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CONFLICTOS BÉLICOS DISPARAN EL PRESUPUESTO DE DEFENSA MUNDIAL

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Los países que registraron mayores gastos militares son Estados Unidos, China, Rusia, Alemania e India, los cuales representaron el 60 % en el orbe, es decir, 1,635 mil millones de dólares

En un escenario mundial marcado por conflictos armados y el aumento de las tensiones entre potencias, los países parecen apostar cada vez más por el poder militar que por el diálogo. Así lo muestran los datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que reflejan que el presupuesto para la defensa se elevó a niveles nunca antes vistos, pues establecen que diversas naciones usaron 2 mil 718 mil millones de dólares en gasto en defensa en 2024, una alza del 9.4 % con respecto a 2023. Se trata del incremento más marcado desde finales de la Guerra Fría.

El reporte, presentado este año, indicó que los países que registraron mayores gastos militares son Estados Unidos, China, Rusia, Alemania e India, los cuales representaron el 60 % mundial, es decir, 1,635 mil millones de dólares.

En 2024, el mundo atravesó 56 conflictos de manera simultánea, la cifra más alta registrada desde la Segunda Guerra Mundial, con 92 países involucrados en los enfrentamientos, de acuerdo con el Índice de Paz Global, del Instituto para la Economía y la Paz.

Moisés Garduño García, María Cristina Rosas González y Sandra Kanety Zavaleta Hernández, especialistas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, analizaron el incremento del gasto militar en el ámbito mundial, sus causas y consecuencias.

El gasto para la defensa alcanzó niveles históricos, y es impulsado por diversos conflictos –algunos desarrollados en la actualidad como el de Israel e Irán, el de Rusia y Ucrania, o previos como el de Sudán y Palestina–. Éstos, en conjunto, devienen en un aumento en el gasto militar global debido a que provocan que otros países, que no están en un conflicto abierto, sigan el mismo patrón de incrementar sus presupuestos de defensa para mitigar posibles amenazas, aseguró Moisés Garduño García, académico adscrito al Centro de Relaciones Internacionales de la FCPyS de la UNAM y fundador del Taller de Estudios sobre Medio Oriente.

“Las cifras del gasto militar tendrán números parecidos a los que se vieron en la época de la Guerra Fría, tal como sucedió durante el conflicto entre Rusia y Ucrania, cuando el incremento primero ocurrió entre estos países y después a nivel internacional; ahora, la misma situación se replicará con la disputa entre Israel e Irán, y la ampliación en el presupuesto se verá particularmente en las naciones árabes del Golfo”, añadió.

A consideración de Garduño García, mientras más gasto militar haya en el mundo, menos inversión social habrá, porque el militar implica “un redireccionamiento presupuestal y una preferencia hacia asuntos de seguridad como las municiones, la construcción de blindajes para las nuevas guerras convencionales y, sobre todo, la compra exponencial de drones, cuyo mercado en crecimiento tendrá un impacto considerable en la economía mundial”.

En este sentido, María Cristina Rosas, académica de la FCPyS, afirmó que el mundo está inmerso en una nueva carrera armamentista, “porque hay una competencia especialmente entre Estados Unidos y la República Popular China; mientras que Rusia ha elevado de manera exponencial su gasto en defensa debido al conflicto contra Ucrania y a los incrementos presupuestales bélicos de Europa”.

Para Sandra Kanety Zavaleta Hernández, académica de la FCPyS, este panorama internacional se debe al aumento de los conflictos y a una carrera armamentista que no ha parado desde hace 10 años.

“Puede considerarse una nueva carrera armamentista si se toman en cuenta los avances científico-tecnológicos y la aplicación de nuevas tecnologías en el desarrollo de armamento. Sin embargo, los conflictos en sí no son nuevos, sino una constante a lo largo de la historia de la humanidad y, en la actualidad, su letalidad ha aumentado”, precisó la especialista en seguridad internacional.

El incremento del gasto armamentista también puede entenderse porque estamos en un contexto de reacomodo de poderes a nivel internacional. Por un lado, detalló Cristina Rosas, Estados Unidos enfrenta una etapa de declive con la segunda administración de Donald Trump, marcada por una tendencia hacia el aislacionismo respecto a asuntos globales, pero paradójicamente también busca elevar su gasto militar, influido por su promesa de “hacer grande a Estados Unidos otra vez”.

