La evolución no sigue una línea recta como la suelen representar

Seguro que todos han oído hablar de la evolución. Y seguro que cuando escuchas la palabra ‘evolución’, se vienen a la cabeza cosas como ‘monos’, ‘fósiles’, ‘Darwin’, o incluso ‘pulgar oponible’. Pero, ¿sabemos qué es exactamente la evolución?

Ciertamente has visto las imágenes de un chimpancé que se endereza gradualmente y progresa a través de varios homínidos hasta llegar a ser un ser humano moderno. Sí, pueden ser chistosos. Pero este tipo de representaciones populares sobre la evolución se equivocan.

El camino hacia la perfección

Estas imágenes nos molestan porque tergiversan cómo funciona realmente el proceso de evolución y corren el riesgo de reforzar los conceptos erróneos del público. Y este malentendido es un remanente anterior a 1859, año en que Charles Darwin publicó por primera vez su teoría científica de la evolución a través de la selección natural.

Hasta entonces, la visión tradicional de cómo estaba organizado el mundo era a través de una “progresión hacia la perfección“. Este concepto es explícito en la idea de la ‘escala de la naturaleza’ (scala naturae en latín) todos los seres en la tierra, animados e inanimados, podrían organizarse de acuerdo con una escala creciente de perfección de, digamos, hongos en el de abajo hacia arriba a través de langostas y conejos, hasta los seres humanos en la cima.

En el siglo IV a. C. Aristóteles (384-322 a. C.) creía que todos los seres vivos podían ser ordenados en una jerarquía que se conoció como la Scala Naturae, o Escala de la Naturaleza. Imagen: The Conversation

Originado con Platón y Aristóteles, esta vista se equivoca tres cosas principales:

  • Sostiene que la naturaleza está organizada jerárquicamente. No es una variedad aleatoria de seres.
  • Contempla dos criterios de organización: las cosas progresan de lo simple a lo perfecto y de lo primitivo a lo moderno.
  • Supone que no hay etapas intermedias entre niveles en esta jerarquía. Cada nivel es un compartimento hermético de complejidad similar: una lapa y un arrecife de coral en el mismo peldaño son igualmente complejos. Nadie está a medio camino entre dos pasos.

En la década de 1960, se hizo popular una variación de la escala natural concebida por el filósofo jesuita Pierre Teilhard de Chardin. Su idea era que, aunque la vida es algo ramificada, hay una dirección en la evolución, una progresión hacia una mayor complejidad cognitiva y, en última instancia, hacia la identificación con lo divino, es decir, Dios.

Cambios graduales en todas direcciones

Sin embargo, al menos desde Darwin, la idea del mundo de los científicos se organiza a través de transiciones: de moléculas inanimadas a la vida, de organismos anteriores a diferentes tipos de plantas y animales, y así sucesivamente. Toda la vida en la Tierra es producto de transformaciones graduales, que se diversificaron y dieron lugar a la gran abundancia de organismos que hoy conocemos.

Dos transiciones son de particular interés para los biólogos evolutivos. Existe el salto de lo inanimado a lo animado: el origen de la vida. Y está la aparición de la especie humana de un ancestro mono.

Sin embargo, la forma más popular de representar el surgimiento de los seres humanos es tan lineal y ninguna de estas representaciones captura la dinámica de la teoría de Darwin.

La única imagen que incluyó en su libro El origen de las especies es un diagrama de árbol, cuya ramificación es una metáfora de la forma en que se originan las especies, al dividirse. La ausencia de una escala de tiempo absoluta en la imagen es un reconocimiento de que el cambio gradual ocurre en escalas de tiempo que varían de un organismo a otro en función de la duración de una generación.

El árbol de la vida. Representación de la evolución de las especies. Imagen: tataranietos.com

Según Darwin, todos los organismos actuales están igualmente evolucionados y aún los afecta la selección natural. Entonces, una mosca de la fruta y una persona, por ejemplo, están a la vanguardia de la evolución de sus planes particulares de construcción. Y es que, la mosca de la fruta y el ser humano comparten más del 60% de los genes, lo que ha vuelto a este organismo perfecto para la investigación biomédica.

La teoría de Darwin no presupone ninguna dirección especial en la evolución. Asume cambio gradual y diversificación. Y, dado que la evolución sigue funcionando hoy, todos los organismos actuales son los más evolucionados de su clase.

Después de casi 2.000 años, la idea de la scala naturae no desapareció durante el tiempo de Darwin. En realidad, podría haber sido reforzado por algo tan inesperado como una caricatura.

La caricatura inmensamente popular de la evolución del ilustrador Edward Linley Sambourne “El hombre es un gusano”, publicada en Almanaque de Punch en 1882, combinó dos conceptos que nunca estuvieron vinculados en la mente de Darwin: el gradualismo y la linealidad.

Dados siglos de creencia religiosa en una escala natural, la idea de linealidad era fácil de vender.

Una representación lineal de la evolución puede, conscientemente o no, confirmar falsas ideas preconcebidas sobre la evolución, como el diseño inteligente: la idea de que la vida tiene un creador inteligente detrás de ella.

Los historiadores pueden trabajar para desentrañar cómo una caricatura tan simple podría haber ayudado a distorsionar la teoría de Darwin. Mientras tanto, los escritores y educadores científicos se enfrentan al desafío de explicar los procesos de ramificación gradual que explican la diversidad de la vida.

Contrariamente a la imagen de Sambourne, la evolución está mejor representada como un proceso que produce ramificaciones y divergencias continuas de poblaciones de organismos.

Entonces, la idea de un organismo que no requiere oxígeno para vivir, quizá no esté refutando la teoría de la evolución, por el contrario, estaría resaltando la idea de que cada organismo evolucionó de acuerdo a las características necesarias para sobrevivir y de acuerdo al ambiente en el que habita.

Fuente: The Conversation

Muestran el ejemplo más antiguo conocido de geometría aplicada

Un matemático australiano ha descubierto lo que puede ser el ejemplo más antiguo conocido de geometría aplicada, en una tablilla de arcilla babilónica de 3,700 años de antigüedad, data del período babilónico antiguo entre 1900 y 1600 a. C. y fue descubierta a fines del siglo XIX en lo que hoy es Irak. Se había alojado en el Museo Arqueológico de Estambul antes de que el Dr. Daniel Mansfield de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) lo rastreara.

Conocida como Si.427, la tableta tiene un plano de campo que mide los límites de algunas tierras.

Mansfield y Norman Wildberger, profesor asociado de la UNSW, habían identificado previamente otra tableta babilónica que contenía la tabla trigonométrica más antigua y precisa del mundo. En ese momento, especularon que era probable que la tableta hubiera tenido algún uso práctico, posiblemente en topografía o construcción.

Esa tableta, Plimpton 322, describía triángulos en ángulo recto usando triples pitagóricos: Un triple pitagórico se ajusta a la ecuación a2+b2=c2, donde los lados que definen un triángulo que son adyacentes al ángulo recto son ayb, y la hipotenusa (el lado más largo) es c. El ejemplo más simple sería 32+ 42= 52.

Animación que muestra el ejemplo más simple de triples pitagóricos. Imagen: Wikimedia

“No se te ocurre la trigonometría por accidente, por lo general estás haciendo algo práctico”, dijo Mansfield. Plimpton 322 lo puso en una búsqueda para encontrar otras tabletas del mismo período que contenían triples pitagóricos, lo que finalmente lo llevó a Si.427.

“Si.427 se trata de un terreno que se está vendiendo”, dijo Mansfield. En escritura cuneiforme, con sus características hendiduras en forma de cuña, la tablilla describe un campo que contiene áreas pantanosas, así como una torre cercana.

Los rectángulos que representan el campo tienen lados opuestos de igual longitud, lo que sugiere que los topógrafos de ese período de tiempo habían ideado una forma de crear líneas perpendiculares con mayor precisión que antes, según Mansfield.

“Al igual que lo haríamos hoy, hay individuos privados que intentan averiguar dónde están sus límites terrestres, y el topógrafo sale, pero en lugar de usar un equipo de GPS, usan triples pitagóricos”.

Aunque Plimpton 322 y Si.427 ambos usan triples pitagóricos, son anteriores al matemático griego Pitágoras en más de 1,000 años.

“Una vez que comprenda qué son las triples pitagóricas, su sociedad habrá alcanzado un nivel particular de sofisticación matemática”, dijo Mansfield.

Los babilonios usaban un sistema numérico de base 60, similar a cómo llevamos el tiempo hoy en día, lo que dificultaba el trabajo con números primos mayores que cinco.

Si.427, fue descrito en la revista Foundations of Science.

“Nadie esperaba que los babilonios estuvieran usando triples pitagóricos de esta manera”, dijo Mansfield. “Es más parecido a las matemáticas puras, inspirado en los problemas prácticos de la época”.

Fuente: The Guardian y UNSW

Virgen de Guadalupe, la devoción católica que más crece en el mundo

En 2018 y 2019 se recibieron más de diez millones de peregrinos de todo el mundo en la Basílica de Guadalupe.

Desde mediados del siglo XVII hasta la fecha, el culto a la Virgen de Guadalupe ha estado en permanente expansión”, dice la investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Gisela von Wobeser, al hablarnos de su libro más reciente Orígenes del culto a Nuestra Señora de Guadalupe 1521-1688 (UNAM/FCE, 2019).

Detalla que actualmente dicho culto es la devoción católica de mayor crecimiento. En efecto, cada año millones de devotos llegan a la Ciudad de México para venerar a la imagen guadalupana. Se calcula que en 2018 y 2019 se recibieron más de diez millones de peregrinos por año, provenientes de muchas partes del país y del extranjero. Unos llegaron en convoyes de varios autobuses, otros en bicicletas y una buena parte caminando, en ocasiones hasta 500 kilómetros. Además, la Virgen mexicana es venerada en numerosas iglesias y altares dedicados a ella, tanto en México, como en otras partes del mundo.

En 2020, la pandemia hizo que la afluencia de peregrinos en el años fuera mucho menor, además que el cierre de la Basílica y sus calles aledañas el 12 de diciembre y días anteriores, derivó en números mucho menores, sin embargo, la devoción continúa en aumento.

Fundación de una ermita en el Tepeyac dedicada a “la madre de Dios”

La investigadora nos dice que el culto a la Virgen de Guadalupe se remonta a los primeros años después de la Conquista (ca.1525), cuando frailes franciscanos edificaron una ermita en el cerro del Tepeyac, al norte de la Ciudad de México. En este cerro antiguamente había un santuario prehispánico, en el que se veneraba, entre otras deidades, a la diosa Tonantzin Cihuacóatl.

Dicha ermita fue dedicada a la virgen María como madre de Dios, sin aludir a una advocación específica. Según Bernardino de Sahagún, se trató de un culto de sustitución, es decir, la intención de los frailes fue que los indios sustituyeran la devoción que tenían a Tonantzin por la de la virgen María.

No hay información sobre el momento en el que los frailes colocaron el sagrado lienzo, que hoy día está en la Basílica de Guadalupe, dentro de la ermita, pero, nos dice la investigadora, lo más probable que haya estado allí desde el momento de la fundación.

Lo que consta es que, a mediados del siglo XVI, es decir unos 30 años después, la sagrada imagen contaba con numerosos devotos, que le atribuían poderes milagrosos, sin que, en ese momento creyeran que la imagen misma era producto de un milagro.

La pintura de la Virgen se realizó conforme un modelo iconográfico medieval, conocido como mulier amicta sole (mujer vestida de sol), utilizado en Flandes y en Alemania para representar a la virgen María. Coinciden con dicho modelo el hecho de que la Virgen esté parada sobre una media luna, rodeada de rayos solares, con una corona sobre la cabeza.

