El doctor Juan Felipe López Aymes, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM y especialista en cooperación internacional, mencionó la importancia de la participación colectiva de comunidades científicas para la elaboración de una vacuna efectiva contra el coronavirus, debido a que sin ésta, no terminará la emergencia.
“Es una pandemia, y como tal, la vacuna se debe distribuir con gran amplitud no nada más geográfica, sino también socioeconómica y hacerlo a un costo accesible”. López Aymes destacó que aunque existe un esfuerzo internacional por encontrar la cura o la vacuna, al final una empresa o gobierno la patentará con todos los beneficios que esto implica.
«Una vacuna tan esperada, con una demanda global, obviamente es muy peleada para que sea apropiada por un país o una sola empresa, y aquí es donde entran en juego algunos intereses nacionales por acaparar y controlar el resultado de estas investigaciones, que de origen son colectivas».
Finalmente, el investigador universitario refirió que la posible monopolización de la vacuna tendrá consecuencias negativas en muchos países como la vulnerabilidad de sus economías, y enfatizó que debe existir un componente ético en todo el proceso.
La doctora Blanca Solares Altamirano, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, habló sobre la intervención de las fuerzas de seguridad pública para que los ciudadanos cumplan las medidas de aislamiento. “Al apelar a esta instancia de control se suscita una regresión en la libertad pública y privada, es cierto que hay un control ahora tecnificado que limita tus posibilidades de pensar individualmente”.
La especialista apeló a la racionalidad y a la historia para aprender sobre la experiencia de pandemias anteriores y así formular estrategias eficaces en materia de salud.
Por otra parte, explicó cómo afecta y modifica el gran número de muertes las formas tradicionales de despedir a los muertos a través de ritos funerarios. “El nuevo contexto de agonía de los enfermos y pacientes de aislamiento, la separación lleva aparejada una fuerte proporción de ansiedad y de sufrimiento, tanto de parte de ellos como de parte de los familiares”.
Solares Altamirano mencionó que el tratamiento de los cadáveres en Europa en un estado de emergencia ha sido con morgues improvisadas, expulsión de familias que acompañan al enfermo y sitios de cremación remota. «El formato reducido del funeral, en algunos casos la supresión propia del funeral, provocará grandes traumas psicológicos. Cómo se podría soportar estos fallecimientos dolorosamente expeditivos, disociados, deslocalizados y desvirtualizados”.
Así como la tarea de los médicos es salvar vidas en peligro, no debe olvidarse que también se trata de acompañar a los seres humanos hacia la muerte. «El respeto y la dignidad de las personas son valores que no son negociables, en vida y aún más allá de la vida», concluyó la académica universitaria.
La doctora María Fernanda Paz Salinas, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, destacó que la pandemia de coronavirus (COVID-19) ha exacerbado las desigualdades, pues el 71 por ciento de la población indígena vive en condiciones de pobreza y el 77.6 por ciento no cuenta con seguridad social.
Las comunidades indígenas han implementado estrategias para protegerse al controlar la entrada y salida de sus territorios. “Acciones que está tomando la gente porque no hay ninguna medida especial para los indígenas en estas condiciones, y una epidemia de este tipo puede matar comunidades enteras”.
Asimismo, Paz Salinas explicó que las comunidades indígenas no sólo enfrentan la vulnerabilidad médica, también las condiciones de pobreza no les permite enfrentar la epidemia. La académica mencionó que es necesario construir políticas públicas desde las desigualdades debido a que se ha generado un vacío que deja el problema en manos de las personas.
Por otro lado, la doctora en Ciencias Antropológicas acotó que al margen de la pandemia, las comunidades enfrentan conflictos territoriales y ambientales ante la construcción de megaproyectos como el Tren Transístmico y el Tren Maya.
“La COVID-19 no va a ser más fuerte que la gente, la gente está dispuesta a todo porque es la vida lo que se está defendiendo”, finalizó Paz Salinas.
