidad de polvo que oscurece la vista. Webb, con su capacidad para detectar luz infrarroja, ahora descubre nuevos detalles sobre su naturaleza.
La galaxia Rueda de Carro se ubica a 500 millones de años luz de distancia, en la constelación de Sculptor. Su apariencia es muy parecida a la rueda de un carro, de ahí su nombre.
De hecho, es el resultado de un evento muy intenso: la colisión a alta velocidad entre una gran galaxia espiral y una galaxia más pequeña que no se observan en la imagen.
Las colisiones de proporciones galácticas provocan una cascada de eventos diferentes y más pequeños entre las galaxias involucradas; Rueda de Carro no es la excepción.
La colisión afectó la forma y estructura de la galaxia. De hecho, tiene dos anillos: uno interior brillante y uno colorido circundante. Los dos anillos se expanden hacia afuera desde el centro de la colisión, como las ondas de un estanque después de arrojar una piedra. Por ello, se llama galaxia anular, que es una estructura menos común que las galaxias espirales como la Vía Láctea.
El núcleo brillante contiene una enorme cantidad de polvo caliente y las áreas más brillantes son el hogar de gigantescos cúmulos de estrellas jóvenes.
El anillo exterior se ha expandido durante 440 millones de años; está dominado por la formación estelar y las supernovas. A medida que éste se expande choca contra el gas circundante y desencadena la formación de estrellas.
El telescopio espacial James Webb es el principal observatorio de ciencia espacial del mundo, resolverá misterios del sistema solar y explorará las misteriosas estructuras y orígenes del Universo.
Turn the lights up 💡
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En el Universo se forman las galaxias, las estrellas, los planetas e incluso la vida. La naturaleza es sabia y funciona sin ayuda. Esta idea ha seducido a la humanidad durante siglos y nos ha llevado a preguntarnos ¿cómo funciona el Universo? ¿hay alguna ley que lo explique todo?
En el siglo pasado, Stephen Hawking pensaba que para el año 2000 habríamos unificado la física con una sola ecuación que explicara todo. Sin embargo, ahora nos sentimos muy lejos de la meta debido a diversos retos, como la mecánica cuántica, la expansión del Universo y la materia y la energía oscuras.
Los éxitos de la física
En la historia de la física han surgido varias leyes; la primera unificación la hizo Isaac Newton mientras estudiaba la manzana. Él se dio cuenta que esta fruta no caía del árbol, sino que había algo más. Así, realizó un experimento pensando “si yo lanzo esta pelota cae, pero si la lanzo más lejos caerá más lejos, y si la lanzo más lejos buscando la orilla del planeta se transformará en un satélite de la Tierra”.
Encontró que la atracción gravitacional que atrae a la manzana es la misma que mantiene a la Luna en la órbita de la Tierra, y es la misma que mantiene a los planetas girando alrededor del Sol. Esa fue la primera unificación: los fenómenos terrestres y celestes siguen las mismas leyes.
La segunda surgió gracias a James Maxwell, quien explicó que la electricidad y el magnetismo son parte de lo mismo. Por ejemplo, si acerco un alambre a un imán se produce electricidad, y si produzco electricidad en un alambre, se crea un campo magnético.
Por eso funcionan las turbinas de las presas: mueven una bobina en un imán y eso genera electricidad. Así se combinó la electricidad y el magnetismo.
Posteriormente se descubrieron los átomos y surgió la tercera unificación de la física. Por ejemplo, si inflamos un globo podemos medir la presión y la temperatura en gran tamaño, pero esto se debe a la presión debido a sus átomos. Así, se unificó el mundo microscópico (átomos) con lo macroscópico (presión y temperaturas).
Más tarde, Albert Einstein trabajó con las leyes de Newton para la siguiente unificación. “La Tierra no jala a la manzana, sino que los objetos siguen la curvatura del espacio y del tiempo, es decir, la Luna se mueve de acuerdo con la curvatura del espacio y del tiempo”.
Los nuevos retos de la física
Cuando apareció la mecánica cuántica surgieron nuevos problemas para unificar la física porque estudia los objetos más pequeños, como los sistemas atómicos y subatómicos.
Para Julieta Fierro, la mecánica cuántica consiste en la probabilidad. “Es como tirar los dados; si yo los lanzo no sé qué número caerá, y cada vez que los tire saldrá un número diferente”.
A Einstein no le gustaba esta física porque decía que Dios no juega a los dados, ¿cómo podría ser probabilidad dónde está el electrón o el protón? Pero así es, no sabemos qué número caerá mientras los dados estén en el aire, puede ser cualquiera.
Otro punto que perturbaba a Einstein eran las partículas subatómicas enlazadas, porque de acuerdo con su lógica nada puede viajar más rápido que la luz. Sin embargo, cuando hay dos átomos enlazados y ubicados en lugares distintos de una galaxia, lo que le pasa a uno instantáneamente le pasa al otro. “Le parecía ilógico”.
Para unificar la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad (que expone el funcionamiento de los objetos en el Universo), hay un problema muy serio: en la segunda se necesita el espacio y el tiempo para explicar la curvatura, en la primera, no.
El comportamiento de un protón o de un electrón no necesita el espacio, entonces ¿cómo unificar una teoría que necesita el espacio con otra que no lo necesita?
La cosmología apareció con nuevos contratiempos. En este contexto, el físico alemán logró explicar cómo es la geometría del espacio y el tiempo a grandes escalas y planteó la expansión del universo, que se dilata cada vez más y más rápido. Como no sabemos qué energía lo mueve, se le llamó energía oscura.
Otro misterio es la materia oscura. Sabemos que la gravedad del Sol mantiene unido al Sistema Solar, pero esa gravedad no alcanza para mantener unidas a todas las estrellas de una galaxia. Por consiguiente, se ha invocado la presencia de la materia invisible llamada materia oscura.
Varios astrónomos han tratado de detectarla, pero hasta el momento no lo han logrado. Así, el problema radica en que no sabemos cómo unificar la mecánica cuántica con la materia y la energía oscuras.
Otra propuesta para explicar el Universo es la Teoría de Cuerdas, que plantea la existencia de múltiples dimensiones. Todas las partículas elementales serían cuerdas oscilando. “Es cómo la cuerda de una guitarra, si yo la toco depende cómo esté oscilando la energía de la cuerda”.
