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Optimizan técnica para tratar síndrome del pronador

Normalmente este síndrome pasa desapercibido entre médicos y especialistas, pues se confunde con el síndrome del túnel carpiano, el cual se manifiesta en el nervio mediano de la muñeca, que permite la sensibilidad y el movimiento de partes de la mano.

El médico Sergio Andrés Castillo, especialista en Ortopedia y Traumatología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), explica que por este error en el diagnóstico no se tienen cifras exactas del número de personas que presentan una compresión en el nervio mediano, a la altura del codo y del lado palmar del antebrazo, conocida como “síndrome del pronador”.

Para tratar esta enfermedad, el doctor Castillo desarrolló un procedimiento quirúrgico que libera el nervio mediano en el tercio proximal del antebrazo mediante una técnica endoscópica que disminuye el dolor y la herida de la incisión.

Según explica el experto, las incisiones para abordar esta enfermedad hoy alcanzan una abertura de 10 a 15 cm sobre la cara anterior del codo, lo que resulta doloroso y estéticamente incómodo para el paciente, ya que requiere abrir varias capas de tejido muscular que demoran en cicatrizar.

“Con nuestra técnica lo que se hace es una herida de 3 cm en el pliegue del codo, es decir que va a quedar relativamente oculta por la piel”. Agrega que con este método “se abordarán los cinco puntos de posible compresión, entre tejidos y capas de tendón”.

A través de esa pequeña herida se introduce una cámara con un lente de 4,0 mm, y con instrumentos especiales se libera progresivamente el nervio tanto hacia la parte cercana al codo como hacia el extremo de este.

Pese a que son muy pocos los pacientes diagnosticados, en ocasiones el tratamiento con analgésicos y un periodo de inmovilización del brazo no son suficientes para curar esta enfermedad, por lo que es necesario realizar el procedimiento quirúrgico para encontrar el nervio atrapado y liberarlo.

Los síntomas de esta enfermedad, que se presenta sobre todo en personas que realizan tareas repetitivas, como digitar, incluyen dolor en la parte anterior del antebrazo, disminución de la sensibilidad en el dedo pulgar, dedo índice, dedo medio y lado radial del dedo anular.

El procedimiento, que inicialmente fue probado en cadáveres y luego en algunos pacientes, dura máximo 30 minutos. Según el médico Castillo, los pacientes se mostraron satisfechos con el procedimiento, ya que no se realizó cirugía abierta y el proceso de recuperación ha sido favorable.