Poder de fuego

En el índice de poder de fuego, Estados Unidos está en primer lugar y Rusia en segundo, recalcó Cristina Rosas. Sin embargo, “en el presupuesto militar mundial, China se posiciona en el segundo lugar detrás de Estados Unidos y por encima de Rusia”. Zavaleta Hernández comentó que los países que históricamente destinan más a este gasto, después de los antes mencionados, son: India, Reino Unido, Arabia Saudita, Japón, Alemania, Francia e Italia.

“Es importante mencionar que, entre estos 10 países, hay cinco que son especialmente representativos en términos de paz mundial, ya que forman parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como miembros permanentes: Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia. Si entendemos que estas naciones están entre las más armadas del mundo, podemos comprender mejor la lógica detrás de por qué vivimos en sociedades marcadas por la violencia”, reflexionó Zavaleta Hernández.

En el caso de México, mencionó Cristina Rosas, ha incrementado el gasto militar por el aumento de las acciones en contra de la delincuencia organizada. “Nuestro país tiene que dedicar un presupuesto creciente a la seguridad interna y al combate de los cárteles de la droga, como sucede en otras naciones como Colombia o Brasil”.

México “es considerado uno de los países con un conflicto armado interno debido a la presencia de los cárteles. Sin embargo, no todos los problemas se enmarcan dentro de esta categoría. En el caso del Estado mexicano, por ejemplo, temas como la migración suelen abordarse desde una perspectiva militarista”, apuntó Zavaleta Hernández.

Factores que influyen

Cristina Rosas subrayó que aunque la paz positiva –que se refiere a invertir en educación, salud, desarrollo y bienestar social– debería ser lo que las naciones busquen, gran parte de los recursos se siguen destinando al gasto militar. En lugar de atender las causas profundas de los conflictos, el mundo prioriza la preparación para la guerra, dejando en segundo lugar soluciones que resultarían significativas para construir la paz.

“Los países buscan prevalecer sobre los otros, alimentando una dinámica de desconfianza; la competencia militar se intensifica de forma constante, generando un ciclo creciente de gasto y tensiones”, explicó Cristina Rosas.

Uno de los factores que influyen en esta problemática, dijo la especialista, es que en la actualidad los tomadores de decisiones ya no tienen mucho margen para pensar en soluciones y deben actuar con inmediatez.

La crisis institucional sería otra de las causas en el crecimiento del gasto militar de acuerdo con Zavaleta Hernández. Por ejemplo, las Naciones Unidas, que es la institución encargada de la paz y la seguridad internacional, “ha perdido legitimidad en el mundo, y eso hace que, por lo menos en materia de cooperación internacional o de resolución de conflictos, haya menos países que quieran involucrarse”, acotó.

“Estamos en un momento complicado: hay una crisis de gobernanza global, los Estados se están volviendo cada vez más nacionalistas y hay falta liderazgo. A eso se suma un mundo cada vez más polarizado, con discursos de odio, líderes de ultraderecha y racismo”, señaló Cristina Rosas.

Otros elementos por considerar, prosiguió la internacionalista, son el ascenso de China como una de las potencias económicas, lo que le ha permitido disputar el liderazgo mundial a Estados Unidos; y la alianza entre Rusia y China, la cual se acrecentó luego de las sanciones impuestas a los rusos por la invasión a Ucrania.

El armamento es un negocio y, debido a que se le da un gran poder político a los fabricantes, es complicado avanzar en la paz y repudiar la guerra. Cristina Rosas recordó que “las empresas de armamento financian campañas políticas para que, una vez en el poder, los políticos favorezcan sus intereses. Esto ocurre en Estados Unidos –especialmente entre los republicanos–, así como en Europa, Rusia, China y otros grandes productores de armas”, agregó.

“Una reconversión industrial de lo militar a lo civil es posible; no sólo es importante trabajar en el combate de la delincuencia y el tráfico ilícito de armas de fuego, sino invertir en la paz positiva, es decir, en las raíces de los conflictos”, finalizó la académica universitaria. Giuseppe Conte, ex primer ministro italiano, advirtió el 19 de junio en un texto para el diario El País, que “la próxima cumbre de la OTAN, programada para los días 24 y 25 de junio en La Haya, corre el riesgo de hipotecar el futuro de millones de ciudadanos europeos. Si se aceptara la propuesta de aumentar el gasto en defensa al 5 % del PIB, sólo los países de Europa miembros de la OTAN gastarían más de 500 mil millones de euros adicionales al año, casi triplicando el gasto actual. Si esta inversión se limitara al 3.5 % del PIB, el gasto se incrementaría en 270 mil millones”.