Así, todas las partículas elementales son cuerdas y dependiendo de su movimiento son protones, electrones, gravitatones, neutrinos o partículas de Higgs. Aunque es una teoría elegante y bonita, hasta el momento no se han detectado las cuerdas y no sabemos cómo buscarlas.
Existe otro planteamiento llamado Teoría del Bucle Cuántico, que trata de detectar la gravedad y el espacio de Einstein en estructuras en forma de “donitas” cerradas. Pero tampoco se ha demostrado.
En conclusión, la ciencia avanza pero no siempre es elegante, comete errores, no es la verdad absoluta, siempre se modifica y se reinventa. “Quisiéramos tener una física que explique absolutamente todo, pero de momento no lo hemos logrado”.
Por eso, hay mucho campo de trabajo para los futuros científicos que pueden avanzar en la ciencia, descubrir y explicar estos misterios de la naturaleza, concluyó la académica universitaria.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) anunció que dedicará recursos a la creación de un grupo científico que analizará los fenómenos aéreos no identificados (UAP, por las siglas en inglés de Unidentified Aerial Phenomena). Esto, recalcó el organismo estadunidense, significa que se analizarán “observaciones en el cielo de algo que no puede identificarse como aeronaves o fenómenos naturales conocidos”.
“El número limitado de observaciones de UAP dificulta obtener conclusiones científicas sobre la naturaleza de dichos eventos. Los fenómenos no identificados en la atmósfera son de interés tanto para la seguridad nacional como para la seguridad aérea. Establecer qué eventos son naturales brinda un primer paso clave para identificar o mitigar dichos fenómenos, lo que se alinea con uno de los objetivos de la NASA, que es garantizar la seguridad de las aeronaves. No hay evidencia de que los UAP sean de origen extraterrestre”, agregó la NASA en un comunicado.
Para Julieta Fierro y José Franco, investigadores del Instituto de Astronomía de la UNAM, la conformación de este grupo de estudio independiente, al frente del cual está el astrofísico David Spergel, responde a una solicitud del Congreso de Estados Unidos y a la necesidad de dar certeza científica a este tipo de fenómenos relacionados con la seguridad aérea de diversos países.
“Ahora, desde el punto de vista de la NASA, en relación con este caso particular, a lo largo de la historia ha habido muchos avistamientos de objetos y reportes de personas que dicen que ahora sí, que ya descubrieron alienígenas, etcétera. Ahora la NASA tiene un presupuesto asignado para estudiar este problema, porque cada vez hay más presión para que se analicen estos supuestos alienígenas”, apuntó Fierro.
Por su parte, Franco afirmó que “la NASA está respondiendo a lo que el Congreso de Estados Unidos pidió a los grupos de seguridad, los cuales han estado analizando la información que se ha recogido de muchísimos grupos en todo el mundo”.
Hay reportes, agregó, tanto militares como civiles de estos avistamientos, que son cosas que llaman mucho la atención.
“Los sistemas o grupos de seguridad, no sólo en Estados Unidos, sino también en otros lugares, han estado analizando estos supuestos avistamientos porque son un problema de seguridad nacional y de seguridad aérea que quieren minimizar, porque si algunos de estos reportes son realmente de objetos –naves o drones– puestos por alguna nación extranjera para espiar y obtener algún tipo de información estratégica, es un gran problema de seguridad”.
“Esto empezó hace mucho tiempo, durante la Guerra Fría, entonces, por supuesto, se estudiaba el cielo porque se pensaba que se podía confundir un asteroide o un objeto que llegara a la Tierra con un satélite espía, lo que podría desencadenar problemas internacionales. Así que este escrutinio del cielo lleva mucho tiempo”, añadió Fierro.
¿Vida fuera de la Tierra?
Un buen número de usuarios en redes sociales ha visto en el anuncio de la NASA una confirmación de la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra, sin embargo, para los académicos del Instituto de Astronomía es necesario esperar los resultados del estudio –el cual durará nueve meses– antes de apresurar conclusiones o los alcances de éste, ya que sus intereses de investigación son amplios.
“El nuevo término no habla de objetos, sino de fenómenos atmosféricos no identificados, porque no necesariamente son objetos. La palabra que se usaba antes –OVNI, o UFO en inglés– daba la impresión de que eran cosas sólidas, que efectivamente había algo sólido, pero no es el caso. Hay una enorme cantidad de fenómenos atmosféricos que no son objetos sólidos, puede darse el caso, incluso, que estas supuestas imágenes sean únicamente un ‘fantasma’, un reflejo, dentro de los sistemas que obtienen la imagen. Esta es la razón por la cual se decidió cambiar el nombre”, refirió Franco.
En palabras de Julieta Fierro: “Es muy difícil asegurar que un objeto o un fenómeno atmosférico sea realmente una nave hecha por humanos o por extraterrestres. Por ejemplo, si uno ve un mosquito ¿a qué velocidad pasa? Un metro por segundo para uno es muy rápido, porque lo tenemos muy cerca. Ahora pregunto: ¿a qué velocidad se mueve el Sol? El Sol se mueve alrededor del centro de la galaxia, como la Tierra alrededor del Sol, a una velocidad bastante alta, cercana a los 250 kilómetros por segundo. Pero desde la Tierra, el Sol se mueve lento respecto de un mosquito, pero éste se mueve a un metro por segundo y el Sol a 250 kilómetros por segundo, además, se mueve hacia el centro del cúmulo de la galaxia a 3600 kilómetros por segundo. Es decir, si no conoces el objeto no puedes medir su velocidad, no sabes si es un objeto cercano que se mueve muy rápido respecto de ti o de un objeto lejano”.
“El objetivo de la NASA es doble; primero, distinguir si no hay un satélite espía por ahí, que es lo que les preocupa a los militares, y que la zona de aviación esté libre porque un accidente aéreo sería terrorífico. A los astrónomos también les preocupa que un meteorito vaya a caer a la Tierra; desde hace décadas, tratan de averiguar si hay asteroides que puedan chocar contra la Tierra, que sean peligrosos. Es decir, a la astronomía le interesa esto, pero de ahí a que sean objetos extraterrestres, está muy difícil”.
