Una muestra vintage que retrata la labor de Escobedo como gestora cultural


El Volkswagen Sedán modelo 66 de Helen Escobedo regresó a CU tal y como hacía en los años 70, cuando la artista conducía su “escarabajo” desde San Jerónimo 162, donde tenía su casa, hasta el Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA), del cual era directora. Este vehículo bicolor intervenido por la creadora es tan peculiar que incluso tiene nombre propio, Sui géneris, apelativo que también sirve para describir la labor de Escobedo como gestora cultural en aquella época, pues sus propuestas eran tan adelantadas a su tiempo que revolucionaron el ámbito museístico nacional.

Para mostrar lo que hizo la universitaria tanto en el MUCA como en la Galería Universitaria Aristos —una extensión del primero, cuyo fin era llevar nuevas expresiones más allá del campus— se montó la muestra Expandir los espacios del arte. Helen Escobedo en la UNAM (1961-1979), que estará abierta al público hasta el 29 de octubre en la planta baja del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), justo donde hacen esquina la Sala de Conferencias y el Centro de Documentación Arkheia, y a un lado del Auditorio.

Y a decir de las curadoras Elva Peniche y Clara Bolívar, más que un catálogo de piezas y documentos organizados y desplegados de manera cronológica, lo que se buscó en esta ocasión fue dar vuelta atrás al calendario y hacer que los espacios se asemejen a los empleados en las galerías de los 60 y 70 para recuperar el espíritu de esas décadas, con todo y su gama cromática, cornisas y cenefas.

“De entrada nos recibe el Volkswagen 62 de Escobedo, los colores empleados son los usados hace medio siglo y a lo largo del recorrido habrá maceteros con plantas, como se estilaba en las salas de esos años, hasta que esa moda cayó en desuso. En otras palabras, esto es una exposición vintage”, señaló Peniche Montfort.

No obstante, para la maestra en Historia del Arte, más que la recreación de época, lo importante es que este esfuerzo arroja luz sobre una labor que, pese a dar sentido a los museos, rara vez se aborda en los mismos. “Se han organizado muchas muestras acerca de Escobedo (1934-2010) como artista, pero ¿cómo montar una exhibición sobre su papel como gestora cultural? Ése era el reto”.

Dos décadas de historia en la gestión cultural

Helen Escobedo tenía sólo 27 años y estaba regresando del Royal College of Art de Londres cuando la Dirección General de Difusión Cultural (DGDC) de la UNAM le ofreció la jefatura del Departamento de Artes Plásticas, encargo que la artista aceptó sin reparos, pues vio en éste vio una oportunidad para sacudir el escenario museístico nacional, tan anquilosado en ese momento.

“De inmediato Helen experimentó museográfica y museológicamente con las exposiciones, mientras que en el ámbito oficial pasaba lo contrario. Entonces se hacía lo que decía Fernando Gamboa, es decir, casi nada, y de súbito llegó esta mujer que era escultora, grabadora, políglota, violinista y creía en el poder transformador del arte. Esto prefiguraba un gran cambio”, aseveró Graciela de la Torre Pérez, directora general de Artes Visuales de la UNAM.

A fin de ofrecer un retrato de la gestión cultural de Escobedo a lo largo de 18 años, la muestra Expandir el espacio del arte fue dividida en tres núcleos temporales. El primero abarca de 1961 a 1967, lapso en el que las exhibiciones del MUCA cambiaron de golpe, pues este recinto que sólo albergaba colecciones de arte prehispánico modificó su oferta cuando la nueva encargada montó Picasso grabador, una hazaña posible gracias a su amistad con Álvar Carrillo Gil, quien le prestó su colección.

“Ejemplos como éste son los que se describen en la primera sección, pues aquí se explica cómo la universitaria aprovechó su gran red de contactos y la trajo a la UNAM, lo que le permitió dar foco a diversas propuestas de índole internacional, algo muy distinto a lo que se venía haciendo en las salas del INBA”, explicó Elva Peniche.

El segundo segmento inicia con la remodelación del MUCA en 1967 y termina en 1974, capítulo en el que Helen volteó su mirada a México y a los jóvenes creadores de entonces, como José Luis Cuevas, Vicente Rojo, Manuel Felguérez o Felipe Ehrenberg, quienes comenzaban a romper paradigmas creativos y a avanzar por sendas distintas a las establecidas por la tradición.

