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Homenaje en la UNAM a Carlos Fuentes a diez años de su muerte

10 años sin Carlos Fuentes. Homenaje a su vida y obra, fue el título de la jornada organizada por CulturaUNAM para rememorar y resignificar el legado del autor de novelas emblemáticas de la literatura mexicana, como La región más transparente, Aura y La muerte de Artemio Cruz, y quien falleciera el 15 de mayo de 2012.
Organizado por la Cátedra Extraordinaria Carlos Fuentes de Literatura Hispanoamericana, perteneciente a la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura, y TV UNAM, el homenaje incluyó conferencias, una mesa de diálogo y lecturas de fragmentos de sus cuentos y novelas, y fue una conmemoración en voz de la comunidad académica y estudiantil universitaria, dijo la  coordinadora de Difusión Cultural, Rosa Beltrán.
La viuda del escritor, Silvia Lemus, valoró la participación tanto de especialistas como de público amante de la obra del novelista: “Recuerdo que Carlos Fuentes dijo: ‘cuando yo ya no esté entre ustedes, en mis libros me encontrarán’. Quiero imaginar que hoy Carlos estaría gustoso, igual que yo, de saber que no solo en sus libros lo encontraremos. Ahora también, en quienes me precedieron en el uso de la palabra, aparece Carlos Fuentes”, comentó.
“Diez años sin Carlos Fuentes pero con Carlos Fuentes, que sigue estando presente a través de su obra y de su voz que aún tenemos gracias a los dispositivos. Sigue muy vivo entre los estudiantes, esencialmente con Aura, que se lee mucho más que antes”, aseguró por su parte Rosa Beltrán, quien recordó que, para la generación de escritores a la que pertenece, fue un referente entre otras cosas porque “tuvo la generosidad” de traer, a través del proyecto Geografía de la novela, a escritores que no se conocían en el país.
Lemus habló de lo que representaba para Fuentes la Máxima Casa de Estudios: “Estaba convencido de que los tres referentes de la UNAM son docencia, investigación y cultura. Él recibió el Doctorado Honoris Causa de su Alma Mater, la Universidad Nacional, y amó y veneró a esta universidad”.
Hizo un breve retrato del autor con el que compartió casi cuatro décadas. Dijo, por ejemplo, que nunca le interesó la política, “porque -aseguraba- para ser político hay que ser muy solemne, y yo tengo un duende en mi cabeza que constantemente me provoca hacer chistes de la solemnidad y de la cursilería supina”; o que, de no haber sido escritor, le hubiera gustado ser un caricaturistas o un actor de carácter “en una película de la Warner Brothers, donde él iba a ser el malo y Humphrey Bogart el bueno”.
Rosa Beltrán entrevistó a Silvia Lemus con el propósito de ampliar este retrato hacia su relación cotidiana con su esposa. Así, la periodista reveló que aunque Fuentes le leía lo que escribía, ella no le hacía comentarios porque en realidad no le interesaba mucho su opinión y tampoco era su musa inspiradora, “yo no opinaba, prefería aprender”; que nunca se aburrió de escucharlo en sus conferencias, “las gocé mucho porque siempre cambiaba cuando estaba arriba en el estrado”; y que mantuvieron una relación respetuosa, compartían gustos y se caían bien mutuamente, “era un tipazo”.
Leerlo por placer
En la mesa de diálogo Carlos Fuentes desde tres territorios: académico, editorial y literario, el escritor Martín Solares expresó que el homenajeado es un autor al que hay que acercarse por gusto y no por obligación. “Durante muchas décadas se ha hablado hasta con temor y con demasiada reverencia de la obra de Carlos Fuentes, pero ya va siendo tiempo de que nos acerquemos a él como lo que es realmente: un autor que provoca infinito placer a sus lectores”.
Trajo al evento un largo mapa en el que dibujó representaciones musicales de las obras de Carlos Fuentes valiéndose de claves y notas sobre pentagramas. Explicó que La región más transparente es “un concierto que hay que dar a cuatro manos”; con Aura “nos convirtió en músicos a todos los lectores y nos puso a interpretar esa pieza perfecta y breve, que termina con una nota que él inventó”; La muerte de Artemio Cruz es “una obra construida con solo tres notas musicales: yo, tu, él, o do, re, mi”; y Cristóbal Nonato “una especie improvisación jazzística”.
En la misma mesa, Tomás Martínez Gutiérrez, coordinador de la maestría en Estudios de Literatura Mexicana de la Universidad de Guadalajara, comentó que Carlos Fuentes concibió a la historia y a la cultura como elementos de un gran texto, una gran novela, y por eso sus escritos se prestan para reflexionar no únicamente desde ámbitos literarios, sino también desde otras disciplinas como los estudios de la cultura, la política o la semiótica. Por su parte, Mayra González, subdirectora editorial de Alfaguara México, comentó que el novelista mexicano fue uno de los autores más respetuosos y sencillos para trabajar, ya que realmente agradecía y valoraba la labor de los editores en el cuidado de la publicaciones.
Otras partes del homenaje fueron las participaciones de la académica francesa Florence Olivier, quien hizo una remembranza poética por medio de un acróstico a partir de las letras del nombre del novelista, así como de estudiantes de licenciatura y posgrado convocados por la Cátedra Carlos Fuentes, que contaron cómo influyó la obra del autor en la elección de su carrera y leyeron pasajes de su obra.
El homenaje para recordar a Carlos Fuentes en la Universidad comenzó desde la reciente edición de la Fiesta del Libro y la Rosa, en la cual se realizó una mesa en su memoria y se inauguró la exposición fotográfica Carlos Fuentes en la intimidad de su espacio, con imágenes del fotógrafo Barry Domínguez, que puede visitarse durante mayo en el Vestíbulo de la Sala Nezahualcóyotl.