Se vale tener miedo

Si algo bueno nos enseñan las desgracias, es que no estamos solos, que las manos que ayudan son muchas más que las que buscan lastimarnos. Los universitarios de nuestro país han sabido honrar el ejemplo de sus padre que, en el temblor del 85, hicimos nuestra  la Ciudad de México dimos una enorme lección de solidaridad en un momento de gran tragedia. Aquella veces los muertos fueron muchos miles. De ahí, de esos escombros y tanto dolor, nació un movimiento ciudadano que mucho le dio al país.

Ahora algo muy similar comienza a ocurrir.  Al abrir sus puertas, la comunidad de la UNAM sigue volcada en las tareas de ayuda. Ingenieros, arquitectos, médicos, oftalmólogos, veterinarios, sicólogos, artistas todos tenemos algo que aportar. Hasta los profesionales de esa pobrisima expresión de democracias que son las asambleas. Si algo demostró el regreso a las actividades en la Universidad es que juntos podemos ayudar más.

Y como en el resto de los grandes asuntos de la vida, todo comienza por el principio, por saber serenarnos. Saber reconocer nuestras emociones. Pro supuesto que es entendible la ansiedad de muchos. Claro que se vale  tener miedo. (Por eso ilustramos este texto con la gran animación del canal de  nuestros hermanos del Poli). Y aunque para la gran mayoría el campus es un lugar más seguro que nuestras propias casas, también se vale respirar profundo, vivir el duelo, seguir dándolo todo en las brigadas y centros de acopio.  De clases a las brigadas. Los Millennials nos están dando a todos una gran lección. La primera.

Los albergues del sismo, espacios de ciudadanía solidaria

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Cada día, la señora Elsa se levanta a las cuatro de la mañana a preparar tamales chiapanecos y venderlos en Naucalpan, “sólo así rinde el día”, suele decir. Este viernes hizo lo mismo, sólo que ahora en vez de recorrer la colonia llenó una cubeta con su mercancía, pidió a su nieto de ocho años que la acompañara al metro y viajaron la estación de metro Doctores con intención de regalar algo de comida a quienes trabajaban en la remoción de aquellos escombros que hasta hace poco eran la fábrica de textiles enclavada en las calles Chimalpopoca y Bolívar.

Al llegar al sitio no encuentra a los jóvenes brigadistas que esperaban ver ni a gente moviendo trozos de loza, sino una zona acordonada y a una muralla de policías y soldados que, desde sus uniformes, niegan la entrada a vecinos, a los familiares de las 200 costureras atrapadas bajo el concreto, a los voluntarios que llegan con guantes de asbesto y cubrebocas y a mujeres como Elsa, que sólo quieren regalar un poco de su trabajo con los rescatistas.

“Pásenos esa cubeta y ahorita la repartimos entre los compañeros”, le dice un hombre vestido de civil, pero con un chaleco donde se lee Marina en las espaldas. Elsa desconfía de ese hombre y su mueca que quiere parecer sonrisa y en vez de hacerle caso, comienza a preguntar a quienes se agrupan detrás del retén “¿cómo hago llegar esto a quienes sí lo necesitan?”.

Alguien la escucha y le explica que a unas cuantas cuadras está el albergue Diagonal 20 de Noviembre, que da refugio a las familias afectadas de la colonia Obrera y la Doctores. “Yo la llevo”, propone un voluntario de Médicos sin Fronteras y le ayuda a cargar esa gran cubeta verde que a la cocinera le empieza a pesar. Así la abuela, el niño y el hombre caminan por la calle Lucas Alamán.

En el camino, Elsa platica que la vida le ha enseñado que para ayudar hay que levantarse temprano, como hizo hace 32 años, poco antes del sismo del 85, el cual la agarró ya en la calle mientras vendía tamales. Madrugar le permitió no sólo estar a salvo, sino recorrer su barrio para ver si toda su familia estaba bien. “Hoy desperté antes de las cuatro, me metí a la cocina y de inmediato me vine acá. Sólo así hacemos al día rendir

El centro del que le platicaron se encuentra frente al Teatro San Millán de Loyola, del Sindicato Único de Trabajadores del GDF. “Creo que alguna vez vi una obra aquí, no sé cuál, pero sí que no me gustó”.

Justo al cruzar la calle, del otro lado de la Diagonal 20 de Noviembre se ve el albergue, en lo que antes se llamaba Parque El Salado, un espacio cedido por la delegación Cuauhtémoc, el cual antes era un patio recreativo con árboles de poco follaje y menos sombra, un par de balancines, dos sube y baja y una resbaladilla que ahora sirven como postes de anclaje para montar lonas y tiendas de campaña.

Y pese a esta apariencia nómada, el sitio intenta parecerse a un hogar, como constata la señora Elsa al llegar con su cubeta de tamales y recibir por respuesta un “póngalos ahí, sobre la mesa”, es decir, en un comedor flanqueado por una decena de sillas plegables.

La encargada del albergue es la enfermera Ivonne Luvinoff, quien explica que es necesario mantener esa sensación de hospitalidad porque a diario reciben a un promedio de 30 familias “y en breve se nos unirán más, porque hay 100 edificios por desalojarse. Ya cayeron 25 y 65 están a punto del derrumbe. Los niños no dejan de hacer preguntas. No acaban de entender qué está pasando”.

Pese a que es mediodía, hay pocos damnificados en el sitio; la mayoría abandona el lugar en cuanto amanece para ir a vigilar sus departamentos y pertenencias, y regresan al caer la noche, pues en la Obrera y la Doctores los saqueos han estado a la orden del día. “No cabe duda de que un desastre saca lo mejor y lo peor de nosotros como sociedad”, dice Ivonne.

