¿Cómo festejará el Taller Coreográfico sus 50 años?

Presencia internacional del coreógrafo francés Julian Nicosia y la coreógrafa belga Annabelle Lopez Ochoa

Tres programas especiales formarán parte del Festival Cultura UNAM

Estrenos y piezas clásicas de su repertorio enmarcan su cincuentenario

Presentará exposición fotográfica Taller Coreográfico de la UNAM. 50 años de danza

Cierra su temporada con El Cascanueces, un clásico navideño imperdible

Nuevas producciones y obras consagradas de su repertorio enmarcan la celebración del 50 aniversario del Taller Coreográfico de la UNAM, una de las agrupaciones dancísticas de mayor tradición y solidez en México.

Debido a la pandemia, la compañía postergó por dos años estos festejos que ahora realizará de forma presencial en su temporada 108 del 28 de agosto al 11 de diciembre en dos de las sedes que han atestiguado su crecimiento y madurez: el Teatro “Estefanía Chávez Barragán” de la Facultad de Arquitectura (antes conocido como Teatro de Arq. Carlos Lazo) y la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.

Desde hace cuatro años, la dirección artística del TCUNAM está ocupada por el bailarín y coreógrafo Diego Vázquez, quien ha sabido fusionar tradición y modernidad. Prueba de ello han sido las numerosas contribuciones de artistas de gran prestigio nacional e internacional que han enriquecido de manera significativa el lenguaje dancístico del TCUNAM.


La compañía dancística fue fundada en 1970 por la coreógrafa emérita Gloria Contreras y dirigida por ella durante 45 años, tiempo en el cual creó más de 250 obras con música de los siglos XIV al XXI.

Dentro de su vasto repertorio destacan piezas como Huapango (m. Moncayo), Danza para mujeres (m. Pergolesi), Concierto en re, Ofrenda y Gran Ciaccona (m. Johann Sebastian Bach), Vitálitas (m. Dickinson), Réquiem de Mozart (m. Mozart), El mercado (m. Galindo), La consagración de la primavera (m. Igor Stravinski), Sinfonía india (m. Chávez), Arrebato (m. Piazzolla); Sensemayá, Planos y Redes (m. Revueltas), Romeo y Julieta (m. Chaikovski), La consagración de la primavera y Capriccio (m. Stravinski),  muchas de ellas serán interpretadas esta temporada.

Esta temporada dará inicio con la destacada participación internacional del coreógrafo francés Julian Nicosia, quien ha creado una obra para los bailarines del TCUNAM que sorprenderá al público el domingo 28 de agosto en el arranque de la temporada. Nicosia es poseedor de un estilo único como bailarín acrobático de rock. Su espectro cada vez más ecléctico lo ha llevado a crear coreografias para compañías de gran renombre, como el Ballet de la Ópera de París. Por su parte, la renombrada coreógrafa belga Annabelle Lopez Ochoa presenta el estreno de Un pantalón bien puesto, obra que será interpretada por Diego Vázquez y Sarah Matry-Guerre, director artístico y asistente de la dirección artística del TCUNAM.


Se tendrá una presencia especial dentro del Festival Cultura UNAM a realizarse en octubre próximo con tres programas que enfatizarán esa mezcla entre lo clásico y lo contemporáneo: Homenaje a Gloria Contreras (30 de septiembre y domingo 2 de octubre), Tradición y actualidad (7 de octubre a las 12:30 horas y 16 de octubre, a las18:00 horas) y TCUNAM Siglo XXI (14 de cotubre a las 12:30 horas y 16 de octubre, a las 18:00 horas).

Diego Vázquez estrenará en la UNAM su obra Ester y se interpretarán otras piezas de su autoría creadas por él siendo ya director del TCUNAM: Propitia Sydera, Alto Giove, Skin y Connecting Thread.

