Los Beatles: más allá de música, una revolución cultural

Los Beatles no sólo cambiaron la música, sino que también marcaron un antes y un después en la cultura y la sociedad de su época. Con sus letras progresistas y su espíritu rebelde, se convirtieron en el estandarte de una generación que buscaba la libertad y la igualdad.

Durante su década de carrera, desde 1960 hasta 1970, la banda británica no dejó de sorprender con su creatividad y experimentación en el sonido, dejando un legado musical que ha sido reconocido por generaciones posteriores.

A pesar de su separación, el impacto de los Beatles sigue latente en la actualidad. En una entrevista con el director del Instituto de Geografía de la UNAM, Manuel Suárez Lastra, se confirma que la influencia del grupo musical sigue siendo significativa en la cultura popular y su legado se mantiene como uno de los más importantes de la humanidad.

La desintegración de los Beatles: una marca indeleble 

El 10 de abril de 1970, la historia de cuatro jóvenes que llegaron a dominar el mundo se resquebrajó: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, originarios de Liverpool, Inglaterra, dieron a conocer la ruptura y desintegración de la banda musical que representó mucho en su momento -y lo sigue haciendo- para los jóvenes de hoy, indica el investigador universitario.

“Es impresionante la cantidad de jóvenes en el mundo que hoy siguen gustando de la agrupación inglesa y que reconocen en ella un hito. Sigue siendo la banda más importante de rock; si se compara el mercado de la música de ese momento con el de hoy, es más grande. Es obvio que habrá cantantes o grupos musicales que superarán a los Beatles en el número de ventas, y aun así, conservan cierto número de récords”, comenta.

Si se observan las dimensiones del actual mercado de ventas de música y se comparan con las de entonces, nadie los ha superado, “y no se ve que eso ocurra pronto. En realidad, generaron un cambio cultural, y a poco más de medio siglo de su desintegración, es impresionante que continúe vigente la beatlemanía; siguen siendo un fenómeno”, opina el universitario, ex guitarrista y ex vocalista del grupo musical Guillotina.

El especialista en Geografía menciona que si se observan los perfiles de cada uno de sus integrantes, a pesar de que dos fallecieron –John Lennon y George Harrison–, la cantidad de escuchas que tienen es impactante, en particular Paul McCartney, quien sigue activo a sus 80 años.

Suárez Lastra recalca que la música de esta agrupación ha trascendido, “simplemente lo que toca una banda de rock, la cantidad de versiones que se han hecho de la música de los Beatles, el número de estudios realizados sobre su trayectoria, además de la cantidad de análisis como fenómeno social, creo que nadie ha podido hacer algo así”.

Resalta que se trató de una agrupación que innovó en numerosos aspectos y, sobre todo, existe un parteaguas: el álbum Revolver, lanzado en agosto de 1966, unos cuantos años antes de que decidieran abandonar los escenarios y las giras. “Los Beatles son un antes de ese disco, y a partir de él, cambió el rock y la música”.

En octubre de 2022, según informa la revista Rolling Stone, fue lanzado al mercado el disco en varios formatos, incluyendo una versión de lujo para coleccionistas con los 14 temas originales del fonograma y versiones expandidas de varias canciones y demos inéditos.

El rompimiento de los Beatles: un proceso natural

El rompimiento de los Beatles hace 53 años fue un proceso natural en la evolución de la banda, como ocurre en muchas otras al concluir un ciclo. “Es difícil saber qué habría pensado la gente en ese momento. Lo cierto es que tanto Paul McCartney como John Lennon hicieron carreras independientes espectacularmente exitosas; el primero formó Wings, mientras que Lennon se fue inmediatamente a la carrera como solista”, refiere Suárez Lastra.

En cuanto a George Harrison, sacó un álbum con tres discos, mediante el cual mostró su capacidad para hacer música: All Things Must Pass, “un gran disco que acaba de cumplir 50 años y fue una muestra de toda esa música que no había salido con los Beatles. Ringo Starr tiene la carrera como solista menos prolífica, pero aun así tuvo un par de discos importantes”, opina.

Señala que si los Beatles hubieran continuado juntos, tal vez hubieran dejado de innovar, aunque ese es un proceso natural. “Lo que los hace icónicos es precisamente ese aspecto de que siempre innovaron”.

Los Beatles siguen vigentes. En el terreno del cine es común que haya películas musicalizadas con sus canciones, e incluso en México se transmite una hora de sus interpretaciones en la radio, destaca el experto en Geografía.

Para conocedores y seguidores de la banda inglesa, existen cuatro factores principales que explican su separación: el fallecimiento de Brian Epstein, su representante; la aparición de Yoko Ono, la lucha de egos entre los miembros de la banda y el desmarque de Paul McCartney.

Logros de una década

El legado de los Beatles es enormemente influyente en el rock y en el resto de los estilos musicales. Desde sus inicios en la década de 1960 hasta su separación en 1970, acumularon una serie de logros y éxitos internacionales que los convirtieron en grandes leyendas de la música.

Entre sus conquistas se encuentran nueve premios Grammy; 13 álbumes de estudio; ventas superiores a los 600 millones de discos en todo el mundo; un Oscar por la banda sonora de “Let it Be”; seis discos y nueve canciones integradas en el Salón de la Fama del Grammy; y su ingreso al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1988.

Información destacada
  1. Los Beatles fueron un estandarte de una generación que buscaba la libertad y la igualdad.
  2. La banda británica dejó un legado musical que ha sido reconocido por generaciones posteriores.
  3. A pesar de su separación, el impacto de los Beatles sigue latente en la actualidad y su influencia sigue siendo significativa en la cultura popular.
  4. Los Beatles son la banda más importante de rock en la historia y generaron un cambio cultural.
  5. La música de los Beatles ha trascendido y ha sido objeto de numerosos estudios y análisis como fenómeno social.
  6. Los Beatles innovaron en numerosos aspectos y cambiaron el rock y la música a partir de su álbum Revolver.
  7. El rompimiento de los Beatles fue un proceso natural en la evolución de la banda y los integrantes continuaron con carreras solistas exitosas.
  8. Si los Beatles hubieran continuado juntos, tal vez hubieran dejado de innovar, aunque ese es un proceso natural.
  9. Los Beatles siguen siendo un fenómeno cultural y se utilizan sus canciones en películas y programas de radio.

Viva la Chopa: muestra de talento femenino en la música

  • Descartes a Kant y Fryturama inauguran ciclo Viva la Chopa en el Museo Universitario del Chopo
  • Fomentando la igualdad de género en la música contemporánea mexicana

Descartes a Kant, uno de los grupos más respetados del medio indie nacional, con más de dos décadas de trayectoria, y Fryturama, dúo de noise y shoegaze que en tan solo cuatro años se ha ganado el reconocimiento del público, inaugurarán este sábado 25 de marzo el nuevo ciclo de conciertos Viva la Chopa, del Museo Universitario del Chopo, dedicado a resaltar el trabajo de mujeres mexicanas en la música contemporánea.

La importancia de visibilizar el talento femenino en la música

“Queremos visibilizar a todo el talento femenino en la música y lograr una igualdad de género, que es un derecho humano fundamental, en los escenarios y en la comunidad artística”, explicó sobre el objetivo del ciclo su curadora, la cantante Angélica Victoria, quien fue invitada por el director del museo, José Luis Paredes Pacho, a diseñar esta nueva propuesta que da continuidad y al mismo tiempo amplía los alcances en cuanto a géneros musicales del anterior ciclo del recinto, conocido como Rockeras en el Chopo.

“Poco a poco la mujer ha ido tomando su lugar en la música, pero definitivamente no hay igualdad. Lo vemos en los festivales, por ejemplo, que hay máximo un 35 o 40 por ciento de representación femenina. Y, bueno, de eso se trata este proyecto, de ir buscando más lugar para para las mujeres y niñas”, agregó la también vocalista y guitarrista del grupo Niña Diablo.

Diversidad, calidad musical y discurso en la curaduría

En la curaduría del ciclo, explicó, busca diversidad y calidad musical, pero también discurso, “que expresan ideas importantes para la sociedad y para la lucha femenina”. Aunque las primeras seis agrupaciones invitadas son proyectos liderados por mujeres, no se trata de excluir a los hombres, aclaró: “Para nada, creemos en la igualdad de género”.

Descartes a Kant, banda originaria de Guadalajara caracterizada por su eclecticismo musical y su extravagancia escénico-performativa, presentará “After Destrucción”, una puesta en escena desarrollada a partir de la pandemia que aborda las consecuencias del confinamiento. Fryturama, por su parte, confirmará por qué es un grupo constantemente invitado a los festivales y foros más importantes del país.

“Me gustó mucho la combinación de Descartes y Fryturama porque tienen como detallitos de pop o dream pop, pero también es mucho noise, mucho ruido, no es rock, es como experimental. Además, ambos grupos tienen un espectáculo en el escenario que te atrapa”, comentó Angélica Victoria sobre el primer concierto del ciclo, que dará inicio a las 19 horas de este sábado en el Foro del Dinosaurio del Chopo.

Vondré y Muérete tú traen energía punk y grunge al escenario

Un mes después, el 29 de abril, el escenario vibrará con la furia de Vondré, banda que interpreta rock alternativo lleno de agresividad y con reminiscencias de la música que se hacía en los años noventa, junto a Muérete tú, grupo de punk, garage y grunge acostumbrado a tocar sin filtros y sin reglas. “También me gustó mucho la combinación porque las dos agrupaciones tocan como grunge o punk alternativo y tienen mucha fuerza. Sin duda, se va a disfrutar mucho de su energía en el show”, comentó la cantante entrevistada.

Howless y Valgur fusionan new wave, pop y shoegaze

El ciclo cerrará el 27 de mayo con la presencia de dos grupos que comparten sonidos de new wave y pop en distintos estilos: Howless, cuarteto originario de la Ciudad de México que usa métodos creativos y literarios para crear su sonido, y Valgur, dúo de Juchitán, Oaxaca, que plantea narrativas que se desprenden del realismo mágico y la ciencia ficción. “También me encantó la combinación porque ambos son como shoegaze con toques de dream pop. Todos los sintetizadores que usan te hacen viajar muchísimo”.

Programa extendido y boletos con descuento

Viva la Chopa se extenderá todo 2023. Sus organizadores ya están trabajando en los programas para el segundo semestre del año, que mantendrán la característica de estar conformados por grupos liderados por chicas, algunos ya reconocidos y otros emergentes. “Es difícil la parte de la curaduría porque hay muchísimo talento increíble en México, me costó trabajo seleccionar. Me gustaría poder hacer un concierto cada fin de semana. Lo padre de este ciclo es que son propuestas frescas, sin duda vale la pena escuchar estas voces, yo les aseguro que no se van a arrepentir y que les va a gustar muchísimo”, concluyó Angélica Victoria.

Los boletos para los conciertos tienen un costo de 150 pesos, con descuentos para estudiantes, maestros e INAPAM.

Información destacada
  1. Viva la Chopa busca resaltar el trabajo de mujeres mexicanas en la música contemporánea y fomentar la igualdad de género en la industria.
  2. La curaduría del ciclo, a cargo de Angélica Victoria, se enfoca en la diversidad y calidad musical, así como en el discurso de las agrupaciones que aborden temas relevantes para la sociedad y la lucha femenina.
  3. El ciclo de conciertos incluye una variedad de géneros musicales, como rock alternativo, punk, grunge, new wave, pop y shoegaze, con el fin de llegar a un público más amplio.
  4. El proyecto Viva la Chopa no busca excluir a los hombres, sino promover la igualdad de género y la colaboración entre artistas de diferentes géneros y antecedentes.
  5. Los boletos para los conciertos ofrecen descuentos para estudiantes, maestros e INAPAM, haciendo el evento más accesible.
  6. Viva la Chopa se extenderá durante todo el 2023, con programas planeados para el segundo semestre del año, incluyendo artistas ya reconocidos y emergentes liderados por mujeres.
  7. El ciclo de conciertos se desarrollará en el Museo Universitario del Chopo, lo que demuestra el compromiso de la institución con la promoción de la diversidad cultural y la igualdad de género.

Las mujeres detrás de la música en la OFUNAM: conoce su historia

Este mes, en nuestra universidad honramos a las mujeres que hacen música en la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM). A través de entrevistas con tres de las integrantes más emblemáticas de la orquesta. Nos adentramos un poco en su trabajo y sus vidas artísticas.

Janet Paulus, arpista

Janet Paulus, arpista de la OFUNAM, nos comparte que disfruta mucho tocar en la filarmónica: “Es agradable tocar en una orquesta, porque [como instrumentistas] siempre estamos solos tocando en casa, y el arpa especialmente no se toca con acompañamiento. Poder tocar en conjunto me da muchísima satisfacción”.

También nos platica algunos retos propios de su instrumento. El arpa no se toca con todos los dedos de la mano: los dedos meñiques no tienen la longitud ni la fuerza para tocar. Muchas veces, la música para arpa está escrita como si fuera para piano, lo que da como resultado acordes de diez notas y otras figuras imposibles de tocar.

Janet recuerda, como una de sus experiencias más gratas con la OFUNAM, su presentación como solista con el concierto de Alberto Ginastera para arpa y orquesta, dirigido por Massimo Quarta.

Patricia Hernández, violista

Patricia Hernández es violista en la OFUNAM desde los 23 años. “La OFUNAM es mi forma de vida. Es donde me desarrollé personalmente y profesionalmente. Es como mi segunda casa”.

Patricia comenzó a tocar el violín desde niña, siguiendo los pasos de su padre, que era violinista. “Después de probar con violín, piano y percusiones, decidí que la viola era lo que más me gustaba y a los 15 años ingresé al conservatorio para dedicarme completamente a esto.”

“La viola es como mi voz”, nos cuenta Patricia sobre su instrumento. “Es una viola mexicana, me la construyó Álvaro Escalante, un laudero muy reconocido, y me ha acompañado en la mayoría de mis conciertos”.

Ante la pregunta de qué obra le ha emocionado más, responde que un momento muy estimulante fue haber interpretado la Sinfonía Turangalîla de Olivier Messiaen al frente de la sección de violas.

Alethia Lozano, flautista

La flautista principal de la OFUNAM, Alethia Lozano, tiene una historia muy distinta de su primer encuentro con la música y la orquesta. “Encontré la música clásica por mi cuenta, me la pasaba buscando en esas radios de botones, y de pronto me detenía en las estaciones de música clásica. Le decía a mis papás: ‘¡Qué bonita es la música sin cantar!’”. Al ver su interés, sus padres comenzaron a llevar a la familia a conciertos sinfónicos, específicamente a la Sala Nezahualcóyotl, a escuchar a la OFUNAM. Fue en esta misma sala que Alethia se visualizó por primera vez en el escenario, tocando profesionalmente.

