Acatlán protege tus datos personales

Con el propósito de establecer los órganos, criterios y procedimientos institucionales para garantizar a toda persona la transparencia, protección de sus datos personales y el acceso a la información, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán cuenta con las normativas para que alumnos, profesores y trabajadores de esta unidad multidisciplinaria tengan plena confianza que su información es completamente segura y entrará en vigor a partir de la generación 2020.

Lo anterior, de conformidad con el Reglamento de Transparencia y Acceso a la Información Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México, acuerdo por el que se establecen los lineamientos para la protección de datos personales, publicados en la Gaceta UNAM el 25 de febrero de 2019.

Por ello, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es responsable del tratamiento de los datos personales para el registro de los alumnos, docentes, personal de la entidad académica, conferencistas o invitados externos (nacional o extranjero), visitantes, proveedores o clientes de servicios universitarios.

Para cumplir con las finalidades anteriormente descritas u otras legalmente exigidas por las autoridades competentes, los individuos podrán transferir sus datos personales, y estarán en posibilidad de exigir sus derechos de Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición al tratamiento de datos personales, mediante el cual el titular puede solicitar y ser informado sobre sus datos personales, el origen de los mismos, el tratamiento del cual sean objeto, las cesiones realizadas o que se pretendan realizar, así como a tener acceso al aviso de privacidad al que está sujeto el tratamiento.

Para conocer más sobre esta normatividad te invitamos a que le des clicken: https://www.acatlan.unam.mx/normatividad/y permanezcas informado.

UNAM desarrolla proyecto de movilidad sustentable

Con el objetivo de conseguir una movilidad sustentable al seno de Ciudad Universitaria y que se extienda a la Ciudad de México, un equipo multidisciplinario del Instituto de Ingeniería (II) y las facultades de Arquitectura e Ingeniería de la UNAM, desarrollaron una Estación de Bicicletas con Sistema  Inteligente.

Se trata de un programa piloto que arrancará con dos estaciones de carga pública, una en el Instituto de Ingeniería y otra en el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3). “Las estaciones son sustentables ya que buscan el ahorro y uso eficiente de la energía, ya que mientras están estacionadas pueden recargarse a través de celdas eléctricas”, explicó el doctor Jesús Savage Carmona, académico de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Máxima Casa de Estudios.

Por su parte, Jesús Cruz Navarro, profesor de la FI, refirió el diseño de “una estación inteligente que permitiera a los usuarios recoger su bici de manera automática a través de una aplicación y tener estadísticas de sus recorridos: cuántas calorías recorrieron, cuánto no contaminaron, qué distancia recorrieron, etcétera. Desarrollamos una tarjeta y  múltiples sensores para obtener información detallada de los recorridos y los usuarios”.

Asimismo, el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la FA desarrolló los componentes de las bicicletas eléctricas. “Estudiamos las tendencias de lo que viene en el futuro y le dimos forma, su ergonomía no es invasiva y es innovadora”, señaló Roberto González Torres, diseñador industrial.

El proceso de producción lo realizó el Instituto de Ingeniería, fabricó las bicicletas y las estaciones de carga así como la puesta en operación de éstas y la instalación de los paneles solares. “Fue el trabajo de más de tres años, es un diseño 100% Hecho en CU, con el cual mostramos que podemos hacer los proyectos en la ciudad y llevarlos a una aplicación real”, aseguró Germán Carmona Paredes, del II.

Este proyecto va más allá de las bicicletas: “Es el inicio para planear la ciudad de otra forma, con una visión más amplia de infraestructura que concilie el desarrollo de la tecnología con los beneficios energéticos”, expresó Antonio Suárez Bonilla, del Laboratorio de Movilidad e Infraestructura Verde (Labmov) de la FA.

Ver la danza con el corazón abierto: Diego Vázquez

Diego Vázquez, director artístico del Taller Coreográfico de la UNAM, comentó que esta temporada será emocionante con 10 estrenos y 24 obras de la maestra Gloria Contreras, “esta compañía universitaria sigue teniendo su fundamento en el repertorio de su fundadora, la maestra Gloria Contreras”.

La temporada iniciará el 30 de agosto en el teatro Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, con música de Bach y un ciclo de Schubert. El director artístico destacó que por primera vez en el ciclo una soprano acompañará a los bailarines.

Vázquez refirió que la Universidad no sólo se enfoca en la ciencias, sino también en las artes “buscando que el ser humano sea un ser completo, pleno, y en ese sentido, las artes toman su función: conectarnos con nuestras emociones y hacernos más empáticos, más compasivos. Por eso, es fundamental la labor que hace el Taller Coreográfico de la UNAM”.

Asimismo, Vázquez enfatizó que “cuando vienen a ver danza contemporánea la gente tiene que venir con el corazón abierto, para sentir, no para entender”.

Finalmente, invitó a acercarse a esta disciplina: “Dentro de la Dirección de Danza está el Taller Coreográfico y los Talleres Libres Universitarios, que tienen desde ballet para niños y adultos, tienen muchísimas clases y para entrar tienen que ponerse en contacto con Danza UNAM”.

Día Internacional de los Pueblos Indígenas: Visibilizar, reconocer, valorar y respetar

[vc_row][vc_column][vc_video link=»https://youtu.be/lz0UOJXH1-Q»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Eduardo Matos Moctezuma, en la introducción que hace a Relato de la conquista,un entrañable texto anónimo del que solo se sabe que proviene de 1528 de la pluma de un indígena tlatelolca, hace referencia a las formas de resistencia que tienen los pueblos indígenas cuando son sometidos y obligados a olvidarse de sus raíces ideológicas, culturales y espirituales: “Pero ante la imposibilidad de expresarse abiertamente, el pueblo sometido busca –y encuentra– formas diversas de resistencia. Recurre a su propio ingenio para contrarrestar la imposición a que está sujeto”. Y por este ingenio obligado que nunca debió ser, están ahí sus textos, sus cantos, sus lenguas, sus ídolos de piedra camuflajeados entre los dioses impuestos; las ceremonias, rituales, danzas y vestimentas que han resistido embates de todo tipo a lo largo de cientos de años y en todas partes del mundo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]En este 2019, la Organización de las Naciones Unidas estableció como eje principal del Día Internacional de los Pueblos Indígenas –celebrado cada 9 de agosto– preservar, revitalizar y promover las lenguas de los pueblos autóctonos para evitar su desaparición, en el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas. En México, según el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), existen 62 agrupaciones lingüísticas relacionadas, respectivamente, con un pueblo indígena. De cada una de estas agrupaciones se pueden desprender dos o muchas más variantes lingüísticas, por ejemplo:[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/3″][vc_column_text]El náhuatl tiene 30 variantes,

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_column_text]El mixteco tiene más de 80 variantes

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_column_text]Y el zapoteco  más de 60.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]“Las variantes lingüísticas representan uno de los indicadores más fehacientes de la enorme diversidad lingüística y cultural de México” asume el INALI, y por ello oficialmente cada una de estas variantes debe ser tratada como lengua en ámbitos políticos, jurídicos, educativos, administrativos y culturales. En cualquier caso, es importante reconocer que estas lenguas “forman parte de una historia verdaderamente universal del decir y del pensar de mundo”, como lo afirma Miguel León-Portilla en el curso La riqueza de la literatura náhuatl,  impartido dentro del programa Grandes Maestros.UNAM en 2014.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El historiador e investigador emérito Alfredo López Austin reconoce que las tradiciones de un pueblo “son las armas para desarrollarnos más plenamente en este mundo, permite que ajustemos la realidad en que vivimos” y en este sentido es innegable el legado que cada pueblo indígena transmite a su entorno para sostener creencias, actos y maneras específicas en que una sociedad se relaciona.

El Día Internacional de los Pueblos Indígenas se conmemora, pues, por la urgencia y necesidad de que en todos los niveles de la colectividad se asuma que las comunidades autóctonas son dueñas de sus ritos, lenguas, identidad y recursos naturales y se valore su herencia de cultura y formas únicas de relacionarse con sus semejantes y con el medio ambiente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

OJOS AZULES, TONI MORRISON

A continuación reproducimos un fragmento de la novela Ojos azules, de la ganadora del Premio Nobel de Literatura 1993, Toni Morrison, con traducción de Jordo Gubern. Texto autorizado por editorial Penguin Random House, bajo el sello De Bolsillo.

PREMIO NOBEL DE LITERATURA

Toni Morrison

Ojos azules

Traducción de Jordi Gubern

He aquí la casa. Es verde y blanca. Tiene una

puerta roja. Es muy bonita. He aquí a la familia.

La madre, el padre, Dick y Jane viven en la casa

verde y blanca. Son muy felices. Veamos a Jane.

Lleva un vestido rojo. Quiere jugar. ¿Quién juga-

rá con Jane? Veamos al gato. Hace miau-miau. Ven

y juega. Ven a jugar con Jane. El gatito no jugará.

Veamos a la madre. La madre es muy cariñosa.

Madre, ¿quieres jugar con Jane? La madre ríe. Ríe,

madre, ríe. Veamos al padre. Es alto y fuerte. Pa-

dre, ¿quieres jugar con Jane? El padre sonríe. Son-

ríe, padre, sonríe. Veamos al perro. El perro hace

guau-guau. ¿Quieres jugar con Jane? Veamos co-

rrer al perro. Corre, perro, corre. Mira, mira. Ahí

viene una amiga. La amiga jugará con Jane. Juga-

rán a un juego que les gustará. Juega, Jane, juega.

He aquí la casa es verde y blanca tiene una puerta

roja es muy bonita he aquí a la familia la madre el

padre dick y jane viven en la casa verde y blanca

son muy felices veamos a jane lleva un vestido rojo

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quiere jugar quién jugará con jane veamos al gato

hace miau-miau ven y juega ven a jugar con jane el

gatito no jugará veamos a la madre la madre es

muy cariñosa madre quieres jugar con Jane la ma-

dre ríe ríe madre ríe veamos al padre es alto y fuer-

te padre quieres jugar con jane el padre son-

ríe sonríe padre sonríe veamos al perro el perro hace

guau-guau quieres jugar con jane veamos correr al

perro corre perro corre mira mira ahí viene una

amiga la amiga jugará con jane jugarán a un juego

que les gustará juega jane juega.

