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Cuando la ciudadanía triunfó

Algunos colegas y yo platicábamos acerca del proceso para la selección de candidatos a dirigir la Junta Directiva y Consejo Técnico del nuevo Organismo de Mejora Continua de la Educación. Todos coincidíamos en querer hacer algo para, al menos, hacerle saber a la Comisión de Educación del Senado que estábamos inconformes con su proceso por haber tenido irregularidades, poca transparencia y credibilidad en la selección de los aspirantes aprobados. En primer lugar, una de las postulantes a ambos órganos cometió plagio en el ensayo que presentó; en segundo lugar, en el expediente público no aparece el ensayo completo de otro candidato, únicamente un resumen (pasando por encima del requisito solicitado) y una candidata entregó su ensayo incompleto.

 

Para el Consejo Técnico de Educación se rechazaron 57 aspirantes y sólo se aceptaron 9 solicitudes y para la Junta Directiva se rechazaron 52 y se aprobaron 9. Se conocen diversas irregularidades sobre los casos de los aspirantes rechazados, muchos de los cuales cuentan con altos perfiles académicos y con probada trayectoria profesional. De igual forma, se reportaron, por ejemplo: problemas con la plataforma, avisos a destiempo sobre sus documentos o, simplemente, no fueron notificados de los motivos por los cuales sus solicitudes fueron rechazadas.

 

Como ciudadanos y profesionales en el campo de la educación, el 7 de junio decidimos iniciar unapetición en Change.org, una plataforma digital para iniciar campañas donde se recaban firmas de la ciudadanía. La campaña se llamó: #CopiarNoEsMejorar #ReponganElProceso para la Junta Directiva y Consejo Técnico del exINEE, se adscribieron mil 317 personas. El 10 de junio –el mismo día que inició la primera Audiencia con los seleccionados– se entregaron las firmas personalmente a la Comisión de Educación y a la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores. Entre los firmantes estaban profesores de educación básica, de educación media superior y superior; estudiantes de licenciatura y posgrado de áreas educativas, ciudadanos interesados en educación, representantes de asociaciones civiles y de organismos internacionales, académicos con amplia trayectoria en la investigación educativa y de otras áreas, expresidentes del extinto INEE, una secretaria y exsubsecretaria de Educación, incluso, legisladores.

 

El cabildeo apenas comenzaba. Lo que inició como una petición, se convertiría rápidamente en una campaña mediática en redes sociales para que muchas personas se enteraran de lo que estaba sucediendo y se sumaran a la causa. Medios de comunicación como Educación Futura, Excélsior, El Universal, Animal Político, MVS Radio y Reforma, difundieron la campaña (de hecho, hasta hubo una canción). El ruido mediático, tarea fundamental en el proceso de cabildeo, había llegado no sólo a la Comisión de Educación o a la Junta Política sino a los senadores en general. Algunos empezaron a preguntar qué estaba pasando y de esta manera, empezó la segunda fase –no planeada– del cabildeo. Mis colegas y yo personalizamos una carta dirigida a cada uno de los coordinadores de los 8 Grupos Parlamentarios más el senador independiente, para que les hicieran llegar a su bancada las firmas y la explicación de por qué era importante reponer el proceso de selección de candidatos. De esta manera, el lunes 17 de junio llegamos muy temprano al Senado de la República y esperamos media hora para que nos dieran acceso, las medidas de seguridad son fuertes. Entramos. Piso 1, piso 4, piso 6, sótano, de nuevo piso 1, ahora al piso 3, “aquí no es”, piso 5, “regresen al sótano”. Durante 2 horas recorrimos las nueve oficinas de los Coordinadores de bancada para entregar la carta. Por un momento pensamos que nada de lo que estábamos haciendo serviría de algo, luego se nos pasó. Ya estábamos cansados. Después de mediodía, se da a conocer que Andrea Contreras, la candidata que plagió parte de su ensayo, había sido la única rechazada del proceso para pasar a la siguiente fase. Sentimos que eso había sido un pequeño triunfo, sin embargo, al día siguiente la Comisión de Educación sí la había aprobado. Cualquier esperanza de reposición del proceso estaba prácticamente sepultada. La decisión la tendrían las y los senadores al momento de la votación.

 

¡Oh sorpresa! En la tarde noche del miércoles 19 de junio corría como pan caliente la noticia de que el Senado, en sesión extraordinaria, había cancelado el proceso por no haberse logrado la mayoría en la Junta de Coordinación Política para las designaciones y que, por esta razón, se emitirían nuevas convocatorias.

 

12 días intensos de presión, cabildeo, ruido y difusión sirvieron para declarar victoria. Si bien el triunfo no fue como se esperaba (pues los anteriores candidatos serán considerados en el nuevo proceso), sí es un motivo de celebración la sensatez de los legisladores al no permitir que continuara un proceso ilegítimo y poco claro. La ciudadanía se involucró de muchas maneras posibles. Cuestionaron, firmaron, difundieron, se interesaron por este tema y, eso es, en sí mismo, el mejor aprendizaje de todo este proceso. Me sigo convenciendo de que la apatía es cosa del pasado; lo que falta es que alguien prenda la mecha, proponga, haga y motive a otros. En tan sólo dos semanas, ciudadanía, medios de comunicación y legisladores formamos un gran observatorio de política pública y logramos incidir en ella. No hay que dejar de hacerlo, al contrario, que este triunfo colectivo sea una motivación para continuar igual porque faltan las leyes secundarias y de nuevo el proceso de selección.

 

¡Enhorabuena! ¡Felicidades a todos y todas!

 

*Pedagoga, Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y Maestra en Aprendizaje y Políticas Educativas