De alguna manera, el refugio de Diagonal 20 de Noviembre se ha convertido en un ejemplo de cómo lidiar con los opuestos y de dar apoyo con muy escasos recursos. “Nos hace falta medicamentos pediátricos, de adultos, para diabéticos y para un paciente con cáncer; debemos hacer maravillas con lo poco que tenemos. Al menos por ahora disponemos de insulina rápida y lenta”.

De pronto, la coordinadora deja de platicar con los recién llegados para atender a una damnificada con una crisis de hipertensión y comienza a llamar desde su celular. “¡Consigan a un médico!”. Como no hay ninguno e Ivonne debe improvisar. No muy lejos se ubica una Farmacia del Ahorro con consultorio y mandan a traer al doctor en turno, el cual llega a los pocos minutos en una motocicleta de reparto.

“También nos faltan médicos generales”, comenta la coordinadora al regresar de atender la emergencia. “Recibimos mucha ayuda, pero nuestras carencias son aún mayores. No podemos valernos sólo con aspirinas, hacen falta baumanómetros, estetoscopios y glucómetros”.

De repente Ivonne hace un alto en la charla para decir “¡hoy cumplo años!”, antes de que un grupo de personas, entre voluntarios y personas en situación de refugio la rodeen y la lleven al comedor improvisado. “Vengan, vamos a repartir sus tamales”.

Una vez cerrado ese pequeño paréntesis de festejo, la realidad se impone cuando le informan a la enfermera que probablemente esa noche llegarán más familias, pues acaban de desalojar otro inmueble. “¿Saben?, de regalo de cumpleaños me gustaría fumar un cigarro y quizá descansar un poco. Como mantenemos nuestras puertas abiertas las 24 horas y la noche esto se llena de actividad y gente, ayer me fui a dormir ya de madrugada”.

Después del almuerzo y de despedirse, la abuela, el hombre y el nieto se despiden y comienzan su camino de vuelta por la calle Lucas Alamán rumbo a la estación de metro Doctores. Tras pensarlo un poco la señora Elsa rompe el silencio para aseverar: “Creo que despertarse temprano no es la única forma; para esa mujer dormirse muy tarde es otra forma de hacer rendir el día”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid grid_id=”vc_gid:1506389976483-0e6b28c0-b8ea-2″ include=”24850,24825,24849,24742,24844,24848,24838,24851,24839,24840,24841,24842,24847,24843,24835,24763,24485,24454,24111,24112,24852″][/vc_column][/vc_row]

Los jóvenes toman las calles

Minutos después del temblor, después de calmar los nervios y decidir caminar a casa, fui testigo, como muchos, de la labor de los jóvenes en las calles, esa nueva generación identificada como millennials. Unos organizaban a los automóviles por la falta de semáforos, otros ofrecieron sus vehículos como si se trataran de unidades de transporte público. Un número considerable estaba ya en zonas de desastre con un simple teléfono celular para ayudar en lo que se pudiera.

A los millennials se les ha calificado como individualistas, narcisistas, poco comprometidos y participativos, siempre ensimismados en su celular y redes sociales pero, “esos jóvenes son los que de manera natural y en explosión de su propia energía se pusieron a trabajar y ayudar sin pedir nada a cambio, son energías sociales con las que cuenta México y han sido una gran fuerza en la emergencia ya que ayuda en todos sentidos”, aseguró Alejandro Peña García, doctor en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Sin embargo, es importante no generalizar a los millennials, se trata de una generación en la que la cultura del esfuerzo se ha visto disminuida y eso influye en la percepción que tenemos de los jóvenes, “ya no se esfuerzan como las generaciones pasadas y muestran desinterés por las problemáticas sociales, esta generación le cuesta trabajo ubicar su lugar en la sociedad, la juventud es una muestra poblacional muy grande, puede haber una sensación de no pertenencia, pero ante un evento catastrófico se conectaron a la realidad, se desconectaron de sus móviles para ayudar”, destacó Concepción Zamora Juárez, maestra en psicología de la UNAM.

Los jóvenes no son apáticos, coincidió el sociólogo Peña García, “se dice que los chicos nunca leen, no hacen la tarea, llegan tarde, pero siempre han sido así. Esas características son parte de las llamadas rupturas generacionales, esas actitudes de desinterés son más para identificar a su generación”.

Usando los recursos que los caracterizan como generación, se empezaron a organizar a través de las redes sociales y poco a poco se fueran sumando esfuerzos, “son habitantes naturales de estos medios: video, links, fotografías, redes y otra vez estuvieron varios pasos adelante de las reacciones que tomaron las instituciones y autoridades gubernamentales”.

Peña García señaló que cuando nos enfrentamos a catástrofes tan grandes, a cada individuo se le presenta un dilema de qué hacer ante una situación, y los que responden son los jóvenes porque tienen la fuerza y el ímpetu para hacerlo, han sido –organizados o en masa— los que han impulsado cambios de todo tipo. Los jóvenes eran los que pasaban días y noches ayudando, comprometidos, ponían su cuerpo y corazón en las calles.

Zamora Juárez afirmó que los jóvenes son en sí una fuerza motora por toda la energía con la cuentan y su creatividad, “parece que no se les toma tanto en cuenta en lo individual, sienten que no destacan pero en lo colectivo muestran sus capacidades”.

La comunidad universitaria reaccionó muy bien ante el siniestro, “eso se perfila como una victoria de nuestras fuerzas y un llamado de atención para atender a los jóvenes, darles canales de participación, son una gran fortaleza de nuestra sociedad”, acotó Peña García.