“Son sólo siete años, pero muy activos. Tan sólo piensen en qué estaba pasando en el país. En este lapso se dio el movimiento estudiantil del 68 y las Olimpiadas. Mientras tanto, aquí se organizaba la primera gran exposición de Siqueiros —ante la negativa del INBA de darle cabida en sus instalaciones— y justo al concluir, la UNAM montó otra de arte abstracto, es decir, dio espacio a dos propuestas contrapuestas, lo que refleja una voluntad de tender puentes y establecer diálogos”, señaló la curadora Clara Bolívar.

El último segmento comprende de 1974 a 1979 y en éste se destaca el impulso que dio Escobedo a muestras temáticas a fin de atraer más público, así como su interés por descubrir que más se hacía en Latinoamérica y dar cabida en los foros universitarios a expresiones que, para ese momento, eran arriesgadas y mal vistas por los puristas: el performance y el arte conceptual.

Tras la esencia de un museo

Y después de este largo recorrido por dos décadas, para la curadora Clara Bolívar es evidente que en todo este tiempo Helen Escobedo tomó por guía una interrogante, ¿qué es y cómo debe ser un museo universitario?, para finalizar con una conclusión: tiene que ser interdisciplinario, incluyente y, sobre todo, un terreno de debate.

“Ella sabía que un recinto de estas características debía acercar al público con las tendencias más importantes de las artes. Al llegar a la UNAM sólo estaba el MUCA; pero a fin de impulsar una mayor difusión de la oferta en 1963 inauguró la Galería Universitaria Aristos y, en 1974, impulsó la apertura de El Chopo. Lo demás es historia”.

Su propensión a reflexionar sobre estos temas hizo que Escobedo formara parte del CIMAM (International Committee for Museums and Collections of Modern Art) y del ICOM (Consejo Internacional de Museos) y, por ello, cada exposición montada en la UNAM de inmediato formaba parte de los debates a nivel internacional.

Para Peniche Montfort, la labor de esta artista marcó camino a lo que hoy se hace en los museos de la Universidad, pues aunque desde hace décadas el Volkswagen bicolor de Escobedo dejó de rodar por los circuitos de CU, su legado como gestora sigue en movimiento e inspirando a sus sucesores.

El bioarte, creaciones que desafían al arte convencional, a la ciencia y al pensamiento


Como estudiante de ciencias, a Eduardo González la clase que más le gustaba era las de Biología Molecular, pues podía hacer dibujos con hongos en sus placas de Petri y ver cómo estos seres daban forma a diferentes figuras, o jugaba con organismos luminiscentes a fin de disfrutar con los efectos brillantes que producían. “Eso me hizo interesarme en la capacidad de la ciencia para crear belleza y, por ende, bioarte”, comentó el integrante del grupo ADN Aprende y Disfruta la Naturaleza.

Sobre este concepto, el experto señaló que es uno provocador, polémico e incitador de la discusión, que, al mismo tiempo, hace que la gente sin preparación científica reflexione sobre asuntos que, de otra manera, le pasarían inadvertidos, como las implicaciones éticas de modificar organismos o de jugar con aquello que, tradicionalmente, nos ha definido como seres humanos.

Al participar en el encuentro Arte en tus Genes, organizado por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM, González puso como ejemplo la obra de bioarte más famosa jamás creada, el conejo Alba (del año 2000), una criatura modificada en cuyo ADN se insertó la proteína verde fluorescente (GFP) presente en ciertas medusas, la cual hacía que el mamífero brillara bajo focos de luz negra, como los usados en clubes nocturnos.

“Este animal fue idea del artista brasileño Eduardo Kac y, para desarrollarlo, solicitó apoyo de un laboratorio francés. La existencia de este ser de inmediato acaparó titulares e hizo que muchos comenzaran a cuestionarse sobre qué pasaría si fuera soltada en la naturaleza o si con esto el hombre no jugaba a ser Dios”, planteó.