Heaquilacasaesverdeyblancatieneunapuertaro jaesmuybonitaheaquialafamiliaalamadreelpadre dickyjanevivenenlacasaverdeyblancasonmuyfeli cesveamosajanellevaunvestidorojoquierejugarquien jugaraconjaneveamosalgatohacemiaumiauveny juegavenajugarconjaneelgatitonojugaraveamosa lamadrelamadreesmuycariñosamadrequieresju garconjanelamadrerieriemadrerieveamosalpadrees altoyfuertepadrequieresjugarconjaneelpadreson riesonriepadresonrieveamosalperroelperrohace guauguauquieresjugarconjaneveamoscorreralpe rrocorreperrocorremiramiraahivieneunaamigalaa migajugaraconjanejugaraaunjuegoquelesgustara

juegajanejuega

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Aunque nadie diga nada, en el otoño de 1941

no hubo caléndulas. Creímos entonces que si las

caléndulas no habían crecido era debido a que Pe-

cola iba a tener el bebé de su padre. Una ligera ins-

pección y un punto menos de melancolía nos ha-

brían demostrado que no fueron nuestras semillas

las únicas que no germinaron: no lo hicieron las se-

millas de nadie. Ni tan siquiera los jardines que

dan frente al lago tuvieron aquel año caléndulas.

Pero tan profundo era nuestro interés por la salud

y el alumbramiento sin problemas del bebé de Pe-

cola que no podíamos pensar en otra cosa que nues-

tra propia magia: si plantábamos las semillas y pro-

feríamos las palabras adecuadas, brotarían y todo

marcharía bien.

Transcurrió bastante tiempo antes de que mi

hermana y yo admitiéramos que de nuestras semi-

llas no iba a salir planta alguna. Una vez que lo re-

conocimos, sólo mitigamos nuestro sentimiento de

culpa peleándonos y acusándonos mutuamente de lo

que había pasado. Durante años yo creí que era

mi hermana quien tenía razón: la culpa era mía.

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Había depositado las semillas en tierra a demasi-

ada profundidad. A ninguna de las dos se nos oc-

urrió que la tierra misma pudo haber sido impro-

ductiva. Habíamos dejado caer nuestras semillas

en nuestra parcelita de tierra negra exactamente

igual que el padre de Pecola depositó su simiente

en su propia parcela de tierra negra. Nuestra ino-

cencia y nuestra fe no resultaron más productivas

que su lascivia o su desesperación. Lo que está cla-

ro hoy es que de todos aquellos temores, esperan-

zas, lujuria, amor y pesadumbre, no queda nada

con excepción de Pecola y de la tierra improducti-

va. Cholly Breedlove ha muerto; nuestra inocencia

también. Las semillas se secaron y murieron; el

bebé también.

En realidad nada más habría que decir, salvo

por qué. Pero, dado que el porqué es difícil de ma-

nejar, será mejor refugiarse en el cómo.

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 OTOÑO

Las monjas pasan silenciosas como la lascivia y

los borrachos de mirada solemne cantan en el fo-

yer del hotel griego. Rosemary Villanucci, nuestra

vecina y amiga, que vive en el piso de arriba del

café de su padre, come pan con mantequilla senta-

da en un Buick del año 39. Baja el cristal de la ven-

tanilla para decirnos a mi hermana Frieda y a mí

que no podemos entrar. Ambas la miramos fija-

mente: nos apetece su pan, pero más que el pan

nos apetecería arrancar la arrogancia de sus ojos y

aplastar el orgullo de propietaria que frunce aque-

lla boquita suya cuando mastica. En cuanto salga

del coche le caerá encima una paliza que dejará

marcas rojas en su blanca piel, y llorará y nos pre-

guntará si queremos que se baje las bragas. Le di-

remos que no. No sabemos lo que sentiríamos ni

lo que haríamos si se las bajara, pero siempre que

nos lo pregunta pensamos que nos está ofreciendo

algo precioso y que debemos reafirmar nuestro

amor propio negándonos a aceptarlo.

El curso escolar ha comenzado, y Frieda y yo

tenemos medias nuevas de color marrón y toma-

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mos aceite de hígado de bacalao. Los mayores, en

tono inquieto y fatigado, hablan de la Compañía

de Carbones Zick, y por la tarde nos llevan con

ellos a la vía del tren, donde llenamos sacos de ar-

pillera con los trocitos de carbón que se encuentran

por todas partes. Después nos vamos a casa,

mirando atrás para presenciar cómo las vagonadas

de escoria humeante y al rojo son descargadas de

golpe en el barranco que bordea la acerería. El fue-

go que se extingue todavía ilumina el cielo con un

deslustrado resplandor naranja. Frieda y yo nos

quedamos atrás y contemplamos el parche de co-

lor rodeado de negrura. Es imposible no estreme-

cerse cuando tus pies dejan atrás la grava del sen-

dero y pisan la hierba muerta del campo.

Nuestra casa es vieja, fría y verde. Por la noche,

un quinqué de petróleo ilumina la única habita-

ción grande. Las otras, a oscuras, están pobladas

de cucarachas y ratones. Los adultos no nos ha-

blan: nos dan instrucciones. Imparten órdenes sin

facilitar información. Cuando tropezamos y cae-

mos nos echan una mirada; si nos hemos hecho un

arañazo o un cardenal nos preguntan si estamos

locas. Cuando nos resfriamos sacuden la cabeza,

disgustados ante nuestra falta de consideración.

¿Cómo, nos preguntan, esperáis que alguien haga

algo si constantemente estáis enfermas? No sabe-

mos qué contestarles. Nuestra enfermedad es tra-

tada con desdén, con el fétido Black Draught y

con aceite de ricino, que nos embota la mente.

Un día, después de una excursión a recoger car-

bón, cuando toso una sola vez, ruidosamente, con

los conductos bronquiales casi obstruidos por las

flemas, mi madre frunce el entrecejo.

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— Buen Dios. A la cama enseguida. ¿Cuántas

veces habré de decirte que te cubras la cabeza con

algo? Tú debes ser la niña más tonta de la ciudad.

¿Frieda? Coge unos trapos y rellena las rendijas de

esa ventana.

Frieda embute los trapos en la ventana. Yo ca-

mino pesadamente hacia el lecho, llena de culpa y

de autocompasión. Me acuesto en ropa interior. El

metal de mis ligas negras me molesta en las piernas,

pero no me las quito porque hace demasiado frío

para meterse en cama sin medias. Mi cuerpo tarda

mucho tiempo en calentar el espacio que ocupa.

Una vez que he generado una silueta de calor ya no

me atrevo a moverme, pues a una distancia de me-

dia pulgada en cualquier dirección empieza la zona

fría. Nadie me dirige la palabra, no me preguntan

ni cómo me siento. Transcurridas una o dos horas

viene mi madre. Tiene las manos grandes y ásperas,

y cuando me frota el pecho con ungüento Vicks el

dolor me pone rígida. En cada operación ella se

unta abundantemente dos dedos y me da masaje en

el pecho hasta que me siento mareada. Justamente

cuando creo que voy a desahogarme con un chilli-

do, mi madre extrae un poquito de ungüento con

el dedo índice, lo deposita en mi boca y me dice

que lo engulla. Por último me envuelve el cuello y

el pecho con un paño de franela caliente. Quedo

cubierta de pesadas colchas y se me ordena que

sude, cosa que hago sin tardanza.

Más tarde vomito, y mi madre dice:

—¿Por qué vomitas en la ropa de cama? ¿No

tienes suficiente sentido común para volver la ca-

beza? Mira lo que has hecho. ¿Te parece que me

sobra tiempo para dedicarlo a limpiar tu vómito?

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El vómito se escurre de la almohada a la sába-

na; es de un color gris verdoso, con partículas ana-

ranjadas. Se mueve como el contenido de un hue-

vo crudo. Conserva obstinadamente su masa

propia, se niega a dispersarse y a que lo quiten de

donde está. ¿Cómo, me pregunto, puede ser al

mismo tiempo tan avieso y tan hábil?

La voz de mi madre va sonando monótona-

mente. No me habla a mí. Está hablándole al vó-

mito, pero pronuncia mi nombre: Claudia. Al fin,

frotando, lo limpia lo mejor que puede y coloca

una toalla rasposa sobre la gran mancha de hume-

dad. Yo vuelvo a acostarme. Los trapos han caído

de las rendijas de la ventana y el aire es frío. No me

atrevo a responder a lo que dice mi madre y me re-

sisto a dejar mi envoltura de calor. Pero el enfado

de mi madre me humilla; sus palabras me excorian

las mejillas y rompo a llorar. No he entendido que

ella no está enojada conmigo, sino con la enferme-

dad. Creo que desprecia mi debilidad por haber

dejado que la enfermedad pueda más que yo. A la

larga no enfermaré de verdad: me negaré en re-

dondo. Pero, por el momento, lo que hago es llo-

rar. Sé que así tengo muchos más mocos, pero no

puedo contenerme.

Comparece mi hermana. La pena inunda sus

ojos. Me canta: «Cuando la púrpura oscura baja

por las paredes del soñoliento jardín, alguien pien-

sa en mí…» Me adormezco pensando en ciruelas,

en paredes, en «alguien».

Sin embargo, ¿las cosas eran realmente de aquel

modo? ¿Tan dolorosas como yo las recuerdo?

Sólo a medias. O mejor dicho, el dolor era pro-

ductivo y fructificante. El amor, oscuro y espeso

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como el jarabe Alaga, introducía poco a poco su

alivio por aquella ventana agrietada. Podía olerlo,

saborearlo, dulce, almizcleño, con un punto de

ajoplata en la base, esparcido por toda la casa. Se

adhería, junto con mi lengua, a los vidrios empa-

ñados. Revestía mi pecho, junto con el ungüento,

y cuando, al quedar ya dormida, se me soltaba el

paño de franela, las claras, nítidas curvas de aire

perfilaban su presencia en mi garganta. Y durante

la noche, cuando mi tos era seca y dura, se oían en

el suelo del cuarto unos pasos quedos y unas ma-

nos reajustaban la franela, reequilibraban la colcha

y reposaban un instante sobre mi frente. De ma-

nera que cuando pienso en el otoño, pienso en al-

guien con manos que no quiere que yo muera.