Las habilidades psicológicas que un individuo adquiere en el deporte, tales como la resiliencia o la autoconfianza, son vitales en estos tiempos de contingencia por Coronavirus, así lo definieron expertos en psicología del deporte de la UNAM en el conversatorio en línea “Fortalezas Psicológicas del Deportista”, tercera sesión del ciclo Deporte y Contingencia. Tópicos del Deporte Universitario ante el Virus que Cambió al Mundo.
En esta charla participaron Angélica Larios Delgado, esgrimista olímpica y egresada de la Facultad de Psicología; César Belmonte Ríos, psicólogo deportivo del Centro de Estudios del Deporte (CED); y Carlos Vázquez Villegas, psicólogo deportivo de la DGDU, todos ellos moderados por Alejandro Franco, psicólogo del deporte en la DGDU.
Angélica Larios también subrayó que en situaciones de confinamiento la organización del tiempo es importante para afrontar el aburrimiento y aconsejó buscar momentos de activación física que ayudan a contrarrestar sentimientos de miedo, ansiedad o enojo.
Por su parte, César Belmonte sugirió tener una rutina diaria que ayude a conservar la salud mental. Destacó que la parte psicológica también se entrena y es necesario asumir el cambio al ejercitarse desde casa, así como practicar la visualización de los objetivos para regresar a la normalidad en un estado óptimo.
“No podemos evitar la angustia, pero sí afrontarla. Recordemos que el deporte también se lee y podemos recurrir a los libros para aprender de otros deportistas”, mencionó el especialista de la UNAM.
Asimismo, Carlos Vázquez mencionó que adaptar un plan de trabajo de activación física en casa, con ayuda de sus entrenadores, servirá para que los deportistas se mantengan en forma física y mentalmente motivados. “La contingencia es una oportunidad para conocernos a nosotros mismos, fortalecer nuestras habilidades y trabajar con nuestros puntos débiles. Estas adversidades nos permiten crecer, desarrollarnos y mejorar”, dijo el psicólogo del deporte.
Los ponentes coincidieron en que las capacidades tanto físicas como emocionales se desarrollan a través de la práctica deportiva. “Al fortalecer la mente podemos romper la barrera imaginaria que nos ponemos y ser conscientes de lo que podemos hacer. En este sentido, el deporte empodera”, afirmó Angélica Larios.
El ciclo de conversatorios en línea, Deporte y Contingencia. Tópicos del Deporte Universitario ante el Virus que Cambió al Mundo, organizado por la Dirección General del Deporte de la UNAM, ha sido diseñado para robustecer el llamado a permanecer en casa y hacer extensivo el conocimiento deportivo generado y sistematizado en esta Casa de Estudios. Las sesiones continuarán el lunes 4 de mayo con la mesa denominada “Nutrición, deporte y sana distancia” y el martes cinco llegará a su fin con la charla “El impacto social, económico y político de la pandemia de Covid 19 en el deporte global”.
Con el objetivo de crear redes de apoyo para ayudar a quienes lo necesiten ante la emergencia sanitaria, la UNAM desarrolló el proyecto Solidaridad UNAM, encabezado por Carlos Gershenson, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS).
El también coordinador del Programa de Inteligencia Computacional y Modelación Matemática del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM mencionó que la sociedad mexicana es solidaria, las personas de manera altruista donan horas de trabajo, recursos y tiempo para ayudar a quien lo necesita. “Hemos sido testigos de eso en el sismo de 2017”.
El equipo de desarrolladores del C3 creó la página Solidaridad UNAM, “un sitio de intercambio de servicios o productos, con un componente georeferenciado que permitirá poner en contacto la oferta y la demanda para facilitar el intercambio de las donaciones”.
Gerhenson García señaló que la crisis por la COVID-19 genera mucho estrés para todos los sectores de la sociedad, serán tantas las necesidades que no se pueden relajar y dejar que el gobierno resuelva todo. “Son demasiados los problemas individuales para que el gobierno los detecte y hay que actuar”.