Acerca de este potencial con tintes divinos —refirió el divulgador— Kac llevó esto un paso más allá con su pieza Génesis, de 1998, en la que tomó el versículo 1:26 de ese libro de la Biblia, el cual señala: “Dijo Jehová: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra”, para luego transformarlo a código Morse, y de ahí, a lenguaje de ADN a fin de introducirlo en bacterias E. Coli.

“Dichos bacilos fueron colocados en placas de Petri y sometidos a luz ultravioleta que los asistentes del museo podían irradiar a voluntad para provocar mutaciones. La idea era crear información genética artificial e introducirla en un ser vivo como una manera de rebelarse contra la naturaleza y la religión”, explicó.

Aunque para muchos pudiera sonar a excentricidad —dijo Eduardo González—, la finalidad es mostrar la belleza que encierra la ciencia, divulgar conocimiento y, en estos casos, acercar a la gente no especializada a las técnicas relacionadas con la transformación de bacterias y mutaciones, a fin de incitarlos a reflexionar.

“Cada que se habla de bioarte se menciona al conejo Alba e incluso he llegado a ver carteles donde se analiza la pertinencia de los alimentos transgénicos con la imagen de este animal, que nada tiene que ver con el asunto. Eso me lleva a pensar que estas propuestas han logrado su cometido: empujar las fronteras de nuestro pensamiento a nuevas fronteras, lo que no está mal para un mamífero que brilla en la oscuridad”.

Los precursores del bioarte

Pese a parecer un concepto de nuevo cuño, las raíces del bioarte pueden rastrearse a inicios de siglo con el fotógrafo Edward Steichen, quien además de captar imágenes para revistas como Vogue, era un entusiasta horticulturista que cultivaba flores de la especie Delphinium, con las que creó decenas de híbridos que fueron exhibidos en las galerías del MoMA de Nueva York, en 1936.

“¿Tienen cabida las flores en un recinto donde se exhiben cuadros y esculturas? Como se puede ver, incluso desde sus orígenes esta corriente comenzaba a plantear preguntas y a indagar los límites de la ciencia”, señaló González.

En la charla impartida en el Museo de la Luz de la UNAM, el divulgador recibió muchos cuestionamientos por parte del público acerca de si estas obras, por caer en el ámbito de lo contemporáneo, no respondían a una definición laxa de lo artístico, y en respuesta señaló que el otro gran precursor del bioarte es un creador cuya técnica y virtuosismo nadie pone en duda: Salvador Dalí.

“En una entrevista que le hizo Jacobo Zabludovsky en 1971 y al preguntarle ‘maestro, ¿cuál es la fuente de su genio?, el pintor simplemente respondió, ‘la estructura molecular del ácido desoxirribonucleico, encontrada por Crick y Watson’”.

Hay quienes han achacado esta respuesta a la excentricidad del catalán y hasta han llegado a hacer mofa de ello, aunque quienes saben más de él podrán constatar que en realidad no sólo era serio con el asunto, sino un enamorado de la doble hélice del ADN, la cual llegó a reproducir en cuadros como El gran masturbador en un paisaje de mariposas o en Galacidalacidesoxirribunucleidad.

“En ambas obras alude al descubrimiento de Crick y Watson, que para la época no era tan conocido, al grado que Zabludovsky sólo atinó a decir, ‘¿usted lo toma o cómo es esto?’. El periodista ignoraba de qué hablaba Dalí, pero a partir de sus óleos muchos se interesaron en el asunto y así se demostró una de las grandes cualidades del bioarte, la de divulgar y hacer que la gente común se entere de temas que, de otra manera, quedarían recluidos en arenas especializadas”.

El bioarte y la ciencia ficción

A decir de Eduardo González, una de las cosas que más le agrada del bioarte es cómo se conecta con la ciencia ficción y hace realidad lo que para algunos sería imaginería futurista, “y uno de los casos más interesante es el de Neil Harbisson, un inglés nacido en 1984 y que ha sido reconocido por las leyes de su país como el primer ciborg legal en el planeta”.

Aunque esto podría sonar a relato de Isaac Asimov, la historia de Harbisson es real y obligó a cambiar estándares legales en su país, pues este joven, al nacer sin la capacidad de distinguir colores, se instaló una cámara osteointegrada que sale desde su hueso occipital, la cual registra todas las tonalidades e incluso espectros infrarrojos y ultravioletas para luego transformarlos en sonidos, lo cual le permite captar más allá de lo que puede el ojo humano.