“A mucha gente se le ‘aparecieron’ los extraterrestres y hablaban inglés y traían una laptop. Mucha gente lucra con esto de que se lo llevaron los extraterrestres y que hizo un viaje, se le da mucha importancia. A los astrónomos también nos gustaría buscar extraterrestres; por cierto, uno de los proyectos del James Webb, el nuevo telescopio espacial, es analizar las atmósferas de planetas extrasolares para ver si encuentran rastros de vida; es decir, sí hay esta búsqueda, pero es científica, se propone una forma de encontrarla, se hacen mediciones, se rectifica, etcétera”, agregó la investigadora.
Para José Franco, el involucramiento de la NASA en el tema es para dotar de seriedad a la investigación, ya que muchas de las supuestas ‘pruebas’ que se presentan en redes relacionadas con los fenómenos aéreos no identificados son de muy mala calidad; en el caso de los videos, son muy breves, lo que dificulta hacer un análisis a fondo. “Hacen prácticamente imposible analizar una buena cantidad de probables evidencias”, comentó el académico universitario, y añadió:
“Hay muchas posibles causas y es importante analizarlas, quitar la paja de lo que efectivamente pueda ser evidencia de algo desconocido. En ese sentido, involucrar a la NASA es un acierto porque la ciencia está enfocada en estudiar aquello que aún no conocemos”.
“Desde la perspectiva científica, hay una serie de temas que interesan, tanto de la parte astronómica, de la geofísica y de la biológica, pero también hay un interés muchísimo más amplio porque hay fenómenos psicológicos y sociológicos que también deben ser estudiados y analizados desde una perspectiva científica”.
Fierro Grossman se pregunta: “¿Hay interés de los militares en ciertos objetos? Sí, porque podrían ser espías. ¿Hay interés de la tripulación de los aviones y las compañías aéreas? Sí, porque un accidente aéreo sería muy peligroso. ¿Hay interés de la ciencia en buscar vida extraterrestre? Sí. ¿Hay interés de la ciencia para que no nos caiga un meteorito? Sí. Que la NASA vaya a destinar investigadores no militares para esta búsqueda va a ser muy interesante para todos”.
José Franco ve en la inclusión de David Spergel una garantía de la seriedad con la que funcionará el grupo de estudio porque el astrofísico “ha estado estudiando una variedad muy amplia de problemas en astrofísica, que van desde planetas alrededor de estrellas –los exoplanetas– hasta la estructura a gran escala del Universo. Es una persona muy respetada, con mucho prestigio y experiencia”.
“El cielo siempre ha sido una ventana a nuestra imaginación y la humanidad ha sido seducida desde el principio mismo de los tiempos por todo lo que sucede en el cielo; esto es simplemente la continuación de nuestras fantasías a lo largo de la historia, en las que se han visto animales en la Luna, canales en Marte o carrozas de fuego cruzando el firmamento. Es la continuación lógica y natural de esta imaginación, que ahora, afortunadamente, va a tener como gran aliado al conocimiento científico”, concluyó.
Los terremotos en la Tierra son muy comunes, pero también ocurren en otros planetas, como Marte, e incluso en satélites, como la Luna. La NASA –gracias a un sismógrafo construido por investigadores europeos– detectó el 4 de mayo de este año un terremoto de cinco grados en el planeta rojo.
Al respecto, Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, explicó que los sismógrafos sirven para entender el interior de un planeta, como lo han hecho en la Tierra.
Por ejemplo, “si yo golpeo una mesa y pongo la oreja escucho el sonido porque el movimiento brusco es transmitido a través de los materiales sólidos”.
Las ondas sísmicas se transmiten de distinta manera en medios líquidos que en medios sólidos. Por esto, “si observamos qué tipo de ondas atraviesan la tierra, podemos conocer su estructura interna”.
Así que estudiar los temblores de Marte ayudan a entender cómo es su interior.
¿Por qué estudiar otros planetas?
“Vamos a suponer que la única persona que conozco soy yo misma, y tengo una visión muy sesgada de lo que soy, pero en cambio si conozco a otra chica, aunque sea por zoom, yo tendría una imagen mucho más integral de lo que es un ser humano”, explicó la académica universitaria.
Así es que si aprendemos a estudiar otros planetas y entenderlos, conoceremos mejor a la Tierra. Este sismógrafo colocado en la superficie de Marte descubrió las capas en su interior, formado por un núcleo y capas fundidas de manera equivalente a las de la Tierra.
Durante los estudios realizados en el planeta rojo se han registrado más de 1500 temblores, de los cuales el más fuerte fue de 4.2 grados Richter en agosto del 2021.
En la Tierra los sismos son algo muy común (más de 500 mil al año), sin embargo, para los investigadores fue muy sorpresivo detectar este gran sismo marciano.
Temblores en la Luna
También se han descubierto temblores en la Luna, que casi siempre son menores a tres grados en la escala de Richter, aunque el más intenso que se ha detectado fue de 5.7 grados. “En cuanto a intensidad de los temblores gana la Tierra”.
¿Por qué estamos tan emocionados por esta detección? Hasta hoy, se conoce que cada planeta es muy distinto y explorar a Marte trae nuevo conocimiento. “Es cómo descubrir una planta nueva, siempre es emocionante”.
De hecho, se puede aprender más sobre la Tierra comparándola con otros planetas. Además, se trata de una gran enseñanza para la humanidad porque en este proyecto han colaborado los norteamericanos, que construyeron el cohete, y los franceses, que fabricaron el sismógrafo enviado a Marte. Además, ha sido estudiado por numerosas naciones, concluyó la investigadora universitaria.
Cuando era niña, Julieta quería ser mamá de doce niños, cirquera e incluso hada. Ninguna de las tres se cumplió. Sin embargo, si realizó una fantasía al estudiar física en una época cuando las mujeres no asistían a la universidad.
De hecho, se convirtió en una mujer pionera en la carrera de física, sólo tenía tres compañeras más y ella logró terminar. Su rebeldía la llevó a convertirse en investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM y una reconocida divulgadora de la ciencia.
Su mamá murió cuando ella tenía 13 años. La encomienda de su padre fue que ella y su hermana mayor se quedaran en casa para cuidar a sus dos hermanitos y ser amas de casa.
