La derrota del nacionalismo mexicano

La abierta subordinación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador
a la estrategia reeleccionista de Donald Trump es una apuesta política
sin precedente en la historia mexicana.

Hipócrita sin duda, pero la fórmula del “nacionalismo revolucionario” funcionó bastante bien durante la mayor parte del siglo XX. Ante los peores desplantes imperialistas de las grandes potencias, México construyó una especie de barrera ideológica que le sirvió para promover hacia dentro del país una imagen de ser una nación soberana capaz de rescatar a las víctimas de la guerra civil española y las dictaduras sudamericanas, y de apoyo a las grandes causas progresistas de Latinoamérica.

Así ocurrió luego de la humillante firma de los Tratados de Bucareli, con la forzada presencia mexicana en la Segunda Guerra Mundial y buena parte del juego político de la Guerra Fría. Aún durante los 12 años en que el panismo le arrebató la presidencia al PRI, cuando casi toda económica nacional ya estaba claramente orientada hacia América del Norte, el gobierno mexicano intentó mantener la actitud de una política exterior independiente de la euforia guerrera post 9/11, e incluso, distante de la segunda invasión militar en contra de Irak.

Pilar ideológico del viejo régimen, el “nacionalismo revolucionario” fue, sobre todo, un eficiente manejo de los símbolos políticos del momento que sirvió para disimular la creciente americanización de amplios segmentos de la propia sociedad, así como los negocios que nuestras élites hacían con sus contrapartes al norte del Río Bravo.

El caso del presidente Luis Echeverría es uno de los más claros en este sentido. Al mismo tiempo que intentaba convertirse en líder mundial del tercermundismo y mantenía algunas posiciones de izquierda al interior del país, pagaba millonarios lobbies en Washington D.C. y mantenía sus añejas relaciones con las agencias de inteligencia estadounidenses

Es cierto que la asimetría entre ambas naciones deja muy poco margen para la ingenuidad.  Por el tamaño de sus economías, la extensión de sus territorios, los niveles de desarrollo de sus sociedades y, sobre todo, por la abismal diferencia entre la fuerza bruta de ambos Estados, resulta complicado suponer una relación equilibrada. Mucho menos en los tiempos de Donald Trump.

Ante un personaje que antepone el hígado y ego a cualquier razón o interés verdaderamente nacional, no es mucho lo que el gobierno mexicano podría hacer para detener al señor de los tuits envenenados.

Mucho menos cuando Trump lleva años alentando el odio contra uno de los grupos más vulnerables de la sociedad estadounidense: los inmigrantes de origen mexicano. Son los “bad hombres”, los “violadores” y “criminales” contra quienes ha levantado un enorme muro de prejuicios y racismo que le han comprado los grupos más primitivos de su propia sociedad.

Sin embargo, la doctrina del “amor y paz” del presidente mexicano y la completa subordinación de la política migratoria mexicana a la lógica electoral de la Casa Blanca parece una apuesta demasiado alta para cualquier gobierno. Incluso para la 4T.

 

@cesar63
cesar196311@gmail.com

La última clase de mi maestra

Hace unos días me encontré en una librería de viejo una antología de cuentos judíos que la maestra me prestó hace 22 años. En esa ocasión leí el libro en una semana y regresé por más. Leía los libros de su biblioteca y dejaba al final los que tenía que leer para la escuela. No importaba, sus recomendaciones eran mejores. Con mi maestra Toibe se discutían los libros en la sala, en la cocina, en el salón de clases, en los pasillos, camino al estacionamiento, en el teléfono. Nunca dejó de leer, nunca dejó de darle oportunidad a nuevos autores, ningún tema le era ajeno. Cuando se puso de moda leer El Capital en el Siglo XXI de Piketty ella ya lo había leído y pedía opiniones. “Lo siento maestra, no estoy al día como usted”, le dije.

Los años pasaron y yo también les llevaba libros. Don Hersch se había unido al club de lectura, le encantaba la novela negra. Cuando les conté que había un autor sueco llamado Henning Mankell que me encantaba aceptó mi recomendación. “Es muy sangriento, pero me gusta”, nos dijo en una de las tantas conversaciones que teníamos los sábados.

Los sábados calificábamos los trabajos de los alumnos, se convertían en horas de conversación. “¿Ya arreglaron el mundo?”, preguntaba Don Hersch y siempre se incorporaba a la plática. “Ya lo arreglamos”, le contestábamos. Sabíamos que no tiene arreglo.

Siempre que algún amigo o colega me recuerda que la UNAM estuvo cerrada durante diez meses sonrío y le digo: ahí hubiera estado, en primera fila, en las trincheras, haciendo guardias, cerrando escuelas y en las marchas para defender la educación pública y gratuita… pero conocí a la maestra y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM ya no fue la misma para mi. No me hizo cambiar de opinión, pero me mostró que se puede luchar de muchas formas, que las lecciones en el aula son tan valiosas como una marcha, que las ideas se pueden defender de muchas formas.  Que formar a un ser humano es tan valioso como una protesta en las calles contra el sistema.

Cuando alguien se quejaba de su clase siempre le decía: aprenderás a leer y escribir. ¿Qué más quieres? Pocos querían leer el periódico a diario, enfrentarse a las preguntas de la maestra, a dominar a un tema, al rigor de la escritura. “Si sienten que es mucho trabajo dejen las otras cuatro materias y quédense con la mía”, nos recordaba.

La última conversación que tuve con mi maestra Celia Toibe Shoijet Weltman fue sobre la fecha límite de calificaciones. Así era mi maestra. Siempre pensaba en sus alumnos, la misma atención, el mismo cariño y empeño para preparar su clase, lo mismo si era un grupo de 50 alumnos que uno de dos… y sin salón, como lo fue en su último semestre de clases. La burocracia académica nunca le perdonó su independencia, su libertad, nunca fue parte de un grupo y siempre dijo con esa voz firme, que se escuchaba más allá del salón, lo que pensaba.

Las últimas clases las dio en una sala de juntas. No importaba. Ahí vimos durante dos sesiones la serie The Newsroom, fue la última clase que compartimos juntos. Estaba asombrada que una serie de televisión pudiera explicar tan claramente cómo funcionaba una sala de redacción de un noticiero. Me preguntó por más series y películas. Sé que ya tenía en su cabeza lo que daría el próximo semestre. Y en ese momento pensé lo que siempre había pensado desde que la conocí: quiero ser así, hacer planes sin pensar en el final de la vida.

 

***Palabras leídas durante la develación de la lápida de Celia Toibe Shoijet Weltman, catedrática de la UNAM por más de 40 años

Cuando la ciudadanía triunfó

Algunos colegas y yo platicábamos acerca del proceso para la selección de candidatos a dirigir la Junta Directiva y Consejo Técnico del nuevo Organismo de Mejora Continua de la Educación. Todos coincidíamos en querer hacer algo para, al menos, hacerle saber a la Comisión de Educación del Senado que estábamos inconformes con su proceso por haber tenido irregularidades, poca transparencia y credibilidad en la selección de los aspirantes aprobados. En primer lugar, una de las postulantes a ambos órganos cometió plagio en el ensayo que presentó; en segundo lugar, en el expediente público no aparece el ensayo completo de otro candidato, únicamente un resumen (pasando por encima del requisito solicitado) y una candidata entregó su ensayo incompleto.

 

Para el Consejo Técnico de Educación se rechazaron 57 aspirantes y sólo se aceptaron 9 solicitudes y para la Junta Directiva se rechazaron 52 y se aprobaron 9. Se conocen diversas irregularidades sobre los casos de los aspirantes rechazados, muchos de los cuales cuentan con altos perfiles académicos y con probada trayectoria profesional. De igual forma, se reportaron, por ejemplo: problemas con la plataforma, avisos a destiempo sobre sus documentos o, simplemente, no fueron notificados de los motivos por los cuales sus solicitudes fueron rechazadas.

 

Como ciudadanos y profesionales en el campo de la educación, el 7 de junio decidimos iniciar unapetición en Change.org, una plataforma digital para iniciar campañas donde se recaban firmas de la ciudadanía. La campaña se llamó: #CopiarNoEsMejorar #ReponganElProceso para la Junta Directiva y Consejo Técnico del exINEE, se adscribieron mil 317 personas. El 10 de junio –el mismo día que inició la primera Audiencia con los seleccionados– se entregaron las firmas personalmente a la Comisión de Educación y a la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores. Entre los firmantes estaban profesores de educación básica, de educación media superior y superior; estudiantes de licenciatura y posgrado de áreas educativas, ciudadanos interesados en educación, representantes de asociaciones civiles y de organismos internacionales, académicos con amplia trayectoria en la investigación educativa y de otras áreas, expresidentes del extinto INEE, una secretaria y exsubsecretaria de Educación, incluso, legisladores.

 

El cabildeo apenas comenzaba. Lo que inició como una petición, se convertiría rápidamente en una campaña mediática en redes sociales para que muchas personas se enteraran de lo que estaba sucediendo y se sumaran a la causa. Medios de comunicación como Educación Futura, Excélsior, El Universal, Animal Político, MVS Radio y Reforma, difundieron la campaña (de hecho, hasta hubo una canción). El ruido mediático, tarea fundamental en el proceso de cabildeo, había llegado no sólo a la Comisión de Educación o a la Junta Política sino a los senadores en general. Algunos empezaron a preguntar qué estaba pasando y de esta manera, empezó la segunda fase –no planeada– del cabildeo. Mis colegas y yo personalizamos una carta dirigida a cada uno de los coordinadores de los 8 Grupos Parlamentarios más el senador independiente, para que les hicieran llegar a su bancada las firmas y la explicación de por qué era importante reponer el proceso de selección de candidatos. De esta manera, el lunes 17 de junio llegamos muy temprano al Senado de la República y esperamos media hora para que nos dieran acceso, las medidas de seguridad son fuertes. Entramos. Piso 1, piso 4, piso 6, sótano, de nuevo piso 1, ahora al piso 3, “aquí no es”, piso 5, “regresen al sótano”. Durante 2 horas recorrimos las nueve oficinas de los Coordinadores de bancada para entregar la carta. Por un momento pensamos que nada de lo que estábamos haciendo serviría de algo, luego se nos pasó. Ya estábamos cansados. Después de mediodía, se da a conocer que Andrea Contreras, la candidata que plagió parte de su ensayo, había sido la única rechazada del proceso para pasar a la siguiente fase. Sentimos que eso había sido un pequeño triunfo, sin embargo, al día siguiente la Comisión de Educación sí la había aprobado. Cualquier esperanza de reposición del proceso estaba prácticamente sepultada. La decisión la tendrían las y los senadores al momento de la votación.

