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ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS: SE PROYECTA UN CERRADO DUELO

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Kamala Harris y Donald Trump no tienen ventaja clara en encuestas para el voto popular ni en las proyecciones rumbo al Colegio Electoral; cualquiera puede ganar

La fecha llegó con rapidez en el calendario, queda sólo un día para que los ciudadanos de Estados Unidos salgan a votar por su candidato preferido este 5 de noviembre; y, no obstante, ninguna de las dos opciones parece tener ventaja sobre su adversario, convirtiendo la elección de mañana en una de las más cerradas en la historia del país.
The New York Times, por ejemplo, en su encuesta final –publicada el 25 de octubre (https://www.nytimes.com/interactive/2024/us/elections/polls-president.html)–, realizada en asociación con Siena College, apunta que hay un virtual empate en las preferencias, en las que tanto Donald Trump, representante del Partido Republicado, como Kamala Harris, la elegida del Partido Demócrata, se reparten equitativamente un 48 % de los encuestados. El sondeo anterior (del 5 de octubre) colocaba a Harris con el 49 % y a su contrincante con el 48 % de los votos.
En cuanto al Colegio Electoral (https://www.nytimes.com/interactive/2024/us/elections/polls-president.html), el diario proyecta que, de acuerdo con las encuestas, la demócrata tiene posibilidades de obtener 226 votos electorales de los 270 necesarios para ganar la presidencia; mientras que los cálculos para el republicano lo acercan a 219 votos electorales. Esto significa que siete estados de la Unión Americana tienen la posibilidad de decidir la elección: en cuatro de ellos (Pensilvania, Nevada, Wisconsin, Michigan) Harris tiene un punto de ventaja sobre su oponente, y en tres (Carolina del Norte, Georgia, Arizona), Trump es quien se coloca un punto por arriba de su rival.
El sitio FiveThirtyEight, por su parte, le da a Kamala Harris ventaja sobre el expresidente (https://projects.fivethirtyeight.com/polls/president-general/2024/national/), aunque ésta se encuentra dentro del margen de error: 48 % votaría por ella y 46.6 % por él.
Las encuestas de The Economist cuentan una historia similar (https://www.economist.com/interactive/us-2024-election/trump-harris-polls), ya que colocan a la representante de los demócratas sobre su contrincante con un 49 % de las preferencias de los encuestados, y a éste con el 47.3 %.
Al respecto, la publicación compartió un análisis: “Las encuestas se han mantenido bastante estables a pesar de una campaña intensa y llena de acontecimientos. Trump, el primer delincuente convicto que aspira a la Casa Blanca, ha sufrido dos deplorables atentados contra su vida: en un mitin en Pensilvania y en su propio campo de golf en Florida. Harris, por su parte, superó al expresidente en su único debate, y disfruta de una gran ventaja financiera. Sin embargo, agobiada por el legado de la administración Biden, ha tenido dificultades para distanciarse de Trump”.
La carrera parece estar decidida sólo para aquellos que participan apostando, donde Trump tiene una clara ventaja. Por ejemplo, Polymarket, el más grande sitio de apuestas para los entusiastas de las criptomonedas, fundado por el empresario Peter Thiel –uno de los grandes contribuyentes de la campaña republicana–, le da el 65 % de probabilidades al magnate hotelero de llegar nuevamente a la presidencia, y el 35 % a su rival de salir victoriosa.

La campaña de Harris


Para Estefanía Cruz, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), la llegada de Kamala Harris a la carrera presidencial en Estados Unidos se ha distinguido por ser original e intentar proyectarse más allá del discurso de género.
Ha creado un discurso “también minoritario, uno de clase para apelar a las clases medias, y uno de unidad en cuestión de diversidad, que es lo complicado. Poder decir ‘bueno, sabemos que somos diferentes, pero todos queremos que a Estados Unidos le vaya mejor’. Ese mensaje de positividad política era muy necesario, porque últimamente las campañas eran de reclamos, agresiones y esto refresca mucho el ambiente político”.
Esta estrategia, de acuerdo con la universitaria, ha sido la adecuada por la forma en que se convirtió en candidata tras el retiro de Joe Biden y el poco tiempo del que dispuso su relevo para convencer al electorado. Aunque no ha estado exenta de pifias u oportunidades perdidas.
“Si pudiéramos decir que tuvo un error, por las ganancias políticas potenciales, fue no presionar para tener más debates con Donald Trump, porque sólo hubo uno y ese lo ganó Kamala Harris. Si ella hubiera lo apremiado para organizar más encuentros habría tenido la oportunidad de lograr una mayor visibilidad. Más gente la habría seguido si se presentaran errores de Donald Trump en un segundo o tercer debates”.

