El texto aborda un tema de importancia mundial: la seguridad alimentaria. Los autores realizan un exhaustivo recorrido histórico destacando que la conceptualización de este término fue producto de años de negociaciones dentro de la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Además, se señala cómo, pese a los esfuerzos, la desnutrición y el hambre persisten como desafíos a nivel global, con situaciones particulares como en México, donde la pobreza y la precariedad laboral son factores exacerbantes.
Los autores rememoran la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la FAO después de la Segunda Guerra Mundial, subrayando el rol esencial de estos organismos en la lucha contra el hambre y la desnutrición. El texto destaca que la incertidumbre alimentaria ha sido un constante en la historia, pero la voluntad de la comunidad internacional de abordarla es algo novedoso.
A lo largo del documento, los autores desentrañan la definición de seguridad alimentaria, poniendo énfasis en cómo esta fue evolucionando hasta llegar a la propuesta más detallada de 1996.
Se desglosan cuatro dimensiones esenciales: disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad. Cada una se analiza con detenimiento, resaltando, por ejemplo, que aunque exista una producción de alimentos suficiente, no todas las personas pueden acceder a ellos debido a desigualdades económicas y territoriales.
También se enfatiza la relación entre la inseguridad alimentaria, la pobreza y la precariedad laboral, así como la creciente tendencia hacia la malnutrición en países como México.
El texto se enriquece con la inclusión de dos dimensiones adicionales propuestas recientemente: agencia y sostenibilidad. Estas dimensiones buscan reconectar a las personas con los sistemas alimentarios y asegurar prácticas agrícolas que respeten la biodiversidad y aseguren la alimentación de generaciones futuras.
El apartado referente a México propone soluciones específicas para abordar la inseguridad alimentaria, considerando tanto aspectos de distribución, como de hábitos y prevención frente a eventos disruptivos.
Finalmente, los autores abordan el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria. A través de un análisis detallado, se resalta cómo este fenómeno está modificando el clima del país, lo que puede tener graves repercusiones en la producción y distribución de alimentos.
A lo largo del artículo, los autores no sólo presentan una revisión histórica y conceptual, sino que también proponen soluciones y estrategias concretas para enfrentar los desafíos actuales y futuros relacionados con la seguridad alimentaria.