Como parte de esta celebración, se tendrá la exposición conmemorativa Taller Coreográfico de la UNAM. 50 años de danza que presentará una selección fotográfica de las obras más emblemáticas en cinco décadas de vida. La exposición será inaugurada el domingo 2 de octubre a las 11:30 horas en el vestíbulo de la Sala Miguel Covarrubias y podrá ser visitada hasta el domingo 23 de octubre.

Culminará la celebración del 50 aniversario del TCUNAM con El cascanueces de Chaikovski y coreografía de Diego Vázquez, un clásico navideño para chicos y grandes. Será una breve temporada de 10 funciones en la Sala Miguel Covarrubias del 1 al 11 de diciembre: jueves, viernes y sábados, una función; domingos, función doble.


La temporada 108, 2022 se realizará los domingos del 28 de agosto al 11 de diciembre en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario y los viernes del 9 de septiembre al 18 de noviembre en el Teatro “Estefanía Chávez Barragán”, antes conocido como Teatro Arq. Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura con cambio de programa cada semana. En ambos recintos las funciones se realizarán a las 12:30 pm. Consulte cartelera.

Viernes, entrada libre. Domingos, boleto general $80.00. 50% de descuento con credencial vigente. Boletos en taquilla o en  boletoscultura.unam.mx.

Ser bombero y universitario es doble orgullo. ¡No podemos fallar!

  • Servicios “grandes”, como los sismos del 19 de septiembre, nos dejaron una lección importante: prepararnos y ser más profesionales cada día, comparte Roberto Hernández Camarillo
  • Es mentira que salimos sin miedo; somos seres humanos, asegura Ricardo Varela Ávila en ocasión del Día del Bombero, que en México se celebra el 22 de agosto

Con capacitación constante, equipo de última tecnología y, sobre todo, con una inquebrantable vocación de servicio, los integrantes del Heroico Cuerpo de Bomberos de la UNAM están listos para acudir a enfrentar cualquier situación.

Valor y espíritu de ayudar a los demás caracteriza a quienes ejercen esta labor día con día; algunos de ellos heredaron el oficio de sus familiares y hoy forman parte de la corporación.

Los 73 elementos que conforman el Departamento de Prevención y Combate de Siniestros trabajan los 365 días del año, los siete días de la semana, las 24 horas del día, para atender emergencias y prevenirlas.


En la Universidad, relata el comandante Roberto Hernández Camarillo, jefe del equipo, trabajamos como “bomberos prevencionistas”, es decir, se hacen estudios y análisis, en conjunto con personal de Protección Civil, y de ahí se establecen recomendaciones para mitigar y minimizar riesgos.

El Cuerpo de Bomberos de la Universidad Nacional cuenta actualmente con tres camiones motobomba, tres autotanques, seis unidades ligeras y una Polaris (vehículo más pequeño pero versátil, que “pasa por dondequiera porque es todo terreno”), señala el “jefe vulcano”. Incluso, está en funcionamiento la primera unidad motobomba que se tuvo en la Universidad, un camión American LaFrance 1963.

Con motivo del Día del Bombero, que se conmemora el 22 de agosto, añade que se cuenta con equipo de última tecnología: chaquetones, pantalones y cascos. “Antes, la carga del equipo de protección personal pesaba 14 kilos. Hoy hablamos de siete kilogramos; es más seguro y ligero”.

Dentro del campus universitario atienden, principalmente, incendios forestales en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel e inundaciones, también acuden a servicios como conflagraciones de inmuebles, en las alcaldías Coyoacán, Tlalpan y Álvaro Obregón, de la Ciudad de México, y “donde la emergencia sea mayor”, en coordinación con los cuerpos de emergencia capitalinos.

El Cuerpo de Bomberos de la UNAM se fundó en 1973 con diez elementos y sus primeras instalaciones se ubicaban en lo que hoy es la Dirección General de Personal, relata el “jefe vulcano”. A partir de 1986 la Estación de Bomberos se ubica a un costado del Estadio Olímpico Universitario.