 

¡Oh sorpresa! En la tarde noche del miércoles 19 de junio corría como pan caliente la noticia de que el Senado, en sesión extraordinaria, había cancelado el proceso por no haberse logrado la mayoría en la Junta de Coordinación Política para las designaciones y que, por esta razón, se emitirían nuevas convocatorias.

 

12 días intensos de presión, cabildeo, ruido y difusión sirvieron para declarar victoria. Si bien el triunfo no fue como se esperaba (pues los anteriores candidatos serán considerados en el nuevo proceso), sí es un motivo de celebración la sensatez de los legisladores al no permitir que continuara un proceso ilegítimo y poco claro. La ciudadanía se involucró de muchas maneras posibles. Cuestionaron, firmaron, difundieron, se interesaron por este tema y, eso es, en sí mismo, el mejor aprendizaje de todo este proceso. Me sigo convenciendo de que la apatía es cosa del pasado; lo que falta es que alguien prenda la mecha, proponga, haga y motive a otros. En tan sólo dos semanas, ciudadanía, medios de comunicación y legisladores formamos un gran observatorio de política pública y logramos incidir en ella. No hay que dejar de hacerlo, al contrario, que este triunfo colectivo sea una motivación para continuar igual porque faltan las leyes secundarias y de nuevo el proceso de selección.

 

¡Enhorabuena! ¡Felicidades a todos y todas!

 

*Pedagoga, Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y Maestra en Aprendizaje y Políticas Educativas

Básicamente Ciencia: Descifrando los mecanismos del dolor y otros trastornos

La capacidad de explorar el entorno mediante los sentidos, esa interacción continua entre el organismo y su medio ambiente, supone una clara ventaja evolutiva que permite una adaptación idónea para preservar la integridad del organismo. Esta habilidad es el resultado de sistemas altamente especializados, capaces de reconocer, integrar, interpretar y responder a las distintas señales expresadas por el cuerpo a los estímulos del medio ambiente.

Los canales iónicos son proteínas especializadas que se encuentran en toda la extensión de la membrana celular. Estos canales son activados por diferentes estímulos (químicos o físicos), que permiten el movimiento rápido de iones (moléculas cargadas) de un lado a otro de la membrana y cambian la concentración de iones dentro y fuera de la célula. Este flujo de iones da como resultado la producción de señales eléctricas, las cuales se propagan hasta llegar a su célula objetivo donde se produce la respuesta fisiológica correspondiente.

En este sentido, la investigadora titular del Departamento de Neurociencia Cognitiva de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, Tamara Luti Rosenbaum Emir, enfoca su investigación en los canales iónicos TRP (Receptores de Potencial Transitorio), y en colaboración con sus estudiantes, ha logrado construir un canal TRPV1 mutante que se utiliza en los estudios de las relaciones entre la estructura y la función.

Dichos canales, explica Rosenbaum Emir, se encuentran clasificados en siete subfamilias: TRPA (anquirina), TRPC (clásicos o canónicos), TRPM (melastatina), TRPML (mucolipina), TRPP (policistina), TRPV (vanilloides), TRPN (presente únicamente en invertebrados sin mecanoreceptor), y hasta el momento se han identificado más de 25 miembros.

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Ilustración 1. Rosasco MG, Gordon SE. Chapter 1:TRP Channels: What Do They Look Like? In: Emir TLR, editor. Neurobiology of TRP Channels. 2nd edition. CRC Press; 2017.

Los TRP se encuentran ubicados en diferentes líneas celulares como el sistema pulmonar (amarillo), cardiovascular (rojo), renal (púrpura), hígado (azul oscuro), sistema digestivo (azul claro), piel (rosa),sistema reproductivo (verde), y en el sistema nervioso central y periférico (naranja), en cada región cumplen con diferentes funciones, como el reconocimiento de la luz en moscas (fotosensación), el dolor y la mecanosensación, el gusto y la temperatura (termosensación).

En el caso de los TPRV1, que es uno de los más estudiados, éste desempeña funciones importantes en la transducción de estímulos nocivos como altas temperaturas (≥42°C), pH ácido extracelular, daño mecánico, estímulos químicos exógenos como capsaicina (sustancia activa del chile, género Capsicum), los isotiocianatos (sustancias que se encuentran en mostaza), la alicina (que se encuentra en el ajo y la cebolla), y compuestos endógenos como la anandamida y el ácido lisofosfatídico (que se liberan durante una lesión tisular, inflamación y procesos cancerosos). Cuando TRPV1 es activado por tales estímulos, las respuestas fisiológicas resultantes son dolor y/o picazón.

Rosenbaum Emir señala que han establecido una línea de investigación acerca de las relaciones entre la estructura y la función de los canales TRP, para determinar cómo y cuáles son las regiones que regulan la función de éstas.

La investigadora universitaria apunta que cuando estos canales se encuentran dañados (por una mutación en el gen que “codifica” para estas proteínas) provocan enfermedades importantes en humanos como:

  • En TRPC3: Degeneración retiniana, conduce a la muerte de los fotorreceptores.
  • En TRPP1: Enfermedad renal poliquística autosómica dominante, donde los síntomas son los quistes renales y el fallo renal.
  • TRPML: Conduce a la mucolipidosis tipo IV, se caracteriza clínicamente por un retraso psicomotor y anomalías en la vista que incluyen opacidad de la córnea, degeneración retiniana o estrabismo.
  • TRPV1: Dolor inflamatorio y neuropático.

Aunque también pueden ocurrir por fallas en el organismo, es decir, asociadas a otras enfermedades (en pacientes con diabetes, cáncer, infección por VIH, isquemia u otras) donde se liberan moléculas que provocan la activación de los canales TRP.

Por lo tanto, existe una investigación orientada hacia la identificación de inhibidores de la activación de los TRP.

En ese contexto, Rosenbaum Emir y su equipo han identificado que el colesterol y el ácido oleico reducen la probabilidad de que el canal se active. El conocer cómo interaccionan estos compuestos con el canal TRPV1 a nivel molecular y entender cómo afectan la actividad del canal, ayudará a producir otras sustancias que tendrán un gran valor terapéutico si pueden contrarrestar el dolor asociado con la activación de estas proteínas.

De hecho, existen muchos ejemplos de medicamentos que se usan para controlar afecciones cardíacas y de otros tipos, que se han generado a partir de estudios de ciencia básica en otros canales iónicos, para después diseñar dichos fármacos.

A medida que el campo avanza, los mecanismos se revelan con la esperanza de comprender las causas subyacentes del dolor y otras afecciones relacionadas con el mal funcionamiento de los canales TRP, para encontrar moléculas que modulen la activación de manera específica, y finalmente, controlar este estado patofisiológico.

Finalmente, la investigadora universitaria invita a todos los estudiantes interesados en el tema a colaborar en el laboratorio.

Ser humano, mortal y divino, una plática con David LaChapelle

Turín, Italia

Cuando supe que David LaChapelle estaría en la ciudad donde vivo (Turín) me emocioné; no siempre se tiene la oportunidad de conocer a un artista cuando va a inaugurar una muestra… sobre todo en el viejo continente, donde ya no hay manera de encontrar a los artistas que se encuentran en la mayoría de los museos más famosos.

LaChapelle ha fotografiado a toda la gente famosa que se conoce en el espectro del arte y la moda desde que empezó a trabajar para Andy Warhol. Me daba curiosidad conocer a alguien con su estilo peculiar, desafiante y para tantos, trivial, como lo recalca Dan Piepenbring. Sin embargo, esta trivialidad para Piepenbring nos muestra “nuestras fantasías y trastornos mentales” en la plana y ruda superficie.

La plática se ofreció en la iglesia de San Uberto, dirigida por uno de los curadores de la muestra, Denis Curti. LaChapelle dijo que se sentía feliz porque la presente, era una de las muestras más bellas de su carrera hasta ahora, y presentó el concepto que lo había llevado a este resultado.

Recordó cómo llegó en la adolescencia a Nueva York, en un ambiente rico de artistas e ideas nuevas y cómo el VIH pronto cambió este clima efervescente en uno lleno de miedo y muerte.

“No sabíamos ni siquiera cómo se llamaba la enfermedad, sólo sabíamos que nuestros amigos estaban muriendo y que tal vez, nosotros seríamos los próximos (…) al no saber si yo moriría pronto también, quise crear imágenes, de modo que mi vida tuviera un propósito”.

El artista hizo hincapié en que el arte no debe de crear confusión en un mundo ya confuso, en cambio, cree que debe portar claridad y comprensión. Explicó cómo rodeado de muerte y la duda de no saber si él moriría pronto también, quiso representar el alma de sus amigos fallecidos:

“Toda esa energía, y toda esa belleza… ¿a dónde se estaba yendo?”

Empezó a crear fotografías que emularan sus almas, su contacto con lo divino y el más allá. Dijo que su obra no es la misma que ha hecho en sus veintes o treintas, que se reinventa, y desde el 2006 ha reinventado su obra alrededor de la humanidad y la relación que tiene con lo divino y la naturaleza.

“Veamos lo divino en la naturaleza, en el ser humano…estamos verdaderamente frente a la extinción, algo que provocamos nosotros y que nosotros debemos resolver”.

Hizo una crítica al consumo de la violencia que actualmente parece ser tan redituable para plataformas como Netflix, que actualmente está beneficiándose de la figura del serial killer. Llamó a preguntarnos por qué somos clientes de este “consumo oscuro” y a recordar que, ante los medios de comunicación y la política, la gente es la que tiene la última palabra.

 

La muestra, Atti Divini (Acts of God) empieza el 14 de junio de 2019 hasta enero del 2020 en La Regia de Venaria en Turín, Italia. Las fotografías expuestas representan los diversos periodos en la carrera de LaChapellle, incluidas algunas inéditas de la serie New World (2017-1019). La curaduría estuvo a cargo de Denis Curti y Reiner Opoku.

Sobre el artista

http://home.davidlachapelle.com/

La conversación del 13 de junio de 2019 en la Iglesia de San Uberto

https://www.youtube.com/watch?v=b9gNMphgzEQ

Presentación de la muestra en el museo

http://www.lavenaria.it/it/mostre/david-lachapelle

Galería de imágenes en el sitio del artista http://www.lachapellestudio.com/exhibitions/gallery/2019-06-14_la-venaria-reale

 

 

*Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

Las caravanas de Trump

Del odio a la tragedia. Óscar Alberto Martínez Ramírez, y su hija Valeria, de un año y 11 meses de edad murieron ahogados en el Río Grande al intentar cruzar nadando la frontera entre México y Estados Unidos.

Después de sobrevivir los 2,312 kilómetros que separan su natal San Salvador de Matamoros, Tamaulipas –la ruta más corta posible hacia Brownsville, Texas–, Oscar y Valeria fueron finalmente vencidos por las fuertes corrientes que, desde el lado mexicano se conoce como Río Bravo.

