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Luna de fresa 2025: el significado de este fenómeno

La última Luna llena de la primavera —que este año ocurre el 10 de junio— nos regala un espectáculo con un nombre tan poético como apetitoso: la Luna de fresa, explicó Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM. Aunque su color no sea necesariamente rosado, este nombre proviene de las culturas originarias de América del Norte, que la asociaban con la temporada de cosecha de fresas silvestres.

En los países del norte, donde las estaciones están muy marcadas, los antiguos pueblos observaban el cielo para llevar la cuenta del tiempo. Las fases de la Luna, que se repiten aproximadamente cada mes, les servían como un calendario natural.

Así, los cazadores-recolectores y las tribus indígenas de lo que hoy es Estados Unidos nombraban las Lunas llenas de acuerdo con los fenómenos naturales del momento. Entre ellos destacan las naciones algonquinas —grupo que incluye a los ojibwa, lenape, mohicanos y otras tribus del noreste del continente—.

Por ejemplo, la Luna llena de enero se llamaba Luna del lobo, porque era cuando estos animales aullaban más debido a la escasez de alimento; en febrero, Luna de nieve, por las intensas nevadas; en abril, Luna rosa, en referencia al florecimiento de los árboles, como los cerezos de Japón o Washington; y en junio, Luna de fresa, por el inicio de la cosecha de estas frutas silvestres.

Este año, el fenómeno tendrá un toque especial, ya que la Luna se encontrará más cerca del horizonte y, por lo tanto, se verá con un tono anaranjado o rojizo. “Esto ocurre porque la atmósfera terrestre absorbe más la luz azul que la roja”, explicó Fierro.

Además, cuando la Luna está baja en el cielo, cerca del horizonte, suele parecer más grande. “Tal vez lo han notado cuando la Luna pasa entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl: se ve enorme”, señaló la astrónoma. Sin embargo, enfatizó que se trata de un efecto óptico; el tamaño de la Luna no cambia, sólo lo percibimos así.

Cuando la Luna está en el cenit, la atmósfera es más delgada que cuando se encuentra en el horizonte, y la luz del Sol debe atravesar toda la atmósfera terrestre.

¿Cómo comprobar su tamaño?

Para comprobarlo, Fierro propuso un experimento sencillo: “Cuando la Luna esté cerca del horizonte, toma una hoja y hazla rollito, de tal forma que la Luna se vea justo del tamaño del orificio. Luego, cuando se encuentre en el cenit —es decir, en lo alto del cielo— vuelve a mirar a través del rollito. Notarás que se ve del mismo tamaño”.

Así, la ilusión del tamaño es solo un truco de la percepción humana, mientras que el tono rojizo se debe a la forma en que la luz solar atraviesa la atmósfera.

Verla grande es un efecto óptico; verla rojita se debe a la atmósfera; y que se llame Luna de fresa tiene que ver con el fin del invierno y el regreso de la fruta en los países nórdicos”, resumió Julieta Fierro.

Aunque la fase llena alcanzará su punto máximo el 11 de junio a las 02:44 a. m., hora del centro de México, la Luna de fresa será visible desde la noche del 10 de junio, cuando salga por el este cerca del anochecer. Su forma redonda podrá apreciarse durante toda la noche y seguirá siendo visible hasta poco después del amanecer del día 11, si el cielo está despejado.