Dimensiones alternas

LA MÚSICA Y LOS CUENTOS
Ya es inminente el inicio de la Segunda Temporada 2017 de la OFUNAM, que promete ser un gran acontecimiento; pero, antes, el siguiente fin de semana, regresa la gustada serie de conciertos, El Niño y la Música, pensados para los pequeños, pero también para toda la familia. El próximo programa marca también el regreso de MARIO IVÁN MARTÍNEZ, gran artista de múltiples facetas, quien es actor y cantante, ganador de múltiples premios, pero, sobre todo, ganador del aprecio del público, tanto de los niños como de los papás, por lo que se ha convertido, sin duda, en una de las figuras más populares en el difícil arte de comunicarse con el público infantil.
La música y los cuentos es el título de estos conciertos, porque, en efecto, presenta por una parte la historia de la prodigiosa infancia de Mozart, contada como si fuera un cuento, y además, uno de esos preciosos cuentos infantiles que aprovechan la narración y la música para enseñar los instrumentos musicales.
¿CONOCES A WOLFI?
WOLFGANG AMADEUS MOZART fue el más grande y superdotado niño compositor, quien además de ser un virtuoso de los teclados, desde la más temprana edad posible, fue un prolífico compositor. Cuando uno se entera de la numerosa cantidad de obras que compuso Mozart a los 5 y a los 7 y a los 9 y a los 11 años, queda sorprendido ante tal prodigio. El cuento que Mario Ivan Martínez adaptó y reescribió con el título ¿Conoces a Wolfi?, narra la fabulosa, pero algo sacrificada, vida de Mozart durante su infancia y parte de su adolescencia, pues su papá Leopold Mozart,
que también era músico (violinista y compositor), lo promovía en compañía de su hermana mayor Nannerl (en realidad Maria Anna) viajando por buena parte de Europa para presentar a sus dos “niños prodigio” en los salones de la aristocracia y en ocasiones, de la realeza.
Con el tiempo y siendo ya algo más mayorcitos, Leopold sólo llevaba en sus viajes al pequeño Wolfgang, pues éste era algo más virtuoso y tocaba muy bien las piezas para clavecín o para violín y clavecín, que es ese instrumento con un sonidito metálico muy chistoso (recordemos que aún no se inventaba el piano y apenas estaba apareciendo el antecesor del piano, el llamado pianoforte); por todo ello, la familia Mozart resultaba muy atractiva para aquel público atraído más por los fenómenos de ferias que por la música misma.
El objetivo principal de esta obra es invitar a los niños y a los jóvenes a acercarse a la vida y las obras del gran Mozart pues como dice el propio Mario Iván, “es una música que siempre fascina y se acerca a la perfección por su belleza, producto de la mente de un artista excepcional”. En la parte musical de este verídico cuento que MARIO IVAN MARTÍNEZ nos contará en este concierto, se escucharán piezas musicales compuestas por Wolfgang desde su primera infancia hasta su temprana adolescencia.
Así la Orquesta Filarmónica de la UNAM y algunos solistas interpretarán varias selecciones tomadas de obras tempranas del gran compositor. Por ejemplo, fragmentos de obras tan bellas como curiosas:
-Galimatías musical, que fue compuesta cuando Mozart tenía 10 años y que debe su nombre porque en ella juntó todo tipo de piezas, canciones populares de varios países o selecciones de música de varios compositores;
-Las pequeñas naderías, un ballet sorpresivo, pues pocos saben que Mozart compuso un ballet;
-la famosísima Pequeña serenata (¿será nocturna, redundancia con la que muchos la titulan?) y que es la música más popular de Mozart, de esas que todos han escuchado alguna vez, aunque no sepan de qué obra se trata;
-la Marcha de la ópera La clemencia de Tito, la última de las óperas compuestas por él;
-movimientos de uno de sus conciertos para violín, del concierto para piano núm. 8 (y también del núm. 20 que es mucho más tardío)
-y también una parte de un concierto para clavecín de JOHANN CHRISTIAN BACH, uno de los hijos de JOHANN SEBASTIAN, quien además de ser un importante compositor, era amigo de Mozart.
