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Todo lo que necesitas saber sobre el sudor

 La sudoración no es una forma de desintoxicación, sino un termorregulador cuya función es mantener un termostato en el cuerpo, dice la dermatóloga Rosa María Ponce Olivera.

Las toxinas del cuerpo se eliminan principalmente por el hígado y el riñón, aclara la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien abunda sobre el contenido del sudor, los tipos de sudoración y su tratamiento.

El sudor humano, que no se mezcla con el manto de capas de la piel (grasa, queratina), contiene agua y electrolitos, principalmente sodio, potasio y cloro, que se pierden con la excesiva sudoración, por lo que debemos reponerlos con la ingestión de líquidos.

La sudoración normal se llama hidrosis; la sudoración excesiva (más de un gramo por minuto), hiperhidrosis, y cuando no se suda, lo cual es muy raro, y se debe a enfermedades genéticas, se padece hipohidrosis o anhidrosis (en la lepra, causada por una bacteria, hay zonas localizadas “un poco más secas”).

La hiperhidrosis local, que se puede presentar sin fiebre, sin ejercicio físico, es la más frecuente en la consulta dermatológica. Si la causa el estrés (aunque no es la única), funciona como mecanismo de defensa, es un termorregulador. Ante el peligro: disminuye la temperatura del cuerpo y empieza la sudoración.

Hay hiperhidrosis facial cuando hay sudoración excesiva en las plantas de los píes, las axilas, la cabeza (cráneo facial) y ciertas zonas específicas, como los pliegues inter mamario y submamario, el indiano, inter glúteo y detrás de las rodillas o hueco popitleo.

Ahora bien, la sudoración varía con la edad, la actividad física y la laboral. Niños con alguna enfermedad neurológica o en el sistema nervioso parasimpático cursan de forma secundaria por hiperhidrosis. También por neoplasias en edad pediátrica por la actividad tumoral.

La hiperhidrosis también puede estar asociada a diabetes, hipotiroidismo, infecciones y trastornos en el metabolismo.

Antes, a quien padecía hiperhidrosis generalizada, primaria y focal, se le decía: “son tus nervios, aguántate, no es una enfermedad”. Hoy, algunas asociaciones internacionales para hiperhidrosis apoyan a los pacientes en grupo, ya que la excesiva sudoración afecta su calidad de vida.

En algún tamizaje se utiliza el sudor para la detectar algunas patologías. Por ejemplo, en la rara enfermedad de Lafora, que es un tipo de epilepsia, “se hacen pruebas de sudor”.

La vía del sudor

El mal olor del sudor o bromhidrosis, que puede coexistir con hiperhidrosis, también es motivo frecuente de consulta dermatológica. La vía del sudor con olor no está presente en todas las áreas del cuerpo, sólo en las axilas, zona periaerolar en las mamas, pliegue submamario, área umbilical, interglúteo e inguinal.

En esas regiones, las glándulas odoríferas, llamadas exocrinas, tienen una secreción diferente a las glándulas sudoríparas ecrinas. La glándula odorífera se decapita y el olor se mezcla con el sudor que produce la glándula ecrina.

El sudor con olor no se debe a que contenga toxinas, quizá un poco más de uniones azufradas como disteína. Ahora bien, el mal olor no es una enfermedad, en consecuencia, no hay medicamentos que la alivien. “Pueden ayudar toxinas botulínicas o algún microondas, que es una especie de láser de tratamiento, pero sólo para enmascarar el mal olor”.

El sudor con mal olor puede ser indicador de alguna enfermedad rara o huérfana, como delfenil-fitonuria, y de afecciones de los aminoácidos de síntesis, que producen un olor como a trapo mojado; algunas afecciones huelen a azufre. En esos casos, se deben realizar estudios del olor o genéticos.

Hay pacientes en psiquiatría que padecen una dismorfobia, una percepción anómala de la realidad: sienten que huelen mal, pero es sólo una creencia que limita sus actividades. Es como un delirio: su mal olor no lo huelen los otros, porque no hay tal.

Que el olor que acompaña al sudor “huela mal” es una construcción histórica. Como no es benéfico para la convivencia social, usamos desodorantes o antitranspirantes, la mayoría de los cuales contienen cloruro de aluminio, adicionado a veces con circonio. Su presentación convencional es en spray, barra o bolita.

Hay quien usa un antitranspirante amigable, sin marca, que contiene piedra de alumbre, pero finalmente es un derivado del aluminio. Otros,  usan talco, o una mezcla de bicarbonato de sodio con limón, que puede causar una dermatitis secundaria, o algún tipo de perfume, que sólo enmascara el mal olor.

Los antitranspirantes bloquean la desembocadura de la glándula sudorípara, llamada crocidinchio, y su aroma modifica el olor de las glándulas odoríferas.

UNAM Global · Radiosfera Sudor

Tratamientos para hiperhidrosis

Para la sudoración excesiva, además de los antitranspirantes tópicos con cloruro de aluminio, hay  medicamentos orales, como antihipertensivos, sedantes, benzodiacepinas.

La oxibutinina, indicada para vejiga hiperactiva, también se utiliza para tratar la hiperhidrosis, aunque no en todas las personas funciona, y tiene efectos adversos: reseca la boca y la piel. También se aplican inyecciones de toxina botulínica, que así como bloquea el movimiento de los músculos bloquea la secreción glandular.

Hay una tina llamada iontoforesis, en la que se aplica corriente alterna con corriente directa eléctrica para ayudar a bloquear la sudoración, en especial de manos y pies. A los pacientes que no les funciona, se les aplican microondas con un dispositivo llamado “miraDry”, que es costoso, sencillo y poco doloroso. Semejante a los láseres de depilar, el microondas destruye la glándula sudorípara. Por ahora solo está autorizado para las axilas. Son necesarias tres sesiones.

Por último, apunta la doctora Ponce Olivera, la simpatectomía es el corte de un ganglio nervioso para sudoración que está a nivel del tórax. Se hace por medio endoscópico y mínimas incisiones. “En las vértebras T3 y T4 se fulgura y funciona para sudor de las manos y de las axilas, pero no es útil para los pies”.