Alethia recuerda un momento que la marcó durante su carrera en la OFUNAM. Estaban de gira en Italia, y los organizadores anfitriones decidieron promocionar a la orquesta como “Orquesta Filarmónica de México UNAM”, para que los espectadores no pensaran que era una orquesta estudiantil. Pero la orquesta fue duramente cuestionada, como si estuvieran negando su pertenencia a la universidad. En ese ambiente, aquella noche presentaron un concierto desde un deseo de refrendar su identidad y su entrega con la UNAM. “Sucedió algo increíble”, recuerda Alethia. “Cuando comenzamos a tocar había algo absolutamente electrizante, un magnetismo. Todos tocamos en nuestro mejor nivel, sentimos una conexión, una energía, una pasión en el escenario. Y se notó en el público, nos dieron una ovación de pie, nos pidieron otra, fue un éxito absoluto. Fue una experiencia maravillosa que nos transformó”.

Alethia Lozano estudió en México, su país natal, Estados Unidos y Francia, países donde también ha ofrecido diversos conciertos. Ha tomado cursos de especialización en Inglaterra, Irlanda, México, Estados Unidos y Francia. Además de ser integrante de la OFUNAM, da clases en la Escuela Superior de Música.

Información destacada
  • Entrevistas con algunas de las integrantes de la OFUNAM
  • Janet Paulus, arpista y su experiencia en la OFUNAM
  • Patricia Hernández, violista desde los 23 años en la OFUNAM
  • La viola como la voz de Patricia Hernández y su viola mexicana
  • Alethia Lozano, flautista principal de la OFUNAM y su historia con la música
Créditos
  • Crédito nota | Música UNAM
  • Crédito fotos | Música UNAM | Paola F. Rodríguez
  • Videos Gente de música, retos y rituales
  • Crédito | Patronato y Sociedad de Amigos de la OFUNAM
  • Video Recitales OFUNAM | Crédito Música UNAM
  • Nota basada en la serie “Gente de música, retos y rituales” disponible en:
  • Patricia Hernández (cápsula 1): https://youtu.be/ZCBpz1G2ywU
  • Janet Paulus (cápsula 3): https://youtu.be/yUM7aMY2pzE
  • Alethia Lozano (cápsula 6): https://youtu.be/vgsWlBWC6VA
  • Recitales OFUNAM:
  • Patricia Hernández (recital núm 11): https://youtu.be/nLu52bRt2_M

Arranca temporada de la OFUNAM

  • Inicia Sylvain Gasançon como director titular para el periodo 2023-2025
  • El violinista Shlomo Mintz (Israel) abre temporada con el Concierto de Beethoven
  • Foco Francia, línea de programación presente a lo largo de la temporada, explora la música de este país, desde Berlioz hasta Messiaen y Grisey
  • El Festival Internacional de Piano 2023 convoca a Pierre-Laurent Aimard (Francia), Judith Jáuregui (España), Jorge Federico Osorio (México), Alberto Rosado (España) y Tamara Stefanovich (Serbia)
  • Estrenos mundiales de Georgina Derbez y Víctor Ibarra
  • Presencia de compositoras continúa con Boulanger, Chamizo, Finzi y Tailleferre
  • Venta de abonos en la taquilla de la Sala Nezahualcóyotl y en línea a través de boletoscultura.unam.mx

La Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) inicia el 2023 con un Foco Francia, mediante el cual invita al público a emprender un recorrido por parajes musicales fascinantes a lo largo de once pares de conciertos. Así como incluye a Berlioz, Debussy, Ravel y Messiaen, por lo que toca a autores franceses, la Primera Temporada 2023 contempla asimismo a autores como Beethoven, Mahler, Stravinski, Bartók y Revueltas, además de un par de estrenos mundiales.

En esta temporada la OFUNAM da la bienvenida a su nuevo director titular, el maestro Sylvain Gasançon, quien fue nombrado para el periodo 2023-2025. Nacido en Metz, Francia, estudió violín en su país natal y ofreció sus primeros conciertos a una edad muy temprana. Posteriormente se graduó del Conservatorio Real de Bruselas con Endre Kleve. Estudió dirección orquestal con Jean-Sébastien Béreau, Gerhard Markson, Gianluigi Gelmetti, Pinchas Zukerman y Jorma Panula. Comenzó su relación con la OFUNAM al ganar el Premio Internacional Eduardo Mata de Dirección de Orquesta en 2005.

El Foco Francia invita a una exploración del repertorio francés de los siglos XIX al XXI. Lo mismo presenta piezas tan familiares para el público como el Bolero de Ravel y La mer de Debussy que obras orquestales de Lili Boulanger, Ernest Chausson, Edgar Varèse, Germaine Tailleferre, César Franck y Graciane Finzi. Esta programación se enfoca en Debussy y Ravel pero la enmarcan dos monumentales sinfonías, que se ubican como pilares en el tiempo, a un extremo y otro del recorrido: la Sinfonía Fantástica de Berlioz, estrenada en 1830, y la Sinfonía Turangalîla de Messiaen, estrenada poco más de un siglo después, en 1949.

Como parte del Festival Internacional de Piano de Música UNAM la OFUNAM presenta 5 pianistas de diversos perfiles y procedencias en los programas 7 a 10. La pianista española Judith Jáuregui interpreta el Concierto para piano en sol mayor de Maurice Ravel, en el que el compositor francés incluye elementos de jazz que enriquecen la orquestación, una de las especialidades de Ravel. El pianista mexicano Jorge Federico Osorio ofrecerá el Concierto 4 para piano de Beethoven, que junto con los otros cuatro en el catálogo del compositor alemán revolucionó el género en su momento; en este caso, la obra comienza con un solo del piano en lugar de un tutti orquestal. El conjunto universitario realizará el estreno mundial de la obra de Georgina Derbez titulada De la alquimia el resplandor, con el pianista español Alberto Rosado, a quien está dedicada la partitura. El Concierto para dos pianos y percusiones de Béla Bartók será interpretado por los pianistas Pierre-Laurent Aimard y Tamara Stefanovich, junto con los percusionistas Iván Manzanilla y Miguel González. Los cinco pianistas mencionados, además de ser solistas con la OFUNAM, ofrecerán recitales individuales como parte del mismo Festival.

Diversos solistas acompañarán a la OFUNAM. En primer lugar, el violinista israelí nacido en Rusia Shlomo Mintz interpretará el Concierto para violín de Beethoven. La soprano Cecilia Eguiarte cantará el Poema de amor y del mar de Ernest Chausson. Rodrigo Garibay al saxofón y Roberto Zerquera al vibráfono participan en la música que John Williams compuso para la película Atrápame si puedes. Duane Cochran, pianista de la OFUNAM, y Nathalie Forget en las ondas Martenot ofrecen la Sinfonía Turangalîla de Messiaen. El Patronato y la Sociedad de Amigos de la OFUNAM patrocinan la participación de los maestros Shlomo Mintz y Pierre-Laurent Aimard.

En paralelo al nuevo director titular, la orquesta universitaria actuará bajo la batuta de Ludwig Carrasco, José Luis Castillo, Julia Cruz, Enrique Diemecke, Catherine Larsen-Maguire, Iván López Reynoso y Rodrigo Macías.

Además de las directoras y solistas invitadas, la presencia de las mujeres se hará patente con obras de Lili Boulanger (hermana de la reconocida pedagoga Nadia Boulanger), Germaine Tailleferre (integrante del grupo de Los Seis), Andrea Chamizo (ex becaria de la Cátedra Márquez), Georgina Derbez y Graciane Finzi.

La temporada está programada del sábado 14 de enero al domingo 2 de abril. Los conciertos se realizarán los sábados a las 8 pm y los domingos a las 12 pm, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario. El costo de los boletos será de $240, $160 y $100 pesos, disponibles en la taquilla de la Sala y en línea, en la página boletoscultura.unam.mx

Para más información consulte la Guía del público y venta de boletos:

https://musica.unam.mx/venta-de-boletos

Las transmisiones dominicales y en vivo podrán seguirse a través del sitio web de Música UNAM, TV UNAM y Radio UNAM.

Programas

Programa 1: sábado 14 y domingo 15 de enero. Sylvain Gasançon, director titular; Shlomo Mintz, violín. El concierto inaugural de la temporada marca la presentación de Gasançon como director titular de la OFUNAM. Después del Concierto para violín de Beethoven, que tiene como aspecto sobresaliente la vuelta de Mintz a nuestro país, el público escuchará D’un matin de printemps de Lili Boulanger (parte de un díptico con D’un soir triste, obra incluida en el último programa de la temporada), Chapultepec de Manuel M. Ponce y La mer de Claude Debussy.

Programa 2: sábado 21 y domingo 22 de enero. Sylvain Gasançon, director titular; Cecilia Eguiarte, soprano. Este programa comienza con after op. 92 de Víctor Ibarra, obra comisionada por la OFUNAM para conmemorar los 250 años del nacimiento de Beethoven e inspirada en su Séptima sinfonía, cuyo estreno mundial se pospuso a causa de la pandemia. Enseguida se presenta Poème d’amour et de la mer de Ernest Chausson y la Sinfonía fantástica de Hector Berlioz.

Programa 3: sábado 28 y domingo 29 de enero. José Luis Castillo, director huésped. Este programa es un exploración del modernismo desencadenado por el estreno de La consagración de la primavera de Stravinski. El programa comienza con dos obras que son consecuencia de dicho ballet, una francesa y otra mexicana: Arcana de Edgard Varèse y Sensemayá de Silvestre Revueltas.

Programa 4: sábado 4 y domingo 5 de febrero. Catherine Larsen-Maguire, directora huésped. Programa que invita a relacionar y contrastar a Debussy y Ravel mediante la interpretación de un par de obras de cada uno, que en ambos casos alternan entre lo más y lo menos familiar: Preludio a la siesta de un fauno y Jeux del primero, el celebérrimo Bolero y la Rapsodia española del segundo. Como fiel de la balanza, una pequeña pieza de Germaine Tailleferre, única compositora integrante el grupo francés de Los Seis.

Programa 5: sábado 11 y domingo 12 de febrero. Iván López Reynoso, director huésped; Rodrigo Garibay, saxofón; Roberto Zerquera, vibráfono. La primera obra de este concierto, Sigue siendo arena, fue compuesta por Andrea Chamizo cuando fue becaria de la Cátedra Extraordinaria Arturo Márquez de Composición Musical en 2018. Después se presenta Escapades, música de John Williams incluida en la película Atrápame si puedes. Sigue la Sinfonía Pelléas et Mélisande, arreglo de Marius Constant sobre la música de esa ópera de Debussy, y finalmente el homenaje que hizo Ravel a Johann Strauss II a través de La valse.

Programa 6: sábado 18 y domingo 19 de febrero. Sylvain Gasançon, director titular; Duane Cochran, piano; Nathalie Forget, ondas Martenot. Olivier Messiaen es uno de los compositores más originales del siglo XX; en su música se encuentran influencias de otras culturas, pero también incorpora el canto de muchas aves —en algunas partituras incluso llegó a señalar las especies cuyo canto estaba representado— como en la Sinfonía Turangalîla. La música de Messiaen refleja su profunda fe católica, como se puede apreciar en títulos como Veinte miradas sobre el niño Jesús, La transfiguración de nuestro señor Jesucristo y otros más; sin embargo, en su catálogo casi no hay obras litúrgicas en el sentido tradicional. Para este programa, además de los conciertos, se ofrece un ensayo abierto seguido de una charla con José María Álvarez, el sábado 18 de febrero a las 10 am.

Programa 7: sábado 25 y domingo 26 de febrero. Enrique Diemecke, director huésped; Judith Jáuregui, piano. Con este programa inicia la participación de la OFUNAM en el Festival internacional de piano. En su Concierto para piano en sol, Ravel incorpora elementos del jazz que por aquel entonces era una novedad un tanto exótica en Europa. Si bien buscaba crear una obra ligera, alejada de las profundidades dramáticas de los conciertos del romanticismo, el segundo movimiento es considerado una de las piezas más melancólicas en todo el repertorio. El programa concluye con la Sinfonía núm. 1 de Gustav Mahler en la versión de 1888, que incluía cinco movimientos. En una revisión posterior Mahler eliminó el segundo movimiento, Blumine, que se perdió hasta su redescubrimiento en 1966.

Programa 8: sábado 4 y domingo 5 de marzo. Rodrigo Macías, director huésped; Jorge Federico Osorio, piano. Como su nombre sugiere, El descendimiento de la cruz según Rembrandt de Ramón Montes de Oca alude a un cuadro de ese pintor holandés y se trata de un lamento musical. Después de esta obra, se interpreta el Concierto para piano 4 de Beethoven, seguido de la única sinfonía del compositor francobelga César Franck, estrenada en 1889.

Programa 9: sábado 11 y domingo 12 de marzo. Julia Cruz, directora huésped; Alberto Rosado, piano. Además de ser parte del Festival internacional de piano, este concierto —único en la temporada que no forma parte del Foco Francia— se inserta en las Jornadas de mujeres en la música. De la alquimia al resplandor, obra de Georgina Derbez que se estrenará en este programa, está inspirada en una serie fotográfica de Gerardo Montiel titulada Finlandia, no para evocar al país nórdico sino al significado del término que corresponde a “fin de la tierra”. Como complemento, se interpretará la Sinfonía núm. 9 Del Nuevo Mundo de Antonín Dvořák. El sábado 11 a las 10 am habrá un ensayo abierto con la participación de José María Álvarez.

Programa 10: sábado 18 y domingo 19 de marzo. Ludwig Carrasco, director huésped; Pierre-Laurent Aimard y Tamara Stefanovich, pianos; Iván Manzanilla y Miguel González, percusiones. Escrita originalmente como una sonata, el Concierto para dos pianos y percusiones de Béla Bartók fue interpretado en 1943 con el compositor y su esposa como solistas, en la que sería la última actuación al piano del autor. La OFUNAM también interpretará la Obertura para una sinfonía de la compositora francesa Graciane Finzi y la Sinfonía núm. 9 de Dimitri Shostakóvich.

Programa 11: sábado 1 y domingo 2 de abril. Sylvain Gasançon, director titular. Con el último programa de la temporada se cierra el díptico que forman D’un soir triste y D’un matin de printemps (interpretada en el programa 1) de Lili Boulanger; se estrena en México Transitoires de Gérard Grisey, y se concluye con la Sinfonía núm. 7 de Beethoven, una de las más populares de las nueve que compuso. También en este programa la OFUNAM ofrece un ensayo abierto el sábado 1 de abril a las 10 am con la presencia de José María Álvarez.

Una aventura francesa

La música de Debussy y Ravel está en el corazón de este Foco Francia, con el que la OFUNAM invita al público a emprender, en este inicio del 2023, un recorrido por parajes musicales fascinantes, muchos de ellos sin duda familiares pero otros tantos quizá menos conocidos. A partir de ese corazón, de ese núcleo musical, a la manera de un rizoma que crece hacia abajo pero también hacia arriba, se enarbola una temporada que incluye antecedentes y momentos previos al llamado Impresionismo, además de consecuencias y etapas posteriores. Y que ofrece, en su conjunto, una panorámica nunca completa (faena imposible en tres meses) pero sí nutrida y sugerente de la creatividad musical francesa.

