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Las polémicas de la FIL de Guadalajara

Que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara sea el evento más importante en el ámbito editorial y literario en lengua castellana es una verdad irrefutable, sin embargo, ésta no se ha librado de momentos controversiales en su ya larga historia de casi 30 años. He aquí un breve anecdotario de la fiesta librera.

El caso del escritor peruano Alfredo Bryce Echenique (multado en 2009 con 57 mil 250 dólares por cometer plagio en perjuicio de medios mexicanos, españoles y peruanos) quien ante las críticas por otorgársele el premio de la feria espetó en una entrevista al diario español El País: “¡Que se jodan!”.

En 2005, el escritor, poeta y ensayista Tomás Segovia provocó dantesco alboroto al declarar sobre Juan Rulfo: “Me parece uno de los más grandes novelistas y cuentistas del mundo. Es el escritor misterioso. Nadie sabe por qué Rulfo tenía ese talento. En otros autores uno puede rastrear el trabajo, la cultura, las influencias e incluso la biografía, pero Rulfo es un puro milagro. No se sabe por qué tuvo ese talento. No fue un gran estudioso ni un gran conocedor, pero nació con el don”.

Por sus aseveraciones, la familia del escritor jalisciense exigió que el nombre de Juan Rulfo fuera retirado del galardón.

Una situación embarazosa fue la que vivió el precandidato priista a la presidencia Enrique Peña Nieto en el 2011, cuando fue cuestionado sobre las tres lecturas que marcaron su vida.

Ante los titubeos de su respuesta y el desliz cómico al endilgarle a Enrique Krauze la autoría de La Silla del Águila, libro de Carlos Fuentes, los tuiteros no lo perdonaron y descargaron toda su saña con el hashtag #LibreríaPeñaNieto.

Además, no se olvidan las diferencias entre el excanciller Jorge Castañeda y el gobierno de Fidel Castro en el 2002. Curiosamente, en ese año Cuba fue el invitado de honor y en la presentación de un número de la revista Letras Libres (“Futuros de Cuba”) un grupo de jóvenes mexicanos y cubanos agredieron verbalmente a los ponentes, y afirmaron que la publicación era “financiada por la CIA”.