Era también otoño cuando vino Mr. Henry. Nues-

tro inquilino. Nuestro huésped. Las palabras sa-

lían en globitos de los labios y flotaban en el aire

sobre nuestras cabezas: silenciosas, desunidas y

gratamente misteriosas. Mi madre era toda desen-

voltura y satisfacción cuando comentaba su llegada.

—Ya le conocéis —decía a sus amigas—. Henry

Washington. Ha estado viviendo en casa de Miss

Della Jones, en la calle Trece. Pero ella ya chochea

demasiado para tener huéspedes. Así que él se ha

buscado otro sitio.

—Oh, sí. —Las amigas no ocultaban su curio-

sidad—. Yo me preguntaba hace tiempo hasta

cuándo iba a quedarse con ella. Dicen que está

completamente ida. La mitad de los días no

sabe quién es él, ni nadie.

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— Pues aquel viejo negro loco con quien se casó

no ayudó mucho a que le funcionara bien la cabeza.

—¿Oísteis lo que él contaba cuando la aban-

donó? —Nnno. ¿Qué?

—Bueno, se marchó con aquella frívola de

Peggy, la de Elyria. Ya sabéis.

—¿Una de las chicas de Old Slack Bessie?

—La misma. Bien, alguien le preguntó por qué

dejaba a una mujer decente, amable y piadosa

como Della por aquella vaquilla. Ya sabéis que

Della siempre fue una buena ama de casa. Y él dijo

que juraba que el verdadero motivo era que ya no

podía aguantar más aquella loción de violetas que

Della Jones usaba. Dijo que quería una mujer que

oliese como una mujer. Dijo que Della era, senci-

llamente, demasiado limpia para él.

—Viejo perro, ¡qué asco de tío!

—Y que lo digas. ¿Qué manera de pensar es

ésa?

—No es manera ninguna. Algunos hombres

son sólo perros.

—¿Fue por eso que ella tuvo aquellos ataques?

—Debió contribuir. Pero ya sabéis, ninguna de

aquellas chicas era demasiado despierta. ¿Os acor-

dáis de Hattie, que siempre sonreía? Nunca estu-

vo cuerda. Y su tía Julia todavía trota de un lado a

otro por la calle Dieciséis hablando sola.

—¿No la han encerrado?

—No. Las autoridades se desentienden. Dicen

que no hace daño a nadie.

—Pues me lo hace a mí. Si quieres tener un sus-

to de muerte, levántate a las cinco y media de la

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mañana como yo y échate a la cara a esa vieja bru-

ja flotando por ahí con su sombrerete. ¡Piedad!

Las amigas ríen.

Frieda y yo estamos limpiando botes de vidrio

para guardar conservas. No distinguimos las pala-

bras, pero cuando hablan personas adultas escu-

chamos y prestamos atención a sus voces.

—Bien, confío en que nadie me deje a mí andorrear de ese modo cuando esté vieja. Es una vergüenza.

—¿Y qué van a hacer con Della? ¿No tiene fa-

milia?

—Una hermana suya viene de Carolina del

Norte para ocuparse de ella. Imagino que lo que

pretende es quedarse con la casa.

—Oh, vamos. Es la idea más perversa que he

oído.

—¿Qué te apuestas? Henry Washington dice que

la tal hermana no ha visto a Della en quince años.

—Yo había pensado, en cierto modo, que

Henry acabaría un día u otro casándose con ella.

—¿Con esa vieja?

—Bueno, Henry ya no es un pollito.

—No, pero tampoco es un buitre.

—¿Ha estado casado alguna vez?

—No.

—¿Cómo es eso? ¿Le dieron calabazas?

—Es un hombre exigente, nada más.

—No es exigente. ¿Tú ves a alguien por aquí

con quien valga la pena casarse?

—Bueno… no.

—Simplemente es sensato. Un trabajador formal

de costumbres tranquilas. Espero que todo marche bien.

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NTX/MCV/LIT19

Toni Morrison, o la palabra como instrumento liberador

Tras la muerte de la escritora estadounidense Toni Morrison, es necesario repasar su obra, la época en la que la desarrolló y por qué fue merecedora de un Premio Pulitzer y un Nobel, el primero para una afroamericana. La escritora es en sí una valiosa herencia para las nuevas generaciones, por encima de sus libros, por su valor para defender sin cortapisas los derechos civiles y combatir la discriminación y los prejuicios raciales con las mejores armas que tuvo en la vida: su inteligencia y su palabra.

Nacida en Lorain, Ohio, el 18 de febrero de 1931, en los inicios de la Gran Depresión del 29, Chole Ardelia Wofford, quien después adoptaría el sobrenombre de Toni Morrison, fue criada en el seno de una familia trabajadora que no escapó a los efectos de la que es considerada la recesión más grande y duradera en el mundo, al extenderse hasta mediados de los años 30 y en algunos casos incluso hasta casi la siguiente década.

En ese entorno, no es difícil entender lo que tuvo que enfrentar para forjar su carácter y emprender una lucha que, gracias a una obra que tiene como centro la experiencia afroamericana vista desde la perspectiva femenina y el contexto de la esclavitud, no se extinguirá con su muerte, ocurrida el pasado lunes en un hospital de Nueva York, donde se atendía una neumonía.

Egresada de una escuela pública, en 1949 inició sus estudios universitarios en instituciones como Howard y Cornell, donde se doctoró, para luego comenzar una exitosa carrera docente en las universidades de Yale, Howard, Texas, la estatal de Nueva York y la Rutgers de Nueva Jersey, actividad que combinó con trabajo editorial que desde tiempo atrás le servía para pagar sus estudios.

De acuerdo con sus biógrafos, en 1958 se casó con el arquitecto Harold Morrison, con quien tuvo dos hijos antes de 1964, año en que se separó.

Eran años difíciles, marcados por gran malestar social, disturbios y protestas callejeras contra la guerra de Vietnam y a favor de los derechos civiles con Martin Luther King a la cabeza. En medio de esa efervescencia, los estadounidenses fueron testigos del asesinato del presidente John F. Kennedy, las tensiones de la pugna espacial, el recrudecimiento de la Guerra Fría y un creciente movimiento feminista que anidará en los años 60 y 70.

ESCRITORA A LOS 40

Así llegó Morrison a la séptima década del siglo XX, con casi 40 años de edad, para hacer su debut literario con Ojos azules (The Bluest Eyes), una novela cruda y compleja, para algunos incluso difícil de leer, que habla de racismo, de cómo el propio hombre de color ha dejado de reconocer su belleza racial, buscando equipararse con el blanco para poder ser aceptado y aceptarse a sí mismo, y sobre cómo el odio hacia los demás puede acabar convertido en autodesprecio.

La trama transcurre entre los estados de Illinois, Mississippi y Ohio, y tiene como protagonista a Pecola, una niña negra que anhela tener los ojos azules como las muñecas o las niñas blancas, en busca de escapar de la brutalidad con que es tratada de manera cotidiana. Pecola es violada y embarazada por su padre y su única salvación acaba siendo la locura.

Luego vendrían Sula (1973), La canción de Salomón (1977) y La isla de los caballeros (1981), antes de que en 1987 apareciera Beloved (Amada), una novela ambientada después de la Guerra de Secesión, en el último tercio del siglo XIX, que narra la historia de una esclava negra que cruza fronteras para alcanzar su libertad, pero que, perseguida y sintiendo que no tiene alternativa, toma la dura decisión de matar a su hija de dos años, antes que permitir que la esclavicen en la misma plantación de la que ella se había liberado.

El libro, dedicado a los millones de africanos y descendientes que murieron a instancias del comercio trasatlántico de esclavos, tuvo gran repercusión, no sólo porque le valió el Premio Pulitzer (1988) y la convirtió en finalista del National Book Award (1987), o porque una década después fuera llevada con éxito al cine con Oprha Winfrey, sino porque visibilizó el trabajo en conjunto de Morrison, quien en 1993, con sólo seis novelas publicadas, ganó el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en la primera afroamericana en obtenerlo.

Los compromisos y la fama creciendo como la espuma le reportaron grandes ventas de títulos como Jazz (1992) o Paradise (1997), a las que siguieron Love (2003), A Mercy (2008) Home (2012) o God help the child(2015), sin que ello limitara su compromiso social, que evidenció por todo el mundo en conferencias y participaciones en infinidad de foros, y en su restante producción, entre la que también figura una obra de teatro, una ópera y el libro de ensayos El origen de los otros (2017), donde combinó historia personal, análisis histórico y literatura, para reflexionar sobre conceptos como raza, identidad racial, discriminación, prejuicios y racismo.

Tras su aparición, los más prestigiados medios calificaron el volumen de inteligente, inquisitivo e inspirador; halagaron la fuerza de su discurso y su prosa elegante, y coincidieron en perfilarla como “una de las más grandes estudiosas de los conceptos de raza e identidad, cuyo trabajo resulta transformador, estimulante, angustiante y terriblemente necesario”.

COMPRENDER SU LUCHA

El libro, que se pregunta ¿cuáles son las posibilidades y responsabilidades de la literatura? y ¿qué nos motiva a crear la noción de los otros (diferenciación) y qué es lo que esos otros tienen que nos asusta tanto?, incluye ensayos como Idealizar la esclavitud, sobre la hegemonía blanca en la ideología estadounidense, en el que da cuenta de cómo los inmigrantes negros, en algún momento se convencieron de que, si querían llegar a ser estadounidenses de verdad, debían cortar o minimizar los lazos con sus países de origen y apropiarse de su condición de blancos, porque para mucha gente, la definición de la americanidad seguía, por desgracia, dependiendo del color; o La Patria del extranjero, que aborda temas como la migración, los desplazamientos generalizados, la globalización y la africanía, donde el continente no es más que una ficción poblada de mitos, por los que puede ser a un tiempo “inocente y corrupta, salvaje y pura, irracional y sabia”.

Morrison no fue la primera mujer escritora negra norteamericana, es más bien continuadora de una tradición que había comenzado con autores como James Baldwin o Alice Walker, pero la historia sí la recordará como la fundadora de una literatura escrita desde y para quienes, como ella, se identifican como afroamericanos.

