Los caballitos de mar enfrentan múltiples amenazas que van desde el cambio climático hasta el comercio ilegal, advierte Maite Mascaró Miquelajauregui, investigadora de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación, SISAL, de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Pertenecientes a los peces teleósteos, los caballitos de mar se distinguen por su inusual forma con un hocico tubular, escasas aletas —una dorsal, dos pectorales y una anal pequeña— y una peculiaridad en los machos: un marsupio donde resguardan los huevos fecundados.
A nivel mundial, existen 41 especies, de las cuales cuatro habitan en México. Estos seres marinos suelen vivir en zonas litorales costeras, en aguas poco profundas cerca de estuarios, lagunas costeras, arrecifes coralinos y praderas de pastos marinos.
Amenazas y explotación
La explotación de los caballitos de mar abarca desde su uso en la medicina tradicional china para tratar diversas enfermedades hasta mitos sin fundamento científico sobre sus propiedades afrodisíacas.
Su popularidad en la acuariofilia también contribuye a su amenaza, siendo altamente cotizados en mercados turísticos como souvenirs. “Algunas especies están entre las más deseadas a nivel mundial”, señala la investigación. Solo en México, en 2018, la acuariofilia generó ingresos entre 130 y 150 millones de pesos anuales.
Esfuerzos de conservación
Los caballitos de mar poseen adaptaciones morfológicas, fisiológicas y reproductivas que los hacen especialmente interesantes desde una perspectiva evolutiva.
Su valor emblemático subraya la importancia de su conservación. Todas las especies están protegidas bajo la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), con la adhesión de 182 países. Además, figuran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y están protegidas en México por la Norma Oficial Mexicana 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Las especies mexicanas de caballitos de mar
Foto: Daniel Hidalgo y Gemma Martinez Moreno
- Hippocampus ingens: Puede medir hasta 30 cm y habita en zonas de pasto y arrecifes coralinos en la costa occidental del continente americano, desde San Diego hasta Perú.
- Hippocampus erectus: Alcanza entre 19 y 20 cm y se encuentra en pastos marinos cerca de la costa, desde Nueva Escocia, Canadá, hasta Brasil.
- Hippocampus zosterae: De solo cinco centímetros de longitud, vive en el sur de Florida, las Bahamas, las Bermudas y el Golfo de México.
- Hippocampus reidi: Mide hasta 17 cm y se ubica en arrecifes coralinos y pastos marinos desde Estados Unidos hasta Brasil.
Desafíos climáticos y ambientales
Las poblaciones de Hippocampus erectus que residen en la Península de Yucatán enfrentan riesgos crecientes debido al cambio climático, especialmente por el calentamiento de las aguas oceánicas. Esta especie, aunque capaz de soportar una amplia gama de temperaturas, solo lo logra de manera efectiva durante períodos cortos.
En la laguna de Chelem, por ejemplo, las temperaturas oscilan anualmente de 19 a 32 grados centígrados, pero durante los meses de mayo a agosto, pueden ascender hasta 36 grados y, en las áreas someras habitadas por juveniles, llegar hasta 38 grados.
La investigación liderada por la académica ha revelado que los caballitos de mar poseen una notable capacidad fisiológica para tolerar altas temperaturas, lo que les permite adaptarse y regresar al equilibrio cuando la exposición térmica es breve, gracias a su adaptación a entornos de fluctuaciones constantes. No obstante, períodos prolongados de calor intenso tienen efectos adversos significativos sobre estos seres marinos, ya que el incremento en el metabolismo conduce a una acumulación de radicales libres, altamente tóxicos a nivel celular.
Para neutralizar estos radicales libres, es crucial que los mecanismos bioquímicos y moleculares de compensación actúen adecuadamente. Sin embargo, las altas temperaturas reducen la ingesta de alimento de los caballitos, impidiéndoles convertirlo en energía necesaria para sus funciones vitales. Esto resulta en una disminución del crecimiento, cese de la reproducción y un aumento en la vulnerabilidad a enfermedades.
Ante esta situación, los investigadores consideran que los caballitos de mar son altamente vulnerables al cambio climático. Para sobrevivir, podrían necesitar migrar hacia aguas más profundas y frescas, aunque estos nuevos hábitats carecen de los arrecifes y pastos marinos esenciales para su supervivencia, donde suelen sujetarse con sus colas prensiles.
Además de la amenaza climática, los caballitos de mar también están expuestos a otros peligros como la contaminación ambiental y la pesca de arrastre que, al capturar todo a su paso, destruye los pastos y arrecifes, fundamentales para su subsistencia. “En este momento no podemos saber si las poblaciones más tropicales de la especie sobrevivirán como hasta ahora, pero el panorama no muestra un buen augurio”, concluyó la académica universitaria.
Ideas destacadas
- Amenazas múltiples a los caballitos de mar, incluyendo cambio climático y comercio ilegal.
- Importancia de los caballitos de mar en la medicina tradicional y como souvenirs.
- Protección internacional y nacional de los caballitos de mar mediante CITES y normativas locales.
- Vulnerabilidad de las especies de caballitos de mar frente al cambio climático y otros factores ambientales.