Elementos secundarios de este modelo son la túnica y capa que llegan hasta los pies y forman pliegues angulosos, la flexión en la rodilla izquierda de la Virgen, la alternancia entre un rayo recto y otro flamígero y el recogimiento del manto con el brazo izquierdo.

Francisco de Bustamante, quien hacia mediados del siglo XVI era provincial de la orden de San Francisco, atribuyó la hechura de la pintura de la Virgen de Guadalupe al “indio Marcos”. “Probablemente se trate del connotado pintor indígena Marcos Cipac Aquino, quien trabajó para los franciscanos”, dice la investigadora.

Marcos debió formarse como artista en el convento franciscano de la ciudad de México. Durante los primeros años después de la conquista, con el fin de cubrir la demanda de imágenes, los franciscanos crearon un colegio de artes y oficios, en el mencionado convento, en el que enseñaron oficios a la usanza europea, como el de tallador, escultor, ebanista, dorador y pintor.

Como los indígenas no sabían cómo representar a las figuras celestiales y demoniacas y no estaban familiarizados con los pasajes bíblicos, los frailes les proporcionaban estampas para copiarlas o tomar elementos de ellas, lo que, por demás, era muy común en la época.

En particular, el modelo utilizado por Marcos para pintar a la Virgen de Guadalupe fue un grabado flamenco del siglo XV, conocido como La Virgen en la Gloria, fechado hacia 1420. La pintura de la Virgen de Guadalupe es muy similar a esta obra en cuanto al trazo, las facciones del rostro, la proporción de sus miembros, la postura corporal y la vestimenta, así como a las características del ángel que aparece al pie de la Virgen. “Las diferencias entre las dos imágenes quizá se deban a los objetivos de los franciscanos”, dice la investigadora.

Pero Marcos no hizo una copia literal, sino adaptaciones, tal vez por propia iniciativa o quizá a instancia de quienes le encargaron la pintura, que debieron ser frailes franciscanos. En primer término, pintó a la Virgen mexicana sin el niño que tiene en brazos la flamenca. Esto se debe a que la orden de San Francisco promovía entonces el culto a la Virgen como Inmaculada Concepción, y todas las que, en esa época, se pintaron en el ámbito franciscano carecen del niño.

El segundo cambio más notorio es que la virgen flamenca tiene el cabello rizado y suelto y el de la mexicana es negro y lacio. Quizás el cabello rubio, rizado y flotante resultaba extraño para los indígenas, por lo que a nuestra Virgen de Guadalupe le hizo un peinado similar al de las indígenas casadas nobles: de raya en medio con el cabello pegado a las sienes.

Asimismo, le oscureció los ojos y le colocó el manto sobre la cabeza, dejando únicamente descubiertas las sienes. Otra modificación importante es que colocó sus manos en posición orante, con lo que le confirió un mayor recogimiento.
Montúfar bautiza la imagen de la Virgen con el sobrenombre de Guadalupe

Cuando, a mediados del siglo XVI, el recién nombrado arzobispo de México, Alonso de Montúfar, llegó a la Nueva España se dio cuenta del potencial devocional y económico que tenía el santuario del Tepeyac, con la imagen de la Virgen, que ya entonces era considerada milagrosa. Observó que la ermita tenía muchos adeptos, tanto españoles como indígenas y sacó provecho tanto personal como institucional de este culto.

Con el fin de dar mayor identidad a la imagen de la Virgen, que, como se dijo, sólo representaba a la madre de Dios, en abstracto, “de manera inteligente, aunque poco ética, la bautizó con el sobrenombre de Guadalupe, usurpando el de la Virgen extremeña de Las Villuercas.

“Fue un acto indebido, ya que se trataba de dos devociones diferentes y, además carecía del permiso de la casa matriz española”. Se trata de dos imágenes con características antagónicas, pero en una época en la que no había un acceso fácil a las imágenes muchos no la conocían y creyeron que era la misma. “De esta manera, la devoción de la Virgen de Guadalupe española se trasplantó a la Nueva España”.

Fue un golpe magistral ya que, en ese momento, la Virgen de Guadalupe extremeña era la devoción mariana más importante de España. Su culto se extendía por toda la península y era protegido por los reyes. Se acostumbraba que sus devotos le dejaran legados como agradecimiento por favores recibidos, así como para solicitar su intermediación.

Al hurtarle el nombre, la Guadalupana mexicana capitalizó una parte del capital espiritual de la extremeña, y se benefició económicamente, ya que muchos novohispanos creyeron que se trataba de la misma devoción. Así, la ermita del Tepeyac se quedó con los donativos que muchas personas hacían a la Virgen de Guadalupe al morir y que no especificaban a cuál de las dos iban dirigidos.

Como la promoción del culto a la virgen mexicana resultó en detrimento del de la extremeña, en 1574, llegó a Nueva España fray Diego de Santa María, uno de los monjes jerónimos custodios del santuario extremeño. Traía la encomienda de canalizar una parte de las limosnas a la virgen mexicana hacia la casa matriz, pero regresó a España con las manos vacías porque se dio cuenta que los dos santuarios guadalupanos eran diferentes.

Santa María escribió dos cartas al rey en las que se queja de la baja de ingresos que ellos habían tenido y de la disminución de la devoción a la extremeña. Solicita que se transfiera la administración de la ermita del Tepeyac a su orden, o en su defecto, que le retiren el nombre de Guadalupe a la virgen mexicana. Al no ocurrir ninguna de las dos cosas, “poco a poco la virgen mexicana le fue comiendo el mandado a la española, y hoy en la misma España hay más devoción a la Virgen del Tepeyac que a la española, claro está, salvo en la región de Las Villuercas”.

Controversia entre el arzobispo y el prior franciscano en torno a los milagros atribuidos a la imagen de la Virgen de Guadalupe

El primer documento extenso sobre el culto guadalupano data de 1556 y se refiere a una controversia que surgió entre el entonces arzobispo de México, Alonso de Montúfar, y Bustamante, el mencionado prior franciscano. El conflicto inició el 6 de septiembre de 1556, cuando Montúfar ofició una misa durante la cual afirmó que la imagen de la Virgen de Guadalupe hacía milagros.

Dos días después, el 8 de septiembre, durante una misa celebrada en honor a la natividad de la Virgen María, en el convento de San Francisco de la Ciudad de México, en presencia del virrey y de la corte, Bustamante censuró duramente las afirmaciones de Montufar. Entre otras cosas, cuestionó que a la imagen se le atribuyeran milagros, si apenas ayer la había pintado el indio Marcos.

Aunque el culto a la Guadalupana lo habían iniciado los franciscanos, los miembros de la segunda generación de esta orden, desaprobaron la forma como sus antecesores habían evangelizado a los indios. Según ellos habían fomentado un culto herético (que merecía la condenación eterna en el infierno) porque sospechaban que, solapados detrás del culto a la Virgen, en realidad estaban adorando a Tonantzin, o que adoraban a la Virgen como si fuera una diosa.

Alonso de Montúfar interpuso una demanda contra Bustamante por las ideas expresadas acerca de la devoción y culto de Nuestra Señora de Guadalupe. Los interrogatorios de Montúfar a los testigos del sermón se publicaron más de tres siglos después, en 1888, con el título de “Informaciones de 1556”.

Por diversos motivos el sermón de Bustamante fue muy censurado, pero nadie objetó el hecho de que haya atribuido la imagen a un indio y nadie mencionó las apariciones de la Virgen, ni se refirió a Juan Diego. “A todos pareció normal que la imagen hubiera sido hecha por manos humanas. Esto se explica porque, en el imaginario de los fieles, todavía no había surgido la idea de las apariciones de la Virgen”, dice Gisela von Wobeser.

El surgimiento de la narración aparicionista

No hay documentos civiles ni eclesiásticos de las apariciones marianas correspondientes al siglo XVI. Estos supuestos hechos están ausentes en la extensísima obra de Juan de Zumárraga, quien según la narración aparicionista fue partícipe y testigo de lo sucedido. No se mencionan en los informes de los virreyes y dignidades eclesiásticas. Tampoco están consignados en las crónicas conventuales, ni en la amplia documentación en náhuatl que se conserva.

Los primeros indicios sobre las apariciones son de principios del siglo XVII. Durante las primeras décadas, la leyenda se trasmitió sólo oralmente. Hay algunos indicios de que la leyenda de Juan Diego surgió entre los indígenas durante la segunda mitad del siglo XVII gracias a que las versiones escritas más antiguas que se conocen, como el Inin huei tlamahuizoltzin y el Nican Mopohua, están en náhuatl.

Desafortunadamente estos documentos son anónimos y no están datados, de manera que no se puede establecer con exactitud la fecha en que fueron elaborados. El más importante de estos escritos es el Nican Mopohua, un texto de gran belleza literaria y la principal fuente de la tradición aparicionista guadalupana. Aunque es anónimo, se atribuye al indígena Antonio Valeriano, uno de los eruditos más reconocidos de su época.

El primer documento fechado, en el que se describe la secuencia de apariciones de la Virgen de Guadalupe es de 1648 y lleva por título “Imagen de la Virgen María, Madre de Dios de Guadalupe”, y fue escrito por el teólogo Miguel Sánchez. “Con esta publicación se consolidó la trama narrativa de la leyenda, a la vez que adquirió un sustento teológico y se adaptó al público español culto”, dice Von Wobeser.

Según especifica Sánchez en el prólogo de su libro, él no encontró documentos en los archivos eclesiásticos para fundamentar la historia, por lo que tuvo que buscar entre los escritos indígenas, entre los que encontró un manuscrito, que suponemos fue el Nican Mopohua, dadas las coincidencias narrativas de los dos textos.

Los principales méritos del texto de Sánchez fue haber puesto por escrito y publicado lo que sólo se conocía por tradición y haberle dado un sustento teológico a la relación de las apariciones, con base en el Apocalipsis de San Juan.

Según Sánchez, la narrativa de las apariciones fue la siguiente: A principios de diciembre [no establece las fechas precisas] la Virgen se apareció cuatro veces, en el cerro del Tepeyac a Juan Diego, un indígena vecino de Cuautitlán.

En las dos primeras apariciones, la Virgen pidió a Juan Diego que informara al obispo de México, fray Juan de Zumárraga, que quería que le construyera una iglesia en el lugar de las apariciones para que ella se convirtiera en patrona de los novohispanos y su intermediaria ante Dios. Zumárraga no creyó en la historia, así que le pidió una prueba de que lo que decía era verdad.

La Virgen mandó a Juan Diego a que en la parte alta del cerro del Tepeyac cortara rosas de Castilla para que se las llevara al obispo. Juan Diego recogió las flores en su tilma, una manta de algodón que llevaba anudada a los hombros; al extenderla frente a Zumárraga, las flores cayeron al suelo y la imagen de la Virgen quedó estampada en la tela.

En la quinta aparición, esta vez a Juan Bernardino, tío de Juan Diego, la Virgen realizó su primer milagro: curó a Bernardino de la peste. Convencido ante los milagros, Zumárraga mandó construir la iglesia en la que depositó la tilma con la imagen, atribuida a los ángeles o incluso a Dios mismo.

A partir de la publicación de la obra de Sánchez la narración de las apariciones se popularizó mediante varias obras sobre el tema, así como a través de los sermones y mediante la catequesis. A lo largo del tiempo se fusionó con el culto hasta volverse inseparable.

“Aunque culto a la Virgen de Guadalupe ha llegado a muchos países, incluso de Europa y hasta de Asia, en México el guadalupanismo es una manera de identificarnos, es un símbolo muy importante”, dice Gisela von Wobeser. “Creo que es un elemento de cohesión porque no tiene esta parte política, como los partidos, por lo cual todo mundo puede identificarse con la virgen sin mayor problema”, finalizó la académica universitaria.