Creadora de una narrativa genuina, que respira lucidez testimonial hasta en sus más elaborados postulados, como en su discurso de aceptación del Premio Nobel, cuando la parábola de una anciana y unos chicos con un pájaro en la mano, le sirvieron para defender el idioma como un invaluable instrumento de libertad.

SU HUELLA EN MÉXICO

De su paso por México se tienen dos registros claros, una visita en 1995 para inaugurar la Cátedra Sor Juana Inés de la Cruz, en cuyo marco ofreció una charla en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y una década después, cuando participó en la Cátedra Julio Cortázar de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en 2005, y su presencia coincidió con la de otro Nobel, el colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014).

En ambos casos fue recibida como rockstar, con auditorios llenos y una calidez que agradecería públicamente durante una entrevista televisiva con la periodista Silvia Lemus, de la cual quedó huella en el libro Tratos y retratos, editado por el Fondo de Cultura Económica, con el testimonio de los encuentros que han permitido a Lemus desentrañar la cultura del siglo XX.

“La escritura es el único lugar donde soy más libre y donde estoy en contacto con lo que creo y siento, ésa es una recompensa muy personal de ser escritora. La otra parte es el deseo de compartir el lenguaje con otros y darles ese sentimiento de intimidad que tengo cuando leo los libros de quienes admiro», dijo durante su paso por Guadalajara, donde había leído poemas de La canción de Salomón y había participado en la entrega del Premio Juan Rulfo al escritor español Tomás Segovia, según dieron cuenta las crónicas de la época.

NTX/MCV/LIT19

Toni Morrison, la escritora más ambiciosa de su generación

La literatura de la escritora estadounidense Toni Morrison, fallecida apenas el lunes 5 de agosto en Nueva York, es una literatura ambiciosa, más que la de otros autores afroamericanos que le precedieron o fueron sus contemporáneos. Es ambiciosa en el plano escrito, pero también por la estructura temporal que maneja, que llevan al lector del pasado al presente y de regreso en un vaivén sin fin, y eso fue uno de los elementos de peso para que en 1993 la Academia Sueca le concediera el Premio Nobel de Literatura.

Se trata de un acto de justicia que reconoce a una mujer escritora procedente de ese grupo social, en el que antes se habían distinguido autores como Ralph Ellison y James Baldwin, lista a la que se pueden sumar Booker T. Washington, Langston Hughes, Richard Wright, Alex Haley y Elvridge Cleaver. Por el lado femenino, le antecedieron o pertenecieron a la misma generación Nella Larson, Maya Angelou y Alice Walker, pero sin duda Morrison es superior por haber logrado sus ambiciones literarias. Así lo señala el narrador, ensayista y editor Hernán Lara Zavala en charla con Litoral.

La literatura de Chloe Ardelia Wofford, nombre real de quien nace el 18 de febrero de 1931 en Lorain, Ohio, sobresale por su ritmo, que seguro viene de las historias que le contaban sus abuelos y que estaban permeadas de las canciones que cantaban los trabajadores negros de las minas y de los campos agrícolas. También destaca su ambición por la estructura temporal, en la que la narración viaja del pasado al presente sin parar.

Al mismo tiempo es una autora cuya obra impulsa a la reflexión de su gente respecto a que el pasado esclavista es algo que les ha dejado marca para siempre, pero también que viven un presente que en lo social les perjudica y en el interior de su comunidad los afroamericanos no hacen mucho para que sea menos lastimosa.

Refiere que uno de los primeros en tocar el tema de los esclavos es Mark Twain, en Hucleberry Finn, novela en la que los personajes, Huck, de 13 años, y el negro Jim toman una balsa y huyen en busca de la libertad a lo largo del río Misisipi, que es el afluente emblemático de los Estados Unidos. El primero no la podrá alcanzar porque es un niño y el segundo tampoco porque es un esclavo, pero muestra que salir de los estados esclavistas de la Confederación era una ambición común.

Directamente, a Morrison le antecedieron o fueron sus contemporáneos en tocar el tema de los afroamericanos, su pasado esclavista y su situación de marginación y miseria, autores como James Baldwin y Ralph Ellison, quien en los años 50 del siglo XX escribió la novela titulada Invisible Man o El hombre invisible, que es una denuncia más o menos formal de los abusos cometidos contra la gente de ese grupo social. Pero en conjunto, se trata de escritores que enarbolan una nueva actitud con la que tratan de reivindicar sus orígenes y luchas.

Hace notar que todas las novelas de Toni Morrison tienen como protagonistas a mujeres y son cruentas, porque hablan de incesto, de crímenes, de asesinato dentro de la familia, de madres que matan a las hijas porque no quieren que sigan sus pasos, que sufran lo que ellas vivieron y es lo que les espera. Esas novelas dramáticas poco a poco le dieron su lugar en la literatura estadounidense y mundial, como una gran novelista negra estadounidense, descendiente de familias que habían padecido el esclavismo. Sobresale Beloved, la mejor a su juicio, aunque no es la primera que escribe, The Bluest Eyes, y el mérito de la autora va más allá de contar esas tragedias familiares, en las que hay abusos y asesinatos a su interior, además de abusos por parte de los blancos.

Actitud que debe entenderse en el contexto en que se da, acota al recordar que el gran trauma de la sociedad estadounidense es la Guerra Civil, ocurrida entre 1861 y 1865, la cual fue muy cruenta y que todavía no ha sido resuelta por los estadounidenses, como se ve en el caso del primer presidente estadounidense de origen afroamericano, Barack Obama, a quien no se dejó de caricaturizar y representar como un simio, pero también con Donald Trump y lo que ha despertado con su forma de hacer política y gobernar. La derrota en ese enfrentamiento fue para los estados del sur, los esclavistas.

Como una forma de reconciliación, y de incorporación plena al crisol social del país vecino del norte, se deben entender movimientos sociales como el de la lucha a favor de los derechos civiles encabezado por Martin Luther King, autor del discurso I Have a Dream, que le habría de costar la vida, o el de Malcolm X o incluso el del Partido Pantera Negra. A raíz de este movimiento, gran parte de la sociedad civil termina por entender que lo sucedido durante la Guerra Civil, e incluso antes de ésta, es decir en la época esclavista, había sido una gran injusticia.

Así, insiste, el Premio Nobel a Toni Morrison, quien antes ya había recibido el Pulitzer, es de alguna manera un reconocimiento a la integración de la intelectualidad, a los artistas, a los escritores afroamericanos a la sociedad estadounidense, que ya se había logrado por otros medios, como son la música, con el jazz y el blues, y los deportes.

Es decir, ella encarna dos elementos que son importantes: la incorporación de los afroamericanos a la sociedad estadounidenses y el de una mujer que cuenta el pasado ominoso de su gente, y en eso la autora de The Bluest Eyes es superior a las escritoras ya mencionadas, con un estilo más depurado, historias más complejas, con usos de tiempo interesantes y con gran ritmo, que permite escuchar en el fondo de algunas de sus frases o párrafos el ritmo de jazz, por ejemplo, finaliza.

Hernán Lara Zavala (Ciudad de México, 28 de febrero de 1946) es un narrador, ensayista y editor; estudió la Maestría en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México e hizo estudios de posgrado en la Universidad de East Anglia, Inglaterra. Se ha desempeñado como director de Literatura en Difusión Cultural de la UNAM, coordinador del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas, coordinador general de Difusión Cultural de la Rectoría General de la UAM y gerente Editorial del Fondo de Cultura Económica (2001-2002), entre otras responsabilidades. Ha sido Becario del International Writing Program, Universidad de Iowa en 1987 y del Consejo Británico en 1979, 1990 y 1992. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte 1994-2000.

NTX/RML/LIT19

La Carrera de la Tortilla

[vc_row][vc_column][vc_gallery interval=»3″ images=»70725,70726,70727″ img_size=»large»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El domingo, como todos los días en Santa María Coapan, inicia desde temprano la rutina, aunque a veces abrumadora, es para crear alimentos y bebidas tradicionales que se obtienen del maíz: Ir en la madrugada al molino para obtener la masa, que fue remojada 6 horas antes para crear el Atole de Granillo y poder venderlo puerta por puerta nos cuenta Tere, que da el servicio de molienda a las mujeres de su pueblo, en el ya famoso molino Gertrudis.

Pero Coapan no solo se distingue por su atole, si no por las delgadas y finas tortillas que se elaboran en el pueblo y se venden en Tehuacán (Puebla)  y en comunidades alrededor, que valoran las tortillas de las coapeñitas, como cariñosamente se les conocen a las mujeres de todas las edades que corren 5 km  cada año, para celebrar a su patrona La Asunción de María, y para defender al maíz y a su tradición, como le llaman a la Carrera de la Tortilla, que este año se celebró la 27ª edición.

La organización de la Carrera es un gran reto año con año:  buscar patrocinadores, difundir la convocatoria, organizar la llegada de las corredoras, marcar la ruta, buscar a las y los voluntarios, solicitar el servicio médico, atender a los invitados, y, sobre todo, cuidar que las reglas de la carrera conserven y difundan la tradición más importante de la Capital de la Tortilla.

Un día antes las corredoras recogen sus números, con identificación oficial las mujeres mayores de edad demuestran que son originarias del pueblo y las niñas que van de los 4 a los 17 años, con su acta de nacimiento, porque ahí todas las mujeres pueden correr, pero lo más importante es que entre todas conservemos la tradición, todas nos aplaudimos al llegar, porque el maíz es nuestro y nosotras somos del maíz.

El domingo de la Carrera de la Tortilla es todo un rito. Preparar tu traje tradicional, la blusa, la falda y el medio mandil, los listones de las trenzas y los huaraches de piel, o descalza, cada corredora decide como hacerlo. Desde temprano ir al molino a traer la masa, hacer las tortillas para cargarlas en el rebozo y correr con ellas toda la carrera. Las más pequeñas, de 4 a 6 años cargan un kilo, las más fuertes, de 19 a 39 años seis kilos de tortilla recién elaborada.