“El problema vino cuando intentó sacar su pasaporte y le pidieron removerse la antena, lo cual le resultaba físicamente imposible, por lo que una comunidad de académicos y creadores impulsó un movimiento para que se le permitiera esta concesión y el gobierno del Reino Unido se vio obligado a reconocerlo como el primer ciborg —o humano mejorado por la tecnología— y otorgarle el documento”.

La antena de Harbisson también le permite acceder a internet vía Bluetooth. Al respecto, el artista ha dicho “que la antena esté conectada a mi cabeza no es lo que me hace un ciborg, sino que el software ya es parte de mi cerebro”.

Para González, llegar a estas discusiones y verlas como un asunto serio y aterrizado en lo real en vez de algo de ciencia ficción es otra de las puertas que abre el bioarte. “Deberemos ver en qué otros terrenos nos coloca, pues aquí no sólo se juega con la belleza de la ciencia, sino con sus posibles repercusiones. Su finalidad es despertar nuestra sensibilidad estética, inteligencia, curiosidad y pensamiento crítico”.

Estudiantes de la BUAP crean proyecto sustentable de café


Estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla trabajan con la comunidad de Cuetzalan en un proyecto sustentable denominado Biocombustible sólido: Briquetas de residuos de café. Su objetivo es contaminar menos al mismo tiempo de cuidar los recursos naturales.

Ricardo Sarmiento de la Torre, líder del proyecto, junto con Oscar González Loera, Salvador Jiménez Avelino, Iván López Núñez y Alexis Gómez, estudiantes de la carrera de Ingeniería en Ciencias Renovables, asesorados por Laura Alicia Paniagua, profesora e investigadora, emprendieron esta idea después de ver la situación de la producción de café.

En entrevista, Alexis Gómez explicó que las comunidades de este sector viven una fuerte problemática por la falta de estrategias de manejo de residuos y bajo nivel tecnológico, donde el resultado son los altos niveles de contaminación, bajo rendimiento en los cultivos y condiciones de vida desfavorables.

El contexto
El estado de Puebla, tiene una producción de café bastante amplia, pero uno de los retos a enfrentar es precisamente los residuos generados durante la producción, enfatizó la estudiante en el marco de la International Student Energy Summit 2017.

Actualmente, estos no se utilizan y crean problemas por la contaminación, además que los rendimientos de los cultivos son muy bajos. De cada tonelada se logran recuperar únicamente 250 kilogramos de café vendibles. De tal forma que el equipo busca ayudar a los productores e incrementar sus actividades económicas.

Así, los jóvenes consideraron que el uso de residuos de café como combustible sólido, representa una oportunidad de abastecimiento energético para los productores de regiones marginadas, además de ser una estrategia de manejo de residuos e incluso una oportunidad de negocios.

Fue así que el equipo estudiantil concibió las briquetas. Se trata de comprimidos de biomasa creados de todos los desperdicios generados durante el despulpado de la cereza del café.
Después de una investigación, los jóvenes emprendedores descubrieron que el pericarpio y endocarpio de la fruta del café tiene un poder calorífico alto y una combustión lenta, una característica con propiedades de biocombustible.

“Queremos encontrar la forma de que los productores puedan vender, ya sea únicamente la cascarilla y nosotros encargarnos de generar las briquetas, o bien que ellos las utilicen como biocombustible en vez del carbón, y con esto también disminuir la deforestación”.

Las mujeres en la sustentabilidad
Al empezar nuestra investigación, expresó Alexis, nos dimos cuenta que las más interesadas son las mujeres, porque ellas son quienes recolectan la madera y muchas veces caminan grandes distancias para obtenerla.

De hecho, el papel de las mujeres en este proyecto es decisivo. Al platicar con los productores sobre el uso de las briquetas para sustituir el uso de la leña, fueron ellas quienes mostraron mayor interés. Creemos que el éxito de este propósito sería gracias a ellas.

Además, las mujeres son las más involucradas en el cuidado del hogar y no solamente en esta área, sino también han abarcado el sector económico. De hecho, “creo que las mujeres han tomado mucha participación en el cuidado de la naturaleza, algo que ha resultado muy importante”, concluyó la alumna de la BUAP.