En aquella época las mujeres no estudiaban, pero surgieron algunos conceptos sociales subversivos que empoderaron a las minorías: el comunismo, que pregonaba el derecho a la educación, el trabajo y la salud digna para todos. “Obviamente se trataba de una utopía que nunca se cumplió”, enfatizó Julieta Fierro Gossman.
Además, aparecieron las pastillas anticonceptivas y un movimiento estudiantil muy fuerte, que brindó a la joven Julieta las fuerzas suficientes para rebelarse. Así, logró estudiar física en la UNAM, una carrera que históricamente era para los hombres.
Desde que tiene memoria, Fierro Gossman era muy mala para la lengua, pero buenísima para las matemáticas. Por eso quería dedicarse a las ecuaciones.
Sin embargo, su hermana mayor le comentó que era muy “tontita” para estudiar matemáticas, que mejor se dedicara a otra cosa, alguna materia como física. “Mi hermana mayor era como mi mamá, así que le hice caso”.
Más tarde, caminando por los pasillos de la Facultad de Ciencias encontró un cartel que anunciaba estudiar astronomía. En ese momento recordó unas fotografías fantásticas del Universo que vio en una enciclopedia y así decidió dedicarse a esta ciencia.
Después de estudiar en la UNAM y laborar en esta misma institución, Julieta la describe como su casa, su vida, y lo más importante: le otorgó una razón para vivir.
La Universidad la rescató de una situación familiar muy difícil y también le brindó trabajo, amigos, amor, y lo más hermoso, la acercó a las estrellas y al mundo de la astronomía.
“Para mí, la UNAM es una razón para seguir trabajando y luchando por este país”.
En cuanto a la física, la investigadora explicó que junto con las matemáticas es la manera elegante de entender la ciencia y por eso la ama. De hecho, son los fundamentos del conocimiento.
Medalla al Mérito en Ciencias
Julieta Fierro recibió la Medalla al Mérito en Ciencias del Año 2021, Ing. Mario Molina otorgada por el Congreso de la Ciudad de México. Durante la ceremonia expresó algunas palabras. “Estoy encantada que me otorguen este galardón”.
“Mejor homenaje imposible, muchos estamos preocupados por el devenir del planeta y Molina fue de los primeros en poner en evidencia la necesidad de tener una atmósfera limpia”.
Julieta conoció a Mario Molina cuando le acababan de otorgar el Nobel. En aquél entonces ella tenía un programa de radio y logró entrevistarlo. Recuerda que él se moría del susto pero su esposa salió al rescate y lo apoyó para que todo saliera bien.
Fierro Gossman lo recuerda con cariño, porque en el 2009 juntos recibieron un doctorado Honoris Causa, otorgado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Quisiera regalarles a todos una galaxia, pero como no puedo, les traigo una lluvia de estrellas, dijo Julieta con una sonrisa mientras sacaba de su bolsa de tela chocolates “kisses” que aventó al público. Por primera vez, una lluvia dorada cayó en el recinto legislativo ubicado en Donceles esquina con Allende.
La acústica del recinto y la física
Antes de comenzar el evento se escuchaba una orquesta sinfónica que tocaba música clásica. El eco se escuchó en todo el recinto rebotando en cada rincón.
¿Cómo funciona el sonido? El eco es una cuestión muy interesante. “Si yo grito comprimo el aire y la compresión avanza como si fuera una liga que estiramos y luego soltamos. Entonces, estas ondas llegan a una pared, rebotan y regresan, eso es el eco”.
Por eso este recinto legislativo es tan apropiado para hablar sin micrófonos, tiene una acústica espléndida que permite que todos escuchen, explicó Julieta al final del evento durante una entrevista para UNAM global.
Para las jóvenes
Para la investigadora es fundamental que los jóvenes y sobre todo las chicas sean científicas, para que México tenga más personas como Mario Molina y traigan otros premios Nobel.
“A las mujeres nos cuesta más trabajo porque queremos tener niños y al mismo tiempo tenemos que hacer el doctorado y las estancias posdoctorales”.
Narra que es difícil obtener este grado, pero cree que las niñas si pueden. “Los retos son vencibles y sólo necesitan pedir ayuda”.
¿Por qué queremos a las chicas en la ciencia? Existen muchos problemas en las mujeres que no se han resuelto pero no porque los hombres sean mala onda, sino porque no conocen nuestros problemas.
De hecho, la mitad de las jóvenes del mundo sufren dolores menstruales y hasta que no haya chicas dedicadas a la ciencia esos problemas no se resolverán.
La divulgación de la ciencia
En palabras de Julieta Fierro, la divulgación científica es muy importante. De hecho, se ha puesto en marcha un proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y procura que toda la educación básica sea híbrida.
La idea es que cualquier persona pueda integrar su conocimiento con diferentes tipos de maestros y con universidades diversas. Así, los jóvenes podrían actualizar y reinventar. Además, se busca que las personas de la tercera edad tengan acceso a la cultura universal y a la divulgación de la ciencia.
“Hay que hacer divulgación, pero siempre evaluarla de forma rigurosa para que sea correcta y pertinente”, concluyó la académica universitaria.
Las tecnologías espaciales cambian y lo hacen de manera rápida. Miniaturización, nuevos materiales, disminución de costos y una nueva filosofía para operar, nos colocan ante una verdadera revolución en el sector, conocida como “Espacio 4.0”, afirmó el investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN), Gustavo Medina Tanco.
En este contexto, la misión lunar de la UNAM denominada Colmena es un nuevo concepto a escala internacional, de exploración científica, prospección de recursos naturales y explotación comercial sobre cuerpos celestes sin atmósfera. Se trata de “una serie de misiones que vamos a realizar a lo largo de los próximos años”, destacó.
Para llegar a la Luna, recordó el científico en el Coloquio de Investigación ICN, utilizamos una empresa estadounidense, Astrobotic, la cual construyó una nave de alunizaje llamada Peregrine, que brinda un servicio de transporte privado.
En la reciente película del Doctor Strange, “Dr. Strange en el multiverso de la locura”, la historia plantea varios universos en los que el héroe se enfrenta a otras historias alternas de él mismo. Qué dice la física al respecto ¿podría ser una situación real?