Ya con el traje tradicional puesto, asiste cada corredora a la Presidencia Auxiliar al pesaje de su tenate con la tortilla correspondiente, si le faltan kilos ahí la apoyan para completar, si le sobran, aunque sea 100 gramos, le avisan a la corredora para que ella decida si lo quita o lo deja.

Ya listas, las mujeres son llevadas a Tehuacán para salir de las calles del centro. Se siente la adrenalina, las más jóvenes ríen y se emocionan, las más grandes, las de más de 50 años, se abrazan, se toman de las manos, porque después de 15 años de correr con sus tortillas en la espalda, lo que importa es que las jóvenes lo sigan haciendo, que no se pierda la tradición. Como la Señora María del Carmen de 64 años, que corre al lado de su nieta Josamary de solamente 8 años.

Salen las corredoras, es una emoción increíble, las más jóvenes rápidamente toman la delantera, porque ellas no solo quieren el premio, lo necesitan, porque cada vez la vida es más cara, un comal, un costal de maíz, tenates, libros, son premios que te hacen la vida más tolerable.

La primera corredora llega a los 23 minutos, pero aunque parezca inverosímil, eso no es lo más significativo, lo importante es correr por el maíz, por la tradición, por el pueblo, por el trabajo que cada vez es más difícil, la piel se me eriza cuando llega doña Mari de 75 años, haciendo un esfuerzo extraordinario por atravesar la meta, pero no viene sola, la acompañan su hijo y sus nietos, ella lo hace por el pueblo, me comenta su hijo que trae en la mano una bebida hidratante para que su mamá la tome en el camino.

Mientras realizo entrevistas, Karina, una corredora de solo 5 años, me dice que en esta edición si espera ganar, porque quiere una bicicleta, su mamá Alejandra me cuenta que cada año su hija se emociona este día, ¿Y tú no corres?, le pregunta a la joven madre ¡Claro! Solo que si yo corro ¿Quién cuida a la niña mientras participo? Me toca enseñarle la tradición.  No existen palabras para corresponder a tan contundente tarea, me toca sonreírle y desearle toda la suerte, pero antes de irme le pregunto a la pequeña corredora: ¿Y te gusta hacer tortillas?  Y ella me responde, ¿y a quién no le gusta?

Conservar las tradiciones y fiestas donde se valorice el papel de las mujeres en el ámbito social, cultural y económico de las regiones indígenas, es una tarea que corresponde a todas las ordenes de gobierno, a la sociedad y a cada uno de los que participan en tan importantes eventos. Porque al difundir el pluriverso de los pueblos de México, protegemos la diferencia que nos permite vivir de distinta manera, pero con los mismos derechos.

[1] Directora de Cultura Alimentaria, en la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de La Secretaría de Cultura
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Desaparición de los glaciares agravará escasez de agua en el mundo

El derretimiento acelerado de los glaciares en el mundo, que está provocando su desaparición, llevaría a una irremediable escasez global de agua, consideró el director del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Hugo Delgado.

Explicó en entrevista con Notimex que el problema actualmente es que los glaciares históricamente se fundían a un ritmo natural en época de calor llevando agua a las poblaciones, en tanto que su recuperación sucedía en época de precipitaciones y frío, pero “hoy en día ese proceso ha cambiado”.

Actualmente, la precipitación pluvial es insuficiente, razón por la cual los glaciares retroceden, lo que se suma al aumento de la temperatura global que provoca su derretimiento acelerado.

Recordó que después de la pasada Era de Hielo, el derretimiento de los glaciares en el mundo se registró en forma escalonada, primero en Europa, luego en América y posteriormente en Asia. “De hecho en México fue en un tiempo diferente”, apuntó.

Así, el final de la glaciación en Europa ocurrió hace unos 11 mil años, en tanto que en México la última terminó hace más o menos hace nueve mil años. “Entonces los grandes cambios climáticos eran asíncronos”.

Sin embargo, hoy se observa que el derretimiento de glaciares en todo el planeta está ocurriendo “en sincronía, al mismo tiempo”.

Explicó que a partir de mediados del siglo pasado, y más concentrado en este siglo, el planeta está siendo afectado por el calentamiento global, generado por el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero.

“Entonces, sí es una situación alarmante”, cuyos efectos ya se están viendo a través de las olas de calor en Europa e incluso lugares que registran sequía extrema o lluvias inusuales.

Refirió que este año se reportó que se terminaron las reservas de agua en la ciudad de Chennai, en el sur de India, ya que las presas que suministran el vital líquido a la población están prácticamente secas.

“Ese tipo de situaciones se dan porque los aportes de agua disminuyen y esto tiene que ver directamente con los ríos conectados al derretimiento glaciar”, dijo.

Recordó también que en Perú el derretimiento glaciar ha provocado el desborde de lagunas, situación ante la cual el gobierno propicia el desfogue de agua para evitar un desastre y el rompimiento de las presas, pero es un líquido que al final de cuentas se pierde.

Asimismo, mencionó el efecto de extinción de los glaciares de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl en México por procesos combinados asociados al cambio climático, como su cercanía a centros que generan un alza en la temperatura local como la Ciudad de México y Puebla.

Explicó que en época de sequía se derretían los hielos a un ritmo natural y provocaban el corrimiento del agua a lo largo de las cañadas y parte del agua se infiltraba para llenar los mantos, “pero como ahora prácticamente desaparecieron los glaciares, el aporte en la época de secas será nulo”.

“Pero, si ya no hay aporte glaciar y eventualmente aumentamos el uso y consumo del recurso hídrico, al final de cuentas el sistema se desequilibra y llegará el momento en que los mantos acuíferos también se agoten y habrá que buscar soluciones para conseguir agua de donde la haya, si es que la hay”.

Estudiantes realizan con éxito prácticas profesionales en UNAM Costa Rica

Tres estudiantes de la UNAM realizaron sus prácticas profesionales en el Centro de Estudios Mexicanos (CEM) de la UNAM, con sede en Costa Rica. Tonatzin, Ariadna y Aimée siguieron la convocatoria de beca publicada por la Dirección General de Cooperación e Internacionalización (DGECI) UNAM y promovida por los representantes RURI de sus Facultades, para participar en proyectos propuestos por la sede UNAM en Costa Rica.


Durante seis meses, las estudiantes Tonatzin Ramírez Bello de la carrera de Diseño Gráfico de la FES Acatlán y Ariadna Suarez Peñaloza de Bibliotecología y Estudios de la Información, participaron en el proyecto Acervo Bibliográfico Alfonso Reyes, coordinado con la Escuela de Bibliotecología UCR y el Instituto Cultural de México en Costa Rica.


Ariadna realizó la catalogación de más de 2 mil ejemplares del acervo, que alcanza ya un total de 5 mil, además de hacer descarte y restauración de algunas obras en mal estado. Tonatzin diseñó y elaboró una página web en la cual se puede consultar el catálogo y los recursos en línea de éste acervo, que tiene libros, revistas y documentos sobre historia, literatura, política y cultura de México.

Aimée Cárdenas González estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, realizó un estudio para contactar y conocer las necesidades de capacitación de las empresas mexicanas en este país. Además, se encargó de realizar notas y hacer difusión de las actividades académicas, del CEM UNAM en Costa Rica.


A su regreso a la UNAM, las estudiantes elaborarán un reporte con los resultados de sus prácticas profesionales, el cual deberán presentar ante académicos de sus facultades, para obtener sus respectivos títulos universitarios.

Además de sus proyectos académicos, las estudiantes participaron en las actividades diarias de la oficina del CEM en Costa Rica, lo que les ha permitido ampliar sus conocimientos, más allá de sus carreras de estudio. Tonatzin, Ariadna y Aimée tuvieron la oportunidad de representar a la UNAM y México en actividades con estudiantes internacionales, con los cuales convivieron y pudieron visitar lugares de Costa Rica.

El Programa de Prácticas Profesionales con el apoyo económico que otorga DGECI, ha permitido que cinco estudiantes de la UNAM hayan podido tener una experiencia internacional en Costa Rica, con la cual titularse. Los estudiantes consideran que realizar su práctica profesional en el extranjero, es una gran oportunidad para desarrollarse en el ámbito profesional y personal, con el cual cierran su ciclo de formación y comienzan su vida laboral.

 

Retransmisión: Ceremonia de apertura del ciclo escolar 2019-2020

La Universidad Nacional Autónoma de México le hace una cordial invitación a la ceremonia de apertura del ciclo escolar 2019-2020,

9 de agosto, 10:00 horas.

Desde el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, Col. Nonoalco-Tlatelolco, Alcaldía Cuauhtémoc.

Universitarias triunfan en bádminton  


Como parte de las experiencias que la UNAM brinda a la comunidad estudiantil también están las deportivas. En ese contexto, la representación de bádminton de la Máxima Casa de Estudios tuvo una participación destacada en la Universiada.

Prueba de lo anterior, son las alumnas Cindy Espínola Martínez, estudiante de la carrera de Contaduría, y Olivia Malagón, alumna de Biología en la FES Iztacala, quienes obtuvieron medallas de plata y bronce en años consecutivos (2018-2019).

Olivia Malagón compartió su sentir: “La UNAM me ha abierto las puertas y estoy agradecida porque estoy en un equipo representativo”. Entrevistada en las instalaciones del Frontón Cerrado de Ciudad Universitaria dijo: “Nada más hay aquí (la disciplina de bádminton), entonces vengo en las mañanas de 9 a 11, es aproximadamente hora y media de traslado y estudio en las tardes para poder venir en las mañanas”.

Por su parte, Cindy Espínola comentó que “para mí ha sido un honor representar a la Máxima Casa de Estudios. Me ha abierto las puertas de manera grandiosa, amo siempre estar en los tres primeros lugares de un podio, se siente increíble, y sobre todo, seguir haciendo lo que me gusta con el apoyo de la Universidad”.

Finalmente, Omar López, entrenador en jefe del equipo de bádminton universitario, expresó que  “tenemos un año que inició el proyecto formal, hemos recibido mucho apoyo por parte del director y de la institución”.

Woodstock nos mostró que es posible convivir en paz

[vc_row][vc_column][vc_column_text]“Si recuerdas Woodstock no estuviste ahí” es la frase que suele imprimirse en playeras conmemorativas y memorabilia alusiva a este mítico festival de 1969 y, más allá de la chanza evidente, tales palabras encierran mucho de verdad, señala  el profesor Julio Muñoz, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, “pues cuando pensamos en conciertos que marcaron época, sin importar nuestra generación, lo más probable es que éste sea el primero en venirnos a la mente”.