En el concierto habrá varios solistas de piano y de violín, que tienen entre los 11 y los 14 años de edad, entre quienes destacan Sergio Vargas Escoruela y Elena Maroutchak. Y, por cierto, ¿quién es ese Wolfi de quien nos preguntan si lo conocemos? Por supuesto, se trata de nuestro Wolfgang Amadeus Mozart, y el diminutivo de su nombre era… Wolfi.
TUBBY LA TUBA.
Por si no lo sabías, las tubas también tienen nombre.
La tuba es ese instrumento de alientos de metal, grandote y pesadote, que es el más grande de los instrumentos de alientos de una orquesta, así como el contrabajo es el más grande de los instrumentos de cuerdas). Pues en la segunda obra que nos ofrecerán MARIO IVAN MARTÍNEZ y la OFUNAM el protagonista es una tuba que se llama TUBBY, como era de esperarse.
Tubby la Tuba, es la invención de un compositor de Estados Unidos llamado GEORGE KLEINSINGER y está basado en un cuento que escribió para él PAUL TRIPP; ambos creadores participaron juntos en otras obras musicales para niños.
El cuento nos cuenta la aventura de una simpática y sentimental tuba que se encuentra una melodía y busca quien la ayude a tocarla; esta historia ha sido cambiada en varias ocasiones; con ese tema, la obra muestra cuáles son los instrumentos de una orquesta, al modo de aquellas composiciones pensadas para los niños y familiarizarlos con los instrumentos, como la Guía Orquesta para los Jóvenes de Britten y Pedro y el Lobo de Prokofiev.
En esta obra el solista será HÉCTOR LÓPEZ, quien es el tubista principal de la OFUNAM.
Este concierto estará dirigido por un frecuente amigo de la OFUNAM, el director mexicano ALFREDO IBARRA; y por supuesto, la gran presencia y participación como narrador y cuentacuentos de MARIO IVAN MARTÍNEZ. Recuerde que estos conciertos serán interpretados en plena celebración del Día del Niño, el sábado 29 de abril a las 18:00 horas y el domingo 30 de abril a las 12:00 horas.
The Big Bang Theory es una de las series más vistas en los últimos años pero, ¿a qué se debe todo su éxito? De acuerdo con Felipe López Veneroni, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la serie tiene gran arraigo popular porque presenta cuestiones de carácter sociológico, así como protagonistas que en la vida real no serían héroes.
Sus personajes, poco comunes, son intelectuales e investigadores. Primero, tenemos a Sheldon Cooper, un físico teórico especializado y lleno de tics, cuestiones que más bien nos dan risa, explicó.
Después está Leonard Hofstadter, un físico experimental muy bajito que permanece en la sombra y no acaba de encontrar su lugar dentro de esta ciencia, y por ello, termina replicando experimentos que otros planean.
Igualmente, tenemos a Rajesh Koothrappali, un astrónomo hindú. Esto nos presenta una referencia social muy importante, porque no lo aceptaron en Gran Bretaña y por ello terminó en Estados Unidos.
Por su parte, Howard Wolowitz es el ingeniero que quiere aparentar ser igual a un físico, pero su amigo Sheldon lo ve muy por debajo, y por este motivo, lo considera un simple tecnólogo.
Y finalmente tenemos a Penny, quien es quizá la representación más simbólica de esa enorme y amplia clase media o baja norteamericana, que no tienen formación universitaria ni científica, y que además en muchos sentidos ni les interesa.
Así, ella ve como extraños a esta serie de personajes intelectuales que además le parecen de otro planeta, añadió el profesor. Finalmente, ellos son quienes deben adaptarse al verdadero mundo que es el de esta chica.
Esta serie logra captar muy bien la jerarquía que existe en el mundo científico real. Por ejemplo, Sheldon quien es un físico teórico ve por debajo al físico empírico, astrónomo y sobre todo al ingeniero.
“El físico experimental es alguien más práctico, es aquel que pondrá en marcha lo que ha trabajado un físico teórico, y consecuentemente, Sheldon ve como un personaje bastante menor al pobre de Leonard”.
En la vida real esto ocurre así. El físico teórico se siente iluminado y piensa que trabaja en la verdadera frontera del conocimiento, porque genera el conocimiento, y además piensa en el origen y sentido del universo, destacó.