¿Por qué Francia? Porque a pesar de ser una potencia musical y cultural, sus aportaciones resultan quizá algo menos visibles para el público de conciertos que, por ejemplo, la música clásica germánica o la rusa, y bien vale la pena equilibrar un poco esta balanza. Asimismo, porque el trabajo interpretativo que requiere la música francesa precisa un cajón de herramientas musicales y una atención sonora que le son particulares y a las que resulta conveniente, desde la perspectiva del trabajo orquestal, dedicarles una temporada. También porque, cuando lleguemos a inicios de abril, la aventura promete haber sido apasionante y reveladora. Y porque, tras dos años sin director titular, la OFUNAM recibe en enero de 2023 a Sylvain Gasançon y este foco es tanto una señal de reconocimiento como una bienvenida.

Dos sinfonías monumentales se sitúan como imponentes pilares a un extremo y otro de la temporada, cual columnas que la sostienen en el tiempo: la Fantástica de Berlioz, estrenada en 1830, y la Turangalîla de Messiaen, estrenada poco más de un siglo después, en 1949. En el medio, Debussy y Ravel, como decíamos: desde los clásicos, entre ellos el Preludio a la siesta de un fauno, La mer y el Bolero, hasta la música de Jeux, “poema danzado” escrito por Debussy para los Ballets rusos, la célebre compañía que fue semillero de tantas obras señeras a inicios del siglo XX. Una de ellas, La consagración de la primavera de Stravinski, sin duda la más conocida entre las comisiones de Diaghilev, es el motor de un programa que traza el impulso modernista desde la ritualidad atávica de la primavera rusa hasta las elucubraciones alquímicas de la Arcana de Varèse y el encantamiento de la serpiente de nuestra propia Sensemayá. Para completar la excursión francesa están Franck y Roussel pero también Boulanger y Tailleferre, única mujer integrante del Grupo de los Seis. Y dos obras más recientes, la estupenda Transitoires del espectralista Grisey y la Obertura para una sinfonía de Finzi, recién estrenada en 2020.

Como ha sucedido con la OFUNAM de manera regular en los últimos tiempos, esta temporada busca visibilizar el trabajo de mujeres compositoras (lo cual se advierte con algunos de los nombres mencionados: Boulanger, Tailleferre, Finzi) y también, en paralelo, seguir presentando nueva música mexicana. Ambos propósitos se conjugan con el estreno mundial del nuevo concierto de la compositora mexicana Georgina Derbez, propuesta de nuestro Festival de piano que incluye también a Bartók, Beethoven y Ravel y que cuenta con intérpretes como Pierre-Laurent Aimard, Judtih Jáuregui, Jorge Federico Osorio, Alberto Rosado y Tamara Stefanovich.

A manera de cierre, una prenda de los focos que convivirán en la segunda temporada 2023, ambos en conmemoración de años de nacimiento: Serguéi Rajmáninov (150 aniversario) y György Ligeti (100 aniversario). Y una cita del tintero de Debussy, tan prolífico en su personaje de Monsieur Croche: “Algunas personas desean sobre todo respetar las reglas; yo solo quiero plasmar lo que logro escuchar. No hay teoría. Sólo tienes que escuchar. El placer es la ley”.

SEMBLANZAS

Sylvain Gasançon

Nacido en Metz, Francia, estudió violín en su país natal y ofreció sus primeros conciertos a una edad muy temprana. Posteriormente se graduó del Conservatorio Real de Bruselas con Endre Kleve. Estudió dirección orquestal con Jean-Sébastien Béreau, Gerhard Markson, Gianluigi Gelmetti, Pinchas Zukerman y Jorma Panula. Comenzó su relación con la OFUNAM al ganar el Premio Internacional Eduardo Mata de Dirección de Orquesta en 2005.

Béla Bartók

El compositor húngaro Béla Bartók (1881-1945) es conocido por el uso que hizo del piano como instrumento de percusión, además de su labor de investigación y difusión de la música folcórica húngara, rumana y eslovaca, misma que ejerció una profunda influencia en su catálogo. Originario de Nagyszentmiklós en Hungría (actualmente Sînnicolau Mare en Rumania), su interés en la música popular se despertó desde su infancia, y para cuando tenía 4 años, ya tocaba alrededor de 40 canciones populares al piano. Además de compositor, desarrolló una carrera como pianista, que continuó después de mudarse a Estados Unidos en 1940.

Ludwig van Beethoven

Originario de Bonn, Ludwig van Beethoven (1770-1827) es uno de los compositores más influyentes en la música occidental. Su obra redefinió la sonata, el concierto, el cuarteto de cuerdas y la sinfonía. A los 22 años de edad se mudó a Viena donde vivió y trabajó el resto de su vida, aunque también viajó a Londres y otras ciudades de Europa. Su catálogo, no tan extenso como el de su maestro Joseph Haydn, marca la transición del Clacisismo vienés al Romanticismo.

Hector Berlioz

Hector Berlioz (1803-1869) nació en La Côte-Saint-André en Francia. Sus sinfonías solían estar relacionadas con un programa o narración, a diferencia del modelo germánico que se basaba únicamente en un discurso musical. De ahí que en lugar de estar numeradas como el caso de Beethoven o Brahms, tienen títulos como Sinfonía fantástica, Haroldo en Italia, Romeo y Julieta y Sinfonía fúnebre y triunfal. Además, expandió a la orquesta para incluir instrumentos que era más común encontrar en la ópera, como arpa o campanas.

Lili Boulanger

Las hermanas Nadia y Lili Boulanger tuvieron una influencia importante en la música de principio del siglo XX. El talento de Lili fue reconocido a muy temprana edad, pero debido a que tenía la salud muy frágil, recibió lecciones privadas en lugar de acudir al conservatorio. A los 20 años ganó el Premio de Roma, gracias al cual estuvo una temporada en la Villa Medici de la capital italiana, pero con el estallido de la Primera Guerra Mundial tuvo que recortar su estancia. Hacia el final de su vida comenzó a experimentar con politonalidad. Lili Boulanger nació en París en 1893 y murió en Mézy en 1918, sin siquiera haber alcanzado los 25 años de edad.

Andrea Chamizo

La joven compositora Andrea Chamizo (1988) fue becaria de la Cátedra Extraordinaria Arturo Márquez de Composición Musical, gracias a la cual pudo crear varias obras bajo la guía de dicho compositor mexicano, como es el caso de su primer trabajo orquestal, Sigue siendo arena, realizado en 2018 y estrenado al año siguiente por la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata. Entre sus maestros se encuentran María Antonieta Lozano, Víctor Rasgado y José Julio Díaz Infante. Su música ha sido interpretada en México, Canadá, Gales y Ucrania, entre otros países.

Ernest Chausson

Si bien estudió derecho, al obtener su título profesional Ernest Chausson (1855-1899) prefirió dedicarse a su verdadera vocación: la música. Fue alumno de Jules Massenet y César Franck, y tuvo influencia de Wagner en técnicas armónicas, de orquestación y el uso del Leitmotiv. Su catálogo incluye ópera, obras vocales con acompañamiento orquestal, música de cámara, sacra y canciones de concierto.

Claude Debussy

La obra de Claude Debussy (1862-1918) representa un rompimiento con la tradición germánica, particularmente la influencia de Wagner, y la búsqueda de una nueva identidad para la música francesa. En 1884 ganó el Premio de Roma que otorga el gobierno francés a estudiantes de arte para que realicen una estancia en la Villa Medici de la capital italiana. Compuso varias óperas, música sinfónica, de cámara, canciones de concierto y numerosas piezas para piano.

Georgina Derbez

Georgina Derbez (1968) estudió piano con Marta García Renart y Ana María Tradatti y composición con Arturo Márquez y Ana Lara. Su catálogo comprende obras para solos, dúos, tríos, cuarteto de cuerdas, ensambles de cámara y orquesta sinfónica. Algunas de sus obras más representativas son su concierto para clarinete Ascenso al Celeste (2018), el Concierto para flauta, piano y orquesta (2012), su ópera de cámara La creciente (2015) e Intangible Self (2014), por mencionar sólo algunas.

Antonín Dvořák

Antonín Dvořák (1841-1904) nació en Nelahozeves, hijo de un carnicero y posadero que muy pronto reconoció el talento musical de su hijo mayor, por lo que a los 12 años Dvořák fue enviado a otro pueblo a estudiar alemán y música. Posteriormente estudió órgano en Praga, ciudad donde tocaba la viola en una orquesta, lo que amplió su panorama musical. Al solicitar una beca, Brahms, uno de los integrantes del jurado, descubrió su música y se convirtió en su impulsor y con el tiempo forjaron una amistad duradera. En 1891, Dvořák fue invitado a presidir el Conservatorio Nacional de Música de Estados Unidos en Nueva York. Fue durante su estancia en América que compuso una de sus obras más conocidas, la Sinfonía núm. 9 Del Nuevo Mundo.

Graciane Finzi

La compositora francesa Graciane Finzi nació en 1945, donde comenzó su formación musical a instancias de sus padres, quienes eran maestros del Conservatorio de Casablanca, su ciudad natal. Posteriormente ingresó al Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París donde se graduó con honores. Su catálogo incluye música para instrumentos solistas, para ensambles de cámara, orquesta sinfónica, así como cinco óperas y diversas piezas infantiles y pedagógicas.

César Franck

Originario de Liega, César Franck (1822-1890) comenzó su formación musical en el Conservatorio de esa ciudad. Fue organista en varios templos, entre los que destaca la recién construida catedral de Santa Clotilde en París desde que se instaló el primer órgano en 1859. Su catálogo incluye música sacra, de cámara, para piano, órgano y una sinfonía.

Gérard Grisey

Originario de Belfort en Francia, Gérard Grisey (1946-1998) estudió en los conservatorios de Trossingen (Alemania) y de París. Entre sus maestros destacan Messiaen, Dutilleux, Ligeti, Stockhausen y Xenakis. Ha impartido clases en la Universidad de California, el Conservatorio Nacional Superior de Música de París y otras instituciones en Francia, Alemania, Italia, Noruega, Suecia, Finlandia, Estados Unidos, Inglaterra, Rusia, España y otros países. Su catálogo incluye Tempus ex machina, Les chants de l’amour, Talea, Le temps et l’ecume, Le noir de l’etoile, L’icône paradoxale y el ciclo Les espaces acoustiques, del cual Transitoires se estrena en México en esta temporada de la OFUNAM.

Víctor Ibarra

El compositor Víctor Ibarra, nacido en Guadalajara en 1978, compuso after Op. 92 por encargo de la Orquesta Filarmónica de la UNAM para conmemorar los 250 años del nacimiento de Beethoven en 2020, pero debido al confinamiento causado por la pandemia no había sido posible estrenar la obra. El nombre alude a la Sinfonía núm. 7 de Beethoven cuyo número de catálogo es Opus 92. La música de Ibarra se caracteriza por el uso de la microtonalidad y una cuidadosa estructura armónica, acentuadas por el ritmo.

Gustav Mahler

Como lo hicieran Beethoven y Berlioz en generaciones anteriores, Gustav Mahler (1860-1911) expandió tanto la orquesta como la forma sinfónica y ejerció una influencia duradera en compositores posteriores. Diez sinfonías, una de ellas inconclusa, algunos ciclos de canciones y una obra que a veces se describe como sinfonía y a veces como ciclo —La canción de la Tierra— bastaron para dejar una de las huellas más poderosas en la música occidental del siglo XX.

Olivier Messiaen

Compositor, organista, maestro y autodenominado ornitólogo, Olivier Messiaen (1908-1992) comenzó su formación musical de manera autodidacta. Participó en la Segunda Guerra Mundial y en 1940 fue capturado y enviado a un campo para prisioneros de guerra, donde compuso el Cuarteto para el final de los tiempos para violín, violonchelo, clarinete y piano, los instrumentos disponibles en la prisión y con los que se estrenó ante presos y custodios. Entre sus alumnos destacan Iannis Xenakis, Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen.

Ramón Montes de Oca

El compositor mexicano Ramón Montes de Oca (1953-2006) es egresado de la Universidad Estatal de Oregon del Sur y participó en el Taller de Composición del Conservatorio Nacional de México bajo la guía de Mario Lavista. Fue director de la Escuela de Música de la Universidad de Guanajuato, donde vivió los últimos años de su vida. En un trayecto a la Ciudad de México tuvo un infarto mientras manejaba y murió el 11 de noviembre de 2006, poco menos de un mes después del estreno de su última obra, Ecos del llano.

Manuel M. Ponce

Manuel María Ponce (1882-1948), nació en Fresnillo, Zacatecas. Realizó estudios musicales en Aguascalientes y en la Ciudad de México. Es uno de los compositores que desarrollaron el Nacionalismo musical en nuestro país, aunque en sus obras también se pueden encontrar influencias del Romanticismo, el Impresionismo y posteriormente adoptó un estilo más propio del siglo XX. Impartió clases en el Conservatorio Nacional de Música y entre 1917 y 1919 dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional.

Maurice Ravel

En la música de Maurice Ravel (1875-1937), uno de los más importantes compositores franceses, hay una notable influencia española, debida en buena medida al origen vasco de su madre. Títulos como Rapsodia española, Habanera y el Bolero (sin duda su oobra más famosa) dan cuenta de la cercanía que sentía por España. Asimismo, es posible encontrar influencias de jazz en algunas de sus obras. Es junto con Claude Debussy el representante más notable del Impresionismo.

Silvestre Revueltas

Aunque Silvestre Revueltas (1899-1940), el hermano mayor de una de las más notables familias artísticas de nuestro país, es uno de los compositores nacionalistas más reconocidos, en muy raras ocasiones usaba melodías populares, y sin embargo, su música es inconfundiblemente mexicana. Su catálogo incluye obras de cámara, para orquesta sinfónica, ballets y música para cine. Como dato curioso, cuando en 1913 ingresó al Conservatorio Nacional de Música su maestro de violín fue José Rocabruna, quien sería uno de los directores fundadores de la Orquesta Sinfónica de la Universidad, actualmente la OFUNAM.

Dimitri Shostakóvich

Nacido en San Petersburgo, Dimitri Shostakóvich (1906-1975) fue uno de los compositores rusos más reconocidos del siglo XX. Creó numerosas partituras para cine, música de cámara entre la que destacan sus cuartetos de cuerdas, algunas óperas, pero lo más importante de su producción son sus sinfonías. Muchas de sus obras están relacionadas con eventos históricos relevantes de su época y como el compositor más prominente de su generación, su relación con el poder siempre estuvo cargada del riesgo que se cernía sobre los artistas, científicos e intelectuales de la Unión Soviética, particularmente durante el régimen de Stalin.