“Los astrónomos pensamos que el multiverso sí existe y hay pruebas suficientes de su existencia”, dijo en entrevista Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
¿Cómo es esto? En un principio, los griegos pensaban que el mundo terminaba en Asia y después en el océano Atlántico. Sin embargo, descubrieron que había poblaciones más allá de esa frontera.
Antes pensábamos que la Tierra era única y estaba en el centro del Universo, que el Sol giraba a su alrededor y que todo existía dentro de nuestro planeta, incluso el mismo infierno.
¿Y qué pasó? Descubrimos que hay otros planetas y que es posible que algunos tengan vida o que esa vida se extinguió, como ocurrió en Marte, o quizá podría haber vida en Júpiter o Saturno con sus océanos subterráneos.
Actualmente, se han descubierto miles de planetas extrasolares, es decir, mundos que giran en torno de su estrella, y que además tienen agua.
Esta idea de que somos únicos, que estamos en el centro del Universo y somos lo máximo ha cambiado después de que estudiamos la Vía Láctea.
La galaxia en la que vivimos sólo tiene cien mil millones de estrellas, y pensábamos que eso era todo el Universo, pero algunos astrónomos observaron unos rehiletes lejanos y descubrieron que se trataba de otras galaxias.
Incluso a principios del siglo pasado había una discusión muy importante entre quienes pensaban que las galaxias eran otros universos-isla y los que pensaban que eran parte del mismo universo.
Sin embargo, después se descubrió cómo medir las distancias entre las estrellas que oscilan muy rápido y lento, aquellas que son grandes y pequeñas.
Así supimos que nuestra galaxia era una de tantas y que no podíamos ver muy lejos en el Universo. La luz tarda cierto tiempo en llegar y lo más antiguo que podemos ver es la luz que se originó 380 mil años después de la gran explosión.
La gran explosión
De esta liberación de energía se originó nuestro Universo que en esa época era opaco. De hecho, en nuestra actualidad no podemos ver todos los objetos que se alejan del centro de la galaxia.
Es decir, podemos observar un “pedacito” de la gran explosión, pero el resto no. En ese momento, tal vez nacieron otras galaxias y otros objetos que se apartan de nosotros a velocidades mayores que la de la luz.
Y como no lo podemos ver, esto pudo generar otros universos infinitos y libres. El pedacito de la gran explosión que formamos es muy pequeño y pensamos que estos otros universos se podrían parecer al nuestro.
En el momento en que nació nuestro Universo, pudieron formarse otros más y así existir otros muy parecidos.
La física trata de explicar esta teoría a través de la mecánica cuántica, que plantea la probabilidad de todas las posibilidades, por lo que es posible la existencia del multiverso.
Otra teoría que busca explicar este fenómeno es la teoría de cuerdas, que plantea que todas las partículas elementales (electrón, neutrón, protón) son liberaciones del vacío para crear otros universos.
¿Cuántos serían? Aproximadamente un “1 con 500 ceros”, y todos completamente distintos. Si contamos todos los átomos de todas las galaxias del universo, habría un “1 con 82 ceros”, un número mucho menor que la posibilidad de los universos existentes.
¿Podemos viajas a otros universos?
Pero, ¿qué tal si un universo tuvo una pequeña falla cuándo se formó y no es idéntico al nuestro? Estaría formado de la famosa antimateria, que está formada por antipartículas.
Si hubiera la posibilidad de viajar a otros universos podría ser a través de un agujero de gusano. “No necesariamente llegaríamos a otro planeta o nos recibirían los extraterrestres y estaríamos muy felices, sino que podría ser una esfera de vacío y nos desintegraríamos inmediatamente”.
Si tratáramos de descubrir la existencia de otros universos, podríamos suponer que son como grandes paredes y si colisionaran con nuestro universo lo podrían deformar.
Sin embargo, no se ha encontrado evidencia de su existencia, así que por lo pronto no podemos viajar a otros universos. “Tenemos la certeza que existen porque la historia nos ha enseñado que todo lo que no palpamos podría ser real”.
“Si piensan entrar en un agujero de gusano y llegar a un mundo extraordinario, tengan mucho cuidado”, concluyó la académica universitaria.
Contrario a lo que hoy pregonan los grupos anti-Tierra esférica, proponiendo que nuestro planeta es plano, desde hace poco más de dos mil años sabemos que tiene forma de esfera, apunta el astrofísico Sergio Mendoza.
Una evidencia científica, directa y contundente de que la Tierra es curva y no plana como afirman los terraplanistas, en boga en los últimos años incluso en las redes sociales, son las fotografías desde el espacio que la muestran esférica.
Sin embargo, para los terraplanistas son imágenes falsas, hechas por el cine de Hollywood y con actores que mienten al decir que estuvieron en el espacio. Para ellos, ni la NASA ni la agencia espacial de Rusia ni ninguna misión de otro país ha salido de la órbita de la Tierra.
El doctor Mendoza, del Instituto de Astronomía de la UNAM, dice que fue Eratóstenes, matemático, astrónomo y geógrafo griego, el primero en calcular la circunferencia de la Tierra.
En un ejercicio de trigonometría que ahora es común en secundaria, el también director de la famosa Biblioteca de Alejandría comparó las altitudes del Sol del mediodía o cenit en dos lugares separados por una distancia norte-sur.
Midió y comparó el ángulo de la sombra producida por una vara alta en las ciudades de Alejandría y Siena (hoy Asuán, donde al mediodía ningún muro u objeto recto produce sombra, porque está en el trópico de Cáncer). Su cálculo fue casi preciso. “En su medición falló solamente por un 5% del valor aceptado hoy en día”.
El académico de la UNAM pone otro ejemplo “facilito”. Si la Tierra (su radio es de 6000 km) fuera plana, a la altura que un sujeto se ponga alcanzaría a ver la misma distancia en el horizonte. Sin embargo, si uno se pone a ras del suelo (a unos 30 cm), parado (“mido 1.80”) o se sube al Pico de Orizaba (que tiene una altura de 5600 m sobre el nivel del mar), alcanzará a ver, respectivamente, unos dos kilómetros, cinco km y 154 km en el horizonte. “En un día claro, desde el pico de esa montaña se ve hasta el mar”.