Así, el ingeniero Wolowitz se encuentra por debajo de los físicos y astrónomos, y por este motivo, en la serie terminan llamándolo como el plomero espacial, donde su mayor logro antes de ir al espacio sideral fue diseñar un excusado para la NASA.
En las ciencias sociales pasa igual, apuntó López Veneroni, los filósofos se sienten por encima de los politólogos, luego están los historiadores y al final de la cadena se encontrarían los comunicadores.
Se trata de debates muy interesantes que rescatan muy bien en esta comedia televisiva, donde además presentan algunos elementos de divulgación científica, finalizó el académico universitario.
Enrique Graue Wiechers, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, recibió en su oficina, este miércoles 26 de abril, a Peter McPherson, presidente de la Asociación de Universidades Públicas (APLU, por sus siglas en inglés). En esta visita se acordó, entre otras cosas, iniciar la elaboración de un convenio a favor de la investigación científica entre las principales universidades públicas de los tres países que conforman el Tratado de Libre Comercio: Canadá, Estados Unidos y México.e acordó, entre otras cosas, iniciar la elaboración de un convenio a favor de la investigación científica entre las principales universidades públicas de los tres países que conforman el Tratado de Libre Comercio: Canadá, Estados Unidos y México.
McPherson publicó, el pasado 26 de enero, una carta afirmando que las universidades estadounidenses se enriquecen y se fortalecen con el talento, visión y la cultura de los alumnos internacionales, los cuales deben continuar sus estudios ininterrumpidamente. Es en este contexto que la UNAM y la APLU unirán esfuerzos para convocar a sus homólogos y crear la alianza de universidades a favor de la ciencia.
Durante la reunión ambos coincidieron en que el crecimiento, progreso y modernización de un país está en relación directa con su capacidad de aprovechar la investigación científica en beneficio de la sociedad.
La APLU, fundada en 1887, es la asociación de educación superior más antigua de los Estados Unidos de América y está compuesta por 238 universidades públicas de investigación, instituciones de concesión de tierras y sistemas universitarios de Estados Unidos, Canadá y México. Su matrícula escolar es de 6 millones de alumnos.
La correlación entre la literatura y la ciencia es cada vez más recurrente y común entre los científicos y quienes hacen arte. La naturaleza es tan sorprendente que no hay necesidad de inventar sucesos si se quiere contar algo, la misma vida presenta realidades con las cuales se puede construir historias. Lo mismo ocurre con las novelas de ciencia ficción, detalló José Gordon durante la presentación de su libro El inconcebible universo en Ciencia Ficción Ciencia 3.14.
Según algunas estimaciones, el poseer un cerebro que tiene alrededor de cien mil millones de neuronas nos permite ir más allá de lo que nos dicen las apariencias, característica en común entre la ciencia y el arte: madurar la capacidad de asombro. Ambas tienen la posibilidad de escaparse de los paradigmas y encuadres en los que siempre tratan de meterlos.
La ciencia cuenta con la peculiaridad de imaginar un universo que no es visible a los sentidos, a través de ella podríamos acercarnos a un nivel de la naturaleza en donde estamos unificados más allá de las apariencias, así lo plantea Stephen Hawking a través de la Teoría del Todo.
Esta concepción también ha descansado en mentes brillantes de la literatura como Jorge Luis Borges y Octavio Paz. El primero plantea en El Aleph cómo en un solo punto se descubren todas las facetas del universo, mientras que Paz, a través del poema Piedra del Sol, busca que todo esté unificado: “para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros”.
La poesía y la literatura no muestran diferencias a los hallazgos del conocimiento del mundo de la ciencia. Por ejemplo, el físico Juan Maldacenas descubrió a través de la correspondencia holográfica que dos universos pueden ser el mismo, entendido por dos lenguajes diferentes. Así pues, este mundo es paralelo al de la poesía, lo dice Octavio Paz al nombrar las cosas: “las piedras son plumas”.
La convocatoria para quien quisiera participar en la Marcha por la Ciencia de la Ciudad de México establecía: sábado 22 de abril a las cuatro de la tarde, en el Ángel de la Independencia, y en ello no hubo engaño, pues el primer contingente comenzó a avanzar por Paseo de la Reforma, con dirección al Oriente, justo en punto de las cuatro. Era la primera vez que la sociedad civil tomaba las calles en defensa del quehacer científico y había que ser puntuales con la historia.