Cerveza artesanal: universitaria gana primer lugar

En el Congreso Internacional sobre Innovación y Tendencias en Procesamientos, la estudiante de la FES Cuautitlán, Miriam Ríos Reséndiz, obtuvo el primer lugar a nivel licenciatura por su trabajo de investigación en torno al aprovechamiento de levaduras de frutos en la elaboración de cerveza artesanal.

A través de su trabajo “Aprovechamiento de levaduras enológicas nativas no saccharomyces para uso como agentes fermentativos en la elaboración de cerveza artesanal” Ríos Reséndiz aisló y purificó el orujo de uva de las regiones de Querétaro y Baja California para elaborar una bebida rica en nutrientes, como carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales y propiedades antioxidantes.

“En la cerveza se usó levadura no saccharomyces a fin de conferirle esas propiedades organolépticas positivas y se inoculó finalmente con saccharomyces para terminar la fermentación, porque las levaduras no saccharomyces solamente se reproducen en presencia de oxígeno, y al alcanzar de cuatro a seis por ciento de alcohol mueren”, acotó.

TCUNAM baila Mambo con éxitos de Pérez Prado

[vc_row][vc_column][vc_gallery interval=”3″ images=”19276,19277,19278″ img_size=”large”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El Taller Coreográfico de la UNAM, bajo la dirección de Ángel Rosas, celebrará la Clausura de su Temporada 97 a ritmo de “Mambo”, ballet creado por Gloria Contreras a éxitos del compositor cubano Dámaso Pérez Prado, con el propósito de subrayar el carácter creativo y unificador del popular baile latinoamericano. Complementarán el programa: “Sinfonía”, “Suite número 1”, “Réquiem para un poeta”, “Moo mu”, “Ofrenda” y “Sueño de amor” a partituras de Igor Stravinsky, Edgar Varèse, Johann Sebastian Bach y Franz Liszt.

Las presentaciones tendrán lugar el viernes 30 de junio, a las 12:30 horas, en el Teatro Arquitecto Carlos Lazo, anexo a la Facultad de Arquitectura (Circuito escolar s/n, C.U.), ENTRADA LIBRE; y domingo 2 de julio, en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000, C.U.), a las 12:30 horas, ($80.00 entrada general, con el 50% de descuento personal a maestros, estudiantes, ex alumnos y trabajadores UNAM; jubilados del ISSSTE, IMSS e INAPAM con credencial vigente).

XV Edición del Festival de Ballet en Nicaragua

Con la participación de 50 delegados extranjeros, la XV Edición del Festival de Ballet en Nicaragua, dedicada a la memoria de la maestra Conny Villegas, impulsora del ballet clásico, se desarrollará durante esta semana en diferentes regiones de ese país, como León, Matagalpa y Jinotega.

Los bailarines Valeria Alavez y Jorge Vega, acompañados de Angel Rosas, actual Director Artístico, viajaron en representación de la compañía para participar en una Gala Internacional de Ballet que se llevará a cabo en el Teatro Nacional Rubén Darío. Las piezas que ofrecerán al público nicaragüense corresponden a los pas de deux de “El lago de los cisnes”, “Fugacidad” y “Balada mexicana” de Gloria Contreras a partituras de Piotr Ilich Tchaikovsky, Frédéric Chopin y Manuel M. Ponce.

Clausura Temporada 97

Las funciones darán inicio con “Sinfonía”, un ejercicio matemático que hace gala del ritmo y la contundencia de los cuerpos. Fue concebida por Gloria Contreras con el propósito de resaltar la fortaleza y la importancia de la mujer contemporánea, a partir de una selección de la Sinfonía en tres movimientos de Igor Stravinsky (1882-1971).

Enseguida se llevará a escena la reposición de “Moo mu” de la coreógrafa Margarita Contreras, a la partitura Hiperprisma del compositor francés Edgar Varèse (1883-1965). Descrita por su propia creadora como una danza marcial, en esta pieza se destacan las vigorosas formas de los bailarines varones que la interpretan. El tejido coreográfico da lugar a experimentos con las fuertes masas visuales, en una exhibición de atletismo y capacidades acrobáticas que son desempeñadas por cada uno de sus ejecutantes.