Consolidación


En los días previos a las votaciones, apuntó Estefanía Cruz, la candidata demócrata debió buscar “que la base dura de la campaña de Donald Trump fuera menos sólida. Me refiero en particular a todos los votantes que se alinean con la extrema derecha en Estados Unidos, y que comenzaron a divulgar teorías de la conspiración que otras personas, aunque no sean de extrema derecha, consumieron digitalmente y que empezaron a poner en duda su campaña”.
Su discurso, que busca “acercarse a la sociedad también es importante, sobre todo en estos momentos en que se piensa que los políticos no hacen caso a las demandas reales de la población. Ante esto tenemos cosas muy divertidas, como Donald Trump trabajando en un McDonald’s: él que probablemente nunca ha tenido que servirse ni su propio plato de comida se pone a servir papas fritas y hamburguesas, y atender a la gente intentando aproximarse un poco a la población”, añadió la especialista.

¿Trump puede ganar?


“Es un hombre que lleva ya muchos años en campaña, que tiene un electorado que funciona como un culto, no tanto como un partido tradicional. Es muy diferente porque hace que sus seguidores tengan un marco semántico para expresar sus ideas donde, aunque sea contradictorio, no importa mucho su coherencia, sino la convicción, la pertenencia, la identidad que les genera esta membresía”, describió Juan Carlos Barrón Pastor, secretario académico del CISAN, sobre las fortalezas de Donald Trump de cara a los últimos días de campaña.
“El grupo trumpista es de incondicionales y no se va a mover con prácticamente nada de lo que diga. No importa si exagera o miente, tampoco si hace alguna acción delictiva. Siempre habrá un mecanismo para congraciarse con su público, con el que tiene una conexión muy profunda. Y pase lo que pase o diga lo que diga la candidata demócrata, el sector duro del voto para Trump es muy difícil de mover”.
Por ello, explicó el universitario, es posible que el candidato radicalice aún más su retórica. “Se esperaba que la agresividad fuera mucho mayor; de por sí Donald Trump tiende a ser exagerado. Usa figuras y metáforas que le gustan a sus seguidores, pero le cuesta mucho trabajo conectar con el electorado que todavía está indeciso. En este momento las encuestas están muy cerradas. No hay manera todavía de determinar o anticipar cómo será el final de la elección. Esperamos ver un Trump muy agresivo debido a que es el cierre de su campaña”.
Parte de esta radicalización puede observarse en sus propuestas relacionadas con la migración y el posible conflicto poselectoral, ya que ha puesto en duda la integridad de la elección, como sucedió antes de su derrota en 2020.
Como apuntó Barrón Pastor: “Trump está preparado para llevar el conflicto poselectoral a niveles mucho más agresivos que hace cuatro años y eso va a marcar mucho de lo que pase después. Si, por ejemplo, pierde Donald Trump en los distritos electorales y hubiera una controversia al respecto. Habrá un conjunto de temas que se van a discutir a lo largo del final de año y principios del próximo, donde se van a sentar las bases de lo que podría ser el siguiente periodo presidencial, sea con Kamala o Trump. Será muy definitorio el conflicto poselectoral que seguro vendrá”.

