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Los amos del cielo: reptiles voladores que dominaron en el Mesozoico

Durante el Mesozoico, los dinosaurios no fueron las únicas criaturas de grandes dimensiones. En los mares, imponentes bestias luchaban por su lugar en la cadena alimenticia; desde el notable mosasaurio hasta el ictiosaurio, semejante a un delfín, los reptiles marinos de la era mesozoica representan una fascinante etapa de la vida en nuestro planeta. En los cielos, los reptiles también hallaron su oportunidad para alcanzar su predominio.

Conocidos como pterosaurios, estos lagartos alados conquistaron los cielos del mundo. Ulices Adolfo Carrillo, biólogo de la UNAM, puntualizó que estos reptiles no eran dinosaurios, a diferencia de lo que algunos podrían pensar erróneamente. Aunque no cuentan con la fama de los populares vertebrados terrestres ni de los reptiles marinos, los pterosaurios son cruciales para entender los procesos evolutivos. Hasta ahora, se han identificado al menos 60 géneros de estos, con especímenes que varían desde el tamaño de un pequeño pájaro hasta otros con envergaduras superiores a 10 metros.

Los pterosaurios presentan algunas similitudes con las aves modernas, pero no están directamente relacionados. Sus huesos eran huecos y tenían paredes muy finas para ser ligeros. En su interior, contaban con una estructura de varillas óseas que fortalecía el hueso principal de las alas, conocido como patagio. Su cerebro se asemejaba al de las aves, pero la distinción estaba en la composición del flóculo.

Según un estudio publicado por la revista Nature, que examinó la “neuroanatomía de los reptiles voladores y sus implicaciones en el vuelo, la postura y el comportamiento”, el flóculo es una parte del cerebro que coordina señales de las articulaciones, músculos, piel y órganos de equilibrio durante el vuelo. En los pterosaurios, el flóculo representaba el 7.5% de la masa total de su cerebro, mientras que en las aves es solo entre el 1% y el 2%. Estos datos, según el estudio, indican que los pterosaurios poseían innatamente la habilidad de volar, incluso de manera automática.

En relación a su dieta, inicialmente los pterosaurios se alimentaban principalmente de insectos. Sin embargo, con el tiempo y su evolución, es probable que también consumieran peces, pequeños dinosaurios, y en ocasiones carroña y frutas. Por ello, se piensa que pudieron haber sido los principales dispersores de semillas y frutos durante el Mesozoico.

¿Cómo se reproducían?

Acerca de la reproducción de los pterosaurios, se conoce que era ovípara, es decir, a través de huevos. Estos eran aplanados, semejantes a los huevos de los lagartos actuales.

Los huevos albergaban todos los nutrientes necesarios para el desarrollo del crío, razón por la cual las hembras no se ocupaban de su cuidado posterior. Los estudios indican que este comportamiento se debe a que los neonatos ya contaban con una estructura ósea similar a la de los adultos. Por ende, al eclosionar, estaban preparados para volar y subsistir de manera autónoma. Es probable que en sus primeros días, se nutrieran de la yema almacenada en el huevo, al igual que hacen varios reptiles contemporáneos.

Monstruos alados

Durante el Mesozoico, los cielos estuvieron poblados por diversos reptiles voladores de distintas dimensiones. Según sus características, se clasificaban en dos grupos:

  • Ranforrincoideos: Estos pterosaurios de cola larga surgieron en el periodo Triásico. Poseían dientes y muchas especies no tenían crestas óseas en el cráneo. Su tamaño era reducido y se extinguieron durante el Jurásico. Algunos representantes son el Dimorphodon y el Sordes.
  • Pterodactiloideos: Pterosaurios de cola corta, que vivieron hasta el impacto del asteroide en Chicxulub, hace 65 millones de años. Pteranodon, Thanatosdrakon y Quetzalcoatlus son algunos de los géneros que pertenecen a esta familia. Respecto al Quetzalcoatlus, Carrillo mencionó que eran seres de gran envergadura, con alas que medían entre 9 y 11 metros, lo que les permitía arrebatar alimento a pterosaurios más pequeños e incluso a dinosaurios carnívoros de menor tamaño.

¿Habitaron en México?

Dada su amplia diversidad, los fósiles de estos reptiles voladores se han localizado en distintos puntos del planeta. En México, específicamente en Coahuila y Puebla, se han hallado evidencias de pterodactiloideos y también vestigios del Muzquizopteryx, nombrado así en tributo al municipio de Múzquiz, donde se descubrió.

¿Por qué se extinguieron?

Las causas de la extinción de los pterosaurios han sido objeto de estudio, y diversas teorías han surgido al respecto. La más aceptada sostiene que, hacia el final del Cretácico, experimentaron una declinación gradual. Aunque los ejemplares de ese periodo alcanzaron tamaños impresionantes, las aves ocuparon el nicho que dejaron como “depredadores voladores de dimensiones menores”. Su gran envergadura resultó ser un desafío, ya que requerían extensos territorios para alimentarse y anidar, y en esa época las vastas extensiones de tierra eran escasas.

Los pterosaurios, a pesar de no contar con la popularidad de los dinosaurios o reptiles marinos, son esenciales para comprender la vida durante la era mesozoica y los procesos evolutivos naturales.

Ideas destacadas

  1. Durante la era mesozoica, además de los dinosaurios, imponentes reptiles marinos y los pterosaurios, lagartos alados, dominaron los cielos y mares de nuestro planeta.
  2. Aunque a menudo se confunden con dinosaurios, los pterosaurios son una entidad distinta, y según Ulices Adolfo Carrillo, biólogo de la UNAM, son fundamentales para comprender los procesos evolutivos. Se han identificado al menos 60 géneros con variadas envergaduras, desde tamaños pequeños hasta más de 10 metros.
  3. Los pterosaurios presentan ciertas similitudes con las aves actuales, como huesos huecos y finos, pero se distinguen por la composición de una parte de su cerebro llamada flóculo. Este tenía un tamaño significativamente mayor en los pterosaurios, lo que sugiere una habilidad innata y automática para volar.
  4. La dieta de los pterosaurios evolucionó con el tiempo. Inicialmente se alimentaban de insectos, pero con su desarrollo, incorporaron peces, pequeños dinosaurios, carroña y frutas a su dieta, posiblemente desempeñando un papel clave como dispersores de semillas durante el Mesozoico.
  5. En cuanto a su reproducción, los pterosaurios eran ovíparos. Sus huevos, similares a los de los lagartos modernos, contenían todo lo necesario para el desarrollo de sus crías. Una vez eclosionados, los jóvenes pterosaurios estaban listos para volar y sobrevivir por sí mismos.
  6. Los pterosaurios del Mesozoico se categorizaban en dos grupos principales: Ranforrincoideos, pterosaurios de cola larga que surgieron en el Triásico, y Pterodactiloideos, de cola corta, que persistieron hasta el impacto del asteroide en Chicxulub.
  7. México ha proporcionado evidencia de la existencia de pterosaurios en su territorio, con hallazgos en Coahuila y Puebla, incluido el descubrimiento del Muzquizopteryx, nombrado en honor al municipio de Múzquiz.
  8. La extinción de los pterosaurios es motivo de debate. La teoría más aceptada propone una disminución gradual al final del Cretácico, con su nicho siendo ocupado posteriormente por aves. Su gran tamaño podría haber sido una desventaja, necesitando vastos territorios que no estaban disponibles en ese momento.