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Tanuki: entre la mitología japonesa y los videojuegos

Si alguna vez jugaste Super Mario Bros. 3, seguro recuerdas el icónico traje de Tanuki que permitía a Mario volar y convertirse en estatua. Lo que muchos no saben es que el Tanuki no es un mapache cualquiera, ni siquiera un mapache en realidad. El protagonista de los videojuegos es en realidad un cánido conocido como perro mapache.

En la cultura asiática, el Tanuki ha tenido un papel preponderante pues es una figura mística y enigmática, afirmó en entrevista Alejandra Alvarado Zink, investigadora de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM. Aunque a menudo se confunde con mapaches y tejones de América, es una especie originaria y única de Asia oriental.

¿Por qué se parece a un mapache si no lo es?

La razón está en la evolución convergente. Es decir, hay organismos que aunque no están emparentados han desarrollado características similares debido a su entorno. “No pertenecen a las mismas familias”, explicó la especialista.

El perro mapache, como su nombre indica, pertenece a los cánidos, el mismo grupo que incluye a perros, zorros, coyotes y lobos. En cambio, los mapaches y tejones forman parte de la familia Procyonidae. “Por eso comparten ciertas similitudes pero también tienen diferencias”, agregó.

Tanukis y mapaches: parecidos pero distintos

Estos animales comparten similitudes notables: nichos ecológicos, dietas omnívoras, hábitos nocturnos y adaptabilidad a diversos entornos, que facilitan su dispersión. Por eso, son mucho más propensos a distribuirse que animales con dietas más restrictivas.

Estas similitudes en hábitat, dieta y otros aspectos los hacen muy parecidos, destacó para UNAM Global la experta.

En cuanto a su distribución, son nativos de Japón, China y Corea. Durante el siglo XX fueron introducidos en Europa, especialmente en la antigua Unión Soviética, para la producción de pieles.

Sin embargo algunos escaparon de las peleterías y, debido a sus características de adaptabilidad, conquistaron diferentes partes de Europa, donde actualmente se pueden encontrar en vida libre. “Su supervivencia realza su carácter enigmático”.

Lo que comen (y cómo ayudan)

Son muy adaptables porque comen de todo: carne, frutas, verduras, ramas, hojas, roedores, peces, aves, insectos y hasta carroña. Así, ayudan al ecosistema a controlar las poblaciones de plagas.

Cuando se alimentan de frutas, las semillas pasan por su tubo digestivo, defecan y en las heces —ricas en nutrientes— caen al suelo y con la lluvia crecen nuevas plántulas.

Cuando encuentran un animal muerto, se encargan de comerlo todo y ayudan a reciclar los nutrientes que contienen esos cadáveres.

Su lugar en el ecosistema

A decir de la bióloga versada en el tema, estos animales sirven de alimento a otros organismos como lobos, zorros, aves rapaces e incluso cánidos salvajes.

En estado silvestre pueden vivir entre cuatro y siete años, pero cuando están en cautiverio su vida se extiende hasta 10 años, algunos un “poquito” más.

Aunque pertenecen al grupo de los cánidos —como los perros, coyotes y zorros—, estos animales presentan una característica peculiar: a diferencia de sus parientes, hibernan. No es común ver a un lobo en hibernación, pero el Tanuki sí lo hace.

En el folclore japonés abundan las leyendas que lo describen como un animal travieso, que hiberna en invierno y despierta en primavera con gran energía para sus actividades, caracterizado por su comportamiento saltarín y curioso.

El Tanuki en los videojuegos

El Tanuki aparece por primera vez en los videojuegos en 1990 con Super Mario Bros. 3, donde el personaje de Mario puede ponerse su traje de este animalito y adquirir el poder de volar, explicó en entrevista para UNAM Global José Ángel Garfias Frías, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Lo curioso de ese videojuego, agregó el investigador universitario, es que cuando uno apretaba el botón B, Mario se convertía en una estatua y engañaba a sus enemigos para pasar desapercibido.

En esa época, sin internet, muchos no sabían qué significaba. Hoy se sabe que es parte del folclore japonés, y de hecho ha aparecido en varios videojuegos.

Por ejemplo, en el videojuego Pocky & Rocky donde se juega con una sacerdotisa y un mapache, aparece la figura del Tanuki en forma de estatua. “Se refiere a un dios o especie de santo, que es el cuidador del camino”.

Aunque son variaciones, porque ni el que aparece en Mario ni en otros juegos es exactamente como el verdadero. Pero la idea es “tropicalizar” los elementos culturales —en este caso de Japón— y traerlos a los videojuegos occidentales.

El creador de Mario, Shigeru Miyamoto, siempre busca tomar elementos culturales japoneses inspirados en su entorno para crear sus videojuegos. De ahí que tomara al Tanuki.

“En aquel entonces, el Tanuki marcó a una generación en Occidente, porque era de los juegos más populares, aunque no sabían su significado. Después, el Tanuki tuvo su regreso en Super Mario 3D para Nintendo 3DS, donde volvió a tener la cola y las orejas”.

Por supuesto, destacó José Ángel Garfias, el Tanuki también se encuentra en videojuegos como Mario Kart o Super Smash Bros., donde forma parte de esta gama de variaciones de Mario, y que además ha sido muy rentable en la industria. “A la gente le encanta el diseño del Mario Tanuki”.

A los japoneses les encanta ver al Tanuki en los videojuegos porque forma parte de su cultura y lo reconocen. Y para el mundo occidental, pasó a ser “cute” y agradable visualmente. “Todos lo adoran”.

En los videojuegos hay muchos elementos simbólicos, porque los creadores buscan estos detalles para hacerlos más profundos. “Se trata de que sea algo más que un simple videojuego”, añadió el profesor José Ángel Garfias.

El Tanuki es más que un animal curioso: es parte de la naturaleza asiática, de las leyendas que lo rodean y del imaginario colectivo que los videojuegos ayudaron a expandir. Aunque muchos lo conocieron por un traje de Mario, detrás hay una especie real, con su propio rol en el ecosistema y en la cultura japonesa. Entre bosques, mitos y consolas, el Tanuki encontró la forma de volverse inolvidable.