Aunque los biólogos digan que no hay tal cosa como la generación espontánea, las 610 de ediciones de la March for Science registradas a lo largo del planeta —incluidas las de sitios tan lejanos como Kampala (Uganda) o Suleimaniya (Irak)— se generaron así, de forma espontánea, después de que el 20 de enero un usuario de Reddit, molesto por el empecinamiento de Trump en negar el cambio climático, posteara lo que en ese momento era una ocurrencia suya: “Los científicos deberían marchar en Washington, DC”.
Este llamado fue replicado a través de redes sociales y como en aquel juego infantil del teléfono descompuesto, el mensaje original se fue trastocando poco a poco hasta transformarse en “los científicos deberían marchar alrededor del mundo”, como pasó en efecto. “Yo me enteré del evento en la CDMX por Facebook”, comentó Fabiola, quien estudia en el Politécnico Nacional para ser QFI.
Eran las cuatro y cuarto y no bien habían empezado a moverse los últimos contingentes cuando ya se estaba dando la tradicional guerra de cifras entre autoridades e inconformes. “Son de mil 500 a tres mil individuos”, decían los policías del GDF. “Somos de cuatro a cinco mil”, calculaban quienes caminaban por Reforma. Como suele pasar en estas disputas, la verdad estaba en un punto intermedio.
Al frente de los manifestantes, a manera de mascarón de proa, 10 jóvenes sostenían una gran manta azul con la leyenda Marcha por la Ciencia impresa en grandes letras blancas y con los escudos de las 16 instituciones que suscribieron públicamente el movimiento —entre ellas la UNAM, el Cinvestav y la UACM— en la parte de abajo.
“Aquí no hay protagonismos, podemos ser pumas, del Poli o la UAM; lo importante es que todos coincidimos en una causa: señalar que en el país hemos descuidado la ciencia y la tecnología, y que debemos hacer algo al respecto”, acotó Oscar, un joven que recién terminó la carrera de Ingeniería en CU y que busca titularse.
La rebelión de las batas blancas
La del sábado fue una marcha de batas blancas, pues desde el inicio muchos manifestantes se las pusieron como una muestra de orgullo —casi todas con el logo de su institución en la parte izquierda del pecho— y se negaron a quitárselas, pese al Sol de primavera que elevó el termómetro hasta los 25 grados.
“¡Sombreros, sombreros de palma!”, gritaba un vendedor que caminaba en contrasentido de la gente mientras levantaba uno de ala ancha, en un ademán parecido al de los toreros cuando se retiran la montera y saludan a la tribuna, mientras que otra persona ofrecía agua embotellada o refrescos “para evitar la insolación”.
Bastaba con abandonar por un instante la marcha para comprar una bebida o procurarse un poco de sombra para perderse entre el gentío, como constató Isaac, de la FES Aragón, quien a fuerza de mensajes de What’s App intentaba localizar a sus amigos.
La única ventaja de verse inmerso entre tanto rostro desconocido es que ello facilitaba, incluso en medio de la multitud, detectar caras conocidas, como la de la directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Rosaura Ruiz, la del profesor emérito Antonio Lazcano (quien no pasaba de incógnito pese a sus lentes oscuros) o la del titular del Instituto de Ciencias Nucleares, Miguel Alcubierre.
Poco después se integraría el doctor Carlos Gershenson, del IIMAS, quien llegó con su pequeña hija, la cual portaba un cartel que decía: “Que no pare la oportunidad de ser científico”. Y las pancartas merecen mencionarse porque no dejaron de acaparar miradas, fuese con frases convencionales como “sin ciencia no hay futuro” o “sin investigación no avanza la nación”, o con aquellas cargadas de sátira y sorna política como “con el sueldo de Carmen Salinas pagamos 10 becas de doctorado” o “más científicas, menos PRI…ncesas”.
Aquella tarde se borró toda rivalidad académica y los huelums y los goyas se sucedían de forma orquestada y sin empalmarse, en señal de respeto, lo que hizo que algunas personas rememoraran las marchas del 68, “pues en esos tiempos los de la UNAM salimos a dar la cara por nuestros compañeros del Poli y viceversa”, dijo el señor Rubén Gómez, quien en esta ocasión vino para acompañar a su hija, pasante de Química en la UAM Xochimilco.
