El virus del Covid-19 se ha transmitido de forma exponencial en todo el mundo: por cada infectado se contagia de 8 a 9 personas. Existen individuos que portan el virus sin tener algún síntoma, pero podrían contagiar a sus familiares, amigos e incluso conocidos.
Los infectados sintomáticos por esta enfermedad liberan aproximadamente 1000 millones de partículas virales, lo bastante para contagiar a otros a su alrededor. Se desconoce cuántas partículas liberan los asintomáticos, seguramente es una cifra mucho más baja, dijo Rocío Tirado, profesora investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En entrevista para UNAM Global, la académica universitaria explicó que este evento es multifactorial. Primero existe la posibilidad de que la persona tenga una carga viral muy baja.
¿Cómo monitorearlos? Es muy complicado, porque si no presentan síntomas es difícil evaluarlos clínicamente, la prueba de diagnóstico viral se realiza a través de un método molecular.
No obstante, también es cierto que estos métodos moleculares van a tener ciertas limitaciones relacionadas con la cantidad de partículas virales que hay en la muestra. Si la carga viral es muy baja, además del tipo de muestra, esto podría resultar en un falso negativo.
En algunos reportes se indica que los asintomáticos podrían ser lentos dispersores del virus, porque cuentan con una carga viral muy baja. Si el equilibrio entre el sistema inmune y el control de la infección se rompe, la carga viral aumenta y el paciente asintomático pasa a ser sintomático, por ende, liberará mayores cantidades de virus que pueden afectar a personas con una susceptibilidad mayor a la infección.
En segundo término, se encuentra la respuesta inmune por medio de los anticuerpos. En infecciones virales existen dos tipos que tienen un papel preponderante: las inmunoglobulinas de tipo IgM y las de tipo IgG.
Para la académica universitaria existe otro factor que podría aparecer dentro de este punto y es la inmunidad de mucosas, en la cual tienen participación las inmunoglobulinas tipo IgA.
“Al realizar una analogía con otros virus respiratorios, en los cuales la inmunidad de mucosas juega un papel fundamental en el control de la infección en el tracto respiratorio superior, es probable que en la población asintomática, la respuesta mediada por la inmunidad de mucosas sea mucho más eficiente”, agregó la investigadora del departamento de microbiología y parasitología de la FM.
El tercer factor podría asociarse a las características del hospedero, es decir, la susceptibilidad que tenga cada persona y su eficiencia para responder al virus ¿Cómo resuelven la infección del virus a diferencia del resto de la población?
La susceptibilidad de la persona a la infección y los factores de riesgo se suman al comportamiento de la infección. Por ejemplo, en el caso de la población china influyeron los hábitos de convivencia, consumo y venta de animales exóticos que favoreció la transmisión por zoonosis.
En el caso de los italianos, el incremento de casos se asoció a diversos eventos, entre ellos a factores de riesgo como tabaquismo y enfermedades crónicas degenerativas en pulmón. Sin dejar de lado la eficiencia de la respuesta inmune para la eliminación y control de la infección.
Desde que el virus apareció hasta el momento se ha mencionado la circulación de ocho variantes en el mundo. Éste es otro punto que podría sumarse a los asintomáticos, por ejemplo, los enfermos graves ¿con qué tipo de virus se contagiaron y los asintomáticos con cuál?
Estas variantes también podrían tener un papel fundamental que todavía no han sido estudiadas. “No sabemos si son variantes asociadas a una severidad de la enfermedad y si depende de la susceptibilidad y/o si la respuesta inmune no es tan eficiente”.
Existe toda una serie de factores que tendrían que estudiarse para saber qué pasa con estos asintomáticos, concluyó la investigadora universitaria.