Pérez Montfort obtiene la distinción Georg Forster

Por sus logros como investigador, Ricardo Pérez Montfort, doctor en Historia de México y académico de la Facultad de Filosofía y Letras, obtuvo el premio de investigación Georg Forster de la Fundación Alexander von Humboldt.

El galardón confirma su vínculo con colegas alemanes, quienes presentaron su candidatura al reconocimiento y han apuntalado su trabajo en los últimos años.

“Estoy profundamente agradecido con la fundación y con mis colegas, con quienes tengo un intercambio académico constante, amistad y admiración por su labor”, expresó el también profesor investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS/Conacyt).

Se concede este reconocimiento a quienes han hecho “descubrimientos, aportado nuevas teorías, ideas que han tenido un impacto significativo en su propia disciplina y más allá, y que se espera continúen con el desarrollo de su investigación para crear soluciones basadas en los retos específicos de cara a la transición y los países en vía de desarrollo”.

Los premiados reciben recursos económicos para realizar un proyecto en un centro de estudios alemán durante un año.

Utopías del cardenismo

Quien ha sido profesor-investigador visitante en la Universidad Libre de Berlín, explicó que colaborará con expertos del Instituto de Latinoamérica de esa universidad alemana para estudiar el modelo de futuro que se ideó para México en los años 30 del siglo pasado, durante el régimen del general Lázaro Cárdenas: cuáles eran las utopías, hacia dónde se quería dirigir el desarrollo de la nación en esta etapa posrevolucionaria, entre otros asuntos.

Entre sus colaboradores está Stephan Rinke –experto en las relaciones entre Alemania y América Latina, y Alemania-México–, con quien ha iniciado programas como EntrEspacios y Temporalidades del Futuro, en el Colegio Internacional de Graduados en el que participan la Universidad Libre de Berlin, la Universidad Alexander von Humboldt, la Universidad de Potsdam, la UNAM, el Colegio de México y el CIESAS.

Investigadores mexicanos y alemanes, prosiguió Pérez Montfort, indagan en torno del fenómeno de las temporalidades del futuro: cómo se ha visto el futuro en América Latina desde una perspectiva histórica, cuáles son las principales ideas del futuro que han aparecido a lo largo de la historia no sólo en materia política, filosófica, sino también en expresiones artísticas como la literatura o la cinematografía, entre otras.

“Me interesa en particular ver cómo, desde la cultura, se está pensando en lo que viene, hacia dónde se tiene que ir. Esto fue especialmente importante en la época de Cárdenas, en la que se armó un modelo de desarrollo que luego no se llevó a cabo en plenitud, pero del cual quedan signos”, aseveró.

México se insertó profundamente en el capitalismo con sus valores de competencia, mercantilización y dejó de lado el modelo cardenista de socialización de la riqueza; se ha ponderado el beneficio individual, generando una especie de cultura que evita problematizar los fenómenos colectivos, las dinámicas sociales, expuso.

“Estamos ante la oportunidad de transformar las cosas, hay intentos, pero también dinámicas del statu quo que obran en favor del beneficio personal frente a los proyectos sociales”, remarcó.

 

 

Ha colaborado desde 1976 con Radio UNAM y Radio Educación. Fue directorfundador de Desacatos, Revista de Antropología Social (1999-2001) y director de la Revista de la UNAM (2002- 2004). Además ha escrito cuento y ha publicado cinco libros de poesía.

También ha hecho documentales sobre historia y procesos culturales de México, entre los que destacan: Siglo XX: la vida en México (1984) y Apuntes de música popular mexicana (1985) realizados para la Unidad de Televisión Educativa y Cultural de la Secretaría de Educación Pública. Ha sido asesor de la Dirección de Actividades Cinematográficas de la UNAM, entre otros encargos.

¿Noche triste para quién?

A 500 años del acontecimiento que dio vida a la tan conocida “noche triste”, habría que replantearse el hecho y preguntarnos para quién exactamente fue triste, si para los españoles o para los mexicas.

La batalla que se dio entre estas dos fuerzas militares no tuvo más que un vencedor: los mexicas, quienes poco tiempo después tuvieron que ver cómo Hernán Cortés pondría fin al imperio azteca con la conquista de Tenochtitlán.

Para hablar de este pasaje histórico, Federico Navarrete, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, cuenta a través de los micrófonos de Primer Movimiento, de Radio UNAM, cómo se dio la efímera derrota que los españoles sufrieron a manos de los mexicas.

En su afán por someter al pueblo mexica y mostrar su hegemonía, los europeos asesinaron a cientos de personas en el Templo Mayor, lo que dio pie a uno de los episodios más sangrientos de nuestra historia.

A más de mes y medio de persecución, los españoles lograron evadir el cerco impuesto en la México-Tenochtitlan, y la noche del 30 de junio emprendieron la huida, con el oro hurtado, rumbo a Tacuba. Para entonces, ya habían ideado la manera de escabullirse de tierras aztecas a través de un puente de madera portátil que habían construido para atravesar los canales que comunicaban a la ciudad.

La fuga no iba a ser fácil. Los mexicas fueron alertados, y en la persecución, provocaron que sus adversarios perdieran a más de la mitad de su gente, caballos y piezas de artillería importantes para el combate.

A pesar de la derrota sufrida por el enfrentamiento, los europeos lograron llegar a Tacuba, lugar que no sólo les sirvió de refugio y conquista, sino donde Cortés pudo llorar bajo un árbol su derrota.

Motecuhzoma II. La conquista y Vivaldi en el Zócalo

Como parte de la conmemoración de los 500 años del encuentro entre Moctezuma y Hernán Cortés, se presentó Motecuhzoma II, ópera monumental en el Zócalo de la Ciudad de México.

En la obra de Samuel Máynez, basada en una partitura de Vivaldi, participaron la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, el coro Stacatto de la UNAM y más de 150 personas.

Además de ser una visión indígena de La Conquista, es una trama de amor entre Malintzin y Cortés. El amor que le profesa la lleva a realizar el papel de intérprete, pero su devoción por el conquistador la obliga a obviar su papel traicionero. Gracias a ella, y por ella, es posible el encuentro, así como la caída del Imperio Azteca.

Fue también una oportunidad de honrar la memoria del historiador Miguel León-Portilla, pues Motecuhzoma II, ópera monumental está basada en investigaciones del historiador mexicano.

143 nuevos geoglifos descubiertos en la Pampa de Nasca y sus alrededores

La Universidad Yamagata, Japón, ha anunciado el descubrimiento de 143 geoglifos, enormes figuras se pueden ver en su totalidad solo desde el cielo.

Los geoglifos incluyen figuras humanoides, animales y otros objetos, en Nazca Pampa y sus alrededores, en Perú. El equipo de investigación fue dirigido por el profesor de antropología cultural y arqueología andina Masato Sakai.

Ubicados principalmente en el oeste de Nazca Pampa, estos nuevos geoglifos se identificaron mediante el trabajo de campo y el análisis de datos 3D de alta resolución, entre otras actividades realizadas hasta 2018.

Se cree que los geoglifos biomórficos datan de al menos 100 AC a 300 DC.

Además, en un estudio de factibilidad realizado entre 2018 y 2019 junto con IBM Japón, la universidad descubrió un nuevo geoglifo al desarrollar un modelo de inteligencia artificial (AI) en el servidor de inteligencia artificial IBM Power System AC922 configurado con la plataforma de aprendizaje profundo IBM Watson Machine Learning Community Edition (anteriormente conocido como IBM PowerAI).

El estudio exploró la viabilidad del potencial de la AI para descubrir nuevas líneas e introdujo la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos con AI, incluidas fotos aéreas de alta resolución, a altas velocidades.

Esto representó el primer glifo en el sitio descubierto por una AI.

El profesor Sakai, y otros investigadores de la Universidad de Yamagata se han comprometido en iniciativas para estudiar las Líneas de Nazca, un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, desde 2004.

Además de identificar con éxito muchos geoglifos, el profesor Sakai y otros han llevado a cabo actividades para preservar este sitio patrimonial. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer para estudiar la distribución de estos geoglifos.

Además, la expansión de las áreas urbanas ha traído daños a las líneas, llamando la atención sobre la protección de las Líneas de Nazca como un problema social.

Cabe señalar que la Universidad de Yamagata e IBM Research han firmado un acuerdo académico, para analizar y aprovechar conjuntos de datos grandes y complejos, como la teledetección y datos geográficos, con IA.

En el futuro, los investigadores enriquecerán su comprensión sobre la distribución de los geoglifos utilizando IBM PAIRS Geoscope (IBM PAIRS), una plataforma de inteligencia artificial del Centro de Investigación IBM Thomas J. Watson en los EE. UU, ayude al equipo de investigación de Yamagata a comprender mejor la distribución de las Líneas de Nazca y a acelerar la investigación y la contribución a las actividades de protección para proteger este sitio que es Patrimonio Mundial.

Situado en la árida llanura costera peruana, a unos 400 km al sur de Lima, los geoglifos de Nazca cubren unos 450 km2.

Incluyen más de 800 líneas rectas, 300 figuras geométricas, así como 70 diseños de plantas, animales y antropomórficos.

Mientras que algunos investigadores creen que los glifos eran parte de un observatorio astronómico, otros creen que actuaron como un calendario.

Algunos geoglifos encontrados. Imagen: Universidad de Yamagata

Fuente: Universidad de Yamagata

 

México no debe pedir disculpas a España

Por: Omar Páramo

El 13 de septiembre de 2018, el Congreso de España acordó exhumar el cadáver de Francisco Franco y retirarlo del mausoleo que él mismo se mandó construir en el llamado Valle de los Caídos, una inmensa fosa común en la que yacen los cuerpos de al menos 33 mil personas. Ese día la vicepresidenta del país europeo, Carmen Calvo, defendió dicha decisión argumentando: “No hay respeto, honor, justicia, paz ni concordia mientras los restos de Franco estén en el mismo lugar que los de las víctimas”.

Y aunque en febrero pasado el presidente Pedro Sánchez ordenó dicho traslado, éste no se ha dado; lo que sí ha habido son expresiones de grupos nostálgicos por aquellos tiempos cuando el dictador confinó a casi un millón de españoles a 300 campos de concentración, así como pronunciamientos en los que exgenerales (algunos hoy candidatos a puestos de elección popular por la ultraderecha) hacen una apología de Franco asegurando que “era un militar ejemplar, vilipendiando por quienes tergiversan la historia”.

En este marco, el profesor Federico Navarrete, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, consideró que, al solicitar disculpas a España por las atrocidades de la Conquista, Andrés Manuel López Obrador se ha colocado en un callejón de difícil salida. “Si ese país ha sido incapaz de responder por los crímenes perpetrados hace 70 años por su gobierno, en su territorio y contra sus ciudadanos, ¿por qué lo haría con las vejaciones cometidas por gente que actuaba en su nombre hace cinco siglos en otras tierras?”.

A decir del académico, la Conquista es una herida abierta, por lo que la petición del presidente mexicano resulta razonable e invita a establecer un compromiso bilateral y a colocar a ambas naciones en un plano de igualdad. “Sin embargo, la reacción de las autoridades y de la opinión pública españolas fue negativa. Ni siquiera se tomaron la molestia de considerar la posibilidad y la rechazaron a rajatabla”.

Este ambiente tan poco propicio para iniciar una revisión histórica conjunta —añadió el doctor Navarrete— se ha agravado en la última década debido a que parte del discurso de la cada vez más poderosa extrema derecha es hacer de los diversos actos de agresión cometidos en los siglos XV y XVI un motivo de orgullo, al considerarlos semilla de su identidad nacional contemporánea.