Los jóvenes se darán cuenta que así como han tomado las calles, el pico, llevado víveres y demás tiene sus efectos, “son pequeños cambios y esas experiencias los ayudarán a madurar otro tipo de formas de participación”, resaltó Peña García.

Deseo abrumador por ayudar

[vc_row][vc_column][vc_video link=”https://youtu.be/8quEbAAtKOA”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El sentimiento de ayudar en un siniestro como el del pasado 19 de septiembre es diferente, porque al mismo tiempo que te sientes feliz de participar en algo positivo es muy feo ver esta desgracia, dijo Iris Alejandra Guerrero Tamayo, egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Para ayudar la joven se reunió con otros amigos y juntaron material de construcción como son seguetas, guantes, picos, martillos y cascos, para luego acudir al Estadio Olímpico Universitario y entregarlos en el centro de acopio.

“Primero nos tocó estar en una brigada de acomodamiento de medicinas y otros artículos, y después participamos en cadenas humanas para transportar todos los víveres y repartiendo comida, agua entre los que estábamos trabajando”, relató la universitaria.

También nos canalizaron a las calles de Bolívar y Chimalpopoca donde hubo un derrumbe para ayudar en lo que pudiéramos. Tres de mis compañeros estuvieron picando piedra, y en el lugar afortunadamente, se pudo rescatar a una persona viva, además se recuperaron dos cuerpos.

Creo que la respuesta de ayuda ha sido abrumadora, pero no en un sentido malo, sino que de verdad ha habido mucha ayuda de tantos compañeros, no sólo de la UNAM sino también de otras instituciones educativas.

De hecho, todos mis compañeros se han movilizado para ir a Xochimilco, Morelos, Jojutla y cada uno ha puesto su granito de ayuda. De verdad se han organizado muy bien, resaltó orgullosa.

“Como jóvenes creo que tenemos mucho ímpetu de ayudar en cualquier lado y podemos alborotar aunque también hemos sabido guardar la compostura”. Además, destacó la entrevistada, me ha sorprendido que tanto jóvenes, no tan jóvenes, niños y mujeres han participado también picando piedra.

Incluso la gente encargada de las labores de rescate nos comentaron que es muy bueno estar unidos, porque hay mucha gente con necesidad de ayuda.

No obstante, creo que todavía se requieren muchas personas, médicos, rescatistas, brigadistas certificados que tengan manejo de ese tipo de situaciones, como son enfermeras y arquitectos, son las que más hacen falta, concluyó Iris Guerrero.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid grid_id=”vc_gid:1506385487240-a72d61fc-7949-1″ include=”24823,24824,24825″][/vc_column][/vc_row]

Los cinco puntos básicos para brindar ayuda psicológica

La estabilidad emocional del psicólogo es fundamental para apoyar situaciones de crisis, así lo afirma Francisco Martínez León, Jefe del Programa Call Center UNAM.

Ante esto, señala cincos puntos básicos a considerar para aquellos voluntarios que brindarán atención psicológica en brigadas.

  1. La persona que brindará apoyo psicológico debe de tener estabilidad emocional, conocer sus propias debilidades y fortalezas como prestadores de un servicio en salud mental, conocer y reconocer su reacción ante crisis.
  2. Tener conocimiento de qué personas va a ayudar y el papel que se tomará dentro de una brigada.
  3. Salvaguardar la vida.
  4. La atención que se brindará es de primer instancia, para que las personas puedan volver a su vida cotidiana lo más pronto posible.
  5. Los psicólogos y/o profesionales en salud mental deberán acudir a terapia después de haber brindado está atención.

Teléfono de atención:

56 22 22 88

Pumathon Universitario 2017

La física, aliada de la medicina

Aunque hasta hace algunos años parecía que se trataba de campos alejados y con poca relación, al unir fuerzas la Física y la Medicina pueden lograr cosas valiosas y justo eso es lo que se intenta potenciar en la UNAM con el posgrado en Física Médica, expuso la profesora María Ester Brandan, investigadora del Instituto de Física de la UNAM, al impartir la charla La radiación al servicio de la vida.

“Y es que desde siempre nuestra disciplina ha tenido que ver con la clínica, pues cuando alguien se toma la temperatura con un termómetro aprovecha la dilatación del mercurio, y algo parecido pasa con los instrumentos para medirse la presión”, explicó.

Al respecto, la académica relató que parte de este esfuerzo se remonta al año 1992, cuando escribió el libro La radiación al servicio de la vida, en coautoría con el médico Rodolfo Díaz Perches y la bióloga Patricia Ostrosky, lo que les demostró cómo la complementariedad de saberes ayuda a abrir horizontes.

“Se trata de un ejemplar publicado por el FCE dentro de la colección La Ciencia para Todos, el cual hicimos de una manera un tanto egoísta pues lo escribimos para nosotros, pues vimos que nos iba a ser bastante útil. A Patricia le serviría para complementar sus estudios de genética, mientras Rodolfo aprovechaba esto a fin de explicar qué ocurre en un tratamiento de radioterapia y cómo la radiación podía salvar la vida de sus pacientes”.

Para la ganadora del Premio Universidad 2013, el tema abordado en dicha obra está por recobrar vigencia a partir del 7 de noviembre, “pues en esa fecha se conmemorarán los 150 años del nacimiento de Marie Curie. Entones, de aquí a noviembre escucharemos mucho sobre esto, lo cual está bien, pues se retomará parte de lo que intentábamos explicar, como qué es una radiografía, en qué consiste la medicina nuclear o cuál es el objetivo de la radioterapia”.