Mediante un sencillo registro en la página (solidaridadunam.c3.unam.mx) para ubicar al usuario por código postal, estado, delegación y colonia se creará un perfil, después es muy sencillo de utilizar ya que el proceso de cooperación se divide en dos opciones: buscar y ofrecer. Las opciones pueden ser productos básicos o servicios voluntarios.
El especialista acotó que la herramienta sólo será el vínculo para poner en contacto a las personas y mientras más difusión e inscripciones se tengan en la plataforma mejores resultados se darán. Se pueden registrar todos los interesados, se encuentra ya disponible y estará funcionando hasta meses después de haberse levantado el aislamiento voluntario. “Se puede inscribir cualquier persona que ofrezca productos básicos hasta servicios voluntarios, la idea es poner en contacto a quienes lo necesitan para apoyarnos en estos tiempos de crisis”.
Quedarse en casa para contener la epidemia tiene evidentes efectos secundarios. Las imágenes que vemos circular hoy en día muestran una pausa: calles y avenidas desiertas. Las personas desaparecen de su entorno rutinario y el silencio de nuestra actividad en la Tierra nos permite “escuchar” otros ruidos más naturales y menos humanos.
Como consecuencia de la pandemia se han visto fenómenos como la baja en la cantidad de bióxido de carbono en zonas pobladas y con gran actividad industrial, la llegada de fauna tanto marina como terrestre a ciudades. En una nota que apareció en la revista Nature hace unos días, científicos belgas reportaron que la pandemia del coronavirus ha tenido como efecto secundario la reducción de ruido sísmico. La corteza terrestre se mueve de forma diferente en estos días. Los científicos belgas dicen que con los mismos detectores se han podido detectar sismos de menor intensidad y que este hecho puede ayudar a mejorar el monitoreo de la actividad volcánica y otros eventos sísmicos.
El ruido sísmico es el nombre que se le da a las vibraciones persistentes del terreno debido a una serie de causas. Desde el punto de vista físico es producido por ondas superficiales de relativamente alta frecuencia, es decir, ondas que se propagan por la superficie del terreno. Las diferentes fuentes pueden ser las caídas de agua incluyendo la lluvia, el oleaje del mar, los pequeños movimientos de la corteza terrestre, la actividad humana como el transporte, la producción de energía eléctrica, el uso de maquinaria pesada, entre otras. Hay quien dice que el ruido es indeseable porque enmascara señales importantes desde el punto de vista sismológico, pero desde hace ya bastante tiempo, se ha visto que el ruido contiene una gran cantidad de información útil del sistema que lo produce, no solamente en sismología, sino en mecánica y cardiología, por mencionar sólo dos disciplinas en las que se estudia. En general, en cualquier señal que varía en el tiempo hay ruido más o menos útil.
Este tipo de reducción se nota alrededor del día de navidad en el Observatorio Real de Bélgica en Bruselas. De la misma manera que eventos naturales producen vibraciones en la corteza terrestre, también lo hacen el movimiento de vehículos y maquinaria industrial y aunque la contribución de fuentes individuales es pequeña, en conjunto produce un ruido de fondo que reduce la capacidad de los sismómetros para registrar señales naturales a las mismas frecuencias.
Lo observado en Bélgica representa un tercio de la intensidad detectada con actividad humana y la capacidad que tienen hoy, equivale a tener detectores a 100 metros de profundidad, es decir, hay en Bélgica un silencio sísmico producido por la falta de actividad generada por la pandemia del coronavirus.
Sería de esperarse que, si se siguen interrumpiendo actividades en todo el mundo, ahora se puedan detectar con mayor claridad o simplemente detectar, eventos que habían sido inaccesibles. Esto abre algunas posibilidades como, por ejemplo, la de diseñar mejores instrumentos que permitan discernir entre ruido humano y ruido natural. Según el artículo aparecido en Nature también en otras partes del planeta se ha observado este efecto. Cabe mencionar que algunos detectores se han colocado a propósito lejos de zonas habitadas y que en ellos no se manifiestan cambios en su capacidad de registro. Sin embargo, es una oportunidad excepcional para que los detectores que se encuentran en zonas habitadas y con gran actividad humana sirvan en esta temporada de pandemia, para detectar señales que no se habían detectado con anterioridad.