“Para muchos aludidos cualquier crítica a lo que hizo la corona hace 500 años es una afrenta y una crítica frontal a la España de hoy, y no lo pueden aceptar. Por esta razón no deberíamos esperar mucho de ellos y quizá eso sea lo mejor, pues la propuesta de López Obrador plantea muchos aspectos interesantes a analizarse desde México”.

Entre el reconocimiento y la omisión

La petición de perdón por parte del mandatario tabasqueño a la corona española provocó respuestas airadas de escritores como Arturo Pérez-Reverte o Mario Vargas Llosa, aunque para el profesor Navarrete las posturas más interesantes son las adoptadas por líderes indígenas como María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy), quien solicitó al Estado mexicano que, en vez de exigir un mea culpa a otros países, detenga el despojo a las comunidades originarias.

“No creo que la Presidencia pueda erigirse en representante de estos pueblos, ése es uno de los tantos debates internos a entablar, pero en lo estoy de acuerdo es en que el gobierno mexicano debe disculparse por mucho de lo hecho en los últimos 200 años”.

En este renglón el propio López Obrador ha dado pasos importantes —expuso el investigador— pues ha admitido la matanza de yaquis y mayas, así como la expulsión de los chinos, aunque ha sido omiso sobre las personas de origen africano y sobre el hecho de que México mantuvo la esclavitud durante siete años de su vida independiente.

“Todo esto me parece una falta gravísima que desvirtúa su propuesta, en especial porque aún no se reconoce la agresión sistemática de los gobiernos mexicanos hacia la población indígena en general, como el haber querido imponerles la lengua castellana como idioma único, haber devaluado sus formas culturales, económicas y sociales, o querer obligarlos a integrarse al llamado México mestizo, entre comillas. Todas estas políticas son un motivo para pedir perdón, pero las autoridades las han soslayado”.

Por esta razón, Federico Navarrete pide profundizar en este debate a nivel local y olvidarse de los españoles. “Nuestro gobierno es parte del problema y le debe disculpas a gran parte de la población. Si va a haber un proceso de reconciliación éste no va a darse porque nos llevemos bien con España y mucho menos con el Vaticano. Antes debemos escuchar a los pueblos indígenas, a las personas de origen africano y, sobre todo, cuestionar el papel que se está concediendo el gobierno a sí mismo como representante de todos. Puede ser tardado, pero esa es la vía para sanar muchas de nuestras heridas”.

Descubren en Tultepec, Estado de México, contexto inédito de cacería y destazamiento de mamuts

Por: INAH

Tultepec da la bienvenida a sus visitantes como “La tierra de la pirotecnia”, sin embargo, excavaciones sistemáticas emprendidas en años recientes por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), revelan que este municipio mexiquense fue ante todo y continúa siendo, “tierra de mamuts”.

El reciente descubrimiento de un contexto inédito de cacería y destazamiento de mamuts, con una antigüedad aproximada de 15 mil años, “representa un parteaguas, una piedra de toque sobre lo que hasta ahora imaginábamos fue la interacción de bandas de cazadores-recolectores con estos enormes herbívoros”, expresó Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH, al dar a conocer esta “noticia de impacto mundial”, dada su trascendencia en lo que respecta a los estudios de la Prehistoria, particularmente de América.

En conferencia de prensa y en representación del antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto, Sánchez Nava refirió que este hallazgo cambia esa escena “azarosa” y “eventual” que los libros de texto manejaban sobre la caza del mamut: la de un animal al que se atacaba únicamente cuando caía en un pantano. Por el contario, las excavaciones en San Antonio Xahuento, demuestran el aprovechamiento del medio y la organización social alcanzados por los primeros pobladores de la Cuenca de México para emprender esta actividad de cacería.

Como antecedente de este hallazgo, el coordinador nacional de Arqueología recordó la exploración hace tres años, en ese mismo poblado (San Antonio Xahuento), de la osamenta casi completa de uno de estos proboscídeos, con la cual se inauguró hace un año el Museo del Mamut, espacio donde se realizó el encuentro con los medios de comunicación.

El presidente municipal de Tultepec, el ingeniero Armando Portuguez Fuentes, relató que esa experiencia permitió avisar con oportunidad, a inicios de este 2019, de la aparición de restos óseos de mamuts en una excavación que se realizaba para el confinamiento de desechos. Al lugar acudieron la cronista del ayuntamiento, Juana Antonieta Zúñiga, y el arqueólogo Luis Córdoba Barradas, de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, quien estuvo a cargo del rescate del citado esqueleto de mamut.

En tres de los perfiles expuestos por esa gran excavación (de 40 por 100 metros y 8 de profundidad), Córdoba observó distintos huesos de mamut, pero lo que llamó poderosamente su atención fueron unos cortes verticales en la disposición de los estratos o capas. Se trataba de dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1.70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro, que fueron utilizadas como trampas destinadas a estos proboscídeos.

El arqueólogo precisó que del sitio denominado “Tultepec II”, donde se ha trabajado durante casi diez meses con el apoyo del ayuntamiento, se han recuperado 824 huesos, sin relación anatómica en su mayoría, correspondientes a 14 mamuts. Los restos de ocho proceden de las dos primeras unidades de excavación localizadas en la esquina suroeste del terreno; mientras que los vestigios de otros seis fueron rescatados al norte del mismo, en la tercera unidad de excavación.

Dentro de esas fosas, por debajo de los 3.50 metros, se han recuperado ocho cráneos, cinco mandíbulas, un centenar de vértebras, 179 costillas, 11 escápulas, cinco húmeros, además de ulnas (cúbitos de un hueso largo), pelvis, fémures, tibias y otros huesos “pequeños”.

Aunque los restos de 14 mamuts quedan por debajo de los registrados en sitios del norte y este de Europa —donde inclusive se han encontrado vestigios de 100 o 166 mamuts—, “Tultepec II” ya puede ingresar a la lista de los llamados Megasitios de Mamut, indicó.

Cauto, pero consciente de la trascendencia del hallazgo (solo existe el antecedente en Japón de trampas cónicas con 40 mil años de antigüedad, para mamíferos de mediano tamaño), Córdoba señala que posiblemente no sean las únicas trampas de mamut en el área. Gente de San Antonio Xahuento ha referido tres sitios próximos con más restos, por lo que se estaría ante una “línea de trampas”, estrategia que permitiría a los cazadores reducir el margen de error en la captura del ejemplar.

Un escenario de cambio climático

Para comprender a profundidad este descubrimiento, el arqueólogo, quien además es cronista del aledaño municipio de Tultitlán, abundó en los cambios del máximo glacial, al final del Pleistoceno, una época de gran inestabilidad climática en que los polos se congelaron ocasionando la bajada del nivel del mar en todo el planeta y ambientes más secos en varias regiones, caso de la Cuenca de México.

En ese sentido, las trampas prehistóricas de Tultepec, fueron excavadas en la arcilla del fondo del Lago de Xaltocan, hace aproximadamente 15 mil años, cuando sus niveles descendieron y dejaron expuestas grandes llanuras. Este fenómeno mundial coincidió con uno local: la gran erupción del Popocatépetl hace 14 mil 700 años, que motivó una gran movilización de animales y seres humanos hacia el norte de la Cuenca de México, donde la caída de ceniza volcánica fue menor.

La deposición de finas capas de ceniza, entre y por encima de varios de los huesos de mamut recuperados, así como la presencia de bentonita (arcilla del lecho lacustre) sobre otros, permite fechar tentativamente este contexto y especular su uso continuo a lo largo de 500 años. No obstante, el registro de más restos por encima de las fosas, es evidencia de que una vez recuperado el nivel del lago y rellenadas las fosas con la descomposición de tules, carrizos y demás vegetación acuática, esta zona continuó siendo un “cementerio de mamuts”.

Con toda esta información obtenida de primera mano, el arqueólogo Córdoba brinda una escena más compleja y completa de cómo debió ser la cacería del mamut en la Cuenca de México, donde grupos de entre 20 y 30 cazadores, azuzaban a la manada con antorchas y ramas, hasta separar a algún ejemplar y dirigirlo a estas trampas. Una vez allí, era rematado desde fuera y luego venía un largo proceso de aprovechamiento del animal.

Beneficio y rito

La cantidad y el volumen de los huesos recuperados han sobrepasado los cuartos de la Casa de Cultura “Víctor Urbán Velasco” —complejo que alberga el Museo del Mamut—, usados como bodegas. En pisos, mesas y estantes se aprecian fémures, pelvis, escápulas y defensas (incisivos superiores muy desarrollados) con vendas de yeso, e incluso con armazones de madera que fueron elaborados in situ, para su extracción y traslado.

Sobre una mesa, el investigador del INAH ha colocado los escasos restos recuperados en “Tultepec II” que no corresponden a mamuts: dos vértebras y una mandíbula de camello, así como un molar de caballo. El que este sitio fuera utilizado exclusivamente para la caza y el destazamiento de estos proboscídeos, machos y hembras, de tallas y edades distintas, lo convierten en fuente inagotable de conocimiento, toda vez que —como señaló— los estudios de Prehistoria en México habían estado limitados al establecimiento de tipologías líticas como prueba de la presencia humana en estos contextos.

El espacio, donde todavía se trabaja en una franja de 130 m², revela a los grupos prehistóricos de la Cuenca de México, como verdaderos actores de su circunstancia, lo suficientemente organizados para conseguir estas grandes presas y sacar el mayor provecho de ellas, pero también capaces de rendir cierto “honor” a estos gigantes que permitían su subsistencia, como lo demuestra el acomodo y ausencia intencional de algunos huesos.

Como ejemplo de este conocimiento práctico, Luis Córdoba precisó que las costillas de estos animales, como se aprecia en las marcas de cinco, eran usadas para recargarse y cortar la carne; también se encontró el extremo de una ulna que sirvió de herramienta de pulimento, posiblemente para retirar la grasa de la piel. Asimismo, los órganos se consumían, incluida la lengua que podía pesar hasta 12 kilos, razón por la que sus cráneos suelen encontrarse invertidos.

Pero el rito también estaba presente. El especialista de la DSA destaca que un mamut del que se han recuperado dos terceras partes, fue objeto de un arreglo especial: sus escápulas fueron sobrepuestas y colocadas del lado izquierdo del cráneo, y por debajo de éste —paralela a las defensas— se introdujo una vértebra dorsal de 60 cm. Rodeando esta composición se encontraba la defensa de otro mamut, con una curvatura de tres metros.

Este ejemplar tiene una marca de ataque y se advierte que su defensa izquierda, más corta que la derecha, se regeneró tras una fractura; indicios de que los cazadores-recolectores lo vigilaron e intentaron cazarlo por años, “por eso debieron considerarlo valiente, feroz, y le mostraron su respeto de esta manera, con este acomodo particular”, expresa Luis Córdoba.

Otro aspecto interesante, es que, de seis escápulas registradas, todas son derechas, lo que podría apuntar indirectamente a la existencia de un ritual donde, izquierdo y derecho, poseían connotaciones distintas para los antiguos pobladores del área lacustre.

Finalmente, Salvador Pulido, director de Salvamento Arqueológico del INAH, opinó que las excavaciones en “Tultepec II” representan “la punta del iceberg” para comprender lo acaecido en la Cuenca de México durante el Pleistoceno: “aquí tuvimos la oportunidad de contar con perfiles de decenas de metros, por eso advertimos que estábamos literalmente dentro de trampas prehistóricas. Podríamos plantear que en otros salvamentos arqueológicos hemos estado en un contexto similar, pero los límites de las excavaciones solo nos dejaban ver estratos horizontales”.

Por eso, dijo, valdría la pena realizar prospecciones con georradar para descartar o validar la hipótesis de que se encuentren más fosas en la zona, incluso llevar a cabo sondeos arqueológicos en las faldas del Cerro de Tultepec, donde debieron estar los campamentos de los cazadores-recolectores. En tanto, los materiales recuperados permitirán ampliar la exposición del Museo del Mamut y tratar temas poco abordados, como las enfermedades que aquejaban a estos colosos que deambularon miles de años atrás, en la ahora caótica conurbación de la Ciudad de México.