Ello no es gratuito —añade—, ya que hablamos de un evento que reunió a cientos de miles durante tres días en una granja acondicionada cual foro de rock, sin que por eso se registrara un solo acto violento o de agresión sexual, y para lograrlo no se necesitaron policías, soldados o vigías, únicamente gente abierta a convivir y con un enorme respeto por los demás. Tan sólo por mostrar que no se requiere del Estado o de fuerzas autoritarias para que una multitud coincida en paz, esto es ya un acto profundamente revolucionario.

Y aunque todo arrancó oficialmente el 15 de agosto de 1969, justo en el momento en que Richie Havens salió al entarimado, enfundado en una túnica naranja, y comenzó a percutir su guitarra al ritmo del tema folk antibélico Handsome Johnny, esto inició un poco antes, cuando cuatro jóvenes cuya edad no sobrepasaba la treintena decidieron organizar un festival para 80 mil asistentes en un campo de alfalfa en el pueblo de Bethel, Nueva York, el cual terminó por congregar a medio millón de individuos, como sugieren ciertas publicaciones, o a poco más de 300 mil, si atendemos a cálculos más conservadores.

“La cifra exacta no importa tanto como el hecho de que esta muchedumbre nos enseñó que, si la gente se reúne bajo un espíritu de convivencia y respeto verdaderos, los cuerpos de vigilancia y de represión salen sobrando. Esto fue un acto anárquico donde se prescindió de toda autoridad, el Estado se redujo al mínimo y las personas hicieron lo que quisieron, y no hicieron nada malo”.

Para Muñoz Rubio es importante entender el contexto en el que se desarrolló el festival y el trasfondo de aquel verano del 69: el hombre acababa de pisar la Luna, había una guerra en Vietnam que amenazaba con volverse eterna, los movimientos estudiantiles se esparcían por el orbe, los asesinatos del Che Guevara y Martin Luther King eran algo reciente y el activismo en favor de la igualdad racial y los derechos civiles se intensificaba en Estados Unidos… Por doquier se percibían ebulliciones y también ganas de hacer algo al respecto.

“Si algo caracterizó a la juventud de los 60 fue su afán de cuestionarlo todo, desde las relaciones económicas de producción, la política y el poder, hasta la vestimenta, las tradiciones y la sexualidad. Esto que se estaba dando desde Alaska hasta Tierra del Fuego; en Europa; gran parte de Asia, y en Australia, generó un fenómeno jamás visto y que no se ha vuelto a ver: una revolución mundial impulsada por jóvenes en movimiento” (el himno hippie San Francisco/Be sure to wear some flowers in your head justo tiene un verso que dice “there’s a whole generation with a new explanation: people in motion”).

Es en este marco que llega el año de 1969 al pueblo neoyorquino de Bethel, que en ese entonces tenía tres mil 900 habitantes, a quienes los organizadores de Woodstock les habían pedido permiso para realizar un festival con una asistencia promedio de 50 mil a 80 mil individuos por día, así que cuando de golpe se presentaron 400 mil sujetos provocando embotellamientos  de más de 30 kilómetros y el cierre de las autopistas, saltaron toda clase de focos rojos en el lugar.

Quizá por ello aquel viernes 15 de agosto, en un arrebato fuera de programa, el anunciador Chip Monck tomó el micrófono y soltó una petición insólita desde los altavoces: “Somos una barbaridad de gente y para que esto funcione sólo te pido recordar algo: el tipo junto a ti es tu hermano”. Parece que estas palabras cumplieron su objetivo porque todo salió tan bien que, para describir a Woodstock, hoy se emplea una frase vuelta ya slogan: fueron tres días de música y paz.

Los lastres de la nostalgia

A decir del profesor Muñoz, pocas cosas son tan humanas como la nostalgia y las ganas de regresar a tiempos ya idos, en especial al llegar a cierta edad, por ello encuentra particularmente conmovedor que las cenizas de Richie Havens —quien siempre se ufanó de haber inaugurado el festival— fueran esparcidas justo donde alguna vez estuvo el escenario de Woodstock, pues tal fue su deseo póstumo.

Sin embargo, advierte el académico, cuando lo nostálgico mira sólo hacia atrás corre el riesgo de volverse conservador y reaccionario, y la única manera de no caer en ello es tomar ese pasado y proyectarlo al futuro, de lo contrario suceden cosas como el malogrado Woodstock 50, el cual parecía más pensado para engrosar bolsillos que para evocar el espíritu de los 60. “Y he aquí lo irónico: una de las razones para cancelarlo fue que no había condiciones de seguridad ni cuerpos de vigilancia suficientes para controlar a gente que quería evocar un momento en la historia donde la gente mostró que era posible convivir en paz, sin necesidad de policías. ¡Así de absurdo!”.

Para el universitario, el gran error de estas conmemoraciones —se han realizado en 1979, 1989, 1994, 1999 y 2004— ha sido el intentar meter dentro del sistema un evento que, por su naturaleza misma, es antisistema, pues esto le hace perder su fibra revolucionaria y el mejor ejemplo de ello es la edición de 1999, recordada por sus grescas entre el público, las agresiones sexuales, la misoginia dirigida a cuanta mujer subía al escenario y el precio exorbitante de las botellas de agua (en 1969 Max Yasgur, el dueño de la granja donde se realizó el festival, regaló todo el líquido que pudo tras escuchar que vecinos suyos intentaban vendérselo a los jóvenes; “¿quién pide dinero a cambio de agua?”, preguntaba indignado). 

Quizá parte de esto se deba a que el rock se ha vuelto un negocio tan lucrativo que ya no hay lugar para propuestas de manufactura casera como el Woodstock original, como apuntaban dos de sus organizadores en el libro Young Men with Unlimited Capital, pero lo indiscutible es que la decepción entre quienes esperaban que el concierto del 99 fuera una celebración del “peace and love” fue tal, y los escándalos tantos, que las revistas especializadas terminaron por bautizar a aquel evento como “el día en que los 90 murieron”.

“Y es que no se pueden forzar las cosas así, pues lo que pasó en aquellos tres días hace medio siglo es irrepetible simplemente porque no se están dando las condiciones históricas, artísticas ni sociales de antes”, indica el doctor Muñoz Rubio, y su opinión parece ser la misma —mutatis mutandis— que la de muchos involucrados en Woodstock 50, como Frank Riley, representante de Robert Plant quien al saber de la cancelación definitiva de la nueva edición tan sólo expresó: “Hoy el mundo es muy diferente de como era en 1969”.

Conocer, asentir y amar

 Siempre se ha dicho que, además de Bob Dylan, los grandes ausentes de Woodstock fueron los Beatles y ello fue porque estaban a punto de separarse; sin embargo, para Julio Muñoz la huella de la banda de Liverpool es evidente en el festival y con esto no se refiere a los covers de Strawberry Fields Forever y Hey Jude interpretados por Richie Havens; a la versión de Crosby, Stills & Nash de Blackbird, ni a cómo la rasgada voz de Joe Cocker se apropió para siempre de With a Little Help from my Friends, sino a algo muy diferente.

“Hacía meses se había lanzado en los cines de Estados Unidos El submarino amarillo y la cinta estaba por doquier. Muchas cosas hacen de esta película una genialidad y una es que, a lo largo del metraje, de continuo aparecen tres palabras en mayúsculas gigantes y colores psicodélicos que resumen no sólo la filosofía beatle, sino el sentir de los jóvenes de la época: LOVE, KNOW y, sobre todo, YES”.

Para el profesor Muñoz es imposible entender lo sucedido en Woodstock —“ni siquiera hubo una solitaria pelea a puñetazos”, consignaba en su momento la revista Life— sin remitirse a esos tres conceptos que rondaban la cabeza de quienes se dieron cita en los campos de Bethel. “Había un acuerdo tácito entre todos: ver a la persona de al lado como alguien a quien amar; decirle sí a lo que no dañara a nadie, y saber más del mundo y de uno mismo”.

Y esta revolución no sólo se estaba dando abajo entre el público, sino arriba en el escenario pues, aunque en la actualidad hay quienes se empeñan en demeritarlo, el arte de los 60 era tremendamente innovador, agrega el docente. Ahí estaba Jimmy Hendrix y su inolvidable interpretación del himno nacional estadounidense; Joan Báez lanzando un poderoso mensaje político con la canción We Shall Overcome; The Who con su manera tan única de acaparar reflectores y destrozar instrumentos, y un desconocido Carlos Santana que le sacaba a su guitarra Gibson color cereza una amalgama improbable de ritmos africanos y latinos. “Cada propuesta era espectacular y todas se sucedían sin descanso alguno”.

