Es sorprendente que en medio de la pandemia en la que nos encontramos, el confinamiento en Estados Unidos lo haya roto el movimiento progresista y no la ultraderecha, quienes buscaban ponerle fin al Stay at home. Evidentemente existe una razón de fondo que tiene que ver con su sistema político.
Si bien Estados Unidos goza de aspectos democráticos importantes como la libertad de expresión, tiene otros tantos que confrontan a esos ideales. Los tintes totalitarios de su Estado policial reflejan la situación en la que se encuentra su régimen carcelario: es el país con más presos, en números proporcionales y absolutos, que la misma China o la India.
En entrevista para el programa radiofónico Primero Movimiento de Radio UNAM, Andreu Espasa, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, refirió que dicha estadística no sólo muestra que la mayoría de esos presos son quienes pertenecen a la minoría estadounidense, sino que es precisamente el nivel vivencial de este grupo de personas la razón por la que, protestas como las recientes, se manifiestan con más ahínco.
“Esas manifestaciones tienen mucho de rebelión a vivir con miedo. A estas alturas, el hecho de tener la piel oscura implica que al salir de casa uno no sepa si va a volver o no. Este es un factor estructural que ya lleva décadas”.
En este sentido, Espasa sostuvo que la acumulación de decepción por parte de los afroestadounidenses se traslada a manifestaciones sociales cada vez más grandes e importantes debido a su fuerza multirracial.
Lo irónico de la actual manifestación es que se haya originado en Minneapolis, una ciudad que no se caracteriza por ser especialmente racista, “que llevaban 15 años de reformas policiales para hacer una policía más cercana a la población y con muchos programas conscientes de la división racial en Estados Unidos”, algo que dista mucho de la retórica con la que gobierna el presidente Trump.
Para Andreu Espasa, el actuar del presidente estadounidense respecto a “los disturbios” del movimiento Black Lives Matter eran de esperarse: “Hay que tener en cuenta que todo esto del búnker y la simple idea de que la oposición no sea el Partido Demócrata, sino la calle o los disturbios a Trump, lo tienen encantado”.
Desde su punto de vista, el hecho de que Trump tenga como referente a Richard Nixon muestra parte de su ideología. “A Nixon le gustaba crear una imagen de que él era el presidente de la mayoría silenciosa y que sus oponentes no eran un partido político, sino la minoría ruidosa y violenta y agitadora de la calle”.
En este sentido, se puede deducir que lo que sucede actualmente en Estados Unidos repercutirá en las próximas elecciones presidenciales porque es perceptible que su sistema de partidos políticos tiene graves problemas.
A decir del académico universitario, Biden no es quien lidera la oposición, “en realidad no existen partidos de oposición en un sistema en donde los partidos son muy débiles. Es impensable que el Partido Demócrata convoque a unas manifestaciones como Partido Demócrata”.
De no ser esta situación relevante, la declaración de Biden de entrenar a los policías para que estos disparen a las piernas de los manifestantes, evidentemente “tampoco articula una oposición”.
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