Estos fenómenos invitan a reflexionar sobre el papel que está desempeñando el hombre en la naturaleza, pues en solamente unas cuantas semanas el planeta se recupera de los cambios que la actividad humana produce en el medio ambiente.
En China nació un nuevo virus que alcanzó a 65 países, además alertó a los científicos para investigar sobre todas sus características y forma de contagio. Hasta el día de hoy se sabe que sólo afecta de forma crítica al 15 por ciento de los infectados y 7 por ciento fallecen. Aunque falta mucho camino por recorrer.
En entrevista para UNAM Global, Daniela de la Rosa Zamboni, académica del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), explicó que el virus proviene de la familia del coronavirus, llamado así porque visto a través del microscopio electrónico tiene una forma que recuerda a la corona solar.
¿Qué pasa dentro del organismo?
El SARS-CoV 2, el virus que causa la enfermedad llamada COVID-19, es capaz de sobrevivir hasta cuatro días fuera del hospedero, dependiendo de la superficie. Por ejemplo, subsiste sólo cuatro horas en el cobre y hasta cuatro días en plástico. El virus tiene tres vías para entrar en el organismo, afirmó la coordinadora del diplomado virtual internacional de epidemiología y control de infecciones del PUIS.
La primera vía de infección es cuando tocamos una superficie contaminada por el virus y luego nos tocamos los ojos, la nariz o la boca. “De ahí la importancia de tener siempre las manos lavadas con agua y jabón y desinfectadas con alcohol”.
La segunda es cuando nos caen directamente las gotitas del virus en los ojos, la nariz y la boca y la tercera, que es la menos común, se da cuando se respira el virus por aerosol, de ahí la importancia de usar lentes o careta y sobre todo cubrebocas.
“Los aerosoles son partículas muy pequeñas que se quedan flotando en el ambiente, después de realizar procedimientos que los genera, tales como una incubación mecánica, una tos abrupta al tomar una muestra nasofaringea para descartar el COVID-19, o después de un procedimiento dental con un enfermo”.
El virus se adhiere o pega a las células del aparato respiratorio por medio de las proteínas que tiene en su corona, las cuales requieren de un receptor, algo así como una puerta para el virus. El principal candidato de este tipo de receptores son los ECA, los que están presentes mayormente en adultos ancianos y casi no se encuentran en niños. Una vez pegado a su receptor introduce material genético a tales células para la formación de nuevos virus. De esta manera, la misma célula empieza a producir más virus e infecta a otras células.
Los virus producidos pueden viajar por el torrente sanguíneo, llegar por las arterias, las venas y encontrar otro lugar para pegarse y repetir el proceso. Los sitios donde existen más receptores para el virus son, aparentemente, las vías respiratorias, el corazón, los vasos sanguíneos, sobre todo los del riñón.
Mientras tanto, el organismo responde a través de su sistema inmune y tiene una respuesta inflamatoria para eliminar al virus. Es decir, “los guerreros del organismo, que son las células blancas tratan de eliminarlo”.
Todos los órganos donde se encuentra el virus empiezan a dañarse por la misma infección del SARS-CoV-2 y por la respuesta del organismo para tratar de eliminarlos. “Es una respuesta necesaria”.
En algunas ocasiones es tanta la cantidad del SARS-CoV-2 que el sistema inmune, tratando de eliminar al virus, dañan al organismo y puede ocasionar no sólo alteraciones en las vías respiratorias, sino también en otros órganos como en el corazón, los riñones, incluso se ha encontrado que puede llegar al aparato gastrointestinal.
