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Rakus, el orangután que se automedicó con plantas

En 1974, un chimpancé solitario comía en el Parque Nacional de Gombe, en Tanzania, cuando fue rodeado por ocho chimpancés que lo inmovilizaron y golpearon hasta matarlo.

Este episodio dio lugar a la “Guerra de los cuatro años”, un conflicto que desató una ola de violencia y asesinatos en la que murió la tercera parte de esta comunidad de primates.

Fue un suceso importante porque los científicos detectaron que los chimpancés se dividieron en dos bandos y fabricaron sus propias armas para atacarse entre ellos: usaban piedras y hacían lanzas. Sin embargo, lo más relevante fue el desarrollo del lenguaje, ya que pudieron transmitir lo que pensaban y planeaban.

En entrevista para UNAM Global, Tomás Espinosa, académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, explicó que los biólogos observaron que los chimpancés se curaban a sí mismos con diversas plantas y con las alas de insectos, aunque no se sabe con exactitud cuáles.

Medio siglo más tarde, en una reserva forestal de Indonesia, un orangután macho llamado Rakus se curó una herida en el rostro con hojas de una planta medicinal que masticó. Es la primera vez que se detecta esta actividad en un animal de esta especie.

Se conjetura que salió herido en una pelea con otro macho, ya fuera por territorio o por hembras. En todo caso, este es el primer reporte de un orangután que se cura a sí mismo.

Estos ejemplos no son ciencia ficción, como las películas de El planeta de los simios, sino realidad. Rakus, como los chimpancés de Tanzania, pertenece a la especie de los primates, familia a la que también pertenecen los humanos.

Siempre se ha creído que los orangutanes tienen la inteligencia de un niño de entre cinco y ocho años, y se pensaba que de ahí no pasarían. Sin embargo, Rakus ha sorprendido a la comunidad científica con esta actividad.

¿Cómo supo qué planta usar?

Particularmente, los orangutanes habitan en los árboles y son muy territoriales. Además, son solitarios, tienden a tener hábitos individuales y sólo desarrollan un vínculo cuando la cría está con la madre, quien les brinda cuidados y educación.

Al igual que el ser humano, aprenden por imitación o por ensayo y error. Algunos estudios han encontrado que así también desarrolló el lenguaje el ser humano.

Los orangutanes se alimentan de frutas, plantas, tallos y hojas. Hasta el momento se sabe que Rakus utilizó las hojas de berberina, una planta natural de Indonesia que se usa para tratar enfermedades como la diabetes y la malaria, y como analgésico, antibiótico y antiinflamatorio.

Lo sorprendente de Rakus es que seleccionó la planta indicada, la masticó y la mezcló con su saliva para crear un ungüento que él mismo se aplicó. Después de su tratamiento, se la comió como parte de su alimentación.

Quizás lo hizo porque en otro momento habría sentido alivio al consumirla, o pudo aprenderlo de otros orangutanes. Estos primates tienen una gran memoria, son capaces de almacenar información por varios años y pueden imitar a otras especies para lograr algo.

A dosis mayores que la utilizada por Rakus, la berberina evita la formación bacteriana y es útil contra insectos como moscas, entre otros artrópodos patógenos. Algunos reportes señalan que días después de aplicarse, comienza la cicatrización.

Además, Rakus disminuyó su actividad cotidiana aproximadamente en un 30 por ciento. “Es curioso, pero eso es lo que nos recomienda el médico para conservar la energía y que la curación sea mucho más pronta”.

¿Han evolucionado?

En 2019, en el Parque Nacional del Hongo, en el occidente de África, ocurrió algo similar. Se observó a un grupo de chimpancés que se curaban sus heridas o lesiones ellos mismos, pero utilizaban las alas de insectos, musgos e incluso artrópodos; les quitaban las alitas y se los ponían en las heridas.

Así como los humanos han evolucionado y alcanzado grandes logros, estos primates también podrían hacerlo. Sin embargo, hemos frenado su evolución porque el último reporte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza reveló que sólo quedan 70 mil orangutanes en vida libre.

“No sólo hemos limitado su evolución, sino también diezmado sus poblaciones al fraccionar sus hábitats y con el tráfico ilegal de especies, además del cambio climático”.

Mientras haya oferta y demanda, el tráfico ilegal de animales nunca se acabará. Por eso, es importante concientizar a la población sobre este tema, cambiar su forma de pensar y poner énfasis en la educación ambiental.

Ideas destacadas

  • En 1974, un chimpancé en Tanzania fue asesinado por otros chimpancés, desencadenando la “Guerra de los cuatro años”.
  • Los chimpancés de Gombe mostraron un desarrollo del lenguaje durante sus conflictos.
  • Tomás Espinosa de la UNAM explicó que los chimpancés se curan con plantas e insectos.
  • Un orangután llamado Rakus en Indonesia se curó una herida con una planta medicinal.
  • Los orangutanes tienen una gran memoria y pueden aprender por imitación.
  • La berberina, utilizada por Rakus, tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.
  • En 2019, chimpancés en África fueron observados curándose con insectos y musgos.
  • El tráfico ilegal y la fragmentación de hábitats están limitando la evolución de los primates.