Una ciencia dura con vocación social

Desde su aparición, el libro La radiación al servicio de la vida se convirtió en un texto de consulta obligado no sólo para expertos, sino para estudiantes y público en general, y también, de una forma no planeada, se convirtió en la semilla de lo que sería el posgrado en Física Médica, pues afianzó los vínculos entre personas de formaciones diferentes como Brandan, Díaz y Ostrosky.

“La maestría en Física Medica de la UNAM surgió justo de esta sinergia, pues hasta el día de su muerte, Rodolfo dio el curso de Radiobiología y llevaba a los estudiantes al hospital a ver las radioterapias, mientras que Patricia daba las clases de la parte biológica y Díaz la clínica. Yo era la encargada —hasta hace unas semanas— de coordinar el programa”, apuntó.

Para la universitaria no cabe duda que lo que en su momento fue un experimento hoy es un éxito, “pues estamos ante un programa que al principio respondía a la necesidad de los hospitales mexicanos de entender cómo la física incidía en las aplicaciones de salud. No obstante, la medicina moderna se ha vuelto compleja al grado de que hoy esa área requiere profesionales que entiendan a cabalidad qué hay detrás de los nuevos instrumentales y propongan usos que vayan más allá de lo que señalan los manuales de estas herramientas”.

Todo el equipo médico moderno que use radiación, ultrasonido, resonancia magnética o calor para obtener imágenes de diagnóstico o tratamientos precisa de alguien versado en física y que, al mismo tiempo, sea un especialista; a eso se enfoca nuestro plan de estudios.

En la actualidad, este programa tiene 130 graduados, de los cuales el 17 ya son doctorados y 31 que hacen investigación.

“En este plan tomamos a una persona que responda al sustantivo de físico y le agregamos el adjetivo de médico, aunque esto no es para todos, pues en la carrera hay personas a las que les gusta la Teoría de Cuerdas, pero hay otras que al terminarla creen que esta última es demasiada esotérica como para dedicarle toda la vida y buscan hacer algo con un toque mucho más social y para eso desarrollamos este plan, pues ¿qué más social hay que salvar una vida?”.

De cuando la tierra ruge y el ímpetu de levantarse no cede

[vc_row][vc_column][vc_column_text] Nací en 1985, al que llamábamos: el año del temblor, exactamente 15 días antes de la catástrofe. Crecí con las historias, con las anécdotas puntuales (el zapato de mi tío Tilín, la evacuación de mis abuelos en Copilco, el teléfono de la tortería de mi abuela que siguió conectado y ella prestó a los vecinos), también las noticias trascendentales: la de Rockdrigo, la de los niños del Hospital Juárez, la narración de Zabludovsky. Desde que tengo memoria nos hemos preparado. Evacuamos, tenemos alertas. La vida cambió ese 19 de septiembre.

2017, el nuevo año del temblor. De entre 365 posibilidades, de nuevo un 19 de septiembre. Dos horas y catorce minutos antes, en varios puntos de la ciudad realizamos un simulacro. Adiós al grandísimo mito de “en Ciudad Universitaria no se sienten los temblores”, ese día casi cae la torre de Rectoría, en la Facultad de Arquitectura vimos los edificios moverse y crujir como ningún arquitecto lo pensó alguna vez.

De inmediato comenzaron las especulaciones, la información de redes sociales: se cayeron varios edificios, el pánico. La odisea: volver a casa. Nos fuimos juntos para acompañarnos, no acabábamos de digerir lo sucedido. En Coyoacán resultó imposible avanzar, así que caminé. Me sentí en película posapocalíptica. La gente seguía en las calles, asustada, las vialidades eran caóticas, no había luz en muchos sitios. Al llegar a casa, lo inminente: abrazar a los seres queridos. Tengo un hijo de tres años que ha sido valiente, se ha comportado bien, su mayor preocupación es una compañerita, cuya casa quedó sumamente dañada.

Mi familia vive en Cuernavaca. Desde un inicio supimos por mensajes que estaban bien. También mi hermano en Cholula, pero muchísima gente se preocupó por mis padres y mi abuela. Mi papá trabaja en Oaxtepec, a 50 km del epicentro del temblor. Sus palabras: “Tú sabes que yo no me asusto con los temblores, ni siquiera en el 85, pero ahora fue distinto. La tierra rugía, todo se zarandeaba y vibraba, pero eso no era nada comparado con el sonido que emiten las entrañas de la tierra, es como oírla clamar, gruñir”.

La tarde del martes nos quedamos en casa sin luz, sin noticias, sin internet, sin batería en los celulares. A las 11 de la noche, cuando volvió la electricidad, no podíamos con el asombro. No dormimos, sólo oíamos las ambulancias, queríamos ir a ayudar.

A las siete de la mañana del 20 de septiembre salí en mi bici a recorrer la colonia. Ofrecí mi ayuda por todos lados. Se derrumbó un edificio a cinco calles de mi casa, pero ahí no fui útil. Fui a otro gran derrumbe, tres calles después. Me pidieron guantes y cascos, necesitaban personas para separar medicina. Fui al albergue en la delegación Benito Juárez, estaban cubiertos, pero necesitaban pañales y material de higiene para quienes estaban ahí.

Apenas amanecía y ya había voluntarios por todos lados, gente que igual que yo se ofertaba para lo que fuera necesario. En el súper me sacó de onda ver a personas haciendo su despensa. No los juzgo, para mí era inminente apoyar de algún modo, cada quien tiene sus motivos.

Volví al derrumbe de Zapata y Petén, ahora con mi hermana. Nos encontramos a una vecina. Separamos comida, agua, jugos, todo tipo de comida que gente voluntaria entregaba desinteresadamente. Apareció otro amigo. Mi hermana y yo fuimos a otro derrumbe, el de Tlalpan. Estaban cubiertos, necesitaban herramienta.