Se han detectado manifestaciones leves en otros sitios como infección en los oídos, es decir otitis, alteraciones del gusto (las personas no reconocen el sabor de la comida) y del olfato o diarrea.
Si el organismo tiene buenas defensas, entre los 7 y 14 días inicia la producción de anticuerpos de respuesta aguda y luego pueden producirse anticuerpos que posiblemente protejan al individuo. Por ejemplo, si la persona es joven, sin tantos supuestos receptores y sin enfermedades del corazón y diabetes, lo más probable es que logre eliminar el agente infeccioso.
De hecho, en el 94 por ciento de las personas que tienen SARS-CoV2 la enfermedad pasa desapercibida o como una simple gripa, sólo con manifestaciones en el aparato respiratorio superior, ya que localmente se elimina al virus y la persona se cura.
En los casos donde el organismo no responde de forma positiva, se inflaman los pulmones, lo cual ocasiona dificultad para respirar y la alteración llega a ser tan grave que el paciente puede requerir terapia intensiva y en ocasiones fallece a pesar del adecuado manejo médico.
En quienes el desenlace ha sido más severo suelen ser mayores de 75 años, o padecer enfermedades crónicas como hipertensión, padecimientos del corazón o diabetes. La causa aparente de la incrementada severidad parece ser el mayor número de receptores para el SARS-CoV2.
¿Cómo saber si uno está contagiado?
Los síntomas del coronavirus son muy parecidos a la influenza: tos, dolor de garganta, secreción o congestión nasal, dolores musculares corporales, fatiga, la que puede ser muy intensa, dolores de cabeza o fiebre. A diferencia de la influenza, que puede llegar de forma abrupta, en la COVID-19 los síntomas pueden ser paulatinos, presentarse escalonados y con un cuadro más prolongado que la influenza, explicó Daniela de la Rosa.
Lo recomendable en el ámbito personal, dijo la académica universitaria, es realizar constantemente higiene de manos, usar el cubrebocas, no acercarnos las manos a la cara y mantener una distancia mínima de 1.5 metros con otras personas. Remarca que el cubrebocas no se debe tocar mientras se tiene puesto y hay que lavar o desinfectar las manos antes y después de colocarlo o retirarlo.
Las cosas que tocamos frecuentemente, llamadas superficies de alto contacto, tales como celulares, manijas, apagadores, llaves de agua o de inodoro, se deben desinfectar con una solución de cloro, una parte en 9 o alcohol al 70 por ciento al menos una vez por día, concluyó la investigadora.
Sin lugar a dudas, el hecho que marcó el primer trimestre del 2020 fue la pandemia del Covid-19 y las consecuencias que han derivado por las medidas tomadas por los diferentes gobiernos a nivel mundial. En el caso particular de Sudáfrica, las medidas empezaron a tomar relevancia en la tercera semana de marzo, ya que para el 26 del mismo mes, el Presidente Cyril Ramaphosa, anunció por cadena nacional la imposición de un cierre de emergencia tras declarar que Sudáfrica se encontraba en emergencia de desastre nacional. Lo anterior implicó el aislamiento obligatorio de la población, el cierre de fronteras y de todo tipo de transportación interna, así como el cese de todas las actividades durante tres semanas. El cierre de emergencia se prolongó por dos semanas más y se espera que paulatinamente comiencen a operar ciertas actividades a inicios del mes de mayo de 2020.
La oficina de Salud de Sudáfrica, al 30 de abril, reporta 5350 casos de personas infectadas, 103 fallecidas y 2073 recuperados. La provincia de Gauteng y Western Cape son las más afectadas, y Johannesburgo es la ciudad con más casos detectados. Esta situación agudizó las medidas nacionales adoptadas para combatir la epidemia, en especial para los servicios educativos, pues desde una semana antes del inicio del aislamiento obligatorio, toda actividad educativa presencial se suspendió. Esto creó un estado de incertidumbre en la población estudiantil, quien recibió una notificación de la universidad de desalojo de las residencias universitarias en un plazo máximo de 72 horas.
