Psoriasis: repercute hasta en la vida sexual, laboral y económica de los pacientes

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la aparición de lesiones rojizas y escamosas en el tronco, las extremidades, el cuero cabelludo (especialmente el de la región occipital), los codos, las rodillas y la parte baja de la espalda, a consecuencia de la proliferación de los queratinocitos, las células predominantes de la epidermis.

Se manifiesta mediante brotes con periodos de mejoría y de remisión o empeoramiento que prácticamente duran toda la vida y que repercuten en el ámbito físico, emocional, sexual, laboral y económico de los pacientes.

“La psoriasis en placas es la más común y produce parches secos, elevados y rojos cubiertos de escamas gruesas y blanquecinas que, al causar prurito o comezón, alteran la calidad de vida de quienes la padecen”, dice Paula Torres Camacho, dermatóloga de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Otros tipos de psoriasis son la infantil, que puede aparecer entre los ocho y los 10 años, y la invertida, que afecta las axilas, las ingles, las orejas, los pliegues inframamarios, los genitales, el ombligo y el pliegue interglúteo, entre otras zonas.

“Aunque en México no se dispone de estudios epidemiológicos sobre la psoriasis, se piensa que es padecida por 2% de la población. En la mayoría de los casos surge por primera vez entre los 20 y los 40 años, tanto en hombres como en mujeres”, comenta la especialista universitaria.

No contagiosa

La psoriasis no es una enfermedad contagiosa, sino una enfermedad inmunológica que, si bien no se hereda, sí tiene un componente genético (el gen más relacionado con ella es el HLA-Cw6, que se localiza en el cromosoma 6).

Se inicia cuando los linfocitos T, células del sistema inmunológico que ayudan a proteger el cuerpo de las infecciones, se activan de manera indebida y desencadenan diversas respuestas inmunitarias, entre ellas, la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, y la proliferación de los queratinocitos.

“Como la reproducción de los queratinocitos aumenta, en lugar de que el proceso de cambio y descamación de la piel ocurra cada 28 días, como es lo normal, ocurre cada tres o cuatro días. Esto ocasiona que los queratinocitos suban demasiado rápido y se acumulen en la superficie de la epidermis, donde se forman placas de escamas gruesas y blanquecinas”, explica Torres Camacho.

Luego de varios estudios, la psoriasis se asocia hoy en día al síndrome metabólico, la dislipidemia (niveles altos de lípidos en la sangre), la hipertensión arterial, la obesidad y la diabetes, entre otros padecimientos.

“También se agrava con la inmunosupresión que experimentan los pacientes con el virus de inmunodeficiencia humana o VIH”, añade la especialista.

No curable

Según la distribución, el enrojecimiento, la cantidad y el grosor de las lesiones escamosas, la psoriasis se clasifica en leve, moderada y severa.

“Esto da la pauta para que el dermatólogo, previa valoración clínica del paciente, le prescriba a éste un tratamiento tópico (con cremas, análogos de la vitamina D, retinoides…) o sistémico (con sustancias administradas por vía oral o inyectable). Ahora bien, las investigaciones actuales están muy orientadas al tratamiento con medicamentos biológicos. Sin embargo, éstos son muy costosos y causan efectos secundarios que deben ser monitoreados más estrechamente. Con todo, hasta la fecha, la psoriasis no es curable.”

De acuerdo con Torres Camacho, para diagnosticar esta enfermedad es necesario que el dermatólogo le practique al paciente un examen clínico y sólo en caso de que no tenga una buena evolución o una sintomatología clara hay que descartar otras afecciones por medio de un estudio histopatológico.

“Pero, finalmente, el examen clínico es lo que permite hacer el diagnóstico de la psoriasis. Por eso, si una persona descubre algunas lesiones cutáneas en su cuerpo y no sabe por qué surgieron, debe acudir a un dermatólogo. Por lo demás, es muy importante mantener el organismo en buenas condiciones para no desarrollar síndrome metabólico, dislipidemia, hipertensión arterial, obesidad o diabetes, que pueden agravarla”, concluye.

Recuadro:

La frase
“Aunque en México no se dispone de estudios epidemiológicos sobre la psoriasis, se piensa que es padecida por 2% de la población”

Paula Torres Camacho
Dermatóloga de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM

¡Qué estrés! ¿Qué voy a hacer al terminar la carrera?

La primera vez que Armando Ballinas Nanguelu, egresado de la maestría en Ciencia e Ingeniería de la Computación de la UNAM, se postuló para trabajar en la empresa de tecnología Google no lo consiguió, como ocurre casi siempre cuando se busca empleo.

Sin embargo, Armando enfrentó el rechazo, lo volvió a intentar, y ahora es parte del equipo de ingenieros que desarrollan software para la top tech en el campus de Sunnyvale, California.

Para muchos universitarios pensar en lo que sigue después de egresar de la licenciatura genera incertidumbre y estrés. En ese sentido, la Secretaría de Vinculación de la Facultad de Ciencias de la UNAM organiza una serie de pláticas virtuales bajo el título La vida Después de la Fac., con la intención de acercar la experiencia de sus egresados en el ámbito laboral con los estudiantes.

Ballinas Nanguelu reconoció que en la elección de carrera los estudiantes, desde la secundaria o a inicio del bachillerato, están presionados para elegir una profesión que muchas veces tiene que ver con la tradición familiar, y subrayó que los jóvenes deben reflexionar para decidir cambiarla con el propósito de explotar el desarrollo pleno de sus capacidades.

A partir del confinamiento por la pandemia de COVID-19 y el trabajo en casa la tecnología cobró relevancia en la vida cotidiana, por ello, formarse en áreas como ciencias de la computación abre un abanico de posibilidades para conseguir empleo a futuro.

En ese contexto, comunicarse en otro idioma, “particularmente en inglés porque es el estándar de facto para la industria y para la academia”, analizar algoritmos, realizar estructuras de datos, conocer por lo menos un lenguaje de programación y tener una visa de trabajo son algunos de los requisitos que empresas como Oracle (MDC), Google, Facebook y Microsoft solicitan a sus postulantes.

Pero estas grandes empresas “también contratan a psicólogos, ingenieros civiles, arquitectos, diseñadores gráficos o industriales”, comentó el universitario.

Al tema de no saber otro idioma se suman el temor a cometer errores y al rechazo, las inseguridades personales, el desconocimiento de las propias habilidades y la falta de capacitación, problemas que experimentan muchos jóvenes en su búsqueda de empleo.

“Es que mi inglés no es muy bueno, es que me da miedo, ese tipo de barreras sí recomiendo que las rompamos, que las analicemos y que nos aventuremos a dar el paso hacia allá. Eso no sólo puede determinar si te quedas o no en el puesto, incluso si no te contratan te vas a sentir más seguro para volver a intentarlo”.

Aunque es difícil tener certezas en el ámbito laboral, Ballinas Nanguelu llamó a que nunca dejemos de aprender, incluso de los errores. Conocer y desarrollar las habilidades y fortalezas que cada uno tiene, evitar cerrarse a las posibilidades y a otras opiniones, asumir el riesgo de tomar decisiones y actualizarse, pero sobre todo, a tener autoconfianza.