Otro ejemplo, más físico, relacionado con la masa de un cuerpo planetario. Si fuera plana, la Tierra tendería a ser inestable o a estar fuera de equilibrio. La gravedad, al ser una fuerza que atrae de manera radial y “busca siempre tener objetos esféricos en su totalidad”, la destruiría. Aunque, aclara el astrofísico universitario, hay objetos no tan esféricos, como Fobos. Es una de las lunas de nuestro sistema solar, con una forma “un poco irregular”.
En un eclipse lunar, cuando la Tierra eclipsa a la Luna, se proyecta un disco de sombra que oscurece a la Luna. Pero si la Tierra fuera plana, y diera la casualidad de que el eclipse lunar apareciera en el horizonte de nuestro planeta, entonces se proyectaría sólo una línea de sombra sobre la superficie lunar.
Como la atmósfera en la Tierra está cada vez más concentrada en altitudes más pegadas hacia la base del planeta, al ver algo en el horizonte (un barco, por ejemplo) “de repente uno empieza a ver refracciones o como movimientos”.
También, agrega el doctor Mendoza, en un amanecer o en un atardecer el horizonte se ve rojizo porque la luz solar está atravesando la atmósfera del horizonte en la Tierra. Desde las montañas, ese color desaparece porque a esa altura la geometría curva de la Tierra hace que los rayos de luz solar observados atraviesen una atmósfera menos densa.
El designar husos horarios para diversas longitudes terrestres también es un indicador de la esfericidad de la Tierra. Si fuera una Tierra plana, todos tendríamos el mismo huso horario. Pero no es así. Mientras en México es una hora, en China o la India es otra.
Eso ocurre porque el Sol no alumbra un planeta plano; “alumbra una zona y otra, no”. Los terraplanistas arguyen: el Sol tiene bloqueos en su intensidad. “Pero eso es buscarle tres pies al gato”. Satélites han medido directamente la radiación del Sol y ésta es “bastante uniforme”.
El desplazamiento de los aviones, en cualquier ruta, se ve curvo, “porque las trayectorias más cercanas entre dos puntos de la Tierra son curvitas”. Son “círculos máximos”, en astronomía. Las aerolíneas buscan ganar dinero. Y para eso los aviones tienen que consumir el menor combustible y llegar lo antes posible a su destino. Así que, por pura eficiencia, los aviones tienen que realizar esas trayectorias sobre círculos máximos.
Desde antes de Cristo, puntualiza el doctor Mendoza, tenemos evidencias científicas de que la Tierra es esférica. La más simple y mejor prueba de su esfericidad son esas lindas fotos tomadas por un satélite o un astronauta o cosmonauta desde una estación o un viaje espacial.
El próximo 15 de mayo antes del amanecer habrá un eclipse total de Luna, que entrará en la sombra de la Tierra a partir de las 20:30 horas y saldrá a las 6:51 de la mañana del 16 de mayo, explicó Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
La totalidad, es decir, cuando la Luna esté completamente obscurecida será de las 22:30 horas a las 23:54. Aunque será difícil observarlo completamente porque en este mes es la época de lluvias. Recordemos que los antiguos mexicas iniciaban el año el 12 de mayo, que era cuando empezaba la temporada de lluvias y preparaban las tierras para cultivarlas.
¿Cómo surge un eclipse de Luna?
Se produce cuando la Luna pasa por la sombra de la Tierra, y ésta, como todos los objetos del Sistema Solar, va con su sombra pegada. Cuando el satélite natural pasa por esa sombra, que es muy grande, se produce el eclipse, que dura horas.
Todos los objetos extendidos como la Tierra producen varias sombras. “Si yo ilumino mi cabeza con una lámpara y después con otra, tengo dos sombras”.
Así, nuestro planeta produce una sombra tenue (umbra) y una más intensa (penumbra); donde coinciden las dos el objeto es más obscuro, explicó la divulgadora de la ciencia.
Cuando la Luna pasa por la umbra, una parte se ve eclipsada, pero cuando transita por la penumbra se ve casi totalmente oscura, porque la luz del Sol atraviesa la atmósfera de la Tierra y se proyecta sobre ésta. De hecho, no desaparece totalmente, sino que se ve roja.
En la antigüedad era muy importante observar los eclipses, de hecho, la sombra de la Tierra redonda fue una forma de identificar que es esférica, algo que ya lo sabían griegos y babilonios.
Estos eclipses no son muy comunes porque el plano de la órbita de la Tierra en torno del Sol está inclinado respecto del plano de la Luna, y forman un ángulo de cinco grados. Sin embargo, siempre hay una temporada de eclipses cuando la Luna y la Tierra están alineados con el Sol.
¿Por qué se llama Luna de Sangre?
La luz del Sol llega a la atmósfera de la Tierra, que actúa como una lupa que desvía la luz y la manda hasta la Luna. El espesor de la atmósfera terrestre, sumado a partículas de polvo, arena, cenizas volcánicas, entre otros, absorben la luz azul, verde y amarilla del Sol, pero dejan pasar las tonalidades rojas. Por esta razón, el satélite se vuelve rojo u ocre durante los eclipses de Luna.
La historia tiene que ver con el rey Herodes, quien era un político romano de Israel en la época de Cristo. Estaba casado con Herodías, que tenía una hija de otro matrimonio llamada Salomé, quien era “muy seductora y de una belleza deslumbrante”.
Herodes se enamoró de ella y le rogó que le bailara la “Danza de los siete velos”, a lo que Salomé se negó. El rey le ofreció a cambio sus cisnes blancos, joyas e incluso la mitad de su reino, pero ella seguía negándose.
“Te ofrezco lo que quieras”, le ofreció Herodes. Finalmente, Salomé accedió pero le pidió la cabeza de Juan el Bautista. El rey le ofreció muchas otras cosas, ella no aceptó. Al final, mandó a cortar la cabeza del Bautista y la pusieron en una charola de la plata para llevársela a Salomé.
Justo ese día hubo un eclipse total de Luna, que particularmente se puso roja. Desde entonces los eclipses lunares se conocen como “Luna de Sangre”, concluyó la investigadora universitaria.
