La piel no solo es el órgano más grande del cuerpo. De acuerdo con un artículo publicado en la revista Nature, también es uno de los órganos más polifacéticos del ser humano, ya que detecta el entorno (calor o frío), retiene los fluidos corporales, regula la temperatura y actúa como una barrera protectora frente a factores externos, como la radiación ultravioleta y los microorganismos. Según investigaciones, su peso en un adulto oscila entre los 3 y 3.6 kilogramos.
Pero con un gran poder viene una gran responsabilidad: la piel es, muchas veces, el primer indicador de problemas de salud. Puede reflejar lo que sucede dentro del cuerpo; por eso, puede irritarse, cambiar de color o presentar manchas como reacción a distintos desequilibrios internos.
Por ser nuestra primera línea de defensa, la piel enfrenta múltiples problemas y enfermedades. Algunas son causadas por infecciones, como la celulitis bacteriana o el herpes zóster; otras por alergias, como la urticaria; algunas por exposición solar, como el cáncer de piel, y otras, como el acné, son altamente prevalentes.
El Dr. Rodrigo Roldán Marín, dermatólogo egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM y especialista en dermatoscopia y microscopía confocal, habló para el programa Hipócrates 2.0, producido por Radio UNAM junto con el Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE), acerca de algunas de las enfermedades cutáneas más frecuentes y opciones para su cuidado.
Acné, un problema común
Esta enfermedad es muy común durante la adolescencia, usualmente entre los 11 y 12 años, y puede extenderse hasta los 18 o 19 años. Se origina por un aumento en la producción hormonal que estimula las glándulas sebáceas, provocando un exceso de grasa que obstruye los poros.
Además, explicó el Dr. Roldán Marín, este exceso de grasa crea un ambiente ideal para la proliferación del bacilo Cutibacterium acnes, lo que desencadena inflamación y lesiones cutáneas, especialmente aquellas conocidas como “volcanes”.
El tratamiento del acné se aborda desde varios frentes: desobstrucción de los poros, reducción de la inflamación y del crecimiento bacteriano, y regulación de la actividad de las glándulas sebáceas. Estos tratamientos deben ser personalizados, ya que no es lo mismo tratar a un adolescente con acné leve que a una persona con acné inflamatorio severo. Por tanto, se recomienda acudir al dermatólogo antes de aplicar cualquier tratamiento.

Por otro lado, el egresado de la Facultad de Medicina desmintió que las nueces y el chocolate empeoren el acné, y afirmó que “el único alimento que está científicamente comprobado que lo agrava son los lácteos, debido a las hormonas presentes en la leche de vaca. Pero esto no significa que se deban dejar de consumir, sino que se reduzca su ingesta”.
Agregó que es importante que las adolescentes no usen productos cosméticos grasos, ya que estos pueden obstruir aún más los poros. “Aplicar maquillaje en una piel con grasa es como echarle más leña al fuego”, comentó.
Aunque se ha relacionado el acné con depresión y riesgo de suicidio en adolescentes, el especialista señaló que esto no se debe a los medicamentos, sino al estigma social que lo acompaña. Por ello, pidió a madres y padres que escuchen a sus hijos y les ofrezcan atención oportuna y, de ser necesario, apoyo psicológico.
En los casos donde el acné persiste en la adultez, se recomienda investigar causas subyacentes, ya que podría estar vinculado con el entorno, el estrés o la contaminación.
Dermatitis atópica: piel muy sensible
La dermatitis atópica es una condición inflamatoria que se agrava por factores ambientales (clima, polen), internos (estrés) y químicos (detergentes, jabones). Surge debido a una deficiencia o mala calidad de grasa natural en la piel y, en ocasiones, se presenta junto con enfermedades como la rinitis alérgica o el asma.
Su localización varía según la edad: en bebés suele aparecer en las mejillas, mientras que en niños mayores y adultos afecta zonas como el cuello o detrás de las rodillas. Este padecimiento genera un ciclo difícil de romper: la picazón lleva al rascado y este empeora la inflamación, particularmente en invierno, primavera y verano.
El Dr. Roldán Marín ofreció recomendaciones generales para el manejo de esta enfermedad:
*Baños cortos (menos de 10 minutos) con agua tibia.
* Aplicación regular de cremas sin perfume ni colorante.
*Uso de ropa de algodón o lino, evitando fibras sintéticas.
*Lavar la ropa con enjuague extra y sin suavizantes.
En casos graves, puede requerirse tratamiento con esteroides tópicos, inmunomoduladores, fototerapia o terapias biológicas.

Psoriasis: presenta muchas incógnitas
Hasta el día de hoy se desconoce qué provoca esta la psoriasis. Sin embargo, se sabe que hay predisposición genética a padecerla y el estrés puede detonarla. Se caracteriza por placas rojas y escamosas en la piel, especialmente en codos, rodillas y la zona lumbar. La comezón no se presenta en todos los casos.
Esta enfermedad puede provocar otras afecciones, como obesidad, hipertensión, riesgo cardiovascular y artritis psoriásica, la cual debe ser tratada por un reumatólogo.
La psoriasis puede empeorar si hay un consumo excesivo de carne roja, alcohol o tabaco; por tanto, una dieta mediterránea, rica en verduras y pescado, puede ayudar a controlar mejor este padecimiento.
A la fecha, todavía no se encuentra cura para la psoriasis, por lo que suele tratarse con cremas y medicamentos tópicos. En los casos más severos son necesarias terapias biológicas como los anticuerpos monoclonales, que son muy eficaces pero costosos.

Finalmente, el experto invitó a aquellas personas con problemas en la piel a acudir a la Clínica de Oncodermatología de la Facultad de Medicina de la UNAM, donde se ofrece atención especializada y de alta calidad. Este centro de salud, respaldado por la experiencia académica y médica, está encargado de la detección, tratamiento y seguimiento de enfermedades de la piel, pero, como su nombre lo indica, sobre todo se enfoca en el diagnóstico temprano y oportuno de cáncer de piel y mucosas, mediante técnicas no invasivas.