El Palacio de las lágrimas del Muro de Berlín

Por: Fabiola Méndez/Damián Mendoza/Daniel Francisco

Paloma Sánchez-Garnica eligió las calles del revolucionario París del 68 y el Berlín dividido en dos por el muro para su novela La sospecha de Sofía. “Estuve 40 días antes de que cayera el Muro de Berlín y pasé ese trayecto de la estación hacia el otro lado, vi el Palacio de las lágrimas, el puesto fronterizo donde los familiares se despedían”.

Acota que “hubo cientos de personas que no pudieron volver, hubo habitantes que se quedaron como en un campo de concentración. En 1945 se quedaron sin familia hasta que en diciembre de 1964 se permitió que personas, que vivían en el lado occidente de Alemania, entraran al lado este por unas horas para verse”.

Sofía, su personaje principal, es el arquetipo de las mujeres de la época: libre, independiente, educada, pero con la dicotomía de casarse y quedar embarazada a edad temprana. En el Berlín que retrata la autora se tenía diferente moneda, estructura política, pero la misma lengua, eran alemanes todos. “Había quien salía del lado occidente para ir a trabajar al este, y después regresaban en la noche a sus casas. Otros que veían cómo se construía el muro y se iba levantando el alambre de espino, luego ladrillos, mazacotes de hormigón y los barrios fueron derruidos”.

El proceso de escritura es espontáneo, “me dejo llevar y a medida que voy entrando a la historia busco escenarios para afianzar lo que se requiere en ella”, aseguró en entrevista con UNAM Global. 

Hernán Cortés y el regreso de Quetzalcóatl

Por: Farrah de la Cruz Cárdenas/Myriam Nuñez

El tema del regreso de Quetzalcóatl y de su identificación con Hernán Cortés es uno de los motivos que comúnmente son citados para justificar la Conquista: la superioridad tecnológica de los españoles aunada a la superstición de los indios, explicaría en gran parte la derrota.

Historiadores como Miguel León-Portilla, José Luis Martínez, Alfredo López Austin, Hugh Thomas, ofrecen versiones importantes a considerar. Existe una corriente historiográfica reciente que sostiene la versión de la identificación, sin embargo, hay quienes aseguran que esa idea es un mito creado por el mismo Cortés, ya que jamás vieron a los españoles como dioses.

De acuerdo con Guilhem Olivier, docente del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, la identificación que los mesoamericanos hacen de Hernán Cortés con Quetzalcóatl radica en la promesa que el rey tolteca hizo de regresar a Tollan cuando fue expulsado por Tezcatlipoca.

“Se decía que Quetzalcóatl se había ido rumbo a la costa del Golfo, a Veracruz, hacia el mismo rumbo de donde llegaron los españoles, fecha que coincide en el calendario mesoamericano con el nacimiento de Quetzalcóatl. De ahí la creencia de su regreso. Quizá fue esto lo que influyó en Moctezuma para presentar una actitud pasiva en torno al recibimiento que le hizo a Cortés en Tenochtitlán”.

Esta construcción de la historia nos obliga a preguntarnos si la idea del regreso existía sólo en la época prehispánica, o quizá fue una invención colonial.

En su participación en el ciclo de conferencias 1519. El encuentro de dos mundos, Olivier subrayó que esto se puede enfatizar en la concepción cíclica de la historia que tenían los mesoamericanos (la leyenda de los Cinco Soles), es decir, la idea del tiempo cíclico que se refleja en la oposición entre las dos deidades: Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, los gemelos enemigos de la mitología.

“Moctezuma sabe que los españoles llegaron y manda a unos emisarios que son sacerdotes-hechiceros. En su camino se encuentran a un personaje de un charca ebrio (Tezcatlipoca) quien les informa que Tenochtitlán desaparecerá en llamas y anuncia el regreso de Quetzalcóatl, que son los españoles”.

El catedrático universitario destacó que la creencia del regreso del rey Quetzalcóatl, a través de la figura de Hernán Cortés, se observa tanto en testimonios en lengua náhuatl como en los documentos que Francisco de Aguilar y Bernal Díaz redactaron sobre los discursos que ofreció Moctezuma al “entregar” su imperio.

Lo mismo se aprecia en los escritos de Bernardino de Sahagún, quien nos da testimonio en náhuatl y español de la identificación de Cortés con Quetzalcóatl, así como Francisco López de Gómara, quien en 1552 escribe en torno a la Conquista de México, historia que crea la “identificación” de esta deidad.

“En estas obras coloniales hay un fenómeno interesante porque se insinúa una versión cristiana de Quetzalcóatl: el hecho de que estaba expuesto a los sacrificios humanos. Algunos de los autores dicen que era blanco de piel, con barba negra y con una túnica parecida a la de los frailes”.

Esta percepción cristiana de la deidad, obviamente, no es la misma para los mesoamericanos.

“Esos seres salidos del mar, con barbas y caballos cabían muy bien en la categoría de Teotl, pero aunque los veían como dioses, no implicaba que fueran sumisos frente a ellos. Ello explica los intentos de pelearse contra los españoles, de matarlos. La matanza en Cholula, la matanza de Tóxcatl y la batalla final con Cuauhtémoc lo explican”, observó Olivier.

 

La Conquista provocó la muerte de casi el 90% de los indígenas

Omar Páramo

Es difícil pensar en una transformación tan radical de México como la dada en el siglo XVI, aunque a diferencia de lo que señalan la mayoría de los historiadores, las cambios más drásticos no fueron a nivel político o cultural, sino en lo ambiental y demográfico, y esto se dio tan rápido que si alguien tuviera una máquina del tiempo, viajara a la región antes de 1519 y luego regresara, pero 100 años después, difícilmente creería que se trata del mismo lugar, explica la profesora Gisela von Wobeser, del Instituto de Investigaciones Históricas.

 “En ese entonces había pocos españoles y sus ciudades eran escasas y muy chicas, por lo que el resto del territorio quedó casi igual en cuanto a lo administrativo, lo económico y el ejercicio de la justicia. Sin embargo, en ese breve lapso murieron alrededor del 90 por ciento de los indígenas; millones de vacas, borregos y ovejas vagaban en planicies vírgenes destruyendo el entorno para saciar su hambre, y la agricultura extensiva de estilo europeo se apropió de inmensas extensiones, algo jamás visto, pues los mesoamericanos sembraban de forma intensiva en pequeñas parcelas”.

 Fue a mediados de los años 80 cuando Miguel León-Portilla acuñó la expresión “encuentro de dos mundos” para evitar el uso de la palabra “descubrimiento” en referencia a aquel 12 de octubre de 1492, cuando Colón desembarcó en la isla de San Salvador, aunque para la doctora Von Wobeser esta frase es sumamente certera y va más allá de la efeméride “porque América había permanecido aislada del continente euroasiáticoafricano desde hacía 300 millones de años, cuando se desprendió de aquella gran masa de tierra conocida como Pangea, y eso se ve en sus enfermedades, en sus plantas y animales. Así, lo acontecido hace cinco siglos sí es el equivalente a dos mundos encontrándose, con todo lo que eso conlleva”.

 En su Historia general de las cosas de la Nueva España, fray Bernardino de Sahagún escribía sobre los indígenas: “Las gentes se van acabando con gran prisa, no tanto por los malos tratamientos que se les hacen, como por las pestilencias que Dios les envía. En 1520, cuando echaron de México por guerra a los españoles, hubo una pestilencia de viruelas donde murió casi infinita gente. Después de haber ganado los españoles esta Nueva España, en 1545 hubo una pestilencia grandísima y universal, donde murió la mayor parte de la gente que en ella había. Ahora, en agosto de 1576, comenzó una pestilencia universal y grande, la cual ha ya tres meses que corre, y ha muerto mucha gente, y muere y va muriendo cada día más”.

A decir de la académica, aunque las poblaciones originarias de América son producto de migraciones provenientes de Asia, tales desplazamientos se dieron hace decenas de miles de años y luego no hubo más intercambios, por lo que los patógenos traídos por los europeos resultaron nuevos y fatales para los nativos. “Muchos fallecieron en las guerras y otros por los excesos de la esclavitud a la que fueron sometidos, pero no cabe duda de que la principal causa de mortandad fueron las enfermedades”.

 Paisajes en transformación

 Apenas había pasado un año y un mes desde el descubrimiento de América y los europeos estaban de vuelta en las Indias Continentales —era noviembre de 1493— con 17 naves cargadas de granos, frutas y verduras jamás vistas en la región, pues en su segundo desembarco en las Antillas Cristóbal Colón ya traía consigo viñas, garbanzos, melones, hortalizas y cañas de azúcar que de inmediato fueron plantadas en el lugar, y el ganado no tardaría en llegar.

 “En las dos décadas que los españoles pasaron en esas islas antes de aventurarse a la Conquista de México todas estas especies se aclimataron a las nuevas latitudes. Por ello, cuando fueron transportadas de ahí a la incipiente Nueva España (la mayoría así lo hizo, ya que era más sencillo transportarlas desde las Antillas que desde la península ibérica), no tardaron en adaptarse y prosperar”.

 A decir de la académica, la variedad de ecosistemas de nuestro país permitió que casi todas las plantas traídas crecieran, con contadas excepciones —como los cerezos y tulipanes, que necesitan de inviernos gélidos y primaveras cálidas—, y ello hizo que los españoles replicaran aquí la agricultura extensiva, basada en monocultivos que ocupan grandes extensiones y que contrasta con la siembra intensiva practicada por los antiguos mexicanos, quienes trabajaban en pequeños terruños que además de producir mucho eran capaces de sostener policultivos, como se ve en las chinampas.

 Todo esto alteró el ecosistema, aunque quienes tuvieron el mayor impacto ambiental fueron los mamíferos domésticos como vacas, caballos, cerdos, asnos, mulas, cabras y borregos, que se reprodujeron a niveles inusitados y que vagaban por la región, ya que en la época se les dejaba desatendidos y en pastoreo libre. De hecho, se sabe que las primeras 50 reses de México entraron por Veracruz en 1521 y que el nombre de quien las introdujo era Gregorio de Villalobos, uno de los allegados de Cortés quien —como se señala en un texto antiguo— “truxo cantidad de becerras para que oviere ganados y fue el primero que las traxo y passó á esta Nueva España”.

 Al principio —explica la académica— estos animales tenían una gran disponibilidad de pastos y espacio, lo que provocó una multiplicación desmedida y desordenada al grado que, del medio centenar de reses que había en 1521, para 1620 eran ya un millón 300 mil, es decir, la población se hizo 26 mil veces más grande en apenas 99 años, mientras que con otros animales pasó algo similar: en la misma fecha las cabezas de borrego rebasaban ya los ocho millones 

 “El resultado de que estos animales merodearan y se alimentaran a libre demanda fue que hubo zonas en las que se comieron todos los recursos y que muchos de ellos, ya para finales del siglo XVI, murieran de sed y hambre. Esto condujo a la erosión de las tierras, a la destrucción de gran parte de la flora original, a una aniquilación de la biodiversidad y a desequilibrios ecológicos aún visibles en nuestro entorno y que, sumados a actividades como la tala desmedida aparejada a la instalación de la Nueva España hace que muchos parajes —como en Zacatecas— hoy luzcan áridos y con poca vida”.

 Mestizaje acelerado y el México de hoy

 Por estas razones, y pese a lo que nos han enseñado, los cambios más notorios en la Nueva España del siglo XVI no fueron de orden político o cultural, sino ambientales y demográficos, y de alguna forma estas transformaciones explican cómo nos constituimos como nación y por qué se aceleró el proceso de mestizaje que dio pie al México que conocemos, detalla la profesora Gisela von Wobeser.