Más que combatir el fuego

Trabajamos para apagar incendios y también ofrecemos una variedad de servicios: atención a fugas de gas, accidentes automovilísticos, inundaciones, árboles caídos, recolección de fauna silvestre (como víboras o tlacuaches), rescate de perros y gatos, y “no hay día en que no salga algo”, relata el bombero Ricardo Varela Ávila.

El personal efectúa revisiones en cada dependencia universitaria de los sistemas contra incendios, hidrantes, extintores, rutas de evacuación y señalamientos, así como del manejo, transportación y almacenaje de sustancias químicas peligrosas. “Se hace un plan integral para tener seguridad dentro del campus”, precisa el comandante.

Como parte de las medidas preventivas se realizaron brechas cortafuego en la Reserva Ecológica y se instalaron siete tanques (uno con capacidad de 60 mil litros, otro de 40 mil, uno de 10 mil y cuatro de cinco mil) en lugares donde hay más incidencia de conflagraciones forestales. Gracias a acciones como esas, se han reducido los siniestros.

Los bomberos universitarios, además, brindan capacitación a trabajadores, estudiantes y personas interesadas en el uso de extintores y qué hacer en caso de incendio, fugas de gas o cortos circuitos, así como brindar primeros auxilios, en conjunto con personal de Protección Civil. Estas capacitaciones aumentaron en los últimos años; alcanzan la cifra de 35 mil al año.

Vocación y entrega

En la memoria de los bomberos universitarios quedan servicios “grandes”, como los sismos del 19 de septiembre de 1985 y 2017, que “dejaron huella en nosotros y en los compañeros de aquel entonces -muchos de los cuales ya se jubilaron-, y una lección muy importante: prepararnos y ser más profesionales cada día, con entrega y cariño por nuestro trabajo”, señala Hernández Camarillo. 

También rememora la explosión en la antigua sede del Instituto de Investigaciones Biomédicas, en las primeras horas del 1 de junio de 1998, así como algunos incendios forestales relevantes en la Reserva Ecológica.

En tanto, Varela Ávila recuerda que “los compañeros que estaban al momento del sismo de 2017 fueron los primeros en llegar al colegio Enrique Rébsamen”, donde ayudaron a rescatar los cuerpos de niños y adultos. Además, los bomberos universitarios salieron en auxilio de la población en otras entidades, por ejemplo durante el huracán Paulina (1997), que devastó el puerto de Acapulco.

Pero ¿qué se necesita para ser bombero y arriesgar la vida por los demás? Los estudios mínimos requeridos son de secundaria; por supuesto, eso no es suficiente, se necesita entusiasmo, capacitación, preparación, valor y espíritu de servicio a la sociedad.

Los integrantes de este heroico cuerpo tienen, además, algún oficio o profesión: herreros, carpinteros, mecánicos, albañiles, electricistas, arquitectos o ingenieros, gracias a lo cual “somos autosuficientes cuando algo se descompone”, destaca Varela Ávila.

Hace años, relata, un equipo de bomberos francés que estaba de visita actuó de la siguiente manera ante una estructura colapsada: “sacó planos, cortes y herramientas; aquí, con un serrucho, nuestros compañeros albañiles que sabían poner polines, tablas y demás, hicieron un apuntalamiento del edificio que los dejó asombrados. En la práctica somos muy eficientes; con lo que tenemos, sabemos trabajar”.

Para estos profesionales es, además, una cuestión familiar. El padre de Hernández (a cargo del Departamento desde hace 16 años) también fue bombero, al igual que dos de sus hermanos; “así me nació la inquietud”.

Ricardo Varela, con 33 años de servicio, ingresó cuando tenía 18 años de edad. Hoy, uno de sus hijos es parte del equipo. “Mi familia está contenta, aunque siempre con preocupación, porque sabemos cuándo salimos, pero no cuándo vamos a regresar”.

Orgullo puma

Suena la chicharra y en cuestión de segundos se preparan para atender el llamado de emergencia: se registra un “Beta 9”, es decir, una fuga de gas en una entidad académica de Ciudad Universitaria.