Son cientos, sino miles las personas han perdido la vida, ya sea en el río, el desierto o a manos de coyotes, narcos y policías fronterizos. Lo nuevo es que ahora que la prédica antinmigrante de Mr. Trump ha tomado control de la propia frontera sur mexicana, las víctimas son también niños pequeños. Oficialmente se reconoce a seis desde que inició el plan de la Casa Blanca para separar familias migrantes.

Y ahora viene la nueva amenaza del presidente de Estados Unidos de realizar redadas masivas de inmigrantes en Chicago, Los Angeles y otras grandes ciudades para detener y deportar a “millones” de trabajadores, estudiantes, empleadas y madres de familia.

Quizás lo peor de todo es que detrás de la nueva campaña antiinmigrantes se asoma una clara estrategia para, a partir de explotar el odio y el racismo de sus seguidores, alcanzar una nueva mayoría en el colegio electoral que se formará a partir de las elecciones presidenciales de noviembre del 2020.

Entender las razones de esta realidad que aplastó la soberanía nacional mexicana, implica considerar al menos tres ejes geográficos:

1.- Centroamérica. Más o menos desde siempre, países como El Salvador y Honduras han sido naciones de migrantes. La pobreza y falta de oportunidades son endémicas en sus sociedades. Y al menos desde hace varias décadas también lo han sido la violencia y la descomposición social provocada por el crimen organizado. La añeja y ominosa influencia de la peor versión del imperialismo yanqui en la región ha favorecido, además, la corrupción de sus autoridades y la debilidad de sus instituciones, lo cual los perfila como auténticos “estados fallidos”.

Mientras al interior de Naciones Unidas se debatía si la condición legal de ese flujo humano hacia el norte debe ser la de “refugiados” y no solamente la de “migrantes”, en 2017 y 2018, la decisión de la Administración Trump de que los niños detenidos en la frontera fueran separados de sus padres generó amplio rechazo en la opinión pública internacional.

Lo relativamente nuevo es el surgimiento de “caravanas migrantes” que, en grupos numerosos y muy visibles recorren cerca 5,000 kilómetros con la intención de entrar a territorio estadounidense. Ello, en el marco de una virulenta retórica anti migrante impulsada en todo el mundo por las fuerzas políticas –algunas visibles, otras aún ocultas– que llevaron al poder a Donald Trump en Estados Unidos.

2.- México. Luego de más de una década en que son más los mexicanos que regresan a su patria que los que se van pa´l norte, el principal fenómeno migratorio en el país en los últimos años ha sido el tránsito de personas de otras nacionalidades, casi siempre al aparo del desinterés, patrocinado por el crimen organizado internaciona, de las autoridades correspondientes.

Con la llegada de la 4T a Palacio Nacional se renovó una retórica oficial que hablaba de combate a la corrupción de autoridades migratorias y un escrupuloso respeto a los derechos humanos de nuestros hermanos centroamericanos. Lo cual –de acuerdo con la narrativa dominante sobre el tema–, se convirtió en “la invitación” del nuevo gobierno que abrió la puerta a un creciente flujo de familias que, según Trump, se ha convertido en una peligrosa invasión de criminales extranjeros que amenazan la recuperada grandeza de Estados Unidos.

Antes los permanentes ataques y amenazas del presidente Trump, por conveniencia o convicción la principal estrategia de Andrés Manuel López Obrador ha sido la proclama de que con “amor y paz”, sin pelearse y, “con la mano abierta” todo se solucionará.

3.- Estados Unidos. Contra todos los pronósticos, Donald Trump llegó a la Casa Blanca porque supo detectar y aprovechar un amplio sentimiento social de frustración y resentimiento en contra las viejas formas políticas, la globalización económica y diversos avances sociales en materia de equidad de género y apertura de oportunidades para las minorías étnicas.

Desde el primer momento que anunció su aspiración presidencial utilizó a los mexicanos de la misma manera de la Alemania nazi utilizó a los judíos, dándole así un blanco fácil a los grupos racistas y promotores del odio, gracias a los cuales pudo arrebatar el control del partido republicano a su élite tradicional.

En un país en el que, para el oído del ciudadano medios, los términos mexican e immigrant son prácticamente sinónimos, Trump tiene en México su principal bandera electoral. Presionado por sus constantes fracasos político y acorralado por el avance de la oposición demócrata, Trump utiliza el tema migratorio como su principal bandera rumbo a su posible reelección del primer martes de noviembre del año que viene.

Qué hacer

La “negociación” en Washington D.C. (por llamarle amablemente lo que fue una clara imposición forzada por la amenaza de sanciones fiscales sin sustento legal alguno), constituye uno de los mayores golpes contra México desde el surgimiento del “nacionalismo revolucionario”, como pilar ideológico del viejo régimen. Un concepto que, por cierto, es compartido plenamente por la mayor parte de quienes encabezan la 4T.

Más allá de que las nuevas obligaciones de México –enviar 6,000 soldados con otro uniforme a la frontera sur y recibir en el país a todos quienes soliciten asilo en Estados Unidos–, los “acuerdos” con la Administración Trump provocaron un reajuste al interior del equipo del presidente Obrador; será Marcelo Ebrad, quien, desde la cancillería, se convierta en la principal figura del gabinete mexicano. De su administración de esta crisis depende su futuro político.

El ultimátum de 45-90 días del gobierno de Estados Unidos muy probablemente será el preámbulo de una especie de pesadilla que durará hasta enero de 2021… y si Trump gana la reelección, durante 4 años más.

Sin duda se avecinan tiempos interesantes en los que las batallas políticas irán mucho más allá de los memes sobre los cacahuates de la diplomacia mexicana.

La carta nacionalista. Aunque desde una visión de realpolitik es entendible el pragmatismo que llevó al gobierno mexicano a hacer todo lo necesario para complacer a Trump, sería poco más que ingenuo pretender que una estrategia donde la repetición mediática logre convencer a la sociedad de que “México ganó” algo más que un respiro de unas pocas semanas.

Que la inequidad económica entre ambos países es enorme, tampoco es nada nuevo. Pero ello no impidió al viejo sistema abrirse márgenes en la relación binacional a partir de casos como Cuba, Nicaragua y el propio El Salvador. El gobierno mexicano necesita saber aprovechar sus cartas en un entorno internacional en que claramente el señor Trump es el villano favorito.

Las alianzas políticas. Ni a la diplomacia tradicional, ni a la retórica juarista les alcanza para valorar cabalmente la importancia de un hecho básico: Donald Trump es el presidente más impopular de la historia reciente de su país. Sus innumerables escándalos y oscuro pasado lo tienen en desventaja en casi todas las encuestas. Tan solo ello bastaría para considerar las lecciones que nos dejó el propio Trump con su visita a Los Pinos en la pasada campaña presidencial de su país.

Si bien es cierto que el musculo político de la comunidad de origen mexicano radicada en Estados Unidos no es particularmente grande, no debería hacerse un lado que se trata de 35 millones de personas, que representan una economía casi del tamaño de la mexicana y que la mayoría pueden votar allá. De hecho, los latinos –mayoritariamente mexicanos–, son el segmento electoral más cotizado en el sistema político estadounidense. Los ejemplos de lo que es posible lograr jugando con las mismas reglas del propio establishment estadounidense son abundantes. Lo alcanzado por los lobbies judío, cubano, irlandés, británico e incluso chino y árabe es clarísimo. Todo es cuestión de ponerse a trabajar.

Una narrativa ganadora.

Más allá de reconocer la importancia de contar con una amplia base social de apoyo con la que se puede llenar cualquier plaza y de la innegable fortaleza de su ejército de seguidores desde “las benditas redes”, e incluso del muy probable soporte (con dinero o sin dinero) de la vieja maquinaria mediática, parece necesario la construcción de una narrativa pública que sirva para ganar los consensos sociales necesarios para poder salirse del juego de Mr. Trump.

Atender el origen verdadero de las caravanas, los niveles reales de la amenaza representan los niños migrantes, develar quienes son los grandes ganadores del déficit comercial, descubrir los niveles de interconexión entre ambas sociedades son solamente algunos puntos obligados entre las tareas urgentes a realizar.

En suma, en esta era de las post-verdades, cuando una simple anécdota puede determinar si México se somete a la condición de “tercer país seguro”, o si “la hojita de Trump” contiene algún tipo de secreto verdadero, la actual coyuntura representa, junto con los desafíos, grandes oportunidades para todas las sociedades involucradas. ¿Podrá algún día Centroamérica convertirse en una región pacífica y próspera? ¿Por cuánto tiempo más seguirá el gobierno mexicano apostando por Mr. Trump? ¿Los ciudadanos estadounidenses abandonarán sus valores más preciados y soportarán 4 años más de regresión histórica?

Al parecer en el centro de toda la ecuación están los casos de Oscar y Valeria Martínez.

Palabra colectiva. Mujeres Juntas Marabunta

 

El Pacífico / panóptico / Junio de 2019

Mujeres Juntas Marabunta

En las últimas semanas un número creciente de mujeres que trabajamos en la cultura hemos decidido organizarnos alrededor de un acto de disidencia colectiva frente a la normalización de la violencia que históricamente se ha inscrito en los espacios donde desempeñamos nuestro trabajo y nuestras vidas: editoriales, revistas, ferias del libro, encuentros de escritores, escuelas, universidades, instituciones culturales, talleres y espacios privados. No se trata de algo nuevo. Hace demasiado tiempo que guardamos en secreto el acoso, la humillación, la segregación, el abuso sexual, por temor a que nuestros señalamientos sean invalidados o a que nuestra labor creativa sea excluida. Ésas eran las reglas no escritas que las relaciones de poder al interior de la cultura, ordenada fundamentalmente por hombres más poderosos, habían instituido como norma. Lo que ha cambiado es nuestra relación con el miedo y con el silencio. #MujeresJuntasMarabunta surge a partir de #MeTooEscritoresMexicanos y en medio de una lucha más amplia emprendida desde hace décadas por mujeres que nos han enseñado algo fundamental: la violencia contra nosotras no es un hecho aislado sino sistemático que se reproduce a causa de la impunidad. Hoy hemos roto ese pacto de silencio: escribimos estas palabras y actuamos colectivamente porque vivimos en un país en el que nueve mujeres al día son asesinadas por violencia de género, porque el sistema de justicia no sólo no atiende a las víctimas, sino que las revictimiza (para el agresor siempre la disculpa y para nosotras la culpa) y porque en México no existe un Estado de derecho. #MeTooEscritoresMexicanos no es un mecanismo de denuncias que pretenda el escarnio público, es una herramienta política que señala y pone al descubierto violencias que han querido permanecer en el dominio de lo privado para conveniencia de los que perpetran actos de acoso y hostigamiento. Se publican para que esto no le pase a ninguna otra y para mostrar que hay muchas que aún no han podido hablar. Lo hacemos conscientes del privilegio y también de la responsabilidad de ser visibles. Éste es sólo el principio de un movimiento articulado, desde distintas plataformas, como una colectividad política y afectiva que busca, ni más ni menos, un cambio estructural. Eso no será posible si en primer lugar no hay una toma de conciencia, un reconocimiento de quienes han ejercido distintas formas de violencia, una búsqueda por reparar el daño.