Naturalmente, los estudiantes extranjeros, como lo alumnos de movilidad internacional de la UNAM, fueron los más afectados al no tener a donde ir. A partir del 18 de marzo, la UNAM Sudáfrica y la Embajada de México en este país estuvieron en observancia del bienestar de los dos alumnos que están realizando sus estudios en la Universidad de Witwatersrand: Eduardo Pérez Sangabriel, de la carrera de Ingeniería de Minas y Metalurgia de la Facultad de Ingeniería; y Luis Héctor Reyes Decelis, estudiante de Biología de la FES Iztacala.
Es así, que gracias a la guía, orientación e intervención del CEM UNAM-Sudáfrica, de la CRAI, y de la Embajada de México en Sudáfrica, se logró repatriar a los alumnos de la UNAM el 24 de abril en un vuelo especial, vía Londres-Amsterdam-México, y llegaron a la Ciudad de México el 28 del mismo mes. Los alumnos seguirán a distancia con sus materias inscritas en la Universidad de Witwatersrand y el CEM UNAM-Sudáfrica dará seguimiento a que los estudiantes concluyan satisfactoriamente su semestre académico en Sudáfrica.
Por ahora, el aislamiento obligatorio ha sido distribuido en cinco fases de reactivación social y económica. El primero de mayo comenzará la fase 4 de este programa, la cual incluye exclusivamente la reactivación de ciertas actividades económicas esenciales. Será solamente hasta fase 2 cuando las instituciones educativas podrán regresar a las instalaciones para continuar con sus actividades sustantivas, no obstante, las clases seguirán proveyéndose en modalidad en línea.
Pablo Mendoza, cineasta radicado en China, egresado de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas de la UNAM y la Academia de Cine de Beijing, nos presenta en este corto-documental aspectos su vida cotidiana en Chengdu, así como un recuento de lo que fueron los primeros días de la crisis sanitaria en China.
En una parte del video se escucha una alarma, la cual fue sonada en toda China para recordar a las personas que han perdido la vida a causa de la enfermedad Covid-19.
Pablo, quien se desempeña como coordinador Académico y Cultural de la Sede de la UNAM en China, grabó y editó el material con su teléfono celular.
Antonio Lazcano presentará, junto con Alejandro Macías, la conferencia #EnVivo “Las fases de una pandemia”, la cual forma parte del ciclo Viernes viral.
Óscar Chávez (Ciudad de México, 20 de marzo de 1935 – 30 de abril de 2020), trovador, actor y compositor mexicano, fue uno de los personajes más queridos de la cultura popular de este país. De manera especial, TV UNAM transmitirá una entrañable entrevista del compositor con los escritores Hernán Bravo Varela y Jorge F. Hernández, así como el concierto En directo:El Óscar canta aunque la rama cruja.
Óscar Chávez fue un artista muy cercano al proyecto cultural de la UNAM. En varias ocasiones, ofreció conciertos memorables en los foros universitarios, un testimonio de ello es el documental El Grito, de Leobardo López Arretche, en el que aparece interpretando la canción “30-30” en la Explanada de Rectoría en 1968. Asimismo prestó su voz para recitar poemas de Sor Juana Inés de la Cruz, Gilberto Owen y Amado Nervo en la serie de la Dirección de Literatura Voz Viva de México.
TV UNAM lamenta la partida del gran trovador de “Macondo”, “La Llorona”, “La niña de Guatemala”, “La Mariana” y “Por ti”, y rinde un sencillo homenaje con este In memoriam: Café de nadie con Óscar Chávez, entrevista entrañable al cantautor mexicano realizada por los escritores Hernán Bravo Varela y Jorge F. Hernández, se transmitirá el viernes 1 de mayo a las 18:00 horas; el domingo 3 de mayo a las 22:00 horas se transmitirá En directo: El Óscar canta aunque la rama cruja, un concierto para recordar al autor de canciones como “Perdón”, “Fuera del mundo” y “Sin un amor”.