Luego de acudir a atender el evento, el teniente Arturo Bastida Camacho, a cargo del equipo, relata que se revisaron conexiones y llaves de paso en un laboratorio que presentaba olor a gas; el evento fue negativo a una fuga. “Posiblemente dejaron la llave abierta, así que recomendamos que el personal que vaya a hacer uso de ese espacio sepa cómo se cierran las llaves de paso y qué hacer para que no se provoque un accidente”.

A bordo de un camión motobomba, el maquinista explica que lo trata como si fuera suyo. “Nos sirve para cualquier emergencia y representa protección para los compañeros que van a mi mando. Debo estar listo; ellos dependen de mí, no puedo fallar”.

Todos los días revisa, por segunda vez después de que otro bombero ya lo ha hecho, que los niveles de agua, anticongelante y aceite sean los correctos. También supervisa las llantas, que las mangueras y las conexiones estén en buen estado, o que la fuente de poder arranque, hasta asegurarse que todo está listo para trabajar.

“Para mí, no sólo es un orgullo ser bombero, sino ser universitario, y más ahora que tengo a mi mando a personal. Me enorgullece saber qué hacer y así protegerlos en cada emergencia que atendemos”.

Ricardo Varela añade que cuando hay un incendio “es mentira que salimos sin miedo, somos seres humanos y sí lo sentimos”; lo único que hay que hacer es tomar todas las precauciones. Pero al mismo tiempo “se siente bonito salvar vidas y ser reconocidos por la sociedad. Es un honor cumplir otro año más y un logro estar aquí para celebrar, este día 22, otro Día del Bombero”.

Trabajadores sociales: De la asistencia a la intervención creativa e innovadora

  • Aída Valero Chávez afirma que los profesionales en esta disciplina deben contribuir a formar ciudadanos conscientes de sus derechos, pero también de sus responsabilidades

  • En ocasión de la efeméride de estos especialistas –que se celebra el 21 de agosto– destaca su función para fortalecer el tejido social

 

Desde hace años, el trabajo social se ha relacionado a la lucha social y a la búsqueda del bienestar. Se trata de una disciplina comprometida con la humanidad que aporta a los ámbitos de la justicia, derechos humanos, diversidad, respeto y equidad, asegura la académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, Aída Valero Chávez.

Cada día se presentan nuevos y diversos retos que afectan a diferentes grupos, desde los sectores más vulnerables y excluidos hasta aquellas sociedades medias que tienen otro tipo de problemáticas.

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, en el país existen 133 instituciones educativas públicas y privadas en las cuales se imparte Trabajo Social.

Datos estadísticos de la Dirección General de Administración Escolar de la UNAM indican que en el ciclo escolar 2020-2021 el número de aspirantes a ingresar a esa licenciatura fue de cuatro mil 452. Del total del alumnado de primer semestre, 77 por ciento fueron mujeres y 23 por ciento hombres.


En la actualidad, la ENTS atiende una matrícula de casi tres mil personas: 580 varones y dos mil 403 mujeres. Además, la cantidad de estudiantes que ingresan en las modalidades abierta y a distancia se incrementa paulatinamente. Por ejemplo, en 2003 había 70 inscritos, mientras que en 2021 la cifra aumentó a mil.

Con motivo del Día Nacional de las y los Trabajadores Sociales –que se conmemora desde hace dos años el 21 de agosto–, la estudiosa de temas como violencia social, inseguridad pública y la condición social de los jóvenes, entre otros ámbitos, resalta:

En la actualidad pasaron del papel asistencialista y filantrópico que asumían hace años, a la acción, hacia una intervención creativa, innovadora basada en las garantías fundamentales y la solidaridad para procurar el desarrollo social y humano. Sin embargo, el número de expertos en la materia es insuficiente para atender las grandes dificultades.