Por todo ello, el académico sostiene que, si algo de esta magnitud se logró en los 60, nada impide imaginar que es posible conseguir algo similar de nuevo. “Las condiciones opresivas de antaño persisten, por lo que podemos y debemos esperar nuevas rebeliones juveniles. No sabemos qué estrategias adoptarán las nuevas generaciones al protestar, pero de tomarse el tiempo para mirar el pasado y proyectarlo al futuro verán que es posible evitar la violencia y abrirle puertas al arte por la vía de amar, conocer y de decir sí”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

La UNAM exhibirá lo mejor de Derek Jarman en el Museo Universitario del Chopo

Como parte de la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género 2019 (MIC Género), la Dirección General de Actividades Cinematográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (Filmoteca UNAM) exhibirá, en el Cinematógrafo del Chopo, una retrospectiva dedicada al inglés Derek Jarman, director, escritor y activista por los derechos de los homosexuales cuya obra cinematográfica alcanzó una estética subversiva con sus explícitas escenas sexuales y la riqueza de sus imágenes.
El programa está integrado por las películas: Jubilee (1978), War Requiem (1989), Aria(1987), Eduardo II (1991) y Blue (1993) y se exhibirán del 7 al 11 de agosto en horarios de 12, 17 y 19 horas en el Cinematógrafo del Chopo.
MIC Género 2019 busca acercar, a través del cine, los estudios de género y de derechos humanos a un público diverso que puede estar familiarizado o no con dichas temáticas. Este año celebra su octava edición.
Entre los filmes del director de cine y activista de género, Derek Jarman, que el MIC Género 2019 presenta esta edición en el Museo Universitario del Chopo se encuentra Aria, una obra que el realizador codirigió con otros nueve cineastas, entre ellos Jean-Luc Godard.
La cinta Aria fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1987. Se trata de un filme con toques humorísticos, en donde sus distintos episodios están dedicados a las arias de importantes compositores como Verdi, Puccini y Wagner.
Eduardo II, en tanto, llevó a Tilda Swinton a ganar el Premio a Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 1991. La película se desarrolla en el siglo XIV cuando el rey de Inglaterra se enamora de un joven, y la reina, asqueada por sus preferencias, busca derrocarlo y hacerse del poder.
En Jubilee, reconocida como una de las películas más emblemáticas del punk, la Reina Isabel I invoca a un espíritu llamado Ariel, el cual le transportará en el tiempo a la Inglaterra de los años 70, donde reina el caos y las pandillas hacen desmanes por doquier.
Blue, que es una especie de retrato del director y sus experiencias con el SIDA, transcurre en una pantalla siempre azul y con una banda sonora entretejida de voces, efectos y música. En ella se examinan también los conceptos asociados al color que da nombre al filme.
Finalmente, War Requiem es un largometraje en el que se entrelazan música, poesía y referencias a la pintura, en el cual se integran elementos de teatro, iconografía religiosa, alusiones al cine mudo, y fragmentos de documentales y telediarios.
MIC GÉNERO 2019. Retrospectiva Derek Jarman se proyectará del 7 al 11 de agosto en el Cinematógrafo del Chopo. (Dr. Enrique González Martínez núm. 10, Santa María la Ribera). Costo de $40.00, con 50% de descuento a UNAM e INAPAM con credencial vigente.
Para detalles de las funciones consulta la cartelera en: www.filmoteca.unam.mx

La riqueza de los sistemas constructivos tradicionales

Rescatar la memoria y dar a conocer la enorme riqueza de los sistemas constructivos tradicionales que posee México, es uno de los objetivos del Diplomado de Procedimientos y Sistemas Constructivos Tradicionales de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

En ese contexto, la segunda edición del diplomado se realizó en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), Oaxaca, cuyos resultados fueron expuestos en las maquetas que muestran los diferentes sistemas constructivos tradicionales.

Como parte de la investigación y documentación que realizaron los estudiantes durante el trabajo de campo, se imprimieron una serie de publicaciones que dieron cuenta de los sistemas constructivos tradicionales que replicaron en maquetas, como los sistemas constructivos tradicionales de adobe, de piedra y de jara con cubierta de cucharilla, en las comunidades de Villa de Etla, Xaagá, Tlacolula, El Parián y Huauclilla.

Este año, las prácticas de construcción se destinaron a mejorar los espacios públicos del municipio de San Agustín Etla (sede del CaSa). Para ello, se elaboró una parada para el transporte público de la comunidad, lo cual puso en práctica lo aprendido en las clases.

El Diplomado de Procedimientos y Sistemas Constructivos Tradicionales es resultado de una colaboración entre CaSa y la UNAM, y es coordinado por los arquitectos Francisco Hernández Spínola y María de los Ángeles Vizcarra de los Reyes.

 

“Luego seguimos platicando manita”

La vida nos juntó en la universidad, con sueños e ilusiones. Eras morena, siempre delgada y de rizos que te afanabas en alaciar con una liga todas las mañanas.

Desde entonces me quedó claro que tu pasión eran la radio y el cine. Nos encantaba la clase de cinematografía del profesor Marco Julio Linares, a la cual llegábamos a tiempo, sin falta.

Un día me invitaste a ver en tu casa ‘Carlito´s Way’. Yo no sabía quién era Al Pacino y tú me lo explicaste todo: “fíjate en esta escena, fíjate en este diálogo, el director se llama tal”.

Fuimos buenas compañeras y confidentes en ese periodo de nuestras vidas. Películas, comidas, reuniones, pláticas interminables y tareas fueron parte de nuestra formación. Al terminar los estudios tomamos caminos diferentes porque nuestros intereses también lo eran. Nos dejamos de ver por mucho tiempo.

Lograste entrar al medio de moda, hacer radio y comenzaste a forjarte una trayectoria como comunicadora.

Un día me armé de valor y te llamé: “Ely, ¿me perdonas por todo este tiempo que no nos hemos visto?”. “Sí, mensa, olvídalo” y soltaste la carcajada.

Me invitaste a participar en tu espacio radiofónico: “¿Oye?, tú que tanto amas la UNAM, ¿haz algo de la universidad, no? Platícanos sus actividades culturales, científicas, deportivas”. Y colaboré varios años contigo.

Al principio fue todo un desastre. Tú, experimentada frente al micrófono y yo totalmente novata pero aprovechando la oportunidad de salir en un medio importante a nivel nacional y de aprender de ti.

Nos tocó una época difícil en los medios de comunicación mexicanos: recortes, bajos sueldos y cero prestaciones, pero tú te sabías mover: hacías anuncios, demos, viajabas para estar en los eventos de cine, transmitías, y hacías cuanto esfuerzo extremo te permitías.

“Casi no dormía, se la pasaba haciendo anuncios, trabajaba mucho”, me dijo tu mamá cuando llegué a la funeraria donde te esperábamos para darte el último adiós.

Puse mis manos sobre tu féretro y entre lágrimas sólo atiné a decirte, “Luego seguimos platicando, Manita, Flaquita”.

Hoy ya no estás más en el mundo pero dejaste muchas amistades y contagio por el gusto de hacer radio y cine, y eso es para siempre.

Te recordaré siempre, Elizabeth Bobadilla Valle.

*Maestra en Diseño, Información y Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana

El cambio climático pone en riesgo el agua y la comida en el planeta

Alimentos más caros, menos nutritivos y disrupciones en la cadena de distribución afectarán a todo el planeta y dramáticamente a los países más pobres, si no se toma acción para detener la degradación de la tierra y mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C. Incluso con un aumento de 1,5°C, hay grandes riesgos de escasez de agua, incendios, degradación del permafrost y de inestabilidad en el sistema alimentario.

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicó este jueves su informe sobre La Tierra y el Cambio Climático, en el que destaca, entre otras cosas, cómo el clima está afectando la disponibilidad, el acceso, la nutrición y la estabilidad de los alimentos.

«La seguridad alimentaria se verá cada vez más afectada por el cambio climático futuro a través de la disminución del rendimiento agrícola, especialmente en los trópicos, con el aumento de los precios, la reducción de la calidad de los nutrientes y las interrupciones de la cadena de suministro. Veremos diferentes consecuencias en diferentes países, pero habrá un impacto más drástico en los países de bajos recursos en África, Asia, América Latina y el Caribe», asegura Priyadarshi Shukla, una de las autoras del informe.

Comer más verduras y desperdiciar menos

El estudio destaca que actualmente alrededor de un tercio de la comida se pierde o se desperdicia. Las causas difieren entre países desarrollados y en desarrollo, pero reducir su ocurrencia disminuiría las emisiones de gases de efecto invernadero y la inseguridad alimentaria.

Algunas dietas requieren más agua y más tierra, y causan más emisiones de gases que aumentan el calentamiento global.

“Algunas dietas requieren más agua y más tierra, y causan más emisiones de gases que aumentan el calentamiento global. Las dietas balanceadas con más alimentos a base de granos, legumbres, frutas y verduras y con alimentos animales producidos de manera sostenible, presentan oportunidades para limitar el cambio climático”, revela la experta Debra Roberts.

El informe también asegura que hay maneras de abordar los riesgos y reducir las vulnerabilidades en los sistemas de producción y distribución de la comida y de gestión de la tierra.

La reducción de riesgos puede aumentar la resiliencia de las comunidades ante eventos extremos, lo cual tiene un impacto en la seguridad alimentaria. Un ejemplo puede ser cambios en la dieta y en los alimentos que se cultivan para prevenir la degradación de la tierra.

Reducir la desigualdad, aumentar los salarios y asegurar el acceso a la comida en regiones donde la tierra ya no produce también influyen en adaptarse a los impactos negativos del cambio climático.

Banco Mundial/John Hogg

Las industrias y la ganadería generan gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.

La tierra como un recurso crítico en la lucha contra el cambio climático

La tierra ya está bajo una presión humana creciente y el cambio climático se está sumando, mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC solo se puede lograr reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores, incluidos la tierra y los alimentos.

La tierra juega un rol muy importante en el sistema climático. La agricultura, la silvicultura y otros tipos de uso representan el 23% de las emisiones de efecto invernadero. Al mismo tiempo los procesos naturales de la tierra absorben dióxido de carbono equivalente a casi un tercio del emitido por los combustibles fósiles y las industrias”, asegura el experto Hans-Otto Portner.

Manejar los recursos de manera sostenible puede ayudar a abordar el cambio climático. “Las elecciones que hacemos en este manejo pueden ayudar a reducir y en algunos casos hasta reversar los impactos”, expresa el científico del Panel Kiyoto Tanabe, quien añade que la tierra que ya está siendo usada puede alimentar a la población mundial y al mismo tiempo proveer biomasa para la energía renovable, pero se necesita acción temprana y extensa para lograrlo.

Banco Mundial/Ray Witlin

Una mujer agricultora de la India.

La degradación de la tierra y los riesgos añadidos al calentamiento global     

Cuando la tierra se degrada se hace menos productiva y se reduce su capacidad para absorber carbono, lo que influye en el cambio climático, que en retorno contribuye más a su degradación.

“En un futuro, con lluvias más intensas, aumentará el riesgo de erosión del suelo en las tierras de cultivo. La gestión sostenible de la tierra es una forma de proteger a las comunidades de los efectos perjudiciales de la erosión del suelo y deslizamientos de tierra. Sin embargo, hay límites para lo que se puede hacer, por lo que en otros casos la degradación puede ser irreversible «, añade Tanabe.

 “En un futuro, con lluvias más intensas, aumentará el riesgo de erosión del suelo en las tierras de cultivo.

