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“Sujo”: el cine mexicano que mezcla crudeza y esperanza rumbo a los Goya y los Oscar

El cine mexicano se abre paso una vez más en los escenarios internacionales con Sujo, la película dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez que representará a México en los Premios Goya y los Oscar 2025. Este filme, que aborda temas de violencia, pobreza y resiliencia en un contexto marcadamente mexicano, no solo ha conquistado a la crítica internacional, sino que destaca por un elemento esencial en su desarrollo: la participación de la UNAM, cuya influencia permea tanto la narrativa como la producción.

Foto: cortesía AMACC

Un relato íntimo sobre las sombras y posibilidades del México actual

Sujo relata la historia de un niño que queda huérfano tras el asesinato de su padre, un sicario de un cártel. Criado por su tía en condiciones de pobreza y aislamiento, el joven enfrenta las secuelas de la violencia estructural que marca su vida desde la infancia. A medida que crece, las circunstancias lo arrastran hacia el mismo círculo de violencia que destruyó a su familia. Sin embargo, en su adultez, decide romper con ese destino. Su anhelo de reconstruir su vida en la Ciudad de México y su aspiración de ingresar a la UNAM se convierten en el motor de su historia, simbolizando una esperanza tangible en medio de la adversidad.

El filme no evade mostrar la dureza del entorno social, pero lo hace a través de una narrativa que privilegia los matices. La educación emerge como un espacio de transformación, con la UNAM representando no solo un recurso narrativo, sino también un símbolo de movilidad social, justicia y reconstrucción personal.

La UNAM, de las aulas a las grandes pantallas

La influencia de la UNAM en Sujo trasciende el simbolismo dentro de la trama. Astrid Rondero, egresada de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), y Fernanda Valadez, formada en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), integraron en el proyecto tanto su experiencia universitaria como el legado de una institución que históricamente ha apoyado la creación cinematográfica. La universidad no solo participó como coproductora del filme, sino que también brindó acceso a locaciones clave y permitió que el equipo creativo, compuesto por varios universitarios, diera vida a una historia que explora las posibilidades de la educación como herramienta de cambio.

Entre los talentos vinculados a la UNAM destaca Ximena Amann, directora de fotografía y egresada de la ENAC, así como Sandra Lorenzano, escritora y académica, titular de la sede UNAM-Cuba, quien colaboró en aspectos clave del proyecto. La película refleja un esfuerzo colectivo que entrelaza el talento universitario con una narrativa profundamente arraigada en la realidad mexicana.

Reconocimiento y trascendencia internacional

El camino de Sujo hacia los Goya y los Oscar está respaldado por un historial impresionante. La película acumula 40 nominaciones en festivales internacionales y ha obtenido trece premios, incluyendo el prestigioso Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance. Este reconocimiento no solo resalta la calidad técnica y artística del filme, sino que reafirma la relevancia de sus creadoras, quienes ya habían logrado atención mundial con Sin señas particulares (2020), un éxito que consolidó su estilo introspectivo y comprometido con las realidades sociales.

La selección de Sujo por parte de la AMACC para competir en dos de las plataformas cinematográficas más prestigiosas del mundo no es solo un logro personal para las directoras, sino un reflejo del impacto que el cine mexicano contemporáneo puede tener al abordar problemáticas universales desde una perspectiva local.

El cine como herramienta de transformación

En Sujo, el arte y la educación convergen en una propuesta que va más allá de las pantallas. La película, con su exploración de la violencia y la esperanza, invita a reflexionar sobre la posibilidad de cambio en contextos adversos. La UNAM, como coproductora y presencia narrativa, se convierte en un puente entre la realidad y el potencial transformador del cine. Más que un simple recurso narrativo, la universidad simboliza el lugar donde los sueños y la resiliencia encuentran un espacio para materializarse.

Esta obra representa no solo un triunfo para las creadoras y el cine mexicano, sino también para la UNAM, que reafirma su papel como cuna de talentos y promotora del arte como motor de cambio social. Con Sujo, el cine mexicano no solo alza la voz, sino que lo hace desde un lugar de autenticidad y compromiso, llevando al mundo una narrativa que, aunque marcada por la violencia, encuentra en la educación la llave para imaginar un futuro mejor.