La rutina cambió desde diciembre de 2019 cuando se supo de la existencia de un nuevo huésped que llegaba para albergarse en los cuerpos, sanos o no, para desgarrarlos por dentro.
La cotidianeidad también cambió para cirujanos, neumólogos, infectólogos y médicos residentes en los hospitales de México, quienes se prepararon desde finales del 2019 hasta febrero de 2020 que se dio el primer caso por la COVID-19 en pacientes, relató Samuel Sevilla Fuentes, médico del servicio de infectología del Hospital General de México “Eduardo Liceaga”.
En conversación con UNAM GLOBAL explicó cómo dedican todo el día al paciente COVID: por 24 horas lo “atienden de forma integral”, historial clínico, exploración física y antecedentes. Trabajan con los estigmas de la enfermedad: aislados y distanciados de su familia. “Intentamos acercarnos a la parte humana con video, llamadas con sus familiares y entregando cartas”.
Todos los días trabajan para cambiar la percepción de la enfermedad, “pero insistimos en el quédate en casa, lávate las manos y la sana distancia. Como médico te toque ver a las personas en los últimos momentos de vida te pega, pero también hay otros que salen caminando y te agradecen”.
Su trabajo en las ya designadas “áreas COVID” los obliga a utilizar un uniforme específico. Padecen sed, hambre y dolor por no poder quitártelo, “pero ya adentro no importa tanto, ahí adentro es la pasión, el gusto y hacer lo que te toca porque eres parte del equipo que lucha para frenar esta enfermedad, eso nos mantiene trabajando al 200 por ciento”.
Desde hace seis meses su dinámica es distinta, hasta las llamadas con sus parientes han cambiado. “Cuídate mucho” es lo habitual en cada una de ellas, la familia vive preocupada y con angustia. “La vocación de todos mis compañeros y mía nos hace levantarnos todos los días para ayudar un poco”.
Samuel relató que su jornada inicia a las seis y media de la mañana en el hospital, compañeros médicos de la guardia anterior le entregan información de los pacientes COVID, revisan medicación prescrita y estudios previos para analizar su avance. “Nos preparamos para entrar a la zona COVID en el ala de médicos. La sanitización se realiza constantemente en manos e instrumental médico. Nuestra estancia con los pacientes es de 10 a 14 horas y no salimos de esa zona. Pero ya es un turno normal al que nos estamos habituando todos”.