Aproximadamente 500 millones de personas viven en áreas que experimentan la desertificación. Las áreas secas son más vulnerables al cambio climático y a los eventos extremos, incluidos la sequía, las olas de calor y las tormentas de polvo, con una creciente población mundial que proporciona más presión.

El informe establece opciones para abordar la degradación de la tierra y también examina los impactos de los diferentes niveles de calentamiento global.

Hay riesgos muy altos de escasez de agua, riesgos por incendios, degradación del permafrost y de inestabilidad en el sistema alimentario, incluso con un aumento de temperatura de 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. El riesgo se hace mucho más intenso con un aumento de 2°C, aseguran los expertos.

PNUD Chad / Jean Damascene Hakuzim

Vista aérea del Lago Chad que muestra claramente los efectos de la desertificación. En los últimos 50 años, la cuenca del Lago Chad se ha reducido de 25.000 kilómetros cuadrados a 2.000.

Recomendaciones

Un enfoque general en sostenibilidad combinado con acciones tempranas ofrece las mejores oportunidades para luchar contra el cambio climático. Esto incluye, un menor crecimiento de la población, la reducción de desigualdades, una mejor nutrición y un menor desperdicio de comida.

Si se logra un sistema alimentario más resiliente se puede tener más tierra disponible para crear energías limpias, y al mismo tiempo proteger los bosques y los ecosistemas naturales. Sin embargo, si no se actúa pronto, más tierra podría necesitarse para generar energía y esto conduciría a desafiantes decisiones sobre su uso y el sistema alimentario.

«Las políticas que apoyan la gestión sostenible de la tierra, aseguran el suministro de alimentos para personas vulnerables y mantienen el carbono en el suelo mientras reducen las emisiones de gases de efecto invernadero son importantes”, agrega Eduardo Calvo, coautor del informe.

Otras políticas fuera del sector alimentario y de los suelos, como el transporte y en medio ambiente, también hacen una diferencia crítica en la lucha contra el cambio climático. “Actuar rápidamente costará menos, ya que evitará más perdidas”, advierte el informe.

Hay cosas que ya estamos haciendo, utilizando tecnología y buenas prácticas,pero hay que aumentarlas y usarlas donde no se están aplicando.

“Hay cosas que ya estamos haciendo, utilizando tecnología y buenas prácticas, pero hay que aumentarlas y usarlas donde no se están aplicando. Hay un gran potencial a través del uso sostenible de la tierra, reducir el consumo excesivo y el desperdicio de comida, evitar que los bosques sean quemados, prevenir el cultivo excesivo de madera para combustible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, concluye Panmao Zhai, presidente de un grupo de trabajo del IPCC.

El informe fue preparado por 107 expertos de 52 países, y se trata del primero en que la mayoría de los científicos son de países en desarrollo y hay una participación de un 40% de mujeres.

El documento será un aporte científico clave en las próximas negociaciones sobre el clima y el medio ambiente, como el de Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (COP14) en Nueva Delhi, India en septiembre y la Conferencia Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP25) en Santiago, Chile, en diciembre.

El informe concluye que una mejor gestión de la tierra puede contribuir a combatir el cambio climático, pero no es la única solución.

En 2015, los Gobiernos respaldaron el objetivo del Acuerdo de París de fortalecer la respuesta global a cambio climático al mantener el aumento de la temperatura media global muy por debajo de 2ºC por encima de los niveles pre-industriales y perseguir esfuerzos para limitar el aumento a 1.5ºC.

 

 

Retransmisión: ¿Cuánto le cuesta al bolsillo del mexicano la guerra de divisas?

La Universidad Nacional Autónoma de México le hace una cordial invitación a la rueda de medios
¿Cuánto le cuesta al bolsillo del mexicano la guerra de divisas?

8 de agosto, 11:00 hrs.

Participarán los doctores Alicia Girón y César Salazar, investigadores del Instituto de Investigaciones Económicas.

Desde la Sala Ángel Bassols Batalla del Instituto de Investigaciones Económicas, en Ciudad Universitaria.

Este nuevo descubrimiento permitirá a los dentistas regenerar las raíces de los dientes

Yang Chai y otros investigadores de la Facultad de Odontología Herman Ostrow de la Universidad del Sur de California (USC) han descubierto cómo los genes de las raíces de los dientes se activan y desactivan, un paso clave en el camino para algún día volver a regenerar los dientes.

Para descubrir cómo cambia el cuerpo con el tiempo, los investigadores buscan cada vez más comprender la epigenética, el estudio de los cambios en los organismos causados ​​por la modificación de la expresión génica en lugar de la alteración del código genético. Este esfuerzo científico se extiende también a los dientes.

Yang Chai, decano asociado de investigación en la Facultad de Odontología Herman Ostrow de la USC, informó en un artículo reciente en eLife, cómo él y sus colegas descubrieron que la regulación epigenética puede controlar el diseño y desarrollo de las raíces de los dientes.

Los autores describieron una proteína llamada Ezh2, que ayuda a desarrollar los huesos de la cara, pero no se sabía cómo afectaba el desarrollo de la raíz del diente. Entonces, el equipo analizó lo que sucede cuando Ezh2 no está presente en los dientes molares de los ratones en desarrollo. Descubrieron que Ezh2 junto con otra proteína llamada Arid1a deben estar en equilibrio para establecer el patrón de la raíz del diente y la integración adecuada de las raíces con los huesos de la mandíbula.

Chai dijo que el nuevo trabajo es motivador: «Me siento emocionado por esto porque, a través de la evolución humana, ha habido cambios en nuestra dieta y entorno que pueden influir en nuestro epigenoma, la forma en que están regulados nuestros genes, y se puede ver claramente una diferencia entre la formación de la raíz de nuestra dentición versus los neandertales«.

Los molares de neandertal tienen troncos de raíz más largos que los que se ven en humanos anatómicamente modernos y muestran una división tardía de las raíces, lo que podría deberse al efecto de la dieta y el ejercicio sobre las proteínas que activan y desactivan los genes.

El equilibrio de los reguladores también influye en las enfermedades y el bienestar. En diferentes tipos de cáncer, la investigación ha demostrado que el equilibrio de dos reguladores epigenéticos opuestos es bastante importante. Noquear un regulador puede crear cáncer, dijo Chai, pero modular su regulador contrario puede detener el cáncer.

«Estos reguladores epigenéticos, que no están cambiando las secuencias de ADN, son importantes en sí mismos, pero su nivel de actividad también es importante«, dijo. «Básicamente, no se puede tener demasiado o muy poco; si el equilibrio se desvía, se presentan problemas de desarrollo o enfermedades«.

El objetivo final de la investigación de Chai sobre la regulación del desarrollo de los dientes es volver a crecer los dientes, pero generar un diente completo es muy difícil porque a la naturaleza le lleva mucho tiempo construir un diente desde el desarrollo hasta la erupción, explicó Chai. Así que busca encontrar formas de regenerar una raíz molar y colocar una corona encima.

«Sería lo mejor de ambos mundos: una integración natural de la raíz con la mandíbula con el ligamento periodontal en su lugar, y una reducción en la cantidad de tiempo que necesitamos usando solo una corona para restaurar la función«, dijo.

Fuente: Universidad del Sur de California

Artículo: Jing, J., Feng, J., Li, J., Han, X., He, J., Ho, T. V., … & Chai, Y. (2019). Antagonistic interaction between Ezh2 and Arid1a coordinates root patterning and development via Cdkn2a in mouse molarseLife8, e46426.

Cómo es que el cilandro puede reducir las convulsiones

Muchas de las hierbas tienen una larga historia de uso como anticonvulsivos de la medicina popular. Como en el caso del cilantro, una hierba culinaria y ubicua, que ha sido consumido por los seres humanos durante al menos 8,000 años. Hasta ahora, muchos de los mecanismos subyacentes de cómo funcionaban las hierbas seguían siendo desconocidos.

En un nuevo estudio, los investigadores descubrieron el mecanismo molecular que permite al cilantro retrasar de manera efectiva ciertas convulsiones comunes en la epilepsia y otras enfermedades.

El estudio, publicado en FASEB Journal, explica que el cilantro (Coriandrum sativum) posee un componente llamado (E)-2-dodecenal que actúa como un activador potente del canal de potasio de la familia KCNQ, es decir, que se une a una parte específica de los canales de potasio para abrirlos evitando su sobreexitación.

Simulación a computadora de E-2-dodecenal (naranja) en el sitio previsto de unión a los canales KCNQ. Imagen: UC

Esta nueva comprensión puede conducir a mejoras en la terapéutica y al desarrollo de fármacos más eficaces.

«Descubrimos que el cilantro, que se ha utilizado como un medicamento anticonvulsivo tradicional, activa una clase de canales de potasio en el cerebro para reducir la actividad convulsiva«, dijo Geoff Abbott, Ph.D., profesor de fisiología y biofísica en la Universidad de California (UC) e investigador principal del estudio.

Los investigadores examinaron los metabolitos de la hoja de cilantro, revelando que uno, el aldehído graso de cadena larga (E)-2-dodecenal, activa múltiples canales de potasio, canales ubicados principalmente en el cerebro y corazón y que son responsables de regular la actividad eléctrica en esas regiones.

También se descubrió que este metabolito recapitula la acción anticonvulsiva del cilantro, retrasando ciertas convulsiones inducidas químicamente. Los resultados proporcionan una base molecular para las acciones terapéuticas del cilantro e indican que esta hierba es sorprendentemente influyente en los canales de potasio clínicamente importantes.

«Además de las propiedades anticonvulsivas, el cilantro también ha reportado efectos anticancerígenos, antiinflamatorios, antifúngicos, antibacterianos, cardioprotectores, de salud gástrica y analgésicos«, dijo Abbott. «¡Y la mejor parte es que sabe bien!«.

Los canales iónicos de las membrana celulares, son un importante blanco molecular para diseñar fármacos y poder algún día tratar muchísimas enfermedades, entre ellas el DOLOR CRÓNICO.

Fuente: Universidad de California

Artículo: Manville, R. W., & Abbott, G. W. (2019). Cilantro leaf harbors a potent potassium channel–activating anticonvulsantThe FASEB Journal, fj-201900485R.