Durante los ensayos en la sala Nezahualcóyotl la directora huésped de la Orquesta Filarmónica de la UNAM le dice a los músicos: “one more time”, aplaude, sonríe. Todos revisan sus atriles y vuelven a tocar, siguen las manos de Chan (no usa batuta). El ensayo comenzó a las 8:30 de la mañana y a las 12 horas termina para casi todos los músicos. Chan se queda con la sección de alientos y practican más.
Elim Chan ha sido invitada a dirigir la Orquesta del Centro Nacional de las Artes de Canadá en Ottawa, la Sinfónica de Baltimore, la Sinfónica de Detroit, la Filarmónica de Hong Kong, la Sinfónica de Lucerna, la Filarmónica de Luxemburgo, la Orquesta Nacional de Bélgica, la Orquesta Juvenil Australiana, la Sinfónica de Norrkoping, la Filarmónica de Gran Canaria, la Orquesta Nacional de Lille, la Sinfónica de Chicago y la Sinfónica de Londres, entre otras.
Acercar a los jóvenes a la música clásica es todo un reto, señala Elim Chan. Las salas de concierto son frecuentadas por gente madura. Los jóvenes piden que se interpreten obras que conozcan, es por eso que Chan dice que admira el programa que diseñó la OFUNAM para el concierto que dirigió, se incluyó a John Adams, un compositor contemporáneo.
Chan cree que algunos jóvenes sienten que no van a entender la música, que les puede parecer aburrida. Nosotros podemos cambiar esa percepción, acota. Y pide que acudan a la sala de conciertos, abran su mente, se desconecten un momento de sus dispositivos electrónicos y dejen que la música los toque. No necesitan saber nada, sólo tienen que vivir la experiencia.
Cuando los gobiernos tienen que ajustar sus presupuestos lo primero que tocan es la cultura. ¿Qué podemos hacer? Chan es contundente, “podemos luchar, mantenernos firmes, somos los guardianes de la cultura y las artes”. La cultura logra cambios en la gente, concluye.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]