Ígor Stravinski

Si hubiera que nombrar al compositor más importante del siglo XX, Ígor Stravinski (1882-1971) sería uno de los posibles candidatos. En algunas de sus primeras obras se puede identificar la influencia de románticos nacionalistas como Rimsky-Korsakov o Mussorgski, hasta que revolucionó completamente la música con su ballet La consagración de la primavera, en la que el ritmo toma preeminencia sobre la melodía y la armonía. Con el tiempo, su música exploraría otros estilos, como un retorno a la elegancia clásica presente en Pulcinella o Apollon musagette.

Germaine Tailleferre

Germaine Tailleferre (1892-1983) ingresó al Conservatorio de París, a pesar de la oposición de su padre. Ganó diversos premios como pianista. Formó parte del grupo de Los Seis, junto con los compositores Georges Auric, Louis Durey, Arthur Honneger, Darius Milhaud y Francis Poulenc, además del escritor Jean Cocteau. Su catálogo incluye música sinfónica, concertante, de cámara, ópera y ballet, además de música para cine.

Edgard Varèse

Aunque nació y creció en París, Edgard Varèse (1883-1965) también vivió en Berlín y Nueva York. A lo largo del tiempo se mantuvo en contacto con algunos de los artistas más vanguardistas de su época. Incorporó elementos de la vida urbana moderna a su música a través de grabaciones, e hizo uso de instrumentos electrónicos de reciente creación como las ondas Martenot y el theremin.

John Williams

Especialista en música para cine, John Williams (1932) es particularmente conocido por las bandas sonoras de las películas dirigidas y producidas por Steven Spielberg y George Lucas. De manera abierta reconoce la influencia de autores como Edward Elgar y Erich Wolfgang Korngold. Tiene una habilidad particular para reforzar la narrativa de las películas con temas que representan personajes o situaciones específicos, a la manera del Leitmotiv de Wagner o la idée fixe de Berlioz.

Consulte o descargue el programa general de la Primera temporada 2023 desde el siguiente enlace: https://qrs.ly/yseg5gr

OFUNAM inicia primera temporada de 2023

  • Se presentará el nuevo director titular, Sylvain Gasançon
  • Se contará con la participación especial del violinista ruso-israelí Shlomo Mintz

El próximo sábado la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México abrirá la temporada 2023 con un concierto en la Sala Nezahualcóyotl, ubicada en el Centro Cultural Universitario, donde se presentará su nuevo director titular, el francés Sylvain Gasançon.

Gasançon, que recientemente fue designado como director titular de la OFUNAM, estudio con grandes directores de orquesta como Jean-Sébastien Béreau, Gerhard Markson, Gianluigi Gelmetti, Pinchas Zukerman y Jorma Panula en Salzburgo, Siena, Ottawa, Lausanne y San Petersburgo.

El francés se tituló del Conservatorio Nacional Superior de Música de París y obtuvo un título de maestría en musicología de la Universidad de París. Entre sus distinciones, fue ganador del Primer Premio Internacional Eduardo Mata de Dirección de Orquesta en México (2005, con la OFUNAM) y el Segundo Premio del Concurso Internacional Jorma Panula en Finlandia (2006).

Su amplia experiencia le ha permitido dirigir orquestas en países de América, Europa y Asia, como la Orquesta Sinfónica Portuguesa, la Filarmónica de Magdeburgo, la Sinfonía Rotterdam, la Filarmónica de Hong Kong, la Filarmónica de Buenos Aires, la Orquesta del Estado de São Paulo y las sinfónicas nacionales de México, Argentina, Colombia y Chile.

Durante la programación de este concierto, que durará alrededor de dos horas, se presentarán obras del compositor alemán Ludwig van Beethoven; de la compositora francesa Lili Boulanger; del compositor mexicano Manuel María Ponce y el poema sinfónico ‘La mer’ de Claude Debussy, donde evoca los sentimientos invisibles que provoca el mar.

El violonista ruso-israelí Shlomo Mintz será el encargado de liderar la parte de Beethoven, la cual constará de tres partes: Allegro ma non troppo, Larghetto y Rondo Allegro, interpretadas en la escala re mayor. Mintz fue discípulo de Isaac Stern, uno de los mejores violinistas del siglo XX, y a lo largo de su carrera, ha colaborado con figuras como Mstislav Rostropóvich, Itzhak Perlman y Claudio Abbad.

De igual manera, ha tocado con la Orquesta Filarmónica de Nueva York, la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Viena, la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica de Los Ángeles, la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam y la Orquesta de Filadelfia.

Programa

Ludwig van Beethoven (1770-1827)

Concierto para violín en re mayor, Op. 61

I. Allegro ma non troppo

II. Larghetto

III. Rondo. Allegro

Duración aproximada: 42 minutos

Shlomo Mintz, violín

Intermedio

Lili Boulanger (1893-1918)

D’un matin de printemps

Duración aproximada: 6 minutos

Manuel M. Ponce (1882-1948)

Chapultepec

I. Primavera

II. Nocturno

III. Canto y danza

Duración aproximada: 15 minutos

Claude Debussy (1862-1918)

La mer

I. De l’aube a midi sur la mer

II. Jeux de vagues

III. Dialogue du vent et de la mer

Duración aproximada: 20 minutos

Duración total aproximada: 83 minutos

Los boletos para asistir a este evento se pueden adquirir en Boletos Cultura UNAM y costarán entre $100 a $240 pesos dependiendo la zona en la que se desee ver el concierto.

La música hay que disfrutarla

• Con motivo del Día Mundial del Músico, Víctor Hugo Peñaloza Hernández asegura que escucharla e interpretarla beneficia el desarrollo del pensamiento abstracto y la expresión de emociones
• Siempre me gustó vivir la sensación de producir sonidos, recuerda; de experimentar el
ska, ahora escucha danzón y chachachá

De acuerdo con el ranking de los países donde la población pasó más tiempo escuchando música -a través de una suscripción de streaming de pago en 2021-, elaborado por el portal de estadísticas Statista, México ocupa el primer lugar, seguido de Suecia, Brasil, Alemania y Reino Unido.

En tanto, de abril a junio de 2021 Spotify, con aproximadamente 162.4 millones de suscriptores, se posicionó como la plataforma líder en lo que respecta a servicios de música en streaming. Apple Music ocupó el segundo lugar, y Amazon Music y Tencent empataron en el tercer sitio.

Con base en Spotify Wrapped 2021, que efectuó un recuento de lo más escuchado en esa plataforma a lo largo del año pasado, el reguetón predominó como lo más solicitado en nuestro país. Los cantantes más escuchados fueron: Bad Bunny, J Balvin, Rauw Alejandro, Christian Nodal y Luis Miguel; en el caso de las mujeres: Karol G, Dua Lipa, Shakira, Danna Paola y Ariana Grande.

En ocasión del Día Mundial del Músico, el docente de la Facultad de Música (FaM) de la UNAM, Víctor Hugo Peñaloza Hernández, expresa: la música es un arte y un modo de comunicación con nuestros semejantes; además nos da identidad, es decir, permite reconocernos como sociedad. Esa expresión artística mejora la vida, o por lo menos es lo que pretendemos quienes nos dedicamos a ella.

Escucharla e interpretarla tiene beneficios como el desarrollo del pensamiento abstracto y la expresión de emociones: tristeza, ira o amor. También enriquece y favorece el cerebro en la cuestión cognitiva, recalca el guitarrista.

El experto asegura que México es un país con gran riqueza cultural y musical; sin embargo, vivimos una etapa donde no fácilmente la apreciamos. “Estamos inmersos en los medios de comunicación, donde encontramos muchas manifestaciones culturales, algunas ricas y otras muy pobres, pero que son parte de nuestra época y de lo que nos toca vivir”.

Víctor Hugo Peñaloza enfatiza que la cultura musical mexicana tiene numerosas manifestaciones. En Oaxaca o Puebla escuchamos melodías que son distintas a lo que podemos apreciar en Tabasco, Quintana Roo, o el norte del territorio, las cuales se han adaptado y transformado a partir de la Colonia, junto con los instrumentos. La banda sinaloense, el mariachi, el son jarocho o huasteco, el huapango o las pirekuas, son tan sólo una muestra.

Cabe recordar que el 22 de noviembre se celebra el Día Mundial del Músico, establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en honor a Santa Cecilia, a quien el Papa Gregorio XIII declaró Patrona de los Músicos, en 1584.

En Europa, a manera de celebración, el 22 de noviembre de 1570 se realizó en Évreux, Normandía, un torneo de compositores de la época. A partir de 1695 en Edimburgo se comenzó a celebrar, con cierta regularidad, a la música; de esta manera le siguieron otros países como Francia, España y Alemania. Más tarde en Latinoamérica se continuó con la tradición de este día entre 1919 y 1920, en Río de Janeiro, Brasil, hasta extenderse al resto de América, refiere la Secretaría de Cultura en su página electrónica.

Genios musicales mexicanos como Consuelo Velázquez, Mario Lavista, Gabriela Ortiz, Arturo Márquez, Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo, Manuel M. Ponce y José Alfredo Jiménez, entre otros, han llevado su arte más allá de las fronteras de México, añade la dependencia.

Hay para todos

Aunque en gustos se rompen géneros, hay ciertos elementos que definen la calidad musical: riqueza tímbrica, motivo musical, el desarrollo del tema o las variaciones; así como el contenido si hay letra (mensaje explícito del texto). Con ellos es posible realizar una valoración más objetiva que solo decir: “me gusta o no”, refiere el académico.

En ese sentido, se puede decir que hay música de poco valor, porque tiene escaso desarrollo de los motivos e ideas en su construcción, con mínima combinación de sonidos y creatividad. No obstante, afirma, puede llegar a ser comercial.

Por fortuna, prevalece la de calidad, la que perdura sin importar el paso del tiempo: orquestal, boleros, marimba, entre otros géneros que ocupan un lugar en la preferencia de la gente.

Vivir la sensación

En México, opina Peñaloza  Hernández, se requiere mayor educación musical en las escuelas, “más allá de pretender que tengamos una gran cantidad de músicos profesionales o académicos”, ya que, por lo regular, sólo se imparte en talleres básicos, sobre todo en secundaria.

Uno quisiera que el país y nuestra juventud tuvieran mejores condiciones educativas en general, comprensión lectora, más competencia en habilidades matemáticas y, por supuesto, enseñanza musical, comparte el experto.

Para el universitario, los docentes tienen un papel fundamental por desempeñar. “Doy clase en una preparatoria pública y procuro ofrecer una alternativa a lo que escuchan los jóvenes en su entorno; ese es un elemento importante de mi labor”.

Otro ambiente completamente distinto es el que se vive en los cursos propedéutico y de licenciatura de la FaM. Ahí los estudiantes y futuros músicos tienen una excelente lectura, formación de solfeo sólida, etcétera.

Al referirse a cómo alguien decide dedicar su vida a este arte, rememora que en su caso comenzó a tocar la guitarra a los 12 o 13 años, en el coro de la iglesia.

“Siempre me gustó mucho jugar, en el sentido de experimentar, de vivir la sensación de producir sonidos; es algo que como alumno de música es maravilloso. Recuerdo esos primeros momentos de ir moviendo los dedos y poco a poco descubrir que el instrumento va cobrando vida; es muy emocionante, muy rico y un proceso que es indispensable para la educación del oído”.

Estudié en el plantel Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, donde me acerqué al profesor de Taller Musical; ahí encontré que se podía estudiar música y vivir de ella, y fue maravilloso. “De ahí ya no me moví”.

Más tarde llegó a la entonces Escuela Nacional de Música, hoy Facultad. “Poco a poco mis gustos se han transformado, no sólo en la música clásica, sino en la popular: de experimentar el ska, ahora escucho danzón y chachachá. También veremos cómo los jóvenes van transformando su gusto musical”.

Antes de decidir ser músico, relata, quería ser arquitecto porque tenía un tío dedicado a esa profesión; era lo que conocía, pero cuando descubrí que me podía dedicar a la música no hubo vuelta atrás y lo he disfrutado mucho. Soy el primero con esa profesión en la familia, y ese entorno significó un apoyo incondicional a esta decisión de vida; tal acompañamiento ha sido determinante.

Durante la etapa crítica de la emergencia sanitaria, los músicos tuvieron días difíciles. Peñaloza Hernández destaca los casos de compañeros que viven de presentaciones con público, restaurantes, bares, y son quienes la han pasado mal. “Hoy, poco a poco, vamos regresando a una vida cercana a lo de antes de la pandemia”.

México –precisa– es un país que consume música en abundancia; sin embargo, no siempre es bien remunerada. “El músico es tenaz, disfruta su trabajo y busca la forma de venderlo; no obstante, hay quienes no han tenido una situación fácil”.

En este Día Mundial del Músico “celebro a mis colegas, y le digo a los jóvenes y niños que quieren dedicarse a la música que la disfruten sin importar el género, que se diviertan y experimenten, que sea placentero, y que aparte de la seriedad y solemnidad de una sala de concierto, están las notas que nos hacen brincar y bailar. Y a aquellos que no serán profesionales, los invito a disfrutarla, a reír y también a llorar con esa mezcla de sonidos y silencios que encierra emociones y evocaciones”, asevera.

Tuna Femenil de la UNAM

Las estudiantinas o tunas son asociaciones estudiantiles cuyos orígenes se remontan a la Edad Media. Al principio, fueron de gran provecho para los estudiantes porque les brindaban los medios para sustentar sus estudios, generar lazos fraternos y de convivencia, así como desarrollar sus talentos en la poesía y la música.

Tanto la tuna como la vida universitaria son un binomio indisoluble, y ninguna casa de estudios está completa si le falta ésta. La UNAM, por supuesto, no es la excepción.

La tuna femenil de la UNAM surge con la intención de combinar valores como la solidaridad, la amistad, el trabajo en equipo y fomentar la tradición, nos dice Carolina Calzada, una de las fundadoras de la tuna, con más de 14 años participando en ella.

Su uniforme se compone de pantalón, camisa, cintas, capa (parte del uniforme donde se pagan los parches de los lugares a donde han viajado) y beca, que es la banda que se colocan sobre el pecho con el escudo de la UNAM.

Esta agrupación ha recorrido gran parte del país y ha viajado al extranjero, lo que ha dejado en sus participantes el inapreciable regalo de la amistad y de las experiencias que han vivido tocando juntas.Tuna Femenil de la UNAM

Su debut fue en noviembre del 2007 durante la tradicional megaofrenda de la UNAM. Meses después, en febrero del 2008, la Dirección General de Atención a la Comunidad les otorgó el uso del escudo universitario en sus becas (capa tradicional de las tunas). Un año más tarde, Ganaron su primer certamen en San Miguel de Allende, Guanajuato.

Para 2010, emprendieron viaje a Perú por primera vez, y en 2012 se hermanaron con la tuna de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú. Hace cuatro años, fueron elegidas madrinas de la tuna femenil de la Universidad de Tamaulipas.

En su más reciente viaje, participaron en el Certamen Internacional de Tunas Cazorla Pueblo, en Jaén,  España, en el que les fue otorgado el premio “Tuna más Tuna”.