Los desafíos, enfatiza, son su profesionalización y actualización permanente en temas de salud, violencia social en todas sus dimensiones, migración, derechos humanos, familias diversas, enfermedades emergentes, educación formal e informal, sistemas de justicia, adultos mayores, embarazo adolescente, etcétera, además de vincularse con redes de expertos e incorporar a su labor el uso de nuevas tecnologías que permitan mayor vinculación y difusión de estas en los ámbitos nacional e internacional.

Aída Valero subraya que su rol fundamental es educativo en diferentes áreas de intervención. “Tenemos la función de investigar, sensibilizar y promover acciones colectivas, de tal manera que debemos contribuir a formar ciudadanos, en el amplio sentido de la palabra, conscientes de sus derechos, pero también de sus responsabilidades”.

Contamos con metodologías específicas para ello, ya sea con individuos, grupos o comunidades, cada uno de esos mecanismos tiene sus particularidades. Las políticas públicas nos brindan diferentes espacios de actuación, aunque debemos conocer cuáles son las exigencias que nos imponen las instituciones y las condiciones que tenemos para hacer un vínculo entre estas y los ciudadanos, refiere.

Para lograr ese objetivo, los programas sociales tienen un papel fundamental mientras que las organizaciones civiles son un nicho para la intervención, señala.

Por la importancia de la labor que realizan, en enero de 2019, en la Reunión Anual de la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior en Trabajo Social, se acordó impulsar el 21 de agosto como el Día Nacional de las y los Trabadores Sociales. Luego de un proceso legislativo que transitó del Senado de la República a la Cámara de Diputados, el 29 de abril de 2021 el Poder Legislativo oficializó este hecho. El decreto se dio a conocer en el Diario Oficial de la Federación el 2 de junio de 2021.

Áreas de participación

El licenciado en Trabajo Social es un profesional que está preparado para atender problemas multidimensionales que requieren un abordaje a partir de diversas disciplinas, ya que busca contribuir en la mejora de las condiciones de vida de la población y el fortalecimiento del tejido social.

El aspirante para ingresar a esa licenciatura debe contar con conocimientos, habilidades y actitudes correspondientes a una formación propedéutica de bachillerato, preferentemente en el área de las Ciencias Sociales, además de saberes básicos en Economía, Política, Derecho, Antropología y Sociología, entre otros requisitos académicos.

Se desempeña laboralmente en la planeación, gestión, promoción, implementación y evaluación de procesos, planes, programas y proyectos sociales con miras a contribuir en el diseño y desarrollo de políticas públicas en las áreas de salud, asistencia social, educación, procuración de justicia, medio ambiente, género y derechos humanos.

Los organismos en los que puede colaborar son instituciones de salud; de educación básica, media superior y superior; en el sistema de justicia, como tribunales, juzgados, penitenciarías; secretarías del gobierno federal y locales; centros de desarrollo comunitario y organizaciones de la sociedad civil.

Las personas expertas en Trabajo Social son el puente sensible entre las necesidades humanas básicas y los elementos satisfactorios de las mismas. Al explorar los desafíos sociales vamos también generando en el entrevistado o en el grupo alguna autorreflexión de dónde están y hacia dónde van, afirma Aída Valero.

“Es fundamental dar esperanza y confianza, así como crear solidaridad. Entonces, los trabajadores sociales tenemos un papel importante en estas acciones que tienen cimentadas los egresados; además de la ética, el respeto a los derechos humanos y los estudios de género como ejes”, agrega.

A 82 años del asesinato de León Trotski en Coyoacán

1. León Trotski, quien llegó a México en calidad de asilado político el 9 de enero de 1937, durante el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas, ya había sido víctima de un atentado casi tres meses antes, en la madrugada del 24 de mayo de 1940.

En esa ocasión, un grupo de estalinistas mexicanos, entre los que se contaba el pintor y muralista David Alfaro Siqueiros, logró meterse en su casa de la calle de Viena 19, en Coyoacán, y disparar con armas de fuego más de 400 tiros contra su habitación. Sin embargo, tanto Trotski como su segunda esposa, Natalia Sedova, pudieron guarecerse debajo de la cama y salir ilesos.

