Desde pequeño, Miguel Alcubierre Moya, director del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, se sentía atraído por las estrellas y se levantaba por las noches para contemplarlas. A los 13 años decidió estudiar astronomía, aunque su camino de desvió hacia la astrofísica.
Después de leer varios libros de ciencia-ficción de autores como Isaac Asimov, y otras publicaciones de divulgación científica donde explicaban el origen de la astronomía, le llamaron la atención los planetas y las estrellas.
A los 15 años sus padres le regalaron un telescopio y se pasaba las noches mirando los astros. “Decidí que ese era mi camino, pero en México no existe la carrera de astronomía, todos empiezan como físicos y así comencé esta ciencia”.
Durante la carrera se interesó por otras cuestiones, y finalmente se dirigió a la astrofísica, donde estudió agujeros negros y las ondas gravitacionales cuando todavía se consideraban un aspecto teórico.
De hecho, cuando las ondas gravitacionales se detectaron en 2016 fue todo un suceso no sólo para la comunidad científica, sino también para Alcubierre Moya. “Fue fantástico, tanto a nivel teórico como a nivel observacional, porque valida el trabajo de varios científicos durante décadas”.
En entrevista para UNAM Global explicó que las investigaciones sobre el tema ahora tienen sentido, además de una aplicación en el Universo real.
¿De qué se trata?
Las ondas gravitacionales son deformaciones del espacio-tiempo que viajan a la velocidad de la luz y son producidas por eventos astrofísicos violentos.
Por ejemplo, cuando dos estrellas llamadas binarias se mueven una con otra a grandes velocidades y chocan producirán una perturbación en la gravedad y se propagará igual que la luz. Otro caso, es el choque de dos agujeros negros que no emiten luz.
Al observarlas, la comunidad astronómica puede identificar el comportamiento de la materia de enormes densidades que existe en el Universo.
Así, las ondas gravitacionales tienen información diferente que no viene con la luz, de hecho, aprenderemos mucho del Universo y esperamos que en el futuro existan muchas más detecciones de estos eventos, concluyó.