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Se inaugura la “Cátedra Extraordinaria María Zambrano. Filosofía, poesía, género, exilios”

“Sigamos defendiendo el valor de la unidad de nuestra cultura frente a cualquier tipo de desprecio y autoritarismo”, dijo Luis García Montero, Director del Instituto Cervantes, en la conferencia inaugural de la Cátedra María Zambrano.

“María Zambrano quiso separarse al mismo tiempo de la avaricia capitalista y de la soberbia de los tiranos. Buscó una razón poética en la que el respeto a la dignidad humana evitase convertir el progreso técnico en un bombardeo de destrucción masiva. No es mala lección en los tiempos que corren. Universidades con alma, Estados con corazón, razones con poesía, para alejarnos al mismo tiempo de los fanatismos y de las matemáticas sin escrúpulos”, escribió Luis García Montero, Director del Instituto Cervantes, quien diera la conferencia inaugural de la “Cátedra Extraordinaria María Zambrano. Filosofía, poesía, género, exilios”, un proyecto conjunto de la UNAM, el Instituto Cervantes y la Universidad de La Habana. El martes 18 de febrero, en el Anfiteatro de la Universidad de La Habana, el poeta reflexionó en torno a la vigencia del pensamiento de la filósofa nacida en Vélez Málaga, y especialmente sobre el concepto de “razón poética”.

Desde la perspectiva de Zambrano, la filosofía no debe limitarse a lo puramente lógico o racional, sino que debe abrirse a lo poético, lo intuitivo y lo emocional, para comprender más profundamente al ser humano y al mundo.

García Montero destacó el vínculo que tuvo Zambrano con Cuba, donde pasó largos periodos de su exilio. La rica correspondencia que intercambió con José Lezama Lima, entre otros, es muestra de la cercanía que sintió con los escritores cubanos, en especial con los miembros del grupo Orígenes.

“Así, le escribe a Lezama Lina: …en la Habana he visto más que en parte alguna el alba. Recordarán ustedes -continuó el poeta granadino- que una de las frases más significativas del Quijote empieza diciendo: La del alba sería… Bueno, pues eso fue para María Zambrano su amistad con Cuba y los que acogieron su vida de exiliada en la isla. Fue luz, fue alba y fue un recuerdo que mantuvo hasta su regreso a España en 1984. Así que, celebremos todos la idea de la UNAM de abrir una Cátedra María Zambrano y cuenten con el Instituto Cervantes para seguir defendiendo el valor de la unidad de nuestra cultura frente a cualquier tipo de desprecio y autoritarismo.”

Acompañado por la Rectora de la Universidad de la Habana, Miriam Nicado García, por el Embajador de México en Cuba, Miguel Díaz Reynoso, por la Viceministra de Asuntos Exteriores de Cuba, Josefina Vidal Ferreiro, así como por la Directora de UNAM Cuba y Coordinadora de la Cátedra María Zambrano, Sandra Lorenzano, García Montero dijo “La Cátedra es un espacio que nos ayuda a pensar el papel de nuestra cultura, en el mundo que heredamos, pero sobre todo en el mundo que nos espera desde hoy”.

En sus palabras de bienvenida, el Embajador Miguel Díaz Reynoso recordó el vínculo histórico que une a México, Cuba y España, y destacó especialmente la generosidad del Presidente Cárdenas al recibir al exilio republicano español en nuestro país, así como su visión política profundamente latinoamericanista y su cercanía con Cuba.

Recordó asimismo el amor de María Zambrano por la isla caribeña, a quien dedicó el bellísimo ensayo llamado “La Cuba secreta”, del cual Díaz Reynoso citó uno de los más bellos párrafos:

Y así, yo diría que encontré en Cuba mi patria prenatal. El instante del nacimiento nos sella para siempre, marca nuestro ser y su destino en el mundo. (…) Y así sentí a Cuba poéticamente, no como cualidad sino como sustancia misma. Cuba: sustancia poética visible ya. Cuba: mi secreto.

Sandra Lorenzano, por su parte, habló del enorme agradecimiento que María Zambrano sintió siempre hacia México.  

…ningún país nos quería a los refugiados españoles, sólo México, sólo México, no me cansaría de decirlo, como una oración. Sólo México nos abrazó, escribió en un artículo publicado en 1989.  

En nuestro país, en la ciudad de Morelia, terminó de escribir y revisar dos de sus obras más importantes, Pensamiento y poesía en la vida española y Filosofía y poesía. A pesar de haber estado menos de un año en la capital michoacana, dijo, la impronta que ese tiempo dejó en su memoria fue tan fuerte que México se convirtió en el emblema de la libertad en la vida de la filósofa. Tanto, que es con una referencia a ese periodo como inició el dicurso que pronunció al recibir el Premio Cervantes, siendo -por cierto- la primera mujer en recibirlo.

Dijo entonces:

seguidme hasta una hermosa ciudad de México, Morelia, cuyo camino no busqué, sino que él mismo me llevó a ella, igual que a tantos otros españoles recién llegados al destierro. Allí me encontré yo, precisamente a la misma hora que Madrid -mi Madrid- caía bajo los gritos bárbaros de la victoria. Fui sustraída entonces a la violencia al hallarme en otro recinto de nuestra lengua, el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, rodeada de jóvenes y pacientes alumnos. Y, ajena desde siempre a los discursos, ¿sobre qué pude hablarles aquel día a mis alumnos de Morelia? Sin duda alguna, acerca del nacimiento de la idea de la libertad en Grecia.

Y tal vez sólo por ello, concluyó la escritora y Directora de UNAM Cuba, “valga la pena seguir haciendo lo que hacemos: para que alguien pueda seguir hablando de la idea de libertad”.

El cierre estuvo a cargo de la Dra. Miriam Nicado, quien destacó -ante los estudiantes, profesores y representantes del cuerpo diplomático que colmaron el anfiteatro-, la importancia de crear, desde las instituciones académicas y culturales de nuestros países, puentes de conocimiento, de solidaridad y de amistad. Sus palabras y su calidez refrendaron esos objetivos que son ya guía del trabajo de la Cátedra María Zambrano.