Es urgente que la opinión pública entienda que el contexto en el que surgió la cuenta @MeTooEscritoresMexicanos es el de una impunidad de más del 95 por ciento, un desequilibrio de poder que fortalece a los victimarios. Cuidamos los testimonios de las mujeres resguardando su identidad cuando así nos lo han pedido para protegerlas de ser criminalizadas o agredidas nuevamente; nos cuidamos para no arriesgar la vida de ninguna de nosotras. Exponemos cada caso como parte de un conjunto más amplio que revela una violencia estructural. Es importante aclarar que los señalamientos no son en ningún caso anónimos, sino hechos bajo confidencialidad, y cada uno tiene un seguimiento y acompañamiento. Nuestras exigencias en este primer momento son:

  1. Que los espacios culturales, ya sean públicos, privados o autogestivos, hagan un compromiso para revertir las violencias machistas a través de acciones concretas. Por ejemplo: ¿qué tal si antes de empezar un taller literario abres una discusión colectiva sobre cuál será la ética compartida para crear un espacio seguro entre todxs? ¿Qué tal si las grandes editoriales, como Penguin Random House y Planeta, abren un Comité de Ética de Recursos Humanos que atienda las denuncias de acoso imparcialmente? ¿Qué tal si las editoriales en general diversifican sus equipos de dictaminación para que haya paridad?
  2. Que nuestros pares escritores y otros agentes culturales se involucren en este momento histórico a través de un ejercicio de autoanálisis, estudio y discusión profunda. Los invitamos a preguntarse urgentemente: ¿qué violencias los atraviesan? ¿De qué manera perpetúan una tradición de solapamiento? ¿Cómo reconfigurar las estructuras del mandato masculino? ¿Pueden hablar de lo que les incomoda y duele de su propio ejercicio de poder?
  3. Que se haga efectiva la instrumentación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el sector cultural a través del diseño, ejecución, difusión y cumplimiento de códigos y protocolos de conducta de carácter obligatorio para servidores públicos, prestadores de servicios y beneficiarios de programas del sector. Exigimos también el seguimiento de las denuncias legales ya hechas.
  4. Que se desarrollen políticas públicas para garantizar la paridad de género en los diferentes niveles de las instituciones culturales, así como en los jurados y selección de todos los concursos estatales y nacionales.
  5. Que se brinde orientación y acompañamiento tanto para mujeres como para hombres, por medio de talleres, documentos y cursos con perspectiva de género, a fin de evitar la desigualdad, los abusos de poder, los encubrimientos y pactos de silencio en los espacios culturales.
  6. Que se creen lineamientos para garantizar la seguridad de becarias y tutoras en residencias, estancias y encuentros organizados por institutos de cultura como, por ejemplo, el FONCA.
  7. Que todas las revistas y colecciones editoriales subvencionadas con recursos públicos incluyan por lo menos un 50% de autoras en sus catálogos.
  8. Que haya alternancia entre hombres y mujeres en los puestos de toma de decisión.
  9. Que se desarrollen métodos para garantizar la seguridad de niñxs y adolescentes participando en talleres o actividades de promoción de la lectura.
  10. A nosotras mismas, a la sociedad, a las instituciones culturales, a los hombres, les exigimos, nos exigimos, hacernos responsables en la construcción conjunta de una convivencia realmente igualitaria.

Deseamos que los días difíciles que han seguido a los señalamientos sacudan a la sociedad, no para crear un nuevo estigma contra nosotras, que sólo repetiría los ciclos de violencia, sino como una posibilidad de cambio. Estamos comprometidas a seguir revisando, analizando y mejorando nuestros protocolos, así como a atender la protección de las víctimas que han realizado señalamientos públicos a través de #MeTooEscritoresMexicanos. Nos mantendremos firmes y solidarias desde todas las plataformas de las que disponemos hasta lograr que se transformen las prácticas que normalizan el machismo en los gremios culturales: estamos creando una contranarrativa que instaure la paridad de género y reescriba el futuro.

México, 3 de abril de 2019.

El sicario en la sala

Vine a Xalapa en abril a la Feria del Libro para conocer las novedades editoriales, convivir con escritores y lectores. Me encontré con una ciudad amurallada: las calles vigiladas por soldados, marinos, policía municipal y estatal. La posada donde me alojé estaba a unas calles del centro de la ciudad, la puerta cerrada con candado, la atención al cliente desde una ventana. “Perdón, ya sabe cómo están las cosas”. “No sé cómo están”, mentí.

Apenas había escuchado unas horas antes en la Feria del Libro al corresponsal de Proceso en Veracruz, Noé Zavaleta, citar los informes oficiales sobre la cifra de desaparecidos en el estado: cuatro mil 50. Una de cada cuatro personas que desaparece en el país. Agregó un dato aún más dramático: “al día de hoy hay mil cuerpos sin identificar en fosas comunes de Veracruz, en cementerios clandestinos, en donde la Policía Ministerial ya no puede seguir exhumando cuerpos porque ya no hay forenses y ya no hay fosas comunes”. Veracruz tiene el narcocementerio más grande de América Latina que se encuentra en Colinas de Santa Fe, en el último corte de septiembre de 2008, acotó Zavaleta, se habla de 305 cráneos y 21 mil fragmentos de restos óseos.

“No regrese muy noche”me dice la encargada de la Posada. Al día siguiente el taxista me pregunta: “¿De dónde es”. “De la Ciudad de México”, le digo y como en la Ciudad de México busco su identificación y me grabo el nombre. “Es muy peligroso por allá”. “Un poco”, contesto. En los siguientes diez minutos del trayecto me contará sobre el sitio de taxis que intentó ser independiente y pronto fue obligado a pagar el derecho de piso; de la familia que tenía un negocio de comida y ya no pudo pagar la cuota que le exigía el crimen organizado, decidieron cerrar y huir de la ciudad; del moto-sicario que persiguió al taxi para encañonar a la pasajera y pedirle la bolsa. “La mochila, ¿dónde está?“La pasajera se resistió y yo le dije: désela señora. Pero ella no hizo caso y forcejearon”. Salvó la vida por una llamada al celular del motociclista. “Te equivocaste pendejo, es el taxi de adelante”. Se movió unos metros, disparó y se llevó la mochila.

Convivimos a diario con estas imágenes. En cartelera están dos películas que nos dicen que el sicario está en la sala, si no lo queremos ver estamos en nuestro derecho. Se puede vivir con los ojos cerrados, o como en Veracruz, sobrevivir. Las cintas “Cómprame un revólver”(Julio Hernández Cordón, 2019) y “Las tetas de mi madre”(Carlos Zapata, 2015) coinciden en que la batalla la han ganado ellos. El crimen organizado dicta nuestras vidas, respira sobre nosotros, es parte de nuestra vigilia y de nuestras pesadillas. Hasta el momento, pese a los intentos de que la narrativa no sea la de una guerra sin control, va ganando la partida, estamos en jaque, recorremos el tablero antes de reconocer que, hasta el momento, nos han vencido.

Languaricada

Mienten, mienten tus ojitos ¡Mira, mira tan bonitos!

 

Lenguaje y mundo, y necesariamente debe haber correspondencia. ‘Yo soy Laura’, ‘Laura soy yo’. (L = Y; Y= L; el orden de los factores no altera el producto, conmutatividad pitagórica o simetría peana.) ‘Laura’ me nombra y yo soy el referente. [Pero el significado de lo que soy no es ni mi nombre ni que yo sea o aún exista como entidad fenoménica en el mundo: ¿Qué soy yo? ¿Quién? Ni el nombre ni la referencia me contienen toda; démosme predicados:] ‘Yo miento’ y entonces o soy una particular mentirosa o pertenezco a la clase de los mentirosos (o las mentirosas; por si hay subclases de género allá en el mundo de los universales también) o soy una instancia de la mentireidad. [¿Y puedes creerme? Más allá de que si miento, entonces el valor de verdad de todo lo que he dicho es falso.] Porque entre lenguaje y mundo debe necesariamente haber correspondencia y mi mentira es verdad porque es verdad que yo digo mentira: ‘Laura dice yo miento’, es verdad. Pero además se acompaña del a-quién-miento: ‘Laura’ ‘Juan’ ‘mentir’, que si se concatenan pueden resultar o en que ya no mentí sino en que me mintieron o me mienten. [No basta una correspondiente referencia sino que la concatenación, el orden de los factores aquí sí altera el producto: ‘Laura miente a Juan’; ‘Juan miente a Laura’.] “Por eso la unidad mínima de significación es el enunciado”. Pero no cualquier enunciado y por lo tanto optaremos por ‘mienten’ porque con radical criterio empiricista-santotomasino no se puede hablar de lo que no es y no existe (i.e. el pasado), sino sólo y sólo de lo que mis sentidos constatan para hacerlo verificable. Y desde aquí, ¿cómo se puede verificar la mentira? Si ni siquiera, a pesar de todo lo que he dicho, sabes de cierto (certero, sin duda) si puedes creerme o no. Y aún más si te digo que como Humpty-Dumpty “When I choose a word it means what I choose it to mean.” ¿Y entonces que fue primero: mi renombrar las palabras (que para unos ya será mentira) o mi decirte mentira en mi verdad (o acaso verdad en mi mentira) o, simplemente, mi pre-intención de articular palabras para darme sentido y dejarte en el sinsentido? No lo sabremos y nuevamente miento.

Crónica de una muerte anunciada. La extinción del café mexicano

[vc_row][vc_column][vc_column_text]México tiene de los cafés más especiales del mundo, por sus características geográficas, cada uno sabe distinto, no es lo mismo probar un natural de Atoyac, Guerrero, o un café de fuerte sabor y delicado aroma de Pluma Hidalgo, Oaxaca o un achocolatado de Ixhuatlán del Café, [1]

[1] Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM,

. Esto es por nombrar solo algunos, ya que tenemos cafés de gran calidad en Nayarit, Puebla, Hidalgo, Chiapas, Estado de México, Jalisco, etc.

