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Dinosaurios ‘mexicanos’: los lagartos terribles que habitaron nuestro país

Los dinosaurios dominaron la Tierra durante 170 millones de años. Su proliferación fue tal que, prácticamente, en todo el mundo podemos encontrar sus restos fósiles. México no es la excepción, ya que cuenta con importantes yacimientos que albergan vestigios de estos “lagartos terribles”.

A pesar de que nuestro país estuvo sumergido bajo el agua durante gran parte de la era mesozoica, la vida terrestre floreció en algunas regiones: lo que hoy conocemos como Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Oaxaca. Por esta razón, diversos científicos han explorado nuestro territorio en busca de fósiles de dinosaurios.

En 1910, Erich Haarmann sentó las bases para que cientos de investigadores comenzaran sus estudios en México. El geólogo alemán llevó a cabo trabajos en el estado de Coahuila para examinar su morfología. Durante su investigación, que tuvo una duración de dos años, descubrió restos fósiles de dinosaurios cornudos.

En los últimos años, México se ha posicionado como un punto de interés para los paleontólogos por su diversidad de dinosaurios. Estos son algunos de los “lagartos terribles” que se han descubierto en nuestro país:

  • Megapnosaurus: Este carnívoro, que vivió durante el Jurásico, medía entre 2 y 3 metros de longitud. Sus fósiles fueron hallados en el Cañón del Huizachal en Tamaulipas. Se caracterizaba por ser un dinosaurio esbelto, con brazos cortos y piernas largas, y destacaba por su inteligencia al cazar herbívoros de tamaño similar, mamíferos o lagartos pequeños.
  • Gorgosaurio: Se han encontrado restos fósiles en Baja California, Sonora y algunas áreas de Coahuila. Este es el carnívoro más grande descubierto en nuestro país. Pariente lejano del tiranosaurio rex, el gorgosaurio alcanzaba los ocho metros de largo y las tres toneladas de peso. Se piensa que era un depredador voraz y ágil que podía correr hasta 40 kilómetros por hora, aunque también se le considera carroñero.
  • Saurornitholestes Se conoce poco sobre este diminuto carnívoro que alcanzaba 1 metro con 80 cm de altura y pesaba entre 20 y 35 kilos. Los únicos restos fósiles encontrados en México (Baja California) corresponden a sus dientes. Las garras de sus patas traseras, en forma de hoz, sugieren que probablemente se anclaban en su presa hasta desgarrarla.
  • Lambeosaurus Perteneciente a la familia de los dinosaurios con pico de pato, se distinguía por su cresta. Herbívoro en su dieta, su tamaño variaba de 9 a 16 metros de largo y su peso de 6 a 23 toneladas; su velocidad era su defensa frente a los carnívoros. Se han hallado restos fósiles en Baja California y Coahuila.
  • Gryposaurus El Instituto de Geología de la UNAM descubrió un ejemplar en Coahuila durante la década de 1980. Es uno de los dinosaurios con más restos fósiles encontrados en México. También era un “pico de pato” y medía 11 metros de largo con un peso de cinco toneladas.
  • Kritosaurus Este dinosaurio llevaba un estilo de vida similar al de los bisontes actuales, desplazándose en grandes manadas en busca de alimento. Alcanzaba los 9 metros de largo. En Sabinas, Coahuila, se descubrió un espécimen casi completo al 80%.
  • Struthiomimus En Coahuila y Baja California se han encontrado restos fósiles. Era parte del grupo de los “imitadores de aves”, con rasgos comunes a los avestruces, medía 4 metros de altura y pesaba 150 kilos.
  • Labocania El primer dinosaurio carnívoro descubierto en México. Fue hallado en la Formación de La Bocana Roja en Ensenada, Baja California. Se cree que era pariente del T. Rex por compartir características similares. Medía seis metros de largo y pesaba cerca de 2 toneladas.
  • Centrosaurio Integrante del grupo de los dinosaurios cornudos, su cresta o gola le servía tanto para intimidar rivales como para protección. Sus patas delanteras, más robustas y cortas, sostenían la mayor parte de su peso. Su dieta se basaba en vegetación baja que arrancaba con su pico óseo y trituraba con dientes que se reemplazaban periódicamente, al igual que los tiburones. Se encontraron restos al oeste y sureste de Coahuila.
  • Velafrons Herbívoro encontrado únicamente en México, su nombre significa ‘frente con una vela’. Alcanzaba los 7.5 metros de largo y pesaba alrededor de seis toneladas. Los restos se hallaron en la Formación Cerro del Pueblo, cerca de Saltillo, Coahuila. Descubierto en 1995, fue extraído en 2002 y se exhibe en el Museo del Desierto.

Se sabe que en México también vivieron especies como el Aublysodon, del cual solo se han encontrado dientes en Puebla; el Troodon, un pequeño carnívoro de 2 metros; el heterodontosaurio, un herbívoro de Tamaulipas; el Alamosaurus, de los “cuello largo”; el chasmosaurio, similar al Triceratops; el Edmontonia y el Euoplocephalus, ambos de la familia de los anquilosaurios.

El estudio de dinosaurios en México, activo por más de un siglo, ha cobrado impulso notable en las últimas décadas, destacándose la colaboración entre instituciones y autoridades locales.

Ideas destacadas

  1. México alberga una rica historia paleontológica, evidenciada por la presencia de importantes yacimientos con restos de dinosaurios a lo largo de su territorio.
  2. A pesar de haber estado sumergida en gran parte durante la era mesozoica, regiones actuales de México como Sonora y Coahuila fueron zonas de proliferación de vida terrestre, incluyendo dinosaurios.
  3. El geólogo Erich Haarmann fue pionero en la paleontología en México, iniciando una tradición de investigación que ha permitido descubrimientos significativos en el campo.
  4. La diversidad de especies de dinosaurios encontradas en México, desde carnívoros como el Megapnosaurus hasta herbívoros como el Lambeosaurus, muestra la rica biodiversidad del pasado mesozoico del país.
  5. Instituciones académicas como la UNAM han tenido un papel crucial en el descubrimiento y estudio de los restos fósiles de dinosaurios en México, destacando el hallazgo del Gryposaurus en Coahuila.
  6. La paleontología en México ha ganado un impulso considerable en las últimas décadas, gracias a la colaboración entre instituciones educativas, investigadores y el gobierno, lo que ha resultado en hallazgos y estudios importantes.
  7. El descubrimiento y exhibición de dinosaurios únicos en México, como el Velafrons, contribuyen a la comprensión de la evolución y diversidad de estos reptiles en el continente americano.
  8. Los continuos descubrimientos en México, como los restos del Centrosaurio y el Labocania, no solo enriquecen la paleontología local, sino que también ofrecen nuevas perspectivas sobre la distribución y evolución de los dinosaurios en todo el mundo.