No soy un influencer en redes sociales, pero todo lo mandaba, igual alguien lo leía y podía ayudar. Regresé a casa al cambio de turno, me quedé a cuidar a mi hijo y su papá salió a ver dónde podía ser de utilidad. Todo el tiempo ofrecí mi casa como refugio. Más tarde mi hermana me confesó que se sentía frustrada: “Es que no estamos ayudando tanto”. Le respondí que obviamente no íbamos a sacar cuerpos o gente, estábamos haciendo lo que podíamos hacer.

Lo repetimos desde la mañana del miércoles. Ahora nos tocó repartir comida, pues era importante que no se echara a perder. En el centro de acopio olvidamos la furia feminista cuando nos dijeron: ustedes son mujeres y son mejores para marcar. Marcamos. Hicimos despensa. Las cargamos hacia los camiones.

Por la tarde, me fui a un albergue en Coapa donde me habían dicho que podríamos leerles a los niños. Al final, no fue posible pues nos aclararon que seguían en estado de shock y se estaba evaluando el tipo de terapia que se les iba a dar, quizá el fin de semana se podrá. Ir a Coapa fue otra bofetada de realidad. Los escombros, los edificios cuarteados, elementos del Ejército por todos lados.

Mis amigos han estado en los edificios colapsados ayudando; mis primos han estado repartiendo ayuda, poniendo sus coches para transportar gente y víveres; mis primos y amigos de Morelos no han parado de recorrer los poblados afectados, también llevando la ayuda y dando lo mejor, algunos como arquitectos, como médicos, como psicólogos. Algunos otros me preguntan cómo ayudar, me piden noticias, mandan buenas vibras. No hemos parado.

Un día, mientras volvía de uno de los derrumbes, me tocó ver en un estacionamiento escombros. Había, entre pedazos de trabes de concreto y alambres, ropa de niños que alguna vez habitaron entre esos muros que ya no existían. Mi corazón se partió y llegué a casa a pedirle a mi hijo Gabriel que seleccionara algunos juguetes para donar. A ratos, aún debo sentarme y llorar un poco. Decir una oración.

Este texto no pretende ser nada, ni un reporte, ni presunción, ni una crónica. Simplemente es una narración catártica que prueba lo que todos hemos hecho: tratar de levantarnos. Esto va a tomar mucho tiempo, grandes esfuerzos. No debemos parar.

Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

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Alumno de Ingeniería participa en brigadas de ayuda en Ciudad de México y Morelos

“Al llegar a Hueyapan, en el estado de Morelos, nos encontramos con una alcaldía municipal destruida, trozos de cemento caídos por todas partes, y toda la estructura de su plaza a punto de demolerse”, así lo dijo Alejandro Crespo, estudiante de Ingeniería y voluntario en las brigadas para atender el siniestro.

Asistimos al lugar el pasado 21 de septiembre para ayudar lo más que pudiéramos, así entregamos alrededor de 200 despensas a familias afectadas, botellas de agua, medicamentos, e incluso asistencia médica brindada por estudiantes.

Apuntó que a pesar de la asistencia ofrecida, aún se necesita más apoyo, por eso, hizo un llamado a la población para auxiliar a las comunidades que se encuentran muy dañadas.

Es el caso de Jojutla, Tlatempa, Altavista, Jiutepec, Cuautla, Lagunilla, Axochiapan, Hueyapan, Coatetelco, Tetecala, Tlaquiltenango, Yecapixtla, Yautepec, Tepoztlán, Quebrantadero, Tepalcingo, Miacatlán, Jonacatepec, Xochitepec, Tlayacapan, Zacualpan, Jantetelco, Tetela, entre algunas otras, dijo el joven que también es creador de una pequeña empresa especializada en cargadores solares de dispositivos móviles.

Durante alrededor de ocho horas estuvimos en Morelos, y desde Cuautla partimos con los víveres hacia Ocuituco donde el municipio llenó las camionetas con despensas y nos dirigimos  a entregarlas hacia Tetela, Hueyapan y otros pueblos cercanos como San Miguel, San Bartolo, que fueron de los más afectados por el sismo. Además, asistimos a Tetela y al centro de Hueyapan.

“Utilizamos herramienta pesada como picos, palas, martillos y otros utensilios para retirar los escombros, una tarea muy difícil porque se trata de material muy pesado”, explicó el estudiante.

Además, en días pasados acudió a Gabriel Mancera y a la fábrica de textiles en la colonia Obrera, para colaborar con las tareas de remoción de escombros. Allí, encontró una gran organización y a jóvenes de distintas carreras universitarias.

 

FES Acatlán envía más de 2 toneladas a damnificados por sismo

La Facultad de Estudios Superiores Acatlán informó a través de su cuenta de Twitter que el centro acopio organizado dentro de sus instalaciones recolectó más de 2 toneladas en víveres, los cuales ya se encuentran en camino con el objetivo de apoyar a las familias damnificadas por los recientes acontecimientos simológicos.

A su vez solicitó continuar con la recolección de insumos, ya que existen comunidades que aún no han recibido el apoyo suficiente.

 

 

 

Librería dañada por sismo anuncia remate de inventario

Luego de que resultara completamente dañada por el sismo de 7.1 grados del pasado 19 de septiembre, la Librería A través del Espejo, ubicada en la calle Álvaro Obregón, en esta ciudad, anunció el remate de su inventario, a fin de poder salvar ejemplares e iniciar su proceso de reconstrucción.

