Con el objetivo de analizar los desafíos de la migración en México y América Latina, la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM fue sede de la segunda sesión del Foro de las Humanidades, titulada Migración: desigualdades, retos y perspectivas en un mundo globalizado.
Este encuentro reunió a especialistas en movilidad humana, quienes coincidieron en que la migración no es solo un fenómeno de movilidad o económico, sino también un asunto de derechos humanos atravesado por la violencia estructural, las desigualdades históricas y las políticas de exclusión.
Desde una perspectiva interdisciplinaria, los ponentes abordaron la migración en relación con la Agenda 2030, la militarización fronteriza, el racismo estructural, la crisis del Darién y el desplazamiento forzado en Chiapas. Enfatizaron la necesidad de una política migratoria basada en derechos humanos, más allá de la seguridad y el control fronterizo.
Moderada por Andrea Paula González Cornejo, coordinadora del Colegio de Estudios Latinoamericanos, la sesión contó con la participación de Alethia Fernández de la Reguera Ahedo, Daniela Gleizer Salzman, Fernando Neira Orjuela y América Alejandra Navarro López.
Vinculación entre la academia y la realidad social
En la apertura del foro, Andrea Paula González Cornejo destacó que el evento busca generar un diálogo entre investigadores de la UNAM y especialistas de diversos institutos y centros de estudio.
“El foro pretende definir líneas de trabajo que contribuyan a comprender problemas urgentes como la migración, la educación y la crisis climática”, señaló.
Migración femenina y precarización laboral
Alethia Fernández, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, abordó la migración femenina y el trabajo de cuidados, destacando su impacto en la precarización laboral.
“Uno de cada cinco trabajadores del sector de cuidados es una persona migrante, y esta ocupación está altamente feminizada. Muchas mujeres migran para seguir cuidando, ya sea a distancia o en el país de destino, pero en condiciones de trabajo precarias y sin acceso a derechos laborales básicos”, explicó.
Asimismo, habló sobre la militarización de la frontera sur de México y cómo esta ha convertido al país en un territorio de contención migratoria en lugar de un espacio de tránsito seguro.
“La securitización de la migración en México responde a una lógica impuesta por Estados Unidos, en la que la política migratoria se ha convertido en una herramienta de control más que en una vía de integración”, afirmó.

Tecnología y control fronterizo: ¿protección o exclusión?
Fernando Neira Orjuela, del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, se centró en el uso de tecnologías biométricas en la migración, señalando que estos sistemas han sido implementados con un enfoque securitario que limita el acceso a derechos fundamentales.
“En México, la captura de datos biométricos por parte del Instituto Nacional de Migración no ha servido para mejorar la seguridad de los migrantes, sino para criminalizarlos y restringir su movilidad”, explicó.
Neira Orjuela también habló sobre el Darién, un corredor migratorio entre Colombia y Panamá que se ha convertido en una de las rutas más peligrosas para los migrantes.
“El Darién es un reflejo del fracaso de las políticas migratorias regionales. Miles de personas arriesgan sus vidas en esta selva porque no hay vías seguras de migración. En lugar de garantizar sus derechos, los gobiernos de la región han optado por la contención y la militarización”, advirtió.
Racismo y xenofobia en la política migratoria mexicana
Daniela Gleizer Salzman ofreció una perspectiva histórica sobre la política migratoria en México y sus raíces raciales y étnicas.
“Desde el siglo XX, México ha implementado políticas de exclusión basadas en la raza. En 1933 y 1934 la Secretaría de Gobernación prohibió el ingreso a personas afrodescendientes, asiáticas y judías. Aunque hoy no hay prohibiciones explícitas, la discriminación sigue presente en la política migratoria”, explicó la académica del Instituto de Investigaciones Históricas.
Gleizer destacó que el racismo y la xenofobia en México se reflejan en la falta de acceso a derechos básicos para los migrantes.
“La Encuesta Nacional sobre Discriminación muestra que una de las principales razones por las que los mexicanos no rentarían una vivienda es si el inquilino es extranjero. Esto demuestra que la discriminación no es solo un problema legal, sino también social y cultural”, subrayó.
Desplazamiento forzado en Chiapas: una crisis silenciosa
América Alejandra Navarro López analizó el desplazamiento forzado en Chiapas, un fenómeno que ha crecido en los últimos 50 años debido a conflictos políticos y religiosos, así como al avance del crimen organizado.
“El desplazamiento forzado en Chiapas no es nuevo, pero ha aumentado debido a la violencia del crimen organizado. Muchas comunidades indígenas han sido expulsadas de sus territorios sin que el Estado intervenga”, señaló la investigadora del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur.
Desde una perspectiva geoespacial, destacó cómo el desplazamiento ha transformado la cartografía social de la región, generando nuevas dinámicas de exclusión y pobreza.
“El desplazamiento forzado es una forma de violencia estructural que afecta no solo a los migrantes internacionales, sino también a comunidades enteras dentro del país. Es urgente reconocerlo como un problema de derechos humanos y no solo como un fenómeno local”, concluyó.

Hacia una política migratoria basada en derechos humanos
Los especialistas coincidieron en la necesidad de políticas públicas integrales que protejan los derechos de las personas migrantes y vayan más allá del enfoque de seguridad nacional.
“La migración no es un problema de seguridad, sino una cuestión de justicia social. Mientras no entendamos esto, seguiremos criminalizando a quienes buscan mejores condiciones de vida”, afirmó Andrea Paula González Cornejo.
Ideas destacadas
- El Foro de las Humanidades de la UNAM abordó la migración desde una perspectiva interdisciplinaria y de derechos humanos.
- Se discutió la militarización fronteriza, la crisis del Darién y el desplazamiento forzado en Chiapas.
- La migración femenina y el trabajo de cuidados fueron señalados como sectores altamente precarizados.
- Las tecnologías biométricas en la migración han sido utilizadas como herramientas de control en lugar de mecanismos de protección.
- La política migratoria mexicana tiene antecedentes de discriminación racial y étnica que persisten hasta hoy.
- Es urgente una agenda migratoria que priorice la justicia social y el respeto a los derechos humanos.