A primera hora del pasado domingo 19 de enero, después de años de disputas y de una polémica constante sobre si su prohibición afectaba la libertad de expresión o si ponía en peligro a Estados Unidos debido a la sospecha de que el Gobierno chino usaba TikTok para espiar a los usuarios e influir en decisiones políticas, se ejecutó la orden de la Corte Suprema para finalizar el funcionamiento de esta app en este país. Aunque diversos usuarios se despidieron de sus seguidores, el apagón de esta red social duró sólo 13 horas por el factor Trump.
De ser un férreo opositor a Tik Tok, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, pasó a ser un defensor de esta app. Consciente de que en las pasadas elecciones, sus ideas de gobierno transitaron con gran facilidad por esta app e influyeron para que miles de jóvenes votarán por él, sabía que la forma de compensarles era buscando algún método para que está siguiera viva y durante el fin de semana escribió varios mensajes donde mostraba su favoritismo a que la app se mantuviera.
Es por eso que desde el domingo la empresa ByteDance, encargada de Tik Tok, tenía fe ciega en Trump y su poder para detener la prohibición. No solo por su cambio de pensamiento sobre esta red social, sino porque él había señalado que la aplicación tenía un lugar cálido en su corazón puesto que tuvo una importante influencia para ganar las elecciones del año pasado.
Pero Trump también estaba consciente de que era esencial iniciar con el pie derecho las relaciones con China, el país que alberga Tik Tok. El gigante asiático ha tenido un papel cada vez más importante en la geopolítica mundial y el presidente estadunidense entendió que es mejor tenerlo de aliado. Aunque desde sus días como presidente electo manifestó que impondría aranceles a este país asiático, su perspectiva ha cambiado al punto de manifestar que deseaba sentarse y dialogar con su contraparte china.
Incluso, el pasado viernes 17 de enero, Trump difundió que había hablado por teléfono con el presidente chino Xi Jinping. En la llamada hablaron sobre el equilibrio del comercio, el fentanilo, muchos otros temas y Tik Tok. “¡El presidente Xi y yo haremos todo lo posible para que el mundo sea más pacífico y seguro!”, publicó en una de sus redes sociales.
Así que con esas motivaciones, al inició de su segundo mandato ejecutó una orden para detener la prohibición estadounidense de la app. Una decisión que benefició a 17 millones de usuarios y que llevaba el mensaje de “haré todo lo posible para mantenerla”.
“Tal como prometió, el presidente Donald Trump, firmó el día de ayer y se publicó en la página de La Casa Blanca, la orden ejecutiva en la cual da instrucciones al Fiscal General para que no tome medidas para cumplir la ley por un periodo de 75 días, tiempo del cual dispondrá junto con su administración para identificar el curso de acción necesario para mantener la red social (altamente popular entre los estadounidenses) y proteger la seguridad nacional de Estados Unidos”, explicó Mariana Aparicio Ramírez, experta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y coordinadora del módulo de Asia Central del Diplomado en Estudios sobre Asia del PUEAA.
A la par, agregó Aparicio Ramírez, en la orden ejecutiva también se aseguró que durante el lapso antes mencionado no se sancionará aquellas empresas que distribuyan, mantengan o actualicen la aplicación en Estados Unidos.
¿Está a salvo?
A pesar de que Trump ha pospuesto la prohibición de Tik Tok por 75 días, mantener la app podría enfrentar obstáculos legales o de resistencia por parte del Congreso. En un intento por “tener a todos contentos”, el presidente estadunidense ha pedido a ByteDance venderle la mitad de Tik Tok a algún empresario de Estados Unidos y que China conserve el otro 50%.
Esta medida aunque podría satisfacer a todas la partes involucradas (usuarios, poder legislativo, gobierno Chino) tiene diversos inconvenientes. En primera instancia, ByteDance y las autoridades chinas han rechazado de manera pública vender la app y mucho menos su algoritmo, que ha sido tan redituable y clave para su popularidad.
Por otro lado, integrantes del propio Partido Republicano como Tom Cotton, de Arkansas, y Pete Ricketts, de Nebraska, no avalan el ideal del presidente al grado de manifestar que “la ley es la ley” e incluso han manifestado que se debe romper cualquier vínculo con el régimen comunista chino ya que “solo entonces los estadounidenses estarán protegidos de la grave amenaza que representa para su privacidad y seguridad un TikTok controlado por los comunistas”, mencionaron en un comunicado.
Ante este escenario, Trump tendrá complicaciones ya que incluso integrantes de su propio partido se niegan a que la app esté en funcionamiento. No obstante, si ByteDance acepta una de las propuestas que tiene sobre la mesa, la situación podría cambiar totalmente.
“Ayer Trump tuvo una victoria parcial, ya que mostró habilidad política de obtener mayor tiempo para buscar una solución para ambas partes. Pero en el fondo, la solución es la misma desde el inicio del tema en la agenda pública: es necesario un comprador estadounidense”, comentó la experta de la FCPyS.
De acuerdo a medios estadunidenses, los multimillonarios Frankf McCourt y Kevin O’ Leary; el motor de búsqueda de IA, Perxplexity AI y Elon Musk, quien no ha mostrado tanto interés, son algunos de los compradores que han ofertado para que la aplicación sea en su totalidad norteamericana. Sin embargo, hasta que no se concrete una venta, el futuro de Tik Tok sigue siendo incierto, aunque por ahora está a salvo gracias a Trump.