“Es un honor pelear por la UNAM. Era el sueño de mi vida, y escuchar los Goya fue muy padre.”
—Dulce María Pérez Pérez
La resiliencia como fuerza interior
A lo largo de nuestra vida, se nos presentan desafíos, obstáculos y momentos de incertidumbre que, muchas veces, ponen a prueba nuestra confianza y nos hacen dudar de nuestras capacidades. Sin embargo, una de las cualidades más poderosas del ser humano es la resiliencia: la capacidad de fortalecerse tras cada caída.
Para Dulce María Pérez Pérez, estudiante del séptimo semestre de la carrera de enfermería, las adversidades, lejos de ser un freno, cimentaron su resiliencia, carácter y determinación para alcanzar el éxito. Así lo demostró al ganar la medalla de oro en taekwondo, en la categoría de los 67 kilogramos, durante la primera etapa del Campeonato Nacional Universitario 2025.
“Esta competencia fue un reto personal: venía de dos lesiones y un torneo difícil”, compartió.
Una competencia con historia
Dulce comentó a UNAM Global que esta competencia representó un reto personal, ya que venía recuperándose de dos lesiones. Además, antes de este torneo había participado en otro donde su desempeño no fue óptimo. Entonces, más allá del componente físico que exige este tipo de certámenes, enfrentaba una prueba de carácter.
“Ya sabía contra quién iba a competir, y eso era una ventaja; pero lo que había vivido en el último año era una barrera mental.”
“Afortunadamente, el coach Gonzalo García Díaz Sandi me mantuvo calmada, recordándome que íbamos una pelea a la vez. La adrenalina me fue ayudando y logré un buen desempeño. Cuando gané, fue algo que no sé cómo describir. Es un honor pelear por la UNAM. Era el sueño de mi vida, y escuchar los Goya fue muy padre”.

Obtener esta medalla, explicó, es un recordatorio de una filosofía que se le ha inculcado desde niña: “En el deporte siempre habrá momentos malos, pero la oportunidad de revancha, de hacer mejor las cosas, siempre estará presente.”
Una pasión desde los cuatro años
La joven estudiante de la FES Iztacala adquirió el gusto por el taekwondo desde los cuatro años. Desde entonces, su ambición siempre fue participar en diversos eventos y ganarlos. Esa mentalidad se fortaleció con una experiencia vivida junto a una de sus maestras, Dolores Knoll, quien ganó una medalla de bronce en el Mundial de Taekwondo de 1991.
“En alguna ocasión, ella llevó su medalla a un examen y dijo: ‘La pueden tocar y ver, pero no se la pueden colgar. Si quieren colgársela, necesitan ganársela’.”
“Cuando salí del examen, le dije a mi mamá: ‘Yo quiero una de esas’, y me apoyó. Desde ese momento comenzó mi pasión por este deporte”, mencionó.
A lo largo de su camino deportivo, Dulce ha atravesado diferentes niveles y, una vez que llegó a la cinta negra, pudo finalmente competir en un torneo Nacional Junior. En los últimos años, ha combinado el amor por el taekwondo con sus estudios.

Dos sueños: el Mundial y su propio dojang
Pensando en el futuro, tiene dos sueños: el primero es competir en un Mundial de Taekwondo, para lo cual seguirá preparándose para alcanzar un nivel óptimo que le permita ser una de las mejores en su categoría; el segundo, tener su propio dojang —un espacio donde se practica este deporte—, en el cual pueda combinar su pasión deportiva con la enfermería, la carrera que actualmente cursa.
Taekwondo y enfermería: dos vocaciones que se complementan en su proyecto de vida.

Vocación para sanar
A Dulce le falta un año para concluir la carrera de enfermería. En el tiempo que ya ha cursado, se ha enfrentado a los retos de una profesión que, aunque muy exigente, es profundamente humana. Le permite desarrollar sensibilidad para ser mejor persona, procurar a sus pacientes y brindar consuelo cuando se necesita:
“El primer día que puse un pie en el hospital vestida de enfermera fue una sensación muy bella.”
“Ayudar en la evolución de los pacientes es algo gratificante, pero desarrollar otras habilidades humanas es algo de mi carrera que amaré eternamente. Siempre hay que extender la mano cuando el paciente lo requiera, y recomiendo a quienes quieran entrar en esta carrera ser sensibles, empáticos y caritativos”.