Están cumpliendo ya 15 años y han recibido premios alrededor del mundo. Han creado lazos y fortalecido amistades. Algunas de ellas viven en otros países como Colombia y España. Durante su trayectoria la tuna femenil de la UNAM ha organizado diferentes proyectos con la Universidad, entre los cuales se encuentran 3 certámenes internacionales y varios encuentros.Tuna Femenil de la UNAM

Andrea Sánchez (integrante de la Tuna y estudiante de la Facultad de Medicina) dice que la tuna femenil de la UNAM actualmente cuenta con más de 35 integrantes, provenientes de las diferentes escuelas y facultades.

Música, del júbilo a las lágrimas

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Nota original de: Gaceta UNAM
Autora de la nota: Michel Olguín Lacunza / Guadalupe Lugo García
Fecha de publicación: 17 de febrero de 2022
https://www.gaceta.unam.mx/musica-del-jubilo-a-las-lagrimas/

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  • Al oírla, las principales zonas sensoriales de nuestro cerebro se activan y se comunican entre sí, de tal forma que la hacen una experiencia intersensorial
  • Representa a la emoción a partir de un punto de vista físico
Dispara la felicidad, tanto como hacer el amor o comer tu chocolate favorito. Fotos: Juan Antonio López.

La música dispara la felicidad, tanto como hacer el amor o comer tu chocolate favorito; al escuchar una canción de nuestro agrado el cerebro libera dopamina, el motor fundamental del placer que se activa durante la alimentación y el sexo, afirmó el investigador de la Facultad de Psicología, Hugo Sánchez Castillo.

En tanto, el investigador del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, de la Facultad de Medicina, José Luis Díaz Gómez, precisó: Al oírla, las principales zonas sensoriales de nuestro cerebro se activan y se comunican entre sí, de tal manera que la hacen una experiencia intersensorial: abarca el oído y también involucra las zonas motoras y muchas regiones de la corteza cerebral relacionadas con el lenguaje y las emociones.

Cuando disfrutamos de este arte se estimulan áreas relacionadas con la expresión conductual, como los lóbulos frontales; marcamos el ritmo con un pie, tarareamos la canción o prevemos las notas siguientes, lo que involucra a las zonas de entrada sensorial y de salida expresiva motora del cerebro, añadió el experto.

El viaje que realiza

Díaz Gómez puntualizó que escuchar música produce emociones tan intensas que nos hace derramar lágrimas o bailar de júbilo, toda vez que el cerebro humano está diseñado para responder a estímulos del medio ambiente que son significativos, y las emociones son parte de esa respuesta.

De tal forma que nos alegramos cuando percibimos estímulos agradables que nos ayudan a vivir y nos proporcionan satisfactores; por el contrario, nos asustamos cuando vemos peligro. Las emociones humanas y las de los animales se encuentran diseñadas como un vehículo de la evolución que sirve para la preservación y adaptación del organismo a los incentivos usualmente inesperados del medio ambiente, detalló el especialista.

Al proseguir, Sánchez Castillo explicó que cuando viaja por el cerebro realiza varias “paradas”: luego de cruzar por el oído, donde sonidos agudos y graves son separados para transitar por una especie de cables distintos, llega al tálamo, estructura situada en la zona central del encéfalo que retransmite la señal a la corteza auditiva primaria, secundaria y terciaria.

La primaria, explicó el universitario, identifica la frecuencia y la intensidad (la nota y el volumen); la secundaria analiza la información acerca de la melodía (sucesión lineal de notas), la armonía (relación entre dos o más notas que suenan al mismo tiempo) y el ritmo (patrón de notas acentuadas y notas débiles). Mientras que la terciaria se encarga de integrar la información.

Después de ese triple “concierto”, abundó el experto, continúa su paso hacia otros escenarios cerebrales: regiones asociadas con las emociones, áreas encargadas de interpretar el lenguaje y centros de placer.

Recordamos más la que consideramos triste sobre aquella que nos parece alegre. ¿Por qué?, quizá no sea tanto que hoy queramos saborear ese dolor que nos refiere con una situación que evoca determinada pieza musical: “podemos identificarnos según si lo narrado en la canción lo hemos vivido o no”.

De cierta manera obtenemos retroalimentación si la pieza que tanto queremos escuchar nos “oye”, es más, nos “responde”. O al menos esa es la sensación que nos deja. Aunque también hay quienes al estar tristes escuchan música alegre, de esa forma logran dejar de prestar atención al problema por un momento. Básicamente se trata de buscar alternativas que permitan mejorar nuestro estado de ánimo, acotó Sánchez Castillo.

Estímulo artificial

La música no es un estímulo natural, sino artificial, es por definición artificio, creación humana. “Entonces, ¿cómo es que un sonido nos produce el mismo efecto que un impulso agradable o desagradable del medio ambiente? Esta es una pregunta interesante, profunda, que no sólo ha preocupado a los neurobiólogos recientes, sino también a los filósofos desde hace mucho tiempo”, precisó José Luis Díaz.

La noción que se tiene es que, en general en las artes, el cerebro funciona con base en simulaciones. Por ejemplo, algo tan realista como una fotografía finalmente es una simulación de una realidad que recrea por medio de la visión, prácticamente se puede decir lo mismo de otras expresiones artísticas.

Díaz Gómez recordó que a principios del siglo XIX el filósofo Arthur Schopenhauer consideró que no es que la música evoque alegría, júbilo, tristeza, desesperación, orgullo, etcétera, sino que constituye esas emociones. “Es sorprendente que una serie de sonidos estructurados de determinada manera conformen un sentimiento”.

En ese sentido, se dijo convencido de que la música en realidad representa a la emoción a partir de un punto de vista físico: la secuencia y combinación de notas musicales, los ritmos, timbres y demás, emulan de una manera cercana al patrón neurofisiológico de la emoción misma. “No hay civilización ni cultura humana registradas que no la cultive y exprese, porque es emoción encarnada”.

Se conoce que la música que conmueve y “eriza la piel” del sujeto estimula una red cerebral denominada “red de la recompensa”, constituida por una serie de núcleos ubicados en la parte más profunda del lóbulo frontal que se activa de manera directa por estímulos altamente gratificantes, como un alimento placentero, el orgasmo o un fármaco adictivo.

Lenguaje que se conoce

En los estudios que Díaz Gómez realizó en el grupo de Neurociencia de la Música de la UNAM, en el que colabora, “encontramos que la música agradable también activa el hemisferio izquierdo del cerebro – donde se ubican las zonas del lenguaje– y que en los sujetos diestros, 90 por ciento de la población, es el que gobierna la dominancia manual o dexteridad (habilidad)”.

Cuando uno reconoce una melodía y se está familiarizado con ella, es como si fuera un lenguaje que se conoce. Entonces se puede gozar porque tiene características gramaticales que son conocidas y esto involucra al hemisferio cerebral dominante, el lingüístico. Además, las melodías desagradables activan más el hemisferio derecho del cerebro, lo que implica que se desconoce la secuencia melódica que se escucha, expuso.

Pasa con frecuencia, por ejemplo, con los compositores modernos de música formal quienes hacen composiciones que a los legos nos parecen extrañas, mezclan sonidos no familiares, incluso para numerosas personas resultan desagradables; “eso es porque desconocemos esa gramática y estamos familiarizados, desde niños, con una forma musical que nos atrae y nos gusta”.

Además de ser un elemento universal, en la música hay un componente cultural y social. Es decir, si bien podemos disfrutarla en lo individual, el hecho de acudir a un concierto, un salón de baile, bailar en una boda, entre otros eventos, es extraordinariamente importante. “No cabe duda que es un factor que debe tomarse en cuenta de manera central para entender su importancia biológica”, concluyó.

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La música, herramienta útil para tratar el estrés

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Nota original de: Gaceta UNAM
Autora de la nota: Sandra Delgado 
Fecha de publicación: 10 de diciembre de 2020
https://www.gaceta.unam.mx/la-musica-herramienta-util-para-tratar-el-estres/

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  • Lo ideal para relajarse es tener una escucha pasiva e inmersiva que permita fluir en el tiempo: Patricio Calatayud, profesor de la FaM


La neuroplasticidad es la capacidad de nuestro cerebro para adaptarse a los cambios a través de redes neuronales, por lo que considero que la normalidad que vaya a tocarnos de aquí en adelante será bueno enfrentarla con un cerebro sano, y para ello la música puede ser una herramienta muy útil, comentó Patricio Calatayud, docente de la Facultad de Música (FaM).

Durante el programa televisivo La UNAM responde, expresó que la música ha demostrado a través de la investigación ser sumamente provechosa para lidiar con el estrés, su función terapéutica tiene una larga historia; esta experiencia puede ayudar a relajarse, sobre todo en estos tiempos tan inciertos.

“A partir de una cualidad básica de la música, una de las actividades recomendables para relajarse con ella es tener una escucha pasiva e inmersiva, que nos permita dejarnos fluir en el tiempo para sacar las incertidumbres que generan las noticias, redes sociales o entorno familiar y/o laboral; dejando que las emociones nuevas surjan en nosotros, el cerebro se activa y disfruta”, aseguró.

En tanto, Luis Ángel Serna Manrique, académico de la FaM, indicó que la musicoterapia es una ciencia realmente nueva en la que existen investigaciones y resultados, pero la respuesta exacta no. Hay una inducción, a manera de aproximarse, que no puede medirse como estímulo-respuesta, pero sí favorecerá a mejorar el equilibrio psíquico de las personas, y es donde se puede hacer uso de estímulos musicales como valor terapéutico.

“Algo que podría ayudarnos mucho en esta pandemia es hacer una especie de ‘botiquín musical’ en el que coloquemos un listado de obras y canciones que nos gusten, de tal manera que cuando queramos canalizar una emoción positiva o negativa podamos ocuparla para ayudarnos a ser más resilientes”, sostuvo.

Formadora de públicos

“El nuevo formato de concierto hoy en día no es una desventaja, solamente desde la Facultad de Música se han propuesto varios programas que han estado constantes, pero hasta que llegó la pandemia le dimos fuerza, como la formación de públicos. La Facultad siempre ha promovido los conciertos de tipo didácticos, como las charla-concierto que es una actividad que no es una clase sino una transformación de la expresión cultural y musical”, destacó.

Dijo que la FaM ha tratado de dar herramientas tanto para alumnos como para docentes que quieran difundir su trabajo y que ahora más que nunca están tornándose con mayor fuerza para la comunidad universitaria y para el público en general, porque la formación de públicos no sólo está dirigida a futuros consumidores, sino también a la conformación de ciudadanos.

Por su parte, Patricio Calatayud opinó que crear públicos también abarca la formación de artistas. A través de Coursera pueden encontrarse varios cursos gratuitos, como Introducción a la Música Electrónica o Producción Musical, en los que se puede ir al ritmo que uno quiera. Asimismo, sugirió descargar sin costo alguno la aplicación Cultura UNAM, que contiene un amplio repositorio de podcast y música.

“Creo que toda la creatividad tiene un impacto en nuestra cotidianidad. Hoy en día, tenemos demasiada tecnología disponible y gratuita para producir música, cualquier persona puede aprovechar para hacerla y generar comunidad, así como conectar con más gente incluso en el mundo y de manera divertida”, concluyó.

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¿Sabías por qué el acordeón se hizo tan popular?

“No sé qué tiene el acordeón de comunicativo que, cuando lo oímos, se nos arruga el sentimiento”. Así se refería Gabriel García Márquez al instrumento musical que más le gustaba escuchar. Siempre quiso aprender a tocarlo, pero por algunas cuestiones personales decidió no hacerlo.

Si bien el acordeón tuve su origen en Alemania, se puede decir que en Latinoamérica se ha adoptado como uno de los instrumentos más necesarios para ciertos géneros. Un vallenato colombiano o la música norteña de México no serían lo mismo sin este instrumento musical. Sin su pariente cercano, el bandoneón, el tango argentino o uruguayo también entraría en una crisis de identidad.el acordeón

El acordeón fue creado en la primera mitad del siglo XIX; para ser más precisos, el 6 de mayo de 1829. Cyrill Demian, quien se dedicaba a fabricar pianos y órganos, presentó en Viena un pequeño nuevo aparato de apenas 22 centímetros de ancho por 9 de alto y 6 de grosor. La curiosidad de este artefacto es que únicamente se podía emplear la mano derecha para tocar alguno de los cinco acordes que tenía.

Dado que era un instrumento de bajo costo y muy sencillo de tocar, su popularidad permeó de manera rápida entre la clase popular, por lo que fue muy usado para acompañar danzas y cantos tradicionales. De Alemania se expandió a Francia, y posteriormente llegó a España, Bélgica, Suiza, Alemania e Italia.

En 1836, gracias a la imaginación sonora de una mujer, consiguió finalmente su primer papel protagónico. Thème varié très brillant fue el nombre con el que la intérprete y compositora amateur Louise Reisner bautizó a la primera pieza compuesta para acordeón.el acordeón

Dos décadas después de su creación, el acordeón llegó a América, y fue contemplado en los programas de las escuelas como un instrumento de fácil aprendizaje autodidacta, aspecto en el cual insistían demasiado los tratados pedagógicos.

El acordeón mantuvo su popularidad a lo largo del siglo XX, con canciones de artistas de fama mundial como The Beatles, Frank Sinatra, Elton John, Talking Heads y Pink Floyd, entre otros. En nuestro país, el fallecido Celso Piña, Julieta Venegas y Jair Alcalá lo incluyeron en sus presentaciones.

Actualmente existen dos tipos de acordeón: diatónico y unísono. En el diatónico, al apretar un botón sale una nota distinta al abrir o cerrar el fuelle. En el unísono, como su nombre lo indica, al apretar un botón suena la misma nota al abrir o cerrar el fuelle.

Sin embargo, como cualquier aparato, el acordeón ha ido evolucionando y se sigue perfeccionando.el acordeón

Vuelta a la vida en vivo: Trasfrontera CU, concierto 70/15

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Nota original de: Gaceta UNAM
https://www.gaceta.unam.mx/improvisacion-y-musica-de-fusion-en-las-islas/
Autora: María Eugenia Sevilla

Fecha de publicación de la nota original: 25 de agosto de 2022[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

  • Improvisación y música de fusión en Las Islas
  • Cuatro horas y media de sonidos en las que participan reconocidos intérpretes de distintos géneros

Trasfrontera CU lleva en su génesis una energía vital potentísima: la supervivencia. Por eso, el 10 de septiembre de 2022 Las Islas, en el Campus Central de Ciudad Universitaria, será un escenario rompedor. Allí se celebrará el gran reencuentro presencial del alma universitaria: sus estudiantes, tras dos años de confinamiento y clases a distancia, departirán en una fiesta abierta con creadores mexicanos que han trascendido las fronteras geográficas y del arte, llevando la música a territorios ilimitados.