 ¿Cuántos indígenas había antes de la llegada de Hernán Cortés?, pregunta la doctora Von Wobeser. “No tenemos censos exactos, pero con base a las matrículas de tributo recogidas por los españoles se calcula que eran 11 millones. No obstante, y debido a las enfermedades, la curva demográfica se desplomó a tal punto que, para mediados del siglo XVII, sobrevivían apenas un millón 500 mil. Hablamos aquí de una pérdida de entre el 85 y el 90 por ciento de la población originaria en apenas un siglo. Esto es muy rápido”.

 La primera gran epidemia se registró en 1520, justo cuando se daba el asedio de Hernán Cortés contra la gran Tenochtitlan, y fue debida a la viruela y, a falta de cómo nombrarla, los nahuas la llamaron hueyzahuatl; hubo otra en 1531 atribuida al záhuatl tepiton y causada por el sarampión, y una tercera debida al cococliztli, afección que provocó más decesos que las dos anteriores y cuya identidad fue un misterio hasta hace poco, cuando estudios de ADN revelaron que se trataba de salmonela

 El 11 de septiembre de 1545, fray Diego de Betanzos envió una carta a sus compañeros dominicos donde se leía: “Sepan Vuestras Caridades que después que desta Nueva España se partieron, desde ocho meses a esta parte ha habido tan gran mortandad de indios, mayormente en México e en 20 leguas alderredor, que no se puede creer. En Tascala mueren ordinariamente mil indios cada día y en Chulula día ovo de 900 cuerpos, y lo ordinario es 400, y 500, y 600, y 700 cada día. En Guaxocinco es lo mismo, que ya casi está asolada. En Tepeaca comienza agora, y así ha andado en derredor de México. Es cosa increíble la gente muerta y que muere cada día”.

 A partir de testimonios como éste, historiadores como Robert McCaa han descrito al siglo XVI como “una catástrofe demográfica” y, sin embargo, este fenómeno, también incidió en cómo somos hoy, argumenta la profesora Gisela von Wobeser. “Al tiempo que se daba esta importante merma entre los indígenas hubo un aumento en cuanto al número de individuos de origen europeo y africano y esto aceleró el proceso de mestizaje a tal grado que, ya para el siglo XVII, se había consolidado la población mestiza que caracteriza a nuestro país. Los cambios fueron drásticos y lo modificaron todo, pero eso pasa cuando hay un encuentro entre dos mundos”.

Los intérpretes y traductores indígenas, responsables de la mezcla cultural que dio pie al México de hoy

Omar Páramo

La historia de la Conquista, de la Nueva España y de los regímenes coloniales es, de alguna manera, la historia misma de los intérpretes y traductores indígenas que sirvieron de puente entre Mesoamérica y Europa, asegura la profesora Berenice Alcántara Rojas, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

“Hablar de los primeros encuentros entre españoles e indígenas nos remite a batallas y alianzas, pero solemos olvidar que no todo se jugó en arenas políticas, militares o económicas, pues al tiempo que las piezas se movían en dichos tableros había también una lucha por controlar los significados, es decir, por administrar a quién se le daba tal información y a quién se le negaba, y por determinar qué convenía decir y qué callar. La importancia de ello era tal que de eso dependía la coincidencia o el choque de gente nacida en mundos distintos”.

 De principio, señala la investigadora, sin estos personajes hubiera sido imposible difundir el cristianismo en lo que hoy es México, y los pueblos originarios no habrían podido responder a las exigencias de los dominadores ni a los cambios experimentados en sus mismas comunidades; a través de estos hombres y mujeres fluía la comunicación entre los indígenas y las autoridades españolas, los encomenderos, los evangelizadores y muchas otras instancias.

 “El papel de estos intérpretes y traductores va más allá de transmitir mensajes orales o escritos: eran verdaderos mediadores culturales, es decir, personas versadas en culturas y lenguas que negociaban y administraban qué comunicarle a los europeos y a los indígenas a fin de obtener resultados concretos. Como podemos sospechar, no eran neutrales, siempre tenían un bando: hubo quienes colaboraron para hacer caer a Tenochtitlán, estuvieron aquellos en favor de señoríos locales y los que se manifestaron contra los españoles y sus abusos”.

 Sobre este interés por incidir en los eventos, la doctora Alcántara pone de ejemplo a la intérprete más conocida de la Conquista, a Malintzin o doña Marina. “Esta mujer pudo acotarse a servir a los españoles en lo doméstico y sexual, pero prefirió revelarse como políglota y hablante de náhuatl, la lengua política de la Ēxcān Tlahtōlōyān o Triple Alianza. Proveniente de una comunidad sometida por los aztecas y a sabiendas que sus enemigos eran los de Cortés, ella le hizo saber con qué ejércitos unir fuerzas para ir contra los mexicas y ello marcó, en definitiva, el rumbo de la historia”.

La profesionalización de un oficio

La profesora Alcántara asesoró la película Malintzin, la historia de un enigma, documental dramatizado que —fuera de algunos detalles, como que los mayas ahí representados fueron caracterizados como si vivieran en el periodo Clásico, mientras que los que recibieron a los españoles en realidad pertenecían al Postclásico—, busca ser lo más rigurosa posible en cuanto a lo histórico.

 En el filme dirigido por Fernando González Sitges se retrata, en parte, cómo el azar terminó por hacer de estos hombres y mujeres intérpretes y traductores, uno de los aspectos destacados por la investigadora al participar en el ciclo El Historiador frente a la Historia.

 “Estos mediadores culturales lo fueron por casualidad o por la fuerza. En sus primeros encuentros era común que los europeos tomaran prisioneros a los nativos y, si les veían aptitudes, los secuestraban y embarcaban a Cuba con el fin de enseñarles castellano. Más tarde se crearía el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco —por citar al más importante, aunque hubo otras escuelas conventuales dedicadas a lo mismo— enfocado a formar una élite nahua profesionalizada en la traducción y de donde salieron intérpretes para los juzgados, las audiencias y que tradujeron obras intelectuales y religiosas”.

 Como territorio sometido al dominio árabe por siglos y acostumbrado a tratar con musulmanes y sefardíes, España era muy consciente de la importancia de los intérpretes y por ello buscó desarrollar el oficio en América; sabía que sin el respaldo de estas personas fracasarían sus avances colonialistas y que resultaría casi imposible recaudar tributos, llevar a los indígenas a trabajar lejos de sus comunidades, convertirlos al catolicismo y cambiarles su forma de ver el mundo.

 “Sin embargo, un aspecto no bien calculado por los españoles es que, si bien estos traductores transmitían los valores occidentales, al mismo tiempo usaban sus conocimientos para mitigar los embates de la Colonia. Este fenómeno sería bautizado por el antropólogo Guillermo Bonfil Batalla como ‘control cultural’, y fue una de las tantas estrategias a las que recurrieron los indígenas para procurarse márgenes de decisión acerca de su participación en el nuevo orden y sobre cómo frenar, hasta donde se pudiera, los abuso y los despojos de tierras tan frecuentes en la segunda mitad del siglo XVI”.

 En una de las obras escritas justo en la época, El Quijote, Miguel de Cervantes hacía decir a su ingenioso hidalgo: “Me parece que el traducir de una lengua en otra, como no sea de las reinas de las lenguas, griega y latina, es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que, aunque se ven las figuras, son llenas de hilos que las escurecen, y no se ven con la lisura y tez de la haz”.

 Al respecto la doctora Alcántara subraya que en estos ejercicios es imposible hacer una calca exacta de significados y, por lo mismo, los mediadores culturales aprovecharon este juego de claroscuros para tomar a discreción elementos de uno y otro mundo, los cuales, al confluir en un mismo espacio, conformaron el México de hoy.

 “Solemos decir que somos una mezcla de elementos europeos y mesoamericanos; fueron justo los intérpretes y traductores quienes decidieron qué de Occidente llevar a los nativos y viceversa, pues también las autoridades virreinales recibieron información filtrada de lo indígena. En esta cadena de comunicación siempre hubo alguien que decidió qué incluir y excluir. Así, día a día, estos mediadores culturales dieron forma a la naciente sociedad de la Nueva España”.

El amor predicado por la evangelización y la violencia ejercida por los conquistadores iban de la mano

Omar Páramo / Myriam Nuñez

Aunque suele pensarse que la Conquista de México y la evangelización de los pueblos originarios son cosas muy diferentes, no se podría entender la expansión imperial y comercial de la España de Carlos V, ni la explotación masiva de los yacimientos mineros de América, sin la connivencia de militares y frailes, señaló el profesor Antonio Rubial, de la Facultad de Filosofía y Letras, al participar en el ciclo El Historiador frente a la Historia 2019, organizado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

“Pese a lo paradójico que pueda sonarnos, los intereses imperiales y los principios católicos estaban en armonía debido a que el cristianismo es una religión tan extraña que es capaz de justificar guerras, Cruzadas e instituciones como la Inquisición y, a un mismo tiempo, predicar sobre amor universal y protección a los débiles”.

Nuestra tendencia a concebir Conquista y evangelización como empresas independientes —señala el académico— es herencia del siglo XIX. De hecho, el ver a la primera como un evento nefasto y a la segunda como lo único rescatable de ese periodo salió de las mentes de los historiógrafos decimonónicos quienes, aunque liberales y hasta masones, en el fondo eran católicos y, por lo mismo, consideraban a la llegada del cristianismo como algo necesario para civilizar a las culturas originarias de Mesoamérica.

“No olvidemos que los religiosos encargados de adoctrinar a los indígenas llegaron a lo que hoy es México justo tras la caída de la gran Tenochtitlan —en 1523 lo hicieron los franciscanos, en 1526 los dominicos y en 1533 los agustinos— ni que todos estos frailes eran funcionarios del rey, pagados por la corona y desembarcados en el Nuevo Mundo con una encomienda: convertir a los indígenas paganos en cristianos susceptibles de ser explotados”.

A decir del profesor Rubial, cristianismo y poder siempre han estado unidos y, desde el principio, la evangelización fue clave para el plan español de expansión y sometimiento. Las tres órdenes —añade— consideraban que la violencia ejercida por los conquistadores era necesaria para hacerles llegar la Biblia a los pueblos originarios y, amparados bajo esta lógica, le decían a los nativos: ‘venimos a darles la salvación, a cambio ustedes deben trabajar para nosotros’.

“El cristianismo defiende una verdad absoluta en la que no cabe lo diferente. Bajo esta óptica el islam, el judaísmo, las herejías cristianas y los cultos prehispánicos debían desaparecer así que, aunque nos hayan dicho tantas veces que fray Bernardino de Sahagún escribió su libro para entender el mundo mesoamericano y rescatarlo para las generaciones futuras esto es falso; lo hizo para que los indígenas no practicaran sus cultos y erradicar idolatrías”.

El profesor Rubial es claro al señalar que en el imaginario colectivo suele verse a los frailes como etnólogos en ciernes sumamente interesados en entender y preservar la cultura, lengua y pensamiento de los pueblos originarios; no obstante, estas ideas corresponden más bien a la Ilustración y a una serie de cambios en el siglo XIX que condujeron a que las sociedades concibieran el respeto y la protección de otras civilizaciones como algo de mucha valía.

“Los religiosos del siglo XVI eran de posturas antagónicas a las recién mencionadas y, a tal grado, que llegaron a comparar a Hernán Cortés con Moisés por haber rescatado a los pueblos indígenas de la esclavitud del pecado y haberlos llevado a la libertad de la salvación. Como se ve, para los frailes desembarcados en la Nueva España la tolerancia era algo impensable, y lo mismo el respeto al otro”.

