El próximo 5 de noviembre de 2024 los estadunidenses saldrán a las urnas para decidir quién será el próximo presidente de los Estados Unidos: Kamala Harris, quien representa al Partido Demócrata, o Donald Trump, el elegido del Partido Republicano.
Ha sido un proceso lleno de imprevistos (incluyendo un atentado) en el que uno de los contendientes, el presidente Joe Biden, decidió ceder su lugar ante la presión de los votantes y sus compañeros de partido. Además, las encuestas no han marcado un claro favorito.
El sitio FiveThirtyEight, por ejemplo, en su promedio de encuestas de intención de voto (hasta el 11 de septiembre: https://projects.fivethirtyeight.com/polls/president-general/2024/national/) muestra que Harris tiene el 47 % de las preferencias de los votantes, tres puntos porcentuales por encima de su rival, quien promedia el 44.3 %. Por su parte, el Poll Tracker creado por The New York Times (https://www.nytimes.com/interactive/2024/us/elections/polls-president.html) también señala una diferencia de 2 %: coloca a la vicepresidenta con el 49 % de las intenciones de voto, mientras que Trump registra el 47 %. The Economist (https://www.economist.com/interactive/us-2024-election/trump-harris-polls) difundió resultados similares: 49.3 % para la demócrata, 46.6 % para el republicano.
Las tres publicaciones recalcan que si bien los números de Kamala Harris muestran una tendencia positiva en las últimas semanas, no es posible (debido a la cercanía de los porcentajes) declararla como la clara favorita de cara a la elección. Tomando estos resultados como punto de partida, dos integrantes del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM analizan las posibilidades de ambos candidatos, su presente y sus fortalezas frente al electorado.
Problemas de la edad
A partir del inicio de la campaña presidencial en la primavera de 2023, uno de los ataques con mayor efectividad de Donald Trump en contra del presidente Joe Biden estaba relacionado con su edad y los posibles problemas de cognición que se presentan con la senectud. Tanta efectividad tuvo, que tras su primer encuentro en el debate acontecido en julio pasado, en el que Biden tuvo problemas de desempeño, éste tomó la decisión de retirarse ante la presión social.
Sin embargo, recalcó José Luis Valdés Ugalde investigador del CISAN, estos ataques ahora han resultado contraproducentes para la reelección de Trump: “no le convino la renuncia de Biden de la candidatura. El candidato anciano ahora es Trump, y en serio está chocheando, como se dice vulgarmente en México. Se le olvidan las cosas, es desarticulado, no está entero, repite cosas, porque está desubicado”.
Errores
Para Valdés Ugalde, editor en jefe de la revista Norteamérica, Trump había fortalecido su candidatura en los meses antes del cambio demócrata como resultado del ataque en su contra y el apoyo total de su partido, como se demostró durante la Convención Republicana en Milwaukee, Wisconsin, donde confirmó a J.D. Vance como su compañero de fórmula.
Desde entonces las cosas han cambiado, ahora es el expresidente quien se encuentra abajo en las encuestas y cometiendo errores semana con semana.
El investigador del CISAN hizo un recuento de las pifias recientes: “Le ha causado problemas la elección de Vance como candidato a la vicepresidencia. La declaración que hizo sobre el origen étnico y la identidad de Kamala Harris fue desventajosa. Ambos la hicieron y los dos se mantuvieron firmes a pesar de que perdieron mucho público”, explicó.
Además, continuó, “Vance con su declaración, por ejemplo, de que las mujeres que no tuvieran hijos y que solamente tenían gatos no tenían derecho a votar y menos a ser votadas”.
Ventajas
A pesar de los problemas, no todo son fallas en la campaña de Donald Trump y, en palabras de José Luis Valdés, todavía hay temas sobre la mesa que podrían impulsar su campaña. Ejemplificó señalando que el tema migratorio no ha perdido fuerza en la conversación diaria, “Una ventaja de su discurso y narrativa es la migración y el asunto de la frontera con México. Está convenciendo a sectores amplios de estadunidenses de que va a expulsar y exiliar a migrantes indocumentados por miles. Es una postura bastante irreal, puesto que es muy difícil, pero en todo caso es un tema popular. Desafortunadamente es una fortaleza, porque al mismo tiempo también es un discurso racista”.
Relevo
Para Estefanía Cruz Lera, académica del CISAN, la llegada de Kamala Harris a la candidatura transformó la elección: “hemos pasado de una campaña electoral que era sosa y predecible, a una que revolucionó totalmente y que en definitiva marcará un parteaguas en el futuro político de Estados Unidos”.
Cruz Lera añadió que para conseguir este resultado fue clave el trabajo realizado por Harris y otras figuras del Partido Demócrata al interior del mismo, como Barack y Michelle Obama; Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado de los Estados Unidos, o Nancy Pelosi, miembro de la Cámara de Representantes.
“Lo que ella hizo en este lapso fue trabajar dentro del Partido para obtener su nominación, aun siendo no favorita. Sabíamos que había otros nombres, que incluso no estaban metidos en la política, pero que se sobreponían al de Kamala Harris. Pensemos, por ejemplo, en Michelle Obama. Muchos decían ‘bueno, la única forma de que alguien le gane a Donald Trump es Michelle Obama’, y ahora resulta que Kamala Harris empieza y despega esta campaña con muchísima energía”, argumentó la universitaria.
Unión
Esa energía, comentó Estefanía Cruz Lera, se constata en la manera que la figura de Kamala Harris ha conseguido en poco tiempo aglutinar distintas voces –que, en ocasiones, parecen coincidir poco– dentro de la estructura del Partido Demócrata no sólo para que acepten su candidatura sin conflictos, sino que su apoyo sea total en este tramo final de la campaña.
“Si nosotros vemos al Partido Republicano, es muchísimo más homogéneo, con familias tradicionales de contextos rurales, personas de la clase trabajadora blanca, cristianos, evangélicos. Todos son votantes muy similares, y si miramos a los del Partido Demócrata, son totalmente disímiles entre sí. Algunos son personas de contextos urbanos, otros pertenecen a la clase trabajadora o profesionistas y más”, señaló.
Y agregó: “esa capacidad que tuvo Kamala Harris con su propia figura para encarnar a todas estas coaliciones me parece fundamental. Todo esto hace que despierte la esperanza de los estadunidenses que están un poquito cansados de tener políticos que no reflejen al votante y sus aspiraciones”.
La selección de Tim Walz, actual gobernador de Minnesota (uno de los estados clave en el Colegio Electoral), es una muestra de ello y de la intención de la candidata de salir a buscar los votos a las calles. “Es muy importante la campaña que está haciendo con las bases, de salir a las calles y hablar con las personas, vincularse mucho con las clases medias. Hablar, por ejemplo, de la economía de la oportunidad. Los norteamericanos quieren que el Estado siente las bases para el desarrollo económico, y de ahí ellos buscarse sus propias oportunidades”, expuso Estefanía Cruz Lera y sumó: “Harris tiene que trabajar más en despegarse de la campaña de Joe Biden. Porque tampoco hay una percepción de que todo en la economía, en la política y en la sociedad estadunidense esté funcionando bien”.