El cartel explora la fusión y la improvisación libre a niveles que rayan en el virtuosismo. Con la curaduría de Benjamín Shwartz, se presentarán las propuestas de músicos prestigiados en el jazz, el rock, los ritmos norteños o las músicas tradicionales, quienes habitan nichos selectos, lo mismo que aportan su maestría en grandes proyectos pop para dar el sonido más fino a estas producciones. Ellos son Jair Alcalá (acordeón), Celso Duarte (arpas), la banda Klezmerson, Carina López (bajo), Leika Mochán (voz), Gustavo Nandayapa (batería) y Gabriel Queso Bronfman (bajo). Escucharlos juntos, una misma tarde, es un privilegio.


Carina López.

De la pantalla al corazón de CU

Trasfrontera CU es el escenario de la pospandemia: la trascendencia a lo presencial de una apuesta que surgió en la virtualidad como un escape del confinamiento mundial ante el asedio de la Covid-19, para acercar al país las escenas experimentales y de vanguardia de diversos enclaves alrededor del planeta: dos de ellos en Nueva York y el resto en Londres, Colombia, Buenos Aires, Islandia y México. Brasil está en curso y habrá uno más que se dará a conocer en su momento.

Transmitidos en vivo a través del sitio web de Música UNAM, todos estos conciertos –que se estrenan el primer jueves de cada mes– están disponibles en línea y conforman un acervo musical, a modo de mapa sonoro, de uno de los momentos históricos más álgidos de los últimos tiempos a nivel planetario.

Gustavo Nandayapa y Leika Mochán

Se trata de una iniciativa de la Dirección General de Música en la que estuvieron al frente su titular, José Wolffer, con el diseño de Claudia Curiel, entonces subdirectora de Programación de la dependencia universitaria y actual secretaria de Cultura de la Ciudad de México, instancia que colabora con Cultura UNAM para llevar a cabo el primer concierto presencial de Trasfrontera.

La idea, detalló Curiel al presentar el proyecto, fue dar una salida a los artistas que enfrentaban el cierre de espacios para tocar en vivo, y elevar el nivel del audio y del video de los conciertos virtuales, hechos en casa, que comenzaron a llenar las redes sociales en el punto más pasmoso del confinamiento. “Para los músicos fue una catarsis, estaban muy agradecidos”, dijo la funcionaria egresada de esta casa de estudios.


Jair Alcalá. Fotos: Música UNAM.

Los exponentes de cada escena internacional fueron seleccionados por un músico curador, así como los grabados exprofeso para Trasfrontera en un estudio emblemático de cada ciudad o país. Por ejemplo, John Medeski, amo del órgano Hammond y un icono de la escena de vanguardia del jazz, curó uno de los ciclos neoyorquinos, grabado en Woodstock Studio. Los conciertos de Londres tuvieron como sede los legendarios estudios de Abbey Road, donde Los Beatles hicieron historia, y Trasfrontera Islandia se realizó desde La Piscina, emblemático espacio a las afueras de Reikiavik fundado por el líder de Sigur Rós, donde esta banda grabó; un ciclo en el que participaron músicos que han colaborado lo mismo con Björk que en las series que han acercado a latitudes remotas los paisajes helados y volcánicos de la isla.

La banda Klezmerson.

La serie virtual Trasfrontera México fue encargada a Benjamín Shwartz, líder y fundador de Klezmerson, una banda oriunda de Ciudad de México que refrescó la fusión característica del klezmer con expresiones folclóricas de México y géneros contemporáneos. Esta curaduría es la que los afortunados podrán sentir, con toda la potencia de la carne y el sonido vivo, en Trasfrontera CU, a lo largo de cuatro horas y media –cuando menos–, a partir del mediodía.

Este concierto, que busca reunir de nuevo a la comunidad universitaria, forma parte del Programa 70-15 Rehabitar CU: Patrimonio vivo y dinámico. Celebra así los 70 años de la ceremonia de dedicación de obra que marcó el inicio de la construcción de Ciudad Universitaria y 15 de la Declaratoria del Campus Central como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Gabriel Queso Bronfman, Celso Duarte

En Transfrontera CU la entrada será libre y habrá venta de alimentos y bebidas.

EL CARTEL

El concierto dará inicio al mediodía en punto y presenta, para abrir oídos, a Carina López, intérprete de bajo eléctrico de trayectoria internacional, cuya exploración en solitario y –como en este caso– con batería se desarrolla en el territorio de la improvisación con sonidos programados y frecuencias experimentales. ¿El resultado? Un fluir de atmósferas musicales que se combinará con piezas originales.

12:30 pm

La voz caleidoscópica de Leika Mochán en el canto y el livelooping se entrelazan a las percusiones y electrónica de Gustavo Nandayapa, quien se ha desarrollado en el jazz, el rock y la música orquestal. El dueto ha explorado sonoridades allende de la normalidad de sus instrumentos para generar música completamente inmersiva. Ambos provienen de la escena experimental y ofrecerán versiones propias de clásicos como Deja que salga la luna de José Alfredo Jiménez, la Canción mixteca de José López Alavez, Metro Balderas de Rockdrigo González, y No me hallo, de David Haro y El Personal, con obras originales.

1 pm

Gabriel Queso Bronfman toca guitarra barítono, bajo eléctrico y berimbau; es compositor, productor y arreglista. Con una carrera en el rock de 25 años, es bajista de Resorte, Los Estrambóticos y K’an; ha colaborado con Santa Sabina, Natalia Lafourcade, Eugenia León, Tania Libertad, Celso Piña, Cecilia Toussaint, People Project y Quem, entre otras personalidades de la música. Durante el concierto de Trasfrontera CU ejecutará cuatro improvisaciones libres.

1:30 pm

Klezmerson es una banda integrada por Benjamín Shwartz en viola y teclado, Carina López en el bajo, Gustavo Nandayapa en la batería, y Sam Hammet en la guitarra. Bajo el liderazgo de Shwartz, lleva casi dos décadas de prender escenarios de México y el mundo con una mezcla explosiva del klezmer –música tradicional judía surgida en el Este de Europa–, con expresiones contemporáneas y los folclores de México y el mundo.

2:30 pm

Celso Duarte domina el arpa como pocos artistas, pues –además de ser hijo del prestigiado arpista paraguayo Celso Duarte y tocar folclor latinoamericano desde niño– tuvo formación conservatoriana en el violín durante ocho años. Un instrumento que, advierte, es indispensable en la música tradicional de nueve estados de la República mexicana. Con una carrera de 35 años, también es intérprete de charango y guitarra de son, y ha colaborado con Lila Downs, entre una diversidad de artistas del mundo. Traerá como invitados a Rodrigo Duarte en violonchelo, violonchelo eléctrico, jarana y quijada; Juan Duarte en flauta, guitarra, jarana y quijada, y Luis Huerta en batería y percusiones.

3:30 pm

La tarde cierra con Jair Alcalá, un as del acordeón norteño, quien ha sido productor de Bronco y colaborado con artistas como José José, Juan Gabriel o Mon Laferte, entre otros. Ha sido ganador de dos Premios Grammy Latino; arregló y dirigió la música compuesta por Michael Nyman para el documental 9 meses 9 días y presentará Norestense, temas originales y versiones alternativas de música norteña, acompañado por Israel Salazar al bajo quinto, Benjamín Alcalá a la batería, Alejandro Montalvo al tololoche y César Alcalá en las percusiones.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

El k-pop y la generación z: mucho más que solo música

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Nota original de: Revista de la Universidad de México
Autora: Valentina Grabados Garone
https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/9a719009-b777-432f-bc2c-87cc136e6ed3/el-k-pop-y-la-generacion-z-mucho-mas-que-solo-musica?fbclid=IwAR02QsJ1EZvLhikVSShC5laPXdDuvpk-JDv5q0XJFW7qiH8fR1xcO6h9hV0
Fecha de publicación de la nota original: julio de 2022[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Descubrí el pop coreano cuando tenía doce años. Antes de eso, crecí escuchando lo que había a mi alrededor, lo que escuchaban mis padres y amigos, desde pop en español como Julieta Venegas o Lila Downs hasta música clásica que mi papá ponía mientras trabajaba. Encontrar este género por mi cuenta fue realmente emocionante, distinto: la primera vez que escuchaba música que sentía plenamente mía. Me topé con algo que por mucho tiempo había estado buscando: chicos y chicas de aspecto etéreo cantando melodías pegadizas, acompañadas por coreografías elaboradas y llamativas, algo genuinamente refrescante. Era justo lo que quería en esa época. Aquella expresión artística, esa exagerada mezcla de música pop y toques experimentales, los vestuarios idílicos y el balance perfecto entre mi gusto por el arte familiar y una naturaleza foránea, completamente desconocida, me invitaron a descubrir de qué se trataba.

Portada de *Feel My Rhythm*, de Red Velvet, 2022Portada de Feel My Rhythm, de Red Velvet, 2022

Muy pronto les mostré un video musical a mis padres, que se extrañaron por el peculiar estilo que se reflejaba en la combinación de baile y canto, y sobre todo en la cantidad de integrantes que había en esa banda (los idols, como con sentido casi religioso se les conoce). Se trataba de la hoy famosísima BTS (Bangtan Sonyeondan), que en aquel 2017 había ganado el premio al “artista social” en los Billboard Music Awards. Yo los conocí cuando parecían estar en lo más alto de su carrera, pues desde luego no sabía que su ascenso a la fama internacional apenas comenzaba. Estuve ahí para ver cómo florecían, mientras yo iba creciendo a la par. Para mí, el pop coreano fue una pieza clave en la transición de la niñez a la adolescencia. Con el tiempo, se volvió natural verlo como un antes y un después en mi vida, un cambio radical en mi, digamos, cosmovisión e identidad.

​ Mis familiares y amigos creyeron que sería una pequeña fase, únicamente impulsada por cantantes atractivos sin mucho más que ofrecer; tal vez reducían el interés que yo tenía a una simple y vergonzosa fiebre adolescente. Pero aquí sigo, cinco años más tarde, aún sumergida y encantada por la imparable evolución del pop coreano. ¿Por qué no fue solo una fase pasajera? y, ¿cómo es que tantos jóvenes, en todo el mundo, han encontrado un cálido refugio en estas melodías?

​ Es posible que los lectores ya hayan escuchado algo sobre el hallyu, la “ola coreana”, y el impacto contundente que las culturas del este de Asia en general están teniendo en Occidente, principalmente entre la juventud. La estética llamativa que se ha formado mediante una yuxtaposición del arte tradicional y las influencias del presente conecta con personas de todas las esquinas del mundo. Desde pequeña adoré la danza, el canto y las artes visuales, y de repente me encontré inmersa en cientos de videos que reunían todo esto, que llamaban mi atención de la mejor forma posible. Removió intereses que se habían cultivado en mí desde muy pequeña.

Portada de *Overdose*, de Exo, 2014Portada de Overdose, de Exo, 2014

La carga visual del k-pop es innegable. Con las expectativas del público cada vez más altas, la calidad de la fotografía y de la producción no hace sino mejorar, llamando la atención de más y más gente. Es una invitación accesible para aquellos que desean disfrutar del arte contemporáneo. Mi amiga Sarah, de Venezuela, me dijo al respecto: “La variedad conceptual en el k-pop es poco vista. Creo que el performance es un arte visual que permite que brille el artista”.

​ Por otro lado, considero que la cualidad musical del k-pop es difícil de explicar. Es algo que yo misma solo logré entender escuchando una y otra vez las canciones, dándole mi tiempo a los grupos que me interesaban, para ver qué podían ofrecer. Las combinaciones y planos de sonidos generan una experiencia tan plena que es imposible no escuchar cada pieza más de una vez; la profundidad de las canciones crece en ti y resulta muy gratificante entender todas sus capas. Por ejemplo, el girl group Red Velvet lanzó recientemente un álbum con una canción principal, “Feel My Rhythm”, la cual incorpora samples de una aria de Bach y la adapta a una animada canción dance-pop con un ritmo trap, inevitablemente llamativo para un público que desea conocer todos los límites que se pueden romper en este género. Otra amiga mía, Yumi, de Turquía, describe la musicalidad del género de forma certera:

Creo que el k-pop realmente es un poco de todo. Escuchar los resultados es muy entretenido y siempre encuentras algo nuevo; nunca sabes muy bien con qué te vas a topar y eso es parte del encanto.

Mucha gente encuentra inspiración en las expresiones artísticas que expone el k-pop. Millones de personas pueden ver el contenido audiovisual de cientos de grupos, interesarse en el canto, el baile o el diseño, y ejecutarlos ellos mismos. Al respecto, Sarah dice: “Ver el contenido producido por los fans es fascinante. ¡Se genera tanto arte a partir de la pasión por el k-pop!” Yo llevo dos años bailando por mi cuenta gracias al pop coreano: la exigencia de este baile me ha generado una disciplina propia, pues debo trabajar en cada paso hasta que mi cuerpo conozca la coreografía; aprendo los bailes intentando generar una similitud adecuada al estilo del grupo que imito. No solo es entretenido aprenderlo, sino que también ha inspirado mi forma de bailar. Tomé la decisión de subir mis coreografías a internet y desde entonces he logrado formar una comunidad de miles de personas que ven este contenido e interactúan conmigo gracias a su gusto por los mismos estilos que manejo; es muy reconfortante y me ha enseñado mucho en estos años.

​ La moda es otro ámbito que se ha visto impactado por el k-pop. Muchas colecciones y tendencias actuales en Occidente están influidas por la k-fashion (moda coreana) y se reflejan delicadamente en los estilos que usan los adolescentes. Ya sean faldas plisadas, ropa casual oversized o accesorios como arneses o corsés sencillos, los estilistas de la industria del k-pop han incorporado esta clase de prendas para experimentar y generar vestuarios más llamativos.

Portada de *Peek-A-Boo*, de Red Velvet, 2017Portada de Peek-A-Boo, de Red Velvet, 2017

El k-pop me ha regalado una infinidad de recuerdos y experiencias. En busca de gente con los mismos intereses que yo, desde hace años emprendí una amplia expedición en línea para conocer más y para encontrar amigos en el camino. El conocimiento público y la aceptación del k-pop han sido paulatinos; aun así, hoy en día están muy extendidas ideas equivocadas sobre esta industria. En 2017 no sentía libertad para hablar cómodamente con mis amigos sobre mi gusto por el pop coreano, ya que ninguno de ellos lo escuchaba. Acudí a las redes sociales, donde podía seleccionar, según mis preferencias, con quién hablar y con quién no. Con cuidado, fui armando vínculos, congeniando con diversas personas gracias a nuestro gusto compartido y la consecuente pasión por el baile y la música que producían nuestros grupos favoritos.

​ A lo largo de los años, he conocido a personas de Asia, Europa y Sudamérica; por suerte también de la Ciudad de México —a estos pude conocerlos en vivo y se han vuelto mis amigos más cercanos—. Conecté con ellos a partir de nuestro amor profundo por algo que a nuestro alrededor era incomprendido, todo gracias a ese primer empujón generado por el k-pop.

