A nivel mundial existen más de 1,400 especies de murciélagos; de esa cantidad, 140 habitan en México, es decir, el 10 % de la población mundial. Podemos asegurar, por tanto, que nuestro país es megadiverso en cuanto a estos pequeños mamíferos.
Sin embargo, una gran cantidad de murciélagos conlleva una gran responsabilidad, y en este aspecto tenemos una deuda pendiente. Estos quirópteros, que ayudan a controlar plagas, son polinizadores, dispersores de semillas e incluso han inspirado desarrollos tecnológicos, pero siguen siendo desconocidos para gran parte de la población, lo que los hace susceptibles a ataques, ya que son vistos como “seres del más allá” o “portadores de enfermedades”.
Desde hace años, el doctor Rodrigo Medellín Legorreta, del Instituto de Ecología de la UNAM, ha trabajado para cambiar esta percepción, con el fin de evitar la persecución y el declive de las poblaciones de murciélagos. A lo largo de esta labor ha aprendido mucho de ellos y sigue haciéndolo, tanto así que recientemente, un equipo bajo su mando ha descubierto que en México hay al menos 16 especies que hibernan.
Publicado bajo el título “Hibernáculos de murciélagos en México: los registros de hibernación más australes de América del Norte”, el estudio liderado por Medellín Legorreta nos brinda la oportunidad no solo de sorprendernos por los hábitos de hibernación de estos mamíferos, sino también de cuidar y valorar aquellos lugares donde se ocultan durante el invierno.
“El trabajo surge a partir de una preocupación sobre si el síndrome de nariz blanca, una enfermedad que ha matado a millones de murciélagos en Estados Unidos, estaba afectando a los murciélagos mexicanos. Me di cuenta de que no teníamos información sobre la hibernación de nuestras especies, salvo trabajos como el del doctor Bernardo Villa, quien registró solo cinco lugares de hibernación con tres especies. Entonces, desde 2018 comenzamos a buscar sitios donde podían hibernar, a veces con apoyo de la gente o por nuestra cuenta”, explicó Medellín Legorreta.
Gracias a esa labor, el equipo liderado por el experto del Instituto de Ecología e integrado por los alumnos de la UNAM Daniel Ramos Huapaya, Daniela Cafaggi Lemus, Carol Sierra Durán y Aarón Romero Ruiz, junto a Ganesh Marín de la Universidad de Arizona, ha identificado al menos cien sitios de hibernación en 12 estados.
Estos estados son Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas, San Luis Potosí, Veracruz, Querétaro, Tlaxcala, Puebla, Estado de México y Ciudad de México, en zonas cercanas al Eje Neovolcánico y las montañas de la Sierra Madre Occidental y Oriental.
Entre las especies encontradas con mayor frecuencia están el murciélago de las cuevas (Myotis velifer), el murciélago ratón de Arizona (Myotis occultus), el murciélago moreno norteamericano (Eptesicus fuscus), el murciélago orejón mexicano (Corynorhinus mexicanus) y el murciélago orejudo pardo (Corynorhinus townsendii).
Un gran reto
Para realizar su estudio y ampliar el conocimiento sobre los murciélagos hibernantes en México, Medellín y su equipo han enfrentado retos significativos, como largas horas de viaje, senderismo y montañismo. No obstante, el desafío principal en sus estudios es evitar alterar la temperatura del lugar de hibernación.
“Los murciélagos que hibernan son insectívoros y realizan este proceso porque viven en zonas templadas. Cuando llega el invierno, las condiciones de su hábitat cambian drásticamente, pasando de tener abundante alimento (insectos) a no tener nada. Entonces, durante el verano comen en exceso para acumular grasa, lo que les permite conservarse en temperaturas de invierno de 0 a 5 °C. En este ciclo, su organismo reduce drásticamente su funcionamiento; durante el verano su corazón late de 100 a 200 veces por minuto, pero al hibernar cambia a un latido por minuto”, explicó el doctor Rodrigo Medellín Legorreta.
Dado lo anterior, explorar las cuevas en las que se encuentran estos murciélagos plantea un desafío para el equipo, ya que el mínimo cambio de temperatura puede despertarlos. Por ello, deben estudiarlos de manera rápida.
“Las cuevas en las que entramos están heladas, por lo que imaginemos que respiramos junto a ellos durante tres o cuatro minutos; perciben el calor, sienten el cambio de clima y piensan que es hora de despertar, de salir a comer, cuando no lo es. Somos conscientes de que debemos ser rápidos por ese factor”, destacó.
Cuando las zonas de investigación tienen pobladores, el equipo debe explicarles su objetivo para ganarse su confianza y evitar malos entendidos. También se invita a estas personas a preservar esos lugares, ya que en verano, los murciélagos ayudan a proteger sus plantíos de plagas de insectos.
Cambio climático, una amenaza
Un estudio de la Universidad de Barcelona reveló que el cambio climático afecta la hibernación y conducta de los murciélagos, lo cual puede alterar sus patrones migratorios y hasta su conservación.
“Las reservas de grasa acumuladas por los murciélagos deben ser suficientemente grandes para sobrevivir todo el invierno sin comer. Sin embargo, debido a inviernos más cortos y temperaturas más altas, los ejemplares no engordan durante el año como antes”, señaló Jordi Serra-Cobo, profesor en la UB.
Ante este contexto, se le preguntó a Medellín Legorreta si su equipo ha percibido alguna alteración climática en las áreas que investigan. Aunque aún falta más información, indicó que han notado que algunas cuevas, en comparación con hace cinco años, se sienten menos frías.
“El cambio climático es una realidad. Lo vemos en las sequías, las inundaciones, los huracanes. Y los animales también lo padecen. No podemos confirmar que esta afectación sea por el cambio climático, pero en cuevas del Ajusco hemos percibido temperaturas más altas que hace cinco años. Aún necesitamos más datos, pero en otros países los murciélagos ya enfrentan un panorama difícil”, comentó.
Aunque persisten mitos alrededor de estos animales, un planeta sin murciélagos perdería a uno de sus grandes polinizadores, controladores de plagas y dispersores de semillas. Por ello, el experto del Instituto de Ecología pidió a la gente revalorizarlos y entender su importancia, y señaló que es necesario continuar con estudios para ampliar el conocimiento sobre los quirópteros.
“Hay que dejar atrás los mitos que tenemos sobre ellos, como que provocaron el Covid o que son seres malignos. Mejor debemos entender que, sin ellos, es probable que el maíz, el café o el agave no existirían tal y como los conocemos. Necesitamos valorar su papel, defenderlos y proteger los lugares en donde hibernan. Realizar investigaciones y hablar bien de los murciélagos es asegurar su futuro y, en su futuro, va el nuestro”, concluyó.
Ideas destacadas:
- La UNAM y el Instituto de Ecología desempeñan un papel clave en la protección de los murciélagos.
- En México existen al menos 16 especies de murciélagos que hibernan, identificadas por un equipo de la UNAM.
- Cambios en las temperaturas de cuevas podrían relacionarse con el cambio climático.
- Los murciélagos cumplen funciones ecológicas esenciales como polinización, control de plagas y dispersión de semillas.
- Se requiere conciencia y protección de estos animales para asegurar un ecosistema equilibrado.