Y por un momento el calendario sí dio marcha atrás, pues Reforma comenzó a llenarse de banderas al viento, consignas de esperanza y llamados a escuchar al planeta, tal y como hace cinco décadas. Sin proponérselo, una de las pancartas vino a completar este cuadro con su mensaje sacado de cantos de otra época, pero vigentes en ésta: “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
Peregrinos de Aztlán
Aunque el destino original de la marcha era el Zócalo, antes de iniciar la caminata los organizadores ya sabían que la plaza estaba cercada y ocupada por enormes carpas de toldo blanco. El argumento era que el gobierno de la ciudad celebraría ahí el Día del Niño.
Ante este imprevisto, la indicación fue avanzar por Reforma, doblar en Juárez, tomar 5 de Mayo, llegar a la Plaza de la Constitución, rodearla y no detenerse hasta ver un águila sobre un nopal devorando una serpiente. “Como peregrinos de Aztlán”, bromeó uno de los jóvenes al escuchar la indicación, aunque en realidad todos sabían que la referencia era a la escultura de Juan Olaguíbel ubicada frente a la Suprema Corte de Justicia, a un lado del cabildo.
Poco importó que la columna de caminantes se extendiera a lo largo de un kilómetro, la instrucción llegó a todos pues en la era de internet es difícil quedar incomunicado. De hecho, había quienes mientras caminaban seguían el progreso de las marchas que simultáneamente tenían lugar en Querétaro, Baja California, Sinaloa, Michoacán, Guanajuato, Yucatán, Quintana Roo, Jalisco, Puebla, Nuevo León, San Luis Potosí, Veracruz, Oaxaca, Zacatecas, Tabasco y Morelos.
Sin embargo, estar tan conectados generó el único momento tenso de la jornada, pues para las cuatro y media ya corría el rumor de que en el Hemiciclo a Juárez había un retén. Por un instante los peregrinos de Aztlán dudaron de si llegarían al destino prometido.
“¡Pero sí es un evento pacífico! Hay niños entre los contingentes y hasta los policías saben que eso es señal de que no hay peligro alguno”, señaló el señor Cristóbal, quien por su trabajo está obligado a conocer los protocolos de seguridad civil y a estar en contacto con las fuerzas del orden. Que ningún comercio cerrara sus puertas al ver pasar a esta larga columna de inconformes parecía darle la razón.
Al final los rumores quedaron en eso, en rumores, y la marcha ganó velocidad al llegar a Palacio de Bellas Artes, pues sólo bastaron cinco minutos para que ésta atravesara el tramo que va del Eje Central a la Catedral Metropolitana. Para ese momento ya se percibía un sentimiento de alivio y los organizadores llamaban desde sus celulares a los oradores, que ya esperaban en el punto de encuentro.
Como los corredores que tras atravesar la meta dan una vuelta triunfal alrededor de la pista, los manifestantes rodearon el Zócalo entre goyas y huelums que se convirtieron en un clamor indistinguible en cuanto se vieron ante el águila y la serpiente de bronce que están junto al Cabildo de la Ciudad, en la llamada Plaza de la Fundación. Aún no daban las seis y los científicos habían marchado por la ciencia, eran las 5:50 y los peregrinos de Aztlán habían llegado a su destino.
Durante años, Contreras estudió la partitura de Igor Stravinsky (1882-1971) para crear una vertiginosa danza, un rito con un explosivo cruce de fuerzas primarias, de energías sexuales y terrores inexpresables que nos recuerda que para nacer hay que morir, señalaron sus promotores en un comunicado.
Destacaron que «La Consagración de la Primavera» es considerada una de las obras más revolucionarias y trascendentales en la historia de la música de concierto y la danza. Con partitura del compositor Igor Stravinsky (1882-1971) y coreografía del bailarín Vaslav Nijinsky (1889-1950), se estrenó el 29 de mayo de 1913 en el nuevo Teatro de los Campos Elíseos, en París.
Desde entonces «La Consagración de la Primavera» ha representado un reto para músicos y coreógrafos, teniendo múltiples re-interpretaciones coreográficas alrededor del mundo, desde Maurice Bejart hasta Pina Bausch.
