La jornada financiera del lunes 7 de abril cerró con caídas históricas en las bolsas de valores a nivel mundial. Los economistas lo llaman bear market o mercado bajista. Esta fuerte reacción fue provocada por el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevos aranceles a las importaciones, medida que ha sido interpretada como el inicio de una guerra comercial global.

En entrevista para UNAM Global, Monika Meireles, experta del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, explicó que esta reacción de los mercados responde al pesimismo generado por las nuevas políticas proteccionistas estadounidenses.
Las medidas, anunciadas el pasado 2 de abril, incluyen una tarifa base del 10 % a todas las importaciones, además de un esquema adicional de tarifas “recíprocas” que penaliza más castiga con aranceles más altos a los países que venden más de lo que compran a Estados Unidos.
“La lógica detrás de estas tarifas carece de fundamento económico”, señaló Meireles. “Se trata más bien de una narrativa política con la que Trump pretende hablarle a su base electoral, en especial a los trabajadores industriales desplazados por la globalización”.
De acuerdo con la especialista, aunque estas políticas buscan reubicar la producción dentro del territorio estadounidense, en la práctica podrían provocar una recesión económica global combinada con inflación: un escenario de estanflación.
Asia, el blanco principal
Países como China y Vietnam son los más afectados por las nuevas tarifas, al contar con balanzas comerciales positivas frente a Estados Unidos. Por su parte, China anunció represalias arancelarias, lo que elevó la tensión en lo que ya se perfila como una guerra comercial bilateral.
Mientras tanto, el Reino Unido y otros países optaron por iniciar negociaciones con Washington para mitigar los impactos, indicó Meireles.
En América Latina, Brasil ha sido golpeado de forma indirecta, particularmente en el sector del acero y aluminio, afectado por tarifas especiales. A pesar de ello, aún hay margen para la diplomacia: “Más de 50 países han solicitado reuniones con el equipo económico de Trump para renegociar los términos”.
¿Y los efectos a largo plazo?
Aunque aún es temprano para medir el impacto real de estas políticas, los mercados han dejado claro su malestar. Inversionistas institucionales, fondos de inversión y ejecutivos como el CEO de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, han pedido a la Casa Blanca postergar la entrada en vigor de las tarifas, programada para el 9 de abril. Sin embargo, Trump insiste en mantener su agenda sin modificaciones.
“El miedo de hoy en los mercados es un reflejo de la incertidumbre global que generan estas políticas”, concluyó Meireles. “Estamos frente a un momento clave, en el que la economía global podría cambiar de rumbo hacia un nuevo orden comercial menos cooperativo y más conflictivo”.
México, atrapado en la niebla
Para países como México, que mantienen una relación comercial clave con Estados Unidos, el panorama también es complejo. Tras la pandemia de COVID-19, el país se vio beneficiado por el fenómeno del nearshoring, que atrajo inversiones al ubicarse cerca del mercado consumidor norteamericano. Sin embargo, la incertidumbre actual pone en pausa ese impulso.
“Los inversionistas tendrán que rehacer cuentas”, advirtió Meireles. “Nadie quiere arriesgar capital en un escenario donde no se sabe qué aranceles enfrentarán mañana. Esta caída nos devuelve a una nube de incertidumbre que no es buena para ningún proyecto de inversión”.
Aunque algunos países de América Latina han empezado a diversificar sus relaciones comerciales — por ejemplo, aumentar exportaciones a China o firmar acuerdos con la Unión Europea —, abandonar el mercado estadounidense no es una opción fácil ni rápida.
“Pensando en el caso brasileño, lo que exportamos a China son commodities, productos primarios sin valor agregado. En cambio, lo que enviamos a EE. UU. genera más empleo e innovación. No es tan sencillo reemplazar ese mercado”, subrayó Meireles.
¿Cómo afecta al ciudadano común?
Aunque en principio la caída de la bolsa impacta más directamente a quienes tienen inversiones en los mercados financieros, sus efectos pueden extenderse rápidamente. “Si las empresas no invierten por miedo al entorno, eso se traduce en menos empleos, menores salarios y un menor consumo. Todos terminamos afectados”, explicó.
Además, si esta guerra comercial escala, podría haber un aumento generalizado en los precios debido al encarecimiento de productos importados. Es decir, inflación con estancamiento económico: el peor de los escenarios posibles.
“Una economía global estancada significa menos oportunidades para todos. Y si las medidas de Trump provocan reacciones similares en otros países, podríamos enfrentar una espiral negativa que afecte incluso al consumo básico”, advirtió.
¿Trump es consciente?
De acuerdo con Meireles, Donald Trump está centrado en su proyecto de poder, y por ahora, le están funcionando políticamente las medidas neoproteccionistas. Sin embargo, la historia lo juzgará de otro modo.
“El 7 de abril de 2025 podría pasar a la historia como el día en que una decisión deliberada, desde la oficina más poderosa del mundo, provocó una crisis económica de escala global. No por accidente ni por causas externas, sino por voluntad política. Esa es la gran diferencia con otras crisis”, concluyó.
Ideas destacadas
- Donald Trump anunció nuevos aranceles que desataron una guerra comercial global.
- Los mercados bursátiles reaccionaron con caídas históricas, marcando un mercado bajista.
- Las nuevas tarifas afectan especialmente a países como China y Vietnam.
- Brasil sufre impactos indirectos, principalmente en acero y aluminio.
- Más de 50 países buscan renegociar con Estados Unidos para evitar mayores daños.
- Las medidas pueden provocar una estanflación: recesión con inflación.
- México, beneficiado por el nearshoring, ahora enfrenta incertidumbre comercial.
- La guerra comercial podría generar inflación, desempleo y menor consumo global.
- Donald Trump usa estas políticas como herramienta política ante su base electoral.
- El 7 de abril de 2025 podría ser recordado como el inicio de una crisis económica global provocada deliberadamente.