La doctora Blanca Solares Altamirano, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, habló sobre la intervención de las fuerzas de seguridad pública para que los ciudadanos cumplan las medidas de aislamiento. “Al apelar a esta instancia de control se suscita una regresión en la libertad pública y privada, es cierto que hay un control ahora tecnificado que limita tus posibilidades de pensar individualmente”.
La especialista apeló a la racionalidad y a la historia para aprender sobre la experiencia de pandemias anteriores y así formular estrategias eficaces en materia de salud.
Por otra parte, explicó cómo afecta y modifica el gran número de muertes las formas tradicionales de despedir a los muertos a través de ritos funerarios. “El nuevo contexto de agonía de los enfermos y pacientes de aislamiento, la separación lleva aparejada una fuerte proporción de ansiedad y de sufrimiento, tanto de parte de ellos como de parte de los familiares”.
Solares Altamirano mencionó que el tratamiento de los cadáveres en Europa en un estado de emergencia ha sido con morgues improvisadas, expulsión de familias que acompañan al enfermo y sitios de cremación remota. “El formato reducido del funeral, en algunos casos la supresión propia del funeral, provocará grandes traumas psicológicos. Cómo se podría soportar estos fallecimientos dolorosamente expeditivos, disociados, deslocalizados y desvirtualizados”.
Así como la tarea de los médicos es salvar vidas en peligro, no debe olvidarse que también se trata de acompañar a los seres humanos hacia la muerte. “El respeto y la dignidad de las personas son valores que no son negociables, en vida y aún más allá de la vida”, concluyó la académica universitaria.