En su sitio oficial en la red social “Facebook” dio a conocer que mantendrá sus precios “post trauma”, con descuentos del 60 por ciento en todos los libros y 10 pesos los que están en el suelo y se van al reciclaje; si alguien quiere llevarse varios se puede acordar un precio y si se trata de donaciones se puede platicar.

El cartel “posteado” especificó que los libros que quedaron en su lugar tienen un 30 por ciento de descuento.

De acuerdo con la librería, ubicada en el 118 A de Álvaro Ogregón, una zona de grandes afectaciones en la colonia Roma, desde las 10:00 horas abrió sus puertas para que en medio de anaqueles derribados, libros tirados y empolvados la gente pueda acercarse y contribuir con ellos.

El servicio se está prestando hasta nuevo aviso, en horarios de 10 de la mañana a ocho de la noche, de lunes a viernes; y de 10 a 19:30, los sábados, y de 11 a 18:00 horas los domingos.

Por obvias razones, explicó, por el momento no cuentan con servicio personalizado o a domicilio. Tampoco disponen de mucho tiempo para preguntas pues tienen mucho trabajo, a fin de recomenzar lo antes posible.

Cancelan Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia

La edición 29 de la Feria Internacional del Libro Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), programada para iniciar sus actividades el próximo día 29, fue cancelada, con excepción de algunas actividades académicas, como la conferencia inaugural de la Cátedra Eduardo Matos Lectures Series, establecida por la Universidad de Harvard.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer que lo anterior se decidió considerando los efectos de los recientes sismos y en concordancia con los pronunciamientos del Gobierno Federal.

Recordó que, sensible a los recientes acontecimientos, que han cobrado la vida de más de 300 personas en diversas zonas del país, la comunidad del INAH se ha enfocado a realizar el diagnóstico y planeación para la posterior intervención de los bienes con valor patrimonial dañados, y a otras labores de acompañamiento de los afectados..

En un comunicado, explicó que entre las actividades académicas que no se cancelarán también figuran: el homenaje al arquitecto Enrique Cervantes Sánchez, y las conferencias magistrales “Los museos y los artistas”, a cargo del destacado artista plástico zacatecano Manuel Felguérez; y “Ramón López Velarde”, que dictará el doctor Veremundo Carrillo Trujillo.

Tampoco cambia en el programa la charla titulada “Incas y mexicas: un estudio comparativo”, entre el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y el destacado historiador y antropólogo peruano Luis Millones.

Del salón a las brigadas

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La Universidad Nacional Autónoma de México reanudó clases el día de hoy, todas las Escuelas y Facultades abrieron sus puertas con un espíritu de empatía y solidaridad con los universitarios y el pueblo mexicano.

Hoy los pasillos, salones y jardines de Ciudad Universitaria se volvieron a llenar de ese espíritu joven que le da vida a la zona, ese espíritu e ímpetu que tomó las calles desde el 19 de septiembre para ayudar en lo que se pudiera.

La UNAM reinicia hoy labores, pero también continúan las brigadas emergentes de alumnos, profesores y egresados, así como los diferentes mecanismos de ayuda que la comunidad universitaria presta en distintos ámbitos, con la convicción de que juntos y reunidos, los universitarios podemos organizarnos mejor para continuar la ayuda a nuestra población. Un ejemplo de esto es Sofía García Chávez, estudia biología en la Facultad de Ciencias, sigue en el Centro de Acopio del Estadio Olímpico y seguirá apoyando en lo pueda.

En relación con la infraestructura, los edificios de la Universidad se encuentran en condiciones de recibir de manera segura a la comunidad universitaria, comisiones locales de seguridad de todas las entidades universitarias llevaron a cabo una revisión preliminar de las instalaciones, misma que fue completada con análisis exhaustivos realizados por académicos expertos en estructuras. Los dictámenes técnicos indicaron que ninguno de nuestros edificios muestra daños estructurales ni riesgo de colapso.

Los universitarios vuelven a clases hoy pero no dejaran de participar con fuerza, entusiasmo e incondicionalmente en las labores de ayuda, de apoyo psicológico; de acciones sociales, médicas y sanitarias; de asistencia jurídica; de formación de cuadrillas revisoras de inmuebles dañados y de actividades culturales en albergues e instalaciones.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid grid_id=”vc_gid:1506363655290-050299d8-b5e7-1″][/vc_column][/vc_row]

Presentarán tesis sobre la medicina en la obra de Gabriel García Márquez

El profesor español Juan Valentín Fernández de la Gala presentará en Medellín su tesis doctoral “Médicos y medicina en la obra de Gabriel García Márquez”, que desentraña todo un universo médico oculto tras la imaginación y la fantasía del premio Nobel colombiano.

La presentación de la tesis doctoral será presentada este viernes 29 de septiembre en el marco del Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, que realiza en la ciudad de Medellín del 28 al 30 de septiembre la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

Fernández es profesor de Historia de la Medicina y la Enfermería en la Universidad de Cádiz y es uno de los más de 80 invitados a este festival, uno de los más importantes sobre periodismo y literatura en la región.

La FNPI presentó algunas de las tesis del investigador español, quien sostiene que los médicos también cuentan historias y subrayó que “superficialmente, la medicina parece algo muy diferente a la literatura, pero en el fondo es también un arte narrativo”.

“Cuando vamos al médico respondemos las preguntas del doctor y conversamos con él de nuestros síntomas, formando así un diálogo que determinará la escritura de lo que conocemos como ‘historias clínicas’. Así que, desde cierto punto de vista, los doctores también se dedican a contar historias”, señaló el historiador español.

Planteó que las humanidades y ciencias son hermanos conectados y agregó en sus tesis que “desde una literatura tan bien hecha como la de García Márquez es posible acercarse a la medicina y tender un puente entre las humanidades y la ciencia. Un buen lector es capaz de extraer información médica de calidad de la obra de Gabo”.