En días pasados, el Perseverance, vehículo que envió la NASA a Marte, pudo filmar un eclipse con Fobos, uno de los satélites marcianos. Es la primera vez que se graba algo así, y su importancia radica en que se pueden tomar imágenes muy precisas de las manchas del Sol, que ayudan a entender la estructura interna de esta estrella, dijo Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Las manchas del Sol se producen por los campos magnéticos solares, que fluctúan todo el tiempo. Es muy importante entender cómo varía la intensidad de esta estrella y cómo son sus tormentas porque de alguna manera afectan el clima en la Tierra, añadió la académica universitaria.
Los eclipses
En ocasiones, en el Sistema Solar ocurren cosas extraordinarias, como los eclipses. Algunos planetas tienen varios satélites naturales, la gran mayoría son irregulares, es decir, no son esféricos como nuestra Luna.
En el caso de la Tierra, la Luna pasa delante del Sol y lo eclipsa completamente debido a que el tamaño aparente del satélite y el de nuestra estrella son iguales. Por esta razón, los eclipses son totales.
En ocasiones, hay algunos eclipses extraordinarios. Por ejemplo, en Júpiter todos los días surge este fenómeno astronómico porque sus “lunitas”, como Europa, Ganimedes, Ío, Calixto y otras, se interponen entre el Sol y el planeta.
La sonda Juno, que ahora visita a Júpiter, no sólo permite observar sus tormentas sino también las sombras que producen los eclipses de sus lunas.
En Marte –llamado como el dios de la guerra en la mitología romana– ocurrió algo extraordinario: sus dos satélites irregulares, muy pequeñitos también, se interpusieron entre el planeta y el Sol. Se llaman Fobos, “miedo”, y Deimos, “terror”.
El más grande, Fobos, está a 600 km de Marte y lo circunda tres veces al día. Su tamaño es 175 veces más pequeño que la Luna y cada vez se acerca más a su mundo. Probablemente en algunos millones de años colisionará con la superficie marciana.
Por fortuna, el Perseverance pudo fotografiar este eclipse, que cautivó a todos, concluyó la académica universitaria.
En una galaxia muy, muy lejana, astrónomos que trabajan con el telescopio espacial Hubble, de la NASA, han descubierto lo que podría ser la estrella más lejana que se haya observado. En un artículo publicado en la edición del 30 de marzo de la revista Nature, los autores afirman que podría ser la estrella individual más distante que se haya observado hasta ahora.
Bautizada Earendel, término del inglés antiguo que podría traducirse como “estrella del amanecer”, este cuerpo celeste se formó sólo 900 millones de años después del Big Bang. Según sus descubridores, Earendel sería unas 50 veces más masiva que nuestro Sol.
“El desarrollo de los telescopios se incrementó de forma muy importante en el siglo XX, y ahora no sólo tenemos telescopios en la Tierra, sino también en el espacio, con los cuales podemos ver a distancias cada vez mayores; podemos ver el universo en momentos que rebasan lo que nos hubiéramos imaginado ver hace cincuenta años”, dice José Franco, del Instituto de Astronomía, de la UNAM.
Corrimiento al rojo
Hace poco más de un siglo el astrónomo estadounidense Edwin Hubble descubrió que el universo estaba formado por galaxias que se alejaban de nosotros a velocidades que se incrementaban con la distancia, nos explica el investigador universitario. Mientras más lejos está de nosotros una galaxia, la velocidad con que vemos que se aleja es mayor.
Si una fuente luminosa se aleja de un observador el color de la luz de esta fuente se corre hacia el rojo debido a un fenómeno que se conoce como efecto Doppler. El corrimiento hacia el rojo se ha utilizado como una medida de la distancia a la que está un objeto.
“Mientras más lejana está una galaxia su luz estará más corrida hacia el rojo, y este corrimiento nos indicará su edad”. En este caso, la galaxia en la que está Earendel tiene un corrimiento hacia el rojo que nos permite ubicarla a aproximadamente 12 mil 900 millones de años-luz de nosotros.
Como la edad del universo es de unos 13 mil 800 millones de años, la luz que estamos viendo salió de esa galaxia 900 o mill millones de años después de que se formara el universo.
El corrimiento hacia el rojo de esta galaxia la ubica en los inicios de la evolución del universo, cerca del momento durante el cual se formaron las primeras galaxias, por lo tanto, Earendel, la estrella asociada a esta galaxia, debe ser una de las primeras estrellas que se formaron en el universo. “Esa es la relevancia de este hallazgo”, dice el investigador universitario.
“Ahora bien, no estamos seguros de que sea una estrella individual, puede ser un grupo de estrellas, pero independientemente de si es una estrella o más de una estamos observando la formación de estrellas más temprana que nos podíamos haber imaginado observar durante toda la historia del ser humano. Esto es importantísimo”, dice el profesor Franco.
Podemos observar esto porque la luz de esa estrella y de esa galaxia tardó mucho tiempo en llegar a nosotros, casi 13 mil millones de años; esto significa que lo que estamos viendo ocurrió hace 13 mil millones de años.
“Esa estrella o grupo de estrellas ya desaparecieron, murieron hace mucho tiempo, pero en este momento nosotros estamos recibiendo la noticia de su existencia. La noticia de su muerte se recibirá en el futuro, muchísimo tiempo después”.
Lente gravitacional
“Podemos observar la galaxia y la estrella porque su luz fue amplificada por un fenómeno que se conoce como lente gravitacional, un fenómeno físico que fue predicho por Einstein en su Teoría General de la Relatividad, en la que planteó que lo que llamamos fuerzas gravitacionales en realidad no son fuerzas sino una deformación del espacio-tiempo producida por la presencia de una masa. Toda masa que existe en el universo deforma el espacio a su alrededor”, explica José Franco.
Agrega que ante la presencia de una masa la luz no viaja en línea recta sino en línea curvada definida por la curvatura del espacio, y se deflecta. “De esta manera, una masa funciona como si fuera un lente para la luz y hace que los rayos de luz se deflecten”.
Las masas en el universo funcionan como las lentes en los telescopios, aumentan la intensidad de la luz, es decir, magnifican la imagen y el brillo de esta imagen; vemos a los objetos más brillantes de lo que realmente son, y esto permite que podamos ver objetos que están muy lejanos.
Si entre un observador y un objeto hay una masa, al objeto que está muy lejano vamos a verlo más cercano debido a que la masa funciona como lente gravitacional.