Aunque es motivo de orgullo sabernos partícipes de tan importante patrimonio agrícola, este ciclo se asoma una de las peores crisis del café mexicano por diversos problemas, especulación, sobre todo, que están extinguiendo en el siglo XXI a un México cafetalero que alguna vez fue ejemplo de producción y organización gremial en el mundo. En los últimos meses, hemos leído, escuchado y sido alertados de que el café se encuentra en una grave crisis de precios (otra vez) alrededor del mundo. El kilo de café cereza, se está pagando al mismo precio de 1983[1] pero con la inflación de 2019. Estos números tan impactantes, traen algunas cuestiones a la reflexión: Si les pagan tan poco a quién produce ¿Por qué nos cuesta una taza de café cada vez más?, ¿Quién puede vivir con tan pocos ingresos?  Si las crisis son tan recurrentes ¿Por qué los productores no cambian por un producto más rentable?, infinidad de preguntas, que trataremos de responder, reflexionando, ante todo, para convertirnos en consumidores que sean parte de la solución y no del problema.

Cada vez producimos menos café

Hace muchos años, en nuestro país el precio del café era regulado por el INMECAFE[2], un organismo gubernamental, que, con sus desventajas y aciertos, promovía un pago justo a los miles de cafeticultores en el país, la cafeticultura en los años 70`s, era parte fundamental de la vida económica, cultural y política del México del siglo XX, la población veía en su producción un aliado en el tan añorado Milagro Mexicano. Por múltiples razones, este crecimiento no fue fructífero y el Estado de Bienestar fue sustituido por el Estado Gendarme, donde cualquier rasgo paternalista fue desapareciendo y así el Instituto y toda su política pública aliada de la familia indígena y campesina, fue desapareciendo, para dejar a quien produce nuestro aromático, en manos de capital trasnacional. A partir de ese momento, vivimos quienes dependemos del café, diversas crisis económicas que trajeron como “cosecha” grandes olas migratorias a los Estados Unidos, abandonos de nuestros cafetales y un tejido social casi desecho.

Ante un panorama desalentador, donde además de un precio por debajo de su producción, crisis ambientales por el uso de agroquímicos letales para la Madre Naturaleza, trasnacionales voraces, plagas difíciles de erradicar, el Cambio Climático, “feminización” de campo, donde las mujeres que producen no son dueñas de la tierra que trabajan y donde el consumidor no quiere o no le interesa ver lo que está pasando atrás de su taza de café,  sería sencillo darle “vuelta a la hoja” y preocuparnos por problemas más urbanos,  pero una vez más, los hombres y mujeres que siembran esperanza, nos están poniendo el ejemplo de que otra cafeticultura es posible.

Sembradores de esperanza

Cuando el gobierno de la Cuarta Transformación y la Nestlé (diciembre de 2018) anunciaron la instalación de una planta más de la trasnacional en el estado de Veracruz, muchos de nosotros, veíamos esta traición como la muerte de una cafeticultura independiente y soberana, que sería complicado liberarse de un gobierno aliado a la trasnacional mas expoliadora del mundo cafetalero. Pero para sorpresa de mucho y alegría de otros tantos, de cada rincón del país donde se produce nuestro cafecito, de las fincas pequeñas y grandes, de los cafetales campesinos, indígenas y agroecológicos, han salido a protestar y exigir un alto total a la entrega de nuestra soberanía cafetalera al monopolio cafetalero más dañino del orbe.

Al reflexionar con las y los productores nos dicen: “de peores hemos salido, los precios bajos si nos afectan, pero si ustedes compran directo al productor o a las organizaciones campesinas, acabamos con los males, el precio bajo y la ganancia para unos cuantos”. ¿Cómo debemos apoyarlos para salir de la crisis?, un día le pregunté a don Ernesto, líder cafetalero de Ixhuatlán del Café en el estado de Veracruz, que me daba ánimos para seguir en la lucha.

Necesitamos consumidores que pregunten, que investiguen que se llevan a la boca, que, si compran a Starbucks y la Nestlé, sepan que benefician a personas que tal vez nunca han visto un cafetal, y que cuando nos compran directo a nosotros, salimos beneficiados todos. Nosotros producimos una café aliado a la Naturaleza, protegemos la biodiversidad, la salud de ustedes y nosotros, conservamos las cuencas de nacientes de agua y tenemos esperanza de crecer como país.

Lo más importante es promover y alentar la organización de las y los pequeños productores, y la unión de los que consumimos café, porque si seguimos esperando que alguien nos mande la solución en un bote de café soluble, o en una cafetería que ofrece confort en lugar de calidad o en una capsula de Nespresso, la crisis actual del café, es la crónica de una muerte anunciada.

[1] Para más información, consultar el movimiento de un pago justo a quien produce el café, https://www.facebook.com/CafeForChange/

[2] Instituto Mexicano del Café

 

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid grid_id=”vc_gid:1556231210441-e6748a8b-c962-2″ include=”63620,63621,63622″][/vc_column][/vc_row]

Te vas de la Prepa pero ella no de ti

Hoy es tu último día, abre los ojos, sabrás que de aquí en adelante las cosas no volverán a ser como las conocías hace tres años. Te vas de aquí, dices adiós, tienes que salir de este lugar tal vez con miedo, con emoción, con tristeza para encontrarte con el gran mundo que siempre te ha rodeado, hacer algo para él y madurar.

Sin embargo, no olvides todo lo que esta etapa te dio: amor, desilusión, recuerda aquellas noches llenas de estudio, las mañanas después de desvelarte, aquellas veces en las que la vida te dio una mala o buena jugada, las mañanas de bostezo azul renaciente donde al llegar a la Prepa veías la vegetación y escuchabas cantar a los pájaros. Esas tardes con tus amigos, las fiestas, las celebraciones, todo lo que viviste y te hizo ser tú.

Haz una pausa y recuerda con amor, con nostalgia, con cariño, con dolor, despierta y observa las cosas con pequeño detalle por última vez, porque jamás las volverás a ver de esta forma, cada pasillo, cada persona, cada situación.

Desde hoy las cosas no serán igual, te darás cuenta que lo vivido te dejó una gran huella y que no fue cualquier cosa: sentirte lleno, invencible, poderoso, único y amado, algo que nunca se volverá a repetir.

Hoy dices adiós para dar paso a una etapa más grande, tal vez tengas miedo, emoción y un cúmulo de cosas, pero hay que ver el lado bueno y bello, por fin harás aquello que tanto te apasiona y si te equivocas no temas,  ya encontrarás esa forma de solucionarlo. No te preocupes, así es este largo sendero lleno de sorpresas al que llamamos vida.

Te pido que no llores, que ames con todo tu ser lo que viene y le entregues algo maravilloso a la sociedad, porque hoy somos aquella flor violeta que cae de la jacaranda para convertirnos en algo nuevo.

Te vas de la Prepa pero ella no de ti completamente, porque ella definió muchas cosas de lo que hoy eres, en tu ser y esencia porque eso quedará por siempre, es lo que hoy te marca.

Mis deseos para ti es que seas feliz, te esfuerces y recibas cosas maravillosas.

¡México, Pumas, Universidad!

Texto original: https://www.facebook.com/groups/UNAM.Prepa.3/permalink/2360397670861671/

La pérdida de todo

Una mujer con cinco hijos ha quedado viuda. Los pequeños, de entre 6 y 14 años, se toman fuerte de las manos y siguen de cerca a su mamá. Caminan por el polvoso pueblo, arrastran ligeramente los pies, sienten el calor en la nuca, en los hombros, en las narices que perfilan el rostro infantil. No lloran porque apenas entienden. Pero saben que ha cambiado todo.

Me contaron esta historia hoy. Me dijeron también que la mujer sólo lloró enfrente de sus hijos el día en que le dieron la noticia de que el cuerpo de su esposo había sido encontrado sin vida. Abandonado en una carretera que ya no conectaba más que al olvido, en una ciudad del norte del país.

La policía tocó a su puerta y en cuanto ella los vio -adivino- sabía de memoria las palabras que se estrellarían contra su delgado cuerpo. “Necesitamos que nos acompañe a reconocer un cuerpo”. Sin más.

Un vistazo atrás y si rebobinamos la historia, debemos llegar al último instante en el que habló con él. Después de brincar, por semanas, de un lugar a otro tratando de evadir a los narcos que lo habían amenazado, él le dijo que iba camino a casa -¡por fin! La voz ha de haberse resbalado por el teléfono hasta quedar resguardada en el tibio cuello, como se quedan todas las despedidas.

Vio su cuerpo. Reconoció lo poco que quedaba de él. Capturó sus últimos instantes. Y en el acto brutal de la resignación no aprendida, del consuelo que se deletrea en el abismo, ella corrió en busca de sus cinco hijos para enfrentar juntos el resto de la vida.

Imagino que los kilómetros que la separaban de sus hijos sirvieron para numerar los pasos que debía dar. Ella no trabajaba (caray, cómo hacerlo si había estado dedicada a cuidar a su familia), pero debía empezar a hacerlo. Sacar a sus hijos del pueblo, ponerlos a salvo, nadar a la superficie. Respirar.

Debió contar una y otra vez los pasos para mantener la entereza, pero cuando vio a sus hijos arremolinados frente a ella, jalando un trozo de la falda, del suéter, de la blusa, lloró y no volvió a hacerlo frente a ellos nunca más. Sólo a veces en la madrugada, pegando el rostro a la almohada para que nadie se enterara, aunque dentro de la casa todos la escucharan con pudor.

Conforme los días pasaron y ella buscaba entre las piezas rotas de su vida un poco de cordura, sus hijos crecieron casi instantáneamente. Se hicieron hombres, estiraron las extremidades, guardaron en las maletas viejas su ropa de viaje y se alistaron para irse adonde sea que ella les dijera.

Su vida en Estados Unidos no fue sencilla.

Viajaron -tal vez mientras el sol se ocultaba- con la esperanza escondida entre los puños hasta una ciudad que después los envolvió. Se construyeron una vida completamente nueva, en otro idioma y sin subtítulos. Con la certeza de que no volverían, de que no querían volver.

En el camino perdieron todo: casa, familia, y amigos. Perdieron el sentido de pertenencia, el amor por el terruño. La tranquilidad de saberse a salvo, las noches de paz, la letanía que por las madrugadas susurra el viento. Perdieron tanto que se volvieron un recipiente vacío listo para llenarse de nuevo.

Germinaron y brotaron lejos de los recuerdos violentos. Me contaron esta historia hoy, cuando habían vuelto a florecer.

Venezuela sin luz

Una oscuridad sorpresiva, que no insólita, se sucede, y dentro de ella va contenida la inseguridad, el miedo, la aprensión, que suscita a la vez la rabia, el hartazgo y, por qué no, también el desaliento, la depresión, porque esta oscuridad es la de un largo túnel en cuyo final no hay luz, sólo una prolongación de problemas que alternan su variedad y su dimensión.