2. Martes 20 de agosto de 1940, 17:20 horas. Trotski, nacido en Yánovka, Ucrania, el 7 de noviembre de 1879, y el español Ramón Mercader, quien se hace llamar Frank Jackson y dice ser originario de Canadá (anteriormente también ha usado el alias Jacques Mornard, de nacionalidad belga), entran en el despacho del primero.

Hijo de la cubana Caridad Mercader, ex agente del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD, por sus siglas en ruso) de la URSS, Ramón fue reclutado por esta agencia a cargo del siniestro Lavrenti Beria para cumplir uno de los deseos más obsesivos del dictador soviético Josef Stalin: matar a Trotski, a quien considera su archienemigo.

Así, sedujo y enamoró a Sylvia Ageloff, asistente de Trotski, con la intención de acercarse a éste, y ha tenido éxito: hasta hoy ha visitado una docena de veces la casa del fundador del Ejército Rojo sin ser registrado por sus guardaespaldas y ha convivido con él y sus colaboradores sin despertar sospechas.

Mientras le alarga unas cuartillas, Ramón le dice a Trotski que ya corrigió el artículo que le mostró unos días antes. El político ruso de origen judío coge las hojas y se pone a leerlas.

Ramón se sitúa a espaldas de Trotski. A pesar de que es un fanático estalinista, el pánico lo domina. Pero bien sabe que no tiene escapatoria, pues Stalin no perdona a todo aquel que osa incumplir una de sus órdenes.

Trotski ya ha hecho en el escrito una o dos correcciones con una pluma. Por la ventana que da al jardín se ven algunas nubes grises en el cielo. Ramón, entretanto, se debate consigo mismo. Un sudor helado le resbala por las sienes. Entonces, de repente, concluye que lo mejor es terminar lo más pronto posible su cometido y largarse de ahí.

Se lleva la mano derecha al interior de su impermeable, de donde saca un piolet. El silencio en la casa es absoluto. Ramón alza el piolet por encima de su cabeza y lo hunde con fuerza en el cráneo de Trotski.

Un grito escalofriante inunda la casa y se desborda por el jardín. Impulsado por el terror y la rabia, Trotski se abalanza sobre su atacante y le muerde la mano que sigue empuñando el piolet.

Al cabo de un momento, los integrantes de su guardia se hacen presenten en el lugar y lo hallan de pie, junto a la puerta, con la cabeza y el rostro sangrantes, y a Ramón paralizado delante de la ventana.

Sujetan a Ramón, lo golpean con la cacha de sus armas y lo inmovilizan. Natalia Sedova llega y, al percatarse de que su esposo está mal herido, rompe en llanto y lo abraza. Minutos después, Trotski es trasladado en una ambulancia al Puesto Central de Socorros de la Cruz Verde.

3. Trotski luchó varias horas con la muerte, pero finalmente falleció hacia el anochecer del 21 de agosto de 1940. A sus exequias, celebradas en la Ciudad de México, acudieron cerca de 300 mil personas.

Sus cenizas reposan junto a las de Natalia Sedova, muerta en 1962, en el jardín de lo que fue su hogar y ahora es el Museo Casa de León Trotski, dentro de una estela rectangular de concreto con la hoz y el martillo al frente, diseñada por el pintor y arquitecto mexicano Juan O’Gorman.

Por su parte, Ramón Mercader fue condenado a 20 años de prisión. Salió libre de la Penitenciaria de Lecumberri el 6 de mayo de 1960. Posteriormente viajó a la URSS, donde se le condecoró en secreto como Héroe de la Unión Soviética con la Orden de Lenin y la Estrella de Oro. Enfermo de un cáncer óseo, expiró el 19 de octubre de 1978 en La Habana, Cuba.

¿Y Stalin? Murió solo, en una habitación de su dacha de Kúntsevo, no lejos de Moscú, el 5 de marzo de 1953, a consecuencia de un ataque cerebrovascular.