La religión como escultora de la sociedad

Para el profesor Antonio Rubial, el hecho de que hoy vivamos en una sociedad secular, es decir, en una donde la religión es un asunto personal e individual, hace que olvidemos que en siglos pasados todo giraba en torno a la idea de un dios y ello moldeaba las conductas y formas sociales hasta en sus más mínimos detalles.

“El rey lo era por voluntad divina; el ayuno determinaba lo que la población comía a lo largo del año; las fiestas religiosas interrumpían dinámicas económicas al prohibir el trabajo en ciertas fechas; los templos eran sitios en donde la gente iba a enterarse de las noticias del mundo, y la jornada se medía según el repicar de las campanas (por ejemplo, al mediodía se le conocía como la hora del ángelus)”.

La Iglesia, como administradora del orden social, tenía un gran poder y estaba a la cabeza de una comunidad que, supuestamente, se preparaba para el final de los tiempos, por lo que no debería extrañar que la huella de la evangelización sea perceptible incluso en el ordenamiento del México actual, ya que todos los pueblos hoy conocidos se crearon durante la época colonial, detalla el académico.

“Aunque sedentarios, las comunidades mesoamericanas no estaban urbanizadas en el sentido occidental: tenían un núcleo donde se erigían sus templos y alrededor había múltiples aldeas dispersas en un gran territorio. Ello entorpecía la conversión indígena ya que a veces los frailes tardaban años en volver y, al retornar de donde habían partido, su adoctrinamiento se había olvidado, los nativos habían integrado la cruz a sus dioses y los rituales continuaban”.

A fin de evitar estas evangelizaciones malogradas, la estrategia fue sacar a los indígenas de sus hogares y congregarlos en un solo lugar —casi siempre lejos de donde estaban sus santuarios a fin de que olvidaran a los dioses originales—, creando comunidades que le dieron un ordenamiento geográfico definitivo a Nueva España, tanto en sus asentamientos chicos como en sus concentraciones urbanas.

“Puebla fue fundada por 14 familias de colonos y franciscanos; Oaxaca por un grupo de hispanos provenientes de Segura de la Frontera y de dominicos; Mérida nace con el arribo de una avanzada de españoles y frailes, y lo mismo pasa en Guadalajara y Valladolid. Las órdenes religiosas cofundan las ciudades y hacen de ellas centros logísticos desde donde se coordinaba la evangelización”.

Todo esto, además de ayudar a la propagación del cristianismo, facilitó el cobro de tributos a la hacienda novohispana, el manejo de mano de obra nativa a mineros y terratenientes y benefició tanto a la Corona y a encomenderos como a las autoridades indígenas que se aliaron con los recién llegados. “Y es que muchos caciques pactaron con los frailes. Se repite que los indígenas participaron activamente en la Conquista y poco se menciona que también se sumaron a la evangelización, pues muchos hicieron todo lo posible para sustituir las creencias originales por el credo de Cristo”.

El problema de la Virgen

Cuenta la leyenda que en 1531, justo 10 años después de la caída del imperio azteca, la Virgen de Guadalupe se le apareció a un chichimeca de nombre Juan Diego y que esta epifanía hizo posible la evangelización indígena, pues despejaba cualquier duda sobre cuál era la religión verdadera, lo que a decir del profesor Rubial no es más que un mito colonial diseñado para crear identidad primero en la zona bajo influencia mexica, y después en el resto de la Nueva España.

“Pero partimos de una falsedad, porque lo que se veneraba en el santuario erigido ahí, en el siglo XVI, era a la Virgen de Guadalupe de Extremadura (divinidad proveniente de la misma región en la que nació Hernán Cortés), la cual es una imagen española que poco impacto tuvo en el proceso evangelizador. El dedicar el templo a una virgen supuestamente indígena se daría un siglo después”.

De hecho, señala el experto, la aparición guadalupana y lo que gira en torno a ella es fabulación del obispado, del cabildo de la catedral y del clero secular del siglo XVII. La finalidad era desacreditar la labor mendicante y usar este relato como estandarte en esa gran batalla librada durante los tres siglos entre obispos y frailes por el control de las comunidades originarias.

“Evidencia de ellos es que los principales opositores al culto guadalupano fueron los franciscanos. Existe un texto muy famoso del padre Francisco de Bustamante en la que alertaba sobre el peligro de que dicha adoración se volviera un culto idolátrico y cuestionaba al arzobispo Alonso de Montúfar por afirmar que una imagen pintada por el indio Marcos Cipac hacía milagros. ¡Incluso daba el nombre del artista! Ese documento, aunque publicado en muchas ocasiones y trabajado por múltiples académicos curiosamente desapareció de la Basílica y si lo llegas a solicitar simplemente te dicen ‘no está’”.

Para Antonio Rubial, la evangelización es un proceso que no se suele apreciar en toda su complejidad debido a que tenemos una visión bastante monolítica del periodo colonial. “No separamos etapas ni vemos que el siglo XVI fue muy diferente al XVII y al XVIII. La evangelización siguió, pero fueron otros los parámetros usados al ir cambiando la realidad social y sus problemas”.

Cortés, el escritor

Hernán Cortés no sólo sabe usar la espada, con la pluma se convierte en un autor de gran éxito, “asegura su fama en toda Europa”. Christian Duverger retrata en su libro Vida de Hernán Cortés, La Pluma a un personaje que puede escaparse varios días de la batalla para escribir. En octubre de 1520 se aísla por tres semanas en Tepeaca y escribe la segunda Carta de Relación. Su obra logra 12 ediciones en tan sólo cinco años. El libro cuesta lo equivalente a un caballo y se traduce a otros idiomas.

Con la fama llega la envidia. Su libro se prohíbe y poseerlo implica una multa: el precio de dos caballos. Después de años de investigación y sumergirse en archivos, como los de El Vaticano, el doctor por La Sorbona afirma que Cortés quiere escribir la gran obra sobre la Conquista de la Nueva España y como es un autor prohibido tiene que utilizar el seudónimo de Bernal Díaz del Castillo. En su libro cita un pasaje que comprueba que era un hecho conocido: “El Inca Garcilaso escribe en sus comentarios reales lo siguiente: Yo soy testigo de haber oído vez y veces a mi padre y a sus contemporáneos, cotejando las dos Repúblicas, México y Perú, hablando en este particular de los sacrificios de hombres y del comer carne humana, que loaban tanto a los Incas del Perú porque no los tuvieron ni consintieron cuánto abominaban a los de México porque lo uno y lo otro se hizo dentro y fuera de aquella ciudad tan diabólicamente como lo cuenta la historia de su conquista, la cual es fama cierta, aunque secreta, que la escribió el mismo que la conquistó”.

Duverger afirma en entrevista con UNAM Global que “nos equivocamos con la figura de Hernán Cortés, no entendimos lo que ocurrió hace 500 años. La mexicanidad nació de una herida y eso puede explicar la manera de ver la historia, pero aceptar otra lectura de la historia significa aceptar el mestizaje”. Agrega que “Cortés no entró como un conquistador, pero como una persona extranjera solicitó su admisión en el marco mesoamericano. La idea de Cortés es conservar todo el Estado porque funcionaba, él lo que quiere es ser Tlatoani de Mesoamérica”. Sin librar ninguna batalla en el Valle de México, Cortés llega a ser Tlatoani.

Hablar de Hernán Cortés “es abrir una herida mal cicatrizada”. Duverger lo sabe y quienes asistieron a su conferencia magistral impartida en Monterrey, en el marco de su Feria del Libro, lo vieron. Casi al final de su disertación sobre el Cortés humano, artífice del mestizaje, escritor, una mujer está a punto de hacerle una pregunta, pero es interrumpida por alguien que está en las primeras filas y que le reclama al antropólogo francés. Le exige que hable del genocidio español, de la población masacrada por los españoles. Duverger le contesta sin perder la calma, aunque no logrará convencer a su interlocutor.

El destino de las lenguas amerindias

La existencia de las lenguas originarias del Nuevo Mundo está hoy seriamente amenazada. En ellas florecieron cantos, poemas, relatos y discursos de la antigua palabra que iluminaron las vidas de quienes las hablaron. Al ocurrir la invasión de los europeos, todo comenzó a cambiar. La lengua de los vencedores se impuso, en ocasiones, de forma ambivalente, y en otras de manera decidida. Las lenguas originarias perdieron su anterior vigencia, y se redujo el número de sus hablantes.

Hoy muchas de esas lenguas han muerto y otras están en peligro de desaparecer. Rampantes procesos de globalización, que incluyen el campo lingüístico, han puesto en riesgo inminente el destino de estos idiomas. La mayor parte de quienes aún los hablan son gente que vive en situaciones de marginación y pobreza, muchas veces extrema. Ellos mismos y el destino de sus lenguas dependen en gran parte de otros. Sólo unos pocos, que han logrado escapar a la precariedad y formarse profesionalmente, luchan hoy al lado de compatriotas no indígenas que comparten la preocupación por el destino de las lenguas originarias.

Sus voces son de esperanza, en ocasiones muy tímida y poco confiada. Sin embargo, son eco de una conciencia cada vez más honda de lo que significa la muerte de una lengua. Buscan fortalecer su esperanza, luchan por la perduración de los idiomas ancestrales.

Dicen los expertos que actualmente en el mundo se hablan alrededor de 6,000 lenguas distintas, y anticipan que para el fin de este siglo las lenguas que se hablarán serán a lo sumo un centenar.

Si la diversidad biológica es un gran tesoro, la diversidad cultural y lingüística lo es aún más. Cada lengua es como una atalaya que permite apreciar el universo entero con enfoques distintos que nos acercan a él de múltiples formas. La diversidad de las variantes lingüísticas contribuye a abrir nuevos caminos al pensamiento, la comunicación y la creatividad humanas. Cuando muere una lengua la humanidad se empobrece.

Quienes nos preocupamos por el destino de las lenguas amerindias, y en el fondo, de todas las lenguas, no podemos permanecer indiferentes. A la luz de esto presento aquí una breve antología de expresiones de la palabra indígena que hablan de la preocupación y la esperanza ante el destino de las lenguas amerindias. Son las voces de poetas que claman en favor de ellas, el gran tesoro que muchos han despreciado y arrinconado.

Las voces de esperanza

Cuatro son los poetas a quienes aquí me sumo, cuyas voces citaré. Uno fue Gabriel López Chiñas, oriundo de Juchitán, Oaxaca, nacido en 1911 y fallecido en 1983. Es autor de una obra relativamente amplia. Se formó como licenciado en Derecho en la unam y dejó ensayos y poesía en su lengua materna. De él publico su poema “El zapoteco”, expresión simultánea de preocupación y, a la vez, de honda esperanza.

 

Texto original: https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/0b79a186-51d2-455d-8e67-4830f9b261c9/el-destino-de-las-lenguas-amerindias

Encuentran biberones de hace 7,000 años

Un equipo de científicos, dirigido por la Universidad de Bristol, ha encontrado la primera evidencia de que los bebés prehistóricos fueron alimentados con leche animal usando el equivalente de los biberones modernos.

Los posibles recipientes de alimentación infantil, hechos de arcilla, aparecen por primera vez en Europa en el Neolítico (alrededor de 5.000 aC), convirtiéndose en un lugar más común a lo largo de las edades de bronce y hierro. Los vasos suelen ser lo suficientemente pequeños como para caber dentro de las manos de un bebé y tienen un pico a través del cual se puede succionar el líquido. A veces tienen ‘pies’ y con forma de animales imaginarios. A pesar de esto, a falta de evidencia directa de su función, se ha sugerido que también podrían ser vasos para enfermos o personas debilitas física o mentalmente.