En el caso de Gloria Contreras, estudió por años la partitura hasta aprenderla de memoria y encontrar la pulsación ideal para sus movimientos, descubriendo así la historia de su propia tierra. Su versión capta la esencia del México ancestral.
La función del próximo domingo 30 de abril, que la compañía ofrecerá en el marco del Día Internacional de la Danza, también incluirá la pieza “Arrebato», un apasionado dueto diseñado por Gloria Contreras que capta todo el furor y la intensidad del tango de Astor Piazzolla (1921-1992).
Mientras que la función del viernes 29 de abril transcurrirá como parte de las actividades de la Temporada 97 del TCUNAM y además de «La consagración de la primavera» y «Arrebato» se bailarán «Aleluya», «Tojour l’amour…» y «Preludio» a partituras de Johann Sebastian Bach y Edith Piaf.
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[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]*De Jaime Chabaud
*Dirección: Alberto Lomnitz
*Para adolescentes y adultos
A ritmo de música africana, con tambores, marimba y percusiones y con movimientos corporales acompañados de cantos que denotan un ambiente festivo y nostálgico a la vez, cuatro actores en escena nos involucrarán en la historia de tres niños africanos que han sido separados de sus familias para trabajar en las plantaciones de cacao.
El chocolate se disfruta y se valora en muchas partes del mundo,siendopor su sabor y aroma tan especial,un placer dulce y un detalle romántico.Los hay semidulces, con leche, con licor, con semillas, amargos y semiamargos, con vainilla e inclusolos hay blancos. Pero nadie ha pensado en su proceso de elaboración, desde su cultivo hasta el producto final.
A través de la puesta en escena Niños chocolate conoceremos el lado obscuro del chocolate,esa historia no contada en la que se utiliza la mano de obra infantil en las plantaciones africanaspara cosechar ese fruto tan preciado que es el cacao.
En esta ocasión el dramaturgo mexicano Jaime Chabaud, aborda el tema de la esclavitud de niños africanos, que son “empleados” en las plantaciones de cacao de Costa de Marfil y Ghana, países que producen entre el 60 y el 65 % del cacao del mundo, mismo que es vendido a las grandes empresas chocolateras, las cuales se niegana ver la realidad de los niños esclavos, quienes son robados o vendidos por familiares de países como Burkina Faso, Niger, Mali y Togo.
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Chair Goes, la silla de ruedas eléctrica desarrollada en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) para que las personas parapléjicas, con lesiones en la espalda y adultos mayores puedan trasladarse de manera autónoma, así como subir y bajar escaleras eléctricas de manera segura, podría ser comercializada en junio próximo.
Al prototipo beta, creado por estudiantes del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 4 “Lázaro Cárdenas”, se le incorporaron tres celdas solares retráctiles de acuerdo con las indicaciones de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 001, para recargar tres baterías durante el día y también puede recibir energía de un conector normal de 120 volts.
El desarrollo cuenta con dos motores de 24 volts y se enciende con una llave que acciona el sistema eléctrico para avanzar o retroceder, además prende luces intermitentes y la nocturna, cuando es necesario. Acelera con un gatillo y posee un freno de balata en la parte frontal, como el de las bicicletas, para detenerse y evitar accidentes.
Brandon Michelle Vázquez Guadarrama, Alejandro Soriano Gonzaga y Sergio Ernesto Bustos Rodríguez, artífices de la Chair Goes, indicaron que esta nueva versión soporta un peso de hasta 160 kilos y se desplaza a 15 kilómetros por hora. Tiene un asiento ergonómico que es más ligero pero resistente.
Asimismo, adicionaron un inversor de corriente que permite al prototipo cargar dispositivos móviles como celulares, tablets, smartphones o computadoras pequeñas mediante una conexión USB para que el usuario pueda consultar mapas, direcciones o simplemente estar comunicado.
El desarrollo de la silla de ruedas, bajo la asesoría del profesor Juan Domingo Batista García del CECyT 4, llamó la atención de la incubadora de alto impacto Ángel Ventures, la cual actualmente los instruye en la formulación de un modelo de negocios, constitución de una empresa y comercialización del producto.