Las lentes gravitacionales son una realidad en todo el universo debido a la concentración de masa que hay alrededor de los cúmulos de galaxias, lo que nos ha permitido ver imágenes múltiples de cosas que están muy alejadas, incluso imágenes múltiples de eventos transientes, como las supernovas.
“En el caso de estrellas individuales, la estrella que se acaba de reportar no es la primera estrella individual que se observa en un lente gravitacional”, dice Franco.
Recuerda que en 2018 y 2019 se detectaron estrellas individuales en lentes gravitacionales, pero esas estrellas estaban un poco más cercanas, como a 10 mil millones de años luz, “lo cual también es sorprendente”.
“Pero esta nueva estrella nos pone en una etapa de evolución del universo muy cercana al inicio mismo del Big Bang”.
Ya se tiene un proyecto para observarla con el nuevo telescopio espacial, el James Webb, y esperamos pueda darnos la confirmación de si es o no es una estrella individual. “Pero independientemente de si es una estrella individual o varias estrellas, definitivamente son las estrellas más viejas que hemos podido observar en el universo”.
El observatorio espacial Hubble
El Hubble nos ha dado una gigantesca cantidad de información del universo, gracias a lo cual la cantidad de cosas que hemos observado es espectacular. El descubrimiento de Earendel es una hazaña del Hubble que esperamos que el James Webb pueda verificar. “Este es el hallazgo espectacular más reciente, pero ha habido otros, como observar los mismos lentes gravitacionales”.
Debemos considerar la paciencia del investigador que tuvo que estudiar esto durante tres años y medio para concluir que muy probablemente era una estrella. “Y después pasar por el proceso de publicación del trabajo. Se manda el artículo a una revista, ésta lo envía a árbitros para que examinen el trabajo, y en ocasiones los árbitros se tardan muchos meses en revisarlo, y a veces no lo aceptan… Por eso el proceso de publicación es muy riguroso y tardado”, finalizó el investigador universitario.
En los próximos veinte años, la humanidad desarrollará cohetes re-utilizables y muy poderosos, seguramente regresará a la Luna para establecer una base con astronautas, y con mucha suerte realizará los primeros viajes a Marte, dijo Miguel Alcubierre Moya, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
Además, podría alcanzar algún asteroide. “Si en ese tiempo no hemos llegado al planeta rojo, es que algo salió muy mal”, añadió el académico universitario.
Durante décadas, la tecnología espacial ha sido desarrollada sobre todo por las agencias gubernamentales, como la NASA, la Agencia Espacial Rusa o la Agencia Espacial Europea, sin embargo, en los últimos diez años han entrado las empresas privadas como sus competidores.
Por ejemplo, la NASA desarrolla un nuevo sistema de lanzamiento con la cápsula Orión, capaz de llevar astronautas a la Luna o a Marte, pero la empresa privada Space X ha fabricado diversos cohetes re-utilizables con el fin de transportar y traer objetos del espacio a la Tierra.
Esto significa una gran ventaja, porque es mucho más barato. “Imagínate, cada viaje al espacio implicaba lanzar un cohete que acababa en el fondo del mar, lo cual significaba una locura de gastos, millones y millones de dólares en la basura”.
En los próximos veinte años, seguramente se descontinuará la Estación Espacial Internacional porque no estaba planeada para una vida tan larga. Incluso, se planea crear una nueva estructura, más modesta y pequeña, pero ubicada más lejos, en la órbita de la Luna. “Eso sería un desarrollo mucho más interesante”.
La Luna y Marte
Actualmente, establecer una base en la Luna es complicado porque nuestro satélite tiene una atmósfera mucho más tenue que la de la Tierra, su gravedad es la sexta parte de la que existe en nuestro hogar y no tiene oxígeno.
Además, los días y las noches duran dos semanas, la obscuridad es muy fría, tarda un mes en dar la vuelta a nuestro planeta y siempre nos da la misma cara.
En cambio, “llegar a Marte es de las predicciones más difíciles porque llevamos cuarenta años diciendo que podremos llegar en los próximos diez o veinte años, y no se ha cumplido”.
Para lograr este objetivo hay varias dificultades, por ejemplo, no tiene oxígeno y está mucho más lejos de la Tierra. Sin embargo, es más amable que la Luna para los humanos porque su gravedad es más parecida a la gravedad terrestre, el día dura prácticamente lo mismo (24 horas y media), y aunque tiene una atmósfera muy tenue ayuda a mitigar la radiación del Sol.
Ahora bien, añadió el académico universitario, si algo saliera mal sería mucho más fácil enviar ayuda a la Luna, que llegaría en dos o tres días, que al planeta rojo, adonde se tardaría meses en llegar.
Pero también depende de los recursos. Por ejemplo, a Marte tendrían que llevar comida y agua que dure años, o encontrar la manera de producirlos allá. A pesar de todos los retos, en los siguientes veinte años podríamos llegar a ambos cuerpos celestes.
Más allá de Marte
En los próximos 100 años quizá podamos llegar a las lunas de Júpiter, un viaje que tardaría entre cinco y diez años, dependiendo del tipo de combustible que se utilice, y la trayectoria.
No obstante, necesitaríamos desarrollar una tecnología que nos permita viajar mucho más rápido que la forma actual. Los cohetes de hoy en día usan combustión química y se necesita otra forma de energía mucho más potente que nos permita viajar a mayor velocidad.
Por ejemplo, se necesita tecnología de tipo nuclear con la que podamos alcanzar velocidades mucho más altas, pero eso todavía está en pañales, hoy no contamos con desarrollos de ese tipo, añadió el académico universitario.
Por ese motivo, es impensable enviar a seres humanos a Marte, por lo que solo se han mandado robots a tomar fotografías.
Turismo espacial
El turismo espacial es muy costoso por lo que solo lo han podido realizar las personas más ricas del mundo, y en los próximos veinte años difícilmente será alcanzable para todas las personas,
Sin embargo, la compañía Space X tiene la intención de enviar turistas al espacio como parte de su modelo de negocios aunque hoy sólo pueden viajar multimillonarios, como Jeff Bezos, el dueño de la empresa Amazon.
Este empresario tiene la intención de llevar a un grupo de artistas a dar una vuelta alrededor de la Luna; ya tiene planeado un viaje que duraría una semana. Seguramente en un futuro muy lejano estos viajes bajarán de precio, concluyó el académico universitario