Los investigadores querían investigar si se trataba de recipientes de alimentación infantil (biberones), por lo que seleccionaron tres ejemplos encontrados en tumbas infantiles muy raras en Baviera. Estos eran recipientes pequeños (de unos 5 a 10 cm de ancho) y con un pico extremadamente estrecho.

El equipo utilizó un enfoque químico e isotópico combinado para identificar y cuantificar los residuos de alimentos encontrados dentro de los vasos. Sus hallazgos, publicados hoy en la revista Nature, mostraron que las botellas contenían leche de rumiantes de ganado domesticado, ovejas o cabras.

Resultados que combinados con el sitio donde fueron hallados (tumbas infantiles de 0-6 años), confirman que estos artefactos se utilizaron como biberones para alimentar a los bebés con leche animal.

Fuente: Universidad de Bristol

Artículo: “Milk of ruminants in ceramic baby bottles from prehistoric child graves“. Nature.

Encuentran un antiguo cráneo humano, el antepasado de Lucy

Una cara antigua está arrojando nueva luz sobre nuestros primeros antepasados. Los arqueólogos han descubierto un cráneo de homínido de 3.8 millones de años en Woranso-Mille Etiopía, un espécimen raro y notablemente completo que podría cambiar lo que sabemos sobre los orígenes de uno de los antepasados más famosos de la humanidad, Lucy.

El cráneo dicen (llamado cráneo MRD), perteneció a una especie llamada Australopithecus anamensis. Este espécimen proporciona así la primera visión de toda la morfología craneofacial de los primeros miembros conocidos del género Australopithecus.

Generalmente se pensaba que A. anamensis se transformó gradualmente en Australopithecus afarensis (proceso evolutivo conocido como anagénesis), especie a la que pertenece Lucy, lo que implicaría que las dos especies nunca coexistieron.

Pero las características del último hallazgo sugieren que A. anamensis compartió el paisaje prehistórico etíope con la especie de Lucy durante al menos 100,000 años.

Sugiriendo que el árbol evolutivo de los humanos fue más complicado de lo que los científicos habían pensado, pero otros investigadores dicen que la evidencia aún no es concluyente.

A. afarensis vivió en África oriental hace unos 4-3 millones de años. Es importante para la comprensión de la evolución humana porque podría haber sido la especie de simio de la cual el género humano “verdadero”, Homo, evolucionó hace unos 2.8 millones de años.

Las características de los dientes y las mandíbulas del fósil sugieren que pertenece a A. anamensis. Esa es una conclusión importante porque, hasta ahora, los investigadores habían encontrado solo unos pocos fragmentos de cráneos de esa especie.

Haile-Selassie y sus colegas dicen que todavía es probable que la especie de Lucy haya evolucionado de A. anamensis. Pero piensan que lo hizo a través de un “evento de especiación”: quizás un pequeño grupo de A. anamensis se aisló genéticamente de la población general y evolucionó a A. afarensis, que finalmente superó a la población más amplia de A. anamensis.

Stephanie Melillo, paleontólogo del Instituto Max Planck, admite que argumentar a favor de un evento de especiación local en lugar de una transformación gradual de toda la población puede parecer descabellado, pero dice que comprender exactamente cómo evolucionaron las especies de homínidos es un primer paso crucial para desentrañar por qué evolucionaron de la manera en que lo hicieron.

Algunos investigadores están listos para considerar la posibilidad de que A. afarensis y A. anamensis coexistan. “Es una afirmación muy interesante“, dice David Strait, un paleoantropólogo de la Universidad de Washington en St Louis, Missouri.

Pero tanto Strait como Ward piensan que la evidencia aún no es concluyente, ya que se basa en gran medida en solo dos fósiles: el cráneo MRD y el fragmento de la frente descubierto en la década de 1980. Strait cree que los futuros hallazgos de fósiles podrían ayudar a reafirmar la idea.

Tim White, un paleoantropólogo de la Universidad de California, Berkeley, cree que con pruebas tan limitadas es demasiado pronto para revisar nuestra comprensión de los orígenes de Lucy. Pero él dice que cada vez es más común que los investigadores argumenten que hubo dos o más especies de homínidos coexistiendo en un punto dado en los últimos millones de años.

Fuente: Nature

Artículo: “A 3.8-million-year-old hominin cranium from Woranso-Mille, Ethiopia“. Nature.

 

Einstein se arrepiente del desarrollo de la bomba atómica, en entrevista de 1951

Pese a ser reconocido en todo el mundo, pocas veces se ha podido escuchar la voz de Albert Einstein.

Una subasta llevada a cabo por Heritage Auctions hace unas semanas ha permitido conocer una grabación inédita de Albert Einstein, en la que el físico alemán aborda varios temas.

Albert Einstein generalmente rechazaba la publicidad y prefería ir en silencio a su trabajo en Princeton. Personalmente, nunca habíamos escuchado grabaciones de su voz. Sin embargo, en algún momento de 1951, se sentó a comer con Jack y Frances Rosenburg en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.

Jack se graduó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 1947 y se convirtió en asistente de investigación para el físico y matemático Von Neuman en el Instituto. Jack conoció a Einstein cuando se le asignó la tarea de construir un receptor de FM para dárselo al “anciano” como regalo de cumpleaños, esto por sugerencia de Robert Oppenheimer.

Rosenberg, Von Neuman, Oppenheimer y un amigo artista, Panofsky, le entregaron el regalo a Einstein en su cumpleaños, luego de que una antena se hubiera instalado en secreto confabulando con el ama de llaves. Esto llevó a una estrecha amistad con Jack, su esposa Frances y sus hijos.

Su conversación ‘casual’ fue grabada en discos de larga duración. Posteriormente, se transfirió a cinta magnética y se entregó al consignador actual hace cerca de treinta años. Posteriormente, se transfirió a cinta magnética y se entregó al consignador actual hace cerca de treinta años.

La conversación dura unos 33 minutos y salió a subasta a comienzos de mayo; no obstante, puede escucharse un extracto de unos tres minutos. Einstein habla con un fuerte acento alemán y, bromas y risas mediante, da su opinión sobre su amor por la música o, en tono más serio, sobre la bomba atómica.

Según la compañía de subastas, durante la conversación se abarcó una amplia gama de temas, incluyendo:

1. El juicio de Ethel y Julius Rosenberg. (“Tan imprudente lo que hacen … muy injusta toda la acción“).
2. La adquisición por parte de los Estados Unidos de la bomba atómica. (“Es mejor para el bienestar mundial que los rusos también la tengan“). Habla de que conoce al jefe del programa atómico soviético, pero con humor dice “no le di secretos“.
3. El estado y los riesgos asociados con ser un científico bajo un régimen autoritario. “En otros países, un hombre con gran influencia puede hacer mucho daño“.
4. Su famosa carta a Franklin Delano Roosevelt (FDR) sugiriendo el posible desarrollo de la bomba atómica. “Me arrepiento mucho … creo que fue una gran desgracia“. Él minimiza su papel en el desarrollo de la bomba atómica.
5. La diferencia entre FDR y Truman. FDR “… no la habría usado si hubiera vivido … estoy convencido“.
6. Su relación con científicos europeos y soviéticos.
7. Su amor por la música, incluyendo una preferencia por Schubert, Beethoven y Brahams. “Me gustaba mucho Wagner … En mi juventud, no había escuchado nada mejor que el Concierto para violín de Ionescu“. Toscanini fue “muy valiente en la época de Mussolini“.

Fuente: https://www.abc.es/ciencia/abci-aparece-raro-audio-einstein-hablando-arrepentimiento-bomba-atomica-201906101614_noticia.html

Hallan en antiguo paquete ritual, evidencia del uso de múltiples plantas psicotrópicas

Hace mil años, los nativos americanos de América del Sur utilizaban múltiples plantas psicotrópicas, posiblemente de forma simultánea, para inducir alucinaciones y alteraciones de la conciencia, según la conclusión de un equipo internacional de antropólogos de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) y de la Universidad Mayor de San Andrés en Bolivia.

Ya sabíamos que los psicotrópicos eran importantes en las actividades espirituales y religiosas de las sociedades del sur y centro de los Andes, pero no sabíamos que estas personas utilizaban tantos compuestos diferentes y posiblemente los combinaban“, dijo José Capriles, profesor asistente de antropología, de la Penn State. “Este es el mayor número de sustancias psicoactivas que se han encontrado en un solo conjunto arqueológico de Sudamérica“.

Los investigadores buscaban ocupaciones antiguas en los refugios de roca seca del valle del Río Sora (ya seco) en el suroeste de Bolivia cuando encontraron un sitio ritual como parte de un entierro humano.

El paquete, una bolsa de cuero, contenía entre otras cosas, dos tabletas de inhalación (usadas para pulverizar las plantas psicotrópicas en el tabaco); un tubo para aspirar (para fumar las plantas alucinógenas); y una bolsa construida con tres hocicos de zorro.

El equipo utilizó la datación por radiocarbono con espectrometría de masas con aceleradores, para determinar la edad de la bolsa exterior de cuero y descubrió que tenía aproximadamente 1.000 años de antigüedad.

Este período en el sitio, está asociado con la desintegración del estado de Tiwanaku y el surgimiento de políticas regionales“, dijo Capriles.

Además, el equipo obtuvo un pequeño raspado del interior de la bolsa de la bolsa construida con hocicos de zorro y analizó el material mediante cromatografía líquida con espectrometría de masas en tándem, bolsa que suponen pertenecía a un chamán.

Este método es altamente sensible y muy efectivo para detectar la presencia de cantidades diminutas de compuestos específicos de muestras muy pequeñas“, dijo Melanie Miller, becaria postdoctoral en la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, e investigadora afiliada en la Universidad de California, Berkeley, fue quien se encargó de analizar las muestras.

A través del procedimiento, los investigadores identificaron la presencia de múltiples compuestos psicoactivos: cocaína, benzoilecgonina (el metabolito primario de la cocaína), harmina, bufotenina, dimetiltriptamina (DMT) y posiblemente psilocina (un compuesto que se encuentra en algunos hongos), de al menos tres especies de plantas (probablemente Erythroxylum coca, una especie de Anadenanthera y Banistesteriopsis caani).

Los resultados fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los chamanes eran especialistas en rituales que tenían conocimiento de las plantas y cómo usarlas como mecanismos para interactuar con seres sobrenaturales, incluidos los ancestros venerados que se creía que existían en otros reinos“, dijo Capriles. “Es posible que el chamán que era dueño de esta bolsa consumiera múltiples plantas diferentes simultáneamente para producir diferentes efectos o extender sus alucinaciones“.

Miller notó la co-ocurrencia de harmina y DMT, que son los ingredientes principales de las preparaciones modernas de ayahuasca, una bebida que, según se informa, induce alucinaciones y alteración de la conciencia.

Capriles señaló que “algunos estudiosos creen que la ayahuasca tiene orígenes relativamente recientes, mientras que otros argumentan que puede haber sido utilizada durante siglos, o incluso milenios”.

La presencia de numerosos compuestos no solo sugiere el uso simultáneo de múltiples plantas psicotrópicas y el uso anterior de la ayahuasca, en particular, sino que también indica un conocimiento botánico intrincado por parte del dueño de la bolsa y un esfuerzo por adquirir plantas alucinógenas, ya que las plantas provienen de diferentes regiones de Sudamérica en su mayoría tropicales.

Ninguno de los compuestos psicoactivos que encontramos proviene de plantas que crecen en esta zona de los Andes, lo que indica la presencia de redes de intercambio elaboradas o el movimiento de este individuo en diversos entornos para adquirir estas plantas especiales“, explicó Miller y concluyó, “este descubrimiento nos recuerda que las personas en el pasado tenía un amplio conocimiento de estas poderosas plantas y sus posibles usos, y las buscaron por sus propiedades medicinales y psicoactivas”.