Posteriormente se bailará “Ofrenda”, ballet de corte abstracto que se comunica con el espectador a través de la emotividad, determinada por las cuatro breves partituras de Johann Sebastian Bach (1685-1750) que Gloria Contreras reunió en él. El diseño de los movimientos, el vestuario y las luces fueron elaborados en sintonía con la intensidad y el arrojo que la música manifiesta.

Integrada por cuatro pequeñas danzas: clásica, napolitana, rusa y española, se presentará a continuación la “Suite número 1”. En ella se muestran rasgos característicos de las manifestaciones culturales y artísticas de cada región. La partitura corresponde a la Suite para pequeña orquesta, número 1 de Stravinsky.

Las acciones continuarán con “Réquiem para un poeta” creado por Gloria Contreras en memoria del escritor mexicano Carlos Pellicer (1897-1977). La coreografía, montada al Réquiem canticus de Igor Stravinsky , es abstracta y sobria, una reflexión en torno a la vida y la muerte. Su claridad surge de la sucesión suave casi ritual de episodios creados a partir de posiciones que semejan estatuas de culto. Inicia y concluye con una grabación de los Sonetos postreros, en la propia voz de Carlos Pellicer, quien se convierte de esta manera en un protagonista invisible dentro de la obra.

Un refinado pas de deux de estilo neoclásico se exhibirá como antesala de la conclusión, se trata de “Sueño de amor”, inspirado en la partitura homónima del compositor húngaro Franz Liszt (1811-1886).

El programa de Clausura finalizará a ritmo “Mambo”, ballet integrado por éxitos del compositor cubano Dámaso Pérez Prado (1916-1989), como: Qué rico mambo, Mambo número 5, Mambo número 8 y Mambo universitario. Gloria Contreras retomó el trabajo de los hombros, la expresividad de las manos y los movimientos giratorios de las caderas, elementos característicos del popular baile, para fusionarlos con un estilo balletístico, consiguiendo un dibujo plástico con elementos de acrobacia y vistosas cargadas.

La coreógrafa examinó y verificó todos los elementos del espectáculo, desde la elección de la música hasta el vestuario, creado por Gabriel Rizo. Los artistas que interpretan números solos, usan pantalones blancos y camisas multicolores de satín con un descuidado nudo en el pecho. Para el final del ballet todos visten de color blanco, como símbolo de alegría, fiesta y esperanza.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Alfredo Saldívar: Nuestro primer objetivo es que Pumas regrese a la Liguilla

[vc_row][vc_column][vc_gallery interval=”3″ images=”19272,19270″ img_size=”large”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]“Necesitamos resultados inmediatos, la gente no merece que el equipo esté fuera de Liguilla. Este torneo es una nueva aventura. Sabemos que estamos en deuda con la afición y debemos revertir esa situación. Pumas debe regresar a una Liguilla, basándonos en eso podemos pelear por el campeonato, pero nuestro primer objetivo es clasificar a la Liguilla”, aseguró este miércoles en Ciudad Universitaria el portero del conjunto de la UNAM Alfredo Saldívar.

La preparación en Acapulco y el tiempo que resta para que inicie la liga son factores que aprovechará la escuadra felina para tener buenos resultados rápidamente. “Fue importante el trabajo que hicimos en playa. Ahora que regresamos a la Ciudad de México el equipo ya ve más trabajo táctico y lo que nos va a pedir Paco este torneo. Tenemos el suficiente tiempo para llegar a la jornada uno con un buen ritmo”, explicó el guardameta felino.

Otro de los puntos positivos en esta pretemporada es la gran adaptación de los refuerzos, y de los juveniles que pelearán por un lugar en el equipo de cara al Apertura 2017. “En cuanto a grupo y convivencia no tenemos ningún problema y en ese aspecto no vamos a sufrir. Lo que veo es un buen grupo y un gran ambiente”, destacó Saldívar.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

“Itinerancia por la igualdad” en el CCU

Según diversas fundaciones norteamericanas, hasta 2015 más del 16 por ciento de las universitarias estadunidenses fueron agredidas sexualmente dentro de las instalaciones de sus casas de estudio, mientras que el 88 por ciento de los casos ni siquiera fueron denunciados por diversas razones.Aún más alarmante es que sólo una mínima parte de los casos fueron reconocidos y llevados a investigación, dejando así un gran hueco de impunidad que oscurece la imagen de las universidades como recintos del conocimiento, el respeto y la igualdad.