Lo más lamentable es que es apenas el comienzo de un nuevo ciclo de penalidades. A las ya existentes de carácter económico -con una hiperinflación, desabasto de productos, desempleo alarmante-, se suma la energética. La primera de ellas es la eléctrica, que presagia otras más.

Es como si Venezuela comenzara a vivir una película de época ambientada en el siglo XIX y filmada necesariamente en blanco y negro.

A las 4:50 horas del jueves 7 de marzo, en casi todos los estados del país, se interrumpe el servicio eléctrico. No es un apagón momentáneo. Las horas pasan y el suministro no se restablece. Pasan las horas, y luego los días. Se avizora el establecimiento de un récord. Nunca antes había sucedido un apagón tan prolongado. Para este lunes la interrupción del suministro eléctrico es ya el más duradero en la historia del país. Y desde entonces hay convulsión social. En los hospitales se detiene el instrumental médico eléctrico y mueren 17 personas. En la calle el transporte colectivo Metro está suspendido y la gente camina por las calles buscando en qué transportarse; en las casas la comida se echa a perder por falta de refrigeración; en los negocios los productos anticipan su caducidad. En las gasolineras quedan autos varados sin gasolina: las bombas no funcionan. Hay imposibilidad de comunicarse; las líneas telefónicas están fuera de servicio, al igual que el Internet. Hay cierre de escuelas; en las clínicas están restringidas las emergencias; los enfermos aguardan afuera de ellas. En las autoridades sólo hay respuestas vagas y truculentas. El presidente Maduro lo atribuye a una conspiración internacional, liderada por Estados Unidos, para sabotear el fluido eléctrico. Los opositores culpan al presidente de ineficacia. Las noticias dan cuenta de algo peor, porque está más cercano a la realidad: la infraestructura está casi paralizada por falta de inversión.

Es decir, la situación no mejorará y podrían sucederse otros apagones, cuando no prolongarse los actuales.

La crisis de su infraestructura despoja a los venezolanos de la esperanza de revertir esta situación actual y, por el contrario, les anticipa que aún no se toca fondo y que otras facetas de esta crisis energética se pueden suceder. La más inmediata, probablemente, puede ser una crisis de abasto de gasolina, cuyo 70 por ciento, pese a ser un país petrolero, se importa.

Desde el año pasado el gobierno ha incrementado su nivel de importación de gasolina, pero hay un peligroso déficit para satisfacer la demanda interna. ¿Qué pasaría si no hubiera gasolina para mover a la población? ¿Y si el bloqueo económico reduce la importación? ¿Y si una hipotética carencia de energía eléctrica se empareja con una de combustibles?

Pero no es la única amenaza en este periodo de convulsión. La fuga de cerebros, es decir, la migración de personal calificado, se ha incrementado desde 2015, y ahora se corre el riesgo de que no haya el material humano que repare y corrija lo que se deba corregir para que los servicios básicos no se interrumpan. Venezuela está en riesgo y al borde de entrar en un círculo vicioso que agudice su crisis.

 

Nosotras, sin ley

Turín, Italia, 8 de marzo de 2019. Esta semana el Congreso de Nuevo León[1] aprobó la penalización del aborto, la misma semana en la que conmemoramos el Día Internacional de la Mujer.

Cuando me enteré me sentí angustiada: 30 votos a favor de la penalización, 8 en contra y 4 abstenciones. Brutal.

Me acordé de Alba[2], la conocí virtualmente en agosto del año pasado, poco después de que el senado argentino rechazara el proyecto de ley para despenalizar el aborto.

En Argentina se ha intentado legalizarlo desde el 2007, ocho veces ha entrado como proyecto en espera de aprobación y nada. Como resultado, reportan tan sólo en ese país, medio millón de abortos clandestinos al año y desde el 2016, 43 mujeres muertas.

Durante ese frenesí de opiniones, información y desinformación, consulté páginas con argumentos a favor y en contra, algunos con principios científicos, legales, de derechos humanos, y otros con posturas religiosas y morales. Al final, el proyecto no fue aprobado y hubo una sensación de victoria por un lado y de profunda tristeza por el otro, al parecer “salvemos las dos vidas” había vencido, nada había cambiado, al menos no jurídicamente.

En ese momento yo me encontraba en un pueblito de Italia, país donde desde los setenta es legal abortar, sin embargo, el personal de salud puede decidir si quiere o no hacer la intervención. Es decir, aunque tengo legalmente el derecho de solicitar un aborto, puede no haber personal dispuesto a llevarlo a cabo, al menos no dentro del sector público, por lo que muchas acuden al privado.

La noche del 30 de agosto recibí un mensaje por la aplicación Messenger de Facebook de una chica que no conocía, en portugués. Entendí más o menos que necesitaba ayuda y nombró una página pro aborto que unos días antes yo había calificado positivamente.

Pensé que se trataba de la administradora que buscaba generadores de contenido, por lo que decidí ir a cenar y contestarle por la mañana, pero antes de dormir le eché una segunda ojeada.

Le escribí en inglés, confesando mi incapacidad para comunicarme en su idioma, pero buscando ayudar… me dijo que era de Brasil, estaba tratando de abortar y que no tenía nadie que la ayudara, había visto mi reseña y pensaba que podía ayudarla sin juzgarla. Nos separaba el Mar Atlántico, la lengua y el horario.

Sentí frío en las piernas, empecé a sudar, está chica estaba sola en su casa usando el traductor de Google para pedirme ayuda y yo no sabía qué hacer. A pesar de que mujeres cercanas a mí se han realizado abortos, no he estado presente en uno y nada me había preparado para una emergencia del tipo. Conozco el nombre del medicamento y cómo se utiliza, pero nunca lo he tenido en mis manos.

Me sentí incapaz de brindar ayuda eficaz en la emergencia. Comencé a googlear en búsqueda de asociaciones cercanas a ella, amigas en Latinoamérica y fundaciones que pudieran darnos información correcta. Era el segundo intento de Alba y estaba desesperada, me preocupaba que tomara algo que pudiera poner su vida en riesgo.

Encontré fichas de información del ILE en la Ciudad de México, donde el aborto es legal desde hace poco más de diez años, pero en portugués, no encontré nada… al cabo de unos minutos varias chicas me ofrecieron ayuda, las redes sociales me llevaron a la persona indicada.

Sin conocerme, Itzel de la Facultad de Ciencias Políticas, se puso en contacto conmigo desde México, ella sabía cómo era el proceso y qué debía hacerse, incluso empezó a escribirle a Alba en portugués ayudándose de las herramientas de internet, algo que yo no había pensado hasta el momento.

Alba nos confesó que había adquirido las pastillas de misoprostol con un hombre muy grosero y que no confiaba en él; era alguien que no le había dado instrucciones claras sobre cómo usarlo y que probablemente le había faltado al respeto. No quise indagar más en ese asunto.

Después de un par de horas y cuando Alba estaba más tranquila, nos fuimos a descansar, preguntamos varias veces las dosis que había tomado, su estado general, si algo le dolía… hicimos lo que pudimos estando en países diferentes.

En Brasil, como en casi todos los países de Latinoamérica, el aborto es legal sólo bajo ciertas circunstancias, como violaciones o en caso de que la vida de la madre esté en peligro.

En México, la Comisión Estatal de Derechos Humanos advirtió que lo que se ha hecho en Nuevo León representa una contradicción a la Carta Magna y a diversos tratados internacionales: limita el principio de autonomía, vulnera los derechos sexuales y reproductivos de la mujer y la coloca como medio y no como fin. Este último punto se refiere a la dignidad humana, por lo que una mujer no debe renunciar a su voluntad a favor de convertirse en un medio de procreación:

 

“La persona es un fin que ella misma decide sometiéndose a la regla, que no tiene precio y que no puede ser utilizada como medio, por todas las posibilidades que encierra su condición que suponen esa idea de dignidad humana en el punto de partida.”[3]

 

A meses de lo ocurrido, me pregunto cuántas mujeres estaban en la posición de Alba cuando me contactó, cuántas encontraron ayuda y cuántas encontraron la muerte. A estas alturas de la historia humana, ¿podemos considerar normal escondernos para poder gestionar nuestro cuerpo libremente?

Ayudé a una desconocida a realizar un acto ilegal desde el otro lado del mundo, eso aparecería en un papel. En la realidad, una chica sola y desesperada, sin herramientas legales, ni apoyo de su círculo social, me había contactado en uno de los momentos más difíciles de su vida.

¿Por qué tenemos que vivir un aborto escondidas? Ojalá Alba hubiera podido hablar abiertamente con sus seres queridos sobre la crisis que estaba pasando, ojalá no viviera en un país que la criminaliza por decidir qué hacer con su cuerpo.

Después de unos días, Itzel y yo nos pusimos de acuerdo para contactar a Alba, al parecer el aborto se había logrado y estaba en revisiones por una anemia. Se sentía aliviada, nos confesó que ella no estaba a favor del aborto, pero que no tenía sentido para ella ser madre sin desearlo.

No sé si cambió de idea después de este episodio, es duro cambiar de opinión si has sido educado de cierta forma, muchos cambian porque aprenden a ver las distintas realidades que los rodean, otras veces cambian porque la vida es más compleja de lo que parece.

Dejé que Alba decidiera si quería mantener el contacto, supuse que, debido a la naturaleza del evento, querría dejarlo en el pasado. Semanas después, nos agradeció la ayuda, por fin podía percibir la alegría y confianza de una persona plena.

 

 

Fuentes:

Aborto en Argentina: 4 claves que explican por qué ganó el rechazo a la nueva ley (y qué tendrán que hacer sus promotores para volverlo a plantear) Daniel Pardo

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45124523

Congreso de Nuevo León aprueba penalización del aborto, Erick Muñiz

https://www.jornada.com.mx/ultimas/2019/03/06/mujeres-que-aborten-iran-a-la-carcel-en-nuevo-leon-6386.html

México ocupa el primer lugar en embarazo adolescente a nivel mundial, Michel Olguín Lacunza/Diana Rojas García http://132.247.70.191/wordpress/?p=41566

México, primer lugar en abuso sexual infantil, según la OCDE, Sanjuana Martínez https://www.jornada.com.mx/2019/01/06/politica/008n1pol

Nuevo León prohíbe el aborto con derecho a la vida desde la concepción  

https://www.forbes.com.mx/nuevo-leon-prohibe-el-aborto-con-derecho-a-la-vida-desde-la-concepcion/

 

*Estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

[1] Congreso de Nuevo León aprueba penalización del aborto.