Para convertirse en la primera empresa mexicana que diseñe y produzca sillas de ruedas eléctricas, los jóvenes politécnicos ya iniciaron los trámites de protección intelectual y en este momento el prototipo se encuentra en proceso de investigación internacional. De acuerdo con los resultados se registrará ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), como patente o modelo de utilidad.
La presentación del prototipo beta de la Chair Goes pretende recabar los fondos que les permitan cubrir los gastos de la patente, sin embargo, los creadores trabajan en el modelo comercial que tendrá un generador electromagnético que producirá su propia energía, además de otras novedades en cuanto a comodidad, peso, autonomía, velocidad y facilidad de transporte.
This is it! Through the gap between #Saturn and its rings. Instruments are on, but we're out of contact with Earth. Here we goooooo! pic.twitter.com/3J7aRZS0IH
— CassiniSaturn (@CassiniSaturn) 26 de abril de 2017
El pasado 6 de abril se inauguró el Acervo Bibliográfico Alfonso Reyes en el Instituto Cultural de México en Costa Rica, gracias a la colaboración académica de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad de Costa Rica (UCR), la Escuela de Bibliotecología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y el Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM en Costa Rica.
La cancillería mexicana en Costa Rica, asignó el nombre del acervo bibliográfico, en honor al ensayista, poeta y diplomático mexicano Alfonso Reyes, quien se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de la UNAM en el año 1931, y en la cual fue nombrado Secretario de la Escuela Nacional de Altos Estudios, antecedente de la Facultad de Filosofía y Letras. Asimismo, a lo largo de su vida fue reconocido por su destacada labor en la difusión de la cultura mexicana.
El acervo Alfonso Reyes, tiene gran relevancia en el contexto Centroamericano ya que incluye una colección de más de cinco mil ejemplares de libros y revistas especializados en arte, historia, literatura, política, derecho, biodiversidad y geografía de México, único en Costa Rica, y por tanto lo convierten en una referencia obligada para estudiantes, profesores, investigadores y público en general, que esté interesado en el estudio y entendimiento de la historia y cultura mexicana.
Esta iniciativa inició partir del desarrollo de un proyecto de investigación en el que profesores, estudiantes y becarios de la Licenciatura de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la UCR, así como de la homónima en la UNAM, convirtieron el Instituto Cultural de México en Costa Rica, en un verdadero laboratorio de prácticas profesionales.
En una primera etapa del proyecto se realizaron labores de orden y limpieza, así como la elaboración de un manual de políticas y procedimientos donde se establecieron los lineamientos para definir los procesos técnicos de selección, adquisición, descarte, catalogación, indización y clasificación de la colección. Recientemente se concluyó la segunda fase de organización y clasificación, con lo cual el acervo pudo abrirse a la consulta pública y se seguirá trabajando para llegar a la catalogación automatizada.
Este acervo contará también con acceso a la plataforma de Descarga Cultura UNAM, que ofrece un amplio catálogo de ensayos, cuentos contemporáneos, narrativa mexicana, voces de la literatura universal, poesía, teatro, radio, televisión y recorridos virtuales de la UNAM. En dicha plataforma están disponibles fragmentos de obras de escritores como Elena Poniatowska, Vicente Leñero, Juan Villoro, Fernando Savater, Rosario Castellanos y Sor Juana Inés de la Cruz entre muchos otros, lo cual complementa la riqueza del Acervo Alfonso Reyes.
La inauguración estuvo presidida por el Embajador de México en Costa Rica, Fernando Baeza Meléndez, quien mencionó la importancia del Acervo Bibliográfico Alfonso Reyes, que se espera sea el referente principal en temas de estudios mexicanos para Costa Rica y la región de Centroamérica. Por su parte la Dra. Isabel Vázquez Padilla, Directora de la sede UNAM en Costa Rica, señaló que ésta alianza entre las universidades y la Cancillería Mexicana, es un excelente ejemplo del cumplimiento de los compromisos que adquirió la UNAM al internacionalizarse.
Por su parte, el Mtro. Arturo Valencia Ruíz, Director del Instituto Cultural de México, señaló que esta valiosa colección especializada en diversos temas de México, se logró gracias a donaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, del Fondo de Cultura Económica, de la UNAM y de la Secretaría de Cultura, misma que no se encuentra en ninguna otra biblioteca en Costa Rica.