Guadalajara.- La voz fue caricia leve. Remarcó la melancolía del sentimiento, la tristeza, en una palabra: fado. El Foro de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2018, fue testigo del canto que, impío, atravesó los corazones de los asistentes.
Camané plasmó su arte provisto de circunspección y elegancia. Dotó a la audiencia de una atmósfera especial: una de las máximas figuras de la música portuguesa ofreció cortes rotundos de Infinito Presente y Canta Marceneiro.
La saudade resbaló por los ojos y estremeció piel, huesos, almas. Respiraciones acompasadas al ritmo incontestable de la expresión musical portuguesa. Camané declaró alguna vez al diario español ABC, que el fado no tiene que ser, necesariamente, triste, con la impronta de la añoranza.
También es celebración, alegría, en resumen: un canto y homenaje a la vida misma. Eso fue, precisamente, lo que se vivió en el Foro FIL.