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Estudiante de la UNAM y heredera de la tradición del cempasúchil

El año pasado circuló un rumor: las flores de cempasúchil venían de China y en redes sociales se recomendaba no comprarlas. Sin embargo, esto resultó ser una noticia falsa. Debido a esto, gran parte de la producción de Xochimilco se desechó, causando grandes pérdidas para sus habitantes, incluyendo a la familia de Dulce Carolina, que perdió cerca de 150 mil pesos.

Dulce Carolina, al igual que toda su familia, es originaria de Xochimilco. Actualmente cursa el primer semestre de Relaciones Internacionales en la UNAM. Además de ser productora ornamental, tiene una especial predilección por sembrar el cempasúchil, una de sus flores favoritas. La flor afectada por el rumor pertenece a la especie Marvel o Marigold, originaria de México. A pesar de que se produce en China, no se exporta a México. “No sobreviviría un viaje tan largo, ya que necesita ser regada hasta tres veces al día”, explica Dulce Carolina.

“Cuando emprendemos, sabemos los riesgos. Invertimos en macetas, tierra, semillas e incluso en el celofán de la flor. Nunca imaginamos una pérdida tan grande por una noticia falsa”. Aunque la gente acudía al Mercado de Flores y Plantas de Cuemanco buscando otra especie de cempasúchil, no creían a Dulce Carolina cuando les aseguraba que la Marigold o Marvel era mexicana y producida en Xochimilco, por lo que no la compraban.

A pesar de vender una producción de 10,000 plantas, los gastos son enormes. La familia de Dulce contrata personal para realizar todas las tareas y deben remunerarlos. Sin ventas, enfrentaron la quiebra.

Retos de producir cempasúchil

Dulce Carolina y otros productores de Xochimilco enfrentan varios desafíos. Uno es la contaminación del agua, pues muchas familias desechan basura en los canales, afectando no solo el patrimonio mundial sino la vida de aquellos que dependen del turismo y la producción ornamental. También luchan contra el cambio climático: las lluvias intensas pueden pudrir las plantas y propiciar hongos. “Incluso si nuestra producción está limpia, las esporas del hongo viajan por el aire y pueden contaminar todo”, comenta Dulce Carolina. El último desafío son los bajos precios de venta. Muchos productores no tienen dónde comercializar sus plantas y las ofrecen a precios reducidos. De acuerdo con Dulce Carolina, “somos nosotros quienes debemos establecer el precio, no los consumidores”.

Tradición ancestral

En el México de 1519, se popularizaron las chinampas, un método de cultivo que los mexicas utilizaban para ampliar el territorio en los lagos y lagunas. Cinco siglos después, las chinampas aún sobreviven, tanto en Xochimilco como en Tláhuac.

Para Dulce Carolina, ser xochimilca y vivir de esta herencia prehispánica es un gran orgullo. “Yo le debo todo a este lugar porque es donde me desenvuelvo, me he desarrollado y es una bendición trabajar en las plantas”. Vivir allí con sus hermanas, mamá, papá e incluso su abuelita ha mantenido a la familia unida y feliz.

Cultivo de cempasúchitl: herencia familiar

Lázara, la abuelita de Dulce Carolina, tiene 87 años y lleva 77 años cultivando plantas ornamentales en Xochimilco. Cuando tenía 10 años su mamá le enseñó este arte, que en ese entonces trabajaban más las flores cortadas de cempasúchil.

A pesar de haber sufrido una caída en días recientes y estar muy adolorida, Lázara sigue levantándose -como cada día desde hace años- para trabajar junto con sus hijos y nietos las flores de cempasúchil.

Para llegar al campo de flores, la abuelita debe pasar por dos canoas que atraviesan de un lado a otro el lago. Su familia siempre está con ella y la ayuda. “Seguiré viniendo hasta que dios me lo permita”, dijo.

Cuando Lázara empezó con esta tarea, Xochimilco era completamente diferente: “su agua era clarita y hermosa”. Ahora mucha gente echa todo al canal y no les importa el agua.

El proceso de cultivo

Desde finales de junio hasta principios de julio, la familia de Dulce María comienza la preparación del cempasúchil. Primero, siembran las semillas en charolas con unas 200 cavidades. Después de un mes, cuando germinan, son trasplantadas a las macetas y, tras dos meses y medio, alcanzan el tamaño ideal para la venta.

Estas flores requieren mucho cuidado: al estar expuestas directamente al sol, es necesario regarlas de dos a tres veces al día, destacó la joven universitaria. Es esencial darles espacio, tiempo y mucho amor, pero es una tarea que tanto a Dulce Carolina como a su familia les apasiona.

Para ella, esta flor simboliza amor, unidad y esfuerzo. Representa armonía y felicidad, ya que durante su cuidado, toda la familia se une y recuerda a los que ya fallecieron.

A veces, sienten nostalgia al despedirse de las plantas que cuidaron con tanto cariño desde pequeñas, pero les llena de alegría saber que adornarán altares en diversos hogares y panteones.

Finalmente, Dulce Carolina recomendó no dejarse influenciar por rumores en redes sociales, ya que a menudo son fake news. Es preferible investigar y verificar la veracidad de la información, concluyó.

Ideas destacadas

  1. Rumor falso sobre el cempasúchil: El año pasado, un rumor sugirió que las flores de cempasúchil procedían de China, lo que llevó a que gran parte de la producción de Xochimilco fuera desechada, generando pérdidas significativas para los productores locales, como la familia de Dulce Carolina que perdió cerca de 150 mil pesos.
  2. Dulce Carolina, estudiante y productora: Dulce Carolina, estudiante de Relaciones Internacionales en la UNAM, es originaria de Xochimilco y, además de ser productora ornamental, tiene una especial predilección por el cempasúchil. Aclara que, aunque esta flor se produce en China, no se exporta a México porque no sobreviviría un viaje tan largo.
  3. Desafíos de los productores: Los productores de Xochimilco enfrentan diversos retos, como la contaminación del agua, el cambio climático que afecta sus cultivos y los bajos precios de venta, lo que lleva a muchos a vender sus productos a precios reducidos.
  4. Chinampas, tradición ancestral: Las chinampas, un método de cultivo utilizado por los mexicas hace cinco siglos, todavía se mantienen en lugares como Xochimilco y Tláhuac. Dulce Carolina siente un gran orgullo por esta herencia prehispánica y lo que significa para su comunidad.
  5. Herencia familiar en el cultivo: Lázara, la abuela de Dulce Carolina, ha estado cultivando plantas ornamentales en Xochimilco durante 77 años, una tradición que le fue enseñada por su madre. A pesar de las adversidades, sigue trabajando con pasión y determinación en el campo junto a su familia.
  6. Proceso de cultivo del cempasúchil: El cultivo de esta flor comienza en junio o julio, requiere mucho cuidado y atención, y es un proceso que dura varios meses. Las flores necesitan ser regadas de dos a tres veces al día y para Dulce, simbolizan amor, unidad, esfuerzo, armonía y felicidad.