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Al buscador de los genomas perdidos, Premio Nobel de Medicina 2022

 

Svante Pääbo contribuyó a la formación de la paleogenómica, nueva disciplina científica que cambió por completo la forma como vemos y podemos analizar el pasado, particularmente nuestro pasado evolutivo.

Conocido por su libro El hombre de Neandertal. En busca de genomas perdidos, Svante Pääbo (biólogo sueco especialista en ciencias genómicas) obtuvo el Premio Nobel de Medicina 2022 por su trayectoria científica y por ser el “padre” de una nueva disciplina, la paleogenómica.

Federico Sánchez Quinto, licenciado en ciencias genómicas por la UNAM y doctor en paleogenómica, fue coautor con Pääbo en un estudio durante una estancia académica en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, Alemania. Él nos habla de las aportaciones científicas del nobel de Medicina.

Sánchez Quinto define la paleogenómica como: ” la disciplina que nos permite la extracción, la secuenciación y el análisis de ADN antiguo a partir de materia orgánica en el registro fósil”.

La paleogenómica creada por Svante Pääbo ha cambiado por completo la forma como vemos y podemos analizar el pasado, particularmente nuestro pasado evolutivo.

El Nobel a Pääbo —agrega Sánchez Quinto, investigador del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN)— es un reconocimiento a su labor científica de los últimos 40-45 años.

Su trayectoria científica se ha centrado en entender mejor la historia evolutiva de neandertales y denisovanos. De esta forma, al investigar mejor su trayectoria evolutiva, ha contribuido también a comprender mejor la nuestra: la de los humanos anatómicamente modernos que vivimos a lo largo de todo el mundo.

Cambió nuestro entendimiento

El estudio de la historia evolutiva homínida a partir de las secuencias genéticas que Pääbo obtuvo de restos osteológicos ha permitido entender que los neandertales y los denisovanos eran poblaciones homínidas con trayectorias evolutivas diferentes a la nuestra –quizá en el camino de convertirse en especies diferentes-, pero que en ese proceso se mezclaron con nuestros ancestros anatómicamente humanos. Todos los humanos contemporáneos no-africanos tenemos ~2 % de genes de origen neandertal.

El ADN neandertal que tenemos no se encuentra de forma aleatoria en nuestro genoma, sino más bien en regiones genómicas relacionadas a la respuesta inmune y la pigmentación, entre otras. Por esto se considera que los genes de origen neandertal o denisovano pudieron haber sido ventajosos en ambientes adversos para nuestros ancestros.

Así como el desarrollo de las primeras computadoras contribuyó al desarrollo de la tecnología espacial, la secuenciación del genoma neandertal contribuyó a la consolidación del campo de la paleogenómica y a la investigación de la historia evolutiva de múltiples organismos, desde mamuts hasta patógenos antiguos.

La paleogenómica —considera Sánchez Quinto— cambió por completo nuestro entendimiento sobre la biología evolutiva humana y la historia evolutiva de otros animales y plantas (incluyendo sus procesos de domesticación), al poder trazar en el espacio y tiempo el poblamiento de los continentes o la dispersión de patógenos como Yersinia pestis (causante de la peste bubónica).

Preguntas de la paleogenómica

Con la paleogenómica “se pueden estudiar muchísimas especies y responder muchas preguntas científicas”. Por ejemplo:

  1. ¿Cuál es el origen, trayectoria evolutiva y eventual extinción de determinadas especies, por ejemplo, de la megafauna del Pleistoceno?
  2. ¿Cómo es que los humanos poblamos los continentes y nos adaptamos a las diferentes condiciones ambientales de ellos?
  3. ¿Cuáles son las bases moleculares de la domesticación de cultivos o animales?

De acuerdo con Sánchez Quinto, la paleogenómica quizá incluso se pueda aplicar para estudiar el impacto del cambio climático, ya que recuperando secuencias genéticas de materia orgánica obtenida a partir de sedimentos y comparándolas en el tiempo, se puede ver cómo ha ido cambiando la composición genética de los paleoambientes y ecosistemas en respuesta a las condiciones ambientales y la acción humana.

Svante Pääbo, líder brillante

Extraordinario científico, brillante; un gran líder con un enorme deseo de aprender. Así es Svante Pääbo.

En cuanto a lo personal, es un poco tímido para socializar, pero —dice Federico Sánchez Quinto— cuando se trata de compartir sus hallazgos científicos, tiene una habilidad impresionante para comunicarlos de una forma sencilla y accesible para la comunidad en general.