 

[2] Cambié el nombre para respetar su identidad

[3]El concepto de dignidad humana, la política y el derecho. Gregorio Peces-Barba Martínez, Catedrático de Filosofía del Derecho. Consulta 07/03/2019

https://libros-revistas-derecho.vlex.es/vid/concepto-dignidad-humana-politica-derecho-201354

 

El rechazo a combatir la pederastia

Desalentadoras, por decir lo menos, son las conclusiones que arrojó La Cumbre de El Vaticano contra la Pederastia, porque estuvieron orientadas a invitar a cambiar la mentalidad de los sacerdotes y no a castigar a los que han cometido o siguen cometiendo este delito.

Algunas conclusiones incluso resultan contradictorias, como la de efectuar para los candidatos al sacerdocio “una evaluación psicológica por parte de expertos calificados y acreditados”; irónicas, como las de acompañar, proteger y cuidar de las víctimas, ofreciéndoles todo para el apoyo necesario en una completa curación, o vagas y sin relación alguna como la de “elevar la edad mínima para el matrimonio hasta los 16 años”.

En suma, el Papa Francisco pidió hacer lo que no se ha hecho, pero no esbozó siquiera una mínima pretensión de llevar a la justicia religiosa, ya no digamos laica, a los sacerdotes delincuentes que aún están impunes.

Los escándalos más recientes en Estados Unidos, Irlanda y Chile, y las investigaciones en Alemania y España, han obligado, y sólo obligado, a la iglesia católica a realizar esta Cumbre para abordar un problema que no es nuevo y tampoco superficial, y que requiere cambios, pero no en la mentalidad de los seminaristas, sino en los fundamentos de la  iglesia. Porque la proclividad a la comisión de este delito no está en evaluar psicológicamente a los candidatos a sacerdotes, sino en su ejercicio del poder en las comunidades, y en el poder de todo el aparato eclesial para reprimir a los denunciantes o encubrir a sus miembros que han delinquido.

La iglesia católica vive una crisis de autoridad moral, y el Papa Francisco evadió abordar el factor nodal que subyace a este problema: el incumplimiento del voto del celibato. Los casos denunciados de pederastia en todo el mundo, pero también de violaciones a monjas y de miles de sacerdotes amancebados es sólo la punta del iceberg que desvela que el celibato es más una promesa y un deseo que un ejercicio de sacrificio y amor.

La iglesia católica se resquebraja por ese flanco. Su descrédito crece y se expresa por una pérdida, mínima pero constante, de feligresía. Su doctrina no está ya respaldada por los hechos y, en un mundo en que debiera ser un consuelo ante la inseguridad y delincuencia que viven los países, su proceder es parte de ésta.

Por ello urge la reconversión profunda de la iglesia católica, y para empezar el Papa debiera validar y normalizar lo ya existente. El sacerdote debe convertirse en un líder moral en su comunidad y para ello debe ser parte de ella para conocerla y que la misma comunidad lo conozca a él desde una relación de igualdad, y no de intermediario entre Dios y los creyentes, porque eso lo sitúa en una relación de poder. ¿Con qué autoridad moral un sacerdote puede escuchar pecados de pareja si él no forma –aparentemente- una? ¿Cómo podría comprender las tribulaciones de los hijos si no tiene los propios? ¿Cómo aconsejar a esposos si no es uno de ellos en su comunidad? Se requiere de una nueva concepción del sacerdocio, más mundana, pero también más realista.

Como es una transformación profunda que requiere análisis y muchos concilios, la iglesia católica podría empezar por cancelar la movilidad de los sacerdotes, que sólo ha servido para evitar la persecución de las víctimas y comunidades ofendidas, y poner a disposición de la justicia a todos sus miembros acusados. Sería el gesto indispensable para mostrar que está con su feligresía y que no sólo se sirve de ella.

La iglesia católica debe impulsar desde su jerarquía los cambios necesarios para mantener la fe en sus creencias en un ámbito sin riesgos, antes que los cambios los realice la feligresía, incluida la de iglesia.

 

“Roma” y “El Halconazo”

Sin duda, Roma de Alfonso Cuarón es la película mexicana más polémica de los últimos tiempos. Las opiniones en torno a ella van del amor hasta el odio y casi nadie se queda al margen. Lo que es normal si tenemos en cuenta que la apreciación del arte es cuestión subjetiva.

Es verdad también que la polémica destapó la cloaca de los peores prejuicios que la sociedad mexicana sigue llevando a cuestas: racismo, clasismo y esa insana compulsión por demeritar el trabajo de los compatriotas exitosos.

Sin embargo, pese a que a algunos les pareció una trama aburrida o superficial, lo que no se puede negar es que se trata de un excelente trabajo cinematográfico que, entre muchas otras virtudes, está contextualizado históricamente de una manera magistral. El ambiente clasemediero de los 70 está claramente retratado, así como la falaz moral cristiana que permeaba en las familias de aquella década, e incluso, algún episodio histórico.

Hay una secuencia en particular que es quizá la más dramática de toda la película: la abuela lleva a Cleo a comprar una cuna para su bebé. En la calle se lleva a cabo una manifestación estudiantil que es repentinamente reprimida por un grupo de jóvenes vestidos de civil, pero claramente enviados por el gobierno. La persecución de un par de jóvenes termina en la tienda en la que Cleo se encuentra, y resulta que uno de los violentos represores es nada menos que el padre del bebé que  lleva en su vientre. Por un instante, le apunta con un arma de fuego y eso causa que se le rompa la fuente. Además de ello, se retrata la golpiza a estudiantes, reporteros y transeúntes en general.

Resulta pues, que el hecho ahí retratado ocurrió realmente. Se trata del famoso Halconazo. Para 1971, pese a que el presidente Echeverría enarbolaba un discurso de cambio, apertura democrática y reconciliación con los estudiantes, la memoria del trágico 2 de octubre del 68 seguía latente. En ese contexto, el gobernador de Monterrey le impuso una nueva Ley Orgánica a la Universidad Autónoma de Nuevo León en la que los estudiantes y maestros tenían escasa representatividad, lo que desencadenó una oleada de protestas y movilizaciones que poco a poco se extendieron a otros rincones del país. En la Ciudad de México los estudiantes normalistas anunciaron una manifestación en apoyo a los universitarios de Monterrey para el 10 de junio.

Pese a que la manifestación no fue autorizada por las autoridades, se sumaron a la convocatoria alumnos de la UNAM, del IPN y de distintas escuelas de la ciudad, saliendo a las cinco de la tarde del Casco de Santo Tomas con dirección a la Escuela Nacional de Maestros. Entre sus demandas estaba la derogación de la nueva Ley Orgánica de la Universidad de Nuevo León, la democratización de la enseñanza pública y libertad para los presos políticos del 68.

La policía trató de contener la manifestación en varias ocasiones con el argumento de que no estaba autorizada, pero los estudiantes continuaron con su marcha. Sin embargo, al llegar a la avenida México-Tacuba, surgieron de autobuses alrededor de mil jóvenes que nada tenían que ver con el movimiento y que, armados con varas de bambú, macanas y armas de fuego, arremetieron contra los manifestantes. Aunque no existe una cifra oficial exacta, diversas fuentes señalan que el saldo de la masacre fue de alrededor de 120 muertos.

En lo que sí coinciden la mayoría de las crónicas es en que ni la policía ni los granaderos intervinieron para evitar la golpiza, y en que los responsables pertenecían a un grupo paramilitar creado por el gobierno conocido como Los Halcones.

Si bien este hecho terminó de fulminar lo poco que quedaba del movimiento estudiantil, dejó también en claro que la protesta pacífica no sería permitida. Por lo que se inauguraría en México la época de las guerrillas urbanas y la guerra sucia.

Así pues, Alfonso Cuarón nos demuestra con Roma la utilidad del cine como medio de denuncia, como catalizador de la memoria colectiva y como medio de difusión de la historia.

Se agudiza la tensión en Venezuela

Los días álgidos en la escalada de tensión por el conflicto de poderes que vive Venezuela tienen ya una fecha próxima: viernes 22 y sábado 23 de febrero.

El viernes, en el Puente Internacional Las Tienditas -que conecta a Táchira, Venezuela, con Norte de Santander, Colombia, y que se ha convertido en el símbolo del bloqueo fronterizo impuesto por Nicolás Maduro para impedir el ingreso de la ayuda humanitaria, proveniente principalmente de Estados Unidos- será el  escenario de un megaconcierto musical en el que participarán Juanes, Carlos Vives, Ricardo Montaner, Luis Fonsi, Fonseca, Miguel Bosé y Peter Gabriel, entre otros solistas, y al que se prevé que tenga una afluencia de 300 mil personas, una cifra verdaderamente exagerada, pero congruente con la imagen de apoyo masivo que se quiere atribuir al autoproclamado presidente interino Juan Guaidó. Al siguiente día, y este puede ser el día de más tensión, la oposición venezolana tiene previsto el ingreso, a través de los pasos binacionales, de más de 60 toneladas de contribuciones aportadas por países extranjeros.

A casi un mes de cumplirse la autoproclamación de Juan Guaidó, la tensión había escalado con el reconocimiento inmediato que le dio el gobierno estadunidense, y el posterior de algunos países de Europa y de América Latina. En consecuencia, países agrupados en organismos internacionales, como el Grupo de Lima y el Grupo Internacional de Contacto por Venezuela se reunieron para buscar una alternativa de solución que no derive en la intervención militar estadunidense, que a decir de John Bolton, asesor de Seguridad Nacional, de la Casa Blanca, está contemplada como una posibilidad para supuestamente devolver la democracia a Venezuela. En el interior del país sólo se realizó una marcha masiva de opositores y, desde entonces, se había entrado en un impasse, que se romperá este fin de semana con el concierto musical y con la pretensión de ingresar la ayuda humanitaria al territorio venezolano.

Pero, una vez que los opositores definieron su estrategia a seguir, Nicolás Maduro busca contrarrestar este festival musical, con otro festival de la misma índole, éste con músicos locales, y si el de los opositores se realizará en la frontera del lado colombiano, el del gobierno en funciones lo hará del lado venezolano, en el Puente Internacional Simón Bolívar, por el que pasa el 80 por ciento del flujo comercial entre este país y su vecino Colombia.

Para tensar más el ambiente, el presidente Donald Trump advirtió a los militares venezolanos, que por ahora apoyan a Nicolás Maduro, que “tienen una opción clara: trabajar hacia la democracia para su futuro y el futuro de sus familias, o perder todo lo que tienen”. El mandatario aseguró que Estados Unidos “sabe dónde tienen escondido el dinero en todo el mundo; los militares (venezolanos) y sus familias”, por lo que éstos “deberían escuchar al presidente (Juan) Guaidó y permitir que entre la ayuda humanitaria en Venezuela“.

Así pues, están dadas las condiciones para que este fin de semana pase algo grave en Venezuela, o bien, pudiera ser que quepa la cordura en Maduro y Guaidó, y las fuerzas que los respaldan, para crear las condiciones mínimas para un diálogo constructivo que dístienda la situación.