“Un momento médico asombroso en El coronel no tiene quien le escriba sucede cuando el doctor evalúa la diabetes de Don Sabas a través de la detección clásica de cuerpos cetónicos en orina”, reveló el investigador.

Esta reacción es conocida “como la reacción de Lieben, este método analítico consiste en percibir un extraño aroma frutal en el simple calentamiento de la orina, lo cual podría poner en evidencia un exceso de cuerpos cetónicos (…) Así el doctor puede saber si Don Sabas tenía la dosis necesaria de insulina antes de irse para su finca”.

El profesor español sostiene en su tesis doctoral que “para narrar la intoxicación por cianuro en el suicidio de Jeremiah de Saint Amour, personaje de El amor en los tiempos del cólera, Gabo utilizó un manual de toxicología”.

Por ejemplo, escribió que Saint Amour “tenía el cuerpo torcido (dato exacto porque la rigidez es algo propio de este tipo de cadáveres) y que además tenía las pupilas diáfanas, lo cual concuerda con el hecho de que la trasparencia de la córnea en personas que han muerto intoxicadas con cianuro se mantiene por más tiempo que en los cadáveres normales. El olor de las almendras amargas también está justificado: ese es el típico olor del ácido cianhídrico”.

“La descripción y el procedimiento de la autopsia de Santiago Nasar en Crónica de una muerte anunciada me parecen brillante. Investigando sobre el tema descubrí que hay un médico chileno, muy amigo de Gabo, llamado Danilo Bartulín, que fue quien se ofreció a redactar detalladamente el fragmento de la autopsia que luego aparecería íntegramente en la novela, salvo algunos retoques de estilo realizados por García Márquez”, concluyo.

Flipagram ayuda a crear videos y presentaciones de imágenes con música

Con la aplicación Flipagram se pueden crear videos y presentaciones de fotos con música y de esta manera videoclips de baile, belleza, arte, comedia, música, animales, entre otros.

Esta herramienta de video cuenta con más de 200 millones de personas que la utilizan, en la cual se pueden agregar canciones favoritas a videos y presentaciones.

De acuerdo con Flipagram Inc., la aplicación tiene un amplio abanico de posibilidades, con la de elegir efectos de video y el compartir historias de manera privada o en redes sociales.

Dentro de las herramientas destacadas cuenta con un editor de video para combinar fotos, videos, efectos y música, además de subir videos o fotos con la cámara del celular.

Cuenta con grabación de clips de música más largos que en otras apps, así como filtros, y se pueden ordenar los momentos, agregar acercamientos o cortar fotos y videos.

Todos los videos o clips pueden ser compartidos en redes sociales como Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, correo electrónico, mensajes de texto, Pinterest, FB Messenger, WhatsApp, KIK o Line.

Esta app se encuentra disponible para las plataformas Android, en Google Play, y también para iOS, en la App Store, de manera gratuita.

Robo de datos, delito con mayor impacto en América Latina

El secuestro de datos es un delito que va en aumento, y la mayoría de este tipo de ataques se realizan a través de acceso remoto, ya que los delincuentes aprovechan vulnerabilidades de usuarios, como contraseñas débiles o servicios mal configurados, reveló la empresa Kaspersky Lab.

El analista de Seguridad para Kaspersky Lab en América Latina, Santiago Pontiroli, comentó que la mayor parte de los virus detectados en la región son de tipo troyano, algunos de los cuales llevan activos desde hace varios meses.

“Desde 2016 a la fecha, la mitad del malware detectado en América Latina pertenece a la categoría de troyanos, siendo Trojan-Ransom el de crecimiento más acelerado”, comentó.

El directivo destacó que “la amenaza con mayor impacto en América Latina entre 2016 y 2017 ha sido el secuestro de datos. El incremento en la cantidad de ataques dirigidos ha sido notorio y no solo en la región, sino también en el resto del mundo, por lo que este ciberdelito se ha convertido en una epidemia global que ha generado pérdidas millonarias y daños a distintas industrias”.

La compañía dedicada a la seguridad informática explicó en un comunicado que Brasil se colocó en primer lugar en Latinoamérica en el secuestro de datos, seguido de México, con 54.91 y 23.4 por ciento del total de ataques, respectivamente; mientras que Colombia reportó 5.0 por ciento del total de ataques para robar datos y exigir alguna recompensa por ellos.

La firma internacional recordó que para evitar ser víctima de secuestro de datos se recomienda realizar copias de seguridad de los archivos, mantener un sistema operativo y una solución antimalware actualizada en los equipos y filtrar los correos que parezcan sospechosos, especialmente si contienen archivos adjuntos.

Google lanza herramienta para conocer el mundo a través de fotos

Google invitó a explorar un mapa global con fotos de Google Earth, que da la posibilidad de observar imágenes relevantes de las regiones que se desee conocer.

En un comunicado, el gigante de la tecnología expuso que con dicha aplicación se pueden encontrar perspectivas únicas en el mundo, ya sea que se realice un recorrido por Shinto Shrine, en Japón, o pasar un rato en las playas en Bora Bora, en la Polinesia Francesa.

Explicó que para disfrutar de las imágenes, en el navegador de Chrome se abre la app Google Earth, ya sea en Android o iOS, una vez en el menú principal se enciende la opción de fotos y con un toque en cualquiera de ellas se abre la pantalla completa para después continuar con imágenes relacionadas.

Dijo que para construir esta experiencia, se utilizó aprendizaje automático para sacar hermosas e interesantes fotografías compartidas por millones de personas en Google Maps a través de Local Guides y otros contribuyentes.

