Cuando Rodolfo Rioja era estudiante de Biología en la FES Zaragoza hace aproximadamente 20 años, exploró los arrecifes coralinos de la península de Yucatán y quedó maravillado por su belleza.
Desde entonces dedicó su vida a la investigación y ha sido testigo de su destrucción. Las razones son diversas, pero básicamente se pueden agrupar en efectos del cambio climático, la actividad humana y fenómenos naturales como los huracanes, indicó el académico de la Facultad de Ciencias de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación en Sisal.
La investigación de Rioja se ha basado en los arrecifes de Cozumel, Puerto Morelos y Cayo Arenas, donde queda una minoría de los arrecifes que existían. “Este ecosistema que conocen mis alumnos no es el mismo que yo conocí hace tres décadas”, añadió el también responsable del Laboratorio de Análisis Espacial de Zonas Costeras.
De hecho, existían colonias de coral, que son las que forman los arrecifes coralinos, que tenían más de 400 años de edad y que recientemente han desaparecido. Eso significa que las condiciones de hoy son muy distintas a las que ha habido en los últimos cientos de años.
La recuperación de los arrecifes es muy lenta porque las colonias que los conforman crecen aproximadamente un centímetro y medio cada año. “Son afectados rápidamente, pero su recuperación es muy tardada o nula dado que hemos alterado las condiciones del sistema de distintas maneras”
Su servicio a las personas
Los arrecifes coralinos son fundamentales por los servicios ambientales que prestan. Por ejemplo, funcionan como barreras naturales que protegen de los huracanes, son refugio de varias especies de importancia comercial, atraen al turismo e incluso poseen sustancias que pueden aplicarse en la medicina.
Al proteger la costa, los arrecifes coralinos mantienen las playas en buen estado y con arena, es decir, atractivas para el turismo. Sin embargo, el aumento de la temperatura, como consecuencia del cambio climático, hace que una relación muy importante entre los corales y las algas se modifique y los corales se vuelvan blancos y puedan morir.
Otra cuestión importante es el desarrollo de la infraestructura. “Conforme incrementen las personas que viven en la costa, habrá mayor contaminación sobre el agua que llega a los arrecifes de la Península de Yucatán”.
La península es un sistema Kárstico, es decir, el agua de la superficie del terreno se filtra fácilmente al manto freático que está altamente conectado por ríos subterráneos que desembocan al mar. Al existir un tratamiento muy limitado de las aguas residuales, no se eliminan los principales contaminantes producto de la actividad humana y éstos llegan a los arrecifes.
La sobrepesca es otro factor. “Nos hemos comido a los animales que mantenían el equilibrio y por ende los arrecifes coralinos, ya afectados por la contaminación y el cambio climático, pasan a ser arrecifes dominados por macroalgas”.
Al no tener arrecifes sanos con una buena cobertura de corales, pierden su complejidad estructural y por lo tanto su capacidad de proteger del oleaje las costas.
En la UNAM
Para mejorar la situación de los arrecifes en la península de Yucatán, Rodolfo Rioja ha desarrollado una técnica de modelación a través de fotografías digitales. Con un equipo de estudiantes y colaboradores, el académico acude a distintos sitios en donde se encuentran los arrecifes para para tomar fotografías de su superficie.
Más tarde, las fotografías se procesan utilizando técnicas de fotogrametría digital, lo cual permite hacer estudios ecológicos e imprimir modelos a escala en 3D. En un canal de oleaje los modelos se utilizan para determinar que tanto los arrecifes disminuyen la fuerza del oleaje causado por tormentas y huracanes y por lo tanto, determinar su capacidad de protección a la costa. Los modelos 3D se imprimen en laboratorios del posgrado en Diseño Industrial y las pruebas de oleaje se realizan en la Unidad Sisal del Instituto de Ingeniería.
El objetivo final es construir estos modelos a mayor escala para colocarlos en zonas donde ya había arrecifes y/o que tengan un problema de erosión de playa y así recuperar un poco las zonas afectadas.
¿Qué puede hacer la gente común?
Los arrecifes son muy importantes y las personas de las comunidades costeras pueden ayudar “muchísimo”, por ejemplo al disminuir sus hábitos de consumo, lo cual reduce su “huella” en los ecosistemas costeros.
Por otra parte, las autoridades deben crear regulaciones más estrictas sobre el agua que llega al mar, para que el manto freático esté en mejores condiciones, promover un crecimiento ordenado de la zona costera y fortalecer las Áreas Naturales Protegidas, que son la mejor herramienta para la conservación de la biodiversidad.