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Zoonosis inversa: una creciente amenaza para los primates

Además de la caza ilegal y la destrucción de sus ecosistemas, los primates han enfrentado otro peligro que pone en riesgo su existencia en los últimos 20 años: las enfermedades transmitidas por los humanos. Este fenómeno, conocido como zoonosis inversa, ha puesto en alerta a la comunidad científica, dado que los primates son vulnerables a padecimientos como la neumonía, la tuberculosis y la fiebre amarilla.

La situación es alarmante y dos estudios revelan que los casos de zoonosis inversa, que no son tan raros como se cree, van en aumento en lo que se refiere a primates. Un trabajo publicado en 2018 en la revista EcoHealth recopila varias investigaciones sobre la zoonosis inversa; los resultados mostraron que había al menos 33 casos probables o confirmados de transmisión de patógenos de humanos a primates.

En otro trabajo, que contó con la participación de diversas universidades de Estados Unidos, se realizó una revisión a estudios que documentaban casos de zoonosis inversa. La investigación encontró que de 97 casos de zoonosis inversa que se presentaron en 2022, 57 estaban relacionados con primates.

Para indagar por qué los casos de zoonosis inversa se están presentando con mayor frecuencia en los primates, entrevistamos al Dr. Francisco Monroy López, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

“La zoonosis inversa, aunque en realidad solo deberíamos conocerla como zoonosis, es muy frecuente que ocurra. El antecedente más reciente fue con el COVID-19, cuando hubo varios animales que dieron positivo a esta enfermedad. En el Zoológico del Bronx en Nueva York se presentaron algunos casos en grandes felinos y también en primates. Hubo sacrificios de visones para evitar el riesgo de que se potencializara la transmisión del virus. Entonces, en primera instancia, no es raro que los humanos contagiemos a los animales con nuestras enfermedades”, dijo el especialista de la FMVZ.

Monroy López explicó que los primates están siendo afectados con nuestras enfermedades debido a que “casi en un 97%, son idénticos en su genoma a nosotros y eso hace que ellos sean susceptibles”. Por ejemplo, la tuberculosis, enfermedad infecciosa normalmente contraída por los humanos, ha sido identificada como una de las principales causas de brotes en primates cautivos.

Aunque no se tienen cifras exactas, también se han reportado casos de primates afectados por enfermedades virales como la neumonía.

De igual manera, la fiebre amarilla ha causado estragos en poblaciones de primates en América. Introducida en esta parte del mundo en el siglo XVII, no había alcanzado a los primates sino hasta hace algunos años. Cuando en Brasil, entre 2016 y 2018, se presentó el mayor brote de fiebre amarilla en nuestro continente en los últimos 50 años, los primates fueron afectados gravemente: a lo largo de 2017, se perdió al menos el 30% de la población de tamarinos y en los monos aulladores la tasa de mortalidad de la enfermedad fue de 90%.

Además de la alta similitud entre nuestro genoma y el de los primates, Monroy López explicó que otros dos factores favorecen la transmisión de nuestras enfermedades a estos animales: el ecoturismo y la destrucción de los hábitats.

El ecoturismo tiene muchas ventajas, pero también tiene sus contras. Por ejemplo, a diferencia de los zoológicos o los centros de investigación de animales, no hay medidas de restricción. En el ecoturismo una persona común y corriente se puede acercar más de lo normal a un animal y le puede transmitir una enfermedad. En este caso, lo mejor es tomar las precauciones adecuadas no solo para cuidarnos a nosotros, sino también a ellos”, apuntó.

En consecuencia, y dado que en los últimos años este tipo de turismo ha tenido un crecimiento importante, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) emitió una serie de recomendaciones para los turistas que visitan las zonas donde los primates habitan, como portar mascarilla, formar grupos de nueve personas, que la observación se limite a una hora y que la distancia entre turista y animal sea de al menos siete metros.

Sin embargo, en 2022, un trabajo publicado en PLOS One titulado “Analyzing the popularity of YouTube videos that violate mountain gorilla tourism regulations” exhibió que las medidas no eran cumplidas en un 40% de los casos.

Por otro lado, como los humanos estamos destruyendo los hábitats de distintas especies, las posibilidades de entrar en contacto con primates u otros animales aumenta irremediablemente y, por tanto, también se incrementa la posibilidad de que ellos nos contagien con alguna enfermedad o viceversa.

Ante este panorama, el experto universitario manifestó que no solo es necesario que tomemos mayores medidas que promuevan la conservación de los animales, sino también, pensando en el contacto directo, que consideremos cómo debemos interactuar con ellos sin comprometer su salud.

Ideas destacadas:

  • Los primates enfrentan el peligro de enfermedades transmitidas por humanos, conocido como zoonosis inversa.
  • Estudios muestran un aumento en los casos de zoonosis inversa en primates.
  • El genoma de los primates, muy similar al humano, los hace susceptibles a enfermedades como la tuberculosis y la neumonía.
  • El ecoturismo y la destrucción de hábitats incrementan el riesgo de transmisión de enfermedades entre humanos y primates.
  • Es necesario tomar medidas para la conservación de los animales y considerar cómo interactuamos con ellos para no comprometer su salud.