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¿Por qué los perros persiguen a los gatos?

Los perros descienden de los lobos, animales cazadores por naturaleza, pero prefieren presas pequeñas, como los gatos. Por su parte, los felinos también son depredadores de animales pequeños, como ratones, aves, lagartijas y peces; sin embargo, a su vez, pueden convertirse en presas de otros animales, explicó Norman Cortés Fernández de Arcipreste, académica de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán.

Sin embargo, no siempre se trata de cazar. En muchos casos, los perros persiguen a los gatos simplemente porque quieren jugar, pero no todos los felinos disfrutan de la compañía de los canes. Algunos pueden enfurecerse cuando están frente a un perro, lo que con frecuencia termina en peleas y persecuciones.

La decisión de tener perros y gatos en casa puede ser un desafío. Si ya hay perros en la familia y se introduce un gato, o viceversa, quizá la integración no sea sencilla.

Los primeros días en la vida de los perros

En la primera etapa de su vida, cuando tienen entre 21 días y 16 semanas, los perros desarrollan su carácter y aprenden a relacionarse. Qué tan sociables serán dependerá de la raza y del carácter de cada ejemplar.

Ahora bien, es conveniente que a un cachorro de esta edad se le presenten un gato, un ave, otro perro e incluso niños, para que en su edad adulta su instinto de cazador no lo lleve a perseguir a estos animales.

Sin embargo, no siempre es posible presentarlos en esta etapa temprana. A veces, cuando ya hay perros adultos en casa y se introduce un gato, la situación puede ser complicada porque no siempre se llevan de la mejor forma.

¿Cómo introducir al nuevo miembro de la familia?

De acuerdo con la etóloga, el éxito de la integración depende del carácter de cada perro. Algunos perros adultos, especialmente los más tranquilos, pueden no tener problema con la presencia de un gato.

En caso de que el gato esté asustado, podría adoptar la postura defensiva o de “Halloween” (arqueando la espalda y erizando el pelaje). Sin embargo, el perro, a través del olfato, percibe si el gato es un cachorro y, en muchos casos, en lugar de atacarlo, lo protegerá. Si el perro y el gato conviven de manera cotidiana, el perro llegará a considerarlo parte de su manada y lo defenderá.

Pero hay otros perros que están muy acostumbrados a perseguir gatos y, si los alcanzan, pueden matarlos, aunque no se los coman.

El instinto del cazador

Los felinos de casa generalmente no devoran a su presa, solo la cazan por instinto. En cambio, los gatos ferales o que viven en la calle sí suelen devorar a sus presas.

A veces pensamos que un perro chihuahueño no es cazador porque es muy pequeño y simpático, pero aún conserva su instinto de caza, por lo que si descubre a un ratoncito, podría atraparlo.

Perros o gatos, siempre tendrán su instinto de cazador, pero debe haber un detonante para que comience la cacería. Por ejemplo, cuando el gato corre o chilla, esto resulta muy atractivo para los canes. Por eso, hay tantos juguetes que emiten sonidos que imitan los chillidos de una presa. Aunque también depende de la raza qué tan fuerte sea su instinto.

El instinto de los gatos

Los gatos son estrictos carnívoros y necesitan consumir a sus presas para mantenerse saludables. Esto incluye no solo carne, sino también el agua que obtienen de ratones y lagartijas, por ejemplo. En el caso de los gatos de casa, en general no devoran a sus presas, simplemente cazan por instinto.

Además, como el metabolismo de estos felinos es muy rápido, necesitan comer con frecuencia, lo que justifica que su plato esté siempre lleno, destacó la académica universitaria.

A los gatos les gusta mucho el agua fresca, y por eso, en los videos que circulan en redes sociales, los vemos en el baño y la cocina, donde aprenden a abrir las llaves, tanto del garrafón como de la tubería.

Cómo reunirlos

El proceso debe ser gradual. Por ejemplo, introducir al gatito en una transportadora y tener al perro a una distancia razonable, ordenándole que se quede quieto, sentado o echado. Luego, se le puede dar alimento como recompensa por mantenerse tranquilo.

Cuando el perro se acerque a olfatear al gato, debemos estar atentos a su conducta. Si el gato está muy asustado, podemos repetir este procedimiento dos o tres veces al día durante cinco minutos y realizarlo diariamente.

Si ambos se relajan, podemos acercarlos un poco más, entreteniendo al perrito con un poco de comida. También se puede ofrecer alimento al gato dentro de la jaula.

En el momento en que ambos se olfateen y el gato muestre algo de interés en el perro, podemos soltarlo, mientras que al perro se le mantiene con una pechera para controlar su reacción.

Este proceso puede tardar días o semanas, pues debe hacerse “poquito a poquito”, pero no significa que siempre va a funcionar. Puede pasar mucho tiempo y, aun así, un perro y un gato podrían no llevarse bien. Por eso, es importante que el gato tenga un lugar donde escapar o esconderse.

Ideas destacadas

  • Perros y gatos son depredadores por naturaleza, pero no siempre se persiguen por caza; a veces lo hacen por juego.
  • La integración de un gato a una casa con perros, o viceversa, puede ser complicada y depende del carácter de cada animal.
  • La socialización temprana de los cachorros con gatos u otros animales ayuda a reducir el instinto de persecución en la adultez.
  • El éxito de la convivencia depende de un proceso de introducción gradual y supervisado.
  • Los perros pueden llegar a considerar al gato parte de su manada si conviven de manera cotidiana.
  • Gatos y perros mantienen su instinto de caza, aunque su intensidad varía según la raza y el contexto.
  • Es importante que el gato tenga un refugio seguro en caso de que la convivencia no sea favorable.