​ Otro factor que une a muchos fans está directamente vinculado a la salud mental de nuestra generación, con las repercusiones de la pandemia en nuestras relaciones interpersonales, la ansiedad y la depresión tan extendidas entre la juventud de hoy. Mucha gente no solo recurre al k-pop como una vía de escape, sino literalmente como una salvación. Hay mucho apoyo y amor en esta comunidad. El k-pop es más que música, más que fanatismo comercial. Es una cosmovisión que te impulsa a escuchar los lanzamientos más estrambóticos y a encontrar la belleza en estilos poco vistos. Para los fans extranjeros también es una forma de conocer otra cultura y sus inclinaciones artísticas.

​ Para este artículo, decidí buscar más allá de mi experiencia propia y pregunté a varios amigos de mi edad, pero de otros lugares del mundo, acerca de sus vivencias, en parte para conocer perspectivas distintas y en parte para mostrar la forma en que nuestras visiones se unen gracias al k-pop. Por lo general, las personas de mi generación parecen inclinarse a buscar salidas fáciles ante el estrés de la vida diaria; para muchos de mis amigos y conocidos, el k-pop funcionó como un escape que se volvió un refugio. Algunos se apropiaron del mensaje de que no hay que rendirse y que vale la pena esforzarse en lo que uno se proponga hacer. Esta cultura les ha hecho recordar que tienen la capacidad de disfrutar; los ha llevado a cambiar sus formas de pensar, de crear y hasta de expresarse, los ha ayudado a tomar decisiones importantes incluso en aspectos académicos y laborales. En resumen, el k-pop ha enriquecido la vida de sus fans a niveles emocionales muy profundos.

​ Hace unos meses me surgió el impulso irrefrenable de ir a Corea. Necesitaba materializar un deseo de ya varios años y descubrir más en serio cómo era aquel país que tanto me ha llamado la atención a lo largo de mi adolescencia. Por el k-pop decidí aprender coreano. Primero de forma autodidacta a leer y escribir en hangeul y desde hace tres años estudio con mi talentosa maestra Yeoreum (여름). Gracias a ella pude estar segura de contar con la comunicación mínima para el viaje e incluso tal vez para establecer un par de amistades. Fui sola, con dieciséis años y mucha emoción, tras un vuelo de más de veinte horas, escala incluida.

Portada de *Love Yourself: Answer*, de BTS, 2018Portada de Love Yourself: Answer, de BTS, 2018

​ Llegué a Seúl la primera semana de primavera. Todas las flores y los árboles de hojas recién nacidas me dieron una bienvenida cálida y hermosa. Pequeños detalles volvían la experiencia completamente distinta a mi vida en México, aunque con ciertas semejanzas. Me sorprendió encontrar azaleas, que siempre se dieron en un arbusto de mi casa, pero allá vi cómo la misma flor crecía un poco más puntiaguda, como si fuera una pequeña estrella, lejanamente parecida a los jardines de mi primera infancia.

​ Me quedé apenas siete días, que volaron y terminaron sin darme cuenta. Afortunadamente tuve la oportunidad de visitar una exposición en Hybe Entertainment, una de las empresas más contundentes de la industria, y One Million Dance Studio, que cuenta con coreógrafos famosos. Sobre todo me flechó bailar y conocer a maestras que alguna vez vi en la pantalla: por fin pude aprender de ellas en persona. También tuve la oportunidad de bailar para un pequeño público en Hongdae, una zona de la capital conocida por el performance urbano. Fue algo mágico. Quizá porque todo fue muy rápido, aún no lo puedo creer.

Portada de *Breathe*, de Lee Hi, 2016Portada de Breathe, de Lee Hi, 2016

​ La incorporación del arte urbano y las zonas verdes de Seúl revitalizan la ciudad de una forma que nunca había visto en México. Fue un shock cultural en general. También conocí personas de muchos lugares, siempre conversando sobre sus experiencias en Corea, desde una chica taiwanesa que aprendió coreano durante diez años en su país y apenas llevaba unos meses en Seúl, hasta unos mexicanos de Sinaloa igualmente encantados con el k-pop que paseaban el día que fui a Hongdae y a los que abordé cuando los escuché hablar en mi lengua madre. La variedad de perfiles y estilos que encontré me conmovió y me dejó con una enorme emoción por volver. Fue una poderosa confirmación de que mi pasión de los últimos años había valido la pena. En el avión de vuelta a México, desde Vancouver, escuché a unas chicas hablar de k-pop; les conté que venía de Corea y emocionadas me invitaron a sentarme con ellas durante el largo viaje. Experiencias así solo han sido posibles gracias al amor que tengo por este género. Estoy agradecida de todo lo que me ha impulsado a hacer.

​ Lo que más agradezco de mi viaje es la forma en la que me permitió replantear mi amor por Corea. Sin idealizar al país, pude reconocer sus virtudes y sus defectos. A menudo mi inconsciente me lleva de regreso a Seúl, a las cabinas del silencioso y cuidado metro o a las vías peatonales decoradas con vivo verdor. Me hace vivir de nuevo esa sensación de seguridad, esas mil posibilidades de explorar un mundo nuevo. Así vuelvo a rememorar aquella semana que fue solo para mí y para descubrir más a fondo mi interés por una cultura que me atrapó desde niña. Tanto para mí como para muchos jóvenes más, esta música, esta fuente de inspiración y este arte llamado k-pop son una pieza clave para nuestra identidad y nuestra expresión personal.

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Javier Camarena vuelve a la Sala Nezahualcóyotl

El público que asista el 20 de marzo a la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario no escuchará el prodigio de la potencia vocal que ha encumbrado a Javier Camarena como uno de los cantantes de ópera más reconocidos del mundo. No serán los sobreagudos descomunales lo que el veracruzano universal luzca en el escenario. En esta ocasión, la maravilla será el belcanto, esa escuela del arte lírica en la que el reto es dar forma a la belleza íntima de la voz.
“El reto mayor es hacer que el público no perciba lo difícil que puede ser el belcanto y disfrute esta música tan hermosa”, señaló este lunes el tenor mexicano en conferencia de prensa sobre el repertorio en el que es especialista. “Todas las implicaciones y la demanda técnica que tiene, una línea y un fraseo elegante, con mucho hincapié en todas las dinámicas que están impresas en la partitura, son aparentemente sencillas”, advirtió, para destacar que, a la hora de cantarse, son todo lo contrario.
El belcanto es un estilo y una escuela que alcanzó auge en el siglo XIX y que privilegia la línea y el refinamiento vocal, destacó por su parte Sergio Vela, director de Arte & Cultura de Grupo Salinas, que organiza el concierto junto con Música UNAM.
Romanza de salón
Con el acompañamiento al piano de Ángel Rodríguez (La Habana, 1972), con quien ha realizado un dupla artística ya emblemática en sus recitales de cámara, Javier Camarena (Xalapa, 1976), uno de los tenores más prestigiados en la cuerda ligera, ofrecerá un programa dedicado a la romanza de salón: piezas compuesta para voz y piano que tuvieron auge en el siglo XIX entre la alta burguesía y la nobleza.
El repertorio estará integrado por las Tres Arietas, del catanés Vincenzo Bellini (1801-1835), las Cuatro canciones de Amaranta, de ortonés Francesco Paolo Tosti (1846-1916), con versos de Gabriele D’Annunzio, y los Tres sonetos de Petrarca, de Franz Liszt, piezas del compositor húngaro basadas en los sonetos 104, 47 y 123 del Cancionero del poeta renacentista.
De los sonetos de Petrarca, Javier Camarena señaló que la dificultad interpretativa radica en la profundidad poética y la comunión con la música. “Entender y proyectar este mensaje de amor y de desamor, a través de la música, lo hace complicado”.
Sobre las canciones de Amaranta, de Tosti, consideró que, sin ser tan demandantes como el ciclo de Liszt, pues si bien están en un registro más central y por tanto más cómodo de cantar, su dificultad radica en la expresión de la poesía.
Se trata de obras que Javier Camarena ya ha interpretado en diferentes recitales, particularmente en gira por Estados Unidos, a donde –dijo- volverá para ofrecer conciertos en Florida, Dallas y Nueva York, donde participará en la ópera Lucía de Lammermoor, de Gaetano Donizetti, en el Metropolitan Opera House. Por lo pronto –aclaró- la presentación que ofrecerá en la Sala Nezahualcóyotl es el único compromiso que tiene fijado para este año en México.
Tras la gira europea que realizó en enero, tampoco tiene agenda en lo que resta del año en el Viejo continente, donde la guerra ha provocado que artistas rusos como Valery Gergiev, director general del Teatro Mariinski, en San Petersburgo, y la soprano Anna Netrebko, vean cancelados contratos en ambos lados del Atlántico ante la presión por que fijen postura en contra de la invasión de su país a Ucrania.
“La música, el arte y la cultura son un medio de comunicación que transmite principalmente un mensaje, sentimientos, en este caso, de esperanza”, consideró Camarena. “Es triste que a estas alturas de la historia de la humanidad existan este tipo de situaciones y este tipo de dirigentes de grandes naciones que utilizan su poder para estos fines. Mi posición al respecto, obviamente, será un no a la guerra y un total en contra de cómo está haciendo su trabajo este dirigente de Rusia”.
Sobre sus planes de grabación, adelantó que un álbum dedicado a Gaetano Donizetti, con 10 arias, saldrá al mercado en el otoño; fue grabado en Bérgamo, ciudad natal del compositor, en el teatro y con la orquesta que lleva su nombre. “Será un disco muy emocionante porque fue la música que compuso para la voz del tenor”. Además, espera el lanzamiento de un material dedicado a piezas de música tradicional y popular mexicana que grabó para la disquera Sony Music México.
El director de Música UNAM, José Wolffer, anunció que los boletos para el recital de Javier Camarena y Ángel Rodríguez, que se llevará a cabo el domingo 20 de marzo a las 6 pm, saldrán a la venta este 8 de marzo tanto en la taquilla de la Sala Nezahualcóyotl como en la página boletoscultura.unam.mx.
Los precios para el Recital de Javier Camarena en la Sala Nezahualcóyotl son los siguientes: Primer piso  $600 M.N.; Orquesta  $500 M.N.; Segundo piso  $400 M.N. También se contará con descuentos: 50% estudiantes, maestros, UNAM, INAPAM, jubilados ISSSTE e IMSS.

Emotivo concierto en la OFUNAM

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El concierto con el que sala Nezahualcóyotl abrió sus puertas al público inició con el silencio…un minuto, en honor a las víctimas de la pandemia. Los espectadores de pie y después la flauta.

Los aplausos y la alegría del regreso estuvieron presentes en el programa 4 de la Temporada de otoño de la OFUNAM.

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La OFUNAM abre sus puertas al público

El programa de este concierto memorial abre con el Canticum sacrum de la compositora mexicana Ana Lara, una pieza para cuerdas adaptada de su Réquiem. La oscura Sinfonía de cámara Op. 110a de Dmitri Shostakovich está dedicada a las víctimas del fascismo y la guerra, pero también es un lamento profundamente personal. El concierto cierra con Appalachian Spring, un ballet de Aaron Copland que ofrece una esperanza de primavera.

“Regresar a la Sala Nezahualcóyotl me hace feliz, a todos nos ha hecho muchísima falta el poder escuchar música en vivo, sobre todo a los músicos que hemos sido muy castigados en esta pandemia”, señaló Ana Lara.

Para la compositora es muy importante y muy conmovedor que hayan elegido Canticum sacrum, una pieza para cuerdas adaptada de su Réquiem, para iniciar justamente las actividades presenciales de la OFUNAM.

En entrevista afirmó que esta obra es un canto religioso, “es un homenaje a todas estas personas que se nos adelantaron y es relevante porque la han elegido para conmemorar a toda la gente que falleció durante la pandemia. No solamente la que murió de Covid-19, sino todas las otras personas que no pudieron ser atendidas porque estábamos en esta terrible crisis sanitaria”.

Ana Lara contó que en 1997, el Festival Cervantino le encargó escribir una obra para el coro de Horacio Franco, la Cappella cervantina, y después en el año 2000 decidió tomar algunos extractos de esta pieza y hacer una versión para orquesta de cuerdas. “Sentía que la manera como había yo trabajado la polifonía en las voces se adaptaba perfectamente al universo de las cuerdas y sinceramente creo que sí, es una pieza que está inspirada en la misa de difuntos del canto gregoriano, por eso tenemos estas melodías diatónicas muy transparentes. Lo que me imaginaba es como cuando uno reza, cuando tú vas a la iglesia y rezas, aunque todo mundo está diciendo la misma oración cada quien lo dice de una manera un poco distinta y se crea esta micropolifonía, es una especie de canto comunitario que se hace todos juntos pero al mismo tiempo es algo muy personal, individual. Esta obra está pensada justamente como una conmemoración para los difuntos”.

Agregó que una de las cosas que aprendimos todos en esta pandemia es el significado del contacto humano, que no puede ser sustituido por la tecnología. “Yo creo que sobre todo el arte exige la presencia de la gente y principalmente las artes escénicas y la música, porque es el medio en el que nos expresamos. Es importante que nos demos cuenta que el escuchar música en vivo es también una ceremonia, es un compartir. Creo que eso nos ha quedado muy claro a todos, que la tecnología es absolutamente maravillosa, pero no puede sustituir el contacto humano y por supuesto la música en vivo”.

La Temporada Otoño 2021 continuará hasta el 5 de diciembre. Los conciertos serán en los horarios acostumbrados, sábados a las 20 horas y domingos a mediodía. El aforo será limitado a 30 por ciento de la sala debido a las condiciones sanitarias y los boletos están a la venta en la taquilla de la Sala Nezahualcóyotl y en línea en boletoscultura.unam.mx. Las presentaciones se transmiten en vivo en la página de Música UNAM (musica.unam.mx) y la de los domingos también por Radio y TV UNAM.

 

Emociona a músicos el reencuentro con el público

Emoción, compromiso y felicidad. Es lo que sienten los integrantes de la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) ante el reinicio de conciertos con público, lo que ocurrirá este sábado 30 de octubre tras año y medio de no poder hacerlo.

El domingo 15 de marzo de 2020 tuvo lugar la última presentación de la orquesta universitaria en la Sala Nezahualcóyotl antes de la larga pausa obligada por la pandemia. Con una dotación reducida de atrilistas, la agrupación volvió a tocar en vivo hace tres semanas al poner en marcha su Temporada Otoño 2021, pero lo hizo para transmisiones todavía sin audiencia. Ahora, finalmente, el próximo fin de semana se dará el ansiado reencuentro con la gente.

“Mi sensación es de suma alegría, y la emoción como si verdaderamente fuera la primera vez que uno lo hace”, comenta Sebastian Kwapisz, concertino de la OFUNAM, para quien a partir de ahora se valorará de forma diferente la vida. “La falta de comunicación con el público, la falta de hacer música con los compañeros, te llevan a valorar precisamente todas esas cosas que uno ya daba por sentadas”, agrega el violinista con más de 15 años en la orquesta.

