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Hallan en antiguo paquete ritual, evidencia del uso de múltiples plantas psicotrópicas

Hace mil años, los nativos americanos de América del Sur utilizaban múltiples plantas psicotrópicas, posiblemente de forma simultánea, para inducir alucinaciones y alteraciones de la conciencia, según la conclusión de un equipo internacional de antropólogos de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) y de la Universidad Mayor de San Andrés en Bolivia.

Ya sabíamos que los psicotrópicos eran importantes en las actividades espirituales y religiosas de las sociedades del sur y centro de los Andes, pero no sabíamos que estas personas utilizaban tantos compuestos diferentes y posiblemente los combinaban“, dijo José Capriles, profesor asistente de antropología, de la Penn State. “Este es el mayor número de sustancias psicoactivas que se han encontrado en un solo conjunto arqueológico de Sudamérica“.

Los investigadores buscaban ocupaciones antiguas en los refugios de roca seca del valle del Río Sora (ya seco) en el suroeste de Bolivia cuando encontraron un sitio ritual como parte de un entierro humano.

El paquete, una bolsa de cuero, contenía entre otras cosas, dos tabletas de inhalación (usadas para pulverizar las plantas psicotrópicas en el tabaco); un tubo para aspirar (para fumar las plantas alucinógenas); y una bolsa construida con tres hocicos de zorro.

El equipo utilizó la datación por radiocarbono con espectrometría de masas con aceleradores, para determinar la edad de la bolsa exterior de cuero y descubrió que tenía aproximadamente 1.000 años de antigüedad.

Este período en el sitio, está asociado con la desintegración del estado de Tiwanaku y el surgimiento de políticas regionales“, dijo Capriles.

Además, el equipo obtuvo un pequeño raspado del interior de la bolsa de la bolsa construida con hocicos de zorro y analizó el material mediante cromatografía líquida con espectrometría de masas en tándem, bolsa que suponen pertenecía a un chamán.

Este método es altamente sensible y muy efectivo para detectar la presencia de cantidades diminutas de compuestos específicos de muestras muy pequeñas“, dijo Melanie Miller, becaria postdoctoral en la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, e investigadora afiliada en la Universidad de California, Berkeley, fue quien se encargó de analizar las muestras.

A través del procedimiento, los investigadores identificaron la presencia de múltiples compuestos psicoactivos: cocaína, benzoilecgonina (el metabolito primario de la cocaína), harmina, bufotenina, dimetiltriptamina (DMT) y posiblemente psilocina (un compuesto que se encuentra en algunos hongos), de al menos tres especies de plantas (probablemente Erythroxylum coca, una especie de Anadenanthera y Banistesteriopsis caani).

Los resultados fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los chamanes eran especialistas en rituales que tenían conocimiento de las plantas y cómo usarlas como mecanismos para interactuar con seres sobrenaturales, incluidos los ancestros venerados que se creía que existían en otros reinos“, dijo Capriles. “Es posible que el chamán que era dueño de esta bolsa consumiera múltiples plantas diferentes simultáneamente para producir diferentes efectos o extender sus alucinaciones“.

Miller notó la co-ocurrencia de harmina y DMT, que son los ingredientes principales de las preparaciones modernas de ayahuasca, una bebida que, según se informa, induce alucinaciones y alteración de la conciencia.

Capriles señaló que “algunos estudiosos creen que la ayahuasca tiene orígenes relativamente recientes, mientras que otros argumentan que puede haber sido utilizada durante siglos, o incluso milenios”.

La presencia de numerosos compuestos no solo sugiere el uso simultáneo de múltiples plantas psicotrópicas y el uso anterior de la ayahuasca, en particular, sino que también indica un conocimiento botánico intrincado por parte del dueño de la bolsa y un esfuerzo por adquirir plantas alucinógenas, ya que las plantas provienen de diferentes regiones de Sudamérica en su mayoría tropicales.

Ninguno de los compuestos psicoactivos que encontramos proviene de plantas que crecen en esta zona de los Andes, lo que indica la presencia de redes de intercambio elaboradas o el movimiento de este individuo en diversos entornos para adquirir estas plantas especiales“, explicó Miller y concluyó, “este descubrimiento nos recuerda que las personas en el pasado tenía un amplio conocimiento de estas poderosas plantas y sus posibles usos, y las buscaron por sus propiedades medicinales y psicoactivas”.