El documental The hunting ground (EEU, 2015), dirigido por Kirby Dick, que se proyectó en la inauguración del Ciclo de Cine Itinerancia por la Igualdad, hace una investigación sobre este fenómeno que, a pesar de ser cada vez más frecuente, permanece oculto para la mayoría de la población estadunidense.

En el video se presentan diversos testimonios de mujeres y hombres que denuncian la existencia de estos actos de agresión sexual y ponen en evidencia la complicidad de las mismas instituciones, que por defender sus propios intereses ocultan y protegen a los responsables, entre los que se encuentran hijos de egresados que hacen fuertes donaciones, integrantes de poderosas fraternidades estudiantiles y jugadores de alto rendimiento que generan grandes ganancias para los funcionarios universitarios.

También se siguen los pasos de Andrea Pino y Annie Clark, estudiantes de la Universidad del Norte de Carolina, que a pesar de las críticas, las amenazas de muerte y lastrabas burocráticas, dejaron de ser víctimas para volverse sobrevivientes y activistas. Ambas recorrieron varios estados del país vecino con la finalidad de que otras mujeres afectadas exigieran que sus casos fueran tratados por las autoridades universitarias, logrando con esto que la atención pública y gubernamental tomara cartas en el asunto, por lo que hoy más de 70 universidades norteamericanas son investigadas.

Tras la proyección se realizó un diálogo con el público en el que participaron Katya Vera Morales, directora general de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM), la actriz Ximena Ayala y  Rubén Hernández, jefe de Cambio Cultural de la Secretaría de Igualdad del Centro de Investigación Estudios de Género (CIEG).

Durante la charla se reconoció que la proyección del documental permite reflexionar sobre la condición de la UNAM ya que, a pesar de ser ejemplo para otras universidades del país en materia de igualdad  de género, las agresiones contra mujeres son un problema real que tienen en común.

Rubén Hernández comentó que a pesar de que la violencia es un problema estructural que no se puede erradicar fácilmente, sí se puede resistir a ella y buscar un cambio que comienza con su reconocimiento y análisis.

Se dijo que una de las limitantes más importantes para erradicar la violencia de género es la desinformación, tanto para reconocer agresiones sexuales como de los protocolos ya activos en distintas instituciones, por lo que son necesarias más campañas y espacios de reflexión donde se traten estos temas.

Hernández también señaló que uno de los problemas de las universidades es el de no reconocer al  género como parte constitutiva de la vida de toda la comunidad universitaria, la cual va más allá de los espacios físicos bajo su jurisdicción.

Continúa el ciclo en julio y agosto

El ciclo continuará el 27 de julio, a las 17 horas, en la Sala Carlos Monsiváis, con la proyección del documental Batallas Íntimas (Lucía Gajá, México, 2016), donde se aborda el tema de la violencia doméstica contra la mujer en distintas partes del mundo. Al finalizar la función se llevará a cabo una conversación con Lucía Gajá, e invitadas especiales del CIEG y CONAVIM.

El  17 de agosto, a las 17 horas, en la misma sala se presentará la película Las elegidas (México, 2015), de David Pablos, una cinta que aborda el tema de la trata de blancas a través de la relación de Ulises y Sofía, dos adolescentes enamorados que caen en las manos de Marcos, el padre de Ulises, quien obliga a su hijo a seducir a chicas jóvenes para obligarlas a prostituirse. Después de la función habrá una mesa de debate con David Pablos e invitados especiales.

Este ciclo es organizado por la Cátedra Ingmar Bergman junto con el CONAVIM, cuya principal actividad es la de promover entre la sociedad una cultura de respeto a los derechos humanos de las mujeres y la erradicación de la violencia de género.

La entrada de todas las proyecciones es gratuita. Para más información sobre el ciclo, consultar cartelera en: www.catedrabergman.unam.mx.