En el mismo sentido, Elizabeth Segura, quien toca el corno desde 1990 en la Filarmónica, expresa su entusiasmo: “Yo estoy emocionadisima. Después de tanto tiempo de no tocar con mi orquesta, es una delicia regresar a la sala, escucharnos entre nosotros y trabajar con los compañeros. Todos llegaron con muchas ganas, es un súper placer”.

Y Ekaterine Martínez, integrante de la sección de violines primeros desde hace 27 años, tampoco oculta su gozo: “Este regreso lo he estado esperando desde hace varios meses, porque sí hemos estado trabajando de manera virtual, pero presencial no se había dado. Así que estoy muy emocionada de volver a la Sala Nezahualcóyotl, tocar con mis compañeros y estar con público. El diálogo de nosotros con los escuchas va a ser muy importante”.

Motivación y compromiso

Será para el cuarto programa de la temporada que la sala ubicada en el Centro Cultural Universitario reabra sus puertas. Se interpretará un concierto memorial por las víctimas de Covid-19 integrado por las obras Canticum sacrum, de la compositora mexicana Ana Lara; la Sinfonía de cámara en do menor, Op. 110a, de Dmitri Shostakovich, en arreglo de Rudolf Barshai del Cuarteto para cuerdas núm. 8 en do menor, Op. 110; y la suite de Appalachian Spring, de Aaron Copland, en versión para 13 instrumentos. Participará como director invitado Iván del Prado.

La presencia de público en la sala es un incentivo para la agrupación, coinciden los tres músicos entrevistados. Ekaterine Martínez tiene muy presentes los rostros de la gente cuando terminan las piezas. “Ver sus caras de felicidad, aplaudiendo, para mí siempre ha sido muy motivante”.

Incluso se puede decir que la interpretación es diferente cuando se hace ante un auditorio, según Sebastian Kwapisz. “La comunicación en vivo con el público hace que haya una energía distinta a la hora de estar tocando; energía, emoción y una especie de comunicación sin palabras”.

Desde luego, retomar las actividades como una de las mejores agrupaciones orquestales del país es también un compromiso para sus integrantes. La calidad es un deber permanente, afirma Elizabeth Segura: “Siempre es un reto cualquier concierto. Hacerlo bien da gusto para que el público lo disfrute. Yo quiero que la audiencia regrese para que aprecie lo que estamos haciendo, nada más. Ya quiero transmitir y proyectar ese gusto que me da regresar”.

Al respecto, el concertino piensa que, después de tanto tiempo de inactividad, la OFUNAM tiene el gran reto de recuperar la calidad con la que venía tocando. “Obviamente requerirá cierto tiempo porque es un trabajo en conjunto, pero esperemos que lo antes posible estemos al mismo nivel y que sigamos mejorando. Yo creo que el reto principal es seguir creciendo y que todos hayamos aprendido precisamente de esta pandemia de la necesidad que tenemos de comunicarnos a través de la música”.

Convencidos de que al hacer su trabajo mueven emociones en quienes los escuchan, “porque por medio de los sonidos, de las melodías, se llega al alma y a la inteligencia del público”, dice Ekaterine Martínez, los integrantes de la Orquesta Filarmónica de la UNAM vuelven este fin de semana ante el público de la Sala Nezahualcóyotl y lo hacen con una enorme felicidad, como se disculpa Elizabeth Segura para terminar la entrevista: “Perdón si se oye mucha risa en mi voz, pero es porque la verdad estoy súper feliz de que regresamos a tocar juntos, ya nos hacía falta”.

La Temporada Otoño 2021 continuará hasta el 5 de diciembre. Los conciertos serán en los horarios acostumbrados, sábados a las 20 horas y domingos a mediodía. El aforo será limitado a 30 por ciento de la sala debido a las condiciones sanitarias y los boletos están a la venta en la taquilla de la Sala Nezahualcóyotl y en línea en boletoscultura.unam.mx. Las presentaciones se transmiten en vivo en la página de Música UNAM (musica.unam.mx) y la de los domingos también por Radio y TV UNAM.

En vivo otra vez la OFUNAM

La Orquesta Filarmónica de la UNAM regresó a la Sala Nezahualcóyotl para abrir su Temporada Virtual Otoño 2021, conformada por nueve programas que serán transmitidos en vivo a través de las plataformas digitales de Música UNAM y por TV UNAM.

El primer concierto se realizó el domingo 10 de octubre y el último será el 5 de diciembre, todos en punto de las doce del día y con una dotación orquestal reducida, lo que implica ofrecer programas de música de cámara y la inclusión de arreglos de obras originalmente pensadas para dotaciones mayores.

En esta temporada sui géneris se presentarán obras de Mahler, Stravinski, Prokofiev, Shostakovich y Copland; Haydn y Mozart tendrán una presencia muy significativa, y también formará parte de la programación el repertorio de música mexicana del siglo XX y contemporáneo.

Los directores huéspedes invitados son Iván López Reynoso, Luis Manuel Sánchez, Rodrigo Sierra Moncayo, Ludwig Carrasco y Juan Carlos Lomónaco, así como el francés Gaétan Kuchta, el español José Luis Castillo y el cubano Iván del Prado, residentes en México.

Destaca el cuarto programa de la temporada, el concierto fijado para el domingo 31 de octubre, que estará dedicado a recordar a las víctimas de la pandemia de Covid-19. Se interpretará la pieza Canticum sacrum, de Ana Lara, así como obras de Shostakovich y Copland.

El programa completo de esta Temporada Virtual de Otoño, que se transmitirá en vivo desde la Sala Nezahualcóyotl, se puede consultar en la página musica.unam.mx. La asistencia del público se reanudará cuando las condiciones sanitarias y los lineamientos universitarios lo permitan, lo que se anunciará oportunamente.

Imagine: A 50 años del himno a la paz

Se cumplen 50 años de la canción en la que John Lennon propone un mundo donde haya equidad.

Imagine es una canción icónica que representa los ideales de la generación John Lennon. Es el epítome del movimiento hippie de los años sesenta, dice Juan Gabriel Hernández, percusionista y académico de la UNAM.

“Es el himno de Lennon. Refleja también sus ideales. Un mundo con igualdad. Tema vigente a 50 años de haber sido creada. El 8 de marzo pasado, Día Internacional de la Mujer, el grito fue igualdad de género.

“En su letra, Lennon propone que imaginemos que no tenemos posesiones (Imagine no possessions). También dice que imaginemos que no hay cielo, que no hay infierno, que todos somos iguales, que podemos vivir en paz.”

—¿Imagine es como una utopía?
“Así es. Totalmente. Ni siquiera el mismo Lennon vivía al pie de la letra todos los idealismos que propone.”

En 1971, agrega el maestro Hernández, cuando vivía en una gigantesca propiedad, con sus Rolls Royce pintados a la moda psicodélica, escribió ‘imagina que no tenemos posesiones’ (fue lanzada en julio de ese año).

“Se mordía un poco la lengua. Como que no le venía mucho al dedo esa frase a principios de los setenta. Sin embargo, tener posesiones no le impide a ningún artista proponer ideales o ideas que pueden ser parte de un standard en una utopía.”

El mismo Lennon se protegió al decir: ‘podrás llamarme loco o soñador, pero no soy el único’. Todo mundo tiene sueños y Lennon tuvo oportunidad de expresarlo en esta canción.

“Me parece maravilloso —dice Hernández—. Es un ideal que debemos perseguir, pero con los pies bien plantados en la tierra y estar conscientes que vivimos en un mundo pensante y necesariamente eso va a llevar a la contraposición de las ideas. Además, eso es sano”.

“Imagine, por la universalidad de sus ideas, es una de las canciones más redondas de Lennon. Buscar un mundo donde haya equidad, donde nadie pase por encima del otro, es una idea universal.”

Otra con ese alcance de universalidad es All You Need Is Love (Todo lo que necesitas es amor), “es un mensaje poderoso, porque definitivamente, una de las cosas más importantes en la vida, es el amor.”

“Lennon tiene muchas otras rolas, pero con ideas que quizá no resultan tan universales o sean tan aceptadas por el público en general, en las que expone otro tipo de temas con los cuales uno puede estar de acuerdo o no.”

Influencia no es coautoría
Imagine, fue inspirada en un poema de Grapefruit, libro de Yoko Ono, que empieza con la palabra imagine (imagina una gota de lluvia, imagina un pez de colores).

Aunque Lennon reconoció en una entrevista posterior que en su momento no le dio el crédito debido a Yoko, para el maestro Hernández ello no era estrictamente necesario. “La inspiración para crear una canción, una pintura, una escultura… no necesariamente implica coautoría. De otro modo, Beethoven tendría que darle crédito a Mozart y Mozart a Bach.”

“La influencia no es coautoría”, insiste el profesor de las cátedras Percusiones, Conjuntos instrumentales y Música de Cámara en la Facultad de Música.

“Lennon, quien creció en una sociedad mayormente machista, quiso resarcir todo lo erróneo que había obrado en su vida, y lo vierte en la figura de Yoko Ono, al darle su justo valor como persona, como mujer.”

Maridaje perfecto
“El maridaje de la letra de Imagine, que es tan universal, con la música, es perfecto. Porque la canción es de una simplicidad gigantesca”.

La canción está en Do mayor, la tonalidad más básica de la música. Todos pueden tocar esa tonalidad en el piano: son todas las teclas blancas, agrega Hernández, quien ha compartido escenario con el ensamble ÓNIX, Tabuco, la Camareta de las Américas y la OFUNAM.

“La armonía es muy sencilla pero muy efectiva. Pasamos de un primer grado (Do Mayor) a un cuarto grado (Fa Mayor), y de regreso a un primer grado (Do Mayor). En términos musicales, a eso se le llama una cadencia plagal. Y nos refiere mucho a la música eclesiástica, a la música de iglesia. Musicalmente da una sensación como de mucho reposo, como de paz”.

Para Hernández, el gran arte de las canciones de los Beatles, en general, radica en la teoría de que menos, es más. “Sucede lo mismo con la música clásica. Si se toma una melodía de Mozart o Bach y se le quita todo el acompañamiento, todos los acordes, se sostiene por sí sola, y además sugiere la armonía, es decir con qué acordes se debe acompañar.”

“Una gran pieza musical no necesariamente debe constar de muchos elementos ni debe tener mucha complejidad en su estructura, en su melodía.”

“La introducción del piano tiene ese giro cromático porque a Lennon le gustaba ponerle algo de blues a la música de rock. De Yesterday, le gustaba mucho el violonchelo, esa nota disonante que George Martin agregó en el arreglo.”

John, quien se apega muchísimo más a las raíces del rock and roll que Paul McCartney, “se ve a sí mismo como el gran rockero, como el rudo, pero también puede escribir baladas de increíble dulzura”. En el álbum Imagine encontramos la pieza Jealous Guy (Chico celoso) que es una de las melodías más dulces, más sublimes que Lennon pudo haber logrado.

“Aunque es versátil, sus giros melódicos, sus giros armónicos son reconocibles y tienen una personalidad que lo hizo ser el genio musical que fue”, anota Hernández, director artístico y fundador del Inner Pulse Ensamble.

—¿Lennon es un genio musical dentro del rock, como Mozart en la música clásica?
Absolutamente, y no sólo del rock, sino de la música en general. Está más que probado. Me viene a la memoria George Martin, quien al hablar acerca de Lucy In The Sky With Diamonds, afirmó que la melodía de introducción en el órgano, tiene un giro melódico que el mismo Beethoven envidiaría.

Eso, dicho por George Martin, quien tuvo entrenamiento clásico, dirigió orquestas, y que además escribió, compuso y produjo música, resulta una aseveración bastante válida.

Concierto Navideño de la Biblioteca Central con el Ensamble BocaVoz

Hace 40 años, John Lennon murió asesinado

Regresaba a su departamento, en compañía de Yoko Ono, luego de haber grabado la canción “Walking on thin ice” en el Record Plant Studio de Nueva York

1. Lunes 8 de diciembre de 1980. Los Delfines de Miami y los Patriotas de Nueva Inglaterra se enfrentan en el estadio Orange Bowl, en Miami, Florida, en un partido de la National Football League (NFL).

2. Poco después de las 23 horas, cuando ambos equipos disputan el último cuarto, el comentarista de televisión Howard Cosell toma el micrófono y dice al aire: “Tenemos que decirlo. Recuerden que esto es solamente un juego de futbol, no importa quién gane o pierda. Una tragedia inenarrable ha sido confirmada por ABC News en la ciudad de Nueva York: John Lennon, afuera de su edificio, en el West Side de Nueva York, el más famoso, quizás, integrante de The Beatles, recibió dos disparos en la espalda. Fue llevado rápidamente al Hospital Roosevelt, donde murió. Es muy difícil regresar al juego tras el anuncio de esta noticia…”.

3. En ese momento, el sueño que comenzó 20 años antes en el sótano de un club musical para adolescentes, en Liverpool, Inglaterra –y que ha transformado de manera radical la vida tanto pública como privada de toda una generación–, cesa abruptamente.

4. Conmocionados unos, incrédulos otros, cientos de jóvenes y adultos que han crecido escuchando la música de The Beatles y, una vez que éstos se separaron en 1970, también la de Lennon, así como decenas de reporteros de prensa, radio y televisión, empiezan a concentrarse delante del edificio Dakota, en el número 1 de la calle 72, frente a Central Park.

5. Hace menos de una hora que Lennon ha sido víctima de la estupidez y la insania de un sujeto que responde al nombre de Mark David Chapman.

6. Las cosas han sucedido así: luego de pedirle que le autografiara una copia de su recién publicado álbum Double Fantasy, Chapman, dominado por la obsesión que le inspiraba el ex Beatle, lo esperó afuera del Dakota hasta que éste regresó acompañado por su mujer, Yoko Ono.

7. Lennon bajó de su limusina y, seguido por Yoko Ono, se encaminó despreocupadamente a la entrada del Dakota. Entonces, Chapman sacó un revólver calibre .38 de uno de los bolsillos de su pantalón y accionó cinco veces el gatillo de su arma. Cuatro balas impactaron en la espalda y el hombro izquierdo de Lennon.

8. Aunque, sin pérdida de tiempo, unos policías lo trasladaron en una patrulla al St. Luke’s-Roosevelt Hospital Center, Lennon fue declarado muerto a las 23:07 horas de este fatídico lunes.

9. Quienes conforman la multitud concentrada delante del Dakota muestran el rostro descompuesto o desolado o bañado en lágrimas… El sueño se ha convertido en una pesadilla absurdamente real.

10. De pronto, en medio de aquel indecible dolor que aumenta a medida que pasan los minutos, comienzan a surgir varias velas encendidas que no tardan en multiplicarse. Es necesario iluminar la partida de John, alumbrar el camino de su último viaje.

11. Domingo 14 de diciembre de 1980. Alrededor de todo el mundo, millones de personas responden al llamado de Yoko Ono y guardan 10 minutos de silencio en honor a quien dio tanto al mundo con su música, con su maravillosa música.

12. Cada 8 de diciembre, Yoko Ono coloca una vela encendida frente a la ventana del cuarto de Lennon en el Dakota.