Cabría también esperar una actitud sensata de parte de quienes pretenden participar en los conciertos musicales para que puedan distinguir entre servir de portavoces de la inconformidad social venezolana o prestarse a intereses ajenos a los que no les importa el bienestar de los venezolanos sino recuperar un área económica estratégica que desde hace dos décadas habían ido perdiendo, o a los que quieren mantenerse en el poder, a costa de lo que sea.

 

El muro

Más allá de sus desplantes misóginos, de sus intentos por criminalizar el islam, incluso por encima de su mal disimulado racismo, el presidente de Estados Unidos tiene en la construcción de un muro a todo lo largo de la frontera con México su mayor y, quizás, más peligrosa obsesión.

El muro de Trump se ha convertido en la bandera favorita de un populismo nacionalista fundamentado en un agresivo proteccionismo económico y una clara posición aislacionista del país, que por más de un siglo encabezó la expansión del liberalismo democrático y los negocios a escala global. Lo peor de todo es que dicha bandera parece responder a la perfección a esa gigantesca ola de descontento social que ha llevado al poder a políticos de extrema derecha en buena parte del planeta.

Como el de Berlín, el muro de Trump es, sobre todo, un símbolo. Es una manera efectiva de incitar el odio hacia las minorías. Así nació, como la imagen más clara de una retórica, según la cual, uno de los segmentos más explotados y vulnerables de la sociedad estadunidense, los inmigrantes mexicanos indocumentados fueron presentados como criminales y violadores. La promesa de un “gran y hermoso muro” está en perfecta sintonía con alguno de los impulsos más primitivos de nuestra especie, el tribalismo: la tendencia cuasi biológica a definir el universo en términos de “nosotros” contra “ellos”.

Como las vallas con alambre de púas que han acompañado a algunas de las peores expresiones en la historia de la humanidad –como la “limpieza étnica-, el muro de Trump forma parte de una especie de veneno ideológico. Desde el púlpito digital de la Casa Blanca apela todo el tiempo a otro de los más poderosos sentimientos: el miedo, lo cual le permite ir mucho más allá del discurso político tradicional.

En términos reales es un pequeño gasto –140 veces menor al gasto militar anual-, un recurso de mínima utilidad para detener al de por sí históricamente bajo cruce de indocumentados a través de la desértica franja fronteriza. Después de la renegociación comercial que básicamente se limitó a cambiarle el nombre al viejo Nafta, es claro que el muro es una bandera electoral, la misma que lo llevó a ganar las elecciones de 2016 alimentando el miedo de una inminente invasión de gente pobre y morena que entrarían por El Paso, Texas, a arrebatarle su preciada libertad, sus bienes y hasta a sus hijas.

Después de medio siglo en que la globalización económica parecía tan natural como el paso del verano al otoño (Tony Blair, 1992), el nacionalismo populista gobierna en Estados Unidos, Inglaterra, Brasil, Hungría, Polonia, India, Filipinas, Rusia y, claro, México.

Por supuesto que el nacionalismo nunca se fue. Después de todo, en los últimos dos siglos ha sido el principal motor de las guerras. El sentido de identidad y coalición de intereses que en su nombre sustenta gobiernos e instituciones va mucho más allá que el de un medallero olímpico y una Copa Mundial de futbol.  Como las dos caras de la luna, hay también un nacionalismo bueno que se sustenta en la cultura, sentido de comunidad e incluso valores universales. Por supuesto ese no es el nacionalismo que el muro de Trump representa.

La defensa del Chapo

Es muy probable que el señor Joaquín Guzmán Loera pase los próximos años de su vida dentro de un penal de máxima seguridad en territorio estadounidense. Lo que parece imposible es que el mito de su personaje, El Chapo Guzmán, haya llegado a su fin dentro de una corte de Brooklyn, NY; al contrario: a partir de este momento la leyenda crecerá aún más. Sin negar su evidente historia criminal, el celebre narcotraficante podrá convertirse en símbolo del fracaso de la guerra contra las drogas.

El Chapo como víctima. Es un hecho público y documentado que el nacimiento de Guzmán Loera como figura pública ocurrió el 24 de mayo de 1993 cuando iban a matarlo en el aeropuerto de Guadalajara y en su lugar murió un cardenal. Quienes intentaron asesinarlo subieron tranquilamente a un avión rumbo a Tijuana, donde aterrizaron sin ningún problema y poco después se reunieron con el nuncio apostólico en la Ciudad de México, con anuencia, o al menos conocimiento del presidente de la República. El Chapo fue objeto de una intensa cacería de todos los aparatos policiacos del Estado mexicano que llevó a su arresto 16 días después en territorio guatemalteco.

El Chapo como síntoma.  Capaz de aprovechar la podredumbre del sistema carcelario y torpeza del nuevo gobierno, protagonizó, en enero de 2001, su primera fuga de película de un supuesto penal de alta seguridad. De las responsabilidades y complicidades que le abrieron las puertas de la cárcel queda una pastosa trama en que la corrupción de ninguna manera fue una casualidad. No en balde volvió a fugarse en julio de 2015.

Fue entonces cuando se convirtió en una especie de héroe popular, un role model para miles de muchachos atraídos por las extravagantes ganancias y todos los excesos asociados con la vida criminal.  Incluso más que la pobreza y falta de oportunidades –que él mismo vivió en carne propia. Sobre todo, después del desplazamiento de Medellín y Cali hacia Culiacán y Guadalajara como plazas centrales de esta industria, se proyectó como una versión real de Tony Montana; una especie de antihéroe capaz de desafiar el mito principal contra las actividades ilícitas, eso de que “el crimen no paga”.

El Chapo como socio. Demostrada ha quedado también la porosidad en la relación de los carteles de la droga con policías, militares, políticos, agendes de la DEA e incluso de la CIA. El propio juicio de Brooklyn dejó ver algo del sistema de complicidad detrás del continuo abasto de sustancias ilegales hacia los mercados consumidores. Luego de casi medio siglo de guerra contra las drogas resulta claro el juego de intereses, incluso ideológicos y propagandísticos, detrás de la misma. Mientras que él perderá su libertad, otros se mantendrán en las sombras o recibirán las medallas.

El Chapo superstar.  Protagonista de un reality show a la altura de lo mejor de Hollywood. Enamorado de la actriz de moda, con aventuras dignas del Conde de Montecristo, aún tras las rejas cuenta con otros dos recursos que pueden acrecentar su leyenda: primero su condición de padre de dos pequeñas gemelitas. Y, sobre todo, la empatía nacionalista.  Juzgado y condenado por un gobierno extranjero, el Chapo seguramente será parte de la propaganda antimexicana del presidente Donald Trump. Lo cual, para muchos, aumentará su atractivo.

Nota: Las opiniones expresadas son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen  de manera alguna la posición de UNAM Global

Un mundo mejor

Es muy común escuchar en la calle, en tertulias o ver videos en YouTube donde se asegura que el ser humano utiliza menos del cien por ciento del cerebro. Películas recientes como “Sin límites” o “Lucy” refuerzan esta idea. Sin embargo, está comprobado que sí utilizamos toda su capacidad.

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Lo que no es un mito es que la humanidad utiliza menos del cien por ciento de su capacidad creativa.

De acuerdo con Alejandro Frank, coordinador del Centro de Ciencias de la Complejidad, de la UNAM, sólo el 28 por ciento de investigadores en el mundo son mujeres. Esto quiere decir que las sociedades no han sabido crear las condiciones necesarias para extraer ese otro 72 por ciento del aporte femenino a la ciencia. Y esto significa que el mundo podría estar no sólo más desarrollado que ahora, sino que ese desarrollo podría tener otras características.

¿Cómo sería la tecnología actual si en ella hubieran participado en una proporción equitativa la mujer? Por ejemplo, ¿cómo serían las redes sociales si las hubieran desarrollado las mujeres? ¿Tendría las mismas funciones, características y propósitos? ¿Qué contenidos tendrían las plataformas en streaming si los definieran ellas? ¿A qué campos estaría orientada la robótica si mayoritariamente participaran en ellas nuestras madres, hermanas, esposas o hijas? Si tanto hombres como mujeres crearan hardware y software, ¿que los harían distintivos? ¿Hacia qué rubros se orientaría la inteligencia artificial si su potencialización estuviera a cargo de científicas? Si tuvieran la facultad de destinar los recursos económicos que ahora se manejan para investigación, ¿elegirían invertir en mejorar el mundo combatiendo el cambio climático antes que en la conquista de la luna y/o en la exploración de Marte? ¿Elegirían concretar el auto volador o masificar el uso de energías renovables? ¿Promoverían la evolución de fármacos a partir de criterios comerciales o diversificarían su conocimiento para el desarollo de medicamentos que combatieran todas las enfermedades?

Pero, ¿cómo queremos contar con ese 72 por ciento del aporte científico de las mujeres que falta si las convenciones sociales limitan, reprimen, inhiben o impiden su incorporación a la ciencia?

Para conseguirlo las sociedades deben erradicar los ambientes hostiles para que no sufran acoso sexual, que no se les cosifique, que se les brinde seguridad pública para que se desenvuelvan en todos los lugares sin restricción de horario; que se garantice su acceso a una educación igualitaria desde edades tempranas sin estereotipos sexistas, y a programas de inserción en áreas científicas o técnicas; que se erradique el machismo, y con ello la concepción de que la responsabilidad de cuidar a los hijos sea una tarea exclusiva o mayoritaria de la mujer; que los hombres nos incorporemos igualitariamente en el cuidado de los hijos para que la maternidad no signifique un freno para el desarrollo académico y de vida de las mujeres.

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Pero, cómo queremos que esto se dé si, por ejemplo, para citar el caso de México, seis de cada 10 mujeres ha sufrido un incidente de violencia, y nueve mujeres son asesinadas al día, según estadísticas de distintos organismos. Y qué decir que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de los Hogares, que el INEGI aplicó en 2017, la mujer es jefa de familia en el 28.5 por ciento de los hogares, con una tendencia creciente porque en 2014 el porcentaje era de 27.2, lo que se traduce también como que la irresponsabilidad del mexicano es de un vergonzoso 71.5 por ciento, por sólo mencionar algunos lamentables casos.

Así como los que creen que no usamos la totalidad del cerebro se preguntan hasta qué nivel podría alcanzar nuestro desarrollo si la usáramos, una inquietud similar es pensar cómo sería nuestro mundo si contáramos con ese 72 por ciento del aporte femenino restante, que seguramente contendría liderazgos solidarios, participativos, flexibles, cooperativos y sensibles.

Al menos yo, estoy convencido que tendríamos un mundo mejor.