A futuro


De conseguir un triunfo, en un posible segundo gobierno de Donald Trump, señaló el investigador del CISAN, “tendríamos que esperar muchas dificultades en materia de deportaciones, de persecución de personas por su color de piel, por su preferencia sexual, en fin, un conjunto de temas que podrían hacer muy difícil el panorama de convivencia en ciertos estados de la Unión Americana. Habrá que ver cuáles son los resultados de sus bravatas”.
Sin embargo, el especialista universitario comentó que en cuanto al panorama económico quizá su victoria traiga un beneficio para México, relacionado con la renegociación del T-MEC en 2025.
“Posiblemente Donald Trump no sea tan agresivo renegociando el Tratado de Libre Comercio, como podría serlo Kamala Harris, pues él firmó el actual T-MEC y, por lo tanto, aunque ahora esté en la parte final de su campaña y diga muchas cosas al respecto, en realidad él lo firmó, no es algo de lo que no esté orgulloso, sino que intentará continuar en su dirección. Mientras que si queda la candidata demócrata sí veríamos una renegociación mucho más fuerte, dado que sus rivales políticos no ven con buenos ojos, particularmente los actores de los sindicatos de Estados Unidos, el actual estado del Tratado de Libre Comercio”.


¿Qué pasaría…?

Si gana Donald Trump, de acuerdo con Juan Carlos Barrón Pastor, secretario académico del CISAN


En general la expectativa es que sea un gobierno con tendencias populistas, soberanistas, aislacionistas. Es decir, intentará cumplir algunas de sus promesas de campaña más visibles, como por ejemplo los temas de la frontera y la migración, lo cual implicará una amplia utilización de los recursos en esa dirección, y tendrá que sacrificar recursos para muchísimos otros programas sociales que se llevan a cabo en la actualidad.
En la parte social podríamos esperar muchas dificultades en materia de deportaciones, y de persecución de personas por su color de piel, por su preferencia sexual, en fin, un conjunto de temas que podrían hacer del panorama de convivencia en ciertos estados de la Unión Americana algo muy difícil. Habría que ver cuáles son los resultados de sus de sus bravatas.
Sobre este principio soberanista, posiblemente también veamos una mayor influencia del gobierno federal en los estados demócratas, y podría llegar a cumplir algunas de sus amenazas sobre militarizar las ciudades santuario, esto llevaría a un incremento del autoritarismo en Estados Unidos.
En materia internacional esta promoción del soberanismo y el aislacionismo podría traer como consecuencia un alejamiento con sus aliados de la OTAN, y también producir un cambio de paradigma en la relación con los aliados de Estados Unidos.
Muy posiblemente estaríamos viendo el final de la guerra en Ucrania con altos dividendos para Rusia. Y un cambio en la estrategia del complejo militar industrial, incluyendo, por supuesto, la posibilidad de que cumpla sus amenazas de lanzar un ataque quirúrgico contra los cárteles mexicanos en territorio nacional. Se espera un escenario de cambio abrupto y utilización de recursos en direcciones muy distintas a las actuales.

Si gana Kamala Harris, según Estefanía Cruz, investigadora del CISAN


Ella habla de crear una economía de las oportunidades, donde la clase media –un sector que ha quedado descuidado porque usualmente hablamos de las clases trabajadoras o de las clases altas– va a recibir apoyo económico. Sobre todo dice que Estados Unidos es un país de emprendedores, entonces va a apoyar a las pequeñas y medianas empresas. No permitirá el aumento de impuestos para las clases medias y trabajadoras.
También buscará revitalizar la producción económica de Estados Unidos y modernizarla para que ya no sea dependiente de semiconductores y se mantenga a la vanguardia nuevamente en el extranjero.
En materia de política exterior ha dicho que se apoyará en organismos de cooperación multilateral y se promoverán los tratados internacionales para reconstruir las relaciones con los aliados. Seguirán en la OTAN, que es algo que preocupa mucho a los europeos y ha prometido que buscará un tratado de paz entre Israel y Palestina, no un alto al fuego.
La comunidad internacional está muy entusiasmada con la candidatura de Kamala Harris, porque durante el periodo que estuvo Donald Trump como presidente hubo muchísimos retrocesos en el multilateralismo internacional. Fue un presidente que casi no viajaba al extranjero y no tenía ningún interés en promover alianzas nuevas. Solamente hacía comentarios de algunos líderes internacionales y llamadas intentando de esta forma personal resolver los conflictos. Se necesitan los tratados, se citan acuerdos internacionales, juntas de todos estos órganos internacionales.
Además, también a nivel internacional hay varios movimientos para empoderar a las mujeres, y es importante que uno de los países más influyentes tenga a una mujer como presidenta.