Se debilitará tormenta Pilar; zona de inestabilidad generará lluvias

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronosticó para este lunes que la tormenta tropical Pilar se localizará frente a las costas de Nayarit y se prevé que se debilite gradualmente a lo largo del día.

Mientras una zona de inestabilidad con potencial para desarrollo ciclónico se encontrará en el Golfo de Tehuantepec, ocasionando potencial de lluvias, mientras el sistema frontal 3 se extenderá sobre el norte del país.

En el reporte más reciente del organismo dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en su registro por regiones, estableció que en la Península de Baja California prevalecerá cielo medio nublado y bancos de niebla en la costa oeste. Lluvias dispersas en Baja California Sur. Ambiente caluroso por l a tarde, viento del noroeste de 10 a 25 kilómetros por hora, con rachas de 50 kilómetros por hora en la región.

En el Pacífico Norte se registrará cielo nublado con 80 por ciento de probabilidad de tormentas puntuales muy fuertes en Sinaloa y lluvias dispersas en Sonora.

Además ambiente caluroso durante el día, viento del noroeste, de 25 a 35 kilómetros por hora con rachas superiores a 50 kilómetros por hora y oleaje de uno a dos metros de altura en la costa de Sinaloa.

Cielo nublado con 80 por ciento de probabilidad de tormentas puntuales intensas en Nayarit y Jalisco, y fuertes en Colima y Michoacán. Ambiente caluroso por la tarde. Viento del noroeste de 15 a 30 kilómetros por hora en la región, con rachas superiores a 50 kilómetros por hora y oleaje de uno a dos metros de altura en las costas de Nayarit y Jalisco, es lo que se espera en el Pacífico Centro.

Mientras en el Pacífico Sur se mantendrá cielo nublado con 80 por ciento de probabilidad de tormentas puntuales intensas en Chiapas y Oaxaca y fuertes en Guerrero.

A lo que se sumará ambiente cálido en horas vespertinas. Viento de dirección variable con rachas superiores a 50 kilómetros por hora al paso de los sistemas de tormenta.

En el Golfo de México persistirá cielo nublado por la tarde con 80 por ciento de probabilidad de tormentas puntuales intensas en Veracruz, fuertes en Tabasco e intervalos de chubascos en Tamaulipas. Bancos de niebla en zonas montañosas de Veracruz.

Ambiente caluroso por la tarde, con vientos del este y sureste con rachas de 50 kilómetros por hora al paso de los sistemas de tormenta.

Cielo nublado por la tarde con tormentas puntuales muy fuertes en Quintana Roo y fuertes en Campeche y Yucatán. Ambiente caluroso y viento del este y noreste de 15 a 30 kilómetros por hora con rachas de 50 kilómetros por hora al paso de los sistemas de tormenta, es lo que se prevé en la Península de Yucatán.

Para la Mesa del Norte habrá cielo nublado con 80 por ciento de probabilidad de tormentas puntuales intensas en Coahuila, fuertes en Chihuahua, Nuevo León, San Luis Potosí, Zacatecas y Durango e intervalos de chubascos en Aguascalientes.

Ambiente caluroso por la tarde, así como viento de dirección variable de 15 a 30 kilómetros por horas con rachas de 50 kilómetros por hora al paso de los sistemas de tormenta.

En la Mesa Central continuará cielo nublado con 80 por ciento de probabilidad de tormentas puntuales muy fuertes en Puebla, fuertes en Guanajuato, Querétaro e Hidalgo e intervalos de chubascos en Morelos y Tlaxcala. Bancos de niebla matutinos en zonas altas.

Además amiente frío en la mañana y cálido por la tarde. Viento del sur y sureste de 20 a 30 kilómetros por hora, con rachas de 40 kilómetros por horas al al paso de los sistemas de tormenta.

Del salón a las brigadas

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La Universidad Nacional Autónoma de México reanudó clases  el día de hoy, todas las Escuelas y Facultades abrieron sus puertas con un espíritu de empatía y solidaridad con los universitarios y el pueblo mexicano.

Hoy los pasillos, salones y jardines de Ciudad Universitaria se volvieron a llenar de ese espíritu joven que le da vida a la zona, ese espíritu e ímpetu que tomó las calles desde el 19 de septiembre para ayudar en lo que se pudiera.

La UNAM reinicia hoy labores, pero también continúan las brigadas emergentes de alumnos, profesores y egresados, así como los diferentes mecanismos de ayuda que la comunidad universitaria presta en distintos ámbitos, con la convicción de que juntos y reunidos, los universitarios podemos organizarnos mejor para continuar la ayuda a nuestra población.  Un ejemplo de esto es Sofía García Chávez, estudia biología en la Facultad de Ciencias, sigue en el Centro de Acopio del Estadio Olímpico y seguirá apoyando en lo pueda.

En relación con la infraestructura, los edificios de la Universidad se encuentran en condiciones de recibir de manera segura a la comunidad universitaria, comisiones locales de seguridad de todas las entidades universitarias llevaron a cabo una revisión preliminar de las instalaciones, misma que fue completada con análisis exhaustivos realizados por académicos expertos en estructuras. Los dictámenes técnicos indicaron que ninguno de nuestros edificios muestra daños estructurales ni riesgo de colapso.

Los universitarios vuelven a clases hoy pero no dejaran de participar con fuerza, entusiasmo e incondicionalmente en las labores de ayuda, de  apoyo psicológico;  de acciones sociales, médicas y sanitarias; de asistencia jurídica; de formación de cuadrillas revisoras de inmuebles dañados y de actividades culturales en albergues e instalaciones.

 

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